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LA VILLA DE LOS

MISTERIOS
Pompeya

Lidia Asensio Aniorte.


Roma, Pompeya y Herculano.
Máster en Investigación Arqueológica.
Universidad Complutense de Madrid.
Índice
1. Introducción: Ubicación y
descubrimiento………………………………………………..….2-3
2. Arquitectura de la
villa…………………………………………………………….....3-8
3. El culto de la villa. Sus frescos y su
simbología…………………………………………………..……8-20
4. Bibliografía………………………………………………………21
5.

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1. Introducción: Ubicación y descubrimiento
La Villa de los Misterios, se encuentra situada en lo que era la antigua ciudad romana de
Pompeya. Esta antigua villa está a unos 800 metros al noreste del muro norte de la
ciudad y a 200 metros de la Puerta de Herculano, con la que se conecta a través de una
vía funeraria. Concretamente, se encuentra entre dos caminos, el ramal de la calle de los
Sepulcros y el camino que conduce de Pompeya a Herculano y Nápoles.

Fig. 1. Plano de la antigua ciudad de Pompeya. Disponible en: https://www.freepng.es/png-y06wio/


[Consulta: 18 de febrero de 2022].

La ciudad sufrió en el año 62, un gran seísmo que destruyó la ciudad. Los pompeyanos
no hicieron caso de las advertencias naturales, que desencadenarían posteriormente, y
volvieron a reconstruir la ciudad. Posteriormente, la ciudad quedó aniquilada en el año
79, debido a la gran erupción del Vesubio que acabó con la ciudad.

El descubrimiento de la antigua ciudad de Pompeya se llevó a cabo en el año 1763 bajo


el reinado y ordenanza de Carlos III de España. Debido a este descubrimiento,
posteriormente, ya con la proclamación del reino e Italia, en 1861 se comenzó a hacer
una minuciosa exploración de toda la superficie de la ciudad, aunque todavía la Villa de
los Misterios no había salido a la luz. La villa apareció, posteriormente, en 1910. Años
más tarde, en 1997, entró a formar parte de Patrimonio de la Humanidad.

Durante dos décadas, este edificio fue llamado con el nombre de Villa Item, en honor a
Aurelio Item, propietario del Hotel Suisse de Pompeya, quien descubrió y excavó la
villa. Posteriormente, Amedeo Maiuri en 1931, cambió el nombre del edificio al que se
conoce actualmente, tras la publicación del informe de excavación y para centrar la
atención en la zona importante de la casa, es decir, lo que se conoce como la Sala Roja.
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La Sala Roja, es una sala decorada con una serie de frescos que fueron interpretados
como una representación ritual de iniciación en los misterios.

El estado de conservación de las ruinas de la villa es tan buena que permiten mostrar
cómo era el estilo de vida en aquella época. Por lo que se piensa, durante un periodo
breve, en este lugar se llevaba a cabo la iniciación de mujeres aristócratas romanas en el
culto órfico. O sea que, durante un tiempo, en este lugar, albergó un culto órfico. Antes
del terremoto, que he mencionado anteriormente del año 62, la villa había sido una casa
particular, y después del seísmo, pasó a ser una explotación agrícola.

2. Arquitectura de la villa.
La villa de los Misterios es un edificio del siglo II a.C. que ha sufrido una serie de
remodelaciones a lo largo de su historia. En su origen fue una casa de campo, sencilla
que, posteriormente sirvió como base para lo que sería después una villa rústica más
grande, aunque fue en época de Augusto cuando se produjeron las grandes
modificaciones. En total, la villa mide 3716 metros cuadrados. Estas modificaciones se
produjeron con el fin de albergar más salas y/o para hacerla más lujosa.

Fig. 2. Reconstrucción de la Villa de los Misterios de Pompeya. Disponible en:


http://algargosarte.blogspot.com/2014/10/la-villa-de-los-misterios-de-pompeya-el.html [Consulta:
18 de febrero de 2022]

Es un edificio de planta cuadrada rodeada por una terraza panorámica. Tras el


terremoto, la villa pasó a tener otros propietarios y los usos de esta también cambiaron.
De una vivienda señorial, pasó a ser una explotación agrícola. Como ocurre con la

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mayoría de las casas en Pompeya, la propiedad del edificio es desconocido. Aunque, sí
que es cierto, que se descubrieron varios objetos que podrían dar pistas sobre quienes
fueron sus dueños. En primer lugar, se descubrió un sello de bronce que menciona a
Lucius Istacidius Zosimus, un liberto de la familia Istadicii. Por otro lado, se descubrió
una estatua de Livia en el peristilo de la casa, por lo que se piensa que esta fue
propietaria de la villa. Esta última teoría es dudosa debido a donde se halló la estatua, ya
que esa sala podría haber sido utilizada como santuario donde podría haberse dado culto
a Livia.

Fig. 3. Estatua de Livia. Antiquarium Museum, Boscoreale. Disponible en:


https://angelsferrerb.wordpress.com/2021/01/27/la-villa-de-los-misterios-de-pompeya-escenifica-un-ritual-
dionisiaco-y-erotico-destinado-a-las-mujeres/ [Consulta: 12 de febrero de 2022].

La planta del edificio fue diseñada como dos rectángulos paralelos formando así una
gran planta cuadrada, paralela a una exedra sobresaliente que se encuentra orientada
hacia el mar. Durante la época augustea, el edificio fue ampliado y embellecido al estilo
arquitectónico helenístico. Se trataba de una villa de ocio formado por grandes salas y
jardines suspendidos en una posición panorámica. En total la villa tenía 60 estancias
repartidas entre salas para comer, entretenimiento y espacios más funcionales.

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Fig. 4. Planta de la Villa de los Misterios. Disponible en:
https://es.wikipedia.org/wiki/Villa_romana#/media/Archivo:Villa_Misteri_mappa.jpg [Consulta: 18 de
febrero de 2022].

Tras el terremoto del año 63, el jardín y la mayor de la parte de la villa acabaron en
ruinas, pero se realizaron, posteriormente, una serie de reparaciones que la convirtió en
una villa rústica dotada de herramientas agrícolas, una prensa y un largar para hacer
vino. Se encuentra situada encima de una colina, apoyada por un criptopórtico formado
por una arcada usada como terreno de descarga de basura. La entrada principal se hacía
sobre un amplio arco de medio punto, al lado opuesto de la exedra. Posteriormente, a
este arco se le añadió otro arco para ampliar la casa dotándola de una nueva entrada
donde estarían las nuevas estancias de servicio. Esta nueva zona tenía un piso superior
por el que se accedía por dos escaleras.

La exedra es parecida a una veranda que da hacia el exterior y, en cuyos laterales, hay
una serie de terrazas con un jardín y una serie de arcadas. Tras el terremoto, esta entrada
fue convertida en una zona rústica y de servicio donde había diferentes conjuntos
destinados a las cocinas, la panadería y una prensa con un tronco con cabeza de carnero
y un lagar para el vino.

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Fig. 5. Cocina. Villa de los Misterios. Pompeya. Villa de los Misterios. Pompeya.
Extraído de: Rafael Agustí Torres. “Pompeya: la Villa de los Misterios”

Al atravesar el vestíbulo se encuentra el peristilo formado con dieciséis columnas de


estilo dórico. El atrio de estilo toscano es más grande, sin columnas y con un impluvio
rectangular en el centro, decorado con paisajes nilóticos y con un tablinum decorado
con miniaturas pertenecientes al estilo III de pintura pompeyana sobre un fondo negro.
Los paisajes se encontraban representados en los huecos dejados por las pinturas sobre
tabla que colgaban en las paredes. Poseía una veranda con ábside con vistas hacia el
mar, sobre los lados, se hallan diferentes espacios, incluyendo aquí el cubículo.

Fig. 6. Peristilo. Villa de los Misterios. Pompeya. Extraído de: Rafael Agustí Torres.
“Pompeya: la Villa de los Misterios”

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Fig. 7. Atrium principal. Villa de los Misterios. Pompeya. Extraído de: Rafael Agustí
Torres. “Pompeya: la Villa de los Misterios”

La salas que se encuentran más próximas a la puerta de entrada pudieron ser utilizadas
como zona de servicio con la cocina descubierta, despensas y letrinas a la izquierda, y a
la derecha se hallaban espacios para la explotación agropecuaria. Al suroeste del
edificio, se encuentra una puerta que da acceso a un pequeño atrio tetrástilo que se
conecta con la cocina por un pasillo y donde se encuentran unas pequeñas termas. A
este pequeño atrio, dan unos cubículos, uno con pilas del estilo II de pintura, y otro
decorado con ilustraciones del estilo II de pintura. Hay otras habitaciones con
columnatas y arquerías proyectadas con una falsa perspectiva.

Tras la ampliación de la villa, la decoración pictórica pasó de ser de estilo II a una de


estilo III. Tanto el triclinio como la zona termal, tras el terremoto, fueron utilizados
como zonas de depósito y como acceso al nivel superior, donde se encuentra el peristilo
y las habitaciones utilizadas para la servidumbre.

Las decoraciones peritales se diferencian dependiendo del periodo histórico. Las


decoraciones en el tablinum están compuestas por una serie de frescos, sobre un fondo
negro con serpientes aladas, dioses y símbolos dionisiacos, típicos del estilo III y IV de
la pintura mural pompeyana. En el triclinio se encuentran los frescos que representan el
rito mistérico de iniciación.

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Fig. 8. Serpiente alada sobre fondo negro. Villa de los Misterios. Pompeya. Extraído de: Rafael Agustí Torres.
“Pompeya: la Villa de los Misterios”.

3. El culto de la villa. Sus frescos y su simbología.


El nombre de la villa lo recibe por los frescos que se encuentran en una de las
habitaciones de la residencia. La Sala de Iniciación se encuentra después de atravesar el
peristilo y el atrio, en mitad izquierda de la fachada. Esta estancia se encuentra decorada
con frescos del siglo I a.C. conocidos como megalografía. No se sabe con seguridad
cual es el tema de estas pinturas, aunque se piensa que podría tratarse de la iniciación de
una mujer en el culto a Dioniso, un culto mistérico que requería una serie de ritos
específicos y rituales para convertirse en miembro. Aunque esta no es la única
interpretación, ya que también se ha pensado que podría tratarse de una joven pasando
por los ritos del matrimonio.

Esta estancia tiene unas dimensiones de 7 metros de largo y 5 metros de ancho. El suelo
se encuentra decorado con un mosaico blanco y negro. En el centro de la pared que mira
hacia el este hay una gran ventanal que con conduce a una terraza que está cubierta. Por
otro lado, la pared que, orientada al sudoeste, hay una gran puerta que comunica con
otra terraza también cubierta.

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Fig. 9. Frescos del triclinio. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://es.wikipedia.org/wiki/Villa_de_los_Misterios#/media/Archivo:Villa_dei_Misteri_-
_Pompei.jpg [Consulta: 18 de febrero de 2022].

Los frescos se encuentran cubriendo todas las paredes de la habitación, entre los dos
frisos superior e inferior. En total, la decoración contiene veintinueve figuras humanas
de tamaño natural. Las que se encuentran en posición vertical miden entre 1’40 metros y
1’50 metros de altura. Los frescos se encuentran divididos en 10 escenas que
representan la iniciación, aunque la última no tiene que ver con esa iniciación, sería una
escena extra. El color del fondo de las escenas es lo que se conoce como rojo
pompeyano.

Fig. 10. Disposición de los frescos. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Extraído
de: Linda Fierz-David. La Villa de los Misterios de Pompeya.

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Linda Fierz-David, en su libro La Villa de los Misterios de Pompeya, recoge a la
perfección las interpretaciones que se han dado de las diferentes escenas de la sala,
además de dar una interpretación propia de cada una de ellas.

En la primera escena, se representada a la iniciada portando un velo. Se encuentra


escuchando a un niño desnudo que le está leyendo un rollo de pergamino. Detrás de este
niño, se encuentra la figura de sacerdotisa que le guía en la lectura, mientras que mira a
la iniciada.

La iniciada está vestida como una matrona romana, con un velo le cubre la espalda y la
cabeza. Su mano derecha se encuentra apoyada en la cadera, mientras que, con la
izquierda, recoge los pliegues de su velo para cubrirse su pecho. Simbólicamente, el
velo protege a la iniciada del mundo que, a partir de ese momento, ya había quedado
atrás. Se desconoce el sentido que podía tener el gesto de esta figura, aunque
simbólicamente podría tener algún significado. La mano derecha, indica una inacción.
Llevarse el velo hacia el pecho, indica que su corazón se encuentra abierto a nuevas
impresiones. Su porte hace referencia a la actitud del comienzo a la vía de la
adivinación.

La mujer, está concentrada en lo que está leyendo el niño. El niño se encuentra desnudo,
siendo en la antigüedad signo de divinidad. En su pies porta unos coturnos, un atributo
de Dioniso. Entonces, el niño podría representar a Dioniso niño, que imparte su
enseñanza a través del infante. El niño, a su vez, es la pieza central de la escena. Es la
inocencia pura, en la que la palabra divina no está influenciada por el pensamiento
humano. Es por esto que, la sacerdotisa no habla, se limita a mirar. En este caso es la
representante de la consciencia. La sacerdotisa mira hacia el velo de la iniciada,
preguntándose si su corazón está abierto a este nuevo sentimiento.

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Fig. 11. Escena 1. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://www.visitarpompeya.com/visita/villa-de-los-misterios/ [Consulta: 19 de febrero de
2022

La siguiente escena, la escena dos, comienza con la figura de la iniciada coronada con
una corona de mirto y, que ahora, continua con su camino. Su cabeza se encuentra
girada ligeramente hacia atrás, mirando la escena anterior. Parece ser que esto podría
indicar que todavía está rememorando las enseñanzas impartidas por el niño en la
escena anterior. En esta escena, ya ha dejado caer su manto, dejando a la vista lo que
lleva debajo de esta, o sea, una túnica fina sin mangas. En su mano izquierda porta una
fuente con una tarta de sacrificio, indicando que esta es la sacrificadora, cortado en
trozos mientras que, en su mano derecha, porta una ramita de laurel. Esta figura es la
que marca la transición entre la primera y segunda escena.

Algunos investigadores como, Leopold Feiler, han pensado que los pliegues del manto
y de la túnica que cubren el cuerpo de la iniciada, podrían indicar que estuviese
embarazada. Este hecho enlaza directamente con la escena anterior, en la que la
iniciada, dispuesta a recibir las enseñanzas divinas, se ha cubierto su corazón con el
velo. En este caso, algo invisible ha entrado en ella. Esto podría tener algún tipo de
influencia del culto de Sabacio (la forma frigia de Dioniso). En este culto, al
participante del misterio se le introducía debajo de la ropa una serpiente. Esta serpiente
sería la representación del dios.

De este modo, la iniciada está embarazada de la revelación que comienza a agitarse


dentro de ella. Esto que está creciendo en sus entrañas sería el estado de ánimo
dionisiaco, en el que el miedo y la esperanza se mezclan trastocando a su portador.

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En este fresco, la iniciada está ofreciendo un sacrificio. Como se ha mencionado
anteriormente, lleva sobre su cabeza una corona de mirto y en sus manos lleva una
fuente sacrificial. Se dirige hacia la mesa de altar a depositar su ofrenda.

En esta escena, no solo se encuentra la figura de la iniciada, sino que además aparecen
dos sacerdotisas, una más mayor que la otra, y una criada. La primera sacerdotisa, la
más mayor, porta, al igual que la iniciada, una corona de mirto. A la izquierda de esta, la
criada le da a la sacerdotisa una cesta tapada. A la derecha de la mesa, la otra
sacerdotisa, también lleva en su cabeza la corona de mirto y en su manto lleva un rollo
pegado.

La escena se desarrolla, primeramente, con la sacerdotisa que sujeta una rama de laurel
sobre el recipiente de la derecha, mientras que la sacerdotisa más joven derrama sobre el
laurel el agua sagrada con una jarra. A su vez, la más mayor de las sacerdotisas, alza
con su otra mano la tela que cubre la cesta grande y pesada que se encuentra más hacia
la izquierda.

En estas escenas todo lo que se representa tiene un significado, por lo que la cesta no
sería menos. La cesta es un símbolo del culto a Baco, a su vez, la cesta como símbolo de
la madre que protege. La diosa Madre Cibeles le entre esta kista mystica a Dionosio,
como una novia a quien él ha penetrado. Por lo tanto, al comer esa ofrenda, el dios ha
penetrado en ella.

Fig. 12. Escena II. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://es.artquid.com/artwork/70101/25103/escena-de-la-villa-de-los-misterios-de-
pompeya.html [Consulta: 19 de febrero de 2022].

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En la escena III no aparecen figuras humanas. Esta vez lo que se encuentra en esta
escena son las figuras de un Sileno, coronado con una corona de mirto y tocando una
lira. En torno a esta figura, se encuentran las figuras de unos faunos y jóvenes cabras.

La figura del Sileno conecta la segunda escena con la tercera. Está vestido con una
túnica violeta que le cubre la parte inferior del cuerpo. Esta desnudez parcial simboliza
la semidivinidad de la figura del Sileno. Sileno era un compañero de Dioniso.
Originariamente, Sileno era un demonio fontanal del que brotaba la sabiduría y el agua.
También era un demonio dionisiaco ya que profetizaba el estado de embriaguez. Él
portaba la sangre del dios. También era el maestro de Dioniso por ser la fuente del que
emana el agua divina. La figura de Sileno simboliza el agua sagrada que purifica las
ramas de laurel en la segunda escena y de ahí su conexión entre la segunda y la tercera
escena.

Si la figura en si del Sileno ya era un tanto complicada, se encuentra tocando una lira.
Este instrumento no es suyo originariamente, ya que es un atributo de Orfeo. En este
fresco la figura de Sileno se entremezcla con el de Orfeo. Esto representa la sabiduría
transmitida de generación en generación.

Cerca del Sileno, se encuentran un fauno, una pánida y tres cabras. El grupo de figuras
formado por faunos, están sentados sobre una piedra. El fauno del fondo está tocando
una siringa mientras que una cabra se apoya sobre él. La pánida se encuentra
amamantando a una cabra más joven, mientras que el macho cabrío se encuentra situado
en un primer plano mirando y escuchando al espectador, como si esperase algo.

Tanto la pánida como el fauno, simbolizan la luz demoniaca que se hace visible en la
naturaleza antes atormentada y oscura. El fauno se encuentra tocando la siringa, un
instrumento del dios Pan, por lo tanto, aquí está simbolizando lo mismo que el Sileno.
La pánida, por otro lado, hace referencia a las ninfas que eran las nodrizas de Dioniso y
bailaban con Pan en las montañas.

Es probable que la iniciada no se encuentre representada con figura humana porque


podría estar representada en forma de cabra. Esta sería la primera unión entre la iniciada
y Dioniso, y simboliza la pérdida de la consciencia. La iniciada se encuentra dormida
por unos sucesos que no es capaz de comprender. La cabra es un símbolo de la entrega
total a un ser superior.

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Fig.13. Escena III. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://es.artquid.com/artwork/70101/25103/escena-de-la-villa-de-los-misterios-de-pompeya.html [Consulta: 19
de febrero de 2022].

La escena cuarta y quinta están relacionadas entre sí. La escena cuarta es la última de
esta primera pared y está compuesta por una mujer asustada. La quinta escena es una
composición de Dioniso y Ariadna, en la que la mujer asustada, se encuentra dando la
espalda a esta escena.

La figura de la mujer está con la boca abierta como si estuviera a punto de gritar. Está
haciendo un gesto con la mano izquierda como si estuviese rechazando algo y la forma
de su cuerpo está representada de tal manera como si quisiera irse de allí. Con su otra
mano se sujeta el manto para echárselo sobre su cabeza. Detrás de esta mujer, se
encuentra representado el Sileno sentado sobre una piedra tallada por todos sus lados. El
Sileno se encuentra cubierto, su parte inferior, con un manto rojo y sobre su cabeza
porta una corona de hiedra. Se encuentra mirando hacia la mujer. Mientras que mira a la
mujer, eleva un receptáculo de plata hasta la altura de sus hombros. Detrás del sileno, se
encuentra un fauno agachado mirando por dentro del receptáculo y muestra unos gestos
de terror. Detrás de este fauno se encuentra otro que sonríe al espectador, sosteniendo en
lo alto, una máscara de sátiro, amenazadora.

La piedra tallada marca los acontecimientos que se están produciendo dentro de un


santuario interior. Esta piedra señala el anaktoron de un templo. Las acciones del
alzamiento de los objetos muestran un carácter de servicio divino. El primer de los

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objetos elevados es el receptáculo de plata que puede que contenga vino, mientras que
el segundo objeto, es la máscara que pertenece a Dioniso. Tanto el manto rojo y la
hiedra simbolizan a Dioniso, puesto que la hiedra es un signo del dios como dios del
vino. Ambos objetos son símbolos son característicos de Dioniso.

Entonces, aquí lo que se pretende representar es que la mujer ha recuperado su forma


humana, el idilio que se había representado en la escena anterior ha desaparecido. Se
puede observar que la entrega pasiva ya no es suficiente. Está asustada por la llamada de
la máscara de terror que procede del santuario interior.

La quinta escena formada por el Sileno y los faunos tiene que ver con el servicio
mistérico de los sacerdotes de Apolo que tiene lugar en ese momento en Delfos. En este
caso, el Sileno está representado como un Sacerdote celebrante que eleva el receptáculo
del vino, mientras que los faunos han alzado ya la máscara. Detrás de la máscara no hay
nada, por eso el fauno se encuentra sonriendo, porque sabe que está bacia.

La máscara sin nada pertenece al culto de Dioniso, ya que la representación de la nada


tiene que ver con el Dioniso espíritu de los muertos. El santificador de estos frescos es
Dioniso personificado como de espíritu de lo inconsciente.

Así pues, la representación en conjunto, de la cuarta y quinta escena es una alusión a las
conexiones terrenales. Es el momento de la epifanía, el despertar de lo divino.

Fig. 14. Escena IV. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://es.artquid.com/artwork/70101/25103/escena-de-la-villa-de-los-misterios-de-pompeya.html [Consulta: 19
15de 2022].
de febrero
Fig. 15. Escena V. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://www.descubrirelarte.es/2015/03/26/los-frescos-de-la-villa-de-los-misterios-pompeya-lucen-de-nuevo-en-
todo-su-esplendor.html [Consulta: 19 de febrero de 2022].

La sexta escena se encuentra en el centro de la pared del fondo de la sala. Lo que


representa es el matrimonio de Dioniso y Ariadna. La escena se encuentra en
condiciones pésimas, faltando la parte superior. En la escena se encuentra la figura de
Dioniso redentor acostado sobre Ariadna. Es una imagen que transmite una cierta paz.
En el costado de la representación, se encuentra la figura de Ariadna entronizada. El
deterioro del fresco no deja suponer cual sería el significado de la escena.

Fig. 16. Escena VI. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://colorenlaoscuridad.wordpress.com/2017/12/06/la-villa-de-los-misterios-parte-i-sala-de-las-pinturas/
[Consulta: 19 de febrero de 2022].

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En la escena séptima se ve como la iniciada ha regresado ya de ese templo interior. Se
encuentra arrodillada, portando una cesta con el niño divino en forma de falo en su
interior. Se puede ver que sus gestos demuestran que está cansada, pero a su vez sus
ojos atestiguan un cierto miedo. A partir de esta escena, ya no serán representados más
figuras masculinas. Ahora las mujeres están compartiendo la intimidad de un misterio.

La iniciada ha colocado la cesta a sus pies, se encuentra arrodillada y extendiendo sus


brazos para cubrir el falo con una tela. El cabello lo lleva cubierto por una cofia. Encima
de sus hombros, se encuentra representada una antorcha, con la que se ayudó para salir
del templo, pero ahora está apagada. La figura de la mujer está representada con rigidez,
mientras que lo único que está vivo en ella son sus ojos, abiertos con una expresión de
sufrimiento en su mirada.

Detrás de la mujer, se encuentran representadas otras dos figuras femeninas. Una de


ellas no se sabe que representa ya que está muy dañada. La figura más alejada, es la que
se puede ver con claridad. La mujer está retrocediendo y está asustada, mientras que la
que se encuentra más cerca, se está moviendo hacia la iniciada, levantando una cesta por
encima de su cabeza. Al otro lado de la cesta de mimbre, se encuentra un ser alado con
alas negras, bajando a toda velocidad. Detrás de la iniciada, se encuentran dos mujeres
que representan los eslabones de una cadena

El ser alado se encuentra representado calzando los coturnos y como si acabase de


aterrizar. Está levantando su mano izquierda en gesto de condena hacia la mujer
arrodillada de la siguiente escena. En su otra mano lleva un látigo. La mirada del ángel
se encuentra clavada en la mujer de la octava escena, a la que piensa asestar el golpe.

La antorcha simboliza la iluminación divina que la iniciada obtiene durante su catábasis.


Ella devuelve esta iluminación a través de la cesta de mimbre con el falo en su interior.
La iluminación que ha recibido es la del dios que ha renacido. Entonces, la mujer, lo ha
visto, lo ha alimentado, ha sido testigo del renacer.

La cesta que porta la iniciada sobre su cabeza lleva en su interior unas ramas de pícea.
La pícea es uno de los símbolos más importantes de Dioniso. Esta planta fue plantada
cuando nació el dios y se convirtió, posteriormente en símbolo de Dioniso-Liso, es
decir, el dios de la iniciación. Entonces, cuando la mujer lleva esta cesta sobre la
cabeza, lo hace para frenar la excitación que siente con la bendición del dios y
recordarle que se debe proteger de la curiosidad indiscreta.

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Fig. 17. Escena VII. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://colorenlaoscuridad.wordpress.com/2017/12/06/la-villa-de-los-misterios-parte-i-sala-de-las-pinturas/
[Consulta: 19 de febrero de 2022].

La octava escena se encuentra conectada con la anterior a través de la figura del se


alado. El soplo dionisiaco ya se ha apoderado de la iniciada. La iniciada se encuentra en
esta escena nuevamente de rodillas, pero la rigidez con la que se representa en la escena
anterior ya ha desaparecido. Se encuentra apoyada sobre el regazo de la sacerdotisa, que
se encuentra sentada, entregándose a la humillación. Ya ha salido de su templo interior
y ahora se encuentra separada de todo.

Parece que al desprenderse de todo a lo que estaba unida, ha obtenido a cambio el apoyo
de la sacerdotisa. Ahora el espíritu de Dioniso la golpea, a través de su flagelación. Por
lo que parece, el ángel está mirado a la iniciada, pero esta no lo ve. La iniciada ahora
tiene los ojos cerrados, ha bajado la mirada. En cambio, la sacerdotisa que se encuentra
sentada, sí que ve al ángel, también siente temor, pero lo soporta con el fin de realizar su
oficio. Esta mujer apoya su mano izquierda sobre el cabello de la iniciada, mientras que,
con la otra, le aparta la túnica de la espalda para que el ser alado pueda azotarla. Con el
latigazo ya es redimida.

Después de la octava escena, se piensa que la iniciada ya ha superado el rito de


iniciación y ha vuelto a su vida normal.

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Fig.18. Escena VIII. Sala de Iniciación. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:
https://colorenlaoscuridad.wordpress.com/2017/12/06/la-villa-de-los-misterios-parte-i-sala-de-las-pinturas/
[Consulta: 19 de febrero de 2022].

En la novena escena se encuentra una mujer que se está peinando con la ayuda de su
criada. Junto a estas, un Eros, sujeta un espejo. Aquí, la que se está mirando al espejo es
la criada, mientras que la matrona mira hacia la lejanía.

Todos los accesorios que porta la matrona en la cabeza deben ordenarse. Este
ordenación tiene que ver con la ordenación de la consciencia, que mira a su vez al
espejo. Este pequeño ser ha sido interpretado como un mensajero de lo inconsciente que
comunica a la dama con las reacciones de su interior ante sus impresiones externas.

https://colorenlaoscuridad.wordpress.com/2017/12/06/la-villa-de-los-misterios-parte-i-sala-de-las-
pinturas/ [Consulta: 19 de febrero de 2022].

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Junto a la gran puerta que se encuentra al lado de la escena novena, se encuentra la
única pintura que cubre la pared, el retrato de una mujer. Se cree que es una domina que
se encuentra sentada sobre un sillón y ricamente ataviada como una matrona. Apoya su
brazo dereche sobre un cojín. A la izquierda de la mujer se encuentra un objeto que
podría considerarse que es una escribanía. Se piensa que esta mujer debe entenderse
como la representación de Mnemósine, es decir, la memoria.

Fig. 20. Escena X. Villa de los Misterios. Pompeya. Disponible en:


https://www.lacamaradelarte.com/2018/06/villa-de-los-misterios.html [Consulta: 19 de febrero de 2022].

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4. Bibliografía
 Agustí, Rafael, La pintura romana: Los cuatro estilos pompeyanos (University
of Cambridge, 2019).
 Cuevas, Marina, “Villa de los Misterios”, La Cámara del arte, consultado el 19-
2-2022, https://www.lacamaradelarte.com/2018/06/villa-de-los-misterios.html
 Del Vando Blanco, Carmen “Los frescos de la Villa de los Misterios (Pompeya)
lucen de nuevo en todo su esplendor”, Descubrir el arte, Consulta: 18 de febrero
de 2022, https://www.descubrirelarte.es/2015/03/26/los-frescos-de-la-villa-de-
los-misterios-pompeya-lucen-de-nuevo-en-todo-su-esplendor.html
 González Serrano, Pilar, “Dioniso: los misterios de la villa de Pompeya”, Akros:
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