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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE HONDURAS

ASIGNATURA: DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO II

TAREA #2 PARCIAL: II

CATEDRATICA: ALEXANDRA CELINA NAVARRO ESPINOZA

ALUMNA: ALEJANDRA ABIGAIL DEL CID MEMBREÑO

SIGUATEPEQUE, COMAYAGUA 28/02/2022

AÑO: 2022
Introducción:

En el siguiente trabajo daremos a conocer sobre algunos genocidios, debemos


recordar que un genocidio es uno de los crímenes más graves según el derecho
internacional, según el estatuto de Roma de el año 1998, el genocidio consiste en
cometer actos orientados a destruir ya sea total o parcialmente un grupo nacional,
étnico, racial o religioso. Podemos decir que las consecuencias de los genocidios
son los que han marcado la vida tanto de un país como de todo el mundo, al dejar
perdidas sociales irremediables y crisis económicas y políticas totalmente
devastadoras por las que se necesitaran décadas y décadas para poder arreglar la
situación.

Podemos definir que un genocidio es un acto en el que se mata, asesina o


extermina a un sector de la población de un determinado territorio. Motivado por
causas ideológicas, religiosas, culturales o raciales. El genocidio es una práctica
que se lleva usualmente a cabo durante guerras o posguerras, con el fin de purgar
grupos opositores, o a quienes puedan ser considerados como peligrosos para el
desarrollo del régimen. Pero una de las condiciones para que un asesinato
colectivo cumpla la condición de genocidios es que pertenezcan todas las victimas
a un mismo grupo político, religioso o racial.
Uno de los genocidios mas crueles fue, la matanza de Ruanda:

Desde 2006, cada 27 de enero se celebra el Día Internacional de Conmemoración


en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Y aunque hoy solo se recuerde a las
víctimas de la llamada 'solución final', en la historia de la humanidad ha habido
otros casos de genocidio, actos atroces perpetrados con la intención de destruir a
un grupo por motivos étnicos o religiosos.
Los libros de historia están llenos de matanzas sin sentido por motivos casi
siempre expansionistas que encierran siempre problemas étnicos: desde la
romanización hasta la conquista de América, pasando por la invasión del imperio
mongol al mando de Genghis Khan.

El Genocidio Armenio 1915-1923: El 'Gran Crimen' (o Medz Yeghern en


armenio) comenzó el 24 de abril de 1915, cuando las autoridades turcas
detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul. Después
la cifra aumentó a 600, y al final, se ordenó la deportación de toda la población
armenia. No se les dejó cargar con medios para subsistir, y la mayoría murieron a
causa del hambre y la sed. ¿Los motivos para el genocidio? Diferencias étnicas y
religiosas. Las leyes islámicas consideraban a los no musulmanes como 'dhimmi',
es decir, pertenecían a una clase social inferior. Aunque se toleraba su presencia,
tenían que pagar más impuestos. En total, entre 1915 y 1923 murieron un millón y
medio de personas (1,500,000.00). Además de los armenios, el Imperio otomano
también se ensañó con otros grupos étnicos: asirios, griegos, serbios.
Actualmente, Turquía no niega la masacre perpetuada por el Imperio otomano,
pero no la califica de genocidio, ya que no considera que se tratara de un plan
sistemático y premeditado. Este genocidio fue la deportación forzosa y el intento
de exterminar la cultura armenia. Se calcula que entre un millón y medio y dos
millones de civiles armenios fueron perseguidos y asesinados por el gobierno de
los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, entre 1915 y 1923. Se caracterizó por
su brutalidad en las masacres y la utilización de marchas forzadas con
deportaciones en condiciones extremas, que llevaba a la muerte a muchos de los
deportados. Durante este periodo, otros grupos étnicos cristianos también fueron
masacrados por el Imperio otomano, entre ellos los asirios y los griegos pónticos.
Algunos historiadores consideran que estos actos forman parte de la misma
política genocida. Como resultado directo del genocidio, alrededor del mundo se
formaron comunidades de la diáspora armenia. El comienzo del genocidio se
conmemora el 24 de abril de 1915, cuando las autoridades otomanas detuvieron a
235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul. En los días siguientes,
la cifra de detenidos ascendió a 600. Una orden del gobierno central estipuló la
deportación de toda la población armenia, que no contaba con los medios para
subsistir. La marcha forzada de los armenios por cientos de kilómetros, que
atravesó zonas desérticas, provocó que la mayor parte de los deportados
pereciera víctima del hambre, la sed y las privaciones. Los supervivientes eran
robados y violados por los gendarmes que debían protegerlos, con frecuencia
acompañados por bandas de asesinos y bandoleros. Aunque el gobierno de
la República de Turquía, sucesora del Imperio otomano, no niega que las
masacres de civiles armenios ocurrieron, no admite que se trató de un genocidio y
sostiene que las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo,
sistemático y premeditado dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron
a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso
período de la Primera Guerra Mundial. A pesar de esta tesis, casi todos los
estudiosos incluso algunos turcos opinan que los hechos encajan en la definición
actual de genocidio. Por lo general, se lo considera el primer genocidio moderno.
De hecho, es el segundo caso de genocidio más estudiado, después
del Holocausto. Hasta 2021, treinta países han reconocido el genocidio, entre
otros Alemania, Rusia y los Estados Unidos.

La Barbarie de Ruanda 1994: En Ruanda se distinguían dos clases,


los hutus y los tutsis. La distinción no respondía a criterios étnicos o religiosos, ya
que no existen rasgos físicos específicos que diferencien a los hutus de los tutsis.
Las diferencias se limitaban a cuestiones tribales y demográficas: la mayoría de la
población ruandesa pertenecía a la clase hutu. La masacre comenzó a raíz del
asesinato en 1994 del general Juvenal Habyarimana, presidente de Ruanda y
perteneciente a los hutus. Su muerte desencadenó un plan de persecución contra
los tutsis, que fueron desplazados a campos de refugiados. Se eliminó al 75% de
la población tutsi durante la barbarie. Se calcula que más de 800.000 personas
fueron asesinadas y casi cada una de las mujeres que sobrevivieron al genocidio
fueron violadas. También se habla de una venganza tutsi, conocida como el "otro
genocidio", aunque sus cifras no son comparables.

Sin embargo, la matanza no solo se centró en los tutsis. El sector radical de los
hutus también aniquiló a hutus moderados que se oponían al régimen de
Habyarimana. Se mezclaron por tanto razones políticas al genocidio. Tras el
genocidio, la distinción entre hutu y tutsi fue eliminadas de los carnés de identidad.
Fue un intento de exterminio de la población Tutsi por parte del gobierno
hegemónico Hutu de Ruanda entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, en el que
se asesinó aproximadamente al 70 % de los tutsis. Se calcula que entre 500.000 y
1.000.000 de personas fueron asesinadas. La violencia sexual fue generalizada;
se cree que fueron violadas entre 250.000 a 500.000 mujeres durante el
genocidio. Los asesinatos masivos se iniciaron tras el atentado del 6 de abril de
1994 contra el presidente ruandés Juvenal Habyarimana y el presidente
burundés Cyprien Ntaryamira, ambos hutu, que murieron tras ser derribado el
avión en el que viajaban por dos misiles lanzados desde tierra.

La responsabilidad por ese ataque es controvertida, y la mayoría de las teorías


proponen como sospechosos al grupo rebelde tutsi del Frente Patriótico
Ruandés (RPF) o los extremistas del "Poder Hutu" que se oponían a la
negociación con el RPF. En cualquier caso, inmediatamente los radicales hutus se
hicieron con el poder, asesinaron a la primera ministra Agathe Uwilingiyimana y
comenzó la masacre, lo que resultó en el asesinato de cientos de miles de tutsis y
hutus moderados en los siguientes tres meses, hasta que el 15 de julio el RPF
conquistó la capital Kigali, obligando al gobierno hutu radical a huir del país en
dirección a Zaire seguido de al menos dos millones de hutus desplazados.
En Ruanda, a partir del siglo XIX, el gobierno colonial belga estableció un sistema
social racista para lo cual utilizó una antigua distinción dentro de la
etnia banyarruanda del pueblo bantú, a la que pertenece casi toda la población,
organizándolas institucionalmente como castas, aun cuando no existía ningún
rasgo étnico ni lingüístico específico que las diferencie: la minoría tutsi (15 %) fue
establecida como casta dominante y la mayoría hutu (85 %) como casta
subordinada, sometida incluso a regímenes de trabajo forzado. La subordinación
de la mayoría hutu a la minoría tutsi, en el marco de un orden colonial e injusto,
exacerbó las diferencias y el odio social dentro de la sociedad ruandesa.

Antes de la independencia y durante el dominio de Bélgica, el país y sus


instituciones estuvieron dominadas por los belgas en alianza con la minoría tutsi;
pero en 1961 el pueblo ruandés declaró la independencia y abolió la monarquía,
constituyendo una república, que habilitó el predominio de la mayoría hutu, hasta
1994. Después del genocidio, en 1994, ambas castas fueron oficialmente
eliminadas.

El papel de las naciones occidentales, las Naciones Unidas y la Iglesia católica en


el genocidio ha sido cuestionado por haber impuesto o tolerado un sistema
colonial, el cual promovió la división de la población en castas, y por haber
mantenido una postura pasiva o cómplice durante las matanzas. También
la guerrilla tutsi organizada como Frente Patriótico Ruandés (FPR), ha sido
acusada de haber generalizado la violencia, asesinar al presidente Juvenal
Habyarimana y actuar sin intención de prevenir el genocidio.

Holodomor ucraniano: 1932-1933:


Matar de hambre. Ese fue el método que aplicó la URSS para convertir a Ucrania
en un estado satélite del régimen soviético. A este genocidio se le conoce por el
nombre de Holodomor, que significa 'matar de hambre'. La hambruna artificial fue
una técnica que Stalin provocó en más de una región adscrita a la URSS. En
2008, la ONU y el Parlamento Europeo condenaron los hechos como crímenes
contra la humanidad, pero no emplearon el término genocidio en su denuncia.
Murieron entre 1,5 y 10 millones de personas. A Iósif Stalin, que dirigió la Unión
Soviética entre 1924 y 1953, se le atribuye la muerte de 40 millones de personas,
entre purgas, hambrunas, colectivizaciones forzosas, depuraciones étnicas.
El Holodomor también conocido como Genocidio ucraniano u Holocausto
ucraniano, es el nombre atribuido a la hambruna que devastó el territorio de
la República Socialista Soviética de Ucrania, Kuban, Ucrania Amarilla y otras
regiones de la URSS, en el contexto de la colectivización de la tierra emprendida
por la URSS, durante los años de 1932-1933, en la cual habrían muerto de
hambre entre 1,5 y 12 millones de personas. 2345 Los archivos secretos
desclasificados tras la disolución de la Unión Soviética reflejan un aumento de la
mortalidad en 1932 estimado en una tasa adicional a la media de años anteriores
de unas 150 000 personas, mientras que 1933 refleja algo más de 1,3 millones de
personas lo que hace un total de unas 1,5 millones de personas fallecidas a
consecuencia directa de la hambruna según estos documentos, si bien desde
1934 tanto la mortalidad como la natalidad descendieron entre el 20 y el 40  % en
comparación con la media de los años previos a la hambruna.

Pol Pot y los Jemeres Rojos: 1975-1979

Los Jemeres Rojos fueron el partido político que gobernó Camboya entre 1975 y
1979. Su líder fue Pol Pot, que abrazó la ideología maoísta de forma extrema en
plena Guerra Fría, con una idea muy clara: evitar cualquier ataque aéreo por parte
de Estados Unidos. Con ese pretexto, la primera medida que tomó el régimen de
Pol Pot fue el de evacuar todas las zonas urbanas del país, y declaró a los
habitantes de las urbes como enemigos del Estado. Llevó el marxismo hasta tal
punto que hizo desaparecer la moneda, el mercado, las escuelas y las religiones.
Si en 1975 la población de Camboya era de 7,3 millones de habitantes, en 1978
esta disminuyó a 5 millones. El genocidio camboyano fue obra del
régimen maoísta2 de los Jemeres Rojos (en francés: Khmer Rouge o KR;
en jemer: Khmer Krahom), un partido político que gobernó la llamada Kampuchea
Democrática entre 1975 y 1979, con una concepción extremista de la izquierda
radical.
Bajo la dirección de Pol Pot, el régimen se propuso la creación de un modelo
socialista agrario basado en los ideales del maoísmo y el estalinismo. Su política
se caracterizó por la ruralización forzada de los habitantes de los núcleos urbanos,
torturas, ejecuciones masivas, trabajos forzados generalizados y malnutrición,
costando la vida de aproximadamente un cuarto de la población del país. En cifras
concretas, entre millón y medio y tres millones de camboyanos fallecieron. El
genocidio finalizó con la invasión vietnamita. Se han descubierto más de
20 000 fosas comunes, llamadas Campos de la Muerte. Los principales
descubrimientos de estas fosas se dieron entre 1995 y 1996.

Pol Pot y los Jemeres rojos habían sido apoyados durante mucho tiempo por
el Partido Comunista de China (PCCh) y el propio Mao Zedong. Se estima que al
menos el 90% de la ayuda exterior a los Jemeres rojos provino de China, y solo en
1975 recibió al menos US $ 1 mil millones en ayuda económica y militar sin
intereses. Fueron influenciados por la Revolución Cultural China, y también
comenzaron el "Maha Lout Ploh", copiando el "Gran Salto Adelante" que causó
decenas de millones de muertes en la Gran Hambruna china. El objetivo principal
de los Jemeres Rojos era purificar el país, en similitud a lo intentado por
la Alemania nazi, crear una raza superior o, como dijo un líder jemer: «la
purificación de la población». Como la mayoría de las víctimas eran de etnia
jemer, la misma de sus verdugos, a veces se denomina al proceso como un «auto
genocidio».

El 2 de enero de 2001, el gobierno camboyano aprobó una legislación para


enjuiciar un número limitado de dirigentes rojos. Los juicios comenzaron el 17 de
febrero de 2009. El 7 de agosto de 2014, Nuon Chea y Khieu Samphan fueron
declarados culpables y sentenciados a cadena perpetua por sus crímenes de lesa
humanidad.
La revolución cultural de Mao Tse Tung: 1949-1969

Lo que se conoce como 'Revolución cultural' fue más bien un ajuste de cuentas
dentro del Partido Comunista Chino, que acabó con un líder indiscutible: Mao Tse
Tung, responsable de la muerte de más de 70 millones de personas.

La llamada “revolución cultural” fue un trágico periodo de la historia de China


durante los años 60. Un genocidio de 500.000 personas, instigado y organizado
por el sangriento tirano Mao Zedong (Mao Tse–Tung). Aunque no fue únicamente
contra ellos, los sufridos y heroicos católicos chinos padecieron una brutal
persecución muriendo miles de ellos en medio de atroces tormentos.

En realidad, solo fueron 2 años entre 1966 y 1968 pero el balance de crímenes y
destrucciones de todo tipo fue inmenso, asesinando a medio millón de personas.
La “revolución cultural” fue, como su nombre indica, un intento salvaje y
despiadado por parte de Mao de erradicar brutalmente cualquier tradición cultural
y religiosa del territorio chino para que únicamente quedara el marxismo-leninismo
maoísta. Todas las religiones debían ser aplastadas empezando por el
confucianismo, la religión tradicional de China. Huelga decir que, si eso se intentó
con la religión más propia de China, el trato que iba a recibir la religión católica,
considerada “extranjera” todavía iba a ser más despiadado si cabe.

Mao se valió de los “Guardias Rojos”, una organización formada por millones de
jóvenes estudiantes y niños férreamente maoístas que se lanzaron a cometer
brutales matanzas a partir de agosto de 1966 cuando Mao declaró el inicio de la
“Gran Revolución Cultural Proletaria”. La dirección del Partido calificó a los
desafectos al pensamiento de Mao, abiertos o solapados, como “espectros y
monstruos” y se anunció que serían destruidos.

Los estudiantes eran fanáticos maoístas y seguidores fieles de las órdenes


de Chin Chiang, la tiránica, cruel y caprichosa esposa de Mao. Los estudiantes se
lanzaron a una increíble orgía de destrucción y asesinatos de toda clase de gente
sospechosa de no ser lo suficientemente leal al líder. Los comunistas tampoco se
libraron. Fueron asesinados miles de miembros, incluso dirigentes del partido
comunista, pues Mao aprovechó para purgar internamente el Partido de toda clase
de militantes a los que consideraba blandos, “reaccionarios encubiertos” o
insuficientemente fieles a él.

Todo tipo de influencia cultural extranjera fue arrasada y perseguida. Fueron


prohibidos el teatro, la música, el cine y la literatura de origen extranjero. Las
personas consideradas aficionadas a estas influencias culturales fueron
asesinadas, agredidas o ridiculizadas en público, obligadas a desfilar por la calle
con indumentarias ridículas. La moda de influencia occidental fue blanco de una
persecución total. Muchos hombres fueron agredidos brutalmente por llevar
pantalones de tipo occidental. Artículos femeninos como cosméticos o medias
fueron totalmente prohibidos por ser considerados “lujos burgueses”. Pero también
se prohibió la indumentaria tradicional china. Hombres y mujeres fueron obligados
a vestir igual con sobrios y feos “Trajes Mao” (como los que hoy lleva Kim Jong
Un, el tirano norcoreano)

Muchos consideraron que todo esto era parte también de los resentimientos
ocultos de Chin Chiang, antigua cantante, actriz y bailarina en el Shangai de los
años 30 contra los antiguos empresarios y autores teatrales que quedaban de
aquella época. La “emperatriz” (como le gustaba ser llamada privadamente) obligó
a crear un teatro y una ópera que sólo interpretaran obras de propaganda
revolucionaria, (aunque solo consiguió que se compusieran 4 óperas “proletarias”).
La mayoría de las bibliotecas fueron arrasadas, incluso las de oficios técnicos y
solo se permitía un único libro en China, El Libro Rojo de Mao. Se llegaron a hacer
operaciones usando la lectura de sus pasajes

La destrucción de templos religiosos, de bibliotecas, documentos, obras de arte y


bienes culturales fue inconmensurable. Y si esto pasó con la religión de Confucio y
con la budista, la persecución a los católicos aún fue peor. Miles de ellos fueron
asesinados. Algunos como la hermana Wang Quian fueron enterrados vivos, el
P. Wang Shiwei fue encadenado durante meses, otros fueron arrojados vivos a
hogueras o ridiculizados por todas partes. Los templos católicos
fueron saqueados, profanados de todas las formas o quemados. Tampoco fueron
respetadas las monjas extranjeras que fueron apaleadas y humilladas en público
antes de ser expulsadas del país. Tampoco fue excluida de la persecución la
apóstata “Iglesia patriótica” cuyos miembros fueron también perseguidos y muchos
asesinados. Finalmente, la situación derivó en un caos total y guerra civil cuando
los “Guardias Rojos” atacaron incluso al Ejército por considerarlo poco
revolucionario. Todo ello bajo la mirada complaciente de Mao que parecía
contemplar todo como un “necesario proceso de purificación revolucionaria”.
Incluso el jefe del Ejército Lin Piao fue asesinado.

En sus papeles que intentó pasar al extranjero calificaba a Mao como “el peor
tirano y criminal de la historia de China”. 20 generales intentaron huir a Hong Kong
y fueron asesinados también. Otros generales considerados insuficientemente
leales a Mao fueron degradados a soldados rasos. Pero a finales de 1968 el
ejército fue aplastando a los Guardias Rojos y el proceso de la “revolución cultural”
tocó a su fin. Al final el arbitrario Mao ordenó también detener a muchos de sus
propios Guardias Rojos y obligarles a cuidar cerdos en perdidas granjas del centro
de China.

Mao murió en 1976. Y entonces su esposa Chin Chiang junto con otros 3
dirigentes fieles a ella y que habían sido sus hombres de confianza (conocidos
como “la banda de los 4”) fueron juzgados y condenados por el propio régimen
chino por sus crímenes durante la “revolución cultural”. Eran los horribles
crímenes del mismo Mao a quien veneraban los estudiantes franceses del
mayo del 68 parisino. Se calcula que murieron unas 500.000 personas durante la
“revolución cultural” china, entre 1966 y 1968

Hoy los heroicos católicos chinos ya no son tan sangrientamente perseguidos,


pero sufren quizá una persecución peor, más insidiosa, que busca sumergirle a
toda costa en la apóstata “Iglesia Patriótica” al servicio del Partido Comunista, bajo
la amenaza de medidas represivas y de una marginación social total. Recemos
para que Dios Nuestro Señor fortalezca la fe y la esperanza de estos hermanos
nuestros católicos tan perseguidos y porque la Iglesia comprenda sin ningún tipo
de vacilación que no podemos abandonar a estos hermanos a quienes tan
dignamente representa el honorable Cardenal Zhen.

Opinión Propia:

En mi opinión cada uno de los genocidios que se mencionaron anteriormente los


veo muy crueles ya que cada uno de los genocidios fueron muy violentos y a las
personas que sobrevivieron, como ser a las mujeres a muchas de ellas las
violaron y fueron golpeadas, también veo que fue cruel como asesinaron a
personas que eran inocentes y fueron asesinadas muchas por defender a su
familia y otras por defender a su patria, como ser en la guerra o pelea de Ruanda
ya que por la causal de la muerte del presidente de Ruanda se empezó lo que fue
la guerra entre los hutus y los tutsis, en la cual muchas personas fueron
asesinadas y las sacaron de los asilos o lugares donde ellos estaban ocultos y
tratando de salvarse, pero en esas guerras no existía lo que era la armonía o el
trato de cuidarse entre ellos mismos, si no que allí se mataban todos y no les
importaba si eran humanos, en estos genocidios podemos observar que muchas
de las guerras empezaban por la discriminación ya sea por discriminación de
color, de raza o religión, lo cual no debería de ser así, ya que todos somos seres
humanos y tenemos el mismo valor que los demás. Debemos respetar cada uno
de los gustos, etnias, razas y religiones de cada persona, ya que si queremos
respeto debemos respetar primeramente para que ellos nos respeten y así no
tener peleas entre sí, por lo cual debemos de tratar de tener paz con todas las
personas y así evitaremos las guerras y las muertes de personas inocentes,
podemos observar que cada uno de los genocidios se violentaban varios derechos
como ser; el derecho a la vida ya que los mataban, también se violentaba el
derecho a la igualdad, ya que no se les respetaba a las personas que eran de raza
negra, a las personas de las guerras a muchas de ellas se les tortura y se les daba
un trato inhumano.

Debemos tolerar cada uno de los gustos y colores de piel de todas las personas
ya que a ellas también les debemos respeto y si podemos y tenemos las
posibilidades podemos ayudar en las necesidades que ellas tengan o en los
problemas que ellos nos dicen.

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