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Reflexión de la lectura “Ética Profesional y Psicología”

Miguel Betancourt
Silvia Mena
Diana Rodriguez
Gabriela Torres
Heiddy Velandia
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Bioética
Doc. Maria Fernanda Caicedo
10 de junio del 2022
Reflexión de la lectura “Ética Profesional y Psicología” (Lindsay, 2009)

La actualidad ha traído consigo varios cambios y transformaciones a nivel tecnológico,


interpersonal, cultural y demás, los cuales han exigido al individuo la capacidad de adaptarse a un
mundo que cada vez presenta cosas nuevas. A partir de estas adaptaciones las personas se vieron
obligadas a plantearse nuevas reflexiones sobre el contexto que se les fue presentando, volviéndose
un deber de la sociedad y en este caso de los Psicólogos proponer códigos y principios éticos para
definir cómo debe ser el actuar apropiado para el profesional, desde la psicología como ciencia e
investigación hasta su rama de aplicación.

Partiendo de esto, uno de los mayores retos a los que se enfrentan los psicólogos, consiste
en la consideración ética que implica las investigaciones llevadas a cabo, especialmente en
investigaciones dirigidas a grupos, comunidades y colectivos; para esto, es necesario tener en
cuenta aspectos básicos como el consentimiento, la verificación del participante, la validez y
fiabilidad de las medidas con las que se lleva a cabo el registro de datos. La principal razón de
estas preocupaciones éticas alrededor de los estudios en comunidades consiste en que las
publicaciones y divulgaciones de los resultados, pueden traer consigo implicaciones en la relación
tanto de los miembros de dicho grupo como de grupos externos. Por esta razón, existen algunas
consideraciones éticas dentro de la publicación de artículos de investigación, dentro de las más
destacables se encuentra que los datos de la investigación no deben inventarse u omitirse, aunque
interfieran con el objetivo de estudio, además de tener veracidad, ser comprensible y precisos.

También es importante reflexionar sobre cómo la psicología va más allá de su rol en un


laboratorio, y al aporte social que está le puede dar a la humanidad, más que una normativa
existente, como seres sociales debemos tener la capacidad de pensar en el bienestar del otro sin
llegar a perjudicarlo. Los principios éticos como respeto, competencia, responsabilidad e
integridad, deben estar presentes en nuestro diario vivir sin la necesidad de que se tenga que
depender de una norma o sanción, se deben aplicar de manera innata; siendo la práctica de la
psicología, tanto científica como de servicio público, dos vertientes unidas que se implementen y
complementen.

En este orden de ideas, se hace necesario considerar que la práctica ética del psicólogo no
es algo que se aprende en un pregrado, sino que surge de todo un desarrollo de la práctica
profesional, la cual cada vez demanda más retos en esta materia. Precisamente Geoff Lindsay nos
permite dilucidar cómo los códigos éticos se han mantenido en constante evolución, acorde a los
nuevos retos del entorno, como los nuevos sistemas de información virtual y el internet, además
de los nuevos desarrollos en el pensamiento, que son intrínsecos al ser humano.

Incluso los retos se plantean al momento de establecer un código ético común, pues en las
diferentes naciones se presentan importantes diferencias en cuanto a el lenguaje, nivel socio-
político, cultura, historia y agremiación de los psicólogos.

Frente a este problema, Lindsay nos plantea una solución, la cual reconoce que si bien es
imposible lograr un código ético común, es posible alcanzar acuerdos generales a través de un
Meta-código, el cual establece todo lo que debería considerar el código de cada una de las
asociaciones adscritas, pero permitiendo que cada una de ellas elabore sus códigos específicos y
sus elementos. Este meta-código fue aprobado en 1995 por la Asamblea General de la Federación
Europea de Asociaciones de Psicólogos Profesionales (EFPPA), y fue revisado en 2005, en donde
fue posible concluir que en general tiene bases sólidas, por lo cual le fueron realizadas pocas
modificaciones, y evidencia tener éxito.

Además, el meta-código nos demuestra que si bien las diferentes asociaciones de


psicólogos internacionales tienen diferencias, comparten los mismos principios éticos, que nutren
los cimientos de la práctica profesional; los cuales en vez de abarcar sólo ámbitos de intervención
como evaluación, terapia o investigación, pueden aplicarse a través de un número amplio de áreas
en las que se desempeña el psicólogo, lo que permite tener una concepción holística del
comportamiento ético de los profesionales, del cual son responsables todos los psicólogos, sin
importar si se dedican al ejercicio aplicado, educativo o investigativo.
A modo de conclusión, la bioética es una ciencia muy importante en la salud y en la formación de
profesionales íntegros que impactan en la sociedad generando actitudes y comportamientos
reflexivos sobre aquello que tiene implicaciones morales, legales y cumpliendo los todos los
principios éticos desde una perspectiva interrelacionada. Por esta razón, es importante que se
privilegie la mentalidad científica en la que se basa la bioética, su importancia, dedicarle tiempo
para actualizar los conocimientos requeridos de ética y su aplicación, reconocer las diversas
corrientes del pensamiento y adoptar la que más conviene a la práctica ética diaria; de igual forma
es importante que en la práctica ética los estudiantes pueda tener en sus prácticas casos bioéticos
clínicos para despertar mayor interés en el estudiantado y al mismo tiempo que se pueda conocer
sus limitaciones y posibilidades de actuación.

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