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VII Concurso Literario Infantil “Había una vez un DERECHO”

“Una mujer valiente”

Su Nombre es Amalia Cabrera Alvarado pero todos la conocían como

“María”. Nació en un pueblo llamado akil Yucatán hace muchos años.

Cuando ella tenía 3 años su mama murió y ella junto con su hermana

mayor quedaron al cuidado de su papa quien trabajaba todo el día en los

pueblos cercanos a akil, como: oxkutzcab, tekax, pencuyut, xul, maní y

peto.

En sus primeros años de vida “María” solamente hablaba en lengua maya.

Al poco tiempo de haber fallecido la mama de “María” el papa se volvió a

casar dándoles a si a sus dos hijas una madrasta quien se olvido que

estas niñas tenían derechos y las lleno de responsabilidades.

Al Paso de los años la madrasta tuvo más hijos a los cuales “María” tuvo

que cuidar; a pesar de esta ella quería estudiar y aprender mucho; en el

pueblo solamente había una escuela y aunque le quedaba lejos y no

tenían dinero para los útiles escolares, ella le pidió a su papa que por

favor la llevara a la escuela, ejerciendo así. Su derecho a la educación.

Así aprendió a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y hablar español.

Ella contaba que fue muy difícil porque las clases eran en español y ella

solo hablaba maya además la mayoría de sus compañeros eran varones,


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porque se creía que las mujeres solo debían de aprender a tortear,

moler nixtamal y además cosas del hogar para luego casarse y llenarse

de hijos.

Desafortunadamente cuando “María” tenía 10 años su papa también

murió por lo que ella no pudo seguir estudiando. Aunque sufría

maltratos y su vida no era fácil, era muy responsable en la casa

cocinaba, lavaba, hacia tortillas a mano y las cocía en un comal de leña

que ella misma jugaba y prendía, también aprendió a costurar, bordar

hipiles a mano y hurdir hamacas para así venderla y ganar un poco mas

de dinero.

Pasaron los años cuando “María” tenía 18 años conoció al hombre de sus

sueños, un muchacho guapo y trabajador llamado Vicente reyes catzin

con el caso. Se fueron a vivir a un rancho conocido como “San Víctor”

que está entre aki y pencuyut, allá crio gallinas, pavos, puercos y otros

animales, así como también aprendió a cultivar maíz, chile cat, chinas y

otras frutas.

“María” vivió muchos momentos difíciles y tristes durante su

infancia pues no pudo disfrutar de los derechos que todo niño debe
tener, pero siempre le dio gracias a Dios por lo que tenia.
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Tuvo muchos hijos, nietos, bisnietos y tataranietos a los que siempre les

conto sus historias en el pueblo, enseñándoles también la riqueza y el

valor de la cultura y la lengua maya.

Siempre fue una mujer feliz, orgullosamente yucateca, contagiando

alegría a todas las que la rodeaban, tratando por igual a las personas que

fueran ricas y pobres.

Esta persona de la que hablo orgullosamente es mi bisabuela a la que de


cariño le decía “Abuelita Amalia”. Siempre la llevare en mi corazón
recordando su ejemplo y valentía que a pesar de todo lo que vivió
siempre persevero para lograr sus metas.

En nuestra época aun hay muchos pueblos indígenas mayas en los que
únicamente se habla la lengua maya y pienso que todos tienen derecho a
recibir la educación en su idioma, manteniendo así nuestras raíces.

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