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Experiencias

travestis
y trans
Diálogos entre

INSTITUTO DE ESTUDIOS SOCIALES EN CONTEXTOS DE DESIGUALDADES


la organización colectiva,
el territorio y la universidad

Martín Boy
María Florencia Rodríguez
María Alejandra Dellacasa
(compiladorxs)
Experiencias
travestis
y trans
Experiencias
travestis
y trans
Diálogos entre
la organización colectiva,
el territorio y la universidad
Martín Boy
María Florencia Rodríguez
María Alejandra Dellacasa
(compiladorxs)

Instituto de Estudios Sociales


en Contextos de Desigualdades (IESCODE)
Boy, Martín
Experiencias travestis y trans : diálogos entre la organización colectiva, el terri-
torio y la universidad / Martín Boy ; María Florencia Rodríguez ; María Alejandra
Dellacasa ; compilado por Martín Boy ; María Florencia Rodríguez ; María Alejandra
Dellacasa. - 1a ed. - José C. Paz : Edunpaz, 2021.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-4110-58-9
1. Identidad de Género. 2. Derecho a la Identidad. 3. Travestismo. I. Rodríguez, María
Florencia. II. Dellacasa, María Alejandra. III. Título.
CDD 362.897

1ª edición, abril de 2021


© 2021, Universidad Nacional de José C. Paz. Leandro N. Alem 4731
José C. Paz, Pcia. de Buenos Aires, Argentina
© 2021, EDUNPAZ, Editorial Universitaria

ISBN: 978-987-4110-58-9

Universidad Nacional de José C. Paz


Rector: Darío Exequiel Kusinsky
Vicerrectora: Silvia Storino
Secretaria General: María Soledad Cadierno
Secretaria de Ciencia y Tecnología: Pilar Cuesta Moler
Directora del Instituto de Estudios Sociales
en Contextos de Desigualdades: Nora Goren
Coordinación editorial IESCODE: Paula Isacovich
Directora General de Gestión de la Información y
Sistema de Bibliotecas: Bárbara Poey Sowerby
Jefa de Departamento Editorial: Blanca Soledad Fernández
Corrección de estilo: María Laura Romero y Nora Ricaud
Diseño de colección, arte y maquetación integral: Jorge Otermin
Ilustración de tapa: “Mika, #Transtorta, #Demisexual, #Insurgente”
de Andrea Laura Pasut - @andrea.pasut

Publicación electrónica - distribución gratuita

Portal EDUNPAZ https://edunpaz.unpaz.edu.ar/

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Tampoco se puede utilizar la obra original con fines comerciales. Esta licencia no es una licen-
cia libre. Algunos derechos reservados: http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/deed.es
ÍNDICE

PRÓLOGO
Palabras de Nora Goren 9
PRÓLOGO
Palabras de Mario Pecheny 11
INTRODUCCIÓN
Martín Boy, María Florencia Rodríguez y María Alejandra Dellacasa 17
PALABRAS DE BIENVENIDA DE LAS AUTORIDADES 23
1. EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS EN EL ÁMBITO DE LA SALUD 33
1.1 Voces travestis, trans y no binaries: singulares
y en primera persona
Alan Otto Prieto 93
1.2 Abordaje integral de la salud de la población travesti/trans.
Políticas sanitarias y acciones en territorio
Matías Ostropolsky 97
2. EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS
EN EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN 109
2.1 Incomodidades y resistencias. El rol de las instituciones
educativas y las experiencias formativas de la población
travesti y trans de la Argentina reciente
Mariana Álvarez Broz 148
2.2 Territorios del saber y espacio universitario.
Apuestas y límites de la cis-academia
Rafael Blanco 155
3. EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS
EN ÁMBITOS LABORALES 163
3.1 Travestis y trans: sin trabajo formal no hay inclusión real
Alejandro Aymú 190
3.2 Estrategias de supervivencia de la población travesti
y trans y el rol del Estado: reflexiones sobre un debate urgente
Julián Ortega 196
4. TRASTIENDA. ENTREVISTA AL GRUPO BALLROOM
EN EL BARRIO: ANDRÉS ANDINO, BELTRÁN HORISBERGER
Y MARÍA PÍA MARTIGNONI 201
5. ALGUNAS LECTURAS DESDE LOS EQUIPOS
DE INVESTIGACIÓN ORGANIZADORES 217
5.1 El deseo de existir. Reflexiones en torno
a los actuales abordajes institucionales de infancias
y adolescencias trans y no binaries
Alejandra Roca, María Alejandra Dellacasa,
Sebastián Sposaro, José Carlos Leanza y Estefanía Ayala 217
5.2 Lo que las Jornadas nos dejaron:
saberes, cuerpos y territorios en tensión
Martín Boy, María Florencia Rodríguez,
Anahí Farji Neer y Camila Newton 236
INTEGRANTES DE LOS EQUIPOS DE INVESTIGACIÓN 247
AGRADECIMIENTOS 251
PRÓLOGO
Palabras de Nora Goren (Directora IESCODE-UNPAZ)

Este libro sale a la luz en un momento muy particular del mundo y de


nuestro querido país, donde la pandemia de la COVID-19 no hizo más
que agudizar las desigualdades económicas, políticas y sociales, que hoy
se muestran con mayor agudeza y criticidad para sus habitantes.

La Universidad Nacional de José C. Paz aboga por debatir y dar visibili-


dad a las tramas, voces y experiencias de quienes sufren la vulneración
de sus derechos, en el marco del compromiso de pensar de manera si-
tuada cómo aportar a la transformación de sus condiciones de vida. En
el presente volumen, los trabajos ponen el foco sobre la población tra-
vesti y trans que habita en el conurbano bonaerense.
10 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Hablar de diálogo entre universidad, territorios y actores sociales es ha-


blar del desafío desde el cual nos situamos quienes hacemos investi-
gación en y desde la UNPAZ. No nos pensamos de manera diferenciada
entre el afuera y el adentro, entre el territorio con sus habitantes y la
universidad, sino que buscamos la integralidad sin perder de vista las
especificidades que nos responsabilizan.

Nuestra Universidad, ubicada en la provincia de Buenos Aires, en el


municipio del que tomó su nombre, ha asumido desde su fundación el
compromiso de generar conocimiento situado y de calidad. Los diversos
proyectos de investigación dirigidos y codirigidos por Martín Boy y Flo-
rencia Rodríguez respectivamente, y radicados en el Instituto de Estudios
Sociales en Contextos de Desigualdades, que tengo el placer de dirigir,
junto con el equipo de investigadores/as y estudiantes que lo integran,
han motorizado –en articulación con el equipo del Instituto de Ciencias
Antropológicas (ICA) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Buenos Aires, a través de la investigadora María Alejandra Dellacasa–
las Primeras Jornadas sobre Experiencias Travestis y Trans: Diálogos entre la Or-
ganización Colectiva, el Territorio y la Universidad. En su transcurso, aquello
que asumimos como compromiso se vio reflejado en acto.

Esperamos que estos aportes nos permitan enriquecer las miradas y el


debate sobre el mundo que tenemos y el futuro que deseamos, basado
en este encuentro de saberes, diálogos y, sobre todo, mucho aprendi-
zaje colectivo.
PRÓLOGO
Palabras de Mario Pecheny (UBA/CONICET)

Las experiencias individuales se politizan cuando se inscriben en narra-


tivas colectivas y se las reconoce como producto de estructuras sociales
y procesos históricos. Rara vez un infortunio es individual, privado, idio-
sincrático. Y muy rara vez la resistencia o la lucha es individual, privada,
idiosincrática. Dicho más sencillamente: muchas circunstancias difíci-
les de la vida son experimentadas como “algo que me sucede solo a mí”,
como una injusticia padecida o destino asignado.

Reconocer que esto que me pasa a mí resulta de estructuras sociales


sistemáticas que producen desigualdades, que esto resulta de procesos
históricos contingentes, es decir que podrían o pueden ser de otra ma-
nera, es un paso para politizar tal experiencia. También la politización
requiere que las experiencias individuales puedan ser inscriptas en
12 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

discursos colectivos, narrativas comunes, lenguajes e incluso identida-


des. Rasgos identitarios pueden devenir base de identidades políticas,
cuando estos rasgos son los objetos de ataque, ataque no azaroso sino
sistemático. Algo así escribió Hannah Arendt cuando señaló que una/o
solo puede defenderse políticamente en los términos de la identidad
que está bajo ataque.

El reconocimiento del carácter estructural e histórico de las experiencias


implica varios movimientos y condiciones: contar con espacios de en-
cuentro e identificación social recíproca entre pares, lograr políticamen-
te la construcción de clivajes y oposiciones (ellos/as/xs, nosotras/os/xs),
así como también tener la chance de construir desarrollos intelectuales
y cognoscitivos que recuperen, hagan visibles, sistematicen, midan, ex-
pliquen, esas estructuras y procesos históricos que hacen que eso que
me sucede “solo a mí” no sea (solo) personal, sino también político.

La inscripción de las experiencias individuales en narrativas colectivas


también requiere de movimientos y condiciones, requiere de política y
de lucha. Los procesos son colectivos, agonísticos (es decir, implican pe-
leas), ambivalentes, cambiantes según los contextos, muy cambiantes.

Estos primeros cuatro párrafos podría haberlos escrito para cualquier


otro texto. De hecho, con estas u otras palabras es lo que vengo escri-
biendo hace al menos veinticinco años, soy de repetirme. ¿Por qué lo
hago, además de porque el público se renueva? Porque me van a per-
mitir articular, poner en relación, los términos del libro que aquí inicia:
Experiencias travestis y trans. Diálogos entre la organización colectiva, el terri-
torio y la universidad.

Las experiencias: muchas personas a lo largo de muchas décadas han


sentido y experimentado que no “eran” (que no eran nada, o no eran
del todo) como les decían que debían ser. Yo no me siento varón, no soy
varón. No me siento mujer, no soy mujer. Me siento mujer, soy mujer. Me
siento varón, soy varón. O no soy un hombre como dicen que debe ser
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 13

un hombre, no me siento una mujer como las demás mujeres. Y todas


las variantes experienciales que hubo, hay y habrán. Pasaron muchas
décadas y muchas luchas para que esas experiencias puedan ser incluso
designadas como específicas, comunes o compartidas, e injustas, y de-
signadas con un nombre (sustantivo, adjetivo): travestis y trans. Pasaron
muchas décadas y muchas luchas, y muchos desarrollos intelectuales
y discusiones colectivas, para que dichas experiencias se reconozcan
como producto de estructuras sociales de jerarquías sexuales y de gé-
nero (hetero-normativas, cis-normativas), un producto contingente (que
no es necesario, natural, dado, sino que podría ser o haber sido de otra
manera, que es social-político-cultural, que es construido por las accio-
nes sedimentadas de sujetos). También fue largo el trecho que llevó a la
construcción de narrativas colectivas, compartidas, confluyentes, aun
en sus ambivalencias, ambigüedades y tensiones. Experiencias travestis
y trans, por orden de aparición, como se dice en los programas teatrales.
Vamos al último sintagma del título del libro: la universidad.

La universidad también es producto de estructuras sociales desiguales


y de procesos históricos, también ha construido su narrativa de univer-
sidad pública y reformista, en la cual se da clase/estudia, investiga y se
“hace extensión” o trabajo con las comunidades. Más allá de las narra-
tivas autocomplacientes, ya es bien conocido y discutido el carácter de
clase y jerárquicamente estructurado según género y generación de la
universidad. Pero el carácter cis-normativas no lo ha sido tanto. El ca-
rácter cis-normativas es doble o triple: es cis-normativas en la medida
en que presupone el carácter cis de su comunidad docente, no-docente,
estudiantil; también lo es en que produce y reproduce los patrones es-
tables y binarios de género que constituyen la cis-normatividad, tanto
en sus prácticas como en los saberes que históricamente ha construido
y legitimado. Por eso unir “experiencias travestis y trans” con “la univer-
sidad” no es cosa sencilla. Es menos sencilla que ponerlo en un título de
14 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

un libro o en un encuentro académico y/o activista. Vamos ahora a lo del


medio del título: diálogos entre la organización colectiva, el territorio.

Quienes forman parte del evento que dio origen al libro y escribieron
para el libro lo saben segurísimo mejor que yo: “diálogos” a menudo es
un eufemismo. Lo que suele haber es gritos, interrupciones, reproches,
festejos risueños, chistes, improperios, complicidades y amores odios
profundos o efímeros. Pero a falta de otros procedimientos, los diálogos,
así en plural, son a mi criterio la mejor o única epistemología o prácti-
ca intelectual que nos permite ser más inteligentes, más justas/os/xs,
más democráticas/os/xs. Los diálogos que aparecen como intercambios
iguales entre hablantes no son, Kant/Habermas mediante, intercambios
iguales. Las posiciones hablantes son jerarquizadas según distintos cri-
terios de legitimidad: institucionales, sí, pero también los “del campo”.
Hay quienes pueden hablar, quienes no pueden hablar, quienes “depen-
de”. Por eso los diálogos implican esfuerzos, espacios, tiempos, y (bue-
nas) voluntades. Con todo y a pesar de todo, las universidades públi-
cas, más aún las jóvenes y conurbanas como la UNPAZ, son espacios
en que estos diálogos son más posibles que en otros espacios. Y aquí
traigo los dos sintagmas que me faltaba traer: “organización colectiva” y
“el territorio”. Los intercambios iguales no existen, nunca existen. Pero
sí hay modos (que involucran luchas) de apuntar a igualar condiciones
que pueden ser sistemáticamente desiguales: uno de esos modos, “el”
modo, es la organización colectiva. No voy a decir nada más aquí, para
eso está el libro y están todos/as/xs ustedes. Pero esto es clave y que esté
en el título, es buena señal. Lo mismo que el territorio. No hay diálogo
anclado en las experiencias de las personas, que tenga sentido y sentido
político, sino es en territorio, desde el territorio. Pueden ser muy intere-
santes intelectualmente los diálogos desarraigados, y también pueden
ser políticos, claro, pero son discursos alienados (separados, y separan-
tes) cuando no son parte de disputas y construcciones para el aquí y
ahora de un colectivo. El anclaje territorial conurbano y los aspectos de
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 15

la vida evocados (salud, educación, trabajo) son clave puesto que no son
pensables sino en relación con la demanda política por derechos y por
política pública.

En resumen: bienvenido este libro que pone todo esto junto, y que man-
tiene la frescura que brinda la presencia y la oralidad, y la pluralidad de
generaciones reflejada hasta en el uso del lenguaje.

Bienvenidas las experiencias de un colectivo que se ha venido consti-


tuyendo como tal en estos años y respecto del cual la universidad tiene
deudas pendientes no solo en materia de no-discriminación, sino de
revisión profunda respecto de su papel central como productor y repro-
ductor de un orden de relaciones sociales cis-normativas. Procesos simi-
lares de diálogos (luchados) y revisión/reparación todavía son materia
pendiente en el mundo de la investigación científica pública, no solo en
el mundo de la educación superior.

No dije nada de la pandemia, pero lo hago ahora, al final: la pandemia


no solamente impactó sanitariamente y socialmente con particular cru-
deza en las categorías y territorios ya vulnerabilizados, sino que vino a
interrumpir en parte estos diálogos y procesos. No solo porque la vida
institucional presencial y cuerpo-a-cuerpo se vio interrumpida, sino por
la irrupción con nueva fuerza y estridencia de los discursos que nos po-
nen a todos/as/xs juntitos/as/xs como blancos de ataque: universidad
pública, ciencia pública, movimiento feminista y de la diversidad sexual,
movimientos travestis y trans. Sigamos resistiendo.
INTRODUCCIÓN
Martín Boy (IESCODE-UNPAZ/CONICET)
María Florencia Rodríguez (IESCODE-UNPAZ/CONICET)
María Alejandra Dellacasa (ICA-UBA/UNCPBA)

El presente libro es el resultado de un proceso de trabajo que tomó su


tiempo y que partió de la articulación de motivaciones entre dos equi-
pos de investigación radicados en dos universidades públicas: uno de
ellos en el Instituto de Estudios Sociales en Contextos de Desigualdades
(IESCODE) de la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ) y el otro
en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Quien era la directora de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNPAZ,


Alejandra Roca, comenzó a impulsar la idea de que los dos equipos nos
juntáramos, ya que trabajábamos temáticas afines en torno al acceso a
la salud, corporalidades y la Ley de Identidad de Género (LIG) en la po-
blación travesti y trans. Hacia fines de 2018, en el marco de las I Jornadas
18 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

sobre Democracia y Desigualdades organizadas por el IESCODE, fue que


logramos empezar a conocernos y a articular iniciativas. Unos meses
después, ya en 2019, lxs integrantes de los equipos nos reunimos en un
café para delinear qué tipo de evento queríamos organizar y así surgió
la idea de llevar adelante unas “jornadas”. Nos quedaba claro que no
queríamos organizar un evento meramente académico sino que deseá-
bamos promover un diálogo entre la universidad, el activismo y la ges-
tión pública. De ese modo, nuestras Jornadas se adecuaban al proyecto
institucional de la UNPAZ cuya preocupación y eje central es promover
transformaciones en el territorio que está emplazado.

La presentación del proyecto de estas “I Jornadas sobre Experiencias Tra-


vestis y Trans: diálogos entre la organización colectiva, el territorio y la
universidad” rápidamente recibió el visto bueno de las autoridades de
UNPAZ. El IESCODE, la Secretaría de Ciencia y Técnica y el Área de Prensa
acompañaron en todo lo que estuvo a su alcance: difusión, organización,
financiamiento, diseño de flyers y material audiovisual, alimentación y
refrescos, entre otras tareas. Con todo este entramado de actores, que im-
plicó tiempo y voluntades, las I Jornadas abrieron la XVII edición de la Se-
mana Nacional de la Ciencia y la Tecnología y se convirtieron en un éxito
de convocatoria que nos sorprendió. El público asistente colmó el salón
auditorio “Próceres Latinoamericanos” desde el inicio a las nueve de la
mañana hasta su finalización, a las siete de la tarde/noche. En total, tran-
sitaron por las I Jornadas, alrededor de 400 personas entre estudiantes (y
sus familiares), docentes, autoridades de la universidad, investigadorxs,
activistas, vecinxs, funcionarixs públicos, entre otros grupos.

Con el cansancio y la gran satisfacción que nos dejó aquel 10 de sep-


tiembre de 2019, decidimos que teníamos que dar un paso más. De esa
motivación surge la idea de este libro que reúne las exposiciones de
lxs panelistas pero también cuenta con los escritos de quienes fueron
invitadxs a seguir reflexionando sobre lo que sucedió en estas Jornadas.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 19

El propósito del libro ha sido poner en diálogo las tensiones, dilemas y


cuestiones que atraviesan las experiencias de la población trans pudien-
do dar voz a ellas, ellos, ellxs, desde una mirada situada, territorial. Lxs
lectores podrán transitar a lo largo de estas páginas las intervenciones,
aportes y reflexiones en primera persona de feminidades y masculini-
dades trans que residen, habitan, transitan el Conurbano Bonaerense.
Asimismo, podrán adentrarse en los enfoques de lxs especialistas, tra-
bajadorxs de la salud y equipos técnicos sobre los desafíos y obstáculos
a los que deben enfrentarse en los municipios. Y, por último, el rol de la
academia: la lectura analítica y experiencial que se cruza en lxs inves-
tigadores trans y en quienes no lo son pero también abordan e indagan
sobre problemáticas centrales en torno a los derechos y a la diversidad.

Cuando empezamos a pensar en las palabras de apertura del libro qui-


simos incluir la mirada de un experto y un referente en la temática. Por
su amplia experiencia la Dra. Nora Goren fue convocada para brindar
sus palabras de apertura a este libro desde su posicionamiento femi-
nista, y a partir de su labor académica e institucional, como directora
del IESCODE. Por su trayectoria académica y el lugar que ocupa hoy
en la gestión, no dudamos en hacer la invitación al Dr. Mario Pecheny,
que aceptó de buen grado la propuesta de prologar el libro. Con la in-
tención de darle continuidad a la estructura de paneles sobre la que
se desarrollaron las Jornadas sostuvimos los tres ejes del debate: sa-
lud, educación y trabajo como apartados en el libro. En todo momento,
buscamos priorizar las voces de lxs protagonistas de las Jornadas, por
eso mantuvimos la mayor fidelidad posible en la desgrabación de los
relatos de lxs panelistas y de las intervenciones del público. Además
de la transcripción de las exposiciones decidimos incluir otras voces,
e invitamos a personas que desde sus trayectorias por el activismo, la
gestión pública y la academia aporten sus propias reflexiones en torno
al debate mantenido en los diferentes ejes de las Jornadas.
20 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Luego de la presentación del panel de salud transcribimos las exposiciones


de Michelle Bordón, Nicolás Reynolds, Anahí Farji Neer, María Alejandra
Dellacasa, Clara Attardo, Marisol de los Ángeles Brandán, Rocío Majul, Eli-
zabeth Daniela Vergani y Juan Sotelo. Y convocamos a Alan Otto Prieto y
Matías Ostropolsky para reflexionar acerca de lo debatido.

En el panel de educación, incluimos las exposiciones de Verónica Ar-


lausky, Fabián Vera del Barco, Gabi Díaz Villa y Jésica Báez. En este caso
incluimos las miradas acerca de lo trabajado de Mariana Álvarez Broz y
Rafael Blanco como especialistas en la temática.

Finalmente, en el eje trabajo recuperamos las palabras de lxs panelistas:


Iñaki Regueiro, Emma Serna y Soledad Cutuli. Y convocamos a Alejandro
Aymú y Julián Ortega para que aporten su perspectiva acerca del tema.

Tanto las exposiciones de lxs panelistas, las inquietudes del público,


como los valiosos aportes de lxs comentaristas invitadxs, nos ofrecen
un panorama actualizado de los principales obstáculos y facilitadores
en lo que respecta al acceso de la población travesti y trans a la salud,
la educación y el trabajo. Al mismo tiempo, nos permiten visibilizar el
largo recorrido que aún queda por transitar para garantizar un pleno y
libre ejercicio de los derechos a dicha población.

Para cerrar el libro pensamos en dos producciones que reflejen el reco-


rrido de trabajo, las áreas de interés y las reflexiones de los dos equipos
organizadores de las Jornadas. En ese sentido, sumamos un capítulo
relacionado con infancias y adolescencias trans y no binaries a cargo
del equipo del Instituto de Ciencias Antropológicas (ICA) de la UBA, una
temática que atravesó el debate en los diferentes ejes y a la que nos pa-
reció importante darle un espacio particular en la reflexión. E incluimos
otro capítulo, a cargo del equipo del IESCODE de la UNPAZ, que apunta
a realizar un balance respecto de las Jornadas, el rol de la universidad y
el lugar de lxs investigadores en relación con la producción de conoci-
miento acerca de las travestis y trans y sus experiencias.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 21

Con el avance de la lectura se desandan los tres pilares señalados: salud,


educación y trabajo, aunque a la vez se va abriendo paso a otras temáti-
cas: discutir la legitimidad de quienes pueden hablar sobre las necesida-
des de la población travesti y trans, la construcción de conocimiento de
quiénes y hacia quiénes, y problematizar desde otras escalas y territorios
más allá de la Ciudad de Buenos Aires. En este sentido, el libro permite
dar cuenta de la potencialidad acerca de cuánto hay para decir, pensar y
aportar sobre la situación de la población travesti y trans desde y hacia el
Conurbano Bonaerense. Un conurbano que no es meramente “objeto” de
investigación y de intervención sino que también tiene su propia voz, sus
lecturas, preocupaciones y también propuestas y soluciones.

La presente publicación fue una excusa constructiva que nos impulsa a


seguir pensando “como universidad” cuánto podemos seguir abriendo
puentes para con la comunidad universitaria (en torno a la currícula,
contenidos, instalar estas preocupaciones en trabajos de investigación)
y para con el territorio (colectivos, organizaciones, referentes de la di-
versidad y gestores públicos con incidencia territorial), en pos de trans-
formar la realidad en clave más plural, diversa e inclusiva. Cuestiones
que no podremos saldar con este libro pero que están presentes en el
horizonte de todas las personas involucradas en su elaboración.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
PALABRAS DE BIENVENIDA
DE LAS AUTORIDADES

Alejandra Roca: Buen día a todas y todos. Esta actividad se enmarca


en la Semana de la Ciencia. La UNPAZ siempre está abierta pero es en
estas dos semanas en las que la abrimos especialmente para que todos
los que quieran, los que puedan y tengan alguna curiosidad puedan
compartir con nosotros algún evento, alguna charla, una experiencia
de laboratorio. Cada carrera, distintos profesores, distintos investiga-
dores de la Universidad abren un pequeño espacio de diálogo, de ense-
ñar lo que están haciendo, de compartirlo, y se inaugura esta semana
que, como ya les digo, va a tener desde una experiencia de laboratorio
hasta reuniones con gente de la carrera de Abogacía que va a hablar
de distintas cosas, donde va a haber encuentros entre antropólogos y
abogados. Va a haber distintas charlas y distintas formas de comuni-
car lo que los investigadores hacen en la Universidad, y se inaugura,
24 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

precisamente, con esta jornada, que es algo que nos llena de felicidad
porque es algo que tiene que ver: en primer lugar, con un encuentro
de investigadores que vienen trabajando en la temática pero, también,
con la posibilidad de abrir la Universidad para que pueda ser un espa-
cio no solo de diálogo de investigadores sino también un espacio de
diálogo entre personas que viven diferentes experiencias. La jornada
con estos tres ejes (salud, educación y trabajo) es la primera semilla de
algo que va a ir creciendo. Y también es la oportunidad de que veamos
un espacio, que es la Universidad, para que nos apropiemos porque
es de transformación también, de transformación de nuestra vida, de
transformación de un proyecto de vida. Y eso creo que es algo que este
espacio tiene en común con el colectivo travesti y trans. La Universidad
es ese espacio donde cada uno va desarrollando un proyecto de vida y
va transformándose a sí mismo y va conformando también a los que
lo rodean. Eso es lo más hermoso que tiene la Universidad, así que es-
tamos muy contentos de recibirlos, muy agradecidas también a Martín
Boy, a Florencia Rodríguez, a María Alejandra Dellacasa, que son quie-
nes estuvieron trabajando con mucho esfuerzo, con mucha dedicación
para lograr que este día tengamos un día así, también de felicidad, y
de reflexión. Perdón, no me presenté, soy Alejandra Roca, secretaria de
Ciencia y Tecnología, y en la mesa están, ya los presenté: Martín Boy,
María Florencia Rodríguez, Darío Kusinsky, secretario general de la Uni-
versidad y que ahora nos va a dar la bienvenida, Alejandro Otamendi,
que viene en nombre del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Fa-
cultad de Filosofía y Letras. Aquí hay dos investigadoras, una investiga-
dora del IESCODE, su directora Nora Goren quien ahora va a dirigir unas
palabras, y María Alejandra Dellacasa, del Instituto de Ciencias Antro-
pológicas. Incluso hay varios investigadores del proyecto UBACyT que
están aquí presentes también para compartir este momento. Bueno, no
quiero ni gastar un segundo en hablar porque hay muchos panelistas,
hay muchísimas personas muy interesantes que van a hablar aquí y
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 25

que queremos escuchar. Le voy a pasar el micrófono a Darío Kusinsky


para que nos dé la bienvenida institucional de esta Casa de Estudios.

Darío Kusinsky: Buenos días a todos y a todas. Simplemente quería dar


la bienvenida institucional, como dice Alejandra Roca. En nombre del rec-
tor Federico Thea, les damos a todos y todas la bienvenida a esta Tercera
Semana de la Ciencia y la Tecnología, que son dos semanas de la Ciencia.
Quería decirles dos o tres cositas nada más antes de dejar la palabra. Es-
tas semanas son las Terceras Semanas de la Ciencia y la Tecnología que
organizamos en la Universidad por tercer año consecutivo. Se da en un
contexto de retracción del sistema científico-tecnológico a nivel nacional
que nos preocupa bastante. En el 2007 inauguramos en este país el Mi-
nisterio de Ciencia y Tecnología de la Nación y, desde hace un año, ya no
existe más este ministerio en la Argentina. Sabemos que en la Ciencia y
la Tecnología la investigación es una de las tres funciones y se refleja en
las universidades públicas. Es la base del desarrollo y las bases del creci-
miento de un país y sabemos que los científicos y científicas son, tal vez,
el capital humano más importante que tiene un país para pensarse en
clave de futuro, así que con mucha alegría festejamos en la Universidad
esta Tercera Semana de la Ciencia que nos encuentra en una Universidad
mucho más armada que hace tres años, mucho más constituida y con-
solidada donde tenemos nuestros tres institutos. Una de las directoras
está aquí en esta mesa y hay otros dos directores del Instituto de Estudios
Constitucionales y del Instituto de Innovación Tecnológica y Economía
que no pudieron estar. En estos tres institutos se radican varios proyectos,
casi cuarenta proyectos en tres años, donde muchos de los estudiantes
nuestros de la Universidad se están involucrando para dedicarse también
a la investigación y poder, de alguna manera, generar una usina de inves-
tigación en la Universidad nutrida por docentes, investigadores y también
por estudiantes. Martín Boy es un ejemplo. En el marco del IESCODE, viene
desarrollando proyectos de investigación desde hace varios años, que hoy
26 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

encuentran su reflejo en la primera jornada de la Semana de la Ciencia


y la Tecnología, lo cual para nosotros también es, como decía Alejandra
Roca, muy importante. Es muy importante que esta Semana de la Ciencia
y la Tecnología inicie con una actividad como esta. No es casual, no es
algo azaroso, no es un tema de orden de agenda sino que hay una deci-
sión política de la gestión de la Universidad de darle relevancia a los te-
mas que involucran a esta Jornada porque nos parece, de alguna manera,
que la ciencia y la tecnología pueden darle alguna discusión al mercado
y al neoliberalismo sobre cómo debemos entender nuestro cuerpo, cómo
el mercado nos marca el sexo y el género. Y esta discusión se da desde la
producción del conocimiento y se da a través de estos debates. Y se da a
través de generar en universidades públicas nacionales discusiones y ám-
bitos donde todos y todas tengan la palabra para que podamos empezar
a pensar en el Conurbano Bonaerense. También en el noroeste del Conur-
bano Bonaerense podemos empezar a pensar cómo se dan la discusión
de esta problemática o de esta discusión que se plantea y que, de alguna
manera, nos domina socialmente, nos condiciona. Así que agradecerles a
todas y a todos por venir, por estar, quédense. Los invitamos a participar
de todas las jornadas que están organizadas en el marco de la Semana de
la Ciencia y, como decimos siempre, “que las puertas de esta Universidad
están abiertas para todas y todos, todes” –estoy aprendiendo, Nora Goren
me está deconstruyendo (risas)–. Les pido disculpas por estas digresiones
terminológicas, pero lo importante es esto, que más allá de lo que yo pue-
da decir es el hecho de que se están generando estas Jornadas el día de
hoy, así que muchas gracias y bienvenidos a la Universidad.

Auditorio: Aplausos.

Nora Goren: Buenos días a todas, todos y todes. La verdad es que es una
gran alegría estar hoy acá continuando con una línea de la Universidad
de pensar en una sociedad con mayor justicia social. Y si hay un colecti-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 27

vo que ha estado excluido históricamente es el colectivo travesti trans.


Entonces pensar que hay dos equipos de investigación: del Instituto de
Ciencias Antropológicas, de la Universidad de Buenos Aires, de la Facul-
tad de Filosofía y Letras, y el equipo conformado por Martín Boy y María
Florencia Rodríguez, que son investigadores del instituto de investiga-
ción que ya mencionaron anteriormente que es uno de los tres institutos
de investigación de nuestra Universidad. Lo mencionamos tanto porque
nos enorgullece que en tan poco tiempo se haya dado tanta carnadura a
estos espacios. Y creo que es por ese motivo que lo reiteramos en todas
las exposiciones, pero lo vital, en este momento, son estas articulaciones
para pensar y seguir pensando esta Universidad que se viene pensando
a puertas abiertas con la población, con los hacedores de política públi-
ca, y sobre temáticas específicas. Y creo que esa potencialidad es suma-
mente interesante y, más aún, para ser breve, pensando en lo que se va
a debatir a lo largo de este día a través de tres ejes temáticos, que son
experiencias travestis y trans en la salud, en el trabajo y en la educación.
Y como sabemos, los datos a veces nos dicen mucho, nos dicen poco,
pero en este caso sí son fuertes porque sabemos, y muchos y muchas de
los que están acá de esto saben mucho más que yo. Y digo esto porque
veo caras amigas, conocidas, del municipio, quienes desde la militancia,
desde la universidad, vienen trabajando estas temáticas. Sabemos que la
expectativa de vida de la población travesti y trans es de 35 años en un
marco de expectativa de vida que va creciendo sustancialmente para el
resto de la población. El 3% no consiguió completar los estudios secun-
darios. Y en el 79% de los casos el único trabajo que consiguen es el tra-
bajo sexual, porque el trabajo formal registrado está vedado por un sin-
número de factores que iremos trabajando hoy a lo largo de la jornada.
Simplemente para cerrar, quería agradecer a los, las, les investigadores y
al Instituto de Ciencias Antropológicas por sumarse a esta actividad, que
esperamos que sea la primera de muchas más que se lleven adelante. En
el marco de esto que creo que es un compromiso de nuestra Universidad
marcada cotidianamente por la gestión y por los distintos compromisos
28 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

que asumimos en pensar y aportar desde la Universidad con la pobla-


ción para una sociedad con mayor justicia social, muchas gracias.

Auditorio: Aplausos.

Alejandro Otamendi: Muy buenos días a todos y a todes. Les agradezco


primero a las autoridades presentes, a Alejandra Roca, Darío Kusinsky y a
Nora Goren y todes les demás presentes acá por este evento que en reali-
dad nos incluye y nos habilita también para fomentar todo tipo de activi-
dades académicas que son de interés antropológico. Yo vengo hoy como
secretario académico del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Fa-
cultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Dentro del
Instituto también tenemos investigaciones antropológicas sobre el área
de la salud, de la educación, del trabajo, de la diversidad religiosa, cultural
y étnica de la Argentina y de distintos lugares de Sudamérica también. Y
quizás el acompañar este evento y las presentaciones que se van a hacer
hoy, es lo que promueve un poco el apoyo científico a esto que llamamos
“territorio”, que es aquello que pasa en la vida cotidiana de las personas,
pasa en la realidad de una manera social, atravesando el contexto político,
económico y social en el que vivimos permanentemente y que, de alguna
manera, llega a las universidades. Nos llega a las investigaciones desde
las cuales tratamos de intelectualizar lo que sucede en este territorio de
una manera científica y, quizás, ordenada. Digo ordenada y de acuerdo
con los parámetros metodológicos y epistemológicos de la investigación
científica. En todo eso hoy creo que hay exposiciones muy interesantes
que vamos a escuchar a lo largo de todo el día y que estas investigaciones
de alguna manera aportan una sustancia que es producida en el ámbito
de la investigación académica para fomentar todo lo que tiene que ver,
con diferencias y semejanzas, con lo que es la heterogeneidad de género,
la diversidad cultural y, sobre todo, para promover políticas de igualdad,
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 29

de inclusión y prácticas que nos acerquen y nos integren mejor a todos


los ámbitos de la sociedad. Así que los dejo con las autoridades y que
disfruten de la jornada de hoy y que sean muy constructivas, educativas
y, sobre todo, inclusivas. Muchas gracias.

Auditorio: Aplausos.

Martín Boy: Antes que todo quiero agradecerles la presencia, jamás me


imaginé que a las diez de la mañana, o más o menos, seamos la canti-
dad de personas que estamos acá, así que eso me pone muy contento.
Les quiero contar brevemente que en el mes de diciembre empezamos a
cranear este encuentro con Dellacasa y con el equipo que conformamos
acá en la UNPAZ, en el bar que está ahí abajo de la UNPAZ. Muy infor-
malmente empezamos a cranear la idea de organizar algo, en conjunto.
Esto es algo que no me parece que sea tan común, que dos sectores de
dos universidades tan distintas se junten a articular, y me estoy refirien-
do a una Facultad de la UBA y a nosotros, nosotres, desde la UNPAZ. Y
en abril, en un café, seguimos pensando ya más qué tipo de propuesta
queríamos formular y rápidamente llegamos al día de hoy, así, mágica-
mente. Quiero agradecer a todos los sectores de la Universidad que se
comprometieron: desde los institutos hasta personas que no conozco
para que hoy pudiéramos llegar acá. Desde el café, la comunicación, el
diseño del programa, del flyer, toda la gente que replicó el encuentro de
hoy en las redes. Estoy muy contento con que estudiantes que fueron
mis estudiantes años pasados y estudiantes de ahora, del presente, y
seguramente los que vendrán el año que viene estén presentes en el
día de hoy. Y una de las cosas que quiero rescatar –dos cosas–, una es
que la mayoría de las personas invitadas en las tres mesas de trabajo
que vamos a tener, y en la presentación del libro, la mayoría viven en el
conurbano, o trabajan en el conurbano. Y me parece importante que el
30 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

conurbano empiece a pensarse desde el conurbano y para el conurbano,


eso por un lado. Y, por otro lado, lo que me interesa sobre todo del en-
cuentro de hoy es que termine y que salgamos con nuevas preguntas,
que algo nos interrogue de lo que charlemos hoy. Y quiero rescatar algo
y es que los tres grupos que van a conformar las tres mesas de trabajo
provienen del campo del activismo, de la función pública y de la investi-
gación, y la idea del encuentro de hoy es construir un diálogo entre tres
sectores que muchas veces se piensan en forma aislada. Bueno, la idea
de hoy es empezar a pensarlo de manera articulada y lo que veo del pú-
blico es que además de estudiantes, de integrantes del equipo, que quie-
ro agradecer también, de autoridades, también hay gente que trabaja en
organismos públicos y vienen como público y eso lo agradezco también.
Así que espero que disfrutemos, que reflexionemos y que nos vayamos
con preguntas y que salgamos un poco distintos y distintas, nada más.

Auditorio: Aplausos.

María Florencia Rodríguez: Buenos días a todos y todas. Voy a ser muy
breve, simplemente decirles que para mí es un día de mucha alegría.
Venimos trabajando desde hace varios años en un proyecto de investi-
gación en el cual participan docentes de esta casa y muchas estudiantes
que hoy ya son graduadas, lo cual para nosotros/as es una alegría enor-
me también ir viendo transitar las trayectorias de cada une de les estu-
diantes en esta linda Universidad. Quiero agradecer a cada una de las
autoridades de la UNPAZ, a cada una de las personas que activamente
estuvo acompañando y participando en la organización, y también quie-
ro enfatizar en la decisión institucional por el compromiso de vincular
las cuestiones y las problemáticas de este territorio con la Universidad.
La universidad es un espacio de construcción de conocimiento, de re-
flexión teórica, es un espacio de debate y es un espacio para pensarnos
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 31

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
32 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

permanentemente, pero ninguna universidad tiene sentido si ésta no se


articula con las necesidades de nuestro tiempo, con las necesidades y
problemáticas de nuestras sociedades y comunidades. Y creo que poder
dar lugar a que este espacio, a que esta actividad, se realice acá y que
haya tantos actores distintos, como bien Martín Boy señalaba, en este
día, para mí es un hecho a celebrar y también quiero decir que así como
“lo personal es político”, lo que sucede en las universidades también. Por
eso bienvenidos a todas y todos, todes y gracias por estar acá.

Auditorio: Aplausos.

María Alejandra Dellacasa: Buen día, hola a todes, estamos contentes de


que se pueda concretar acá esto que empezamos a pensar hace muchos
meses. Yo voy a ser muy breve, solamente quiero destacar que cuando
pensamos estas jornadas coincidimos también desde el primer momento,
los dos equipos, en que había tres actores que tenían que estar presentes:
las personas travestis y trans, las organizaciones, los activistas; también
los gestores, la función pública; y además pensamos en los investigadores,
los estudiantes, la universidad como tercer actor. Entonces, en realidad,
nos pensamos como un puente. Este espacio pretende ser un puente, ser
un lugar donde esos tres sectores se encuentren y empiecen a pensar jun-
tos posibles respuestas, posibles recorridos. Pensamos que hay una falta
de visibilización de las trayectorias, de las historias del activismo, y de las
vidas cotidianas de las personas travestis y trans, y esta es una posibilidad
de visibilizar esos recorridos y esas trayectorias. Así que en ese recorrido
también planteamos pensar ¿cuál es el rol que va a tener la universidad al
acompañar ese proceso? Bienvenides a todes, gracias por estar y ya pode-
mos arrancar tranquilamente con el debate, muchas gracias.

Auditorio: Aplausos.
1. EXPERIENCIAS
TRAVESTIS Y TRANS
EN EL ÁMBITO DE LA SALUD

Moderadora Florencia Rodríguez: Vamos a dar lugar al primer panel


que es el Panel de salud “Experiencias Travestis y Trans en el ámbito de
la Salud”. Contamos con la presencia de muchas personas que partici-
pan en el panel, así que vamos a ver cómo administramos el tiempo. In-
vitamos a que pasen a la Mesa para dar comienzo al diálogo a Michelle
Bordón, Nicolás Reynolds, Anahí Farji Neer, María Alejandra Dellacasa,
Clara Attardo, Marisol de los Ángeles Brandán, Rocío Majul, Daniela
Vergani y Juan Sotelo. Como verán, es un panel nutrido, de muchos par-
ticipantes e invitados, invitadas e invitades, así que si les parece vamos
a dar comienzo. La idea es que sea una mesa de debate, de intercambio
entre cada uno/a de los invitado/as. Voy a leer unas preguntas disparado-
ras y, bueno, nos vamos a poner un poco estrictos con el tiempo, es una
34 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

dificultad a veces el tiempo. Vamos a dar siete minutos aproximadamente


a cada uno/une para que pueda hacer la primera intervención y después
damos lugar a una segunda vuelta de intercambios.

Habíamos armado un texto breve para introducir la problemática de la


salud y tres preguntas disparadoras para ordenar un poco el intercam-
bio. El texto dice:

La Ley 26743, conocida como Ley de Identidad de Género, fue apro-


bada en mayo de 2012 y reglamentada en 2015. Entre sus principa-
les aportes incorporó en el plan médico obligatorio a las interven-
ciones quirúrgicas y los tratamientos hormonales solicitados por la
población trans, entendiendo a la corporalidad como una dimensión
constitutiva de la identidad. A su vez, en su artículo Nº 12 titulado
“Trato Digno”, establece la obligatoriedad de reconocer la identidad
autopercibida de las personas tanto en el trato como en la citación y
en los registros institucionales independientemente de los datos con-
signados en el DNI. De este modo, el cambio registral no constituye
un requisito obligatorio para acceder a los derechos.

Tomando en cuenta estos puntos proponemos las siguientes preguntas


disparadoras para el debate:

Pregunta 1: En torno al trato de los profesionales y trabajadores de la


salud hacia las travestis y trans en la actualidad. ¿Qué mejoras la Ley de
Identidad de Género trajo en esta relación y qué problemas persisten?

Pregunta 2: ¿Los profesionales y trabajadores de la salud se capacitan en


una perspectiva de género? ¿Cuál es la preparación y/o capacitación que
tienen los profesionales en torno a la Ley de Identidad de Género, los dere-
chos de la población travesti y trans y sobre las sexualidades disidentes?
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 35

Pregunta 3: ¿Qué puede aportar la universidad pública en el proceso de


implementación y cumplimiento de la Ley de Identidad de Género?

Habiendo hecho esta introducción, entonces le damos la palabra a Mi-


chelle Bordón.

Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente de Di-


sidencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Hola, buenos
días para todas y todes. Desde el 2016 que curso acá en la UNPAZ, es la
primera vez que me convocan a algo así, agradezco la invitación. Voy a
tratar de sintetizar. Es muy difícil en siete minutos resumir unas cuan-
tas cosas pero quería señalar que no voy a hablar de mi experiencia en
este momento, ¿o puedo hablar de mi experiencia?

Moderadores: Lo que vos quieras.

Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente de Disi-


dencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Soy una sobre-
viviente trans de 48 años, el sistema no tendría que haberme dejado
viva y estoy acá. Voy a señalar algunas contradicciones en nuestra parte
jurídica, por ejemplo en la Constitución Nacional. En el Preámbulo dice
que vamos a vivir todos felices, integrados y comiendo perdices, pero en
el artículo 2, de contenido pétreo, que es casi inamovible [lo busca en
el momento], dice, es cortito –aclara– “que el gobierno federal sostiene
el culto católico apostólico romano”. Por otro lado, tenemos la Reforma
del ’94, donde nuestra nación adhirió a los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos, Políticos, Sociales y Económicos. Pero hay algunas
contradicciones. Tenemos una ley que es de Educación Sexual Integral y
ustedes podrán preguntar “¿qué tiene que ver con la salud?”. Porque si
desde la formación primaria que es la sociedad y en su núcleo familiar
36 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

tenemos una norma que garantiza la contención a la humanidad diver-


sa, porque la humanidad es diversa, no binaria, y no tiene que ver con
ahora, sino que históricamente la humanidad es así... Entonces tenemos
esa norma que tiene más de diez años, creo que tiene doce. Y, por el otro
lado, tenemos la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
nuestro país adhiere a partir del artículo 12 de nuestra Constitución,
inciso 4, que es sobre la libertad de conciencia y de religión.

En el inciso 4 dice, “los padres en su caso, o en su caso los tutores tienen


derecho a que sus hijos o pupilos reciban educación religiosa y moral
que estén de acuerdo con sus propias convicciones”. Entonces, tenemos
una contradicción entre una norma federal, que es la Ley de Educación
Sexual Integral, y tenemos un tratado o una Constitución que adhiere
a ciertos tratados internacionales donde le da mayor jerarquía a esto,
entonces la ley nacional queda en un segundo plano. Históricamente en
nuestro país siempre se murió en esta lucha sociopolítica, donde siem-
pre estamos en el mismo sitio, en la misma rueda de sufrimiento o de
cansancio, por lo menos yo.

Éramos colonia, nos independizamos, por diversas estrategias, de la par-


te de arriba, burguesa y de los sectores de poder. Volvimos a endeudar-
nos, volvimos a ser colonia, y así varias veces. Una vez que el país se
repone económicamente, otra vez vienen saqueos... En eso las personas
trans también sufrimos como toda la sociedad. Y es muy difícil encon-
trar todo un marco protector, desde lo legal y desde lo social, en ese
contexto, sobre todo porque los mismos sectores de poder son los que
efectúan las normas o las dictan. Y hagamos un pequeño repaso. Las
personas que pueden acceder al Poder Legislativo son las personas de la
clase media alta, o clase alta, recién ahora tenemos una universidad in-
clusiva en el conurbano. Por otro lado, el derecho, como decía José María
Cárcova, jurista, “es un pacto”. No todo el mundo comprende y, sin em-
bargo, el derecho entiende que todas las personas tienen que tener com-
prensión del derecho actual, ya sea en la materia que fuera, comercial,
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 37

penal... Se da por entendido que tenemos que conocer la norma, la ley,


¿pero cuántas personas tienen acceso a conocer la Constitución o leer-
la? La Constitución nomás, no te estoy hablando del código de fondo, a
nivel nacional, ni de los códigos de forma, que son los códigos procesa-
les. Entonces ahí hay un gran vacío. Por otro lado, tenemos que tratar de
intentar romper esta historia del conocimiento y la sociedad tiene que
hacer presión para que podamos algún día tener esta comprensión de
que lo jurídico y lo normativo tienen que ver con la sociedad, es un ida y
vuelta. En cuanto a la salud, la formación primaria tiene mucho que ver
con esto. Porque si yo voy a un centro de salud y los tipos no conocen
la Ley 26743... El artículo 1 habla de respetar la identidad autopercibida
de las personas en sus incisos. Entonces todas las personas mayores de
18 años podrán, conforme al artículo 1 a fin de garantizar el goce de su
salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas, totales o parciales,
a tratamientos integrales u hormonales por su cuerpo, su vida, su geni-
talidad, su identidad de género, sin necesidad de requerir autorización
judicial o administrativa. Para el caso de los tratamientos integrales hor-
monales no será necesario acreditar voluntad de la intervención qui-
rúrgica genital sea total o parcial. En ambos casos, recibirá el consenti-
miento informado de la operación. En el caso de las personas menores
de edad… Artículo 5: “Sin permiso de ello para la obtención del mismo
para la obtención de la intervención quirúrgica total o parcial, se debe-
rá contar además con autoridad judicial”. Bueno, esto es en el caso de
personas menores... ¿A qué voy con esto? A que, si la sociedad no toma
conciencia de que somos personas diversas y no conocen las normas, no
conocen las cuestiones de fondo y, por otro lado, tenemos contradiccio-
nes en lo jurídico… la Constitución es algo que se ha armado a lo largo
de un contexto histórico, y no los quiero apabullar con las normas, con
la legislación, pero tiene que ver, ¿en qué tiene que ver? En que en la ley
en el artículo 11 dice una cosa pero en la práctica la realidad es otra. ¿Y
por qué es otra? Y porque está sometida y no todo el mundo conoce la
38 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

norma, no todas las personas trans y travestis tienen acceso a la norma.


Y aunque tuvieran acceso a la norma también hay un contexto sociopo-
lítico, o social, que no contiene. ¿Por qué? Y porque hay un montón de
contradicciones y también porque somos una sociedad donde se nos ha
enseñado la costumbre de que “bueno, tal persona no tiene que estar en
el sistema” ¿Y por qué? Y porque esto viene de arriba siempre. El artículo
2 de la Constitución sostiene que sostenemos el culto católico y sigue
pasando. Bueno, ya pasaron los minutos. Les agradezco mucho, espero
haber aclarado o esclarecido algo en el tema.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Vamos a dar la palabra a Clara y a


Marisol de los Ángeles.

Clara Attardo (Dirección de Niñez, Género y Diversidad Sexual de la Mu-


nicipalidad de Pilar): Yo me llamo Clara Attardo, soy de la Municipalidad
de Pilar, coordino el Área de Promoción y Prevención de la Dirección de
Niñez, Género y Diversidad Sexual, todo lo que tiene que ver con el pro-
ceso de capacitación interna del municipio, de toda la comunidad y de
todas las instituciones locales respecto a los temas de género, niñez y
diversidades sexuales. Nos tocó una tarea en un primer momento. Noso-
tras hace cuatro años que formamos parte de esta Dirección, desde que
fue creada. ¿Por qué empecé yo la disertación? Porque inicialmente en el
equipo de Promoción y Prevención era yo la que básicamente hacía las
capacitaciones en temas de diversidad sexual. Nuestra jefa, nuestra di-
rectora, Luciana, armó un equipo asistencial y un equipo de promoción
y prevención y se da la posibilidad política de que exista una Dirección
de Niñez. Primero era “Género y Diversidad Sexual” y dijimos: “Acá se va
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 39

a hablar de diversidad sexual y se va a hablar de diversidad sexual”, ajo


y agua y vamos a avanzar [risa suspicaz]. Yo hace muchos años traba-
jo distintos temas de géneros, fue el desafío de empezar a trabajar los
temas de diversidad sexual en el campo de la salud. Recuerdo, les voy
a contar un poquito el proceso, ¿no? Breve. Cuando empezamos, empe-
zamos a formar, empecé con dos compañeras más: primero, a formar el
equipo interno, nunca habían escuchado... ¿De dónde empezamos en Pi-
lar con los temas de diversidad sexual al interior del municipio y en las
instituciones? De cero, de cero. ¿Qué quiero decir? En el primer centro de
salud a donde voy a trabajar, armamos desde la Dirección que está den-
tro de Desarrollo Social y dijimos: “Vayamos al territorio a trabajar con
los equipos de Género y de Diversidad Sexual”. Lo primero que hacemos
es ir a los centros de salud de atención primaria. Recuerdo el primer
centro de salud al que fui en el año 2016, la pregunta era ¿alguna vez es-
cucharon hablar de personas trans? Ahí ninguna de nosotras era trans,
yo estaba hablando por un colectivo al que no pertenezco directamente,
pero con el que trabajo mucho y obviamente era urgente la necesidad
de que hubiera compañeras del colectivo hablando por ellas mismas.
Pero bueno, me tocó el rol de la piedra inicial. “Acá no hay, nunca vienen,
no hay”. Y empezar a trabajar el tema era primero con temores, porque
era empezar en un territorio muy tradicionalista, con muchos temores a
ver cuáles iban a ser las reacciones, y lo que primero generaba era mu-
tismo, morbo y curiosidad. En este camino en los primeros años fuimos
avanzando. Empezó a haber cada vez más resonancias internas, fuimos
avanzando, fue creciendo el equipo hasta que en el año 2016 se institu-
cionaliza el cupo laboral trans. Una vez que se institucionaliza el cupo
laboral trans, la primera incorporada [cambia el tono] a la Municipalidad
fue Marisol de los Ángeles. Marisol de los Ángeles inmediatamente se
empieza a sumar a los equipos de capacitación porque ya no daba que
yo fuera a hablar en nombre de una colectiva. Si daba, pero no sola. Es
fundamental que las personas tomen su propia voz. El tema del trato
40 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

cero, destrato, invisibilidad, sin datos para hacer política pública y hoy
por hoy cuatro años después en qué estamos, capacitamos a los treinta
y cinco CAPS (Centros de Atención Primaria de la Salud) siendo un equi-
po pequeño. Somos con Marisol de los Ángeles y algunas personas más
que venimos laburando la temática, militando y estudiando y amando
y formando, parte de una vida diversa y amplia, digamos, desde lo per-
sonal… Trescientos sesenta profesionales de los centros de salud, cien-
to cuarenta estudiantes de la escuela local de enfermería... Hacemos
charlas en salas de espera de hospitales y de centros de salud sobre las
temáticas de diversidad sexual. Marisol de los Ángeles es protagonista
de muchas de ellas, llegamos casi a ocho mil personas. Capacitamos al
personal de los tres hospitales municipales, hicimos y llegamos a casi
quinientas quince personas en las mesas de la diversidad intersectoria-
les, sensibilizamos en la calle, repartiendo volantes y haciendo activida-
des en la calle para más de veinte mil personas. Atendemos en consulta
individual y trabajamos en articulación permanente con Rocío, porque
queremos avanzar hacia los procesos de hormonización a más de casi
cien personas en la consulta individual respecto al asesoramiento en
derechos, porque también nosotras empezamos a hacer asistencia por-
que hay muchas resistencias y hay mucha falta de información respec-
to al tema. Tenemos una agrupación, una grupalidad por la diversidad,
donde acompañamos no desde la perspectiva terapéutica sino desde la
perspectiva de armado de red. Y algo muy importante, trabajamos en
ESI (educación sexual integral) no binaria. Nosotras trabajamos en las
escuelas todo el tiempo, llegamos a casi tres mil personas trabajando la
ESI y, fundamental, el cupo laboral trans. Hoy por hoy en Pilar hay diez
compañeras trans incorporadas y casi todas en el ámbito de la salud.
Queda mucho por recorrer, pero lo que nos atravesó es la militancia y la
importancia respecto a cuál es la capacitación, la capacitación es fun-
damental, es fundamental, y el rol de la universidad es este; no es otro,
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 41

que sea útil a las personas reales que viven en el conurbano. Bueno, mi
compañera y par pedagógica [le da la palabra a Marisol de los Ángeles].

Moderadora Florencia Rodríguez: Gracias.

Auditorio: Aplausos.

Marisol de los Ángeles Brandán (Dirección de Niñez, Género y Diver-


sidad Sexual de la Municipalidad de Pilar): Bueno, buenos días a todas,
todos y todes. Yo soy Alexa o Marisol de los Ángeles Brandán que es así
como está en mi documento de identidad. Todo el mundo me conoce
como Alexa porque es un nombre que usaba para la prostitución y del
cual estoy saliendo poco a poco.

Esto de las capacitaciones a los CAPS... hemos capacitado a profesiona-


les administrativos y médicos residentes. Es muy importante. Esto lo ha-
cemos en la salita de Villa Verde, en el CAPS de Villa Verde, los miércoles,
los profesionales que vienen a residir, los capacito, los agarro justo en
ese momento y los siento y les empiezo a decir cuáles son las problemá-
ticas de la población trans y todos ellos me preguntan “¿por qué estas
charlas no se dan dentro de las universidades pero se dan afuera?”. Es
un tema que desconozco porque dentro de las universidades no existen
este tipo de capacitaciones en el orden de lo profesional. Yo creo que es
muy necesario que un profesional que empieza a salir al territorio ya
tenga este tipo de información. También hablamos sobre la Ley de Iden-
tidad de Género, de trato digno, que no toda la población LGTBI está ca-
pacitada para tener un cambio registral y hay muchas personas que aún
en estos tiempos hemos visto que les obligan a hacer el cambio registral.
Hablar del artículo 12 de la Ley 26743 a todas estas personas que van a
atendernos es muy importante a la hora de la salud o representarnos en
42 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

cualquier ámbito institucional. Generar políticas públicas, consejerías


emergentes para la población trans es uno de los métodos de salud más
importantes que hay para esta población. Seguramente, como se sabe,
históricamente la población trans no ha tenido nunca un sistema de
salud, un cambio en lo mental como en lo físico. Es muy importante que
esta población empiece a generar nuevas herramientas de vida y que no
sea la prostitución la única salida laboral que tenga. También tenemos
un protocolo municipal sobre casos de violencia. Esto hace que las per-
sonas travestis y trans tengan un protocolo que las atienda, sobre casos
tanto adentro como afuera de la Municipalidad. Esto es muy importante
porque ya saben cómo es el sistema… ¡¿cómo voy a trabajar con una
trava?! Estos bullings o cosas que me han pasado personalmente dentro
de mi trabajo o en la salida de casa hasta llegar a mi trabajo, las cosas
que me han pasado los primeros cinco meses. Tenemos siete chicas tra-
bajando en salud: una trabaja en SAME, una en asistencia primaria, la
otra trabaja en el CEPA y tenemos una en lo que es deporte. Estas chicas,
debido a que empezaron a trabajar y a tener una obra social, han em-
pezado a atender tanto su salud física como mental, poder tener una
obra social y gozar de ciertos beneficios que antes nunca pudieron gozar.
Sin embargo, son los mismos profesionales que atienden en un hospital
público el que atiende con una obra social. Cómo cambia el trato de las
personas en lo público y en lo privado. Esto es muy importante, porque
me ha pasado de ir a mí y a muchas compañeras a un hospital público y
no nos han atendido y nos han dejado en agonía… pero cuando vamos a
un hospital privado que tenemos la prepaga o una obra social el trato es
diferente con el mismo médico. Increíble, ¿no? ¿Seguramente a ustedes
también les pasará lo mismo? Pero bueno, esto es acercarles a la salud,
reconocerles que hay un Estado, ese Estado que aún nosotras seguimos
viendo ausente. Pero para eso tenemos que mejorar la realidad de vida.
¿Y cómo lo hacemos? Implementando el cupo laboral trans vamos a
mejorar la salud de la población trans.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 43

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Bueno, vamos a dar la palabra ahora


a Nicolás. ¿Nico?

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar):


Hola, ¿se me escucha así? [Intenta hablar sin micrófono].

Auditorio: No [Risas].

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar): Es


raro [Risas]. Voy a hacer lo posible. Bueno, yo vengo de parte del consul-
torio de diversidad Malvinas Argentinas, que está en El Palomar, tiene
un equipo interdisciplinario, ¿se dice así?

Martín Boy: Sí.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar):


Interdisciplinario, de organización, psicóloga, trabajadora social, enfer-
meras, básicamente, más o menos todo eso. Bueno voy a hacer un poco
hincapié en las preguntas que hicieron porque veo que ninguno, ningu-
na, las contestó.

Auditorio y moderadores: Risas.


44 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar) [Da


lectura a la pregunta 1].

Pregunta 1: En torno al trato de los profesionales, trabajadores de la


salud, hacia las travestis y trans en la actualidad. ¿Qué mejoras trajo
la Ley de Identidad de Género en la relación y qué problemas persis-
ten? Bueno, yo mucho no puedo hablar de lo que era la identidad de
género antes del 2012, porque tengo 20 años y no tenía conformada mi
identidad y de hecho ni siquiera sabía lo que era un pibe trans o una
masculinidad trans, como que tenía en mi mente lo que era gay y ahí
se terminaba el mundo… Pero veo, con el relevamiento que hicimos
con Martín Boy desde la Secretaría de Derechos Humanos, que si bien
cambiaron un poco las cosas para bien, la situación de salud medio que
quedó en la nada. Porque hay una ley pero de ahí a que se cumpla es un
paso muy grande; primero por desconocimiento, segundo por moral y
tercero porque hay gente mala y no nos aceptan. Me gustaría hacer hin-
capié en lo que dijo la compañera de que si no hay cupo laboral trans
tampoco hay salud. De hecho, estoy en un espacio, en un centro inte-
gral comunitario, acá en Tierras Altas, es un proyecto nuevo que se está
recién conformando. Y nos pasaron un informe, Michelle, que es un
informe situacional sobre el inacceso a la salud de las personas trans
en el conurbano noroeste. Fueron encuestadas ochenta pibas trans, del
conurbano, de Malvinas Argentinas, de José C. Paz, San Miguel, Moreno
y Pilar. El informe se enmarca en el fallecimiento de diez pibas trans
que eran trabajadoras sexuales y murieron por diferentes causas: HIV
positivo o las asesinaron en la ruta, o…

Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente de Disi-


dencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): También puede
ser suicidio...
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 45

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar):


Sí, suicidio también. Claramente esto es por desidia estatal. Paren, me
pongo nervioso…

Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente de Disi-


dencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Hay una compa-
ñera… [“Tomó la palabra”, dice Reynolds y se ríe, y ella le aclara: “No, no,
una pequeña aclaración”]. Hay una compañera que varios amigos fueron
a ver y estaba toda marcada en los brazos. Entonces no quería hablar del
tema hasta que una compañera le dijo: “Explícale, explícale”. Esta chica
se autolesionaba porque no tenía nadie con quién hablar ni nadie que
le hablara. Bueno, ese es un caso también, la mayoría se muere porque
se están acumulando cuestiones. Todavía nos falta bastante, ese es un
caso puntual. Muchas compañeras tienen que trabajar en la calle porque
no tienen acceso al trabajo. Por más que hay una norma provincial y la
gobernadora [refiere a María Eugenia Vidal] no la quiere reglamentar, de
hecho va a terminar su mandato y no la reglamenta, que es la Ley N°
14876. Y también en el Congreso, todavía nunca se puso en el recinto un
proyecto nacional de cupo laboral trans. Si bien hay dos proyectos, nunca
pasaron a las cuatro comisiones. Lo más importante es que sea tratada
en la Comisión de Trabajo, que ni siquiera se trató en el recinto.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar) [Da


lectura a la segunda pregunta].

Pregunta 2: ¿Los profesionales y trabajadores de la salud se capacitan en


una perspectiva de género? ¿Cuál es la preparación y/o capacitación que
tienen los profesionales en torno a la Ley de Identidad de Género, los dere-
chos de la población travesti y trans y sobre las sexualidades disidentes?
46 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Por lo que sé, y si algune quiere investigar desde la Secretaría de De-


rechos Humanos, están sacando cursos virtuales de capacitaciones en
género, violencia y masculinidades. Están muy buenos. Algunos están
enfocados en lo que es más el público en general y otros son más para
personas que trabajan, profesionales. Estaría muy bueno que si quieren
que haya más de esto, de lo que estamos contando nosotres, se informen
y se capaciten, porque además de que son virtuales los dan los mismos
trans. Es muy importante que nos den la voz a nosotres porque está
buenísimo que personas cis género hablen, problematicen y visibilicen
nuestras vivencias pero claramente son nuestras y nada más. Como que
les uniques que podemos hablar, entender y compartir exactamente lo
que nosotros, nosotres, vivimos somos nosotres mismes y nada más.
Igualmente, gracias a la universidad por el espacio, nos parece muy bue-
no, y la tercera pregunta es… [Da lectura a la tercera pregunta].

Pregunta 3: ¿Qué puede aportar la universidad pública en el proceso de


implementación y cumplimiento de la Ley de Identidad de Género?

Y yo creo que, además de darnos voz que está muy bueno, cumplir con
la Ley de Identidad de Género, porque hay muches que no queremos ha-
cer el cambio registral o simplemente no se nos da la gana: algunes por
miedo, porque me ha pasado, yo hice el cambio registral y al principio
estaba bastante confundido porque digo, cómo está la yuta ahora –la
policía–... Creo que está bastante… Digo, me cambio a sexo masculino y,
luego, de repente me para la yuta en la calle y/o me mira con cara rara
porque todavía no soy operado, entonces te mira y te dice: “¿Qué carajo
sos?”. O te pega o te saca tus cosas, o bueno, hace otras cosas más...
Abusos, violaciones, y como que tenía un poco de miedo por eso. Hacer
cumplir la Ley de Identidad de Género me parece re importante y espero
que se cumpla. Si no se hace, voy a estar vigilando…

Auditorio: Risas.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 47

Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente de Disi-


dencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Quería señalar
algo, ¿puedo?, cortito. Con respecto a eso: ¿Qué puede hacer la univer-
sidad? En nuestra Constitución está, me olvidé de decirlo, somos noso-
tros, nosotres, formamos parte de un grupo vulnerable en contexto de
vulnerabilidad. En el artículo 75, inciso 23, dice, que “el Estado nacional
debe articular normas positivas para poder igualar la desigualdad so-
cial”. Lo resumo. El Estado nacional está obligado, a través de esta Cons-
titución, que aceptó, que se promulgó, que está obligado a dictar normas
positivas que nos integren a los sectores en contexto de vulnerabilidad.
Hay varios grupos en contexto de vulnerabilidad. Nosotres somos uno,
los discapacitados son otros, y así… ¿Qué puede hacer la universidad?
Como parte del Estado nacional, puede justamente atender estas pro-
blemáticas. A mí la universidad me aceptó, no me puso una restric-
ción… Pero sí hay otras cuestiones que a las personas trans y travestis
nos impiden poder acceder a la educación superior. Por ejemplo, si no
tenemos empleo es más difícil acceder acá. Si muchas trabajan en la ca-
lle, vamos a poner un caso hipotético, tiene que dar un parcial, hay dos
instancias nomás para dar el parcial, el primero y si te va mal el segun-
do, que es el recuperatorio. Vamos a poner un caso hipotético, si la com-
pañera trabaja en la calle, tiene que dar un parcial y por alguna cuestión
de salud, lo que sea, no pudo presentarse en la primera instancia, tiene
que presentarse en la segunda, y en la segunda la detiene la policía, no
vino, se pierde la posibilidad, perdió un cuatrimestre. Por otro lado, si la
compañera no tiene para comer o no tiene para la SUBE, porque muchos
compañeros acá no tienen descuento social, ¿cómo hace para acceder a
la universidad? ¿Hay algún programa específico, de acuerdo a la norma?
La universidad es federal, tendría que tenerlo, de integración. Yo el año
pasado tuve un acontecimiento grave, falleció mi pareja. Estuve a los
saltos averiguando cuestiones jurídicas, haciendo trámites, cuestiones
que tenía que resolver en el momento y a la vez cursaba tres materias,
48 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

solo pude promocionar una sola materia en ese cuatrimestre. Perdí la


beca, porque el requisito es que en el cuatrimestre, si son materias cua-
trimestrales, tenés que al menos promocionar dos materias. Bueno, no
pude… Hicimos el informe con la asistente de la universidad, del sector
de becas, y la perdí igual. Entonces, ¿dónde está el Estado? Tendría que
existir. Algo, alguna cuestión que tenga que ver con el acceso a la uni-
versidad pública y la facilidad para poder cursar. Porque si no después
dicen: “No hacen nada, no estudian, se drogan...”. ¿Y el acceso? Cuando
queremos acceder, muchas veces, en la mayoría de los casos, es el Esta-
do el que nos reprime. Y quería decir también que en el cuatrimestre an-
terior solicité, ya que perdí la beca –para mí es importante porque sobre-
vivo con 7500 pesos por mes–, solicité, tratando de sentar un precedente,
porque ya hay dos, en la Universidad de La Plata y en la Universidad de
Mar del Plata que está el cupo laboral trans para las personas travestis
y trans. Quise sentar un precedente acá, lo solicité y la respuesta de la
universidad fue negativa, es que la norma no está y ¿qué puede hacer la
universidad? Bueno, justamente esto. Hablar, actuar, integrar.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar): Y


otra cosa que quería hacer hincapié es lo que dijo la compañera cuando
fue a hablar en el tema de la salud y que había dicho algo del morbo y
curiosidad. Y sí, hay mucho morbo y curiosidad de parte del personal
de la salud con las personas travestis trans y el tema hormonal precisa-
mente. Bueno, voy a contar una experiencia…

Interrumpe Clara Attardo (Dirección de Niñez, Género y Diversidad Se-


xual de la Municipalidad de Pilar): A mí me disgusta bastante aguan-
tarme el morbo. Marisol de los Ángeles tiene otra cintura para transitar
esas cuestiones. A mí me genera un poco de enojo. Ya sería otro capítulo
contar cómo nos llevamos en una dupla con nuestras características
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 49

haciendo este laburo. A mí me molesta mucho y ella tiene una cintura


para laburarlo desde su vivencia.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar): Por


ejemplo, hacen cosas con nosotres como... no sé. Una piba trans en el
hospital va y le hacen preguntas que no tienen nada que ver con la iden-
tidad de género. Por ejemplo: “¿Tenés consumo problemático?”. “¿Con
quién tenés relaciones sexuales?”. “¿Cuál es tu sexualidad?”. “¿Tu fami-
lia, tu niñez?”. Eso, un sexólogo. Perdón si hay algún sexólogo acá. Bueno,
otra cosa: por ejemplo, les miden a las pibas el crecimiento de lo que se-
rían las tetas, pechos. A nosotros, a las comunidades trans nos quieren
hacer un seguimiento del clítoris, que es súper invasivo. Primero, porque
es un seguimiento personal, es un seguimiento que tenemos que hacer
nosotres mismes en nuestros cuerpos. Si quiero sigo el tratamiento, si
me gusta. Y si no, lo dejo. Lo que quiero decir es que por el morbo y la
curiosidad de algunes profesionales de la salud con respecto a nuestra
hormonización y a los cambios que produce en nuestro cuerpo, termi-
nan usándonos sin nuestro consentimiento como ratas de laboratorio,
sin pagarnos y haciendo que perdamos tiempo. Si bien sé que no hay
mucha información de TRH (tratamiento de reemplazo hormonal), al ser
una población constantemente vulnerada en cuanto a lo laboral, siento
y creo que nos merecemos una retribución por toda la investigación que
hacen. Bueno, muchas gracias por el espacio.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Vamos a dar la palabra ahora a Rocío


Majul. Si les parece vamos a tomar la dinámica de que cada uno pueda
exponer sus primeros siete minutos y si en todo caso hay ganas e inte-
50 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

rés de volver a intervenir damos una segunda vuelta. Si tenemos tiempo


también abrimos para que el público pueda hacer preguntas.

Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual, Secretaría de


Salud de José C. Paz): Buenos días, quiero presentar a mi compañera Eli-
zabeth Daniela Vergani que la sumé a la mesa. Yo formo parte del Con-
sultorio Inclusivo de Diversidad Sexual del Municipio de José C. Paz y soy
parte también del Programa Provincial de Prevención e Implementación
de Políticas de Género de la Provincia de Buenos Aires. Estoy muy con-
tenta acá de ver muchas caras conocidas desde hace muchísimos años
que da la pauta de que vamos bien, porque persistimos en el trabajo y
no bajamos los brazos y cada vez tenemos muchos logros. Llegué a la
universidad de la mano de Juan Sotelo, cuando se inicia el consultorio.
Nuestra capacitación fue del lado de la Dirección de VIH. Recuerdo que
nosotros estábamos muy preocupados con todos los profesionales que
necesitábamos para conformar el consultorio, y Juan me dijo: “Lo único
que necesitás son ganas y un médico clínico, el resto se van a ir forman-
do”. Y tenía razón, porque así empezamos. No teníamos hormonas, no
teníamos trabajador social, no teníamos nada. Teníamos nuestro médico
clínico, estaba yo con ganas y nada más. ¿Qué nos demandó la población,
la formación y el consultorio? Viendo un poco el desarrollo de la ley a
través de los años, hoy me acabo de dar cuenta de que mañana vamos a
cumplir seis años del Consultorio Inclusivo, que se nos pasó en nuestra
historia, fueron seis años de mucho trabajo. Y ahora estamos pensando
que a partir de la implementación del programa provincial, a partir de la
implementación de un decreto que hubo en el 2015, con la reglamenta-
ción del artículo 11 de la ley, en donde la provincia empieza a comprar
los insumos para la modificación corporal, llegan las hormonas. Nosotros
recibimos las hormonas y hubo un cambio sustancial en la atención del
consultorio. ¿Qué es lo que nos pasó ahí? Pudimos cumplir con todo lo
que veníamos prometiendo o soñando desde el inicio de nuestra prác-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 51

tica porque empezamos solo con un médico trabajando VIH, saliendo a


atender a la población. Hoy 2019, pensando en qué nos dio la ley y qué
nos falta, recuerdo que allá en los inicios yo peleaba mucho porque no
teníamos el testeo de VIH, y veo a una compañera de Fundación Hués-
ped, y quiero agradecer porque la Fundación nos dio mucho, nos sacó las
papas del fuego muchísimas veces y nos acompañó y nos ayudó en todo
lo que fue el testeo, que por ahí no lo conseguíamos desde otros lugares.
Hoy 2019, tenemos los mismos problemas que teníamos allá por el 2013,
cuando inauguramos, porque no podemos curar sífilis. Entonces, si uno
piensa, estamos en un punto como en ese inicio donde no podíamos con
el testeo de VIH. ¿Cuál fue nuestra gran discusión siempre? Que llegaba
desde el Plan Materno, entonces la prioridad era la mujer embarazada.
Nosotros que trabajamos con diversidad y población trans, la población
trans queda excluida, no entra porque no alcanzan los insumos. Enton-
ces qué se hace, se prioriza, y ahí entran a jugar todas las miradas, ¿no?
Bueno, ¿por qué esta prioridad?, ¿qué población es más importante?, ¿no
tenemos una edad que nos marca que los 32 años es la expectativa de
vida de la población trans?, ¿no tenemos que pensarlo? Bueno, empeza-
mos el 2012, empezamos en la ley; 2013, inauguramos nosotros; 2015, la
reglamentación; 2016-2017, nos llegan las hormonas. En nuestros prime-
ros encuentros con diversidad teníamos grupos, talleres y teníamos hasta
190 consultas por mes. Hoy 2019, tenemos 97 pacientes que están hacien-
do su tratamiento de modificación corporal por hormonas, ¿sí? Seguimos
teniendo lo mismo que teníamos en aquella época, tenemos trabajadora
social, psicóloga, no tenemos laboratorio como en aquella época, segui-
mos con el mismo problema. Con lo cual, Clara Attardo muchas veces nos
saca las papas del fuego [interviene Clara].

Clara Attardo (Dirección de Niñez, Género y Diversidad Sexual de la Mu-


nicipalidad de Pilar): Y ella nos saca las papas del fuego a nosotras y Juan
52 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

nos saca las papas del fuego con los preservativos [Risas. Se superponen
las voces]. Somos una red, la verdad es esa, nadie hace en soledad.

Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual, Secretaría de


Salud de José C. Paz): Somos un gran equipo. Sí, la verdad que sí.

Clara Attardo (Dirección de Niñez, Género y Diversidad Sexual de la Mu-


nicipalidad de Pilar): Sí, somos un equipo.

Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual, Secretaría de


Salud de José C. Paz): Quería contarles los números desde el programa.
En el 2016, los efectores en salud con buenas prácticas para la atención
integral de la salud de la comunidad LGBT eran 4, hoy somos 44 efec-
tores de salud que brindan tratamiento de modificación hormonal para
personas trans. En el 2016, eran 2, y hoy 42. Efectores de salud que brin-
dan cirugías de modificación corporal eran 2 y hoy son 4. Municipios que
disponen de servicios de salud que brindan atención a personas del co-
lectivo LGBT en el 2016 éramos 5, hoy somos 29. Estamos hablando de la
región sanitaria quinta. Mientras escuchaba a las chicas, escuchaba que
hablaban de culto; si hay un municipio con el cual desde el programa no
pudimos trabajar y no hay ningún movimiento es con San Miguel, don-
de la presencia de la Iglesia es muy importante. En el resto de los muni-
cipios de la región, probablemente son cuestiones técnicas que todavía
no se pudieron resolver con el sistema de salud. Me parece que en Pilar
hay que pensar también, piensen la Dirección, Pilar desde Desarrollo
pudo articular con Salud, y muy eficientemente, porque pueden lograr
todo lo que en otros municipios no se puede sin tener las hormonas, ¿sí?
Se articula muy bien con salud. Entonces, ¿qué nos pasa con los munici-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 53

pios que el sistema de salud todavía, con todos los años que tiene la ley,
no la pueden implementar? Bueno, le paso a mi compañera.

Elizabeth Daniela Vergani (Equipo del Consultorio Inclusivo y de Diver-


sidad Sexual, Secretaría de Salud de José C. Paz): Bueno, gracias, yo soy
de San Miguel y hace un año y algo que estoy trabajando con Rocío.
Para ser breve y no extenderme mucho, les comento algo en lo que es-
toy luchando mucho en el distrito de San Miguel, para armar un frente.
He logrado armar un pequeño grupo de género y diversidad trans en
San Miguel donde estamos tratando de luchar desde y con el apoyo de
los partidos políticos y que se abra el espacio del “municipio amigable”
como lo llamamos. No obstante, es un municipio muy conflictivo, a nivel
de culto llamémoslo, siendo que por ejemplo San Miguel tiene aprobado
en el Concejo Deliberante el cupo laboral trans, pero no está reglamen-
tado. Es algo que tenemos en agenda muy próximo, a solicitarle al Sr.
Intendente que lo reglamente. A nivel estadístico, hay alrededor de 150
chicas trabajadoras sexuales sobre Ruta 8 y tengamos en cuenta que el
cupo laboral habla del 1% de ocupación. Y en San Miguel, con 5000 em-
pleados, estamos hablando de 50 cupos laborales. O sea, es un número
estadístico muy importante, sabemos que los municipios no cubren el
1% pero tengamos en cuenta que estamos hablando de un tercio de la
comunidad trabajadora sexual. Sin irme de la temática y de las pregun-
tas que hicieron al principio. Había marcado yo acá en la ley un par
de cositas que tienen que ver con la salud, entre ellas en el artículo 11
donde habla de que todo el sistema de salud tiene que proporcionar
aquello que necesitamos desde el colectivo. Estamos muy olvidados,
muy dejados de lado. Y no solamente en la parte de salud pública sino
también que el artículo 11 habla de todas las actividades. Me refiero a
las obras sociales, cuando prácticamente ninguna hoy por hoy está cu-
briendo casi nada. Estoy con la gente de Suteba peleándolo porque les
digo que lo voy a tomar como una lucha para el colectivo. Si logramos un
54 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

caso, vamos a sentar un precedente. Esto con respecto al artículo 11. Con
respecto al artículo 12, tomando en cuenta las preguntas de ustedes,
aquello del trato digno, ¿qué es el trato digno? ¿Cómo nos identifica-
mos? También nos corresponde, un poco por obligación, dirigirnos a las
personas a las que les vamos a exigir un trato digno. Si nos presentamos
en un mostrador de recepción y no decimos quiénes somos, tampoco
podemos exigir que lo adivinen o que lo supongan. No obstante, desde
ese preciso momento, como dice el artículo 12, donde nos identificamos,
en ese momento se nos debe tratar de esa manera y se nos debe dirigir
de esa manera. Esto así a nivel ley, porque uso la ley como bandera. Hoy
la tenemos, la logramos, no tenemos mucho más que esto, pero también
uso la Constitución Argentina, donde la misma Constitución nos dice
“que el no conocimiento de una ley no nos exime del cumplimiento de
la misma”. Y esto nos lleva al recurso de la Constitución donde tenemos
una ley. Exijamos que se cumpla porque la misma Constitución nos dice,
por más que sea contradictoria en algunos puntos. O sea, tenemos una
herramienta, está en la misma Constitución que está sobre la ley.

Con respecto a lo que pueden hacer las universidades, la divulgación


fundamentalmente. Y no que quede solamente en charlas, sino salir a
la calle, salir a los centros, hacer divulgación, hacer información pública
y la falta de investigación. Acá si les voy a robar un minuto, en el grupo
de chicas que estamos trabajando en San Miguel, hay una de las chicas
que es una sobreviviente de un grupo de 50 de aquellas que se habían
inyectado aceite. Y estamos trabajando muy duramente para buscar lu-
gares de investigación porque a nivel internacional nadie se ha ocupado
de investigar estos casos. El aceite es un contrato con la muerte, es una
bomba de tiempo en el cuerpo, imagínense que les estoy dando el dato
de una sobreviviente de 50. Me estoy tratando de contactar con la UBA,
que obviamente acá están presentes, con la parte de Filosofía y Letras
para tratar de llegar y de ser posible a los decanatos de Medicina y de
Laboratorio, la de Bioquímica, para ver si a alguien le interesa. Lamenta-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 55

blemente, hay que llegar a esa postura, investigar estos casos. Este caso
en singular, porque eran “estos” cuando eran 50, cuando eran 2 todavía.
Hoy es “este” caso, es una bomba de tiempo, y esta chica que no voy a
dar el nombre por respeto, porque no está presente, ya empezó con los
síntomas de muerte. Así que lo que yo diría, lo que falta desde las uni-
versidades, son los espacios de investigación en bioquímica, sobre todo
para ayudar al colectivo en estas circunstancias. Gracias.

Auditorio: Aplausos.

Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual, Secretaría


de Salud de José C. Paz): Con respecto a la investigación yo te quería
contar Nicolás. No sé si pasa por el morbo del profesional que atiende.
No hay material. La verdad que la población trans ha estado excluida en
todo. En investigación, no tenemos libros que hablen de salud trans, es
muy poco. Entonces, lamentablemente también lo que se hace en los
consultorios es juntar información. Cuando uno pregunta, por ahí hay
que ver cuál sería una buena práctica y cómo consultar acerca de los
procedimientos, por ahí en nuestros consultorios no tomamos medidas,
pero sí registramos y pedimos en laboratorio cada tres, cada seis y cada
doce meses, porque necesitamos los valores. Porque es la única forma
en que vamos a poder crecer científicamente para saber cuál va a ser el
tratamiento adecuado. En particular, nos pasó, les cuento esto porque
ocurrió en nuestro consultorio. Jamás preguntábamos por una práctica
sexual para no ser invasivos. Después nos dimos cuenta de que la es-
tábamos pifiando y de que teníamos que empezar a hablar, porque en
la salud se trata de hablar, porque si nosotros no llamamos a las cosas
por su nombre nos estamos equivocando. Conocer prácticas nos ayuda
a ver el tipo de tratamiento que tenemos que dar. Si a una trabajadora
sexual le damos ciproterona sin preguntarle si es activa o si es pasiva,
56 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

que no nos interesa a nosotros desde el consultorio, le estamos negando


la posibilidad laboral. En eso uno lo tiene que preguntar, no lo pregunta
desde el morbo, lo pregunta desde el poder saber cuál es el tratamiento
adecuado para ese cuerpo porque en realidad, el que sabe del cuerpo es
el dueño, no nosotros, nosotros no sabemos nada.

Interviene Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El


Palomar): Claro, lo que pasa es que, primero, desde el respeto. Yo creo
que si vamos con respeto y si vos me decís “te puedo hacer algunas
preguntas de cierto contenido...” Ahí puede ser que sí, que te pueda res-
ponder las preguntas… porque no todos tenemos la misma estabilidad
mental… De hecho, si viene una doctora o un doctor y viene de la nada
y me pregunta de todo y “no, no me toques, no quiero”, porque no soy
ninguna rata de laboratorio, y si algune quiere serlo bienvenido sea para
ellos, pero yo no.

Interviene Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Fren-


te de Disidencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Lo que
pasa es que ahí hay un gran vacío. La ley dice, en el artículo 11, lo repe-
timos varias veces... las obras sociales, todos los organismos del Estado
que brindan servicio de salud tienen que adecuarse, pero no dice cómo.
Tampoco hay muchos profesionales en el mundo, en el país menos, hay
algunos pocos. Y ellos esa capacitación la tienen que hacer de su propio
bolsillo en muchos casos, salvo que alguna organización como la ONU o
alguien respalde esa capacitación de ese profesional. Entonces, la nor-
ma jurídica, la Ley 26743 de Identidad de Género, es pionera en el mundo
en un montón de cosas pero tiene sus vacíos. Sus vacíos en la práctica.
La verdad que la norma es bastante buena pero tampoco incluye a to-
das las personas, porque en el momento de registrar es o masculino o
femenino y hay un montón de identidades diversas, hay un montón de
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 57

personas que han hecho recurso de amparo para que diga en el docu-
mento travesti, identidad no binaria o nada. En ese caso hay un vacío, en
el acceso de la salud también, porque la norma en sí misma dice que yo
podría ir a una salita, podría ir a hacerme el examen correspondiente…
ir a ver a un endocrinólogo... por decir una especialidad. La norma dice
que todo lo que implique un beneficio para la persona en su autopercep-
ción tiene que estar contemplado pero no especifica cómo tiene que ser.
Entonces agradezco la buena voluntad de nuestros profesionales pero
les queda un gran paso para dar… También hay que aclarar que el cam-
bio depende de los recursos económicos.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar):


Eso te iba a decir, perdón [Interviene la moderadora].

Moderadora Florencia Rodríguez: Disculpen, ¿quieren que cierre la idea


Rocío y después le damos la palabra a Juan? Y seguimos la ronda de in-
tercambios posteriormente.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar):


Dale, dale.

Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual, Secretaría de


Salud de José C. Paz): Bueno, yo les agradezco… te paso Juan.

Auditorio: Aplausos.
58 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Moderadora Florencia Rodríguez: Le damos la palabra a Juan Sotelo, del


Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.

Juan Sotelo (Dirección del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la


Nación): Buen día, disculpen un poco la voz. Yo en primer lugar quiero
agradecer a los organizadores de este evento por la invitación. En particu-
lar a Alejandra, que es quien me convocó desde hace ya un tiempo largo
y prometí estar, así que, bueno, gracias por eso. Hace más de catorce años
que trabajo en la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Se-
xual del Ministerio de Salud de Nación en un área interdisciplinaria justa-
mente conformada por varios profesionales que, digamos, desde ese lu-
gar, continuamos tratando de implementar políticas públicas a nivel
nacional que permitan disminuir una epidemia en un marco epidemioló-
gico centrado en el respeto por los derechos humanos, la construcción de
ciudadanía y la autonomía. Es decir que básicamente lo que buscamos es
encauzar nuestras acciones desde el nivel central con la convicción de
que trabajar desde una epidemia o con cualquier otro problema de salud
a como dé lugar, recurriendo a cualquier tipo de método, muchas veces
puede generar resultados inmediatos en lo que tiene que ver con indica-
dores de salud, por ejemplo, pero que puede ser muchas veces pernicioso
para otros aspectos de la vida social. Entonces, por eso, como equipo de
trabajo, específicamente en el área de prevención, donde yo estoy, lo que
buscamos es recorrer un camino que es menos inmediato pero que apun-
ta al encuentro de necesidades de grupos poblacionales que tradicional-
mente son olvidados por las políticas públicas. En primer término, tam-
bién es pertinente preguntarse ¿por qué una Dirección de VIH/sida se
preocupa en primer lugar por la prevención, la atención, el diagnóstico y
el tratamiento?, ¿por qué abordó este tema? Y creemos que hay diferentes
fundamentos, los cuales como equipo nos llevaron a trabajar desde hace
varios años sobre la temática. En primer lugar, podríamos nombrar un
paradigma de tipo filosófico más que nada, donde se basan todas las pro-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 59

puestas de prevención, atención, tratamiento y demás, donde la apuesta


es tratar de mejorar, que las personas se vuelvan activas en la atención y
prevención del VIH, como una apuesta para controlar la epidemia a través
de la activación de mecanismos que faciliten la participación de las per-
sonas, de los ciudadanos y, en particular, de grupos más vulnerables y
más afectados. El paradigma epidemiológico, como todos sabemos, ha
venido cambiando en los últimos quince años, donde se pasa de estigma-
tizar a los grupos de riesgo a centrarnos en un paradigma de la vulnerabi-
lidad. En donde se considera puntualmente que esta exposición al riesgo
de contraer un virus, una enfermedad como el VIH, es la resultante de un
conjunto de varios aspectos y niveles de complejidad que tienen que ver
con lo individual, con lo programático, con lo colectivo, con lo contextual,
¿sí? Lo que hoy en día podemos llamar “determinantes de la salud”, es
decir que esta tradición apuesta por trabajar desde una perspectiva de los
derechos humanos, que tiene como fundamento epidemiológico el “para-
digma de la vulnerabilidad”, integrar como un eje político la promoción,
un trabajo articulado entre el Estado, la sociedad civil. Bienvenida en este
caso la universidad, son las que han dado mucho sustento a nuestra Di-
rección para mejorar el acceso a la población de la diversidad sexual a los
sistemas de salud, entablando esfuerzos programáticos para mejorar las
posibilidades de cuidado que forman parte de las respuestas y que son
responsabilidades de los Estados. Afortunadamente, nosotros comenza-
mos con la estrategia de los consultorios amigables, inclusivos, para la
atención de la diversidad sexual en el año 2010. Y en el recorrido histórico
hemos podido conocer muchísimos actores del sistema de salud, de los
equipos de salud, aun mismo al interior del Ministerio de Salud. Se pudo
articular con programas como Adolescencia, Programa de Salud Sexual y
Reproductiva, que hoy en día coordina una mesa de diversidad sexual, por
ejemplo. Son cuestiones que han aumentado la respuesta al acceso a la
población de la diversidad sexual. Como contó Rocío, nosotros arranca-
mos con esta propuesta en el 2010. Hay varios documentos, yo no voy a
abundar en qué es un consultorio amigable inclusivo, que podemos acla-
60 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

rar más que nada en el debate. Hay materiales, no muchos, porque hace
cuatro años que no nos compran demasiado, no tenemos muchos insu-
mos, pero básicamente para ir cerrando una reflexión que yo quisiera de-
jar para este debate. Digamos, cómo poder avanzar en nuestro sistema de
salud para dejar de ser reproductores de estereotipos de géneros y de las
situaciones estigmatizantes y discriminatorias, que históricamente han
ido generando nivel de fragilidad y sufrimiento de muchas personas. Bá-
sicamente, sería pararnos desde dos lugares. Si nos paramos desde el pa-
radigma de los derechos, yo creo que acá no hay dudas, todos iríamos por
el mismo camino. Creo que todos los que estamos acá compartimos esa
necesidad de garantizar el cumplimiento de los derechos humanos, se-
xuales, reproductivos de nuestra sociedad; y en cada uno de los espacios
donde circulamos, donde nos desenvolvemos, vivimos, trabajamos, estu-
diamos. Pero cuando nos metemos en la implementación de políticas de
género, tenemos que detenernos en lo que llamamos “la subjetividad de
los trabajadores de la salud”. El trabajo de la salud tiene una necesidad
común que es la de la inmediatez por lograr resultados, calcular ciertos
objetivos, ciertos indicadores para el trazado de políticas públicas. Es el
famoso poner el cuerpo o agotarse por la falta de recursos para prevenir
el desgaste profesional. Creo que la principal herramienta que tenemos
nosotros mismos, es que somos nosotros mismos, compartiendo todas
estas adscripciones culturales incluyendo al resto de la población. Y en el
campo normativo y de los derechos humanos, todo debería ponerse a
tono con el trato igualitario y respetuoso. En la práctica vemos que esto no
es así y en la mayoría de los trabajadores de la salud aún es más dificulto-
so para implementar actividades tales como espacios reflexivos acerca de
estereotipos de géneros, los modos en que se reproducen dificultades de
las poblaciones y demás. También nosotros encontramos dificultades aun
para dar charlas, asesorar en materia de VIH, sexualidad, de género, en el
trato, en tener una atención respetuosa, incorporar las perspectivas de
género, de las identidades. Es por ello que una de nuestras líneas actuales
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 61

es la de promover la creación o el fortalecimiento de estos espacios. Por


otro lado, yo soy docente de aquí, de esta universidad, y pertenezco al
Programa de Antropología de la Salud, la cátedra, de la carrera de Enfer-
mería, que ya hemos estado haciendo la experiencia de instalar un curso
de prevención de VIH en el cual incorporamos la perspectiva de género,
derechos humanos y diversidad sexual. Y es por eso que la intención es
fortalecer los equipos en estos espacios y que, quizás, este mandato un
poco a veces se opone a las políticas universales donde parecería que
todos tenemos que hacer todo. Pero apunta digamos a crear, incorporan-
do justamente también a la universidad, espacios que sean resguardos
para estas poblaciones que ya han sufrido demasiado. Es una tensión
constante, permanente, de la cual esperamos que esto sea un pasar,
pero es el momento en el que estamos y por eso espacios de reflexión
colectiva como este son herramientas que pueden contribuir a crear re-
laciones mucho más fructíferas y respetuosas. Así que dejo el espacio
para las preguntas, inquietudes. Yo vengo de un espacio de gestión, don-
de también faltan insumos. Estamos en un momento difícil. En otros
momentos podíamos sostener la creación de espacios inclusivos con el
otorgamiento de subsidios para las organizaciones de la sociedad civil.
Ahora el contexto no favorece, pero es el momento en el que estamos y
en el que queremos seguir avanzando justamente para que las personas
puedan acceder en su derecho ciudadano y en la construcción de auto-
nomía. Así que bueno, gracias y la seguimos.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Nos quedan dos invitadas más y des-


pués si quieren volvemos a debatir e intercambiar y dar lugar a las pre-
guntas del público y a todos los presentes. A continuación, le damos la
palabra a Anahí Farji Neer, que es parte del equipo de investigación.
62 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Anahí Farji Neer (Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Uni-


versidad de Buenos Aires, integrante del equipo de investigación del
IESCODE-UNPAZ): Bueno, muchas gracias a todos, todas y todes que pu-
dieron expresarse acá y que pudieron dar respuestas a las preguntas que
habíamos pensado como disparadoras. Lo que me propongo, y que espero
lograr, es sistematizar los aportes que se hicieron. Y me quedo con dos
ideas. Por un lado, la interrelación entre los derechos. No podemos pensar
la salud si no pensamos el acceso a la educación y el acceso al trabajo. Y,
por el otro lado, me interesa destacar que cuando pensamos el acceso a
la salud de la población trans nos estamos moviendo permanentemente
en un terreno de tensiones, de incertidumbres, de grises y de contradic-
ciones. Si tomamos nota de la foto, en la foto vemos una contradicción
normativa, como se dijo. Derechos constitucionales que no se cumplen
y expresiones en la Constitución que van en contra de los derechos con-
quistados. La foto también habla de que no hay cambios significativos
en la esperanza de vida de la población trans, o en el cumplimiento del
cupo laboral trans. Todo eso hace a la salud. Pero si miramos la película
también podemos ver, por ejemplo, que desde el 2010 existen los consul-
torios inclusivos, que una de las primeras formas en las que el sistema
de salud se acercó a la población trans fue a partir de la prevención y el
testeo del VIH. En 2012 tenemos la aprobación de la Ley de Identidad de
Género. La ley de Identidad de Género es de vanguardia. Pero podemos
decir que es letra muerta si no se cumple. En esa ley se han plasmado
las reivindicaciones del activismo travesti, transexual, transgénero local,
porque fueron las organizaciones las que laburaron su contenido y eso
no es menor. Pero lo que de verdad puede generar algún tipo de cambio
es el movimiento social que generó esa ley, y las transformaciones que
se van dando en las perspectivas sociales acerca de lo trans tras la ley,
gracias a la presencia del activismo en los espacios públicos y en las ins-
tituciones. Si pensamos, por ejemplo, en las representaciones mediáticas
sobre lo trans, han cambiado. Tenemos distintos ejemplos de formas en
las que las representaciones mediáticas cambian los sentidos estigmati-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 63

zantes sobre lo trans, ¿esto es suficiente?, no. Pero eso va permeando los
sentidos que luego atraviesan las instituciones. Y si miramos la película
también vemos que, ante una ventana de posibilidades, ciertas volunta-
des individuales pudieron generar iniciativas que terminaron generando
lazos, redes entre los distintos espacios. Como acá contaban las chicas:
“ya hay datos de cuántas capacitaciones dimos, de cuántos y cuántas pro-
fesionales, de cuántos estudiantes”. Y en esa película podemos ver las ini-
ciativas, y podemos ver que las posibilidades de transformaciones siguen
recayendo en las voluntades individuales. Es muy importante destacar
esto, porque habla de ese marco que genera la ley, pero también de las
falencias: si siempre van a recaer en iniciativas individuales, entonces
son inestables y pueden llegar a ser transitorias. ¿Qué es lo que necesita-
mos? Que esas voluntades, que esas iniciativas, se logren institucionali-
zar para que no dependan de las personas que hoy están y que se puedan
mantener en el tiempo. Y también necesitamos que las instituciones sean
flexibles, justamente para poder retener a la población trans. Otra de las
cosas que se han mencionado es la necesidad de construir saberes, ¿por
qué?, porque antes de la Ley de Identidad de Género había un bloqueo de
los saberes en el campo de la salud. Muchas de las intervenciones eran
ilegales, se desarrollaban en la clandestinidad, había un tabú en las ins-
tituciones de salud, no se hablaba de los tratamientos de transformación
corporal. La Ley de Identidad de Género permitió el desbloqueo de los
saberes. Pero es importante que esa construcción de saberes no vaya en
contradicción con la autonomía de decisión de las personas trans. Lo que
se necesita hoy es garantizar el acceso de la población trans al sistema de
salud. Y se necesita que aquellos y aquellas profesionales que ya tienen
algún tipo de trayectoria o un interés, sigan capacitándose. Eso también
implica una revisión de cómo acompañar las experiencias trans desde las
experiencias cis. Cómo acompañar desde el saber médico, cómo generar
la escucha de los saberes locales que genera la propia población trans. Y
esas condiciones para el diálogo se van dando porque cada vez son más
64 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

los equipos que pueden trabajar en términos de equipo, que pueden dar-
se el espacio para reflexionar sobre las propias prácticas y deconstruir los
saberes y también deconstruir la construcción de la propia subjetividad
sexogenérica. Por último, yo tenía algo escrito en relación con la pregunta
de ¿qué es lo que puede hacer la universidad? Yo creo que en la univer-
sidad pública, quienes estamos formados y formadas en perspectiva de
género y sexualidad, podemos colaborar en apostar a transversalizar la
perspectiva de género y sexualidad en las carreras de salud, porque creo
que lo interesante es promover la existencia de profesionales de la salud
que quizás no estén particularmente interesados e interesadas en diver-
sidad pero que sí puedan tener la escucha para atender a la población
trans, para atender en lo que saben y derivar en lo que no saben. Creo que
ahí es a donde hay que apuntar y para eso es necesario que se fomente la
perspectiva de género y sexualidad en las carreras de salud. Es el desafío
de la ESI en el nivel superior en general, no es sólo una cuestión de la for-
mación en salud. Me parece importante que podamos proponernos dar
el marco institucional para regularizar el encuentro o la construcción de
redes entre profesionales de la salud, profesionales de otras disciplinas,
activistas y usuarixs trans, porque ese espacio de diálogo, de intercambio,
es el que va a permitir que la letra de la Ley de Identidad de Género en
cuestiones de salud no sea letra muerta.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Le damos la palabra a Alejandra.

María Alejandra Dellacasa (ICA-UBA/IGEHCS-CONICET): Bueno, voy


puntualmente a algunas cuestiones también para cerrar un poco y recu-
perar algunas cosas que se dijeron. Cuando nos preguntamos ¿para qué
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 65

sirve la ley? Vuelvo al juego de la película que nos planteaba Anahí hacia
atrás. ¿De dónde partimos? Bueno, partimos de un panorama bastante
oscuro, ¿no? Allá por el 2009-2010, allá donde las instancias de atención
se daban a través de los recursos de amparo, tanto en lo que respecta
al cambio registral como a las intervenciones corporales. Recursos de
amparo, autorizaciones, pericias médicas, diagnósticos y un montón de
cuestiones bastantes nefastas para la vida de las personas. Y en el 2012
aparece la ley. Antes de la ley, había solo dos equipos que atendían en
hospitales públicos con profesionales que, a partir de su propia volun-
tad, se habían formado en algunas técnicas quirúrgicas y estaban inno-
vando en lo que se llama habitualmente “cirugías de reasignación”. A
partir de la ley, se abre muchísimo el panorama. Lo que la ley nos da en
todo caso, y a pesar de ser un discurso que muchas veces queda en eso,
en discurso, y no llega a transformar o a cambiar algunas cuestiones, es
un piso estandarizado desde el cual partir. Antes no existía ese piso, esa
norma común, y todo dependía de la buena voluntad, de los recursos de
cada persona que se pudiera acercar al consultorio, a la justicia, y que
pudiera negociar, porque no había ningún piso del cual partir. Entonces
la Ley nos dio ese piso estandarizado desde el cual poder pararse a ne-
gociar, que antes no estaba. Falta un montón, la ley sigue siendo binaria,
sigue teniendo un montón de críticas que podemos hacerle, sobre todo a
la hora de pensar el acceso, pero la ley es un piso para empezar desde ahí
a negociar. La ley habilitó también que la cantidad de los profesionales
que brinden atención se multiplique, que haya muchos equipos nuevos
que estén con intención de capacitarse en técnicas quirúrgicas y de pro-
veer terapia hormonal, y dio también la posibilidad de que exista algún
tipo de protocolo, una guía de atención, que tampoco existía. Antes cada
uno hacía lo que le parecía, más o menos a los ponchazos, como dice un
médico conocido. Y a partir de ahora, hay un protocolo de atención que
produjo el Ministerio de Salud de la Nación en colaboración con organi-
zaciones, y hay dos guías de atención que son antecedentes –una es la
66 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

de Capicüa y la otra es la de la Municipalidad de Rosario–, que son las


primeras guías de atención que se lograron publicar. Y desde el Ministe-
rio de Salud, a nivel nacional, en 2015, aparece esta guía que brinda a los
profesionales también un cómo abordar todo esto, por dónde empezar,
qué pasos dar en esa búsqueda. Nos encontramos todavía con un mon-
tón de cuestiones para resolver, hay muchos profesionales que desco-
nocen la ley, que desconocen el protocolo, que hacen lo que les parece,
que tienen una mentalidad binaria y que piensan en las cirugías y en las
intervenciones como “readecuaciones”, en términos binarios. O sea que
todavía no piensan en otras posibilidades. Sin embargo, bueno está este
camino, está esta multiplicación de espacios, también se han sumado
consultorios para la diversidad. Espacios que van surgiendo, chiquitos,
en un montón de lugares donde antes eran impensables, en provincia
de Buenos Aires, por ejemplo, en el interior, en La Pampa. Hay un mon-
tón de lugares que están surgiendo, que están apareciendo y trabajando,
en muchos casos en colaboración con organizaciones, lo cual también es
muy importante para que las personas empiecen a apropiarse de los es-
pacios, empiecen a transmitir un montón de saberes que ya tienen. Vos
decías Anahí, de todo el saber que circula y que está por fuera de lo que
es el equipo profesional y que tiene que empezar a entrar en diálogo.
Tiene que empezar a producirse una nueva información que, de alguna
manera, contemple esos conocimientos, contemple esas trayectorias,
contemple las problemáticas que surgen en los procesos de hormoniza-
ción y que todavía no se conocen bien. Los procesos de hormonización
actualmente no tienen estudios clínicos, que se llaman “randomiza-
dos”, o sea que se están administrando hormonas “cruzadas”, pero no
hay medicación específica. Lo mismo sucede, por ejemplo, en el caso
de los bloqueadores hormonales para adolescentes. Entonces esto pue-
de implicar un montón de riesgos, efectos secundarios que todavía se
están por analizar clínicamente y por conocer, digamos. Coincido con
esta cuestión que desde la universidad nos queda abrir las puertas, nos
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 67

queda aportar estos espacios donde podemos convocar, donde podemos


llamar a que se encuentren esas voces y se pongan en diálogo, que a
veces parecen que están en lugares opuestos. Y, por otro lado, creo que
tal vez el desafío a futuro sería que en esta mesa haya alguien de salud
–aparte de les estudiantes de la carrera de acá de Enfermería que están
escuchando–. Alguien de medicina, a ver qué pasa con el tema en ese
campo, a ver qué se está discutiendo, ¿qué está pasando? Si hay alguien
que tiene esas inquietudes de trabajo, de investigación, cómo se pue-
den ir incorporando de alguna manera. Ciertos contenidos, obviamente,
implican una reforma en la carrera, implican algunas cuestiones más
profundas, pero que sí es interesante que les profesionales empiecen
a incorporar esas preguntas y esos contenidos en la formación inicial,
porque es mucho más fácil empezar a pensarlo desde el comienzo que
plantear una deconstrucción cuando el profesional ya está formado, ya
concluyó, ya hizo su especialización. Creo que es muy importante pen-
sarlo desde el inicio de la formación.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Bueno, si les parece abrimos el juego


a intervenciones, preguntas, comentarios, inquietudes. Y quienes están
aquí presentes pueden contestar a quienes ya intervinieron y al público
también. Podemos reunir un par de preguntitas y sobre eso hacemos
una ronda de respuestas.

Primera intervención del público: Mi nombre es Nadir Cardozo. Yo tra-


bajo en Fundación Huésped, en todo lo relativo a la población trans,
con todos los proyectos, también pertenezco a la Asociación de Traves-
tis Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), estoy en ATTTA
68 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

CABA. Bueno, la verdad que es un gusto haber venido hasta acá y escu-
char las exposiciones. Hay algunas observaciones que me llevo. Primero
felicitar a la gente de Pilar, con el cupo laboral, con su implementación y
que diez compañeras accedan al trabajo registrado y formal y que pue-
dan gozar de los derechos que gozan la mayoría de la población. Des-
pués, me quedo también con lo que decía la compañera de San Miguel,
del problema de las hormonas. Aprovechando que están del ex Minis-
terio de Salud y hablar un poco de la necesidad que viene surgiendo en
toda la Argentina, con todas las compañeras. Nosotras somos una red
nacional y es una problemática que nos atraviesa el tema de las silico-
nas y es asombroso cómo nuestras compañeras se acercan buscando
una respuesta y realmente no la tenemos. Y no sabemos a dónde de-
rivarlas, a dónde hablar, y muchas veces la respuesta que tenemos es:
“No sabemos, no sabemos qué hacer”. Bueno, entendemos que sí, que
no saben, pero también es importante que se tenga la sensibilidad para
que realmente se empiecen a investigar estas situaciones y qué hacer.

Después con respecto a la universidad, en la pregunta a cómo sería el


trabajo de la universidad. Creo que lo expresó la compañera que está
ahí, Elizabeth. Yo pienso desde una perspectiva de género, de diversi-
dad pero no solamente al personal de salud. Es sumamente importante
el personal de salud porque compone una de las barreras de acceso al
sistema de salud por parte de las personas trans, es sumamente im-
portante. Pero también qué bueno que sería que se extienda a las otras
carreras, a las otras profesiones, porque nosotras circulamos por todos
lados y la agresión que sufrimos es de todos lados y no solamente de la
salud, es desde todos los ámbitos. Entonces por lo menos contar con una
charla como esta por lo menos una vez al mes, capacitaciones donde la
universidad pueda dar estas currículas, que sean obligatorias. Así como
estamos solicitando la ESI muchas veces en escuelas primarias, secun-
darias, donde todavía no se cumplimenta del todo, poder también su-
mar quizás a estudiantes de las universidades. Así que supongo que la
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 69

universidad desde ese lado sería una aliada, la mejor aliada que podría-
mos tener. Y bueno, solamente felicitar y decirles que estoy contenta
de estar acá. Y bueno, nada, era como hacer un aporte, muchas gracias.

Auditorio: Aplausos.

Segunda intervención del público: Mi comentario era contarles que es-


toy muy orgullosa de que se habiliten estos espacios de intercambio, de
escucha, de reflexión. Y me parece que no es casualidad que se den, sino
que son producto de muchas luchas que se dan y que apoyan desde algún
lugar. Y me parece que es muy necesario que se progrese en este sentido.

Auditorio: Aplausos.

Tercera intervención del público (Emma Serna, presidenta de la Coope-


rativa Arte Trans y funcionaria de la Municipalidad de 25 de Mayo): Bue-
no, nada, felicitar, estoy muy contenta de lo que se está dando. Siempre
celebro que ocurran estas cosas en el ámbito de las universidades. Y yo
sé que por ahí parecen cosas muy pequeñas y muy chicas pero realmen-
te es muy importante y son lugares donde el colectivo LGBT, el colectivo
trans no estaba. No estamos hablando de hace diez años, veinte, estamos
hablando inclusive de hace poco, cinco años. Es muy nuevo todo esto y
también es muy fuerte. Fue muy llevadero todo lo que sucede, por eso
felicito a las compañeras y a los compañeros también que luchan y que
trabajan para emplearnos. Y yo no iba a hacer una pregunta pero sí una
sugerencia, un aporte. Creo que debemos hacer, sobre todo el colectivo
trans que tiene una voz tan fuerte y que hoy por hoy se está empezan-
do a escuchar más, estamos en un momento del país, en un momento
70 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

coyuntural, estamos en plenas elecciones, en donde debemos exigirles


a todos y todas, los actores y las actrices que van a participar en estas
elecciones que sus plataformas también nos empiecen a incluir en las
políticas de género. Por ejemplo, una de las cuestiones... el año que vie-
ne es el censo que se hace cada diez años. Bueno, empecemos a trabajar
para que en el censo se empiecen a incorporar las identidades sexuales,
para que se pueda hacer un relevamiento nacional, a lo largo y ancho
del país, de cómo está la población trans. Por ejemplo, sabemos que hay
una única estadística que se pudo hacer en el año 2012 en La Matanza,
y como una investigación, una prueba piloto. Da los datos importantes,
pero no lo exacto que estamos necesitando. Y también sugerir, y esto
también me lo puedo decir a mí porque estoy encargada de una organi-
zación de personas trans, es que nos interpelemos todo el tiempo desde
el colectivo y que podamos escuchar siempre lo que necesita cada com-
pañero o compañera del colectivo trans. ¿A qué voy con esto? Yo sé cómo
son las ocupaciones, que algunas compañeras demandan mucho tiem-
po, deben demandar un montón de cosas, pero también es bueno que no
perdamos la sensibilidad de estar acompañando a cada una de nuestras
compañeras en serio, en territorio, en situación, en cada contexto de
violencia que se vive porque si no de nada sirve. Yo, por ejemplo, lo veo y
sé que no es de mala fe, sé que no puede ser de mala fe... A veces sé que
hay muchos movimientos que se reúnen y conversan todos estos temas
pero queda lamentablemente en eso. Hay que ir a algo más que exigir
la Ley de Cupo Laboral Trans. También creo que nosotras como colectivo
hemos dado tantas batallas, y muchas peores, muchas más violentas de
las que estamos dando. También reeducarnos, reinterpelarnos todo el
tiempo, acercarnos hacia la política, hacia el espacio público, sea cual
sea el partido político. Tenemos que entender que la universidad, que la
escuela, que la municipalidad son lugares públicos que hoy gobiernan
unos, mañana gobernarán otros y dentro de otros años otros, pero esos
lugares van a seguir siendo siempre nuestros. No cuestionemos quién
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 71

está en el momento de turno, o señalemos que la persona que de repen-


te se acerca a determinado dirigente o gobernante es porque están tran-
sando con la política, y con determinados partidos políticos. Tenemos
que exigir a la Ciudad de Buenos Aires, a la ciudad de José C. Paz, a la
provincia de Buenos Aires, al Estado nacional. Que lo veamos realmente
como una acción que tenemos que hacer, sea el gobierno que esté, y se
lo tenemos que pedir ahora, en época de elecciones, que realmente nos
incluyan. Que no seamos solamente una bandera que queda muy linda
para decir un discurso muy inclusivo, y después quede en eso, que la Ley
de Cupo no salga, que después la Ley de Cupo no se debata, y no tener
la participación en esas discusiones sean cual fuesen. Me parece que
eso es importante y también que colaboremos entre todos y todas en
acercarnos más al colectivo, al que peor la está pasando y reeducarnos
en esto. En lo importante que es tener una correcta hormonización, una
correcta cirugía, una correcta intervención, si lo requiere la compañera
o no, que sea adecuada. Como dijo, no me acuerdo el nombre de él, pero
dijo: “bueno, yo por ejemplo, no quiero que me revisen mi cuerpo”. Que
antes de que eso suceda, el profesional pueda advertir esa situación y
que él no tenga que vivir eso. Y que la que sí lo quiera vivir –bueno, no sé
si es que lo quiera vivir– que no tenga problema, que lo pueda hacer. Que
pueda existir esa conexión, que no estemos más desconectados entre lo
público y entre lo real, entre la vida real, sino que nos conectemos más,
pero desde ambos lados, yo siento que eso tiene que ocurrir.

Auditorio: Aplausos.

Cuarta intervención del público: Buenos días a todas y todos, soy Gra-
ciela Rodríguez, secretaria de Cultura y Educación de SUTEBA de Gene-
ral Sarmiento y conformamos en San Miguel el Movimiento de Disiden-
cias y Mujeres. Vengo a contarles que nosotras estamos trabajando con
72 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

el tema del cupo trans, porque ustedes saben que en San Miguel, como
dijo la compañera y como dijo Daniela –una compañera entrañable que
hace un trabajo muy intenso–, venimos planteándole al gobierno muni-
cipal que se implemente el cupo trans. Como saben todos y todas esto
es general. En el Concejo Deliberante en el que también tienen mayoría,
estas cuestiones siempre son pasadas a archivo, pero también quiero
decirles que desde las Disidencias y Mujeres hemos tenido una char-
la con el candidato Franco Laporta, de Todos, pidiéndole y haciéndole
saber de nuestra agenda. Y en esta agenda también tenemos el cupo
trans y nos preocupa la salud de las compañeras que están en la Ruta 8.
Así que queremos contarles que estamos trabajando y vamos a seguir
trabajando con Daniela y con otras compañeras. Así que bueno, muchas
gracias por haberme escuchado.

Auditorio: Aplausos.

Quinta intervención desde el panel (Clara Attardo, Dirección de Niñez,


Género y Diversidad Sexual de la Municipalidad de Pilar): Nosotras que-
remos decir algunas cuestiones sobre el tema de la institucionalización
de los procesos. Tenemos materiales que están circulando sobre el tra-
bajo de diversidad que hacemos. Y nosotras hicimos una publicación
sobre el trabajo en ESI no binaria, que estamos haciendo, y el protocolo.
Trajimos unos afiches y algunas cosas que pueden ser inspiradoras, y
creo que en Pilar –no venimos a hacer propaganda de Pilar– estamos
muy contentas. Hay tres compañeras trans laburando por el cupo y creo
que se ha dado un pasito más hacia la institucionalidad. Y más allá de
nosotras, queremos que se continúe. Por eso estamos muy contentas,
trabajamos con mucha libertad y esto no es solo porque nosotras lo de-
cidimos, realmente hubo una decisión institucional y política para que
podamos hacer en libertad. Gracias.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 73

Sexta intervención del público: Bueno, mi nombre es Melina Antoniucci,


yo vengo de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP). En prin-
cipio celebro estas hermosas jornadas, las primeras, espero que sean
varias, y sobre todo de este espacio, de esta universidad. Quería contar-
les que yo soy docente de la Escuela Superior de Medicina, que en Mar
del Plata hace poco, hace tres años, se abrió allá la carrera de Medicina
y tuve la suerte de entrar en una materia que se llama Salud Integral
de la Mujer, donde trabajamos desde la perspectiva de género y proble-
matizamos, en principio, ¿qué es una mujer? Esta es la pregunta con
la que arrancamos la materia. La carrera ya forma parte de lo que es la
currícula innovadora, donde se problematiza la salud, en un principio
desde –y esto sí quiero compartirlo porque nos parece una experiencia
súper interesante– el acompañamiento y la participación de les estu-
diantes en el campo desde un primer comienzo. Entonces, eso aporta
muchísimo más a la inserción y a la formación de esos profesionales
posteriormente. Todavía no podemos entender el impacto que eso tiene
porque no hay egresades, pero sí creo, y esperemos, que podamos tener
una buena inserción de profesionales. Me quedé con algo que decían de
la construcción de datos y de la necesidad del diálogo entre los saberes
médicos y del campo de las ciencias sociales, del campo de la comuni-
cación también y de la construcción en el campo de la medicina. Porque
la medicina, como sabemos, es aquella ciencia, aquella disciplina, que
definió “lo normal” y “lo patológico” y desde la mirada social hay varias
cosas para problematizar. Sucede mucho allá en la Facultad de Medicina
en Mar del Plata, y creo que es algo que se comparte con todas las uni-
versidades, que cuesta mucho pensar y problematizar la construcción
de los datos con la participación de las personas, en este caso de las
personas travestis, trans. Pero también podemos problematizarlo para
la construcción de datos para la implementación de la Interrupción Vo-
luntaria del Embarazo (IVE), por ejemplo, durante el embarazo. Nosotros,
allá en Mar del Plata, estamos presentando un proyecto conjunto con la
74 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Facultad de Humanidades y la Escuela de Medicina para problematizar


sobre la sexualización de las hormonas, empezar a construir esos datos.
Cuando nos hacemos la pregunta y empezamos a pensar en la meto-
dología del proyecto lo que decimos es: por qué no pensar a la persona
trans, travesti, que se acerca al consultorio, con sus prioridades, con va-
rias instituciones del Estado que se desarmaron y ahora estamos viendo
para que se vuelvan a abrir. Con los CAPS, donde hay profesionales ami-
gables, –es horrible decirles profesionales amigables–, y bueno, sabemos
a quiénes nos referimos. Y la construcción de datos es un problema y
la pregunta es: ¿Por qué no pensar a esa persona travesti, trans, que
se acerca, que empieza a consumir hormonas, empieza a intervenir su
cuerpo como cocreadora de esos datos también? Me parece que ahí está
el desafío y ahí trasladaba la pregunta al panel para que lo podamos
pensar, porque hay algo en el orden de la construcción de los datos, so-
bre todo en medicina y que pasa por el campo disciplinar médico. Pasa
que esa construcción de conocimiento y la validación, se da exclusiva-
mente por la acreditación médica. Inclusive nos pasa en la Facultad, allá
en Mar del Plata, que cuando queremos proponer una cátedra, o alguna
charla con expertos –como le llaman– de la carrera, proponemos recupe-
rar las voces de las experiencias del territorio, hay siempre entonces una
pregunta para preguntar y problematizar y es: ¿De qué manera podemos
construir ese conocimiento y cómo lo podemos pensar para una perso-
na trans que empieza a consumir hormonas? Y generar un protocolo, o
una planilla, no sé –digo, para que lo pensemos colectivamente–, donde
se promueva que la persona vea cuándo y cómo se quiere medir el clí-
toris. No sé, no lo tenemos resuelto todavía, pero para que lo pensemos.

Séptima intervención del público: Hola, buenos días. Yo soy docente de


la carrera de Enfermería de acá, de la Universidad de José C. Paz. Y en
función del comentario que hizo Alejandra Dellacasa, sobre lo impor-
tante que sería la formación en las perspectivas de derechos de los pro-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 75

fesionales de la salud, quería comentar que en la carrera de Enfermería,


acá la universidad, al igual que todas las carreras de Enfermería del país,
está atravesando por un proceso de modificación de su plan de estudios.
Y el plan de estudios actual de la carrera es un plan pensado desde la
perspectiva de los derechos, desde la perspectiva de género, tiene un
área de materias humanísticas, pero la cuestión de género es una cues-
tión transversal en la carrera. Hay materias más específicas en donde se
trabaja, y este año de hecho hay dos materias optativas: una sobre ESI y
otra sobre Feminismos. Y además tenemos Antropología, Sociología, Fi-
losofía, Salud de la mujer, y otras materias que en este momento no me
acuerdo, que trabajan específicamente la cuestión de género. Claro que
no tenemos egresados porque ese plan se implementó en 2017. En 2017
hubo un plan de transición. Pero bueno, todavía no están los primeros
egresados de este primer plan, de este nuevo plan, pero bueno, se está
trabajando en eso.

Auditorio: Aplausos.

Octava intervención del público: Hola, buen día a todos, todas y todes.
Mi nombre es Javier Nascone, soy trabajador social y actualmente soy el
director de la carrera de Trabajo Social de acá de la UNPAZ. Primeramente
quería felicitar a Martín Boy, a Florencia Rodríguez, a Camila Newton, a
todo el equipo que se ha puesto al hombro esta actividad, al igual que
muchos compañeros y compañeras. Pero además porque Martín, yo no
sé si no es el pionero, el primero que empezó con estos temas acá en la
UNPAZ cuando nadie hablaba de estas cosas. Y esto es un poco el resul-
tado, lo primero que se empieza a visualizar, a plasmar, de un montón
de laburo que él viene haciendo específicamente en estas temáticas; no
solo en su materia que da, teórica, sino también en su proyecto de inves-
tigación, formando estudiantes y dando charlas para todos con la impor-
76 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

tancia de poder trabajar esta temática. Así que gracias a todos y todas,
porque esto que se empieza a ver acá tiene también su impronta, así que
felicitarlos. En el punto tres que plantean en el panel, que es el que me
interpela digamos, por el cargo que ocupo en la Universidad y en la carre-
ra, me quedé pensando. En la carrera tenemos prácticas preprofesionales
desde casi el primer año, pero con profundidad recién desde el segundo
año en adelante. Son prácticas que nuestros estudiantes realizan una vez
a la semana, durante casi todo el año, la hacemos grupal, y si no nos falla
el chequeo hay un solo convenio firmado con una institución que trabaja
con temáticas de diversidad sexual. Entonces me pareció propicio invitar
a las organizaciones e instituciones que forman parte del panel a que,
si por favor, si es posible, nos abran una puerta para poder empezar a
comenzar un diálogo. A ver si a partir del año que viene podemos incor-
porar como espacio de prácticas preprofesionales, para nuestros estu-
diantes sus espacios de laburo, digamos, porque me parecen sumamente
interesantes. Así que, también tomándoles el guante, haciendo una au-
tocrítica, hasta el momento no tenemos tantos espacios con estas temá-
ticas y aprovechando que acá hay muchas organizaciones, y que a veces
no estamos muy en contacto, ofrecer a la carrera de Trabajo Social para
poder hacer prácticas. Y aquel que esté interesado, interesada, en recibir
a nuestros practicantes, poder armarlo para el año que viene, si es posi-
ble, y por supuesto dejar abiertas las líneas de comunicación de la carre-
ra de Trabajo Social para poder organizar más actividades y seminarios.
Aunque sea seminarios extracurriculares sobre estas temáticas. Y por
supuesto me parece que las prácticas son necesarias para poder formar
profesionales con un perfil diferente, que justo es el debate que nos esta-
mos dando en la carrera: ¿qué perfil profesional queremos en la UNPAZ y
en este territorio situado? Me parece importante que esa formación se dé
también en estas instituciones, ya sea pública, ONG, movimiento, activis-
mo, etc. Así que bueno, gracias y están las puertas abiertas.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 77

Auditorio: Aplausos.

Marisol de los Ángeles Brandán (Dirección de Niñez, Género y Diversi-


dad Sexual de la Municipalidad de Pilar): Bueno, respondo al trabajador
social, al trabajador social cis, lo conozco cis, no sabemos si coincide
su… [risas]. Doy charlas, he dado este año una charla en la Universidad
de Luján, en la sede San Miguel, con la trabajadora social Maura Cárde-
nas. También doy charlas en la Universidad Nacional de San Martín, doy
charlas en la Universidad de General Sarmiento, a nuevos profesionales
sobre nuevos géneros o ESI no binaria. Cualquier cosa si querés pode-
mos hacer contacto. [Hace un chiste inaudible].

Auditorio: Risas y aplausos.

Novena intervención del público: Bueno, ¿qué tal? Mi nombre es Ánge-


la, soy estudiante de Trabajo Social de 5to año, consejera departamental.
La verdad que –Nascone, Bettanín– justamente pensé lo de las prácticas
en relación con las organizaciones y creo que también podríamos pen-
sar algo más, con relación al Plan de Estudios que se viene, introducien-
do una materia que tenga que ver con diversidad. Porque nosotros como
profesionales nos estamos preparando. Yo, es más, estoy aprendiendo
justamente desde la terminología que se establece, hasta cómo llevar a
cabo el día de mañana una intervención. Agradezco profundamente a
Martín Boy, a la profesora Florencia Rodríguez y a quienes participaron
siempre en los proyectos de investigación, acá está Juan Moreyra tam-
bién, Alejandra Pedrani, Solange Basualdo. Ellos llevaron a cabo todas
estas temáticas y son un espacio de investigación muy productivo. Jus-
tamente a mí me fortalece muchísimo todas estas temáticas que están
tratando porque estoy en el armado del proyecto/taller final de evalua-
78 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

ción, y uno de los temas es sobre las trayectorias de vida a partir de la


sanción del cupo laboral trans. Así que estoy investigando sobre eso y
debo decir, confieso, de que se me abrieron muchísimas líneas de inves-
tigación respecto a todo lo que estuvieron nombrando. Así que celebro el
espacio, estoy muy orgullosa de la Universidad que está creciendo y que
también está transformando el territorio de José C. Paz.

Auditorio: Aplausos.

Décima intervención del público: Bueno, hola. Gracias también por la


invitación y felicitarlos, felicitarlas y felicitarles por el panel. Yo trabajo
en la Dirección de Salud Sexual del ex Ministerio de Salud que hace un
año, en septiembre, se degradó. También contarles, vos decías lo de los
protocolos, y en la Dirección de Salud Sexual, yo soy psicólogo, somos
muy de protocolos, muy de una manera y la verdad que es un laburo muy
fuerte de hacer con los equipos de salud y con las organizaciones que
conocemos, y que hacen un laburo territorial muy lindo y muy fuerte.
Pero bueno, particularmente es esto: poder pensar las prácticas en salud
en conjunto con las personas trans; tenemos cuestiones básicas como
la Ley de Pacientes. Y poder pensar que todes participamos de nuestros
procesos de salud y enfermedad, orientación, que eso es en compañía de
las personas. Por eso me parece buenísimo lo que vos traes, que no todas
las personas tienen que ser súper activistas y plantarse y decir las cosas.
Entonces me parece que está buenísimo que desde el sector salud empe-
cemos a tener esta perspectiva en conjunto con las personas, que a veces
activistas y militantes nos ayudan, pero también hay mucha gente que no
lo es. Y si bien hay personas que eligen visibilizarse y llevar adelante estas
luchas, no todas las personas que participan en los espacios de salud pue-
den hacerlo. Entonces también tengamos una mirada con lo de que “las
personas trans tenemos que ser así”, o “las personas travestis tienen que
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 79

ser así”, sino que tiene que ser un enfoque que tenemos que tener en sa-
lud y en todas las prácticas. Que no todas las personas pueden identificar-
se, o van a tener una expresión de género determinada. Y que, si bien en
esa línea desde Salud Sexual se está poniendo la mirada en cómo pensar
los espacios de atención, depende de cada consulta. Porque si bien hay
ciertos lineamientos –nos ha pasado en provincias– de “nunca hacer un
chequeo del cuerpo de las personas en la primera consulta”. Y ha pasado
en lugares donde las personas se han sentido muy cómodas, o no, pero
bueno. “No, no, aprovechemos que venís” y “sí, yo quiero que me revises”.
Y bueno, eso va a depender de cada situación pero está buenísimo tener-
los en cuenta. Y que, si bien hay investigaciones y demás, siempre es con
el consentimiento informado de la persona, que la persona decide, que la
persona se informa como para tener en cuenta esto, que siempre es en
conjunto entre las personas y las organizaciones.

Auditorio: Aplausos.

Décima primera intervención del público: Yo quería hacer dos pre-


guntas. Una preguntarle a Marisol de los Ángeles si podrás contar un
poco, creo que lo habían mencionado al principio, lo que hacían como
de “prácticas de sensibilizaciones en espacios públicos” ¿Puede ser? Si
podían contar un poco cómo organizan esas experiencias. Y después
preguntarle a Nicolás, si podrías hablar un poquito en el caso del tra-
tamiento trans, que por ahí se desdibuja un poco la especificidad de la
demanda de la población trans masculina.

Responde Marisol de los Ángeles: Respecto de la sensibilización, se da


en el marco de fechas puntuales como el 8M, el 25 de noviembre, el 17 de
mayo. Bueno, todas esas fechas históricas que van dentro de lo que es el
80 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

feminismo. Vamos haciendo capacitaciones en la Plaza 12 de octubre de


Pilar, sensibilizando a la gente con la temática de diversidad y género.
Muchas de las profes se acercan para preguntarme sobre “problemáti-
cas” que tienen dentro de sus familias. Ellos le llaman problemáticas
pero para mí es natural, que un niño, niña, niñe se acerque y empiece
a autopercibirse con un género opuesto. Es de ahí desde donde empe-
zamos a generar ayuda y contención a esa familia desde la Dirección
de Niñez, Género y Diversidad Sexual, para que esas familias puedan
entender que en su casa hay una persona que está en transición. Y tam-
bién encontrar a la población LGTBIQ que empieza a empoderarse de
estos derechos. Sabemos que esta población, por muchas cosas, dejan
los estudios y ahí es donde pierden ellos las bases de formación de las
que hablaba recién la compañera. La Constitución que se olvida y una
Constitución que, a nosotras las militantes, nos ha ayudado a salir ade-
lante con todas estas cosas que tenemos hoy en día.

Interviene Clara Attardo (Dirección de Niñez, Género y Diversidad Sexual


de la Municipalidad de Pilar): Sí, una cosa cortita. Nosotras repartimos
volantes y hasta damos clases magistrales, le ponemos el cuerpo en todo.
Yo, particularmente, creo que el binarismo viene a romper –no es sólo el
sexual, sino es también el disciplinar, el académico, el práctico–. Tenemos
que ser más flexibles, no puede estar todo el mundo en todo, pero sí tene-
mos que romper los modos positivistas de trabajar. Nosotras estamos en
el barrio, en el territorio, en los asentamientos, en todos los lugares que
podamos estar y que nos abran las puertas. Y la sensibilización siempre
es pensada con las personas destinatarias, la metodología es pensada con
las destinatarias, el saber es pensado de esa manera y nosotras hacemos
absolutamente todo. No se nos juega una cuestión de la hegemonía del
saber. Vas a ver que somos las mismas las que hacemos promoción en el
terreno, las que escribimos el cuaderno y las que también proponemos
hacer ciencia, como la investigación-acción participante. Tratamos de ser
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 81

no binarias, no sólo en el campo sexual, sino también en las lógicas men-


tales. Hace muchos años que trabajo en la universidad y hace algunos
años sería impensado, particularmente las personas como yo. No queda-
ba muy bien estar en el territorio y traer saberes desde el territorio y hoy
es lo que hay que hacer, ¿no? Me parece que no debería haber fronteras
tan estrictas entre los pensamientos conceptuales y el hacer práctico. Me
parece que la no binariedad, el no encasillamiento y la fluidez también
tienen que ser en estos términos, en construcción epistemológica. En-
tonces, mañana nos vas a ver, u hoy, nos vas a ver repartiendo folletería y
sensibilizando a la gente en un barrio y después nos vas a ver dando una
clase magistral y después dando clases en la universidad.

Intervención del público: Perdón, ¿y qué respuesta han tenido?

Clara Attardo (Dirección de Niñez, Género y Diversidad Sexual de la Mu-


nicipalidad de Pilar): Maravillosa, o sea, no hubo obstáculos, el planteo
nuestro fue muy estratégico y con mucha cintura. Muy buenas respues-
tas en general.

Marisol de los Ángeles Brandán (Dirección de Niñez, Género y Diver-


sidad Sexual de la Municipalidad de Pilar): Lo que voy viendo en estos
cuatro años en la Dirección de Niñez, Género y Diversidad Sexual me ha
modificado la vida. Pasar frente a un colegio... hoy por hoy paso de una
manera alegre, feliz, a lo que era hace cuatro años atrás que no podía
pasar. Tenía que esperar a que el colegio cerrara para poder ir al super-
mercado de enfrente, para poder comprar. En estas últimas elecciones
en el colegio donde fui a votar, ya no me miraron de forma despectiva,
sino como par y eso es todo fruto de todo el trabajo de campo que esta-
mos haciendo en lo que es el distrito de Pilar. Creo que sin estas políticas
82 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

públicas, sin estas charlas, sin esta concientización en la población, esto


no me hubiese pasado en años. Creo que a partir de la Ley del 2012, creo
que mi vida se modificó y vino una respuesta a esto que falta, que la so-
ciedad tenga concientización del daño y perjuicio que nos hacen. Falta
mucho, pero que estamos caminando, estamos caminando muy lento.

Auditorio: Aplausos.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar): De


verdad me olvidé la pregunta que me habías hecho. ¿Me podrías volver
a repetir la pregunta?

Décima segunda intervención del público: Si podías contarnos un


poco cuáles eran las problemáticas específicas que estaban teniendo
las masculinidades trans dentro de los espacios de salud, si hay alguna
cuestión particular. Porque por ahí me daba la impresión como que se
habla de salud trans, y por ahí se desdibuja un poco si había problemá-
ticas específicas.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar):


Principalmente es el tema de las hormonas. Como claramente no hubo
presupuesto en el tema salud en el marco macrista, bueno, más que
nada el tema de las hormonas. Y el tema de que las obras sociales no nos
cubren y muchas invisibilizaciones. Usualmente se reconocen más a las
travestis y a las mujeres trans y no tanto a los varones, chicos, hombres y
masculinidades trans que estamos en el territorio. Más que nada los es-
tudios para seguirnos la testo (por testosterona), que son re importantes.
Porque yo por ejemplo me hormonizo, y quizás tengo los niveles altos de
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 83

“testo” [refiere a testosterona], y no me los puedo medir porque no hay


reactivos en los laboratorios como para medirnos la testosterona. Pero
básicamente eso, creo que son menos las complicaciones con respecto
a las que tienen las chicas. En cuanto a las operaciones, hay mucha de-
manda y hay pocos profesionales, y los que hay, usualmente no son los
mejores, pero bueno. Y me gustaría responderle además a Rocío, que vis-
te que vos habías hablado del relevamiento de La Matanza. Salió un nue-
vo relevamiento ahora de la Secretaría de Derechos Humanos en el que
estoy con Martín Boy, en donde se encuestaron a varias, varios actores y
fue para saber sobre las condiciones de vida de las personas travestis y
trans y salió hace poquito, junio-julio lo presentamos. Está en internet.

Décima tercera intervención del público: Perdón, te hago una consulta:


¿el relevamiento cómo fue? Porque me interesa eso, porque yo sabía que
el del año 2012 en La Matanza las pruebas piloto se habían hecho por go-
teo –es por ejemplo que yo encuentro a una compañera y esa compañe-
ra me da el contacto de otras tres y así esas tres se contactan con otras–.

Nicolás Reynolds (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El Palomar): No,


básicamente fue lo mismo. Fue más por conocides y por sectores. Igual
ahora lo va a responder mejor Martín Boy, que veo que tiene muchas ga-
nas, pero esperá que termine de contestar. Usualmente me destaco por
ser muy tajante, y yo sé que no hay muchas investigaciones y las que
hay son puntualmente de Estados Unidos, o de otros lugares –que no
me interesan–. Pero si hay un profesional cis o una profesional cis que
quiera venir a ver, o tenerme como objeto de estudio a mí, o a una com-
pañera, y yo pierdo mi tiempo, que puede hacer mi compañero el pedido
Rappi, o mi compañera trava en la ruta, estoy gastando mi tiempo y mi
dinero. Básicamente, decirles a las chicas, chiques y chicos, que también
va mucho en las tesis que hay en las universidades, que si quieren hacer
84 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

investigaciones, que si quieren hacer tesis que nos paguen, porque no


tenemos cupo laboral trans. Así que nada, eso.

Interviene Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Fren-


te de Disidencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Un pa-
quete de yerba puede ser.

Responde Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual,


Secretaría de Salud de José C. Paz): A ver, vuelvo sobre el tema. Si vos en-
tendiste que la investigación puede tomar al paciente como a una rata
de laboratorio, me disculpo, porque no fue lo que quise decir. En reali-
dad, cada laboratorio que tenemos jamás y de ninguno de los del equipo
de nuestros consultorios que tenemos, se nos ocurriría pedir algo.

Nicolás Reynolds responde (Centro de Salud Malvinas Argentinas, El


Palomar): Igualmente lo digo en general, con todos los lugares que hay.

Responde Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual, Se-


cretaría de Salud de José C. Paz): Creo que quizás los equipos de cirugía
pueden llegar a tener las mediciones previas. En un consultorio de aten-
ción primaria, como es el nuestro, jamás medirían. Lo que sí juntamos,
son datos de laboratorio. Nosotros cuando pedimos una testo, lo anota-
mos, lo registramos y lo compartimos a todos los investigadores del país,
porque se están relevando datos, porque no los teníamos, porque nunca
se incluyó un laboratorio para hacer lo trans. Y si vos entrás a los últimos
programas tenemos los datos, pero de salud trans no, porque no exis-
ten. Cuando uno dice generar datos, en una consulta se pregunta: “¿Qué
es lo que querés? ¿Por qué viniste?”. Cuando plantean los tratamientos
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 85

de hormonización, se pregunta: “¿Qué expectativas tenés con respecto a


esto?”. Y vos estás hablando del vínculo, y la verdad que estamos orgullo-
sos de nuestro trabajo y estamos orgullosos de que vuelvan. Trabajamos
con Casa Trans, a partir del cierre de algunos lugares a los que ya no lle-
gan las hormonas, nos van derivando. Y tenemos hoy casi un porcentaje
casi igual de masculinidades trans que de chicas trans. Y la verdad que lo
que aprendimos es muchísimo. Y dentro de las especificidades –si puedo
contarte un poquito–, lo que tenemos como registro ahora, a partir del
recuento de la testo, es que crece en la niñez y en la población adolescen-
te. Que realmente antes no lo teníamos, que cuando comenzamos con
el tratamiento de hormonización era un dato que no estaba en nuestro
protocolo y que, gracias a esto, a ir marcándolo, a hacer el seguimiento
y a hablar mucho cuando los pacientes llegaban. Por suerte estamos un
poquito mejor. Y hay muchas capacitaciones. En el área de la Secretaría
de Derechos Humanos, esto es realmente para compartirlo, para que lo
tengan en cuenta y lo socialicemos, porque los cursos virtuales son fabu-
losos. Los foros de los cursos virtuales son fabulosos y ahí construimos
conocimiento todo el tiempo. Disculpas, si se entendió mal.

Décima quinta intervención del público: Yo más que preguntar, era


ineludible el intercambio escuchando a quienes estamos acá, que es un
colectivo de trabajo que está acá en el que se cuenta en qué etapa de
construcción estamos de algo que se desconoce. Yo puedo jugar a esta
idea de las ratas de laboratorio y de la necesidad de los profesionales
de la salud de poder saber, de poder aprender con qué población tra-
bajamos. Me parece que uno entra en una etapa de un respeto de sus
intimidades y de una destrucción de prejuicios. Porque muchas de las
cosas que se dijeron acá tiene que ver con este encuentro que se da, con
el colectivo trans cuando llega a un hospital, cuando llega a un centro de
salud y muchas veces las necesidades de los profesionales de saber, de
querer aprender, de poder conocer. Me parece que es ahí en ese marco
86 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

de trabajo, de aprendizaje mutuo, donde todo el mundo tiene que limar


prejuicios. O sea, si llegamos a esta instancia, si estamos en la univer-
sidad pública, es porque hemos atravesado muchos prejuicios. Yo soy
psicóloga, trabajo en el Hospital Eva Perón con población trans que viene
a hacer su reasignación de sexo y me he encontrado con muchas situa-
ciones que yo desconocía y con muchas lastimaduras a sanar. Entonces,
claramente, nadie quiere o nadie piensa como ratas de laboratorio, ni
mucho menos, pero me parece que sí hay un sufrimiento psíquico, de
mucho maltrato, y hay un prejuicio muy grande de ambos lados. Enton-
ces, a partir de esto, también me parece que nos toca a todos nosotros,
a los que estamos acá, de poder limarlo, de poder reconstruirlo y poder
gestar instancias de trabajo totalmente distintas. Porque está la necesi-
dad de ellos de hormonizarse y la de nosotros de saber a quiénes y con
quiénes trabajamos, es mutuo. Entonces eso, me parece que está bueno
que aparezca ese debate y creo que es en esta instancia, ¿no?

Décima sexta intervención desde el panel - Michelle Bordón (estudian-


te de la UNPAZ, activista del Frente de Disidencias y de Lucha, Promoto-
ra de Diversidad en ONG): Quería aclarar un punto. Muchas de nosotras,
personas trans, nos alejamos, desconfiamos del sistema público. Yo creo
que tiene que ver con esto que estaban planteando recién. Socialmen-
te es un colectivo humano muy discriminado y muy perseguido y muy
torturado y muchas veces exterminado. Entonces cuando aparece algo
del Estado, está bien –quizás las personas jóvenes lo pueden asimilar
un poco mejor–, pero las personas que somos grandes, que hemos sido
encarceladas, torturadas, muchas ya están muertas, detenidas ilegal-
mente... Entonces cuando viene el profesional de la salud –sin ser arro-
gante– porque, desde mi punto de vista de ser humano pienso “bueno,
va a haber alguien capacitado para atenderme”. Y lo que pasa es que no
está esa capacitación, recién se está haciendo ahora. Entonces existe esa
confrontación. Y bueno, es probable porque desconfiamos del sistema
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 87

público. En una época cuando estábamos en la etapa más inclusiva, en


el proyecto anterior, desde el sistema laboral, por así decirlo, se trató de
incluir a algunas personas para hacer una cooperativa de trabajo. Había
algunos proyectos interesantes y la mayoría de las compañeras descon-
fiaban. ¿Por qué? Y porque yo, blanquear mi situación ante el Estado
nacional... Y, ya tenemos miedo, y decíamos uh… “nos van a perseguir”,
“nos van a hacer esto”, “no van a hacer lo otro”. Porque antes el Estado
era… [interviene alguien del público] represor. Era represor y sigue sién-
dolo, ahora un poco las cosas han cambiado, pero muchas veces pasan
estas situaciones, a mí me han pasado otras situaciones –que no me voy
a poner a contarlas acá– en los hospitales públicos. Pero lo que le pasó
acá al compañero lo sienten muchas personas, es así. Bueno, tenemos
que trabajar en conjunto, pero nos va a llevar un tiempo largo. Pero bue-
no, están estas condiciones. Pero quiero que entienda la sociedad que
está acá, que las personas entiendan por qué a veces reaccionamos de
esa manera, a la defensiva. No sé si se sabe, pero en los años ochenta,
noventa inclusive, ya estando en democracia, a muchas compañeras las
detenían porque seguían procedimientos judiciales vigentes en algunas
provincias –lo voy a contar rápido–. Entonces las detenían por los edic-
tos policiales –lo cuento rápidamente–, por tener ropa que no coincidía
con el sexo biológico. Estabas detenida ahí. Y por ahí los mandaban o a
que te viole algún policía. Y te violaba él y después se divertía viendo
cómo te violaban los demás. Después te ponía en algún lugar abierto,
en pleno invierno, con lluvia, o te regaban con agua a presión para cas-
tigarte. Un montón de situaciones y si no te morías ahí, salías cuando
a ellos se les ocurría: ya tenías barba –porque obviamente no eras del
primer mundo, no tenías depilación definitiva, etc., etc.–, salías y… Ah,
otra cosa –que no se planteó acá pero sucede–, la mayoría de nosotras,
como personas trans y travestis, no tenemos acceso a la vivienda. En-
tonces estas personas salían de la comisaría y ya había pasado el plazo
para pagar su alquiler. Y obviamente le tiraban todo a la calle, y cuando
88 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

salían, salían sin nada. Y la policía, en este caso el Estado, lo que hacía
era que cuando salías de la comisaría después de dos o tres meses de
tortura, en la esquina te volvían a detener. Y otra vez adentro. Entonces
es muy difícil acercarse al Estado cuando trata de ser inclusivo y vos
sufriste tanta violencia. Por otro lado, las familias no hablan del tema y
el sistema público de salud se está haciendo. Y recién se está empezan-
do a hablar en los sistemas educativos. Eso quería aclarar nomás, que a
veces las personas travestis, trans reaccionamos de esa manera porque
no sabemos a quién tenemos enfrente, si nos van a proteger, o nos van
a encarcelar, o nos van a señalar, o nos van a perseguir o nos van a des-
aparecer. Eso era lo que quería decir.

Respuesta de Marisol de los Ángeles Brandán (Dirección de Niñez, Gé-


nero y Diversidad Sexual de la Municipalidad de Pilar): Ahí quería res-
ponder. Quería contar que en una de las capacitaciones que hice, sólo
hablaban de las mujeres y la mujer cis que había recibido violencia, cier-
to tipo de violencia. Y en un momento le pregunto “¿y las nuevas femini-
dades que recibimos violencia desde nuestras pequeñas infancias hasta
nuestras sobrevivientes?”. Quedaron todas en un marco de silencio y
me dijeron que nunca se les había ocurrido tocar el tema de nueva femi-
nidad, en cómo seguimos invisibilizadas a la hora de hablar de nuevas
feminidades o de por qué el documento me dice que tengo una F. He
sufrido violencia toda mi vida, tengo una F, y no hay una política públi-
ca para mí. Si hay un documento que dice que soy F y recibo violencia
de género, sabiendo que tengo un genital biológicamente masculino, no
tengo el acceso a salud y vivienda, ¿no?

Interviene Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente


de Disidencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): En Capital
Federal, hace poco hubo un recurso de amparo de algunas compañeras
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 89

porque la mayoría de los dirigentes políticos las dejaban de lado. Porque


mujer cis género en situación de violencia y la familia heteronormativa
–de mamá, papá, chiquito–... eso sí es contemplado por la mayoría de la
sociedad política porque da negocio, nosotros no somos negocio.

Marisol de los Ángeles Brandán (Dirección de Niñez, Género y Diversi-


dad Sexual de la Municipalidad de Pilar): No.

Intervención de Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Se-


xual, Secretaría de Salud de José C. Paz): Quizás eso tenga que ser tema
de nuestra agenda. Por ahí arrancamos con tratamientos, con las ciru-
gías, tratamientos de hormonización y garantizar el acceso a la salud.
Bueno, así como en los últimos años estamos trabajando con el cupo
laboral trans... bueno, vamos por la vivienda. Son todos desafíos y segui-
mos, seis años. ¿Seis años ya? Nada.

Interviene Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Fren-


te de Disidencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Pero
para la gente grande sí.

Rocío Majul (Consultorio Inclusivo y de Diversidad Sexual, Secretaría


de Salud de José C. Paz): Para la gente sí, bueno, vamos a construir sobre
eso. A mí a veces me pasa que si vamos a hablar claro, la ley es papel
muerto en muchos lugares, son muchos aspectos que deja afuera. Y el
sistema es excluyente y deja afuera. Entonces vamos a cumplir con lo
que hay. Si nos parece que tenemos que seguir caminando, andando,
andando y andando desde todos los lugares que tenemos y que priori-
cemos lo que dicen ustedes. La verdad que nos defienden de otra forma.
90 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Entonces, si el sistema excluye, ¿qué hacemos? Todos trabajamos con


población trans. ¿Cuál es la necesidad hoy? Hace un par de años está-
bamos luchando por otras cosas. ¿Hoy cuál es? Bueno, estamos corrién-
donos y trabajando en eso. Pero no sé si quedarnos con todo lo negativo,
vamos por el vaso medio lleno, ¿no? Es mi forma de ver la realidad.

Intervención del público: Perdón, yo quiero agregar una sola cosa. De


cuando hablé con Rocío en su momento, de armar un espacio de género
y diversidad. Algo que nunca me vas a dejar mentir, no dejé de lado lo
que fue violencia y no estamos hablando de una violencia física, ¿eh?
Estamos hablando de violencia institucional, política, social. O sea, no po-
demos hablar de género si no hablamos de violencia. Lamentablemente
ese es nuestro lugar. Si estamos violentados, por ahí no lo tenemos tan
expuesto públicamente como lo teníamos antes. La ley (edictos policia-
les) que mencionaba la compañera, que yo la recuerdo, es donde de una
u otra manera nos violentaban: porque éramos masculinidades vestidas
de forma femenina. Pero no vi nunca detener, perdón si suena agresiva,
a una mujer que usara pantalones, ¿no es cierto? Lo sigue siendo, por ahí
hoy tenemos leyes que nos están protegiendo en ciertos ángulos, pero la
violencia institucional que todavía sufrimos está muy oculta, porque no
es una violencia física, no es que salís con un ojo morado, ¿sí? Salís de la
oficina donde fuiste a pelear tu derecho y lo desconocieron. Sobre todo en
las entidades privadas, en las públicas hoy por hoy tenemos leyes que de
una u otra manera se están adoptando. Pero yo vengo haciendo mucha
lucha desde los espacios con entidades privadas, es muy agotador y exis-
te. En una tarjeta de crédito figurábamos con otro nombre, desde fraudes
fiscales, desconocimiento de nuestra identidad. La violencia hoy pasa por
otro lado, está más evolucionada y está más oculta, más tapada. Antes
veíamos cómo nos detenían en los patrulleros, hoy seguimos sufriendo la
violencia muy, muy grave y psicológicamente es duro y es difícil.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 91

Interviene Michelle: Juan, yo puedo ser negativa pero tengo 48 años, casi
que me voy a extinguir dentro de poco y es comprensible.

Otra intervención –Juan–: Yo voy a cumplir 50 y también sé y he vivido


todo eso. Y yo siempre digo que tuve la suerte de tener en su momento
la oportunidad, de que me dieran una soga y pude salir de la calle. Hoy
estoy trabajando, hoy si tiro la soga la voy a tirar y quien pueda agarrarse
del hilo bienvenido, ¿sí? Esa es un poco la lucha.

Interviene Michelle: Hay algo que no se planteó acá pero, dentro de las
dificultades del acceso a derechos, es la dificultad del acceso a la justicia.
Si no tenemos acceso al trabajo, no tenemos dinero, no tenemos una
contención por parte de la sociedad y que nos incluyan, nos excluyen
desde las familias. Entonces en todo ese contexto de historial de vida,
nos excluyen de la educación. Entonces en todo ese contexto, ¿qué com-
pañera va a tener acceso a un recurso de amparo? La mayoría de las
obras sociales hoy nos ponen recurso de amparo, piensan que somos
ignorantes. Bueno, la mayoría no tenemos ni el primario. Entonces aga-
rran y te dicen “no, te faltó el papelito ese”. Como la compañera recién,
hizo un gran esfuerzo para conseguir ir a la obra social, presentar lo que
quería, según lo que la ley le dice, bla bla bla: “no, te faltó esto”. Entonces
la compañera vuelve, junta pesito por pesito para pagar la SUBE, otra vez
vuelve para la obra social y... “no, pero te faltó el…”. Y así, entonces se
está poniendo mucho más cruel todo, porque el neoliberalismo es así,
no entramos en un Estado inclusivo. Pero no quiero ir a eso, quiero ir al
acceso a la justicia. ¿Cuánto sale un recurso de amparo? ¿Cuántas tie-
nen la posibilidad de hacer un recurso de amparo? ¿Cuántas personas
de nuestro colectivo pueden acceder a personal idóneo en las diferentes
materias, tanto penal como civil y comercial en cuestiones de salud?
92 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

¿Cuántas tienen la instrucción, el conocimiento y el acompañamiento


de toda la sociedad para poder acceder a eso?

Interviene otra compañera: Eso se llama violencia institucional, tiene


ese nombre.

Michelle: Bueno, por eso.

Sigue la intervención de esa otra compañera: Bueno, tenemos que


abordarlo desde ese lado. Es una gran necesidad, la resolveremos como
un millón de problemas.

Moderadora Florencia Rodríguez: Creo que acá ya es para dar cierre, ya


va a ser la una del mediodía. Lo cual celebro y agradezco a todos por es-
tar, porque todavía estamos. Quiero decir que esta cuestión de la salud
claramente vertebra y está atravesada por otras cuestiones, como el ac-
ceso al trabajo, la cuestión de la violencia institucional, la educación. Así
que bueno, los invitamos a que vuelvan una y media que se va a seguir
justamente con esos paneles, temas de educación y de trabajo. Así que
gracias a todos y todas.

Auditorio: Aplausos.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 93

1.1. VOCES TRAVESTIS, TRANS Y NO BINARIES:


SINGULARES Y EN PRIMERA PERSONA
Alan Otto Prieto*

Celebro la creación de espacios dentro de las universidades y felicito a


todo el equipo que se puso al hombro la realización de estas jornadas
y les agradezco que me inviten a reflexionar sobre una de las mesas
de trabajo.

Por lo que fui encontrando en las exposiciones, es claramente nece-


sario poder entender que lxs activistas trans, travestis y no binaries
tienen como principal reclamo el poder participar de los espacios y
que ya no más personas cis hablen por nosotrxs. Y esta crítica apun-
ta, sobre todo, al sistema médico hegemónico que hace muchos años
que nos sigue patologizando, al sistema judicial que sigue negando
nuestra existencia, al sistema familiar tradicional que desde hace mu-
chos años niega nuestros deseos y se niega a escuchar. Esto se tradujo
en nuestras vidas en situaciones de mucha violencia y discriminación
pero también de un paternalismo insoportable frente a nuestras lu-
chas, reivindicaciones y pedidos. Entonces, la importancia de que la
universidad pueda entender lo importante de escuchar a personas
trans/travestis/no binarias que estén dentro de las propias universida-
des, pero que también están circulando en otros espacios.

Me parece sumamente interesante cómo las personas trans/travestis/


no binarias percibimos los consultorios “inclusivos” y las críticas que
tenemos para hacer a esos espacios supuestamente “amigables”, don-
de muchas veces se nos trata de manera inhumana y se nos realizan
estudios y pericias para saber cómo evolucionan nuestros cuerpos con
las hormonas. Nico lo cuenta muy bien y creo fundamental que esto sea
escuchado, pero también sea denunciado.

* Activista trans, integrante del colectivo Capicüa Diversidad.


94 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

El sistema médico hegemónico a través de la patologización de nuestras


identidades trans/travestis viene generando un marco teórico-académi-
co que sostiene que nuestras identidades parten de un lugar de conflic-
to, un lugar de angustia, de incomodidad y esto es afirmado y sostenido
por la propia Organización Mundial de la Salud. Si bien hubo avances,
seguimos apareciendo en el manual de diagnósticos CIE (Clasificación
Internacional de Enfermedades) y en el DSM (Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders), que pertenece a la organización psiquiá-
trica estadounidense.

En este marco, la Argentina aprueba en 2012 la Ley de Identidad de Gé-


nero, de avanzada, ya que por primera vez en el mundo se reconoce y se
respetan los derechos humanos del colectivo trans/travesti. A partir de
esta ley, el Estado deja en manos de cada persona el sentir sobre su propia
identidad. Esto lo vemos como algo “fácil”, sencillo de comprender, pero
difícil de encuadrar en los paradigmas que la sociedad aún sostiene.

A ocho años de la aprobación de la ley, está claro que los cambios socia-
les y culturales no vienen de la mano de las normativas y que estos son
los que aún debemos modificar. Sin dudas, el colectivo trans/travesti y
no binarie está discutiendo las políticas públicas reales, como por ejem-
plo el cupo laboral trans/travesti y la Ley Integral Trans que, a mi en-
tender, es la propuesta superadora. También teniendo voz propia en el
Estado nacional, por primera vez Argentina tiene dos funcionarias trans
en puestos jerárquicos del Estado (Ministerio de las Mujeres, Género y
Diversidad y el INADI).

Me parece muy importante esto que traía la compañera de la Consti-


tución Nacional, claro está que la norma no se cumple y que el propio
Estado genera situaciones de discriminación. Yo me quedo pensando si
este marco jurídico sigue visibilizando y contemplando las realidades
que transitamos como sociedad, ya que la reforma de 1994 tiene 26 años.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 95

Quizá tengamos que modificar nuevamente la matriz del ordenamiento


jurídico para que se adapte a las diversas realidades de nuestra sociedad.

Quiero remarcar una idea para que todxs entiendan: los tránsitos iden-
titarios y todas las construcciones corporales son individuales, no hay
una única forma de ser trans/travesti, no podemos estandarizar las
transiciones e invito a abandonar el protocolo como única forma de in-
tervención y a abrazar la escucha como clave para que las personas pue-
dan expresar lo que sienten, sus miedos, dudas y búsquedas.

Han pasado ocho años del histórico día en el que la República Argentina
se convertía en el primer país que desoía a la Organización Mundial de
la Salud, las religiones, las ciencias y al propio Estado. Como se señaló
en la mesa, fueron muchos los años de lucha de las organizaciones so-
ciales para obtener la ley, muchos años de persecución y hostigamiento
del Estado para obtener el derecho humano a la identidad. No podemos
olvidar de dónde partimos y dónde estamos. Son muchos los desafíos
que nos trajo la ley: pensar un orden estatal que no asocie genitalidad
con identidad es reorganizar las estructuras, sabemos que esto lleva
tiempo. No se cumple el artículo 12 de la Ley de Identidad de Género,
ya que todavía asociamos identidad a lo que indique el DNI. El acceso
al trabajo sigue siendo un sueño para muchas personas trans/travestis,
poder tener una vivienda digna es algo que estamos esperando y así
podríamos enumerar todos los derechos que estamos reclamando y que
no vinieron mágicamente con la Ley de Identidad. Esto quiere decir que
fuimos el primer país en aprobar una ley de vanguardia pero aún esta-
mos lejos de contar con políticas públicas efectivas que modifiquen la
vida de las personas. Tenemos claro que ya no podemos esperar más,
pero también sabemos que nunca nadie nos regaló nada, que todo es a
base de organización y lucha. Y en eso seguiremos estando.

Es fundamental seguir sumando personas que militen, activen en las


distintas áreas y que, como ya lo decía nuestra querida Lohana Berkins,
96 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

las travas en las instituciones cambian a las instituciones. Se tiene que


seguir conociendo nuestros pensamientos, nuestras vivencias, nuestras
reflexiones sobre este mundo heterocispatriarcal y cómo desde esta óp-
tica transfeminista crítica, podemos aportar a construir un mundo en
donde dejemos de vincularnos a través de relaciones de poder que jerar-
quizan a los seres humanos.

Claro está, como se señaló en la mesa, que es fundamental que compa-


ñeras feministas ocupen lugares en el Estado, en este caso municipios
y programas provinciales. La tarea de las compañeras es abrir espacios
para que puedan ingresar personas trans/travestis, no quedarnos ator-
nilladxs. Pensar la política en clave feminista significa que no hay sabe-
res que valen más y otros que valen menos. Los recorridos que tienen
estas compañeras que tan amorosamente compartieron en esta mesa
son fundamentales para pensar la política pública, compañeras que sa-
ben dónde viven las personas trans/travestis, compañeras que saben
en carne propia las respuestas que ha tenido históricamente y tiene el
Estado, los problemas y las complicaciones de salud que hay que aten-
der con suma urgencia. Y lo mismo sucede con las experiencias de los
varones trans: solamente nosotros sabemos lo que implica tener que
ir a contar y visibilizar una y otra vez nuestras corporalidades y cómo
automáticamente parece ser que hay un saber hegemónico que sabe
más que vos y que lejos de escuchar sólo intenta avasallar tu sentir, tu
experiencia e intentan decirte que hay una única forma de ser trans.

Me parece que en esa articulación entre Estado, academia y activismo,


sin jerarquización, dialogando todxs en una mesa es la clave para pen-
sar políticas públicas que realmente modifiquen la realidad y mejoren
las condiciones de vida de la población trans/travesti.

Para cerrar, quiero decirles que hace algunos años que milito e investigo
el acceso a la salud de la población trans/travesti, que vengo capacitan-
do a los equipos de salud y escribimos una guía de acceso a la salud
para población trans/travesti desde la organización Capicüa Diversidad.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 97

En esta tarea, investigamos lo que sucede en otras partes del mundo y


siempre cuando termino de leer me queda la misma sensación: somos
muy pocas las personas trans que escribimos estos materiales. Esto sig-
nifica que seguimos invisibilizadxs y que personas cisgénero son quie-
nes piensan la salud de personas trans/travestis.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.

1.2. ABORDAJE INTEGRAL DE LA SALUD


DE LA POBLACIÓN TRAVESTI/TRANS.
POLÍTICAS SANITARIAS Y ACCIONES EN TERRITORIO
Matías Ostropolsky*

Reconocimiento estatal y acciones en el sector salud

El 9 de mayo de 2012 se sanciona en la Argentina la Ley 26743 de Iden-


tidad de Género. A partir de esta norma se establece el derecho a la
identidad de género de todas las personas. Reconocimiento estatal en
términos de derechos humanos del entrecruzamiento entre género

* Psicólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires. Docente de la Facultad


de Psicología de la UBA. Coordinador del área de Diversidad Sexual y Corporal
de la Dirección de Géneros y Diversidad del Ministerio de Salud de la Nación.
98 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

e identidad. En su artículo primero se establece que las personas tie-


nen derecho a que se reconozca su identidad de género, a ser trata-
das de acuerdo a esta y a un libre desarrollo personal. Este punto es
crucial a la hora de pensar los diversos ámbitos en donde las perso-
nas desarrollan su vida cotidiana. Abre la pregunta sobre los diversos
modos de circular por el espacio público, los medios de transporte, las
oficinas del Estado, las escuelas y los efectores de salud, entre otros.
En 2015, mediante el Decreto Nº 903, se reglamenta el artículo 11 “dere-
cho al libre desarrollo personal”, donde se puntualiza sobre el abordaje
de la salud integral y se sitúa al Ministerio de Salud como autoridad
de aplicación. En esta línea se publica la guía para equipos de salud
“Atención de la Salud Integral de personas Trans” y se crea en el ám-
bito del entonces Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable el área de Diversidad Sexual que pasa a ocuparse, entre
otros lineamientos, de la implementación efectiva de la Ley de Iden-
tidad de Género. Hasta entonces, las políticas sanitarias relativas a la
población travesti/trans se encontraban mayoritariamente enmarcadas
en la atención del VIH. Un ejemplo de esto fue la creación de consulto-
rios amigables o inclusivos y la realización de acciones de prevención
y promoción de la salud en conjunto con actores de la sociedad civil. El
área de diversidad sexual en la cartera sanitaria buscaba tender puen-
tes a una atención integral de la salud de esta población más allá de
las infecciones de transmisión sexual (ITS) y fortalecer un modelo de
atención de los derechos sexuales y los derechos reproductivos enmar-
cado en la perspectiva de diversidad sexual y corporal. En ese mismo
año se pone en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación
y frente a cuestionamientos acerca de su correcta lectura con relación a
derechos sexuales y derechos reproductivos, entre los que se incluye el
derecho a la identidad de género, el Ministerio de Salud realiza mesas
de trabajo de expertxs dando como resultado la Resolución 65 que acla-
ra cómo considerar las nuevas franjas etarias. En este contexto, un año
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 99

antes, la Universidad Nacional de General Sarmiento publica en 2014


“Yo nena, yo princesa. Luana la niña que eligió su propio nombre”. Pue-
de plantearse esto como un momento bisagra en relación con el abor-
daje de la población travesti/trans. No solamente porque se comenzó
a dar consistencia a las infancias y adolescencias trans sino porque
también se recuperaba la experiencia de una madre, del trabajo articu-
lado con organizaciones sociales de amplia trayectoria en el país como
es la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), y donde se da cuenta
de la necesidad de actualizar y repensar los saberes que venían siendo
validados por el campo universitario. La universidad da voz y respalda
un relato en primera persona que genera un antes y un después.

Hacia finales de 2015 se sanciona en la provincia de Buenos Aires, fruto


de la intensa lucha de activistas, la Ley 14783 de Cupo Laboral Travesti
Trans, cuya implementación encontrará diversos grados.

Hacia finales de 2019, el entonces Ministerio de Salud y Desarrollo Social


de la Nación, mediante el trabajo realizado en mesas de intercambio so-
bre diversidad y salud con organizaciones sociales, emite la Resolución
N° 3159, que efectiviza la incorporación, con una cobertura del 100%, de
los tratamientos hormonales en el Plan Médico Obligatorio.

Actualmente, ya en 2020, mediante la Decisión Administrativa 457/2020,


se crea la Dirección de Géneros y Diversidad, ubicándola en una posición
estratégica de la estructura organizativa, dependiendo directamente de
la Secretaría de Acceso a la Salud del Ministerio de Salud de la Nación.1
De este modo se jerarquiza la perspectiva de género y diversidad sexual
y corporal buscando una transversalización concreta de este enfoque en
todas las políticas sanitarias.

1 Es importante dar cuenta de que los textos de quienes fueron invitadxs para
dialogar con lo debatido en 2019 en las Jornadas fueron elaborados durante
2020 ya con la gestión de Alberto Fernández como presidente de la Nación.
Esta nueva gestión incorporó en un primer plano la agenda LGBTI en contra-
posición a la gestión de Mauricio Macri (2015-2019).
100 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

A la vez, cabe destacar la creación del Ministerio de Mujeres, Géneros y


Diversidad en la esfera de la administración pública nacional, contando
con una Coordinación de Políticas de Salud Inclusiva dentro de la Sub-
secretaría de Políticas de Diversidad, a cargo de la reconocida activista
trans Alba Rueda.

Accionar de las organizaciones de la sociedad civil

La sanción de nuevas normativas impacta directamente en el conjunto


social. Algunas leyes cuentan con un debate extenso, gran cobertura
mediática, manifestaciones sociales y la cita de expertxs en la temá-
tica para su tratamiento; otras suelen ser entendidas como modifica-
ciones que ameritan un tratamiento casi exclusivo de miembros del
Congreso. La sanción de la Ley de Identidad de Género contó con una
amplia participación de diversos sectores de la sociedad civil de todo
el país que accionaron sobre la población general y realizaron inci-
dencia política para lograr la ampliación de derechos de un sector de
la sociedad que había sido históricamente relegado. Un antecedente
importante fue la sanción de la Ley 26618, conocida como Matrimo-
nio Igualitario, dos años antes. Resulta imprescindible contar con la
participación de diferentes referentes sociales en la creación y divul-
gación de la ley, siendo esta una de las primeras ocasiones en donde
se comenzaba a legislar en relación con la temática. La formulación
del proyecto, su tratamiento y aprobación son un ejemplo del accionar
ciudadano y de participación comunitaria en el ejercicio de la ciuda-
danía. Luego de la sanción de Matrimonio Igualitario se realizó, desde
el Programa de Salud Sexual y el Programa de Prevención del Cáncer
Cervicouterino2 del Ministerio de Salud de la Nación, un diagnóstico

2 Identidades diversas, los mismos derechos. Programa Nacional de Salud Se-


xual y Procreación Responsable. Ministerio de Salud de la Nación. Recuperado
de http://www.msal.gob.ar/images/stories/ryc/graficos/0000000574cnt-Iden-
tidades%20Diversas%20los%20mismos%20Derechos.pdf
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 101

participativo con organizaciones sociales para establecer una agenda


de trabajo en relación con el acceso a la salud de la población LGBT-
TI+.3 Varias organizaciones sostienen el lema “nada de nosotrxs, sin
nosotrxs”. En él se puede visibilizar la necesidad de incorporar la mira-
da, experiencia y conocimiento que han generado exclusivamente las
organizaciones sociales.

Conocimiento válido

En ocasiones, al hablar del abordaje de la salud de travestis y trans, no


es poco frecuente escuchar referencias a la falta de evidencia científica.
En ocasiones, incluso, se generan dudas sobre el acceso a prestaciones
bajo la premisa de que escasean estudios científicos que respalden dicha
intervención. Es importante destacar que en nuestro país, así como en
otros lugares del globo, se plantea la necesidad de seguir realizando in-
vestigaciones y avances en relación con los tratamientos e intervenciones
con referentes en salud tanto en el sector privado como en el subsistema
público. Estos dos sectores están en constante intercambio con profesio-
nales de la salud de diversos países y participan de congresos interna-
cionales para seguir construyendo un abordaje integral de la población
travesti/trans basado en la última evidencia científica disponible. Si bien
es cierto que lxs referentes se encuentran principalmente en la región
del Área Metropolitana de Buenos Aires, existen redes de profesionales
que realizan pasantías, rotaciones, mantienen comunicaciones virtuales
y solicitan consultas ante dificultades. El Ministerio de Salud de la Nación
y los ministerios provinciales acompañan a los equipos en un proceso de

3 Se elige utilizar en esta ocasión la referencia LGBTTI+ para visibilizar tanto


a lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans e intersex. Si bien hay identi-
dades que actualmente se incorporan a esta sigla, no se encontraban total-
mente visibilizadas en el período al que se hace referencia. En la actualidad
se sugiere la utilización de la sigla LGBTTINB+ a los fines de incorporar a
personas no binaries.
102 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

capacitación y comunicación permanente. A la vez, en los últimos años,


las diversas sociedades científicas4 que nuclean a profesionales de la sa-
lud que trabajan con población travesti/trans han comenzado a producir
materiales e investigaciones en relación con este grupo. Se remarca la
importancia de que haya instancias de intercambio entre profesionales
de la salud, decisores políticos y activistas para poder realizar un abor-
daje integral. En relación con las instancias de formación en unidades
académicas aún continúa siendo excepcional contar con espacios espe-
cíficos de formación obligatoria que aborden esta temática. En general, se
pueden encontrar espacios optativos, seminarios o acciones de extensión
universitaria. La provincia de Buenos Aires cuenta con instituciones de
referencia, como la UNTREF, UNGS y esta casa de estudios, que buscan
fomentar acciones desde una perspectiva que reconozca a la población
LGBTTINB+ y a la población travesti/trans en particular. Otros ejemplos
pueden hallarse en la provincia de Santa Fe, Neuquén y Río Negro, así
como en las resoluciones universitarias que habilitan el uso del lenguaje
inclusivo en sus producciones académicas.5 El Ministerio de Salud de la
Nación ha incorporado en los últimos años el eje de identidad de género
en el examen de residencia y concurrencia que rinden lxs profesionales
que buscan ingresar a trabajar dentro del subsistema público de salud.6

4 Entre las principales referencias, se puede mencionar a la Sociedad Argenti-


na de Endocrinología y Metabolismo (SAEM), a la Sociedad Argentina de En-
docrinología Ginecológica y Reproductiva (SAEGRE), a la Sociedad Argentina
de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ), a la Asociación Argentina de Salud
Mental (AASM), a la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y a la Asociación
Profesional Mundial de la Salud Transgénero (WPATH, sus siglas en inglés).
5 La Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y la Facultad de Humanidades y
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco
por ejemplo.
6 Recuperado de https://www.argentina.gob.ar/salud/residencias/ingreso-re-
sidencias/examen-unico/temarios-bibliografias
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 103

Modelo de atención en salud desde la perspectiva de derechos


humanos, género y diversidad sexual y corporal

A la hora de analizar el estado actual de la atención en salud de la


población travesti/trans, es necesario considerar la posibilidad real de
acceder al sistema sanitario que tienen las personas, así como com-
prender que el concepto de salud es más amplio que la vinculación
con el sistema sanitario. La salud contempla aspectos físicos y psíqui-
cos pero también involucra la vivienda digna, el acceso al trabajo, a
vivir sin discriminación ni violencias, llevar adelante un estilo de vida
saludable así como con un proyecto de vida a alcanzar. Se hace esta
mención dado que diferentes falencias en las dimensiones menciona-
das impactan directamente en el proceso de salud/enfermedad de las
personas. Habiendo realizado esta aclaración, se procede a visibilizar
el acceso que suele tener la población trans a los servicios de salud.
Según el relevamiento de las condiciones de vida de la población tra-
vesti/trans realizado en la provincia de Buenos Aires en 2019,7 se iden-
tifican los siguientes obstáculos: falta de formación de profesionales,
horarios en que funcionan los servicios y situaciones de discrimina-
ción. En relación con el motivo de consulta según esta investigación,
el 62% se acerca a los servicios de salud para realizar tratamiento de
hormonización. Si bien este porcentaje es alto, es importante tener en
cuenta que no hay un camino único para la construcción identitaria.
Algunas personas deciden hormonizarse, otras prefieren no hacerlo.
A la vez, hay personas que no se acercan a los efectores sanitarios
porque tienen temor de encontrarse con situaciones de vulneración
de derechos y discriminación o porque efectivamente han tenido una
mala experiencia personal o conocen a alguien que se ha encontra-
do con dificultades. Más allá de que decidan eventualmente comenzar

7 Secretaría de Derechos Humanos (2019). Primer relevamiento sobre condiciones


de vida de la población travesti trans de la Provincia de Buenos Aires. La Plata:
Secretaría de Derechos Humanos, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
104 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

un tratamiento de hormonización o no, es importante trabajar tanto


con la población como con los equipos de salud para eliminar tan-
to las barreras reales (distancias, equipos capacitados en la localidad,
posibilidad de traslados) como las simbólicas (falta de conocimiento
de la ley, prejuicios, ideas estereotipas de la población trans, necesi-
dad de adecuar los instrumentos de registros e historias clínicas), que
atentan contra el derecho a la salud de la población. En este punto es
crucial el papel que cumplen las organizaciones sociales para acom-
pañar y funcionar como enlace con el sistema de salud. Se sugiere su
incorporación al equipo de salud dado que ha habido experiencias am-
pliamente satisfactorias con promotorxs de salud travesti/trans. Del
mismo modo, se remarca la importancia de articular con las áreas de
género y diversidad de la jurisdicción. En los últimos años, ha habido
avances en términos de reconocimiento de identidades desde los orga-
nismos internacionales de referencia en salud, dejando de considerar
a la transexualidad como un trastorno mental. De todas formas se si-
guen sosteniendo categorías diagnósticas, en particular en la infancia
y la adolescencia, que desde el activismo se solicita sean reformuladas.

En relación a esto, la demanda a los equipos de salud mental ha ido au-


mentando. Es importante tener en cuenta que hasta hace poco tiempo
ha habido un proceso de patologización de las identidades trans desde
ciertos sectores de la psicología o psiquiatría. Se han indicado, y aún
es una práctica habitual en algunos países, las llamadas terapias de
“reconversión” para “curar” la transexualidad. Desde el sector salud se
busca ofrecer la asistencia como una opción terapéutica más y nunca
como una imposición o instancia a seguir para acceder a otra práctica.
La Ley 26657 de Derecho a la Protección de la Salud Mental del año
2010 establece que “en ningún caso puede hacerse diagnóstico en el
campo de la salud mental sobre la base exclusiva de […] la elección o
identidad sexual”. Muchas personas encuentran en profesionales de
salud mental un soporte para enfrentar situaciones difíciles, como el
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 105

abordaje de violencias, abuso de sustancias, conductas autolesivas, ad-


herencia a algún tratamiento, así como un acompañamiento en otras
cuestiones del día a día o en la toma de decisiones. Otra situación par-
ticular a tener en cuenta remite a la salud de niñxs y adolescentes. Es
importante contemplar la existencia de personas trans en estas eda-
des dada la necesidad que pueden tener elles y sus familias de realizar
consultas relativas a su salud y su corporalidad. En ocasiones se pre-
sentan más dudas desde el mundo adulto que de parte de lxs hijxs. La
recomendación de participar en grupos de pares, intercambios con fa-
milias o referentes de la sociedad civil suele ser una buena indicación
con resultados beneficiosos. Se vuelve a mencionar, como establece la
Ley 26743, que el acceso a tratamientos de modificación corporal es
una opción válida siempre que ello sea libremente escogido. En ocasio-
nes, niñxs y adolescentes trans o no binaries y sus referentes afectivos
no solicitan acceder a tratamientos una vez que se comprende que es
una posibilidad más entre otras. Algunxs pueden requerir el acceso a
hormonas o a inhibidores de la pubertad. Es fundamental sostener el
vínculo con el sistema de salud, siempre que fuera necesario, dado que
en ocasiones muchas personas han dejado de acudir a controles de
salud durante estos años dando como resultado un impacto negativo
en su salud adulta. El sector salud tiene varias modificaciones a rea-
lizar, a la vez que cuenta con una gran cantidad de profesionales que
trabajan intensamente para garantizar el acceso al derecho a la salud y
mejorar la calidad de vida de la población. Es aún necesario formalizar
el trabajo que estos equipos vienen realizando y materializar las modi-
ficaciones en el modelo de atención abandonando categorías binarias
y cis heterosexistas. Incorporar la perspectiva de diversidad sexual y
corporal es reconocer que existen diferentes cuerpos, diversas identi-
dades de género y orientaciones sexuales. Se busca incorporar catego-
rías novedosas como “personas con capacidad de gestar”, para poder
realizar acciones más precisas en el cuidado de la salud y evitar la in-
106 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

visibilización de unas identidades por sobre otras. Del mismo modo, se


busca abandonar categorías como “grupo de riesgo” con relación al VIH
e ITS en general, la cual ubica como más propensas a algunas infec-
ciones a ciertas identidades corriendo el foco de la real preocupación
a considerar, que serían las conductas de riesgo, que pueden realizar
diversas personas más allá de su identidad de género u orientación
sexual. Como se ha mencionado anteriormente, es importante contar
con referencias locales que trabajen con población travesti/trans para
poder realizar un abordaje integral. En diferentes localidades del país
se cuenta con referentes en los ministerios provinciales y/o secretarías
de salud que abordan la temática. Se sugiere tener esta referencia para
poder contar con información actualizada de espacios de atención, así
como para vehiculizar situaciones de irregularidad o maltrato. A nivel
nacional, desde el Ministerio de Salud, se cuenta con la línea telefónica
0800 salud sexual (0800 222 3444), la cual brinda información y aseso-
ramiento de manera gratuita todos los días del año. La consulta es con-
fidencial, anónima y facilita el intercambio con autoridades sanitarias
y/o equipos de salud.

Lxs trabajadores de salud se caracterizan por realizar capacitaciones y


llevar adelante un proceso de formación continua en lo que respecta a
su práctica. La perspectiva de diversidad sexual y corporal es parte de
los conocimientos que deben ser incorporados y que permite revisar
los modos habituales de abordar el ejercicio profesional para mejorar
los estándares de calidad y garantizar el acceso a la salud de todas las
personas.

La sanción de la Ley 26743 y el gran trabajo del activismo LGBTTINB+


han evidenciado la necesidad de que el sistema de salud revise los mo-
dos vigentes de actuar, las recomendaciones que se brindaban hasta ese
momento, así como la identificación de las enormes vulneraciones a las
que se ha visto sometido este sector de la población. A partir del 2012, se
comienza a materializar un proceso de cambio de paradigma que bus-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 107

ca abandonar un enfoque patologizador, que desconocía la existencia


y necesidades de salud de la población travesti/trans, para pasar a un
modelo de atención actualizado, de calidad y respetuoso de los derechos
humanos. Seguimos en un momento histórico en que la esperanza de
vida de la población travesti/trans, y de las feminidades en particular,
ronda los cuarenta años. Esta es una situación que debemos modificar
con el aporte de todxs.

Referencias bibliográficas
INDEC e INADI (2012). Prueba piloto para la Primera Encuesta Sobre Población
Trans. La Matanza: INDEC e INADI.

Mansilla, G. (2014). Yo nena, yo princesa. Luana, la niña que eligió su propio nom-
bre. Los Polvorines: Universidad Nacional General Sarmiento.

Ministerio de Salud de la Nación. Programa Nacional de Salud Sexual y


Procreación Responsable. (2011). Identidades Diversas, los mismos dere-
chos. Primera Jornada Nacional de Diagnóstico Participativo. Buenos Aires:
Ministerio de Salud de la Nación.

Ministerio de Salud de la Nación. Programa Nacional de Salud Sexual y


Procreación Responsable. (2015). Atención de la salud integral de personas
trans. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación.

Ministerio de Salud de la Nación. Programa Nacional de Salud Integral en


la Adolescencia. (2017). Adolescencias LGBTI. Buenos Aires: Ministerio de
Salud de la Nación.

Ministerio de Salud de la Nación. Dirección de VIH. (2013). Consultorios


amigables para la diversidad sexual: Guía de implementación. Buenos Aires:
Ministerio de Salud de la Nación.

Secretaría de Derechos Humanos. (2019). Primer relevamiento sobre condicio-


nes de vida de la población travesti trans de la Provincia de Buenos Aires. La
Plata: Secretaría de Derechos Humanos, Gobierno de la Provincia de
Buenos Aires.
108 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Normativas (leyes y resoluciones)


Argentina. Ley Nº 26743 de Identidad de Género.

Argentina. Ley Nº 26618 Matrimonio Igualitario.

Argentina. Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

Argentina. Resolución 65/15.

Argentina. Resolución 3159/19.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
2. EXPERIENCIAS
TRAVESTIS Y TRANS
EN EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN

Moderadora María Alejandra Dellacasa: Les comento un poco lo que


habíamos pensado con relación al bloque de educación. A continua-
ción, leo una breve introducción. En 2006 se aprobó en la Argentina la
Ley 26150, conocida como Ley de Educación Sexual Integral, la ESI, di-
cha legislación propone incorporar temas de diversidad, género y salud
sexual en los contenidos de todas las materias desde el nivel inicial
hasta la escuela secundaria y hasta la educación superior, inclusive.
Su implementación en todo el país ha sido muy dispar y se encuentra
atravesada por discusiones más amplias, tales como la legalización y
despenalización del aborto. En paralelo a este proceso, en diferentes lu-
gares del país surgieron experiencias y centros educativos gestionados
por y para personas travestis y trans, específicamente. Varias universi-
110 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

dades también generaron normativas tendientes a favorecer el respeto


por las identidades autopercibidas, incluso antes de la aprobación de
la Ley de Identidad de Género. Al mismo tiempo, todas, todos, todes
aprendimos qué significa bulling y cuáles pueden ser las consecuencias
de una vieja práctica, dentro de un nuevo orden. Ante este panorama
proponemos las siguientes preguntas disparadoras para el debate.

En primer lugar: ¿Qué transformaciones incorporaron las instituciones


educativas tanto en los contenidos como en el trato hacia les estudian-
tes, luego de la aprobación de la ESI y de la Ley de Identidad de Género?
¿Qué resistencias permanecen? ¿Qué impacto han tenido los centros
educativos para travestis y trans? ¿Son instituciones que llegaron para
quedarse o son una instancia de transición hasta que el sistema edu-
cativo “tradicional” logre una apertura hacia les estudiantes travestis y
trans en sus aulas? ¿Qué opciones debería adoptar el Estado frente a las
actuales resistencias? y ¿qué papel debería cumplir la universidad?

A partir de estas preguntas disparadoras, les invitamos a charlar un


poco a les panelistas. Contamos con la presencia de Verónica Arlausky,
Fabián Vera del Barco, Gabi Díaz Villa y Jésica Báez. Vamos a empezar con
Verónica Arlausky.

Verónica Arlausky (Prof. en Ciencias de la Comunicación. Mamá de niña


trans de 8 años. Integrante de Munay, agrupación de familias de niñes y
adolescentes trans y NB): Hola, buenas tardes, ¿Cómo están? Mi nombre
es Verónica Arlausky y soy docente. Voy a hablar un poco desde el lugar
de docente, pero también voy a hablar desde otro lugar, que es el de ser
mamá de una niña trans de 8 años, que en este momento está cursando
sus estudios primarios. Y bueno, eso me llena de una cantidad de expe-
riencias, de alegrías y de preocupaciones, que tal vez no sean tan aca-
démicas, pero son absolutamente necesarias plantearlas. Respecto de la
primera pregunta sobre las transformaciones que adoptan las institucio-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 111

nes educativas luego de la ESI y qué resistencias permanecen. En la expe-


riencia personal, como en la experiencia de las familias que forman parte
de la agrupación Munay, que es una agrupación de niñes y adolescentes
trans y no binaries de la que yo formo parte, lo que hemos notado es que
son más las resistencias las que permanecen, que las transformaciones
que efectivamente se están dando. Creemos que la resistencia mayor es
el temor, el temor al conflicto, el temor al conflicto con les padres, que se
acerquen a la institución a cuestionar; el temor de docentes, de llamar
a las cosas por su nombre. Mientras sigamos teniendo en las aulas do-
centes con miedo a decir pene, bulling, vulva, masturbación, eyaculación,
vamos a estar complicadísimos para poder hablar de una ESI; y mientras
tengamos en las aulas docentes que desconozcan las identidades trans
y no binarias, más aún. Si como docentes desconocemos las diferencias
que existen entre sexo y género, realmente no vamos a estar nunca en
condiciones de poder estar hablando de una ESI (no binaria) y de poder
estar contando en nuestras aulas a las niñeces trans y no binarias. Aca-
bamos de transitar hace muy pocos días la Semana de la ESI y algunas
escuelas cumplieron con la formalidad de que los profesores hablen algo
de la ESI, en la misma semana en que se cerraban los trimestres en las
escuelas secundarias. Entonces se convierte en un “como que”, en un “ha-
cer de cuenta” que hablamos de ESI, en un “hacer de cuenta que estamos
comprometidos con esto”. En algunas escuelas, llamativamente, no se
habló de ESI, nadie dijo nada en grupos, nadie dijo nada en cuadernos de
notificaciones. Y la ESI sigue pasando de largo y lo más interesante es que
son los, las, les estudiantes quienes demandan a aquellos docentes con
los que tienen más cercanía que hablen de ESI. Sí, los chicos nos piden
directamente. Una de las escuelas en las que trabajo propuso distintos te-
mas para trabajar en secundaria de acuerdo a cada año y para sexto año,
el último de la escuela secundaria, el tema era: ¿Qué es la ESI? Debates
sobre la ESI: ¿Por qué sí y por qué no? Yo no tengo que debatir a esta altura
del partido por qué sí o por qué no la ESI. Yo tengo que hablar de ESI en
112 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

la escuela. Si me quedo ante este planteo, entonces no estoy avanzando


y tengo un grupo que se va a ir de la escuela seguramente sin que nadie
le haya dicho una palabra al respecto. Sin que los docentes, les docentes
hayamos respetado su derecho a recibir esta información.

Hace poquitos días, una de las mamás de la agrupación me contaba que


la maestra del grado al que asiste su hija estuvo hablando de ESI como
corresponde, no sólo en la Semana de la ESI, sino como un eje transversal
durante el año escolar, y tuvo un llamado de atención. Porque “vos es-
tás hablando de muchas cosas”, y además se presentó en la escuela una
mamá de una niña. Esta mamá planteaba que ella era profundamente
religiosa y que consideraba que no quería que se hablen de estas cosas. La
respuesta de esa directora fue: “quedate tranquila mami, igual estamos
hablando sobre los vínculos, no estamos hablando sobre otras cosas”. Esa
no es una respuesta esperable de un directivo, necesitamos que les direc-
tivos puedan hacerse cargo de lo que la ESI significa, y puedan defenderla.
Y hace un rato nada más, unas horas antes de venir, recibí un mensaje del
equipo de orientación escolar de una de las escuelas en las que trabajo,
en Malvinas Argentinas, que tiene entre su matrícula a una estudiante
transgénero que comenzó este año el cambio en su expresión de género.
El equipo de orientación tendría que estar acá y la inspectora de psicolo-
gía, de la rama de psicología, se lo impidió. Entonces cuando hablamos
de transformaciones, lamentablemente todavía tenemos que seguir cui-
dándonos de las resistencias que permanecen para reconocer todas las
identidades que están en la escuela, para reconocer todas las identidades
que habitan este planeta. Si no vamos a seguir “haciendo de cuenta que...”
algo que ocurre, y mucho, en los espacios escolares. ¿Qué cosas debemos
cambiar para que la ESI forme parte de los contenidos? Debemos cambiar
las formas de capacitar a los equipos docentes, debemos fundamental-
mente cambiar la ESI. Tenemos una ESI que no nos alcanza. Es una ESI
incompleta, que se quedó corta, porque si bien ha sido revolucionaria y,
si bien todavía nos estamos preguntando si sí o no, la ESI no contempla
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 113

todas las identidades. El cuerpo de mi hija trans no forma parte de las


láminas que la ESI propone para estudiar los cuerpos, esas láminas si-
guen hablando de órganos reproductores femeninos y masculinos pero,
entonces, ¿cómo hacemos?, si estamos sabiendo que el pene puede for-
mar parte de un cuerpo femenino... Necesitamos que todos los cuerpos
formen parte de la ESI, necesitamos muchos años de enseñar y de insistir
en que hay varones con pene y que hay varones con vulva, necesitamos
mucho tiempo de insistir en que hay nenas con pene y nenas con vulva.

Respecto de los centros educativos trans, ¿si llegaron para quedarse, o


son sólo una transición? Yo creo que van a permanecer, y que van a se-
guir permaneciendo por mucho tiempo. Si bien mi idea, o la idea general,
y la más maravillosa sería que todes estén en la escuela, esta no va a
ser una realidad. En los últimos tiempos se han visibilizado muchísimo
las niñeces trans, a partir de los xadres que se pusieron al frente de esta
lucha para que se garanticen los derechos de sus hijes. Pero, estos padres
que nos estamos movilizando no somos la mayoría, estamos muy lejos
de poder abarcar a la totalidad de las niñeces trans. Niñeces que van a
seguir estando encerradas, niñeces que van a seguir siendo excluidas
y, además, formamos parte de un sistema excluyente. O sea que estos
espacios van a continuar siendo necesarios, al menos como un lugar de
contención durante mucho tiempo más. Y como ya se termina el tiempo,
la tercera pregunta que nos hacían es: ¿Qué acciones debe desplegar el
Estado para garantizar la permanencia de las personas trans y travestis
en los ámbitos educativos? Y antes de poder dar una respuesta a eso,
tenemos que poder pensar en ¿qué modelo de Estado queremos?, ¿qué
modelo de Estado necesitamos? Mientras sigamos teniendo Estados que
expulsan, que no reconocen los derechos sino que los cercenan; y vuel-
ven muy difícil la vida de las personas cis, que estamos llenas de privile-
gios, a pesar de todas las dificultades que tengamos, mucho más difícil
es el paso de las personas trans, travestis, no binarias por los ámbitos
escolares, por el ámbito laboral, por el acceso a la salud. Entonces tene-
114 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

mos que pensar en eso. Tenemos que pensar en muchos años de decirle
a nuestras hijas, hijos en el jardín que “hay nenes con pene”, “con vulva”,
“nenas con pene” y “nenes con vulva”, va a ser la única forma de poder
habilitar una forma distinta de pensamiento en la sociedad. En esta so-
ciedad que rechaza todo aquello que le parece diferente, es muy difícil
para una niña, niño, niñe de 7, 8 años tener que salir a pelear contra el
mundo todos los días de su vida. Entonces necesitamos esa transforma-
ción, y por supuesto que el rol del Estado será transformador, si es un
Estado que entiende esta necesidad. Lamentablemente estamos viendo
un retroceso en el campo de los derechos, tanto en nuestro país como en
los países cercanos. Bueno, no quiero robar más tiempo, me parece que
hay que respetar los tiempos de todes, gracias.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Bueno, muchas gracias Verónica. La


idea es que después haya una segunda vuelta para que puedan hacer
más aportes y dar lugar al lugar al debate y al intercambio con el públi-
co. Vamos a dar la palabra entonces ahora a Fabián Vera del Barco.

Fabián Vera del Barco (Director del Centro de Estudios sobre Diversidad
Sexual de la Universidad Nacional de Tucumán, cofundador del Centro
Educativo Trans de Puertas Abiertas CETRANS, cofundador y miembro
directivo de Ayelén Biblioteca Popular de Cultura LGBT+ e integrante de
la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans): Bueno,
qué tal, buenas tardes. Bueno, pusieron todas las categorizaciones de
todo lo que vengo haciendo en Tucumán, soy docente de la Universidad
Nacional de Tucumán, básicamente esa es mi profesión. Soy profesor de
Filosofía y al mismo tiempo soy militante LGBT, y esa confluencia de esos
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 115

dos roles hizo que me llevaran, en Tucumán, a colaborar en la organiza-


ción de algunos proyectos que creo que vienen como anillo al dedo y que
fue lo que me trajo acá. Y a medida que vaya hablando, les iré respon-
diendo las inquietudes. En Tucumán funciona desde el 2016 el CETRANS,
que es un Centro Educativo Trans de Puertas Abiertas, que fue pergeñado
entre algunos. Yo, como profesor de la Facultad de Filosofía de la univer-
sidad pública, algunos y algunas estudiantes de distintas carreras preo-
cupados, interesades en cuestiones de género y diversidad, cuestiones
que yo mismo voy promoviendo dentro de la Facultad, dentro de la cu-
rrícula, o entre las materias optativas. Y una audacia medio de ignorante,
un poco, sobre todo de lo que implicaba armar un centro así. Fuimos a
hablar al Ministerio de Educación, porque pensábamos que podíamos
llegar a armar algo parecido al Mocha Celis, que funciona acá y que ad-
miramos muchísimo. La grata sorpresa fue que, desde el Área de Edu-
cación de Adultos, después de ver los videos del Mocha dijeron: “Bueno,
¿cómo empezamos?”. Y nos ofrecieron un espacio. Bueno, Tucumán es
una provincia altamente conservadora, como todo el noroeste argentino,
la Iglesia católica es un actor político importante, y de hecho en el área
de educación es uno de los actores principales, políticamente hablando
y constitucionalmente hablando. La Constitución en Tucumán habilita la
enseñanza de la religión en el sistema público, en educación en escuelas
públicas. Y los colegios privados son el 99% confesionales. Y esa situación
hace que la ESI no se aplique. Por más de que haya una Oficina de ESI. Y
por más de que haya declaraciones a favor en los discursos políticos. En
los hechos, no se aplica. Por más que la misma Ley de Educación hable
en su articulado y la Ley de Educación provincial hable de la Educación
Sexual Integral. Por eso el contexto, por eso hablaba de la audacia, ir a
hablar con la gente del Ministerio y tener una buena recepción por par-
te del Área de Educación de Adultos. Porque se trataba de gente adulta
que no logró tener acceso a ninguna política social, que pudiera tener
acceso al colectivo de compañeras trans y travestis. Nosotros apuntamos
116 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

sobre todo a compañeras, ahora compañeras –en ese momento no nos


conocíamos–, que trabajan en el Parque 9 de Julio, que es el mismo lugar
donde está la Facultad, que es el mismo lugar donde está la terminal de
ómnibus y que se constituye en una especie de zona de trabajo sexual.
Y nos ofrecen una escuela que está al lado de la terminal de ómnibus y
un Plan FinEs, un programa que apunta a la finalización de los estudios
secundarios. Pero en realidad se podía armar toda una secundaria y nos
permiten, incluso, que nosotros nombráramos a personas que tuviesen
afinidad con el colectivo trans, travesti como docentes, y ahí empecé a
trabajar y trabajé durante un año. Nos asignan una escuela que funcio-
naba durante la mañana y la tarde como primaria y secundaria, y a la
noche habían intentado hacer un centro de adultos pero como la zona
“era peligrosa” no había forma en que pudiera funcionar ese centro. La
escuela se llama Virgen de la Merced [risas del público], por eso también
nosotros le pusimos otro nombre al Centro Educativo. Y fue toda una
pelea, no tan sólo con el colectivo trans. Nuestra primera experiencia
fue un fracaso, estábamos en septiembre de 2016, salir a hablar con las
compañeras en los boliches, en las zonas de trabajo, platicarles de este
proyecto, y nos miraban como diciendo, como si fuéramos marcianos
que acabábamos de aterrizar. ¿De qué me están hablando? Y tratar de
demostrar que había cierta posibilidad, que por detrás no había ningún
buzón, ningún tipo de plan, que era simplemente ofrecer terminar la
primaria y la secundaria, porque también logramos que pusieran a una
maestra de primaria de adultos. Y bueno, después de mucho andar logra-
mos no tan sólo que empezaran a cursar compañeras que trabajan en la
zona de trabajo sexual, sino también de a poquito, fue cayendo una ma-
yor cantidad de perfiles y de etiquetas expulsadas del sistema educativo.

Cuando Martín me propone, y agradezco en este momento la oportuni-


dad que me están dando de contar esta experiencia. Cuando cuento esto,
no tan sólo –y esto lo escuché a lo largo de las mesas y en las exposicio-
nes anteriores– cuando hablamos de exclusión por género, eso se cruza
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 117

con muchas otras exclusiones que tiene el sistema. Es quizás un 20% la


población trans propiamente dicha, pero tenemos desde adolescentes, jó-
venes que fueron expulsados por una discapacidad, por color de piel, por
ser padres o madres de niños, niñas, adolescentes muy chicos, muchas
mujeres en situación de violencia, de violencia de género. Y de repente
se armó una gran familia. Desde que se constituyó ese centro educativo
fue un espacio no tan sólo para terminar la primaria y secundaria, sino
también para ir y tomar mate, para ir a conversar, para ir a aportar las
distintas experiencias y para que les militantes empezáramos a articu-
lar, con la excusa del centro educativo, una serie de otras acciones, de
políticas públicas que no existen. Articular redes sociales, hablar con los
múltiples referentes en el área de salud, hablar con los referentes en el
área social, por cada una de las situaciones. Y algo que me parecía muy
interesante, de lo que decía Andrea en su comentario anterior, que es lo
de establecer una red familiar, establecer un espacio de acogimiento, que
se supone que la escuela es eso también. Y en ese sentido respondiendo a
la pregunta sobre si proyectos educativos destinados, o con identidad tra-
vesti, son transiciones o son como una especie de parche a una situación
óptima –que eso es lo que nosotros pensábamos al principio–. Hoy por
hoy, la experiencia del centro educativo muestra que estamos mostrando
otro modo de hacer escuela. Y que, por el contrario, ya nos envalentona-
mos, todas las escuelas deberían ser así. Que todas las escuelas deberían
celebrar la diversidad, mostrar la diversidad, flexibilizar los contenidos.
Porque vos no podés dar… A mí me tocó como profesor de Filosofía dar
Ciencias Sociales basándome en un plan de Historia y Geografía, y bueno,
yo me dediqué a dar derechos humanos; cómo hablar de los derechos
humanos con una población que no goza prácticamente de ninguno de
esos derechos. Yo tengo que aprender a flexibilizar, y eso lo debería hacer,
en realidad, cualquier docente frente a cualquier aula. El desafío que no-
sotros teníamos en el CETRANS no era tan sólo porque asiste un colectivo
altamente vulnerable, sino porque las herramientas pedagógicas que nos
118 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

dieron en nuestra formación no nos servían para enseñar en esa escuela.


Entonces realmente se convirtió en una especie de escuela, escuela entre
todos, entre todas y todes para aprender. Se recibieron ya dos cohortes,
dos grupos, algunas de las chicas, algunas de las compañeras ingresaron
a estudiar en la universidad. Y la cuestión de resultados en términos de
números es un esfuerzo enorme y parece muy poquito, y sin embargo el
resultado humano, político, en términos de militancia, me parece central.
Como coletazo de esto, y ya con esto cierro, empezamos a armar una bi-
blioteca con espacio no tan sólo de juntar. Yo particularmente soy un ra-
tón de biblioteca, entonces me gusta juntar muchos libros sobre todo con
esta temática, y armamos una biblioteca que adquirió un cuerpo propio
y decidimos bautizarla con el nombre de Ayelén, que fue una compañera
tucumana, trans, que huyó de Tucumán perseguida por la policía. La po-
licía tiene todo un sistema de cooptación, digamos, donde no hay trabajo
sexual realmente hablando, sino que hay una explotación sexual. Des-
pués de haber estado muchos años trabajando y estudiando en el Mocha
Celis, Ayelén tomó la decisión de volver a Tucumán porque extrañaba a su
familia, iba a volver a estudiar con nosotros. Con la gente del Mocha tene-
mos contacto permanente, muchas chicas volvieron a estudiar, volvieron
a Tucumán porque tuvieron la posibilidad en Tucumán. Y Ayelén a los dos
meses apareció asesinada en la zona de trabajo de las chicas, también
por este mismo sistema de tráfico que disciplina a las chicas que son
“rebeldes”, según ellos. El nombre, en recordatorio de este hecho puntual,
en nombre de toda la población trans femenina en Tucumán, de sectores
populares que están realmente en pésima situación, decidimos nombrar
a la biblioteca Ayelén. Y armar una biblioteca popular, como saben uste-
des, las bibliotecas populares en Argentina tienen un sentido no tan sólo
de ser centro bibliográfico, sino centros sociales, culturales. De repente se
transformó también la biblioteca en un espacio de circulación del colec-
tivo ¿Por qué me interesaba contar lo de la biblioteca? Porque parece que
no está vinculada directamente con el sistema educativo, porque en reali-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 119

dad cuando hablamos de educación, no hablamos solamente de escuelas.


No hablamos solamente de la primaria y de la secundaria, la educación
es un proceso, y sobre todo si uno lee la ley, la Ley de Educación vigente,
la ley nacional, es un derecho. Y, por lo tanto, todas las instituciones del
Estado tienen que estar al servicio de la educación de la población, y más
todavía de algunos sectores vulnerables. La biblioteca se transformó en
un espacio también de educación, porque otra vez replicamos el mismo
esquema de mutua educación, se hacen ciclos de cine, se hacen talleres.
Algunas chicas quieren dar algún taller, algunos chicos. Por ejemplo, en
la biblioteca hay una mayoría de chicos trans, y los chicos trans, en ge-
neral la experiencia que nosotros tenemos es que logran insertarse en el
sistema educativo, y por lo tanto tienen primaria y secundaria, pero se
necesitaba un espacio de socialización evidentemente en Tucumán. Un
hogar, una casa, un espacio donde se pudiera ir a tomar mate, y de repen-
te también se está transformando en otro medio de inclusión educativa.
Creo que como militantes –y ya con esto cierro– no tan sólo tenemos que
exigir al Estado que cumpla con las obligaciones fundamentales. Tam-
bién tenemos que forzar un poco la imaginación para ir buscando una
serie de nichos que, por ahí en principio creeríamos que no servirían para
nuestro objetivo de manera lineal. Pero que a medida que se van dando
los resultados o a medida, más que los resultados, a medida que se van
dando los primeros pasos, el tejido social, la recuperación del tejido social
del colectivo permite que estos objetivos, que son el acceso al trabajo, a
la educación, a la salud, se concreten. Y nosotros como militantes esto
siempre lo tenemos como objetivo. Al andar en políticas públicas, además
de sentirte alentado para que cumplas con esa política pública, también
está en nuestra creatividad generar espacios, porque eso es lo que per-
mite el empoderamiento. Y creo que gran parte del sostenimiento de las
leyes que se van logrando con mucho sacrificio, se da a través de trans-
formaciones culturales y creo que la educación es la gran transformadora
cultural en ese sentido. Bueno, muchas gracias.
120 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Gabi, ¿querés que te presentemos?

Gabi Díaz Villa: Bueno, dale.

Moderadora Florencia Rodríguez: Licenciado en Ciencias de la Educa-


ción, Equipo Mariposa Mirabal, de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires.

Gabi Díaz Villa (Lic. Ciencias de la Educación, IICE Equipo Mariposas


Mirabal FFyL, UBA): Como tengo formación de investigador, estamos
acostumbrados a hablar de nuestras investigaciones con mucha segu-
ridad, y uno dice: “esto lo investigué, acá están los resultados”, y eso
nos resulta cómodo, estamos muy sueltos en eso. Pero yo además de
investigador, soy transexual, entonces este espacio me convoca a ha-
blar de cosas que no forman parte de una investigación formal, donde
uno dice “bueno, voy a hacer estas entrevistas, estas observaciones”;
sino que tiene que ver con experiencias más personales, que son difí-
ciles de sistematizar, y de las cuales es difícil, también, hablar descor-
poralizadamente, como si les contara cosas que no me molestan en lo
más mínimo. ¡No! Les voy a contar cosas que veo, o que me suceden,
por las que me prendo fuego. Lo digo para abrir el paraguas de que por
ahí no voy a ser ni tan prolijo, ni tan elocuente.

Quería abordar primero una cuestión: la tensión entre los tiempos de un


proceso social que, como sabemos, son lentos, y los tiempos urgentes
de las vidas personales de nosotrxs, de las personas trans, de nuestros
hijes, de nuestrxs compañeres (que aunque sean personas cis también
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 121

se ven violentadxs por las diferentes formas de irrespeto cultural que


sufrimos nosotrxs, sus compañeres trans). ¿Cómo se relacionan estas
temporalidades?, ¿cómo traccionamos, desde nuestra cotidianeidad,
desde lo que hacemos, en ese tiempo rápido de nuestras vidas, para que
se acorte ese tiempo lento del proceso de transformación social?

La ley brinda una base sólida, si podemos comprender lo que realmente


significa el derecho al reconocimiento que garantiza la Ley de Identi-
dad de Género (LIG), para saber si estamos empujando ese tiempo lento,
coadyuvando a que ese proceso se dé más rápido o, por el contrario, si
estamos sumando a ralentizar. Esto último lo abordaría como una se-
gunda tensión: entre el derecho individual, de nosotres, cada una de las
personas trans, y el derecho colectivo, de toda una comunidad política.
¿Qué garantiza la LIG: un derecho individual o un derecho colectivo?, ¿o
ambos?, ¿y cómo se relacionan, lo individual y lo colectivo? Y, ¿cómo se
ejercen esos derechos?

Entonces, yo diría que para acceder al derecho al reconocimiento de la


identidad de género hay algunas cosas que nosotres –como trans– po-
demos hacer, pero del otro lado tiene que haber voluntad de reconocer.
Reconocer en toda su profundidad y complejidad. Si no, por más que yo
les cuente ahora “soy trans”, después salimos y alguien me dice “pero,
¡tenés voz de mujer!”. Y esto pasa, todavía hoy, e incluso en estos ámbi-
tos, tan amigables, tan transfriendly.

Hay todo un trabajo conceptual, un esfuerzo teórico por desligar la cons-


trucción de la identidad propia, del cuerpo, de los genitales que portamos
cuando nacemos (y que alguien mira, y entonces determina o asigna una
categoría), ya hemos demostrado que no hay una relación causal, y mu-
cho menos biológica o innata, entre el cuerpo y la identidad; pero luego
nos enfrentamos con esta cuestión de que efectivamente hay una expre-
sión de género que los otros y las otras leen en nuestro cuerpo, en cómo
nos vemos. Este concepto, “la lectura fenomenológica del cuerpo”, hace
122 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

referencia a que cuando miramos a un otro, una otra, sacamos conclusio-


nes rápidamente de su “sexo”, de su identidad de género, de su clase, de
su nacionalidad, de su religión. Eso me lleva a pensar cómo ponemos de
manifiesto y cómo abordamos para pensar mejores políticas de Estado
esta cuestión: la incomodidad total que le provoca al cisexismo –y a las
personas cisexuales– la disonancia, la no congruencia de nuestros pro-
pios cuerpos con sus expectativas, entre identidad y género, y sexo. Se
manifiesta una ansiedad; para ilustrarlo mejor: les cuento algo que me
ocurre constantemente, cuando estoy en una fila la persona que atien-
de prefiere atender al de atrás y el de atrás prefiere pasar antes que yo.
Entonces se evidencia la invisibilidad que afrontamos los varones trans,
que es literal y se manifiesta como un pacto que es casi inconsciente,
podríamos decir. Cabe aclarar que como no soy psicólogo, no sé si sea esa
la categoría, pero no hay una intención, no es que se ponen de acuerdo,
sino que la incomodidad que les da mi presencia a ellos se organiza en
un “hagamos de cuenta que no existe, y todo sigue igual”, con el objetivo
de “restablecer la normalidad”. Al principio uno se lo tomaba a risa, con
el paso del tiempo te vas exasperado. Te genera enojo porque son prácti-
cas de exclusión, esta violencia sutil, de baja intensidad.

Todas esas prácticas tienen un alto costo a nivel psicosocial para noso-
tros. A veces describimos algunas de estas situaciones y nos mueve a
risa, yo también lo cuento como desopilante. Pero es importante sub-
rayar lo difícil que es convivir con esos niveles de violencia a tal punto
que, muchas veces, uno prefiere quedarse en su casa. Entonces nuestra
vida se va precarizando, vamos perdiendo oportunidades de laburo, de
generar vínculos, de desarrollarnos socialmente. La exposición pública
se vuelve menos disfrutable, es más, a mí me costó mucho decir que sí,
que iba a venir a esta actividad.

Mi historial cis (hice mi carrera universitaria como mujer cis) me permi-


te reconocer cuáles son los privilegios que he perdido, sé exactamente
lo que ya no me pasa. Me parece que el concepto es clave, pues los de-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 123

rechos rigen para una comunidad política, y para ello implican que las
otras personas los reconozcan y respeten, cuando eso no sucede, o suce-
de para determinadas personas, pasan a ser privilegios. En ese sentido,
como comunidad, tenemos la responsabilidad de no permitir que el re-
conocimiento de la identidad de género sea un privilegio de algunxs. El
reconocimiento de derechos se juega en cada interacción que hacemos.

Poder pensar en la práctica concreta estos conceptos nos ayuda a lle-


var adelante mejores estrategias de vinculación social, en ese sentido,
también quiero resaltar el concepto de interseccionalidad, para poder
dar cuenta de cómo interactúan diferentes estructuras de desigualdad.

Este es un ejercicio que todes deberíamos hacer: reconocer nuestros


privilegios. En mi caso puedo reconocer mi privilegio de blanco, univer-
sitario, de ojos claros, lo cual hace que sufra bastante menos violencia
que compañeros trans masculinos de sectores populares, o racializados
en algún sentido. Tener conciencia de cómo funcionan es fundamental.

La vida cotidiana a mí no me resulta sencilla, tener que poner un tiempo


extra, por ejemplo, en hacer los trámites de cambios registrales, en ban-
carse todo ese proceso y sus diversas implicancias, ir al colegio a expli-
carlo, al registro civil, si estás bancarizado tenés que ir a todos los bancos
a dar explicaciones… En fin, lo que intento hacer es dar cuenta de las su-
matorias de acciones, sus repercusiones, no solo a nivel social sino tam-
bién en relación con las instituciones, porque a veces no se tiene concien-
cia claramente. En la medida en que me trataban bien, no me daba cuenta
de que era un privilegio que tenía por entrar en el estereotipo, o por mi
color de piel, o porque vivo en Capital. En este punto hay un esfuerzo de
analizarse a uno mismo y lo que pasa a su alrededor, porque no nos da-
mos cuenta de cuáles son todos estos privilegios con los que contamos.

Desde mi perspectiva, tenemos buenas herramientas normativas, la


verdad que abren a prácticas realmente respetuosas. Lo que pasa es que
cuando se ponen en práctica esas políticas, esas leyes, esas buenas in-
124 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

tenciones van pasando por el tamiz de cada una de las personas que tie-
nen que hacer algo para que esas políticas se cumplan y en la cabeza de
cada una de esas personas por las que pasa, puede ser reinterpretado, y
les digo que algunas interpretaciones de la ley son ridículas...

Exigirle a una persona trans que está en el proceso de construir, cuál es


la etiqueta, cuál es la forma en la que quiere ser reconocido, tratado –
hablo en masculino porque hablo de mí– por les otres, también lleva un
tiempo y también tenemos derecho a tomarnos todo el tiempo que que-
ramos, si nos lleva veinte años, nos lleva veinte años... Sobre todo para
les chiques adolescentes, chiques de secundario, donde les exigen que
cambien primero su DNI, para que luego en las escuelas, los registros
los reconozcan. Ahí en realidad lo único que hace falta es que alguien
diga, bueno chicos, esto se hace de este otro modo, ¿no? Pero no alguien
cualquiera, sino alguien de adentro de la institución, con algún peso
institucional, con el privilegio de una autoridad reconocida.

Lo que estoy planteando es: ¿Sobre la espalda de quiénes recae la res-


ponsabilidad de poner en marcha estos engranajes institucionales de
reconocimiento? Agarremos nuestros privilegios y usémoslos para for-
talecer y hacer efectiva esta transformación social. Pero tenemos que
saber que estar dentro de las instituciones es un privilegio casi exclusi-
vamente de las personas cisexuales, y necesitamos que esos privilegios
cisexuales se dispongan a fortalecer esos engranajes.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Florencia Rodríguez: Después la seguimos Gabi, igual va a


haber segunda tanda.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 125

Moderadora María Alejandra Dellacasa: Va a haber ronda debate.

Moderadora Florencia Rodríguez: Vamos a dar la palabra a Jesica Báez,


que también es del Equipo Mariposas Mirabal y es del CONICET.

Jésica Báez (CONICET / IICE Equipo Mariposas Mirabal FFyL, UBA): Hola.
Presté unos minutos para Gabi. Puede resultar evidente o no, pero ve-
rán que tengo un arsenal de privilegios: soy investigadora, mujer cis,
blanca… puedo seguir enumerándolos. Cuando recibí la invitación, al
principio me pareció un poco rara, hace varios años realicé una tesis de
doctorado muy afín a este panel y luego ese tema se abrió a una línea de
indagación más amplia. Hace unos años que siendo parte de un equipo
nos venimos preguntando cómo imaginar una escuela más justa. Prefie-
ro esta expresión y no la palabra inclusiva, porque a veces en la acción
de incluir borramos cualquier diferencia, o queda desplazada la tarea
de problematizar, o desnaturalizar las desigualdades. Cuando decimos
que una institución educativa es una escuela inclusiva y nos queda-
mos tranquilos, tranquilas, tranquiles de que estamos “todos adentro”,
y lo que propongo es abrir un signo de interrogación: ¿Por qué estamos
adentro? ¿En calidad de qué? No solo el acceso, sino también poder pro-
blematizar la experiencia de estar en un espacio escolar. Entonces en
ese sentido, se me ocurrió a partir de las preguntas que organizaba la
mesa traer tres escenas, para habilitar más preguntas, más que respues-
ta, respecto de esas preguntas. Me parecía interesante compartir estas
tres escenas para que pensemos nuevamente más preguntas y, tal vez,
construir algo parecido a certezas provisorias que nos permitan pensar
en intervenciones más justas, más placenteras, más sororas. Lo leo, por-
que no creo que lo lleguen a ver; mi idea era que estuvieran ahí atrás,
para que nos pudieran funcionar como una imagen con la cual dialogar.
126 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Escena 1

A: Yo llegué a ver la resolución de Lohana, y la traje a la escuela para que


vean el tema del nombre. Sería lo correcto en la escuela al menos mos-
trar tolerancia, ¿no? Por eso yo la traje, para que al menos eso.

J: ¿Y qué pasó?

A: Me dijeron que no la podían aplicar.

J: ¿Y sabés por qué?

A: Decían que, bueno, esa es una resolución de la Ciudad de Buenos


Aires, y este no es un colegio de la capital, sino de la universidad. Y la
universidad, la universidad.

Y la rectora, me dijo que estaba bien, que le parecía bien, pero que no
podía aplicarla por este tema. Ella apoyaba el cambio, pero no lo podía
aplicar.

(Entrevista, abril de 2010).

La primera escena que traigo es una entrevista en la que soy partícipe,


en abril de 2010, cuando estaba realizando el doctorado y llegue por me-
dio de un colega a une estudiante. En la entrevista me comenta esta si-
tuación. A: “Yo llegué a ver la resolución de Lohana y la traje a la escuela
para que vean el tema del nombre”. –El asunto es que quiere cambiar
su nombre en el espacio escolar y estamos en el 2010– [aclaró]. A: “Sería
correcto que la escuela al menos mostrara tolerancia, ¿no? Por eso yo la
traje, para que al menos eso…”. “¿Y qué pasó?”, pregunto. A: “Me dijeron
que no lo podían aplicar y ¿sabés por qué? Decían que, bueno, que es
una resolución de la Ciudad de Buenos Aires y este no es un colegio de
Capital, aunque está emplazado en Capital, sino de la universidad y la
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 127

universidad, la universidad... Y la rectora, me dijo que estaba bien, que


le parecía bien, pero que no podía aplicarla por ese tema. Ella apoyaba el
cambio pero no lo podía aplicar”.

Escena 2

Una colega me contacta por mail y me consulta si puedo conversar con


dos docentes que conoció en un curso de ascenso, que le pidieron cola-
boración para acompañar estudiantes trans.

Pasan los días, y al no tener contacto, les consulto si estaba “todo ok”.
La colega me responde que ambas docentes le dijeron: “que ya no vie-
nen más”.

(Intercambio en mayo de 2014).

La segunda escena que comparto sucedió en el 2014, cambió el escenario


de producción, al menos normativo. Ya está votada la Ley de Identidad
de Género, y la Ley de Educación Sexual Integral acumulaba más años
de vigencia. Una colega me contacta vía mail y me consulta si puedo
conversar con dos docentes que conoció dictando un curso de ascenso.
Estas docentes le pidieron colaboración para acompañar a estudiantes
trans. Hasta ahí son de esos mails entre colegas que cada tanto llegan,
nada de qué percatarse, ¿no? Pasan los días y al no tener contacto le
consulto si estaba “todo bien”, si había pasado algo. Y la colega me res-
ponde: “Que ambas docentes le dijeron que ya no van más. Que ya no
necesitaban hacer ningún tipo de consulta”.
128 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Escena 3

Consejo graduado: Tengo el número de expediente, es el 26669. Es una


declaración con relación al anuncio de los ingresos a carrera de Inves-
tigador Científico de CONICET. (Se trata de un repudio por los recortes
presupuestarios. La declaración está escrita con “x”. El consejero lee in-
corporando la “e”).

Consejero profesor: Me abstengo por la sobreabundancia de “les”.

Se discute del sentido de la x, se advierte la necesidad de construir for-


mas de habla no binarias, se lo vincula con el derecho a la educación. Fi-
nalmente se vota la declaración de forma unánime, aunque el consejero
profesor declara “incomodidad estética”.

(Versión taquigráfica de la sesión del Consejo Directivo del 16 de abril


de 2019).

La última escena que es parte de esta selección aconteció el 16 de abril de


2019. Esta escena es una versión taquigráfica de la sesión del Consejo Di-
rectivo de la Facultad de Filosofía y Letras, en el cual me desempeño como
consejera. Lo que está ahí transcripto lo pueden encontrar en el libro de
actas que es público. En esa ocasión, en el Consejo Directivo se discutió un
proyecto de compromiso que debían firmar los, las y les docentes a favor
de construir una universidad igualitaria, sin violencias. Se debatió en tor-
no al derecho de una universidad libre de violencias (particularmente en
relación con la violencia de género), inclusive en los intercambios se men-
cionó la necesidad de continuar produciendo acciones que profundicen
esta direccionalidad. Tras varias alocuciones se votó de manera favorable
y se pasó a otros temas. Entre estos, un consejero graduado lee otro pro-
yecto. Se trata de una declaración con relación al anuncio de los ingresos
a la carrera de Investigador Científico del CONICET. Básicamente, se repu-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 129

diaban los recortes presupuestarios. La declaración tenía una especifici-


dad en la forma de la escritura con x, y el consejero leyó respetando la x
e interpretándola en su oralidad como una e. Al finalizar la presentación,
un consejero profesor afirma que se abstendrá en la votación por la “so-
breabundancia de x”. Eso genera todo un gran revuelo de intercambios
que desembocan en un voto unánime a favor. Al cerrarse el asunto, el
consejero profesor explicita que tiene una incomodidad estética con la x.
Y traigo esta cuestión de la “incomodidad estética”, ¿no? [risas].

Me resultan interesantes estas tres escenas porque, primero, ponen tres


momentos históricos en particular, tres enclaves específicos y, a su vez,
en todos los casos estamos mirando a la educación pública en general y
en particular a la universidad y su relación con otros niveles. Surge en-
tonces la pregunta: ¿Qué está haciendo la universidad en estas escenas?
¿Qué intervenciones pedagógicas acontecen en la escuela secundaria?

En relación con la primera escena creo fundamental el ejercicio de his-


torizar: ¿Cuáles son los antecedentes, y los puntos de logro, de apoyo, y
de construcción colectiva en relación con la Ley de Identidad de Género?
¿Qué emergente se pone en evidencia en la resolución que trae A? La
resolución de Lohana a la que se refiere A es una resolución del Minis-
terio de Educación, en ese entonces Secretaría de Educación de CABA,
que permitió que les chiques en espacios educativos de esta jurisdicción
pudieran cambiar el nombre en los registros escolares. Una segunda di-
mensión que se despliega en torno al geopoder: las pujas de aplicación y
cómo aparece la universidad –en una escuela secundaria universitaria–.
La rectora fue clara: “no se puede porque la universidad es la univer-
sidad”. El argumento final que se está apelando se fundamenta en la
autonomía universitaria. Pero… ¿qué sentido de la autonomía universi-
taria se expresa? Parecería ser, más bien, un escudo liberal para no hacer
ningún cambio. Si en algún momento la autonomía se configuró como
acuerdo de progreso frente a la veladura eclesial en el aula universitaria,
130 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

en esta escena se invierten nuevos sentidos… ¿puede la autonomía uni-


versitaria incluir a les sujetes que transitan la universidad?

En la segunda escena, me convocó una serie de preguntas: ¿Qué es lo


que hay que acompañar en esa escena? ¿Es a les estudiantes? ¿Por qué
las docentes buscan una “especialista” en la universidad? Releyendo la
escena me interrogo: ¿Cuál es la situación a atender? ¿Hay que acompa-
ñar a estes estudiantes que “tienen un problema”? O al revés, ¿es la es-
cuela la que “tiene un problema” con la presencia de estes estudiantes?
Estas preguntas en la escena luego pierden relevancia, porque el “pedido
de acompañamiento” deja de ser demandado frente al abandono de la
institución de estes estudiantes. Y entonces la pregunta se profundizan:
¿Si se van los estudiantes entonces ya no hay nada que acompañar?
¿No hay nada que atender? La respuesta que brinda la escena es alar-
mante: solo hay que trabajar pedagógicamente “el tema trans” porque
hay dos estudiantes. Su ausencia no se constituye en una situación de
intervención. ¿La escuela como institución no se pregunta qué pasó con
eses estudiantes? Esta colección de preguntas tiene en común la nece-
sidad de que pensemos cuáles son las intervenciones pedagógicas que
tenemos que imaginar en el marco de una escuela justa. Varios aspectos
ya se fueron señalando en las otras intervenciones, creo que podemos
acordar que el dispositivo escolar se entrama en lo terapéutico en clave
de prevención normalizadora. ¿Qué posibilidad hay para el despliegue
transversal de la ESI? ¿Es factible que la Educación Sexual Integral sea
una oportunidad para revisar las prácticas, los discursos y los abordajes
que se dan en una institución educativa?

La última escena nos sitúa en el 2019 y nos obliga a preguntarnos por


lo que pasa en las universidades. Las universidades fueron pioneras en
diseñar y aplicar los protocolos de violencia de género, están en un re-
corrido de pensar diferentes acciones como espacios libres de violen-
cia… Ahora bien, ¿cómo se pueden ir plasmando? o ¿cómo eso se va a ir
plasmando?, y al mismo tiempo, ¿cómo convive en los espacios univer-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 131

sitarios cierta construcción políticamente correcta en relación con estos


temas, pero luego acontecen obstáculos que se vivencian, incluso con
temas, que podríamos decir casi ridículos, como la escena que contaba
hacia el final? Igual no quiero minimizar el tema del lenguaje porque el
lenguaje nos nombra, nos performa y nos permite pensarnos. La tercera
escena parece incluso un paso de comedia: hubo un profesor que no
quiere votar un proyecto con el que está de acuerdo en su contenido,
solamente porque está escrito con x y es una incomodidad estética, en
otra parte dice que es cacofónica. Entonces ¿cómo está pensando a esos
sujetos, sujetas que pasan por sus aulas? Incluso tomando las palabras
del profesor, ¿qué estéticas son las esperadas, cuáles las toleradas y
cuántas expulsadas? En ese horizonte, me preguntaba ¿qué sucede con
las experiencias educativas de quienes transitan por las instituciones
educativas? ¿Cómo se da esa dimensión sexuada que se juega ahí?

Estas tres escenas, en tiempos distintos, vuelven a ponernos una serie


de necesidades urgentes en relación con el acceso, la permanencia o el
egreso de quienes transitan el sistema educativo. Pero también se am-
plía el interrogante en relación con las formas de estar y aprender en la
escuela: ¿Cómo construir condiciones concretas para quienes no están?
¿Cómo construir condiciones amorosas para quienes están? ¿Cómo nos
imaginamos las formas de estar dentro de las escuelas? ¿Queremos que
todos, todas, todes estemos dentro de las escuelas sin cambiar nada de
esa escuela? Me parece que es como decía acá el compañero, hay algunas
experiencias que están permitiendo pensar en cómo resulta apremiante
revisar, interferir, provocar la gramática de la escuela. ¿Es posible que
la escuela se conmueva? Venimos pensando en el equipo, en cómo las
escuelas enseñan jerarquías ciudadanas, entonces, ¿qué jerarquía ciu-
dadana quiere enseñar esta escuela? o ¿qué nos imaginamos? Y ahí abrir
la pregunta: ¿Qué nos imaginamos como una escuela justa? ¿Qué nos
aporta la ESI? ¿Qué nuevas interpelaciones nos renueva la Ley Micaela?
132 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Una escuela que dé placer, una escuela en donde estar dentro de la escue-
la sea un momento de aprendizaje, divertido, porque tenemos derecho a
divertirnos dentro de la escuela, derecho a ser felices dentro de la escuela,
a saber más dentro de la escuela. En definitiva, abrir algunas preguntas
que nos permitan extender ese horizonte incierto en la Educación Sexual
Integral puede devenir en herramienta pedagógica de la posibilidad.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora María Alejandra Dellacasa: Abrimos entonces un espacio


para preguntas e intercambios.

Moderadora María Florencia Rodríguez: Verónica, a mí me gustaría


saber si pudieras profundizar un poquito más en la experiencia de us-
tedes como colectivo, cómo fue. Como hablábamos recién en el corte...
que no es una cuestión de adultos sino de niños, niñes. Entonces ver
cómo lo atravesaste vos como mamá pero también como colectivo que
son. Quería saber también cuáles son los desafíos y las cuestiones a
seguir trabajando.

Verónica Arlausky (Prof. en Ciencias de la Comunicación. Mamá de niña


trans de 8 años. Integrante de Munay, agrupación de familias de niñes y
adolescentes trans y NB): Bien, es un poco amplio. Me preguntabas como
lo había atravesado. En realidad lo atravesó toda la familia y mi hija trans
nos transformó a todos. Sobre todo, nos sacudió las categorías de pensa-
miento, la forma en que veíamos a las demás personas. Esta mirada a la
que Gabi hacía mención hace un momento de cómo leemos al otro. Y
leemos al otro todo el tiempo en términos de varón/mujer. Y tuve que
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 133

repensar también qué me pasaba cuando estaba frente a esas otras for-
mas de existencia, esas otras formas de estética que me venían a desaco-
modar todo lo que yo durante más de cuarenta años había ido acomo-
dando en varón/mujer, varón/mujer. Esto es así, esto no es así... entonces
hubo que repensar y aprender un montón de cosas. En este camino cono-
cimos a una cantidad impresionante de gente a la que le agradecemos un
montón habernos enseñado tanto, habernos permitido ingresar en sus
vidas y haber descubierto que era necesario comenzar a cambiar esa mi-
rada. En nuestra experiencia fue maravilloso haber descubierto finalmen-
te qué era lo que ocurría con nuestra hija. Ella presentaba una cantidad
de síntomas generados por la angustia, por ese no saber, me imagino que
era lo que le estaba ocurriendo desde muy corta edad y nosotros buscá-
bamos una explicación a lo que ocurría en los consultorios médicos y
neurológicos. Hasta que una neuróloga especializada en desarrollo infan-
til a la que llegamos buscando y buscando, dijo: “Bueno, tienen una cria-
tura sana, ya está. Neurológicamente sana, acá hay que buscar por el lado
emocional”. Y cuando empezamos a buscar no fue fácil tampoco dar con
un profesional de la psicología que fuese capaz de comprender cuáles
eran las necesidades de mi hija, qué era lo que le estaba ocurriendo. Y en
ese camino de buscar, mucha búsqueda… una búsqueda que tenemos
que hacer como papás y sin datos, sin herramientas. En ese momento
cuando vos tratabas de googlear “mi hijo es trans” no te aparecía mucha
info, ¿eh? Hoy sí, hoy ponés “mi hijo dice que es nena” y tenés una canti-
dad de información a tu alcance impresionante. Bueno, hasta que dimos
con Valeria Paván, que ella es una psicóloga que ha venido trabajando con
la cuestión de género en las niñeces desde hace bastante tiempo y fue
ella la que después de un largo y doloroso camino nos pudo abrir los ojos
y, a partir de ese momento, todo fue para mejor. Fue salir de ese consul-
torio, obviamente llenos de dudas y demás, pero ya sabíamos qué le pa-
saba a mi hija, que ella no había tenido la posibilidad de manifestarnos
claramente: “Yo soy una nena”. ¿Por qué no la tenía? No era por una cues-
134 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

tión de incapacidad de la criatura, era por esa construcción social y cultu-


ral que nosotros habíamos ido armando a su alrededor, que era tan fuer-
te, que le impedía salirse de esa categoría y decirnos: “Yo soy una nena”.
Entonces, a lo sumo, me cuestionaba por qué yo no había querido tener
nenas, como si hubiese sido una decisión mía. Bueno, indudablemente
fue esa rigidez nuestra la que la tenía tan, pero tan mal. Nosotros deja-
mos de tener un niño triste y pasamos a tener a una niña libre, feliz, con
altibajos, porque no es una cuestión sencilla saberse tan distinto o distin-
ta al resto, pero hemos tenido muy buena recepción en todos lados. Mi
hija asiste a una escuela primaria pública. El primer año de primaria
transcurrió entre la ropa de nene y la identidad expresada libremente
cuando estaba en casa. Fue muy difícil, apenas copiaba alguna de las co-
sas que se anotaban [en el pizarrón] y estaba todo el tiempo volando con
sus estereotipias y pensando en otra cosa. Cuando terminó ese año, nos
tomamos unas vacaciones muy rápido, estábamos todos agotados, está-
bamos todos estresados. Allí una noche se animó a salir a pasear con una
pollera de tul preciosa, con las colitas divinas, bah, unas hebillitas, porque
el pelo no le daba para usar colitas. Y me acuerdo que tuvimos que ani-
marla un poco, porque ya nos sentíamos muy mal nosotros. Era muy in-
cómodo disfrazar a esta nena de varón. Ponerle esas bermudas grandes,
una remera y recuerdo que se lo dije: “Salgamos, ponete la ropa que te
gusta, somos libres, estamos de vacaciones, acá no nos conoce nadie, de
noche todos los gatos son pardos, vamos, vamos”, y salimos. Y después de
eso no hubo vuelta atrás. Los primeros días tenía miedo cuando cruzaba
una nena cis, porque esa era la legítima. Bueno, tuve que explicarle que
las mujeres somos así, que somos de mirarnos, que no es que la estaban
mirando porque dudaran de su identidad, sino que nosotras nos mira-
mos, miramos la ropa y ella no salía sencilla, no [risas del auditorio]. Fue
un momento liberador, las estereotipias iban desapareciendo de su vida.
Llegó el primer día de clases. Llegamos hasta la escuela, fuimos con mi
marido y cuando llegamos a la puerta, me dice: “Mami me arrepentí, no
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 135

me animo, no me animo”. Bueno, le explicamos el valor que ella había


tenido hasta este momento, le explicamos que lo que ella había logrado
hacer no era lo más habitual, que muchas personas vivían encerradas. No
le podía explicar el concepto de closet en ese momento porque tenía
unos nervios increíbles, pero bueno... yo estaba mucho más nerviosa que
ella, creo. La alentamos a que les diera una oportunidad a sus compañe-
ros y compañeras, de conocerla de esta nueva manera. Se animó, ya para
ese entonces habíamos logrado hacerle las dos colitas y con las dos coli-
tas y la mochila rosada a full se paró en el patio de la escuela. Y ahí estaba,
su mejor amiga, la amiga del alma, la “hermana”, esperándola. Ella sabía
lo que estaba viviendo mi hija sin que ella lo supiera. No sabía que esta
nena la esperaba y la apoyó todo el tiempo, la apoyó de la misma manera
que la apoyó la escuela. Una escuela que apenas llegamos nos preguntó
qué necesitábamos, qué queríamos. “Necesitamos que la registren con el
nombre de acuerdo con la identidad autopercibida, que su nombre ante-
rior no figure en ningún documento público, que si necesitan alguna acla-
ración la hagan poniendo entre paréntesis las iniciales del nombre ante-
rior, pero con el número de DNI basta, necesitamos que utilice el baño de
las niñas y no mucho más que eso y no mucho más que pedir que se la
respete como se debe respetar a cualquier niño”, le contestamos. Y así
fue, la escuela aceptó todos los pedidos que nosotros hicimos. La psicólo-
ga vino a la escuela, vino a hablar, dio una charla, se acercó a la gente de
los otros niveles de la unidad académica, porque en ese mismo año se
incorporaba una chica trans al nivel secundario y también estaban un
poco perdidos. A esa chica no le fue tan bien como a mí, porque tuvo que
lidiar con otros docentes, un poquito más duros a la hora de entender,
¿no? En segundo grado tenés una maestra que está todo el día con vos, la
de plástica, la de inglés, ta ta ta ta ta ta, pero en secundaria tenés doce
profesores y ahí podés encontrar una amplia gama de posibilidades. Y
claro, yo voy a la escuela, me presento y la directora está chocha, la vice-
directora también por sus avances. [...] Y hace unos días como había ha-
136 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

bido un cambio con la docente, porque su maestra está de licencia, me fui


a presentar con la suplente. Imaginate, no sé puede perder un segundo. Y
entonces la directora me dice: “Vení, vení, que está acá, ¿querés hablar-
le?”. Y digo, “bueno... ¿ahora qué hago? ¿Le empiezo a explicar todo? No,
vamos a hacerla fácil”. Le pregunté si sabía qué era una persona trans. Y
sí, a media lengua me supo explicar qué era una persona trans. Me dije:
“Listo, sabe”. Terminamos de aclarar y... ¿por qué yo le estaba aclarando
esto? No es porque necesito que sepan que es trans o no es trans, sino
porque necesito que esa maestra esté atenta ante cualquier situación
que se pueda presentar, ante la posibilidad de que cualquiera cuestione
su identidad. Y entonces ahí necesitamos que la respuesta sea precisa y
sea contundente. Hemos conocido las experiencias de otras niñas y otros
niños en donde en el momento en que alguien cuestiona la identidad de
esta niña o este niño, la “seño” responde: “Bueno, ella ‘quiere’ ser nena y
entonces está bien y así lo respetamos”. No, no es esa la respuesta posi-
ble. Ella es una nena, en todo caso tenemos que enseñar esto que yo les
decía al principio y algo que recalco porque es lo más sencillo que pode-
mos citar. Hay nenas con pene, hay nenas con vulva; y hay nenes con
pene y nenes con vulva. Si nosotros no vamos a eso que es lo básico, que
es lo esencial, seguir pensando en otras complejidades es aún más difícil.
Y bueno, hablaba con “la dire” cuando fui a conocer a la suplente y “la
dire” está chocha. Claro, para ellos ya se resolvió todo, encima estamos
tramitando el DNI, listo. No, no se resolvió todo. Entonces, amorosamente
le explicaba que nosotros estábamos muy agradecidos de lo bien que nos
habían recibido, de todo lo que estaban haciendo, de cómo su “seño” se
preocupaba porque mi hija pudiera interactuar con todos, con todas. Que
había trabajado mucho para reforzar su autoestima, para que se anime a
presentar el cuaderno y que se lo corrija, porque siempre se quedaba
atrás. Y lo que yo le decía es: “Venimos bárbaro, esto está muy bien pero...
¿saben qué?, no alcanza. Acá falta algo más”. “¿Qué falta?”, me dijeron.
“Falta que la saquemos del lugar de una nena”. ¿Qué ocurrió? Divina, con
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 137

las dos colitas, con la mochila rosada, con un rostro infantil, ahí va una
niña más. Pero ese rostro va a ir cambiando, ese cuerpo va a ir cambiando
y necesitamos que la escuela, que la maestra, que los compañeros y las
compañeras estén preparados. Porque lo que estamos haciendo en el mo-
mento de ponerla dentro del grupo de las nenas es invisibilizar una iden-
tidad trans. Entonces me miran con cara de… “bue… como que nunca te
alcanza nada, ¿viste? Pero nos han acompañado a dar un gran paso”.

Interviene alguien del público: No te conformás… [Diciéndolo irónica-


mente, con tono burlesco].

Verónica Arlausky (Prof. en Ciencias de la Comunicación. Mamá de niña


trans de 8 años. Integrante de Munay, agrupación de familias de niñes y
adolescentes trans y NB): Necesitamos que el cuerpo de Merlina también
sea un contenido de estudio. “Pero trabajamos con la ESI”, me dicen...
“¡Pero no!”. Ahí otra vez tenés que explicar que la ESI no alcanza, porque
la ESI no llegó a tanto. Aunque sí hay una resolución que es del Consejo
Federal de Educación (CFE), que seguramente ahora no la voy a tener a
mano. Esta resolución es de 2010, la Resolución del CFE N° 340/10, que
viene a complementar estos aspectos de la ESI que no están explicitados
en la ley. Lo que pasa es que no es una información que circule masi-
vamente, pero es necesario conseguirla, es necesario tenerla en cuenta,
es necesario saber que cuando un docente se resiste a tratar a un es-
tudiante por su nombre de acuerdo a su identidad autopercibida está
violando la ley. Está violando leyes y normas que son propias del ámbito
educativo y otras que son leyes generales. Se está violando, por ejemplo,
la Comunicación 6 del 2015, la Ley 26150, que es el Programa Nacional de
Educación Sexual Integral –ESI–, la resolución que les nombraba recién,
la Ley de Protección Integral del Niño, Niña y Adolescente y la Ley de
Actos Discriminatorios. Cuando un docente no nombra a su estudiante
138 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

de acuerdo a su identidad autopercibida, no es que es una cosa de gus-


tos: “¡Ay no, yo no creo en estas cosas!”, como dicen algunos docentes.
O “¡Ay, pero si yo en la lista lo tengo así! ¿Por qué le voy a decir Florencia
si acá me figura Martín?”. Lo que está haciendo esa persona es cometer
un delito, está violando la ley, está incurriendo en discriminación: esto
es muy importante que lo sepamos. Que lo sepamos aquellos que somos
docentes para dejar de hacer lo que estamos haciendo y que lo sepan las
familias de los niños, niñas y adolescentes para poder defenderse, para
poder empoderar a sus hijos también, eso es fundamental. Estas niñeces
que llegan hoy a la escuela vienen a plantear un nuevo debate en un ám-
bito que está absolutamente saturado. La escuela como institución surge
con una finalidad que es normalizar, que es borrar las diferencias. Y en
ese ámbito se meten las identidades trans a decir: “¡No invisibilicen mi
diferencia!”. Entonces terminamos de estallar un sistema que ya viene
colapsado y, por eso, estas experiencias como de las que habla Fabián,
por eso esta posibilidad de enseñar de otras maneras, también son nece-
sarias. No es que los bachilleratos trans quedan ahí como bachilleratos
populares. En realidad, la escuela hoy “incluye” a nuestros hijos, pero de
alguna manera también lo hace discriminando. Y no es solamente a las
identidades trans, hay un montón de otras situaciones donde la escuela
termina expulsando a niños, niñas, adolescentes, adultos. La escuela ne-
cesita una transformación inmediata, la institución-escuela, pero sobre
todo las personas que hacen a la escuela. Porque muchas cosas se resol-
verían fácilmente si las personas que formamos parte de la institución
escolar tuviésemos un mínimo de humanidad y de respeto por el otro.
No se necesita a veces mucho más que eso. Y necesitamos una capacita-
ción verdadera para les docentes y que cuando tienen que trabajar con
diferentes temáticas puedan tener en cuenta esta cuestión de múltiples
identidades, puedan tener en cuenta la diferencia... porque la escuela
tiende a borrar la diferencia y la diferencia tiene que estar. La desigual-
dad tiene que ser mostrada, tiene que ser puesta en evidencia. Así que
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 139

bueno, no sé si respondí a algo de lo que vos me decías. Necesitamos


docentes que se animen a buscarle una vuelta a una lámina sobre los
órganos reproductores, sin decir que uno es femenino y que uno es mas-
culino. “¿Y cómo hago?”, preguntan. “En este momento inventá, en este
momento tenés que crear, sé libre”. Pero claro, viene la preocupación...
“y la ley no me ampara”. La realidad, la evidencia histórica demuestra
que las personas trans han existido a lo largo de la humanidad... ¡qué
más ley que esta para hablar de la existencia de otras identidades! Y si
no, bueno, acá les acabo de tirar el dato de esta resolución del CFE, que
habla de las identidades trans como una posibilidad para ampararse en
eso. En la escuela está ocurriendo una situación que se multiplica, que
es que todo quede por escrito, que tengas algo a qué atenerte, que te res-
guardes. Entonces los docentes tenemos que estar más atentos a fijarnos
de qué manera cubrirnos, de qué manera enseñamos. Y el “como si” está
formando parte de nuestra vida cotidiana y no nos está ayudando.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora María Florencia Rodríguez: Tenemos muy poquito tiempo


pero si quieren como para terminar de cerrar la mesa le damos dos mi-
nutitos a cada uno, a Jésica, a Gabi y a Fabián, como conclusión si les pa-
rece del encuentro y después ya le vamos a dar lugar al Panel de Trabajo.

Moderadora Alejandra Dellacasa: No hay ninguna pregunta, ¿no?

Pregunta del público: Yo quería preguntarle a Verónica lo siguiente: ¿la


escuela también trabajó con las familias y con los compañeritos y com-
pañeritas? Esa parte me gustaría saber, si hicieron algo con eso también.
140 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Verónica Arlausky (Prof. en Ciencias de la Comunicación. Mamá de niña


trans de 8 años. Integrante de Munay, agrupación de familias de niñes y
adolescentes trans y NB): Bueno, respecto de trabajar con las familias, en
algún momento se planteó la posibilidad de hacer una reunión para co-
mentarles a las familias lo que estaba ocurriendo. Y la decisión que tomó
el equipo directivo en consonancia con la psicóloga de Merlina –que es
Valeria Paván, que es autora de libros sobre la temática– fue que no era
necesario hacer una reunión para explicarles a todos qué era lo que esta-
ba ocurriendo, porque hay un montón de otras situaciones que hacen a
la intimidad de los niños y niñas que asisten al grado y que no tienen por
qué ser ventiladas. Sé, es cierto, que cuando los compañeros preguntaron
en el aula por esta nena y algunos reconocieron y pudieron enunciar su
nombre anterior, la seño explicó que a partir de este momento la iban a
llamar Merlina. La verdad si vos me preguntás si la intervención fue su-
ficiente, yo creo que no. A pesar de que nosotros veníamos trabajándolo
desde el año anterior y a pesar que desde el primer día de febrero que la
maestra se tenía que incorporar a clase, yo estuve ahí hablando con ellos
y estuvo su psicóloga y demás. Necesitamos trabajar fuertemente en la
formación de los docentes, ese es el punto, porque eso va a facilitar todas
las trayectorias escolares de los niños y niñas. No saben lo difícil que es
poder trabajar en el nivel inicial. El nivel secundario, de por sí, siempre
estuvo más cercano a las personas gays, no sé, lesbianas, homosexua-
les... dentro de todo, ocupan las aulas desde hace mucho tiempo, pero las
personas trans se sumaron ahora y, más o menos, algunos y algunas son
tolerados. El asunto es que cuando estas infancias se presentan ahí, vie-
nen a romper todos los esquemas. Porque todo el mundo te dice “esto se
resuelve en la adolescencia” y tenés que entrar a explicar que la identidad
de género se construye desde los primeros años de la infancia. Y a veces,
como mamá, no es fácil explicarlo y tampoco se reconoce tu autoridad
en la escuela muchas veces cuando lo explicás. Para mí fue un poco más
simple, porque yo formo parte de la institución donde mi hija estudia y
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 141

porque, además, para avalar mi palabra llevé a la psicóloga de mi nena.


Y porque, además, en una sociedad profundamente machista, en una so-
ciedad patriarcal llevé al padre a que se plante en la puerta de la escuela
para que los demás padres vean que a Merlina la apoyaba la mamá, pero
también la apoyaba el papá. Porque muchas veces hablan de nuestras an-
siedades y de que nosotras proyectamos cosas sobre nuestras hijas trans.
Y también estuvo el abuelo, con el mameluco engrasado. Entonces, con
eso, terminamos de darle el apoyo que Merlina necesitaba.

Intervención del público: ¡El triunfo del amor!

Verónica Arlausky (Prof. en Ciencias de la Comunicación. Mamá de


niña trans de 8 años. Integrante de Munay, agrupación de familias de
niñes y adolescentes trans y NB): ¡Tal cual! Acá a esta criatura se la
quiere y se la respeta. Si la respetamos nosotros, la respetan ustedes
también. Y eso hizo que no sea necesario entrar en ningún conflicto y
en ninguna explicación. En la primera reunión del trimestre, la seño
me estaba evitando el tema, pero había algunos papás... Entonces les
conté, como les conté a ustedes recién, de todo el recorrido que ha-
bíamos hecho, lo que Merlina había sufrido, las preocupaciones que
nosotros teníamos. Terminaron todos conmovidos, todos llorando, ter-
minamos todos abrazados y nos fuimos y dije: “Bueno, listo, esto es po-
sitivo”. Porque si logramos sensibilizar a estos padres, tenemos parte
del camino hecho. Algunas familias deciden trabajar individualmente,
se acerca la mamá y habla con cada una de las familias. Cada experien-
cia es diferente porque esto es un camino que nosotros estamos cons-
truyendo. Antes de esto, no había nada. Lo mismo nos ocurre ahora a
la hora de tramitar los DNI, que esa es otra historia [risas].
142 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Segunda intervención del público: Independientemente de que usted


sea docente y de que haya tenido la oportunidad, Verónica como madre,
independientemente de la postura de docente en particular, o de la di-
rectora. ¿Ustedes pudieron abordar alguna instancia institucional supe-
rior? Porque el sistema educativo lo brindan ellos y la responsabilidad
les compete. En conjunto, ustedes con la psicóloga, ¿han podido influir
en esas instancias? Porque la integración se hace en el sistema educa-
tivo desde arriba, cuando desde arriba no toman la responsabilidad y
cubren a los docentes...

Verónica Arlausky (Prof. en Ciencias de la Comunicación. Mamá de niña


trans de 8 años. Integrante de Munay, agrupación de familias de niñes y
adolescentes trans y NB): Sí, sí, te entiendo, en nuestra experiencia las
cosas resultaron bien. Y hay buena voluntad para continuar el camino.
¿Qué ocurre? Yo como mamá no puedo ir a decir: “¡Ay, sí, voy a capacitar
a los docentes!”. No, tenemos que buscar otros recursos, otras estrate-
gias para que ello ocurra. Pero sí hubo experiencias donde las cosas no
funcionaron bien, y entonces los papás y las mamás tuvieron que llegar
a otras instancias jerárquicas y lograron que las cosas se encaminen. Lo
que pasa que también te preguntás, bajo presión, ¿cómo dejás a tu hijo?,
¿cómo dejás a una criatura de cinco, seis, siete años con gente que –¡cla-
ro!– no está dispuesta a entender tu realidad por más de que estén obli-
gados? Es muy pero muy difícil, por eso es muy importante que estemos
nosotros detrás y que como padres digamos: “Bueno, sí, tengo una hija
trans” y me quedo quieta. Necesitamos movernos, necesitamos estar en
todos los lugares que podamos, desde todos los espacios, sensibilizando,
ofreciendo información, son niños y niñas, ¿Cómo van a poder ellos de-
fenderse o explicar? ¿Cómo pueden responder a la pregunta de: “Y vos
por qué te sentís una nena”? Y si yo te pregunto, asumiendo de que te
sentís varón: “¿Y vos por qué te sentís varón? ¿Vos por qué te identificás
como varón?”. Hagamos el ejercicio de pensar por qué nos identificamos
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 143

de tal o cual manera. Qué sé yo por qué, me identifico así y me identifico


así. Entonces, muchas veces, necesitamos estar nosotros para poder em-
poderarlos a ellos y para exigir el cumplimiento de sus derechos.

Moderadora María Florencia Rodríguez: Le damos dos minutitos a cada


uno para decir sus palabras de cierre.

Jésica Báez (CONICET / IICE Equipo Mariposas Mirabal FFyL, UBA): Me


quedé pensando en algo de lo que decía Verónica y que lo retomó dos
veces en relación con qué Estado tenemos y cómo el Estado configura
también escenarios de posibilidad o de imposibilidad. Y en ese punto...
¿Cómo pensar la Educación Sexual Integral, que se conjuga a duras pe-
nas durante este tiempo, con una restricción muy fuerte presupuesta-
ria? Digo, más allá de que esto tiene muchas dimensiones y que no se
agotan pensando en lo presupuestario. Pero me parece que es una bue-
na arista para tener en consideración la necesidad de contar con presu-
puestos sostenidos, organizados, que vayan pensando estas cuestiones
de manera sistemática, donde se apoye la mirada de cómo se trabaja. Y,
a su vez, con una mirada de la política pública que no necesariamen-
te va de arriba hacia abajo, ¿no? Que esta es una concepción bastante
clásica de pensar las políticas públicas, que se va a pensar en un escri-
torio y de que esto se va a bajar. Bueno, también repensar la forma de
formulación de política pública y cómo en esas reformulaciones es muy
importante que cada vez haya más sujetas, sujetos, sujetes que tengan
voz para contar experiencias, que tienen un conocimiento situado que
difícilmente se puedan pensar desde otros lugares.

Gabi Díaz Villa (Lic. Ciencias de la Educación, IICE Equipo Mariposas Mi-
rabal FFyL, UBA): Retomando un poco la exposición anterior, esta ten-
144 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

sión entre los hechos individuales, o el respeto de los derechos y de


la comunidad política y también pensando esta fuerte formación en el
ámbito educativo y cómo funciona la institución escuela... tratando de
pensar cuáles serían los instrumentos que nos permitirían garantizar
que las escuelas van a trabajar respetuosamente frente a las demandas
de las familias y de niñes más pequeñes, o de les jóvenes también. Pon-
go dos cosas que entran en colisión, porque no hay un protocolo único,
perfecto, maravilloso que pueda dar cuenta de todas las realidades de
las personas LGTB, en general. No lo quiero dejar atado a las identida-
des trans, lo que pasa que para las identidades trans le planteamos a la
burocracia un desafío que nunca había tenido y que no sabe bien cómo
tramitar. Y digo, necesitamos pensar cuáles son las cosas que hay que
flexibilizar, cuáles son las tuerquitas de la escuela que podemos aflojar
un poco, más que cuál es la mejor estrategia protocolizada. ¿Por qué lo
digo? Por lo menos en las escuelas de mis hijos, el protocolo de violen-
cia que se envió desde la Defensoría a las escuelas medias, para que
hubiera algún tipo de abordaje institucional en situaciones de violencia
de género y situaciones de discriminación; la puesta en práctica de ese
instrumento se recontra burocratizó y se trata de que la escuela elabore
un acta y un expediente electrónico y se manda. Y te dicen: “¡Lo mando!”
[risas]. Y no sabemos muy bien a dónde lo mandan, “lo elevo, lo mando”.
Y después esperan a que llegue una respuesta, y entonces ni sabemos
qué contestan, ni en cuánto tiempo. Mientras tanto el chico, la chica o
tiene un novio que le pega, o es acosado, o los profesores le contestan
cualquier ridiculez respecto de su identidad. Y esperando además una
respuesta de quién, de alguien que ni siquiera conoce al chico, o a la
chica, ni al docente, ni a la escuela. Entonces, ¿quién es el órgano que
va a poder dar una respuesta? Es como rarísimo pensar que eso pueda
funcionar, cuidando las necesidades de eses pibes y de esas familias. Si
pensamos sólo en estrategias específicas, focalizadas para las personas
trans, para les niñes trans, también entramos en contradicción en algu-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 145

nas cuestiones. Por ejemplo, para les chiques de secundaria que van a
ciertas escuelas donde esto se está implementando, está la posibilidad
de elegir de si quieren hacer educación física con el grupo de varones
o con el grupo de mujeres, más allá de si coincide o no con el registro
que tienen. Y entonces uno se pregunta: Bueno, ¿pero eso no sería un
derecho de todes? De los heterosexuales también. Y, por el otro lado, la
cosa de que esa apertura de elegir siempre depende de quién acompaña
a ese grupo, porque algunos preceptores aceptan y otros no. O la nece-
sidad de hacer un acta, para que eso quede ya establecido para siempre
de ese modo. Entonces ese pibe, esa piba, tiene que elegir ir a ese grupo
o al otro, como parte de esta fuerte inercia escolar hacia la estabilidad,
¿no? Hay algunas cosas que son fundacionales de la escuela, como decía
Vero, que son matriz escolar, se tambalean y es como que necesitamos
reacomodarlas a los tiempos que corren. A la idea de que la categoría
mujer y la categoría varón ya no nombran una realidad única, que todos
reconocemos y que, además, hablan de un cuerpo con determinados ór-
ganos y determinadas hormonas y determinado funcionamiento y de-
terminado deseo. Ya empiezan a ser categorías que estamos poniendo
en evidencia, que son categorías políticas que nos identifican, que hay
un espacio de singularidad que tenemos que cuidar, que es ese espacio
de singularidad respetado por la Ley de Identidad de Género, que no
funciona de este mismo modo en otros países. La verdad es que el nivel
de respeto en términos de derechos humanos, en términos de despato-
logización de la ley que hemos conseguido, es modelo en el mundo, y
que no la hagamos mierda cuando la ponemos en práctica en estrate-
gias que vuelven a: “Y tenés que decidir si sos travesti, trans, y si sos una
cosa te vas por allá, y si no por allá”, ¿no? Como circuitos diferenciales
para cada quién, cuando en realidad consideramos que estamos hoy
descriptas en esa categoría. No, no lo están. Digo, yo soy transexual y
ustedes no saben de mí un montonazo de cosas. Entonces, creo que la
escuela se ve desafiada fuertemente en tener que conectar con los pibes
146 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

y las pibas que tienen ahí. Y hay que preguntar: ¿Cómo querés que te
nombren?, ¿cómo querés que te registren?, ¿querés que le digamos a
tus compañeros?, ¿querés que no les digamos?, ¿esperamos al año que
viene?, ¿empezás marzo con pollera? Bueno, hay que conectar, y hay
que encontrar, y hay que elaborar con ese pibe, con esa piba, cuando
tienen edad suficiente como para poder decirlo claramente ¿cuál es la
estrategia? o ¿cuáles son los pasos de cuidado?

Fabián Vera del Barco (Director del Centro de Estudios sobre Diversi-
dad Sexual de la Universidad Nacional de Tucumán, cofundador del
Centro Educativo Trans de Puertas Abiertas CETRANS, cofundador y
miembro directivo de Ayelén Biblioteca Popular de Cultura LGBT+ e in-
tegrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y
Trans): Bueno, nada, después de semejantes exposiciones... La verdad
me interesaba conectar algunas ideas, que la verdad que había puesto
yo antes en el relato de las actividades en Tucumán con el colectivo
trans, y con ciertas otras ideas que me parecen como muy necesa-
rias de conectar, que expusieron mis compañeres acá. Efectivamente
hay un diagnóstico del sistema educativo, que así como está no esta-
ría dando para más, o por lo menos para un sector importante de la
sociedad argentina. Y es bastante claro, cuando uno estudia, lee, o se
forma como docente, que la escuela tiene la finalidad de uniformar, de
homogeneizar, de normalizar. Pero, además, a mí me interesaba regis-
trar que uno de los supuestos ideológicos que tiene la fundación del
sistema normalizador educativo argentino es el biologicismo. Y sí, se
viene una corriente higienista que pretende justamente asegurarse en
miradas biomédicas, no es tan solo el disciplinamiento educativo, sino
el disciplinamiento de los cuerpos. Y la verdad que eso está instalado
en nuestras prácticas, porque por más que esos libros pedagógicos ya
no existan. Entonces, hay que reformular lo que los pedagogos y pe-
dagogas llaman la currícula, y que tiene que ver con nuevas carreras
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 147

de formación docente. Y no queda otra que seamos nosotres quienes


empecemos a modificar eso en los institutos de formación docente, en
las universidades, en nuestras prácticas docentes y en nuestros roles
como familia. A mí uno de los puntos que más me conmueve, creo que
a todes acá, es el relato de mamás y papás que escuchan a sus hijos.
Por supuesto que es muy fuerte el tema del proceso de asunción y de
visibilización de un niñe, un niño o una niña trans. A mí me impacta
mucho el proceso de la persona adulta, que tiene que deconstruir y dar
vuelta su vida por amor. Y, en definitiva, creo que se trata de eso, ¿no?
O sea, que el acompañante familiar sea ese abuelo con su ropa de tra-
bajo, ese papá que se pone en su rol de cómo espera la sociedad, y de
toda la familia que está acompañando a una nena y que, obviamente,
va a tener miedo como todas y todes nosotres tuvimos miedo cuando
entramos a la escuela, porque es fabricadora de cambios. Lo que pasa
es que algunos logramos adaptarnos un poco y otros no, o unos más y
otros menos. No podemos separar el sistema educativo o la educación
del acompañamiento familiar. Creo que como personas involucradas
en la “cuestión trans”, con muchas comillas, el lazo familiar es uno de
los temas que hay que reforzar más. Lo podemos ver en los discursos
que tienen las personas trans adultas, lo podemos ver en el relato de
las personas que acompañan a sus hijos, hijas trans, lo podemos ver
en un montón de situaciones que están vinculadas por temas de la
vida trans, que sin un lazo familiar, sin un lazo afectivo, es imposible
la reconstrucción subjetiva de las identidades trans, pero también es
imposible una vida digna de toda la sociedad. No se trata de incluir
para que se adapte a... todes tenemos que poder flexibilizar. Creo que a
la escuela le va a ser más difícil flexibilizar, que dejemos de tener edu-
cación física para varones y para mujeres, para que dejemos de tener
baños para varones y para mujeres, para que dejemos de tener discur-
sos celestes y rosas. Y eso seguramente no solo permite vivir mucho
mejor a las personas trans, sino que también que todas, todes y todos
148 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

nos aflojaríamos muchísimo si pudiéramos de algún modo hacer que


el sistema educativo esté más flexibilizado. Creo que eso es un poco la
conclusión a la que llego, después de haber escuchado y aprendo mu-
chísimo de escucharlos. Gracias.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora María Florencia Rodríguez: Gracias por haber estado y por


haberse ajustado al tiempo, nos queda un panel más.

Moderadora María Alejandra Dellacasa: Gracias por haber venido a to-


das, todes. Bueno, vamos a avanzar con el bloque de Trabajo.

2.1. INCOMODIDADES Y RESISTENCIAS.


EL ROL DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS
Y LAS EXPERIENCIAS FORMATIVAS DE LA POBLACIÓN
TRAVESTI Y TRANS DE LA ARGENTINA RECIENTE
Mariana Álvarez Broz*

A partir del intercambio entre las/os participantes en el panel “Experien-


cias travestis y trans en el ámbito de la educación”, uno de los primeros
tópicos que se deja entrever es, por un lado, la falta de reconocimiento
social a la diversidad de identificaciones sexo-genéricas que conforman
la población estudiantil y, por otro, las condiciones de acogida y las difi-
cultades de acompañamiento que ofrecen las instituciones educativas a
las personas travestis y trans.

* Docente-investigadora IDAES-UNSAM.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 149

A pesar de la sanción de la Ley de Educación Sexual Integral (Nº 26150) en


el año 2006 y de la Ley de Identidad de Género (Nº 26743) en el año 2012
en la Argentina, aún persisten resistencias –tal como lo expresan las y los
panelistas– al reconocimiento de la identidad autopercibida según el sen-
tir profundo de cada quien como así también la heterogeneidad de expre-
siones genéricas y construcciones corporales por parte de la comunidad
educativa en su conjunto (directivos, docentes y familias) y en los diferen-
tes niveles de la educación –inicial, primaria, secundaria y universitaria–.

La dificultad que se presenta en las instituciones educativas para reco-


nocer y tramitar la diversidad sexo-genérica se manifiesta en la inco-
modidad para incluir y otorgarle a las y los estudiantes un tratamiento
conforme a su identidad de género. Esta incomodidad puede pensarse a
la luz del trastocamiento que provocan las identidades travestis y trans
a la matriz de inteligilidad (Butler, 1990) que establece y demanda conti-
nuidad entre sexo, género, cuerpo y deseo, con el propósito de otorgarle
estabilidad, coherencia y unicidad a la identidad personal.

Entendemos que ese trastocamiento conmueve determinadas certezas


socioculturales sobre los cuerpos sexuados, los roles de géneros (“lo
masculino” y “lo femenino”) y el deseo erótico-afectivo, y esto difiere
de las expectativas sociales –propias de la sociedad heterocispatriar-
cal– que tienen las instituciones de socialización por excelencia como
la familia y la escuela.

En lo que concierne específicamente al ámbito de la educación, esto se


pone de manifiesto en las condiciones de acogida y en las dificultades
de acompañamiento que tiene la institución educativa en el proceso del
devenir trans. Respecto del grado de educación alcanzado por la pobla-
ción travesti y trans a lo largo de los últimos quince años, los estudios
disponibles (Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, 1999;
Berkins y Fernández, 2006; Berkins, 2007; INDEC e INADI, 2012; Ministe-
rio Público de la Defensa, 2017; Secretaría de Derechos Humanos de la
Provincia de Buenos Aires, 2019, por mencionar algunos) indican que
150 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

–en promedio– el 15% no completó el ciclo primario; el 17% completó


la primaria; el 40% comenzó pero no pudo culminar la escuela secun-
daria; el 17% sí completó ese nivel. Es decir que el 73% de la población
de travestis y mujeres trans1 no ha completado los años de educación
obligatoria establecida por la Ley de Educación Nacional.2 Respecto de
los estudios de educación superior, el 8% comenzó estudios terciarios o
universitarios y solo el 2% logró finalizarlos.

No obstante, en los últimos cinco años, se ha producido un aumento de


la escolaridad en la población travesti y trans que debe ser interpretado,
al menos, a la luz de dos fenómenos. Por un lado, la sanción de la Ley de
Identidad de Género permitió la posibilidad de inscribirse en las institu-
ciones educativas con los datos registrales según el sentir profundo de
cada quien. Y si bien sabemos que esto no es suficiente para garantizar
el acceso y la permanencia en la escolaridad, reduce en gran medida las
situaciones de malestar y hostigamiento por ser nombradas/os con los
datos registrales asignados al nacer. Por otro lado, fue de gran importan-
cia la creación de escuelas gestionadas en alianza entre la comunidad
travesti y trans, organizaciones sociales y ciertas agencias estatales.

Estas experiencias fueron determinantes dado que sus propuestas pe-


dagógicas no solo contemplan, sino que también acomodan sus dinámi-
cas educativas a los avatares que conllevan las condiciones de vida de la
población travesti y trans, signadas por una sinergia de vulnerabilidades
múltiples que se acrecienta, en gran medida, en aquellas personas que
se desafilian a muy temprana edad de sus familias de origen.

1 Recién a partir de la Primera Encuesta sobre Población Trans 2012: Travestis,


Transexuales, Transgéneros y Hombres Trans, se incluyó a las “masculinida-
des trans” en los estudios estadísticos. Hasta entonces, solo comprendían a
travestis, transexuales y transgéneros.
2 Conforme la Ley de Educación Nacional Nº 26206, sancionada a fines del
2006, la educación es obligatoria desde los 5 años de edad hasta la finaliza-
ción de la escuela secundaria.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 151

Por este motivo, los centros educativos focalizados en y gestionados por


la población travesti y trans resultan instancias propicias para acceder
y transitar el trayecto educativo en instituciones más inclusivas; consti-
tuyen experiencias formativas para adquirir los hábitos y las reglas ne-
cesarias para atravesar las instituciones que conforman la vida social; y
se presentan, también, como lugares donde armar lazos de solidaridad,
redes de contención y apoyo y vínculos fraternos.

Otro de los tópicos abordados en el intercambio giró en torno de las di-


ferencias que se presentan dentro de la población travesti y trans tanto
en el acceso como en la permanencia en el ámbito educativo, en sus
distintos niveles. Esto puede comprenderse si tenemos en cuenta las
condiciones diferenciales que atraviesan las trayectorias biográficas del
universo de personas travestis y trans.

En el caso de las travestis, la desafiliación temprana de sus familias de


origen, la deambulación callejera, la precariedad en la vivienda, la caren-
cia de cuidados, la alteración de las rutinas diarias (horas de descanso,
irregularidad en la alimentación por falta de recursos materiales y difi-
cultad en el acceso a espacios para el aseo, entre otras cuestiones bási-
cas), combinadas con la práctica de la prostitución/trabajo sexual (estar
despierta toda la noche, acostarse de mañana y despertarse pasado el
mediodía), constituyen un escenario incompatible con la continuación de
los estudios; circunstancias que ayudan a explicar los altos índices de es-
tudios incompletos en esta población (Berkins y Fernández, 2006; Berkins,
2007; Ministerio Público de la Defensa, 2017, por mencionar algunos).

Por su parte, sabemos que las mujeres trans postergan su transición


y el deseo de expresar socialmente su identidad de género femenina
hasta la juventud o incluso hasta entrada la adultez, por temor a las
consecuencias sociales, económicas y culturales que pudiera acarrear
en el curso de sus vidas. Esto, a diferencia de las travestis, les permite
crecer dentro de sus hogares familiares y hasta acceder y desarrollar
152 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

estudios superiores, aunque no las salvaguarda de episodios de estig-


matización y discriminación en las instituciones educativas; hecho
que en muchas ocasiones desalienta progresivamente la culminación
de sus carreras (Álvarez Broz, 2017, 2018).

Las trayectorias de las masculinidades trans tienen otras características


que se manifiestan en su desarrollo educativo. Un estudio reciente (Se-
cretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, 2019),
llevado adelante en distintos distritos y localidades de la provincia de
Buenos Aires, muestra que solo un 13,8% de las masculinidades trans
se emancipan de sus hogares antes de los 18 años. La gran mayoría ex-
presa socialmente su identidad de género en el seno familiar, aunque
esto no los exime de situaciones de malestar, momentos de angustia y
cuadros de depresión; y tampoco implica que sus familias acompañen
plenamente su devenir trans (Álvarez Broz, 2017). No obstante, estas
condiciones sí explican una mayor tasa de finalización de sus estudios
secundarios y un mayor acceso a la educación superior.

Estos avatares en las trayectorias vitales de la población travesti y trans


permiten comprender los factores sociales, económicos, culturales y
subjetivos que inciden en los episodios de interrupción, repitencia y
abandono escolar, y en las diferentes condiciones de acceso y perma-
nencia dentro del sistema educativo.

Por último, el rol del Estado y de las instituciones educativas ha sido


otro de los tópicos que atravesó la intervención de los y las panelistas.
Al respecto, consideramos que la sanción y reglamentación de las leyes
mencionadas a lo largo del panel y de este texto dan cuenta de un giro
en la política sexual argentina y constituyen herramientas legales fun-
damentales para el reconocimiento, la inclusión y un tratamiento desde
un enfoque de género y derechos humanos para los temas vinculados a
los géneros, las sexualidades y las violencias en la sociedad argentina.
Pero como sabemos, no es suficiente.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 153

En lo que respecta al rol de la educación, se requiere la elaboración y la


gestión de políticas institucionales que excedan el respeto de la identidad
de género y el trato digno, en las instancias administrativas, académicas y
vinculares. Si bien estas acciones constituyen el primer paso para que las
personas travestis y trans no se sientan expulsadas de las instituciones
educativas, es necesario también, por un lado, debatir y producir conteni-
dos curriculares que incluyan la diversidad sexo-genérica –en sus formas
de identificación, modalidades de expresión corporal y experiencias sub-
jetivas–y, por otro lado, estrategias pedagógicas para acompañar y paliar
las experiencias de vulnerabilidad y las desventajas que acarrean como
consecuencia de sus trayectorias vitales.

Referencias bibliográficas

Álvarez Broz, M. (marzo de 2017). ¿Cuánta (des)igualdad somos capaces


de aceptar? Formas, mecanismos y relaciones de (des)igualdad en las
personas trans de la Argentina contemporánea (1990-2015). Tesis de
Doctorado en Sociología, IDAES-UNSAM, inédita.

Álvarez Broz, M. (noviembre de 2018). Guardarse. Prácticas de (in)visibi-


lización y agenciamiento de las personas transfemeninas del Área
Metropolitana de Buenos Aires. Papeles de Trabajo, 22.

Berkins, L. (2007). Cumbia, copeteo y lágrimas. Informe nacional sobre la situación


de las travestis, transexuales y transgéneros. Buenos Aires: Asociación de
Lucha por la Identidad Travesti y Transexual.

Berkins, L. y Fernández, J. (2005). La gesta del nombre propio: Informe sobre la


situación de la comunidad travesti en la Argentina. Buenos Aires: Madres de
Plaza de Mayo.

Butler, J. (1990). Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity. Nueva
York: Routledge.
154 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires (1999). Informe preliminar sobre


la situación de las travestis de la Ciudad de Buenos Aires. Buenos Aires:
Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires.

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2012). Primera Encuesta sobre


Población Trans 2012: Travestis, Transexuales, Transgéneros y Hombres Trans.
Informe técnico de la Prueba Piloto Municipio de La Matanza 18 al 29 de junio
2012. Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


(2017). La revolución de las mariposas. A diez años de La gesta del nom-
bre propio. Buenos Aires: Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.

Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires (2019).


Primer relevamiento sobre las condiciones de vida de la población trans/travesti
de la provincia de Buenos Aires. La Plata: Secretaría de Derechos Humanos
de la Provincia de Buenos Aires.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 155

2.2. TERRITORIOS DEL SABER Y ESPACIO UNIVERSITARIO.


APUESTAS Y LÍMITES DE LA CIS-ACADEMIA
Rafael Blanco*

El ámbito universitario, como así también otros niveles educativos, cons-


tituye un espacio generizado en, al menos, dos dimensiones: el territorio
de los saberes que se producen y transmiten y la experiencia corpórea
del habitar. La atención a ambas dimensiones permite interrogar tanto
los horizontes democratizadores de esta institución como las limitacio-
nes de su promesa de inclusión, accesibilidad y pluralidad. Desde hace
al menos treinta años, en las universidades públicas argentinas se viene
desarrollando una heterogénea área de conocimiento –con tradiciones
provenientes de los estudios feministas, de mujeres, queer y sobre sexua-
lidades– que han buscado conmover el estatuto pretendidamente neutro
y universalista de los saberes universitarios.3 Con la recuperación demo-
crática en 1983, la premura por la democratización de todas las esferas
de la vida social tuvo su correlato en este eslabón del sistema educativo:
se produjo una masificación en el acceso a las universidades, se modificó
la representación en sus claustros y se multiplicaron las nuevas carreras
atentas a “leer” (interpretar, modificar) un orden social deseablemente
distinto. Al mismo tiempo, se avanzó sobre la apertura de las agendas de
investigación, intervención y transmisión de conocimiento con el objeto
de visibilizar sujetos, colectivos e identidades sexo-genéricas menos pro-
blematizadas, invisibilizadas o abiertamente impugnadas hasta entonces.

* Docente de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET en


el Instituto de Investigaciones Gino Germani. Doctor en Ciencias Sociales
(UBA). Autor de: Blanco, R. (2014). Universidad íntima y sexualidades públicas. La
gestión de la identidad en la experiencia estudiantil. Buenos Aires: Miño y Dávila.
3 Dado el carácter breve de ese texto, no me detengo aquí en algunas carac-
terísticas de esta área de conocimiento que fueron desarrolladas en otros
textos, principalmente en Blanco (2018).
156 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

La demanda por la existencia de una “perspectiva de género” pasó del


reclamo tenue, tímido, de grupos más o menos pequeños en las ciencias
sociales y las humanas en los años noventa a su consagración actual
como enfoque en distintas disciplinas, causa militante estudiantil, rei-
vindicación gremial y bandera institucional de algunas gestiones univer-
sitarias. “El lugar de la mujer” en la sociedad, como primaba en los pro-
gramas pioneros, o el desplazamiento hacia “la experiencia gay-lésbica”,
la “diversidad sexual” (contemporáneamente asumida, las más de las
veces, como “disidencia”), o los “sujetos y colectivos LGTB” –con dispar
intensidad en la atención a cada una de las “letras” de la sigla– fueron las
formas en que la(s) perspectiva(s) de género se desplegaron en la acade-
mia, como corpus de textos y como sentido común.

Este desarrollo, específicamente universitario en su inicio, sin duda ha


estado articulado con procesos sociales que acontecen en el extramuros
universitario, algo que hoy es fácil de identificar si miramos la proli-
feración de herramientas institucionales en las casas de estudio para
mitigar las violencias sexistas –como protocolos y procedimientos– a
la luz de las movilizaciones del movimiento Ni Una Menos iniciado en
2015, o los dispositivos de atención a la salud sexual y reproductiva que
surgieron en las universidades a partir de los debates parlamentarios
en 2018 por la legalización del aborto. Aunque en una apretada síntesis,
es posible registrar en estos años ininterrumpidos de vida democrática
el desarrollo de una academia con creciente “perspectiva de género”.
Pero si toda perspectiva nos inscribe en las posibilidades del punto de
vista, la óptica, la observación (como la de un cuadro o una fotografía,
o la contemplación directa detenida en un punto del horizonte), la que
hemos construido en torno al conocimiento es posible también de ser
interrogada atendiendo a los alcances de la posición desde la que se
mira, el campo visual que recorta, sus límites y su punto ciego.

En efecto, el término “cis” permite nombrar el despliegue de los estudios


feministas, sobre géneros y sexualidades que hemos desarrollado en las
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 157

universidades, en las limitaciones de su pretendida pluralidad y, tam-


bién, en el establecimiento de jerarquías y privilegios que configuran la
vida académica. Tal como señala Blas Radi,

si bien el feminismo del siglo pasado nos enseñó a escandalizarnos


cuando un varón aparece como único referente en problemáticas
más específicas de las mujeres (por ejemplo, femicidio) [...], no parece
ser contrario a la perspectiva de géneros, que en un panel sobre géne-
ros –o diversidad glbt– la mayoría, o todxs, sean cis (Blas Radi, 2014).

Lejos de restringirse a los saberes, corpus, autorías o contenidos de una


asignatura, problematizar el desarrollo de perspectivas de género en el
ámbito universitario a partir de su condición cis habilita el reconoci-
miento del modo en que tramamos las prácticas académicas con los la-
zos sociales, los saberes, las modalidades de enunciación y, de un modo
más preciso, lo que Radi denomina producción de ausencias y presencias en
el espacio universitario. De ahí que el desarrollo de esta área y de pers-
pectivas de género en el terreno del conocimiento sea concomitante con
el de consolidación de una cis-academia. En términos de este autor,

nuestros estudios queer y de género conviven con el hecho de que hay


quienes en virtud de su identidad de género siguen sin poder ingresar
a la facultad y conviven con una jerarquía que no se toca. Jerarquía
que si miramos de cerca, advertimos que produce un efecto de pre-
sencia, es decir, por un lado tenemos una presencia nominal (hablo
de un tema, dirijo un área, armo el programa de mi materia, organizo
una actividad, “abro el debate”) y por otro lado una ausencia efectiva
(esa gente a la que me refiero, efectivamente, no está, o está de una
manera muy particular que ya vamos a ver) (Blas Radi, 2014: 5).
158 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

El escenario universitario, con su promesa de ingreso irrestricto, revela


sus limitaciones en el acceso para la población trans que solo en un
valor apenas por encima del 2% completa sus estudios universitarios
(Berkins, 2007; Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Bue-
nos Aires, 2019).4 La baja terminalidad de otros niveles educativos, las
condiciones de trabajo, la discriminación por identidad o expresión de
género, el desarraigo y la falta de recursos son algunas de las razones
que inciden en las limitaciones de acceso a la educación superior.

Por el lado de la permanencia y retención –uno de los aspectos más


críticos del sistema nacional universitario– estas posibilidades no se re-
ducen solo a la disponibilidad material de costear los estudios, sino que
también abarca los saberes, las condiciones de hospitalidad (desde la
arquitectura, el clima “más o menos friendly”,5 hasta los regímenes de
visibilidad), las culturas políticas y los lenguajes disponibles, entre otras
dimensiones que condicionan de forma diferencial las posibilidades de
habitar el espacio universitario.

No obstante, en términos de habitabilidad, se vienen desarrollando re-


cientemente algunas transformaciones en el espacio de las universida-
des. Tal vez la más extendida (dado su implementación en distintas ca-
sas de estudio como las de Buenos Aires, Córdoba, La Plata, San Martín o
Rosario, entre otras) es la de los baños. Por caso, en el año 2017, a partir
de la iniciativa institucional desarrollada por la Unidad de Género de la

4 Retomo aquí el trabajo pionero recogido en el libro compilado por Lohana Ber-
kins (2007), que señala un porcentaje de 2,3% para la terminalidad de estudios
terciarios no universitario y universitarios completos sobre una muestra de
257 casos en cuatro regiones del país (NOA, Centro, Sur y Cuyo), y el indicador
de acceso del 2,17% a la educación superior universitaria relevado en el Primer
relevamiento sobre condiciones de vida de la población trans/travesti de la
provincia de Buenos Aires (Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia
de Buenos Aires, 2019) sobre un total de 322 personas encuestadas.
5 Señalo algunas de las dimensiones surgidas en el panel “Experiencias Tra-
vestis y Trans en el ámbito de la Educación” y que motivaron la escritura de
este texto.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 159

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad


de Buenos Aires (en el marco de una estrategia más amplia de implemen-
tación del Protocolo de acción contras las violencias sexistas), se modificó
un baño existente de la planta baja, cercano al acceso principal y próximo
a la Biblioteca, ubicado en un espacio de alta circulación y visibilidad, para
crear un baño “sin distinción de género para todas las personas que quie-
ran utilizarlo”, según el letrero que se encuentra en su ingreso. La inter-
vención implicó una serie de cambios en ese espacio (además de la seña-
lética, la instalación de un cambiador para bebés, carteles explicativos de
la iniciativa, una mampara para separar cubículos de mingitorios). En un
grafiti escrito con corrector blanco en la puerta de este espacio puede leer-
se haciendo uso del denominado lenguaje inclusivo, recurriendo a la “e”:

Este es el único baño que uso. Soy trans. Estoy descubriendo si no


binarie o FTM [Female-To-Male, en inglés] y este es el único baño con
el que estoy cómode, grax [gracias] FADU ♥

El final de esta frase está subrayado, y junto a la leyenda el dibujo de un


pequeño corazón. Interesa detenerse en esta inscripción anónima, ya que
da cuenta de algunas dimensiones que la transformación de los baños
parece proponerse: la habitabilidad del espacio, el agradecimiento a la
institución, alocutario señalado en la breve escritura, la apropiación del
espacio por parte de su comunidad.6 Durante una entrevista, un estudian-
te varón cis de la FADU refiere a este espacio como “el baño militante”,
expresión recurrente en otros testimonios. Con ello indicaba el sentido
micropolítico que asume, también, el uso de este espacio: esta interven-
ción tiene una función formativa, en términos de una pedagogía del gé-

6 Un análisis de las políticas de género desarrolladas por las casas de estu-


dio –entre ellas, la modificación de los baños– fue desarrollado en Blanco y
Spataro (2020).
160 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

nero tendiente a desnaturalizar lo que Paul B. Preciado (2009) denominó


una prótesis de género, que los artefactos culturales cumplen –como la dis-
tinción binaria de los sanitarios– para producir la diferencia de género.
Sin embargo, al entrar al resto de los sanitarios no modificados, con su
tradicional señalética, no hay un letrero que indique que se trata de un
baño con distinción de género para que solo algunas personas puedan uti-
lizarlo, de modo de advertir el carácter artificial, habitual, vuelto natura-
leza, de esta distinción binaria. Si bien la transformación de los baños es,
también, una acción simbólica y no por eso menor, lo que aparece poten-
ciado como signo en las intervenciones en el espacio realizadas hasta el
momento es la excepción, el baño otro, militante, mientras que la norma
parece quedar incólume más allá del espacio intervenido.

El acceso irrestricto, la gratuidad y masividad, la politización de los claus-


tros y las luchas estudiantiles son aspectos caros al vocabulario e imagi-
nario político-progresista en el que a menudo nos inscribimos quienes
trabajamos en las universidades nacionales. De igual modo, el desarrollo
de y el activismo por la adopción de perspectivas de género en el terreno
de los saberes, en las prácticas universitarias, en los órganos de represen-
tación es una bandera que agitamos asiduamente en nuestras rutinas
académicas. Pero esos mismos puntos de anclaje que sostienen identida-
des de todo tipo (políticas, sindicales, disciplinares, de género) se ven con-
movidos desde la interpelación que los estudios, académic*s y activismos
trans vienen realizando del espacio universitario. De ahí que nombrar y
reconocer la academia actual como una cis-academia obligue a revisitar
las limitaciones del carácter público de nuestras universidades públicas.

Referencias bibliográficas

Berkins, L. (comp.) (2007). Cumbia, copeteo y lágrimas. Buenos Aires: Editorial


A. L. I. T. T. - Asociación de lucha por la identidad Travesti-Transexual.

Blanco, R. (2018). Antes de la consagración ‘del género’ en la universidad:


Trayectorias, generaciones y lenguajes en tensión durante la expan-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 161

sión de un área de conocimiento. Sexualidad, Salud y Sociedad. Revista


Latinoamericana. Recuperado de http://wwww.redalyc.org/articulo.
oa?id=293355926001

Blanco, R. y Spataro, C. (2020). Con/contra las estrategias institucionales:


percepciones de estudiantes universitarios ante iniciativas contra vio-
lencias sexistas. NóMadas, (51), 173-189. Recuperado de http://editorial.
ucentral.edu.co/ojs_uc/index.php/nomadas/article/view/2841

Preciado, B. (2009). Basura género. Mear/cagar. Masculino/Femenino.


ParoleQueer, (1), junio-julio. Recuperado de http://paroledequeer.blogs-
pot.com.es/2013/09/beatriz preciado.html

Radi, B. (2014). Sobre la perspectiva de géneros en la universidad. Participación


en el panel Educación y sexismo la formación universitaria de las jorna-
das Degenerando, en FFyL, UBA.

Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires (2019).


Primer Relevamiento sobre condiciones de vida de la población trans/travesti de
la provincia de Buenos Aires. La Plata: Secretaría de Derechos Humanos de
la Provincia de Buenos Aires.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
3. EXPERIENCIAS TRAVESTIS
Y TRANS EN ÁMBITOS LABORALES

Moderadora Camila Newton: Hola a todes, ya estamos en la última


mesa sobre trabajo. Gracias por la paciencia, por posponer un poquito
los tiempos, pero bueno, espero que la estén pasando muy bien. Silvia
va a hacer un comunicado.

Silvia Muñoz: Soy Silvia, soy personal no docente de la Universidad Na-


cional de José C. Paz. Trabajo en la Mesa de Trabajo de Diversidad, en la
cual hemos decidido con la Comisión Directiva de nuestro gremio votar
la semana pasada el pedido del baño sin género. Para esto Martín Boy
nos ayudó mucho, pero aparte creemos que tenemos que hacer más
cosas. Esto que hicieron [se refiere a las Jornadas] está espectacular, nos
164 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

mostró cuánto nos falta. Entonces vamos a lanzar una capacitación para
todos los nodos de la UNPAZ, vamos a tener invitados, Martín nos va a
ayudar un montón y el fin de esa capacitación es pedir el cupo [laboral]
trans para la universidad. Para un trabajador, una trabajadora, un traba-
jadore que venga y que sea capacitado, que nosotros como no docentes
podamos admitirlo, aceptarlo, ayudarlo, apoyarlo y aprender que de esta
manera somos realmente una universidad inclusiva. Muchas gracias.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Camila Newton: Damos comienzo a la Mesa y les cuento


quiénes están acá. A mí derecha está Iñaki Regueiro, tenemos a Emma
Serna y, en la esquina, está Soledad Cutuli. Voy a leerles un texto que
elaboramos para este panel y las preguntas disparadoras. “En el 2015 se
aprobó en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires la Ley de Cupo
Laboral Trans. La misma establece que el sector público de la provincia
de Buenos Aires debe ocupar, en una proporción no inferior al 1% de la
totalidad de su personal, a personas travestis, transexuales y transgéne-
ro, que reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo. En Chubut,
Río Negro y Chaco la misma normativa se aprobó en 2018, pero en nin-
gún caso fue reglamentada, por ende su implementación depende de la
voluntad política de los funcionarios públicos de turno. En 2016 se pre-
sentó el proyecto de ley a nivel nacional de cupo laboral travesti trans,
Ley Diana Sacayán, que, al perder estado parlamentario, fue necesario
volver a presentarlo en julio de 2018 y permanece aún sin avances en el
Congreso. El cupo laboral trans tuvo a Diana Sacayán como una de sus
principales impulsoras y trata de revertir la situación laboral de travestis
y trans atravesada por el desempleo, la inestabilidad laboral, la oferta de
sexo y la precarización laboral”. Teniendo en cuenta esta situación, se
proponen las siguientes preguntas disparadoras para el debate: 1) con
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 165

respecto al acceso al trabajo de la población travesti trans en el 2019,


¿qué cuestiones se han modificado respecto a épocas anteriores? y ¿qué
tipo de trabajos se obtienen?; 2) frente a la exclusión de la población tra-
vesti trans de los ámbitos del empleo formal, ¿cómo surgen las coope-
rativas de trabajo desde y para la comunidad travesti trans?; 3) ¿cuáles
son los obstáculos, logros y desafíos de estas experiencias cooperativas?
y 4) ¿por qué creemos que no se implementan las leyes de cupo laboral
trans?, ¿qué acciones debería llevar a cabo el Estado para que esta nor-
mativa se implemente?, ¿cuáles serían los impactos en la población?

Iñaki Regueiro (docente de UNPAZ y pertenece a Abosex): Bueno, buenas


tardes a todes. Les tengo que pedir disculpas porque me tendré que re-
tirar antes, porque tengo que dar clase justo ahora. Yo voy a hacer algún
comentario general de la intervención del colectivo que integro Abosex,
en las normas vinculadas con la identidad de género. Los y las que aho-
ra somos Abosex, en su momento fuimos parte del Frente por la Ley de
Identidad de Género y trabajamos junto a referentes históricos del mo-
vimiento trans en las cuestiones de redacción de esa norma. La ley no
incluye el derecho al trabajo al que aludimos hoy, es una ley corta que
contiene la cuestión de la salud trans específica que se vio antes, la cues-
tión del trato digno y la cuestión de la rectificación registral. Me interesa
particularmente la cuestión de infancias, es un tema que laburo bastan-
te. Y lo interesante de esa norma histórica, que abrió el paso a la des-
patologización a nivel mundial, esa Ley que el colectivo trans argentino
consiguió es hoy el modelo a nivel internacional de muchas normas de
países centrales que la imitan. Después vino el Código Civil a reforzarla.
En la implementación de la Ley de Identidad de Género hay millones de
desafíos y problemas que desde lo jurídico tratamos de apuntalar. Acá, en
provincia de Buenos Aires en particular, la cuestión registral está bastan-
te complicada y sobre todo en cuestiones de infancia. Existe la campaña
cuyo lema es: “Reconocer es reparar”, mediante la cual aún lamentable-
166 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

mente no se consiguió aprobarla como norma. Esta Ley apuntaba a la


reparación histórica, a reparar el pasado y la memoria de las compañeras
que todavía hoy están reclamando. Y a nivel laboral en particular, como
mencionabas, la Ley Diana Sacayán de provincia fue un hito en el que los
integrantes de Abosex colaboraron con Diana en esa norma, que fue una
celebración absoluta. Pero bueno, después vino el proceso en La Plata de
intentar reglamentarla y que no se pudiera, lamentablemente. Está la es-
peranza de que se pueda ver la luz en el corto plazo. Me gustaría decir dos
palabras y ya paso el micrófono... Desde la práctica profesional territorial,
que es una materia que empieza ahora en la carrera de Abogacía todos
los martes a la noche, desde el año pasado estamos queriendo generar
un espacio para la comunidad trans de José C. Paz, de esta zona de la
provincia para que vengan. Si hay alguna cuestión legal que tengan para
consultar, no solamente del municipio, sino también de los municipios
aledaños, pueden acercarse. Hoy tenemos casos de maternidades trans
que estamos acompañando, temas laborales por el momento no han sur-
gido, es un espacio para que difundan. También trabajamos cuestiones
de discapacidad, pero las cuestiones de género las enfocamos en particu-
lar y no solo la identidad de género, sino también la orientación sexual.
Me parecía muy importante que desde la Universidad exista un espacio
especializado en derechos humanos, donde haya un patrocinio jurídico
gratuito porque lamentablemente, como recién relatabas, las normas son
pocas en materia laboral y las que existen no se aplican, o no están regla-
mentadas y hay que poner la cabeza y la creatividad en la exigibilidad de
esas normas. Hasta ahora el movimiento se fue organizando para cumplir
las falencias del Estado en esta temática a través de experiencias coope-
rativas que acá vamos a tener el gusto de escuchar. Estamos a disposición,
como les decía, para tomar los casos, las consultas de les compañeres que
quieran acercarse. Otro caso que me acabo de acordar es de una adoles-
cente no binarie que vino a pedir la cuestión registral y estamos acom-
pañando ese caso. Obviamente, desde el registro le dicen que no, pero es
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 167

un tema súper novedoso, súper actual, que desde la práctica profesional


de acá de Abogacía de UNPAZ estamos llevando. Eso es todo. Tenemos un
mail de contacto: ppt.discapacidad.unpaz@gmail.com, si no los martes
de 18 a 22hs. estamos acá. Y los casos los lleva un grupo de estudiantes
del último año de la carrera de Abogacía de UNPAZ, con el patrocinio de
abogades docentes. Lo vamos a tener que cambiar al mail porque se am-
plió la temática. También pueden contactarse al Facebook de Abosex y los
derivamos hacia la materia. Muchas gracias.

Auditorio: Aplausos.

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de la


Municipalidad de 25 de Mayo): Buenas tardes, espero ser lo más sintética
posible porque calculo que deben tener la cabeza así [se refiere al cansan-
cio luego de todo un día de jornada]. Ya sé que una se puede explayar, pero
también quiero tratar de ser lo más dinámica que pueda. No voy a hacer
una perfo acá [risas] como para entretenerlos, podría para la próxima…
Como me presentó la compañera, yo soy presidenta de una cooperativa,
de una cooperativa de mujeres trans y hoy orgullosamente puedo decir
que es una cooperativa diversa, porque aglutina a diferentes géneros e
identidades sexuales. Y, al mismo tiempo, trabajo para la Municipalidad
de 25 de Mayo, por lo que viajo todas las semanas al interior. Para quién
no sabe, 25 de Mayo es una ciudad chica, que tiene 50.000 habitantes y
que está en el centro de la provincia de Buenos Aires. Desde hace tres
años que estoy trabajando allá, en lo que hemos podido abrir bajo el nom-
bre de Área de Diversidad Sexual y Género. Y bueno, obviamente, las dos
cosas tienen mucho que ver. Primero mi trabajo empezó con la coopera-
tiva, yo a la cooperativa la empecé a integrar porque éramos un grupo de
cuatro mujeres trans que queríamos actuar y que en aquel año 2010 era
muy complicado encontrar un espacio en donde se nos respete nuestra
168 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

identidad de género. Recordemos que a principios de 2010 todavía no es-


taban ni el Matrimonio Igualitario, ni la Ley de Identidad de Género, era
una época en la cual igual eso fluía, estaba muy próximo a suceder, pero
donde todavía la sociedad no estaba preparada. Y está bueno eso también
decirlo porque nunca me voy a olvidar cómo una estadística, no sé a quié-
nes encuestaron ni a cuántos, pero me acuerdo que hubo una encuesta
previa al Matrimonio Igualitario, en donde en teoría el 60% de la pobla-
ción argentina sí estaba de acuerdo con el matrimonio, pero no con la
adopción. Estaba muy cuestionado esto de la familia, de dos mamás, dos
papás... parece que no, pero una ley ayuda para que una sociedad pueda
hacer un salto cultural enorme porque automáticamente la ley se aprobó
y al poco tiempo, al mes, se hizo una encuesta nuevamente y el resultado
se había invertido: el 70% lo aprobaba y el 30% lo desaprobaba. Y yo creo
que todo esto tiene mucho que ver con cuestiones que suceden de que:
“Bueno, es legal, viste que ahora se pueden casar”. Eso creo que lo hemos
escuchado muchas veces en ámbitos por ahí muy tradicionalistas, como
en el que me toca trabajar a mí, en 25 de Mayo, en lugares así.

Y bueno, nuestra cooperativa nació en el medio de toda esa situación que


se vivía y ya les digo que era muy complicado encontrar grupos de teatro
en el cual una pudiera trabajar. Mi primera experiencia de trabajo como
actriz fue ese año en un centro cultural de la Ciudad de Buenos Aires,
donde una docente que tenía muy buenas intenciones pero muy mala
información porque me híper estereotipaba. Yo tenía unos cuantos años
menos, también otro empoderamiento diferente, directamente no tenía
empoderamiento, una tenía como una cosa de sumisión, de vivir agrade-
ciendo todo lo poquito que una podía recibir… Y bueno, de repente nos
encontramos cuatro compañeras que estábamos en la misma situación y
dijimos: “Hagamos una obra de teatro nosotras, donde podamos contar lo
que nos pasa”. Hicimos nuestra primera obra que se llamó Hotel Golondri-
na, en donde relatábamos un poco la historia de cada una; pero sintetiza-
da en lo que pasaba en un hotel travesti de la Ciudad de Buenos Aires que
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 169

existe y que se llama El Gondolín. Sobre las frustraciones que una se en-
cuentra cuando viene del interior. Yo nací en 25 de Mayo y me vine a vivir
a Capital Federal, lo que sucede con las que hace muchos años que están,
y lo que sucede con las que hacen más años que están y que ya se han
frustrado y que cruzan la barrera de los 40, que para nosotras ya eso es
muchísimo... Entonces, bueno, qué pasa con la vida de compañeras en esa
situación. Entonces eso es lo que relataba esta primera historia. Después,
como nos fue muy bien e íbamos a muchos centros culturales, decidimos
hacer La casa de Bernarda Alba, una historia de los años treinta de Federico
García Lorca, y que creo que hoy por hoy las personas trans lo vivimos. Es
como que estamos viviendo por ahí lo que muchas mujeres, lo conversa-
ba con una compañera, porque justo estaba haciendo un trabajo sobre
Eva Perón y yo le decía: “Mirá, yo creo que las mujeres trans quizás hoy
estamos viviendo lo que el género femenino comenzó a vivir en los años
cincuenta: el poder votar, el aparecer en un padrón, tener el derecho a
empezar a independizarse tal vez económicamente...” muy despacito,
muy de a poco, eso creo que es lo que estamos viviendo hoy y que refleja-
ba en ese caso La casa de Bernarda Alba. Y así empezamos a armar diferen-
tes puestas de stand up. A La casa de Bernarda Alba la hicimos durante seis
años, mucho tiempo, y en todo este camino una de las cosas muy buenas
que logró nuestra cooperativa fue un reconocimiento. Gracias a la legisla-
dora Andrea Conde, que nos declaró de interés cultural para la promoción
y defensa de los derechos humanos para la Ciudad de Buenos Aires en el
2016. Y también pudimos abrir talleres gratuitos que se brindan para toda
la comunidad, obviamente no directamente a personas trans, sino que las
compañeras de la cooperativa podían ir a aprender teatro también y, en
simultáneo, convocábamos a toda la sociedad a que se pueda sumar a
Arte Trans, a través de un centro cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
Eso hasta 2015. En 2016, como todos sabemos, las cosas se empezaron a
complicar en la República Argentina. Hay algo que yo lo marco como muy
importante en el trabajo y en el tema de una sociedad, de una porción de
170 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

la sociedad, cómo somos las personas trans, que es la autoestima. La au-


toestima para mí es fundamental, en cualquier trabajo. Acá todos y todas
vamos a coincidir que si vamos a trabajar sin ganas no creo que duremos
muchos años, ni mucho tiempo. Ni que lo que hagamos, lo hagamos bien.
Entonces, cuando a la organización a la que vos pertenecés se le retiran
los subsidios, o deja de fluir el tema de que podamos pedir un subsidio
para armar un festival, o una intervención artística, o alquilar un teatro,
una sala... eso desaparece también. Tenemos que ponerlo de nuestros bol-
sillos, poner mucho esfuerzo. Las cosas que por ahí estaban en la casa de
una de nuestras compañeras, como nuestra compañera decidió volverse
a su provincia porque acá no tenía trabajo… Entonces el equipamiento
que habíamos logrado, hasta ese momento, dividirlo entre la casa de cada
una. En ese momento a mí me tocó empezar a ser presidenta de la coope-
rativa. Yo había empezado como actriz y, en simultáneo, como secretaria.
Y con todo ese lío me tocó empezar a ser presidenta. Creo que lo que más
me importaba en ese momento era que no se desmorone todo lo que ha-
bíamos logrado. Porque, aparte, una veía cómo muchas organizaciones
LGBT que por ahí no eran tan grandes, o cooperativas de trabajo, u orga-
nizaciones que por ahí se dedicaban más que nada al trabajo, y por ahí no
tanto a la militancia activista, se empezaban a desmoronar, a desapare-
cer, como cualquier pyme o como cualquier microemprendimiento. En-
tonces yo siempre trataba de que las chicas puedan hacer algo, hagamos
algo, no importa, nos juntamos a ver una obra. Empecemos a abrirnos
también, porque hasta ese momento estábamos trabajando siempre
obras que tenían que ver con un género femenino, porque éramos todas
feminidades trans las que integrábamos la cooperativa. Y, además, si que-
ríamos una verdadera inclusión estaba bueno sumar a muchas personas,
identidades sexuales que tenían la intención de colaborar, pero era como
que estaba la barrera de que siempre eran obras limitadas. Entonces se
me ocurrió hacer Made in Lanús. Nunca en mi vida había dirigido una obra
de teatro, jamás. Porque siempre me dedicaba a actuar y era un trabajo
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 171

muy relajado el actuar para mí, porque era ir y ya estaba el teatro alquila-
do, ya estaban las luces puestas, ya estaba la directora, tenía mi libretito
para aprenderme, el tiempo que tenía para aprenderlo... No sé, un mes de
ensayo, dos, y después a los tres, ya a actuar. Cuestión que con Made in
Lanús se abrió la oportunidad de incorporar a varones a la cooperativa, a
un varón trans también y, de a poco, nos empezamos a mantener. Des-
pués, como con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fue imposible
conseguir una sede, lo que nos había quedado pendiente era tener un
espacio físico. Dije, bueno, ¿dónde podemos conseguir una sede? Ahí em-
pecé a trabajar en la Municipalidad de 25 de Mayo. Entonces pensando,
pensando, pensando, empecé a conocer el Municipio de Avellaneda y –
para hacerles el cuento corto– me reuní con el intendente de Avellaneda,
me recibió muy bien: en un mes nos pudimos establecer. Nos pagaron el
flete para que podamos trasladar todo nuestro equipamiento, y me acuer-
do que el flete tuvo que recorrer toda la ciudad, buscando todo lo que
había en la casa de cada una, tenerlo en un depósito y tener un lugar, un
espacio físico para ensayar, para tener otro taller más de teatro ahí tam-
bién, un segundo taller de teatro y seguir sumando personas que se quie-
ran agregar a la causa. Y así es como nos empezamos a mantener un poco
mejor. Yo creo que las personas que nos dedicamos un poco al arte o a la
actuación tenemos un poco de imaginación creativa en cuanto también
para resolver problemas, sobre todo en Argentina. Entonces dijimos: “¡Ha-
gamos nuestro canal de YouTube!”. Si ahora todo pasa por las redes, la
gente le dedica tiempo a las redes, es el momento que también nos pue-
den ver... Hicimos nuestro canal de YouTube que se llama El mundo según
ellas, en donde las preguntas las empezábamos a hacer nosotras, recibía-
mos invitados, cubríamos eventos, marchas, todo ese tipo de cosas. Y bue-
no, estoy muy contenta y estoy muy feliz porque este viernes 13 comen-
zamos nuestro programa de radio en la radio pública de Avellaneda.
También fue una idea loca que tuvimos, porque había una compañera
trans que se había recibido de locutora nacional y obviamente no le deban
172 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

trabajo en ningún lado, por lo que ya hemos recontra hablado acá. Y bue-
no, habíamos dicho: “¡Armemos una radio on line!”, “a ver cómo lo pode-
mos hacer…”, “desde la sede de la cooperativa”, “no, pero el wifi es muy
malo…”, un montón de cosas hasta que dijimos: “bueno, vamos a la radio
de Avellaneda. De última, nos dirán que no”. Y bueno, por suerte nos dije-
ron que sí. Entonces yo creo que una de las mejores cosas que tiene el
insistir y el estar siempre, es que también desde el otro lado se ve esas
ganas de participar, de estar, de esta resiliencia que creo que muchas ve-
ces las personas del colectivo tenemos. No digo que sea obligatorio, que
no todo el mundo tiene que tener la obligación dentro del mundo LGBT, o
del colectivo trans de ser resiliente, no tiene que ser obligatorio salir con
una armadura a la calle a batallar contra la sociedad que nos discrimina,
bla, bla, bla... Hay gente que por ahí no lo quiere hacer, pero sí es bueno
que por ahí podamos salir de la situación esta, de todo lo malo que nos
pasa. Y con todo eso hostil que vivimos y que nos pasa todos los días,
hacer algo. Me parece que eso es lo más importante y entrelazándolo un
poco con mi trabajo en 25 de Mayo para no aburrirlos, puedo decirles que
ese trabajo es más acartonado porque es una sociedad más tradicionalis-
ta. Frente al Área de Diversidad Sexual y Género muchos dijeron: “¿Y esto
para qué? Acá en una sociedad de 50.000 habitantes, no hay nadie”. ¿No
hay nadie? Una marica por baldosa había, ¿viste? [Risas]. Lleno. Yo cuando
pudimos abrir el Consultorio de Salud Integral, el consultorio amigable,
que allá le llamamos “Consultorio de Salud Integral”, empezamos para
cuatro personas trans. Que las conozco y que están y no están y que van
a otros lugares, que van y vienen, y resulta que ahora hay dieciséis. Y mu-
chas son personas menores de edad, hay muchos varones trans que ob-
viamente siempre se le brinda la posibilidad de participar del grupo de
conversación y, bueno, están en su momento de formarse, de formar su
identidad, y por ahí todavía no quieren salir a contar todo lo que les pasa
ni lo que sienten. Entonces, por ahí prefieren hablar con una endocrinólo-
ga que está capacitada y que los recibe muy bien y de eso se trata. Y en 25
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 173

de Mayo es más acartonado y por eso hay que ir más despacio, porque es
una sociedad... ¿cómo decir? Más gorila tal vez... [Risas del público]. Es
muy tradicionalista, tiene sus ritmos muy lentos. Y creo que en eso tam-
bién me parece que lo bueno que podemos todos y todas que estamos
acá, que podamos salir de este espacio, de este auditorio a comunicar
también. Porque yo estoy segura de que acá el 99,9% o 100% vamos a coin-
cidir acerca de lo que estamos conversando, pero si no hablamos con un
“no convencido”, o con una persona que desconoce... es como que por ahí
mucho sentido no tiene. Y a mí me pasa muchas veces que me dicen:
“¿Cómo podés ser amiga o conversar o tomar un café con fulana que es re
tal cosa, re machista, porque publica en su Facebook tal pavada?”. Porque
con esa persona hay que hablar de estos temas, a esa persona hay que
ayudarla, hay que interpelarla, hay que diseñar nuevas estrategias, por-
que si nos quedamos en que “¡aquel es un gorila!”, “no voy a hablarle
porque es un machirulo o una machirula…”, entonces queda ahí. Enton-
ces creo que nuestro colectivo tiene que apelar a esa inteligencia que te-
nemos, porque hemos superado cosas terriblemente mucho más duras, y
llegar a esa persona, convencer a esa persona. Porque a mí me parece
importante que sepamos que, en la República Argentina, es verdad que
necesitamos de todos, de todas y de todes también, aunque no pensemos
igual, pero se necesita de convencer al otro, de interpelarlo todo el tiempo.
Aunque por ahí no pertenezcamos a partidos políticos, ni a la misma
identidad sexual y que por ahí no estemos de acuerdo en todo. En 25 de
Mayo reinan los pañuelos celestes, pasan todo ese tipo de cosas... Pero
bueno, no importa. A mí me veían con el pañuelo verde: “¿Vos estás a fa-
vor de matar a un bebé?”. “No, mi reina, ¿sabés de qué yo estoy a favor? De
que si el día de mañana vos vivís un momento difícil, que estoy segura de
que pasar por una situación de un embarazo no deseado es un momento
difícil, que si realmente deseás interrumpirlo, que lo hagas de un modo
seguro e higiénico”. Ya está, punto, se terminó. No es que le dije: “Ay, vos
sos tal...”. ¿Me explico? Ese es el trabajo que tenemos que hacer fuera de
174 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

la universidad, fuera de nuestros grupos de amistades o de trabajo. Empe-


zar a sensibilizar de ese modo. Ya está. No los aburro más.

Auditorio: Aplausos prolongados e intensos.

Soledad Cutuli (Facultad de Filosofía y Letras, UBA): Yo soy Soledad Cu-


tuli, vengo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, quería agrade-
cer a Martín, a Anahí, a las Alejandras por haberme invitado a esta Jor-
nada. Lamento no haber estado todo el día, pero tengo un bebé chiquito
también. Y es un gusto compartir la mesa con Emma y con Iñaki. Yo me
apegué un poquito más a las preguntas disparadoras.

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de


la Municipalidad de 25 de Mayo): Somos el agua y el aceite… [Risas].

Soledad Cutuli (Facultad de Filosofía y Letras, UBA): Vamos a ver si con-


testo. Se preguntaba cómo surgen las cooperativas de trabajo y cuáles
son los obstáculos, logros y desafíos. Sobre las otras dos, digamos so-
bre por qué creo que no se implementan las leyes de cupo trans y qué
tendría que hacer el Estado, puedo opinar de qué es lo que para mí po-
dríamos hacer. Sabemos por lo que venimos escuchando durante el día,
que estamos hablando de una población que en nuestro país y que en
la región está socialmente vulnerable y estigmatizada. No ha sido rele-
vado cuantitativamente ningún dato en ningún censo nacional hasta el
momento próximo por lo menos, pero sí tenemos datos de encuestas
parciales, de relevamientos realizados por algunas agencias estatales
y algunos grupos activistas. Y sabemos que lamentablemente para las
personas trans y, sobre todo para las mujeres trans y travestis, la expec-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 175

tativa de vida está estimada en 35 años. Sabemos también que treinta


años después del surgimiento de la primera organización, en la década
del noventa, se avanzó notablemente en la conquista de algunas leyes,
sobre todo de la Ley de Identidad de Género que, como decía Gabi en la
mesa anterior, es considerada a la vanguardia de los derechos huma-
nos. Y sabemos también que, aunque es necesaria, no ha sido suficiente
como para modificar estructuralmente las condiciones de vida, ¿no? El
último relevamiento, administrado en la Ciudad de Buenos Aires por
el Ministerio Público de la Defensa en 2016, nos cuenta de nuevo que
existe un precario acceso a derechos básicos como salud, educación, tra-
bajo, vivienda. Y solo para dar algunos números comparativos: en 2016,
el 74,6% de las mujeres trans y travestis manifestó haber sido víctima
de violencia, frente al 91,9% en el 2005; siguen siendo cifras altas con
alguna pequeña mejoría. La prostitución continúa para 2016 siendo la
principal fuente de ingreso para el 70,4%, frente al 89% del 2005. Y para
el 2016, el 88,2% de las travestis y mujeres trans de la ciudad manifestó
no haber tenido nunca un empleo formal.

Como parte de la investigación que me propuse desarrollar desde el


2007, donde me interesaba conocer cómo es que se había construido al
travestismo como un problema político, cuáles habían sido los procesos
organizativos... Empecé a conocer la centralidad que el trabajo tenía no
solo en las demandas, sino en las experiencias para poder gestionarlo
y en los sentidos asociados a él. Lo que voy a tratar de arrimar ahora
es alguna hipótesis de cómo se construyó la demanda de trabajo digno
para las travestis y mujeres trans. Para eso situamos que en el 2003 se
inaugura en nuestro país un cambio de paradigma en la gestión estatal
en el problema de la desocupación, mirando los programas de empleo,
alentando a generar emprendimientos productivos, para desestimar los
planes sociales llamados “asistencialistas” en la década del noventa. En-
tonces, se empieza a fomentar la creación de cooperativas no solo ya
a partir de experiencias de recuperación de empresas quebradas, sino
176 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

también como forma de incluir socialmente a sujetos con trayectorias


laborales fragmentarias o informales, digamos. En este contexto, la for-
ma cooperativa se va construyendo como un dispositivo privilegiado
para gestionar el empleo en los sectores populares. Y ahí las categorías
de trabajo digno y trabajo genuino condensaron el potencial para encau-
zar las demandas de los diferentes colectivos en tiempos de crisis. Y a la
vez, para expresar las conquistas del período entre 2003 y 2015.

Para el caso de algunas agrupaciones como fue la agrupación de Lohana


Berkins (ALITT), este cambio de paradigma representó la posibilidad de
disputar la inserción en las nuevas políticas enfocadas hacia la produc-
ción, movilizando la conceptualización de la prostitución como indigna y
focalizando en la idea del trabajo, como un ordenador moral garante de
la dignidad. Acá hay un núcleo de sentido importante, porque se pasa de
discutir centralmente las luchas por quién puede o no ocupar el espacio
público, o de discutir las condiciones en las que se ejercería la prostitu-
ción... para discutir que la prostitución debía ser un destino que había
que cambiarlo, porque estamos hablando de una población sufriente. Esta
organización fue una de las protagonistas en el activismo en esta etapa,
generando una serie de iniciativas que incluyeron el litigio estratégico por
la obtención de su personería jurídica, la confección de censos e informes
cuantitativos. Y eso fue muy importante, porque generar pruebas cuanti-
ficables sobre la situación de fragilidad y precariedad extrema y generar
las estadísticas, y además esas estadísticas nutrirlas de un relato, genera-
ron un conocimiento que para el momento era innovador y absolutamen-
te coherente y, a la vez, potente para constituirse como puntos de partida,
para elaborar políticas públicas en torno a este colectivo. ¡Qué pena que
no vinieron las compañeras de la cooperativa Nadia Echazú! Yo trabajé
con ellas algunos años, desde su formación. Voy a contar cómo es que
consiguen formarla. Habían conseguido en el 2005, a través de un progra-
ma llamado Ayudas Urgentes de Desarrollo Social de Nación, máquinas
de coser. Pero... una dificultad similar a la que contaste vos Emma, no te-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 177

nían dónde instalar las máquinas y entonces quedaron guardadas en un


depósito. Hasta que en 2008 consiguieron, después de muchas gestiones,
organizar una cooperativa de trabajo textil en Avellaneda, municipio apa-
rentemente receptivo. “Sí” [Emma confirma con una sonrisa]. Empleando
a más de cuarenta personas que no eran solo travestis y mujeres trans,
sino también mujeres y varones cis. Y este emprendimiento fue el prime-
ro en el mundo de estas características, atravesado en ese momento por
el entonces Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y el Instituto
Nacional de Asociativismo y Economía Social, que solventaron capacita-
ciones, equipamientos y subsidios para comprar la sede donde funciona.
Y, a la vez, les daban un subsidio para que pudieran asistir a las capacita-
ciones y cajas de alimentos no perecederos.

En este proceso, que yo conceptualizo como de “construcción conjunta”,


agentes estatales y activistas fueron modelando y disputando las de-
mandas y las formas de intervención estatal instituyendo a la forma coo-
perativa como un dispositivo de salida de la prostitución y de inclusión
social a través del trabajo. A la vez, las fundadoras de la primera coope-
rativa empezaron a incentivar a otras a formar sus propias cooperativas.
Entre 2008 y 2012, se registró por lo menos una experiencia productiva
por año. Algo para señalar, es que estos emprendimientos correspon-
dían siempre a oficios feminizados: confección, peluquería, gastrono-
mía... También hubo una iniciativa –no formulada como cooperativa– de
cuidado de adultos mayores. En un contexto previo, en el que el trabajo
se había constituido como la principal demanda de los sectores popula-
res, las políticas de recuperación del empleo instauraron al trabajo dig-
no y a sus complejidades como un marco común entre las iniciativas
estatales y las demandas de las organizaciones sociales, incluidas las de
las organizaciones de personas trans. De acá, quiero señalar otras inicia-
tivas que tuvieron otras formas, no solo la forma cooperativa. En 2013, la
Secretaría de Empleo lanza una línea de inclusión laboral para personas
trans, travestis y transgéneros que les da un seguro de desempleo como
178 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

para incentivar la terminalidad educativa; en 2016, se incorporan perso-


nas trans al programa Ellas Hacen, que también estaban organizadas en
cooperativas. Lamentablemente, se desarma luego el programa Ellas Ha-
cen, pasando al Hacemos Futuro, reemplazándolo y volviendo al modelo
de transferencia condicionada. Durante el macrismo, lamentablemente
a partir del 2016 como vos relatabas, se discontinúa también la línea de
Seguro de Capacitación y Empleo. En la Ciudad de Buenos Aires hay un
proyecto de cupo laboral con algunas dificultades. Ahí hay una hipótesis
mía, que tendremos que pensarla, y tiene que ver con cómo la diversi-
dad sexual aparece como un marcador de modernidad, de pink washing,
en una ciudad que se quiere mostrar como moderna, al mismo tiempo
que se recriminaliza a las migrantes y se segrega cuáles son las travestis
y trans que van a ser permitidas y quiénes van a seguir siendo persegui-
das. Como una conclusión, hoy estas iniciativas fueron fragmentarias y
claramente quedan cortas. Se puede pensar que la forma cooperativa,
como dispositivo de salida de la prostitución implica, por un lado, situar
a las travestis dentro del colectivo mayor de la clase trabajadora. Es un
dispositivo que tiene herramientas y normativas que se pueden usar en
otros colectivos con trayectorias laborales fragmentarias. Incluso en Fu-
ria Travesti, una historia de traVajo, en el documental que se hizo sobre la
Cooperativa Nadia Echazú, el entonces secretario de Empleo cuenta que
ellos no quieren tener en ese paradigma una oficina de desempleo para
cada uno, sino que querían tener herramientas transversales para todos
y todas. Entonces podemos pensar hasta 2015, una transversalización
de la idea de inclusión a través del trabajo, con algunas problemáticas.
En un primer momento, el problema de la autogestión en el marco de
relaciones sociales capitalistas, digamos que no es un problema de las
travestis exclusivamente, es un problema de todas las cooperativas y, a
la vez, la proyección de valores morales considerados superadores des-
de esas políticas como por ejemplo la horizontalidad, el cooperativismo,
sumados a la especificidad de sumar ese dispositivo en el colectivo trans.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 179

¿Cómo jugamos con las categorías de trabajo digno? ¿Qué es dignidad y


qué es trabajo para cada uno y cada una de los que están involucrados
en estos emprendimientos? Post 2015, con la demanda por la sanción
de las leyes de cupo [laboral trans]... Yo pienso que el movimiento es el
contrario: ya no se transversaliza, sino que se particulariza el colectivo
trans focalizando en la inclusión caso por caso. Una cuestión importan-
te para mirar es no desconocer la heterogeneidad del colectivo trans,
incluyendo varones y mujeres y, a la vez, cómo es que se va a dar este
proceso de inclusión, vigilando en particular que no les terminen dando
los trabajos más precarizados y peores pagos porque: “Bueno, ¡confor-
mate con esto!”. Y, finalmente, algo para seguir pensando: ¿Cómo va-
mos a hacer para conseguir que se implementen estas leyes? ¿Qué pasa
con el disciplinamiento naturalizado que tenemos quienes tuvimos el
privilegio desde la infancia de estar insertes en el sistema educativo y
luego en el mercado laboral? ¿Qué va a pasar con aquellos y aquellas
que no tuvieron esos privilegios? Por ejemplo: cumplir horarios, códigos
de vestimenta, acatar indicaciones de una autoridad, permanecer varias
horas en un lugar, compartir con otras personas que son nuestros com-
pañeros de trabajo y, por ahí, no nos llevamos bien. Para alguien que no
fue socializado en todas estas cuestiones, ¿cómo vamos a contener y no
decir “bueno, acá tenés un trabajo, bancátela, resolvelo”’? ¿Cómo se va a
acompañar todo este proceso? Eso es lo que pensé para responder a las
preguntas disparadoras. Perdón que no miré el horario. Gracias.

Auditorio: Aplausos.

Moderadora Camila Newton: Bueno, abrimos el espacio a preguntas.


¿Hay preguntas en el público?
180 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Martín Boy: Ya no aguantan más.

Auditorio: Risas.

Soledad Cutuli (Facultad de Filosofía y Letras, UBA): Yo quería saber si


estaba en cartelera Made in Lanús. Con las compañeras hemos ido a ver
todas las obras, vimos Hotel Golondrina, vimos La casa de Bernarda Alba.
Made in Lanús no la vimos todavía.

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de


la Municipalidad de 25 de Mayo): Son fans. Made in Lanús la estamos ha-
ciendo ahora, la estamos empezando este año en escuelas, porque la ha-
bíamos empezado a hacer en el 2017. Y ahora tenemos una función el
domingo 29, en un espacio que es un Centro Cultural que está en Murillo
957 (Ciudad de Buenos Aires). Y después, estamos proyectando para no-
viembre hacer teatro en verano en el Paseo La Plaza. Pero bueno, eso es
perseverancia también chicas, de haber conseguido, hablado, pedir… Por
eso digo, es un trabajo que es de mucha insistencia y había una cosa que
vos dijiste que me interesaba, sobre por qué pensamos que por ahí el
cupo laboral trans no se implementa en los municipios. Creo que sobre
todo pasa por una gran ignorancia también de la dirigencia que tenemos,
¿no? Porque, por lo general, los intendentes o los gobernantes y goberna-
dores o gobernadoras que tenemos ven todo el tiempo estas cuestiones y
las ven como un gasto y no las toman como una inversión. Y es muy bue-
no también saber, empezar a entender cómo funciona nuestro colectivo,
cómo funciona la economía de nuestro colectivo, qué hacemos nosotras
cuando tenemos plata… si la gastamos toda, si la volvemos a invertir acá
–no la fugamos afuera en dólares, ¿viste?–. Es como que estaría bueno que
se empiece a entender cómo funciona la economía de nuestro colectivo
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 181

y que nosotras también –digo “nosotras” porque yo siempre me refiero a


mis compañeras–, hablo de nosotras y nosotros también, podamos en-
tender que también estamos acá para brindar mucho más, mucho más
de la asistencia que nos puedan dar, que estamos para mucho más que
eso. Obviamente, por supuesto que es necesario que haya una reparación
histórica para muchas compañeres que han sobrevivido a procesos que
realmente han sido tortuosos, como salir a la calle, que te golpeen, ir pre-
sa permanentemente… O sea, se necesita la reparación. Pero, al mismo
tiempo, creo que es responsabilidad también de las que hemos tenido
tal vez una suerte distinta, o haber nacido en otra época distinta, o que la
vida se dio distinta, tenemos que tener la responsabilidad de que aquel
compañero o compañera que no se sienta ya con ganas de dar más a los
40 años, porque no da más, que es lógico, que todavía queda mucho por
delante. Que la vida es divina y que la vida se la empieza a construir una
y con lo poco que hay, con las pocas herramientas que tenemos podemos
hacer de todo. Mucho más de lo que por ahí un gobierno de turno nos
pueda ofrecer, o por un voto, o para quedar bien para la cámara. Aprove-
chemos también eso, pero tenemos que convertirlo en otra cosa. Yo estoy
convencida de que cada uno y cada una sabemos hacer algo y muy bien.
No estamos para no hacer nada. No, yo estoy segura que sí. Entonces eso
tenemos que aprovecharlo y los espacios que tenemos, como muchas ve-
ces les digo a mis compañeras de la cooperativa: “La cooperativa nuestra
no es mía porque soy presidenta, es de todas ustedes, porque ustedes me
eligieron para que yo esté ahí. ¿Me explico?”. Es como que yo me encargo
de cuidar la llave de la casa que es de todas. Pero eso también tenemos
que replicarlo, porque... Creo que tenemos que hacer autocrítica desde el
colectivo LGBT, que me parece que tenemos que apelar a la unidad, te-
nemos que unirnos más, a pesar de las diferencias y aunque no estemos
de acuerdo en un montón de cosas. Unirnos por lo que nos une, por un
sentido común. ¿Es la Ley de Cupo Laboral Trans? Ok, por eso. ¿Es para
que una compañera, para que pueda elegir de qué trabajar? Ok, por eso.
182 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

¿Para que no se nos violente más en la calle? Ok, por eso. Después lo que
va en una urna, después cada una puede elegir lo que quiera. Remarco el
tema de la urna porque a veces, creo que desde lo partidario, se fragmenta
mucho a toda la sociedad argentina. Tenemos que, a esa grieta, decirle:
“Chau, nada de grieta”. Si a nosotras nos pasa a todas lo mismo cuando
salimos a la calle.

Moderadora Camila Newton: Mientras tanto aprovecho a decirle esto


a Emma, para aprovechar. Esto que decías que una que tuvo una vida
distinta, como al pasar... Creo que está bueno esto de ser consciente,
de poder reparar dónde estuvo, o qué es lo que hizo que tuvieras, o que
hoy tenés una vida distinta. Digo, redes. ¿Quiénes estuvieron presentes?
¿Dónde se dieron esas oportunidades? Que me imagino que debe de
tener que ver mucho con los vínculos, con las relaciones de lo colectivo,
para poder ser consciente, enunciarlo y trasladarlo. Para ver dónde está
eso que hace que pueda ser distinta y, obviamente, que debe haber cosas
que deben estar en el plano de lo individual, pero también digo, dónde
está eso que hace que la trayectoria de vida cambie y haga que una vida
pueda ser distinta.

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de


la Municipalidad de 25 de Mayo): Por ahí, en mi caso personal, como
también les pasa a otras compañeras, lo diferente es lo que acá ya nom-
braron hasta el hartazgo, que son los vínculos familiares, el afecto. En
eso tuve suerte, porque realmente yo no elegí dónde nacer, no sé quién
de arriba dijo “acá”, ¿me entendés? Y bueno, me tocó en una familia que
me aceptó y vine a Capital Federal a estudiar una carrera y me quedé a
vivir. Y hasta ese momento pensé que no necesitaba hacer nada por las
demás, como que ya lo mío estaba bien. Hasta que me pasó, empecé a
salir a la calle a buscar trabajo y recibía la misma discriminación como
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 183

si nunca hubiera estudiado nada, o como si no supiera hacer nada, o


esto que yo les contaba... Había castings en los que todo el tiempo, en
cuestiones artísticas te rotulaban mucho, te obligaban a tener una voz
más masculina de la que ya tenés, una actitud más masculina. “Llamá
a un transformista, si querés a una persona que haga un montaje”. Las
mujeres trans no somos un montaje permanente, entonces eso pasó.
Hablo de la suerte, no hablo de privilegio. Lo mío, como en otras perso-
nas, fue tener cierta suerte. También hubo otras cosas en las cuales tuve
muchas desventajas también, como por ahí empezar a conocer de cero
al colectivo, como al no vivir un montón de vivencias, aprender de mis
compañeras más grandes, a ser receptiva con ellas. Entonces, creo que
eso es lo que estoy yo convencida que es a lo que tenemos que ir.

Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente de Disi-


dencias y de Lucha, promotora de Diversidad en ONG): Yo quería decir
algo con respecto a lo que vos hablaste sobre la dirigencia política. La di-
rigencia política confirma que no nos tienen en cuenta. No nos tenemos
que olvidar que estamos en un contexto histórico, donde los amiguis-
mos y la ignorancia son un clima fácil. Por ahí hay una compañera que
tiene acceso, pero ¿qué tuvo que hacer para llegar? Bueno, lo que quiero
decir es que a veces es parte de la ignorancia, que no nos ven como una
inversión y sí como un gasto. Pero también a veces hay una negación,
porque no quieren cargar con el costo político. Porque la gran mayo-
ría piensa que nosotras no tenemos que estar incluidas en el sistema y
ellos no quieren correr con el riesgo, porque lo que vota la gran mayoría
es por el no a la inclusión.

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de


la Municipalidad de 25 de Mayo): A veces es muy liviano lo que te puedo
contestar. En 25 de Mayo me pasó, que es una sociedad muy tradicio-
184 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

nalista y que tiene ideales por ahí muy anticuados y que piensan que
lo mejor, que el mejor modelo de país son siempre los países del norte.
Cuando empezamos a instalar el tema del cupo laboral trans en 25 de
Mayo, me tocó hablar con gente que no es afín a mi ideología política
y una de las cosas que yo le dije es que “si no nos aprueban, les vamos
a armar un quilombo terrible por empezar”. [Risas]. Y segundo, le digo:
“Vos que tanto EE. UU., Europa, ¿no te gustaría también que vivamos
como un país del primer mundo con una economía de primer mundo y
tengamos, además, una sociedad de primer mundo?”. Porque eso es del
primer mundo. En esa cosa tan de cartón y tan por ahí frívola como decir
“primer mundo”... Y si vamos a la realidad, por ejemplo, en la Ciudad
de Buenos Aires cuando nosotras buscábamos una sede para nuestra
cooperativa para trabajar, nunca nos daban nada; cuando queríamos
hacer una obra de teatro, a la gorra y gratis... Pero ahora, los señores
de la Ciudad de Buenos Aires tuvieron que implementar: “La Semana
del Orgullo BA...” ¿Por qué? Porque ya no somos tan minoría y porque
sí somos una minoría como también dicen que somos –que a mí no me
molesta por empezar–, pero si somos una minoría tal, evidentemente
debemos ser una minoría muy empoderada, y una minoría que cada
vez más estamos respaldadas por muchos otros colectivos, como el fe-
minista, como tantas personas que se han interpelado en estos últimos
años. Entonces ya no conviene ser tan de un solo color. Pero hasta en
las campañas vemos letras de todos colores, que en mi vida había visto.
Entonces, uno ya sabe que por ahí en el fondo de su plataforma no exis-
timos. Es como decís vos, por ahí lo ponemos acá y que vaya en la lista,
vaya en el puesto 143, no va a entrar ni aunque ganen con el 140% de
los votos, ¿me entendés? No importa, ¿pero sabés qué? Nos empezaron
a poner, por lo menos para hacer vidriera con nosotras. Está bien, no es
la solución, a mí no me gusta que nos usen para ser vidriera, perfecto.
Ahora, me usaste como vidriera, me voy a mostrar en tu vidriera. Si a
vos te hace falta que me muestre, me voy a mostrar, pero a vos que
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 185

me mostrás como vidriera te voy a exigir el doble, porque sé que en el


fondo no te interesa que estemos. Entonces, ya que me abriste la puerta
un poquitito, tenemos que recontra entrar. Y en todos los espacios, así
sean espacios de frivolidades, espacios empresariales, espacios artísti-
cos, espacios sensibles, espacios educativos. A eso es a lo que voy. Que
me parece que está bueno que aprovechemos esta oportunidad y que
estoy segura de que esa puerta se va a ampliar más. Porque realmente
yo siento que hay un empoderamiento enorme en todas las compañeras
y los compañeros. Esto mismo en una universidad, cinco años atrás, no
hablo de cinco décadas... no se daba, no se daba nunca. Es impresionan-
te la cantidad de alumnos, alumnas y alumnes que quieren hacer tesis
con personas trans. Nadie lo veía antes, salíamos por ahí en un articulito
en el “Soy” de Página/12 y chau, nada más, viste. Y la Marcha del Orgullo
y nada más. Y que la pasaban en Crónica y bueno, te mostraban la basura
que dejaban, por ejemplo. ¿Me entendés? Y ahora, si eso sucede ahora,
terrible bardo, ¿me entendés? Entonces como que hay cosas... Yo no soy
conformista para nada, pero digo con este pedacito hoy de vaso medio, o
casi nada lleno que tenemos, potenciémoslo más, para que sea un poco
más. No pisemos el poquito que queda, porque no me convence, porque
no me gusta. Bueno, no importa, aprovechémoslo porque eso nos va a
llevar para otra cosa, y para otro nivel y para otra cuestión.

Comentario: Por ejemplo, mostrar lo del índice de mortalidad es salvar


la vida.

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de la


Municipalidad de 25 de Mayo): Claro, totalmente, pero que esos índices se
los conozca. Que esto es de la Edad Media, que eso es lo peor de lo peor,
que realmente es pésimo. Y que bueno, y que está. La realidad no se pue-
de negar, que eso no es primer mundo. Acá que estamos todos, todas y to-
186 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

des reunidos y que no nos interesa ese acartonamiento del “primer mun-
do”, centrales o periféricos... Que una es latina y no le importa nada, pero
realmente también tenemos que ver lo que hemos conseguido y con eso
continuar. Yo no quiero que le demos de comer a la gente que realmente
nos quiere ver divididas o divididos, eso tenemos que empezar a hacer.

Moderadora Camila Newton: Muchísimas gracias.

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de


la Municipalidad de 25 de Mayo): No, a ustedes.

Auditorio: Aplausos extendidos.

Moderadora Camila Newton: Nos abrazamos entonces con ese aplau-


so caluroso, muchísimas gracias a ustedes por venir, por bancarse toda
la jornada.

Una última consulta del público: Bueno, Iñaki ya se retiró, pero por
ahí alguno de ustedes me la puede responder: ¿Qué es la comunidad
no binaria?

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de


la Municipalidad de 25 de Mayo): Que no entra en el parámetro hombre/
mujer, femenino/masculino. Hay muchas personas que no se sienten
parte de eso, y que no por eso son menores al resto, en cuanto a dere-
chos y a empoderamiento.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 187

Moderadora Camila Newton: Y agrego... A ese binarismo se le agregan


una serie de prácticas y dispositivos pensados para ese binarismo. Por
ejemplo: hoy hablamos de los baños, del rosa y el celeste, juguetes, el
novio/la novia, las muñecas, el autito.

Michelle Bordón (estudiante de la UNPAZ, activista del Frente de Disi-


dencias y de Lucha, Promotora de Diversidad en ONG): En realidad eso es
una construcción de los poderosos para imponer un proceso económico.
Y, de esa forma, está bien delimitado el rol de cada persona, y de esa
manera la sociedad va a reproducir lo mismo, va generando...

Emma Serna (presidenta de la Cooperativa Arte Trans y funcionaria de la


Municipalidad de 25 de Mayo): Es que las grandes crisis que tenemos en
Argentina, no son tanto las económicas. Yo creo que lo peor que deja una
crisis económica, o las diferentes crisis que hemos vivido en Argentina,
ocurre en el aspecto cultural. Hoy por hoy, lo veo en la cooperativa y lo veo
en persona, en los talleres que una da. La gente que va, y que es mucha, y
ya está cansada un lunes. Va triste, sin ganas, es una cosa que no es que
no quieren hacer nada porque la gente es vaga... Se ve que no hay sentido
de nada. Por ejemplo: esta última crisis que estamos viviendo, lo que yo sí
creo, que es peor a la del 2001. El 2001 fue un cachetazo que nos sacó así
de un plomazo de donde estábamos, de la ficción que se vivía en los no-
venta, la ficción económica y todo lo demás. Pero en esta crisis, hace cua-
tro años que estamos viviendo una falta de respeto en todo todos los días,
chicos. Vamos a ser realistas. Todos los días amanecemos y miramos un
video, un noticiero y alguno nos dice que el barco, que el Aconcagua, que
el río, que el tren, que la luz del túnel, que el brote... Es todo el tiempo una
falta de respeto y eso termina generando una angustia enorme. Por eso
yo creo que el acto más revolucionario, y esto no lo digo como actriz, lo
digo como ser humano, y que creo que todos podemos apelar a la alegría
188 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

interior, al brillo interior, que yo sé que todos los argentinos y todas las
argentinas lo tienen. Y esa va a ser la verdadera revolución, la revolución
espiritual, de adentro hacia afuera. Ese es el verdadero cachetazo que le
podemos dar a este sistema, que lo único que quiere hacer es que seamos
cada vez más ganado y más involucionados.

Moderadora Camila Newton: Sí, me parece que lo que rescato es que no


podemos pensar lo económico escindido de lo social, ¿no? De ocuparte
de lo mismo y, al mismo tiempo, cómo lo cultural siempre se da desde un
lugar menor y no como lo que es, un derecho. Que de ahí se puede cons-
truir un montón y que tiene tanta importancia y tanto peso como otros
derechos. Hoy estuvimos acá con la performance, todo lo que aprendimos
acá con la performance y aprendimos que desde ahí fue un lugar de resis-
tencia, de acobijo, pasan un montón de cosas desde lo cultural. Gracias.

Martín Boy: Bueno, un aplauso.

Auditorio: Aplausos.

Martín Boy: Bueno, estas fueron las primeras jornadas, vamos por unas
segundas, no sabemos cuándo. No se preocupen, no será en la UNPAZ,
relájense. [Risas]. La idea es hacer una segunda jornada en otra sede. Y
llevar a otro territorio estos mismos debates, o debates nuevos. Yo estoy
muy contento con todo lo que pasó hoy, con la cantidad de gente que
vino, que entró, se fue, vino otra nueva. Con estudiantes. Pasaron más de
200 personas, gente que vino de organismos públicos, gente que vino de
sindicatos, estudiantes, familias de estudiantes, que las estoy viendo…
Bueno, mi madre está ahí [risas], docentes, bueno, muchas cosas. Creo
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 189

que fue mucho mejor de lo que imaginábamos, así que les queremos
agradecer. Y hay un libro de visitas ahí también, que pueden dejar co-
mentarios, para saber si podemos mejorar cosas a futuro o empeorar,
también. [Risas]. Florencia, Alejandra... ¿quieren decir algo?

María Alejandra Dellacasa (ICA-UBA / IGEHCS-CONICET): Agradecerles a


todos y que esto que superó expectativas, por lo menos para mí, de lo que
habíamos empezado a pensar como una fantasía hace unos meses. Y esto
de haberlo realizado, superado las expectativas, me pone muy contenta.

Martín Boy: Y yo quiero agradecer especialmente a toda la gente de la


UNPAZ, que colaboró, al IESCODE, a la Secretaría de Ciencia y Técnica, a
integrantes del equipo, Solange con la acreditación, voluntarios, Alejan-
dra faltando al trabajo y viniendo. Bueno, muy agradecido y vamos a ver
qué pasa en las aulas, ¿no?... Después de lo que pasó hoy acá.

María Florencia Rodríguez: Simplemente volver a repetir los agradeci-


mientos a quienes asistieron y expusieron hoy acá. También a quienes
trabajan institucionalmente, esto no hubiera sido posible sin el aval y
el acompañamiento de la Universidad. Y la verdad es que esto no pasa
en todas las casas de estudios. Por eso hay que celebrar esta jornada y
destacar el trabajo conjunto. Y bueno, por muchos encuentros más, en
otros tantos espacios y territorios. A seguir pensando.

Martín Boy: Gracias.

Auditorio: Aplausos de cierre.


190 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

3.1. TRAVESTIS Y TRANS: SIN TRABAJO FORMAL


NO HAY INCLUSIÓN REAL
Alejandro Aymú*

La conquista de los derechos humanos suele tener un recorrido de pro-


funda militancia previa al reconocimiento institucional. El Colectivo
LGTBI+ lo sabe muy bien, particularmente la población trans, que ha
luchado desde la eliminación de los edictos policiales hasta el recono-
cimiento de la ciudadanía plena a partir de una ley que lxs reconozcan
según cómo se autoperciben. En este sentido, el ejercicio pleno de una
ciudadanía en término de igualdad de derechos se garantiza también
con la posibilidad de un empleo formal.

A partir de 2012, cuando fue sancionada la Ley 26743 de Identidad de


Género (LIG), la inclusión de la población trans en las políticas públi-
cas comenzó a efectuarse muy tímidamente. El Estado les reconoció sus
derechos como ciudadanxs, pero no acompañó con políticas públicas
concretas para alcanzar una inclusión social total. Así es que, a ocho
años de la sanción de la LIG, distintos aspectos que garantizan sus dere-
chos no fueron asumidos por las diferentes esferas institucionales. Las
cuestiones referidas a la salud, por ejemplo, merecieron un artículo es-
pecífico en la LIG –que se reglamentó dos años después de su sanción– y
aún hoy existen dificultades para su aplicación. El caso ejemplar para
nombrar es el de las obras sociales, que ofrecen grandes resistencias
para garantizar las demandas específicas de las personas trans para su
atención, por lo general, aduciendo desconocimiento de la norma.

Sumado a estas circunstancias, la población travesti-trans se encuen-


tra en un altísimo porcentaje excluida del mercado laboral formal,

* Activista LGTBIQ Feminista. Coordinador del Espacio de Comunicación Géne-


ros y Diversidad Sexual del Departamento de Comunicación del Centro Cultu-
ral de la Cooperación.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 191

teniendo que acudir –en el caso de las mujeres trans-travestis– a la


prostitución para poder sobrevivir. Según distintos informes, el 95%
se encuentra en situación de prostitución. Otra salida de emergencia
para afrontar el día a día es recurrir al narcomenudeo para sobrevivir.
Ambos casos dan cuenta de la vulnerabilidad que padecen y que se
refuerza, si además esa persona es migrante. Excluidxs del mercado
formal de trabajo y siendo migrantes perfilan un grado de marginación
absoluta que, además, se suma a la persecución institucional-policial
de la que suelen ser víctimas, configurando una doble discriminación,
por la identidad de género y por su situación migrante.

Este escenario que describe la situación de vulnerabilidad de las per-


sonas trans se completa con otro dato –que suele ser frecuentes en las
biografías de las personas trans–, que es que muchxs son expulsadxs
de sus familias cuando deciden asumir socialmente su identidad au-
topercibida, o la expulsión explícita o implícita del sistema educativo
en el caso de niñeces o adolescentes trans. Este cuadro manifiesta lo
urgente que se hace en estos casos una red de afectos para contener
tanta marginación.

El transcurso de la vida de muchas personas trans está atravesado por


situaciones de violencia y discriminación, que en muchos casos terminan
impactando en la salud. Los mecanismos de supervivencia, en un contex-
to de tanta marginalidad, suelen tener altos costos en la salud. Muchas de
las travestis y trans que viven de la prostitución, para poder sobrellevar
el día a día, o noche a noche, caen en adicciones cuya salida se encuentra
alejada en la medida que quedan atrapadas en ese círculo de consumo.

El trabajo formal puede ser un instrumento que les permita salir de esa
situación de adicción, además de incluir en el mercado laboral a per-
sonas que antes no tenían acceso. Para ello es necesario que el Estado
despliegue mecanismos creativos para abordar esta realidad.
192 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

La inclusión laboral a través de mecanismos institucionales debe ser inte-


gralmente coordinada entre las instituciones y el colectivo travesti-trans.
El trabajo conjunto debe permitir una llegada a la población directamente
con las estrategias institucionales con las que ya se cuentan, junto a otras
estrategias innovadoras que no frustren el proceso de inclusión.

Durante el kirchnerismo, en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad


Social, se incorporó –a través de una resolución ministerial (331/2013)– el
Seguro de Capacitación y Empleo (SCyE), cuyo fin fue lograr la inclusión
de personas travestis y trans dando continuidad a los objetivos trazados
con la LIG. Esta capacitación incluía una suma de dinero muy escasa,
cuyo monto no fue renovado en el tiempo y se desvalorizó con la infla-
ción. El pico de beneficiarixs del SCyE fue a fines de 2014, alcanzando la
cifra de 2700 personas trans. Esto permitió incorporar herramientas que
sirvieran como puerta de entrada para una inserción laboral y capacita-
ción sin demasiado trámite ni intermediarios, además de contribuir a la
terminalidad educativa. Pese a los escasos beneficios que implicaba este
SCyE, con la llegada del macrismo este instrumento se cerró dejando
nuevamente a la población al desamparo de un sistema que sistemáti-
camente expulsó a las personas trans.

Por otro lado, desde el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social


se convocó al sector sindical y al sector empleador privado para pensar
estrategias y generar capacitaciones para ambos sectores, que permitan
romper con los prejuicios que existen respecto del colectivo LGTBIQ+ en
general y de la población trans en particular.

Es así como desde el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y


el Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo
(INADI) impulsaron junto a 145 gremios en junio de 2014, la Intersindical
por la Diversidad Sexual (ISDS). Este espacio estuvo impulsado por el Es-
tado y las centrales obreras: CGT (Confederación General del Trabajo) y
ambas CTA (Central de Trabajadores de la Argentina), quienes firmaron
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 193

un documento que fue incrementando adhesiones de más gremios en


distintas provincias. La primera ISDS provincial que se conformó fue en
la provincia de La Pampa, en abril de 2015.

La ISDS es un espacio cuyo fin es lograr mayor igualdad y fortalecer las


políticas públicas enfocadas, para que sean cada vez más inclusivas del
colectivo LGTBI en el mundo laboral. Para lo cual se trazó como objeti-
vo impulsar un debate en la negociación colectiva que permita incluir
cláusulas que promuevan y establezcan igualdad sin ningún tipo de ex-
clusión en los convenios colectivos de trabajo, entre otras acciones que
visibilicen al colectivo. E impulsar la empleabilidad de personas trans en
los distintos rubros que representan sus trabajadorxs.

También se creó en el marco del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguri-


dad Social, la Interempresarial por la Diversidad Sexual (IEDS), una red
compuesta por treinta entidades entre empresas y cámaras que realiza-
ron un relevamiento de las mejores prácticas favorables para la diver-
sidad sexual, así como talleres de sensibilización y capacitación para
integrantes de las áreas de recursos humanos y empleadxs.

El trabajo realizado por ambas redes (ISDS y IEDS) y el Ministerio con-


sistió en conformar comisiones en las que se apunta a crear ambien-
tes laborales inclusivos, buscando en la diversidad un beneficio para el
desarrollo del ámbito de trabajo. Para ello se avanzó en aspectos nor-
mativos, con el objetivo de hacer una revisión de lo ya existente, para
modificarlo o para la creación de una nueva legislación, en caso de que
sea necesario. También se impulsó la revisión del lenguaje en los con-
venios colectivos de trabajo. Por otro lado, se armó una comisión para la
elaboración de un “Protocolo de actuación institucional para situaciones
de transición por identidad de género”, a ser implementado por las en-
tidades que conforman las redes.

Como resultado de este impulso, al día de hoy se podría decir que la te-
mática laboral del colectivo LGTBIQ+ en general y de la población trans
194 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

en particular no arrojó resultados exponenciales que hayan permitido


ver un cambio en los ambientes laborales del sector privado o gremial, y
muy tímidamente se ve algo desde el Estado.

A partir de la Ley N° 26618 de Matrimonio Igualitario, la modificación del


Código Civil y la Ley N° 26743 de Identidad de Género, se hizo necesaria
la adecuación de las políticas públicas y normativas institucionales en
cada ámbito para que la población pueda tener garantizado sus dere-
chos. Sin embargo, las adecuaciones normativas no lograron traducirse
al día de hoy en beneficios que resuelvan la situación de vulnerabilidad
de la población travesti-trans.

La pandemia ha dejado expuesto el grado de vulnerabilidad de esta


población, con condiciones habitacionales muy precarias en muchos
casos, teniendo que recurrir a la ayuda del Estado para que pueda res-
ponder a las demandas de una población que recibió históricamente
el abandono de las políticas públicas y la expulsión social y afectiva de
muchas de sus contextos familiares.

Sin un Estado presente y que intervenga frente a un mercado laboral


que excluyó históricamente a la población travesti-trans es muy difí-
cil que las condiciones estructurales de esta población puedan cambiar.
Pero con el Estado solo tampoco alcanza, el cambio es cultural y trans-
versal a todo el mundo del trabajo; por lo que el sector empleador y el
sector gremial deben redoblar los esfuerzos para absorber la experiencia
del colectivo de la diversidad sexual y la inclusión de la población trans.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 195

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
196 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

3.2. ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA


DE LA POBLACIÓN TRAVESTI Y TRANS Y EL ROL DEL ESTADO:
REFLEXIONES SOBRE UN DEBATE URGENTE
Julián Ortega*

Me han convocado para reflexionar sobre el panel de Trabajo que tuvo


lugar en las jornadas de la UNPAZ y antes de comenzar quisiera agra-
decer la invitación. Al leer las exposiciones de Iñaki, Emma y Soledad,
aparecen tres grandes temas que se vinculan con las estrategias de sub-
sistencia de la población trans y podrían ordenarse lógicamente del si-
guiente modo:

a) ejercicio de la prostitución / sexo comercial;

b) iniciativas de cooperativismo;

c) leyes de cupo laboral trans.

Las tres modalidades se yuxtaponen en un ordenamiento lógico y no


cronológico en tanto que coexisten hasta el día de hoy y el adveni-
miento de alguna de ellas no ha implicado la supresión de las demás.
Las ubico como estrategias de subsistencia porque parte de la propia
población travesti/trans cuestiona que la prostitución tenga estatuto
de trabajo, y menos aún de trabajo digno. No quisiera entrar en este
debate aquí. Retomaré la cuestión de la dignidad asociada al trabajo
sobre el final.

Se podría pensar que cada una de estas estrategias fue acompañada, e


incluso moldeada, por un rol del Estado que se materializó en acciones
concretas. La noción de rol del Estado alude a las acciones y omisiones
atribuibles a los diferentes niveles jurisdiccionales (local, provincial, na-

* IIGG-UBA/CONICET.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 197

cional) que fueron y son tan variables como los partidos políticos que
ocuparon dichas instancias de gobierno.

Podría pensarse que la respuesta estatal ante la estrategia de supervi-


vencia vinculada con la prostitución ha sido la persecución y prohibición
sin ofrecer alternativas para su abandono. Por su parte, ante las inicia-
tivas del cooperativismo, la respuesta del Estado se basó en el acompa-
ñamiento de proyectos específicos, tras largas gestiones burocráticas.
En tercer lugar, los proyectos y leyes de cupo laboral trans suponen una
universalización, al menos en términos formales, del acceso al trabajo
entendido como un derecho y una obligación del Estado. Esto supone un
cambio de paradigma en el modo de concebir y planificar las políticas
públicas para la inserción laboral de la población travesti/trans. Resta
discutir los términos y plazos para la reglamentación e implementación
efectiva de estas normas.

Quisiera volver sobre la cuestión del cooperativismo, que fue comentada


por Emma y por Soledad. Se hizo alusión a la dificultad para conseguir
un lugar, un espacio físico en donde poder montar las iniciativas pro-
ductivas. Se mencionó también la quita de subsidios y la discontinua-
ción del Seguro de Capacitación y Empleo del Ministerio de Trabajo de la
Nación durante la gestión de Cambiemos. Como contracara, aparece la
localidad de Avellaneda como un municipio receptivo, lo que permitió
que en pocos meses pudieran restablecer la actividad como cooperativa
teatral y desarrollar otras, tras reunirse con el intendente. Creo que esto
último amerita la celebración, aún más si se lo compara con la respues-
ta del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en donde “fue imposible
conseguir una sede”. Sin embargo, no puedo evitar la asociación entre la
idea de “municipio receptivo” y “consultorio amigable”. Considero que
este tipo de dispositivos son indispensables en un contexto de diversos
obstáculos que dificultan el acceso de la población trans a la salud, al
trabajo o a la educación, pero no deberíamos olvidar que no se trata de
198 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

favores sino de derechos regulados por leyes y constituye una obligación


del Estado que dichas leyes se cumplan, para garantizar tales derechos.

Quisiera sumar un comentario respecto de la Ley de Cupo Laboral


Trans en la provincia de Buenos Aires que establece que el sector pú-
blico de dicha jurisdicción debe ocupar en una proporción no inferior
al 1% de la totalidad de su personal a personas travestis, transexuales
y transgénero que reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo.
En este punto cabría preguntarse cómo se evalúa si alguien reúne o
no las condiciones de idoneidad para ocupar un cargo, si posee o no
las competencias técnicas y actitudinales para ocupar un puesto de
trabajo: ¿Debería pesar más la experiencia o más bien el componente
motivacional? ¿Cuánta y qué tipo de experiencia se le puede deman-
dar a una población que en su mayor parte ha subsistido recurriendo
al sexo comercial? En este punto coincido plenamente con Soledad
Cutuli cuando se refiere a la necesidad de acompañar a aquellas per-
sonas que, por haber sido excluidas del sistema educativo, no han na-
turalizado el disciplinamiento impuesto por el dispositivo escolar. Este
disciplinamiento es necesario para poder ingresar y permanecer en un
ámbito laboral regido por horarios, jerarquías, códigos de vestimenta,
entre otras pautas y normas tácitas y explícitas. Por lo tanto, las leyes
de cupo laboral trans no deberían reducirse a la disponibilidad de va-
cantes en el sector público sino que necesariamente requerirían ade-
más de un acompañamiento en la formación para el trabajo, no solo en
habilidades técnicas sino también actitudinales.

Quisiera finalizar planteando una serie de preguntas para favorecer la


reflexión sobre una categoría que desde hace muchos años me resulta
problemática. Me refiero a la idea de dignidad asociada al trabajo. Me
pregunto: ¿Cómo entendemos a la dignidad? ¿Todo trabajo en sí mismo
garantiza dignidad? ¿Qué ocurre cuando las condiciones laborales no
son favorables o justas? Autoras como Dominique Méda han señalado
que el trabajo es una categoría histórica, es decir, que las sociedades
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 199

le han atribuido distintos sentidos y funciones a lo largo de la histo-


ria. Pensar que el trabajo dignifica es el resultado de una construcción
social en la que el cristianismo tuvo una participación sustancial. El
tema de la dignidad está directamente ligado con la libertad y la capa-
cidad de elegir. Quizás la dignidad radica en la posibilidad de elegir. Y
las políticas públicas laborales que se mencionaron en este panel son
un intento de eso, de que exista otro destino posible para quienes no
quieran seguir ejerciendo la prostitución como forma de subsistencia.

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
4. TRASTIENDA. ENTREVISTA AL
GRUPO BALLROOM
EN EL BARRIO: ANDRÉS ANDINO,
BELTRÁN HORISBERGER
Y MARÍA PÍA MARTIGNONI

Fiesta y resistencia:
“El ballroom es un refugio en el que te sentís a salvo”

Durante la jornada, tuvimos como invitadxs a Andrés Andino, Beltrán


Horisberger y María Pía Martignoni, quienes recrearon un ballroom en
los pasillos y salón auditorio de la Universidad. Su presencia generó dis-
tintas repercusiones y opiniones encontradas en las redes de la UNPAZ.
Sin duda, esto nos quedó resonando: ¿Qué movilizó la presencia de es-
txs performers en la Universidad? Para intentar buscar una respuesta y
reponer la historia del ballroom como práctica de resistencia de la comu-
nidad LGBTQ, es que decidimos entrevistarlxs.
202 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.

Camila: ¿Qué es el ballroom?

Beltrán: El término ballroom viene de los salones de ball. La palabra ball,


pelota en inglés, tiene una polisemia que se refiere a una reunión social,
a lo que acá se hubiera llamado una peña quizás, pero mayoritariamen-
te de clase media alta. El ball en la cultura estadounidense es un estilo
de baile de las clases medias altas blancas que es lo que uno ve cuan-
do pone Dancing with the Stars o cuando uno ve la versión de Bailando
por un sueño en Estados Unidos, lo que ellos bailan cuando bailan en
pareja. Esos lugares eran espacios de baile, igual que los salones de la
sociedad de fomento en Argentina. Tenían un sesgo bastante clasista y
empezaron a quedar un poco vaciados, se perdió esa cultura a fines de
los años sesenta. En la cultura estadounidense se usaba esa palabra y
luego fue apropiada por la cultura afrodescendiente y latina de los ba-
rrios bajos de Nueva York, sobre todo centralizada en el Harlem, que es
un barrio que supo tener un auge a nivel demográfico bastante blanco y
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 203

después se empezó a vaciar por este movimiento de gentrificación que


pasa cuando un área empieza a ser poblada por una raza despreciada.
La gente blanca se empieza a ir del Harlem. Entonces este barrio es, sin
dudas, la cuna del jazz. Junto con Brooklyn y otras zonas es la cuna de la
cultura del hip hop y, también, del ball o lo que se conoce popularmente
como el voguing. Los ballrooms eran reuniones sociales que se realiza-
ban de alguna forma clandestina, no podemos decir que eran del todo
clandestinas pero eran las juntadas de las maricas, travas y disidencias
latinas y afroamericanas que eran la escoria de la escoria para la socie-
dad neoyorkina de esa época. También tenemos que ubicarnos en una
Nueva York que no era la gran ciudad como la conocemos hoy, ya que
contaba con altos grados de pobreza, marginación, inseguridad, etc. Y
en este barrio las disidencias se juntaban en estos ball que de a poco
le empezaban a poner condimento y a emular los concursos de belleza
o los pageant, como se los conoce. Es también la cultura estadouniden-
se blanca de los concursos de belleza emulados por personas que hoy
en día podríamos denominar transformistas. Eran personas travas, no
binarias, maricas, drags, mujeres que ya vivían su vida como mujeres
trans. Y recién ahí podemos empezar a hablar de ballroom como lo cono-
cemos hoy. Eran juntadas de tipo clandestinas. O sea, no eran en lugares
comerciales donde uno podía pagar una entrada. Y hacían las cosas que
los maricones, las mariconas, las travas hacemos cuando nos juntamos
todavía hoy. Es flotar por encima de la discriminación. Cuando noso-
tros decimos que en la vida urbana vivir es sobrevivir, estamos diciendo
que en el mundo heterosexista andar por la calle, ir a trabajar, formar
parte de alguna institución, es conformarnos con que simplemente no
nos destruyan. En cambio, en los ball se flotaba por encima de esta lí-
nea y se buscaba conquistar alguna satisfacción un poquito mejor que
simplemente sobrevivir. Y se celebra la identidad trava, marica, trans,
torta, etc.; jugando a la fantasía donde estas personas hacían como que
eran reinas de belleza, como que eran divas de la música, como que
204 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

eran todo aquello que la sociedad blanca y heterosexista no les permitía


ser. Inclusive muchos hombres jugaban a la fantasía de ser hombres
de negocios, jugaban a ser grandes generales del ejército, rangos a los
que jamás llegarían en esa época, en los setenta. Después esa cultura
fue evolucionando, así como la cultura hip hop. La cultura del ballroom
es el homónimo de esa cultura underground, urbana, de las clases más
postergadas, pero es la versión LGBT de eso.

Martín: ¿Entonces el ballroom es un espacio y el voguing es la práctica en sí?

Beltrán: No, ellos le llamaban ball a esas juntadas. El voguing nace unos
años después como una forma de desempatar estas disputas de estas
categorías de ball que se hacen en una pasarela. O sea, el campo de bata-
lla es una runway, una pasarela donde hacían este ida y vuelta y compe-
tían a ver quién cumplía mejor la fantasía. Si ustedes ven Paris is burning
van a poder ver este tipo de conceptualizaciones puntuales que tienen.
Pero cuando había algún empate o cuando alguna marica se empezaba
a jugar con estas cosas, nace el voguing, haciendo una especie de ritmifi-
cación de la pose. Se posaba y a medida que el ritmo iba dando como un
tanteo o un puntapié de tiempo, se cambiaba la pose. Y así es como nace
el voguing, justamente por las poses estrafalarias que tenía la revista
Vogue en ese tiempo en las tapas, donde no era simplemente la mode-
lo de catálogo que ponía la típica postura de T y lucía el vestido, sino
que mostraba modelos que se contorsionaban y hacían unas poses muy
dramáticas. Y en este jugueteo de poner música para la runway, surge
el voguing como una forma de batalla uno versus uno. Mientras que las
categorías de runway funcionaban como cualquier concurso de belleza,
pasa una, pasa la otra, pasa la otra y se les dan puntajes desde el jurado.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 205

Andrés: Yo por lo que sé, es que en el siglo XIX ya se empezaron a hacer


bailes de máscara tipo la Cenicienta pero LGBT, donde la gente iba y
se podía vestir como se le cantara, con máscaras, y se relacionaba con
personas del mismo sexo. Eso se fue dando en Estados Unidos un cierto
tiempo hasta el siglo XX, cuando cambiaron las cosas. Estos bailes eran
organizados por hombres gays que eran gente de poder económico. En-
tonces, por eso, lo hacían en lugares maravillosos como el Harlem, pero
después todo eso cambió.

Camila: Ya que hablamos de la historia, ¿cómo es que llega el voguing a


la Argentina?

Beltrán: ¡Qué buena pregunta! Esto es un proceso articulado por la glo-


balización, no puedo negarlo. Me encantaría poder decirte que las mari-
cas en los noventa acá compraban VHS y les llegaba esta cultura, pero al
ser honesto, no. Lo que tiene la cultura LGBT es que siempre se ha mo-
vido en la clandestinidad y que ha habido mucha iniciación en el boca
a boca de toda la comunidad. Es como querer estudiar los orígenes del
Antiguo Testamento… es una trasmisión oral. En Argentina llega más
o menos cuando se populariza una remasterización de Paris is burning,
que es un documental de los años ochenta que cristaliza un poco la rea-
lidad de estas personas desde una perspectiva de un equipo documen-
talista de personas heterosexuales. Entonces, es como que hay mucho
del asombro, de puntualizar sobre las cosas más escandalosas. Y cuan-
do llegó ese documental, escuchamos hablar de que en Estados Unidos
esta cultura seguía viva, de otras maneras, pero clandestina todavía. Nos
fascinó porque ya había hecho mella la palabra voguing con el tema de
Madonna, pero la verdad es que llegó y se fue. Era una mujer blanca cis
que de alguna forma elevó un poco la cultura del voguing porque con-
trató a bailarines que eran de una escena que jamás hubieran trabajado
206 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

si no fuera por eso. Sus coreógrafos eran del escenario del voguing pero
su estrategia hoy en día sería leída como apropiación cultural. Entonces
llegó eso y las maricas de acá veían a estos tipos en traje a lo Loco Mía,
como toda esa cultura de la marica estrafalaria. Acá se vivió el tema
como que las maricas iban a Búnker y copiaban los pasos del videoclip.
El mariconeo acá estaba hambriento de una cultura de donde enrique-
cerse, porque recién después del destape se pudo empezar a constituir
una cultura gay. Allá por 2008-2012 empezamos a ver ese documental y
algunas maricas iban a Estados Unidos y se capacitaban con bailarines
que mantenían esta cultura viva y venían, daban algunas clases… era
todo muy experimental. La verdad es que si hoy vemos las primeras
competencias de voguing que hacíamos, haríamos un chop [eliminación],
que es lo que se hace cuando se saca a alguien de la competencia, por-
que era muy distinto a lo que hoy en día sabemos gracias a la viraliza-
ción de la cultura del ballroom.

Martín: Lo que te quería preguntar es, cuando llega a la Argentina, ¿qué


apropiación se hace de esta práctica artística y política y qué atributos
específicos se le suman?

Beltrán: En realidad, en el efecto derrame que tiene a nivel geográfi-


co es que desde México, hasta Perú, y un poco en Brasil, esta cultura
es retomada por las disidencias marginalizadas socioeconómicamente
porque les llega como por un derrame. El problema es que acá en Argen-
tina estamos tan lejos que este tipo de culturas solo nos llegan por una
transferencia cultural más burguesa. Eran algunos docentes de baile que
podían pagarse un viaje al extranjero para aprender voguing. Hubiera
querido que no fuera así pero la cultura del ballroom en Argentina nace
en barrios como Palermo. No nace en localidades como Laferrere. Me
encantaría que no fuera así porque no condice con la intención de ce-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 207

lebrarnos cuando no hay casi nada por celebrar. Entonces, se empezó a


hacer desde un pibe que le copó esta idea y empezó a hacer batallas por
la movida de Ru Paul’s Drag Race, un reality de drags. Era el punto de vista
de Ru Paul del voguing y ahí había que hacer un trabajo de investigación
para descubrir que no era tan así, pero hasta que hicimos ese trabajo de
investigación era medio mamar esa teta y repetir lo que pasaba ahí. En-
tonces, se empezó a hacer en algunas fiestas para maricas de la Capital
Federal. En el Harlem de Nueva York en las escenas del ballroom, los pibes
cuentan que ellos robaban, mecheaban cosas en la tienda y reciclaban
ropa de la abuela y telas que encontraban en la calle para hacer unos
vestidos súper estrafalarios. Acá no, acá las maricas que competían en
los primeros ballrooms se pagaban sus buenas prendas, su buena pilcha,
su buena tela con lentejuelas a $1200 el metro en Once y se competía
con eso. Hay que entender que siempre tuvo un sesgo un poco clasista y
algo que intentamos hacer fue llevarlo a los barrios y empezar a cultivar
esta cultura donde querés estar con la gente, con las maricas más mar-
ginadas que no tienen guita para ir a una fiesta en Palermo.

Pía: También pasa que cuando Ru Paul globalizó lo que era el drag, acá ya
había una cultura drag y fue tapada por lo que venía mostrando Ru Paul...
Y por ejemplo pasaba en las elecciones drags del resto del país, yo soy de
Tucumán, se evaluaba el ingenio de la que menos gastaba para produ-
cirse. Entonces, el hecho de agarrar pincitas de rulero y armar un traje
gastando menos fue totalmente pasado por encima y ahora la que tiene
puesto lo más caro es la más premiada. Y eso es totalmente contrastante.

Martín: Andrés, como marica del conurbano, ¿qué repercusiones tiene el


voguing en ese territorio y qué debates abre o qué estéticas propias asume?
208 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Andrés: Acá en el conurbano no hay mucho hoy. La realidad es que hay


competencias en estudios de danza que lo bailan porque son personas
que estudian la historia, la técnica y demás pero no es que haya comu-
nidad. Yo doy clases en La Matanza.

Martín: ¿Quiénes son los que toman las clases? ¿Qué perfil tienen las
personas que toman tus clases en La Matanza?

Andrés: Depende, por lo general son personas que tienen un nivel eco-
nómico intermedio que pueden pagar una clase de danza. Entonces,
más allá de que sea mi trabajo y de que esté dando clases, si hay una
persona que le encanta y no lo puede pagar… yo no le puedo decir que
no. Y además porque el voguing como el ballroom también son comuni-
dad. Entonces yo no le puedo decir a una persona que porque no tiene
$150 no puede tomar mi clase. No es lo mismo que vos te vayas a Capital
y te den una clase a $380 que es impagable, de una hora, a que vengas
a Laferrere y te tomes una clase de voguing de una hora y media a $150.
Acá en Laferrere se da así, yo por lo menos estoy tratando de trabajar en
eso, que sea un poco más visible. El voguing a mí también me sirvió como
una herramienta para la vida, para un montón de cosas, porque cuan-
do yo empecé a bailar voguing, la realidad es que mi vida fue como un
paralelo en relación con todo lo que fui aprendiendo dentro del ballroom
y como que cambiaron un montón de aspectos de mi vida y para mí es
súper reconfortante que otras personas lo encuentren. Para mí es una
herramienta para conectar con otras personas, para hacer comunidad.
Acá en Lafe, en el conurbano, vos salís y hay veinte pibes en la esquina
diciéndote “che, puto”, “che, puto, caminá como hombre”. Y pasa todos
los días. A mí me pasaba todo el tiempo. Mismo ahora que voy caminan-
do y tengo uñas y soy medio afeminado y no sé, me gritan “eh, ¡puto!”, y
yo como “sí, sí, gracias”. Es como… yo ya lo superé, ¿no? Pero hay otras
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 209

personas que sí lo necesitan. Yo tengo alumnos que después de ir a las


clases de voguing empezaron a estudiar sobre derechos LGBTIQ, que em-
pezaron a meterse un poco más en esto de militar, de ayudar a otras
personas, de estudiar otras cosas.

Beltrán: Una cosa que me parece importantísimo es que estas subcul-


turas (hip hop, graffiti) en realidad hacen de familia. En la cultura del
ballroom están las familias, somos comunidad. En realidad surgen en
una época donde si eras puto, trava, torta, no binario o lo que sea, te
echaban de tu casa y eras la peor vergüenza para la familia. Entonces,
nuevas familias se conformaban de urgencia, lo único que había era so-
roridad marica, trololidad digamos. Y las personas con más recursos o
más años y experiencia albergaban a estes hijes y eran madres y padres
y xadres que formaban estas familias que después se terminan com-
poniendo como especies de crews o cuadros de competencia en los ba-
llrooms, pero la familia era mucho más que eso. Entonces, eso te da la
pauta de que la cultura ballroom tiene la obligación de ser una cultura
por la justicia social, de darle las herramientas no solo para bailar y em-
bellecerse y enaltecerse por encima de la línea de flotación de la discri-
minación, sino que tiene también la obligación de dar herramientas de
supervivencia. Los kiki balls nacen cuando se estaba apagando el fuego
de los grandes ballrooms, llegó en una de las crisis económicas de los
Estados Unidos y en los centros comunitarios. Estas salitas que vemos
en las series donde hacen las reuniones de alcohólicos anónimos, esas
habitaciones sin ventana que tienen piso y luces blancas. En esas habi-
taciones de los centros comunitarios de lucha contra el VIH y contra las
drogas, organizaban estos kikis, estas juntadas... Bueno, en realidad se
hacían con esa intención, para sacar a los chicos de la droga, del VIH, de
los riesgos de la vida suburbana sin ningún tipo de contención. Y estas
personas que los organizaban eran líderes comunitarios que reavivaron
la trama del ball haciendo cosas un poquitito más austeras, que no hacía
210 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

falta hacer tanta parafernalia y donde se podía ir a competir con una


remerita y un buzo. Y así es como cambió el voguing. Y en los kiki balls
también se organizaban estas cosas que se llamaban kiki houses, que son
houses más chiquitas sin tanta infraestructura donde dos o tres amigas
se juntaban.

Camila: ¿Cómo es la comunidad ball acá?

Pía: Después de doce años de ser drag queen y de haber venido a vivir a
Buenos Aires, la comunidad LGBTIQ también es clasista. A mí lo que me
gustó y en lo que me sentí abrazada es que la comunidad ballroom de
Buenos Aires o de Argentina pierde todo ese clasismo y donde se celebra
totalmente lo que uno es y donde hay red. Hay toda una estructura que
generalmente tenemos en la cabeza que dice que si sos varón, tenés que
hacer esto, y si sos trans, tenés que hacer aquello. Y lo que se celebra acá
en Buenos Aires en los ballrooms es la diferencia y la expresividad que
cada cuerpo tiene mediante la danza, la imagen, el desfile en sí.

Andrés: El ballroom real defiende a les negres, a les pobres, a les latines, a
les trabajadores sexuales, a todas esas personas. Porque antes solo eran
concursos de belleza. No sé si estaban tan involucrados los derechos de
la comunidad LGBT y los derechos de los negros.

Martín y Camila: ¿Qué sienten cuando están haciendo la práctica del


voguing o su performance? ¿En qué se transforman? ¿Cómo son los movi-
mientos a nivel técnico?
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 211

Andrés: Primero, qué siento yo, es súper extraño describirlo, pero te lo voy
a decir en criollo: yo cuando bailo voguing me puedo sentir fuerte, me pue-
do sentir un poco más real, acercarme a lo que siempre quise ser. Para mí
es una forma de expresión, una forma de canalizar todos mis dramas, de
enfrentar todos mis problemas, de salir de todo este sistema y de disfru-
tar de mi personalidad. De sentirme, de ser libre, de expresarme tal cual
soy. Yo siempre fui así de marica y la sociedad me reprimió un poco. Y a
mis 18 años pude expresarme como yo quería. Yo soy voguer, soy ballroom.
Para mí es una herramienta de lucha social, me reivindica en un montón
de formas. Cuando bailo, siento mucha fuerza, demasiada.

Beltrán: Ver a alguien voguear es ver a una persona contornearse, po-


sar de una forma que cruza lo jeroglífico y lo geométrico con lo que
la cultura occidental llama ser amanerado. El mariconeo, el comporta-
miento como expresión de género es una forma corporal que se traduce
en la curvatura de la espalda, la proyección de las caderas, el quiebre
de las muñecas, el mentón bien en alto… Todo ese tipo de cosas que
son por las que tu abuelo te dice “parate como hombre, expresate y
movete como hombre” y que se intenta corregir. En el voguing se pier-
de todo eso. Es un cuerpo que fue entumecido por la heteronorma y
atravesado por una expresión de género machista y heteropatriarcal y
que en el baile pierde todos esos tutores. Es ver a una marica que no
necesita esconder ni en lo más mínimo su expresión de género sino
que lo visibiliza y exagera. En el voguing no hay lugar para lo que so-
cialmente construimos como hombre. Por supuesto que hay lugar para
los hombres pero no hay espacio para la celebración de la masculini-
dad hegemónica. Mientras más marica sos, mejor vogueás. En el runway
hay unas figuras que resaltan la masculinidad pero es desde la parodia
social, donde la fantasía es vender cuerpo y sexo como fisiculturismo.
O caminar haciendo la venia, como en una marcha militar. Y en estas
figuras es donde expresan su masculinidad los varones trans. Cuando
212 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

bailás voguing sentís que todos esos tutores que te pusieron se sueltan,
se rompen y te desencadenás. Y yo, como corporalidad gorda, siempre
vi que el gordo bailando era un cuerpo ridículo… y realmente, me emo-
ciono muchísimo, se me llena el alma de mariposas porque sentís que
cuanto más estrafalariamente te movés, más libre sos y más te celebran
las personas que te rodean. En los ballrooms de Buenos Aires se celebra
la mariconería. Es una horda de gente, que los vecinos llaman a la poli-
cía de la cantidad de gritos y de aullidos, y de aplausos y de chasquidos
y revoleo. Celebrando estas corporalidades que son libres, y siendo más
marica de lo que uno necesita. Esa emoción te inunda. Cuando Andi
mete un lip justo con el ritmo de la música, ahí es un pequeño orgasmo.

Camila: ¿Y vos Pía qué sentís cuando lo bailás?

Pía: Yo no bailo. Pero como performer te puedo decir que cada vez que
una persona se puede expresar en un ballroom, se transmite libertad. A
mí me pasó que siendo drag pude manifestarme como yo quería sin ser
juzgada. Y esa contención que me dio el drag me permitió ser Pía ante la
vida y la sociedad que todo el tiempo me acribillaba por lo que a mí me
gustaba. Te lo digo desde mi lado de mujer trans, el voguing tiene eso que
para mí es muy similar: te da un marco y un contexto que te hace sentir
que tu expresión no está mal.

Martín: Es como un refugio, ¿no?

Pía: Sí, es como un refugio en el que te sentís a salvo. Cuando no me


había asumido como trans, el escenario era un refugio para poder ser
mujer. Y ahí hacer lo que sentía y tenía ganas.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 213

Beltrán: El ballroom es un espacio seguro, mucho más que un boliche gay.


Porque el espacio seguro para una marica es poder ser celebrada. Es esa
emoción que supongo siente un varón cis heterosexual que juega por
primera vez en la B de fútbol y entra a un estadio con la gente gritando
y con luces artificiales. Es flotar por arriba de la línea de la discrimi-
nación. Es poder ser nosotras y cuanto más nosotras somos, más nos
festejamos.

Pía: Me ha pasado de ir a hacer shows a fiestas y que nos denominen


“los travas”. Hay mucho clasismo y discriminación incluso en los espa-
cios de la comunidad LGBT. Dentro de esta comunidad, somos las que
menos tenemos voz.

Martín: Recordando su participación en la UNPAZ en 2019, ¿qué significó


para ustedes poder ir?

Pía: Mi secundaria y mi primaria las he vivido con mucho trauma, con


mucho miedo y desesperación. Y poder ir a lugares donde se educa y
poder manifestarme como soy, a mí se me eriza la piel. A mí me decían
“Martignoni camine bien”, “Martignoni hable bien…” y pasaba todo ese
proceso que no te da muchas ganas de vivir y de estar. Es no entender
por qué yo no me manifiesto igual que los otros chicos, porque cuando
sos chico, no sabés lo que te pasa. Y entonces estoy segura de que otros
chicos y otras chicas están pasando lo mismo y al verme a mí pueden
decir “mirá, no estoy mal; no está mal lo que estoy haciendo”. Es la ale-
gría más grande que puedo tener como persona: cuando yo era adoles-
cente no lo viví. Es poder ver a alguien y no sentirse tan solo en la vida,
en el mundo. A mí me hace sentir útil en la vida.
214 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Andrés: A mí me hubiese encantado que en mi escuela vaya una chica


trans y dos maricas. Me hubiese encantado para no sentirme tan solo,
para no sentirme errado, para sentir el apoyo de otra persona, para ani-
marme a ser quien quiero ser. Estar en un lugar donde eduquen a las
personas y que muestren la diversidad, para mí fue súper importante y
fuerte. Porque me dio satisfacción estar con 23 años en una universidad,
mostrándome como yo quería. Me sentí acompañado y contento de com-
partir mi propia experiencia con otras personas, aunque sea un poquito.

Beltrán: Yo creo que las universidades en Argentina, además de es-


tar atravesadas por la heteronorma, están atravesadas por una mirada
muy museológica de las culturas suburbanas, donde se mira lo dife-
rente desde una perspectiva de superioridad. Como cuando uno mira
una obra de arte en un museo, desde lejos y estática. Entonces, poder
llevar una porción de esta cultura y que las personas tengan una ex-
periencia en primera persona, de contacto con estas subculturas, me
parece que reivindica al voguing en un lugar de resistencia. Ni siquiera
desde las resistencias intelectuales se considera al voguing como algo
válido. Nosotros queremos ocupar estos espacios e incomodar. Si el
arte queer no incomoda, pierde su capacidad de resistencia, de remover
las bases y hacer reflexionar a las personas. Yo no necesito que la uni-
versidad nos valide, necesito que la gente se ponga en contacto y que
deje de matarnos. Entonces, ocupar este tipo de espacios son pequeñas
conquistas porque el voguing tiene la obligación de hacer justicia social
y no hay mejor justicia social que estar en los espacios donde la gente
se incomoda viéndonos.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 215

Fuente: Dirección de Prensa y Comunicación, UNPAZ. I Jornadas sobre


Experiencias Travestis y Trans. Septiembre de 2019.
5. ALGUNAS LECTURAS
DESDE LOS EQUIPOS DE
INVESTIGACIÓN ORGANIZADORES

5.1. EL DESEO DE EXISTIR. REFLEXIONES EN TORNO


A LOS ACTUALES ABORDAJES INSTITUCIONALES
DE INFANCIAS Y ADOLESCENCIAS TRANS Y NO BINARIES
Alejandra Roca, María Alejandra Dellacasa, Sebastián Sposaro,
José Carlos Leanza y Estefanía Ayala

A partir de distintas líneas de trabajo que venimos desarrollando desde


el equipo de investigación UBACYT1 y como parte de la organización
de las “I Jornadas sobre Experiencias Travestis y Trans: diálogos entre la

1 Proyecto UBACYT “Tecnología, identidad y política: de la intervención tec-


nológica en los cuerpos a las políticas públicas en Ciencia y Tecnología. Su-
jetos, instituciones y saberes”, dirigido por la Dra. Alejandra Roca, con sede
en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
218 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

organización colectiva, el territorio y la universidad”, nos proponemos


recuperar algunas discusiones respecto de las infancias y adolescencias
trans y no binaries. La temática fue abordada en los diferentes paneles y
espacios de discusión, se relataron experiencias personales en relación
con la familia, las niñeces, la escuela; consideramos relevante realizar
una reflexión teórica más profunda.

Nos interesa recuperar esta línea de análisis para discutir las posiciones
que han tomado distintas instituciones sociales –los servicios de salud, la
escuela, la familia– en relación con las niñeces y adolescencias trans. Los
discursos hegemónicos que categorizan la experiencia trans y no binaria
como una patología tienen su origen en la medicina y la psiquiatría, aun-
que la psicología y la pedagogía en muchos casos se han apropiado de
estos, e incluso los han fortalecido. En la práctica, las experiencias nos ha-
blan de un gran número de instituciones que se niegan a brindar atención
o expulsan a niñxs y adolescentes trans y no binaries. Las cuales, en el
mejor de los casos, recurren al auxilio y a la –aparentemente– “ineludible”
intervención de especialistas del campo “psi”2 que, desde una perspectiva
cisheteronormativa, muchas veces terminan aplicando y recomendan-
do tratamientos “feminizantes” o “masculinizantes”,3 que provocan aún
más daño. La expulsión escolar, la patologización, la responsabilización
de la “madre” y la represión son parte de algunas modalidades habitua-
les de abordaje de las identidades trans y no binaries. Sin embargo, tal
como mostramos a lo largo de este escrito, ciertas violencias y “efectos de
exclusión”, que generan las prácticas y los discursos institucionales, en
algunos casos se han ido reformulando, posibilitando nuevas problemati-
zaciones y habilitando nuevas perspectivas acerca del tema.

2 Cuando hablamos de campo “psi”, hacemos referencia a profesionales prove-


nientes de la psicología, la psiquiatría, el psicoanálisis y la psicopedagogía.
3 En el caso de los términos entre comillas, se trata de términos que connotan
un significado distinto al que se les confiere habitualmente, o bien se utili-
zan con un doble sentido.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 219

Desde la mirada antropológica, pensar la infancia implica revisar y si-


tuar temporalmente la construcción de esa categoría. Philippe Ariès
(1987) nos señala el carácter histórico de la infancia, es recién a partir
del siglo XIV que la niñez empieza a ser percibida como una etapa de la
vida en sí misma, con necesidades y características diferentes a la de
la vida adulta. La delimitación de la infancia en el mundo occidental es
un acontecimiento plenamente moderno y directamente relacionado
con la construcción de la sociedad industrial y la familia burguesa. “Si
bien niños y niñas han existido siempre, no ha existido sino hasta una
época muy reciente la infancia como campo social de significaciones
específicas” (Morgade, 2001: 44).

Esta particularización también despertará, con el correr del tiempo, un


interés por las infancias como objeto de estudio y normalización (Ba-
quero y Narodowski, 1994). En el caso de las infancias trans y no bina-
ries percibimos una doble subalteridad, por ser menores y por exceder
el modelo cisheteronormativo, como si ciertas experiencias pudieran
limitarse solo al mundo de lxs adultxs. La perspectiva adultocéntrica
dominó durante mucho tiempo el campo de estudio sobre las niñeces
(Duarte, 2012), siendo recién a partir de la década del noventa cuando se
empieza a desarrollar un volumen de trabajos que favorece el análisis
de los procesos de subjetivación en las infancias, como las producciones
de la sociología de la infancia, la antropología de la infancia y la psicolo-
gía social crítica, entre otros abordajes (Gaitán Muñoz, 2006).

La patologización de las infancias

A partir de la construcción de la infancia, fueron apareciendo también


los llamados procesos de patologización de la niñez, procesos que impli-
caron (e implican) transformar características comunes de lxs infantes
en malestares, pasibles de categorización biomédica e incluso aborda-
je terapéutico. El proceso de patologización afecta particularmente los
220 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

cuerpos y las identidades trans y no binaries, en todas las etapas de la


vida. La perspectiva patologizante, sostenida desde los discursos médi-
cos y científicos, “pretende eliminar la transexualidad como una viven-
cia posible, realizable y, sobre todo, digna” (Paván, 2016: 45).

El proceso de patologización y medicalización de las experiencias trans


resulta formalmente sistematizado con la inclusión de la categoría tran-
sexualismo en el DSM (Diagnostic of Statistical Manual of Mental Disorders)
III en 1980. En 1994, ese diagnóstico se sustituye por otra categoría: “tras-
torno de identidad de género” (DSM IV, 1994). A pesar de las expectativas
y las crecientes movilizaciones organizadas en distintas partes del mun-
do por eliminar definitivamente cualquier categorización biomédica en
relación con las experiencias trans,4 en la quinta versión del DSM se
mantiene la patologización y se incluye una nueva categoría que reem-
plaza a la anterior: “disforia de género” (DSM V, 2013).

Paralelamente, en la Clasificación Internacional de enfermedades (CIE),


publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su novena
versión del año 1975 se incluye la categoría “transexualismo”, la cual
se mantuvo vigente hasta la publicación de la onceava versión en 2019.
En este caso, la OMS realiza un primer paso hacia la despatologización,
ya que la nueva terminología deja de aparecer en el capítulo referido a
los “trastornos mentales y de comportamiento” y se presenta ubicada
en un nuevo apartado, el Capítulo 6: “Condiciones relacionadas con la
salud sexual”. Sin embargo, las categorías que reemplazan a la ante-
rior, continúan expresando “falta de coherencia” y pretenden ordenar la

4 El proceso previo de redacción de la quinta versión del DSM V se vio atrave-


sado por un cuestionamiento a la patologización de la experiencia trans y a
las categorizaciones diagnósticas, principalmente visibilizado por las cam-
pañas y el movimiento internacional Stop Trans Patologization (STP). El mo-
vimiento STP ha venido organizando diferentes actividades con el objetivo
de impulsar acciones de despatologización trans. Inicialmente, las primeras
campañas surgieron de activistas españoles, y a partir del año 2009, la plata-
forma virtual cobró relevancia internacional incorporando progresivamente
más de trescientas setenta redes y organizaciones de los cinco continentes.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 221

experiencia trans en dos diagnósticos diferenciados: “incongruencia de


género en la adolescencia y la adultez” e “incongruencia de género en la
infancia”. Allí por primera vez se patologiza expresamente la identidad
de género trans y no binarie en las niñeces, con las nefastas consecuen-
cias que ello puede acarrear (Dellacasa, 2017).

En nuestro país la situación es mucho más alentadora y la perspectiva


despatologizante ha quedado plasmada en la Ley de Identidad de Gé-
nero, sancionada en 2012. Dicha legislación constituye un anteceden-
te normativo a nivel mundial, no solo por asumir una perspectiva no
patologizante y partir de la identidad autopercibida, sino también por
garantizar el acceso a los cambios registrales y nuevo DNI, así como a
intervenciones corporales mediante solicitud expresa y con el único re-
quisito de consentimiento informado de la persona requirente. La ley
ha puesto de manifiesto la tensión estructural entre los límites del de-
recho positivo y las construcciones culturales, ofreciendo un escenario
político-institucional, donde el Estado ha jugado un rol protagónico en
respuesta a las demandas de los colectivos y favorecido una opción de
transformación de la vida de las personas.

En sintonía con la legislación internacional, en la Ley argentina de Iden-


tidad de Género, la infancia es reconocida como un interés a proteger
que se manifiesta en una dimensión política comprometida con las sen-
sibles intimidades que expresan el sentir y la identidad de las niñeces
(Villalta, 2010; Barna, 2012; Grinberg, 2013). En cada trámite de rectifi-
cación documental, la propia construcción biográfica de las infancias
y adolescencias pide una alternativa a la visión “oficial” e interpela las
categorizaciones dominantes, tal como fuera reconocido en la discusión
parlamentaria de 2012, previa a la sanción de la ley, y que recoge la ne-
cesidad de un Estado garante del derecho a la dignidad de las personas.

Las leyes 26061 (2005) y 26743 (2012) integran un complejo normativo


que protege de forma integral los derechos de los niños, niñas y ado-
222 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

lescentes (vistos como un interés superior) y su contenido lo convierte


en un instrumento de política pública destinado a la promoción de sus
intereses.5 Además, la adhesión de nuestro país en 1990 a la Convención
sobre los Derechos del Niñx (ONU, 1989) ya había introducido una serie
de cambios normativos que se tradujeron en transformaciones en la re-
gulación de las relaciones entre lxs niñxs y adolescentes con el Estado,
la familia y la comunidad (Leanza, 2018).

En concreto, para el caso de las infancias y adolescencias, la Ley 26743


garantiza el acceso al cambio registral en los documentos oficiales, así
como a las primeras intervenciones corporales,6 mediante solicitud re-
querida por lxs progenitores “con expresa conformidad del menor”. Sin
embargo, si ambxs o algunx de lxs representantes legales se niega a
prestar consentimiento, la ley7 garantiza un procedimiento judicial que
obliga a considerar la voluntad y decisión del menor, tomando como
base la autonomía progresiva de las niñas/os y adolescentes (art. 5, CDN;

5 La incorporación de derechos de las niñeces se materializó en la Ley Nacio-


nal 26061 (2005) de Protección Integral a los Derechos de los Niños, Niñas y
Adolescentes, y también en la Ley de la provincia de Buenos Aires 13298, de
Promoción y Protección Integral de los Derechos de lxs Niñxs (2005).
6 Los bloqueadores hormonales (GhRH) se pueden aplicar en inyecciones o
parches y favorecen el retraso en la aparición de ciertos cambios corporales
asociados a la pubertad. La administración de hormonas y otras interven-
ciones corporales en menores de edad resulta un tema muy controversial
en el que tanto familias como profesionales y organizaciones no siempre
presentan una postura acabada y homogénea.
7 El art. 5 de la ley expresa: “Con relación a las personas menores de die-
ciocho (18) años de edad la solicitud del trámite a que refiere el artículo 4°
deberá ser efectuada a través de sus representantes legales y con expresa
conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de capacidad
progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo a lo estipulado en la
Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 […]. Cuando
por cualquier causa se niegue o sea imposible obtener el consentimiento
de alguno/a de los/as representantes legales del menor de edad, se podrá
recurrir a la vía sumarísima para que los/as jueces/zas correspondientes
resuelvan, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e
interés superior del niño/a de acuerdo a lo estipulado en la Convención
sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los
derechos de niñas, niños y adolescentes” (Ley 26743, 2012).
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 223

art. 24, inc. B, Ley 26061). El principio de autonomía progresiva contem-


pla las diferentes etapas por las que atraviesan las niñeces en su evo-
lución psicofísica, determinando una gradación en el nivel de decisión
al que pueden acceder en el ejercicio de sus derechos fundamentales;
se aparta del concepto de capacidad, y “se condice con la noción más
empírica –de origen bioético– de competencia, conformada a partir del
desarrollo de una conciencia reflexiva, libre, racional, independiente-
mente de la ubicación del niño conforme el concepto de capacidad civil
de rígida determinación” (Fernández, 2012: 6).

La nueva legislación puso en tensión al tutelado conservador con el nue-


vo paradigma de inclusión de las niñeces y adolescencias en el ejerci-
cio de derechos humanos (de tercera generación) y, en consecuencia, a
partir de la nueva normativa, las diferentes instancias de intervención
deben considerar el interés superior de lxs niñxs. Estos cambios interpe-
lan al patrón de defensa clásico, basado en una mirada paternalista que
piensa a lxs niñxs y adolescentes como objetos de protección y custodia
sometidos a la intervención de la figura familiar del padre, del Estado y
del Poder Judicial, despreciándolos como sujetxs de derechos.

La escuela

En el mismo sentido que mencionábamos la dimensión normativa, el


dispositivo escolar tiene también una fuerte impronta en la construc-
ción de la infancia y la adolescencia. Tal como afirma Silvia Elizalde
(2014), la institución escolar deja marcas visibles en los cuerpos y las
subjetividades, al tiempo que configura disposiciones como la vergüen-
za, el miedo, la culpa, la aversión, entre otros. Sin duda el tránsito esco-
lar “marca” a través de mecanismos de clasificación y jerarquización los
recorridos y los destinos de cada sujeto.
224 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Desde el campo de los estudios de género en educación, y con mayor


énfasis desde la llamada teoría queer, se viene señalando con precisión
la existencia de violencia heteropatriarcal y visibilizando algunos de
los procesos cotidianos escolares que sostienen la desigualdad entre
varones y mujeres que, naturalizando el binarismo de género y la he-
teronormatividad, violentan derechos de las personas con identidades
y orientaciones sexuales diversas. Tal como sostiene Graciela Morgade
(2013), en las escuelas operan tanto mecanismos coercitivos como no
coercitivos, algunos forman parte del llamado currículum oculto. La
escuela no solo apunta a construir “ciudadanxs responsables”, tam-
bién busca garantizar que las niñeces se conviertan en hombres y mu-
jeres que se correspondan con las formas dominantes y legitimadas de
masculinidad y feminidad.

Es sin duda en los cruces de clase, género y etnicidad donde las des-
igualdades en las infancias toman matices que resulta necesario explo-
rar. En definitiva, la escuela prescribe y reproduce una serie de saberes,
representaciones y prácticas hegemónicas acerca de las diferencias de
clase y de género, pero también acerca de la sexualidad, los cuerpos y la
normalidad, que tienen un gran impacto en la conformación de las sub-
jetividades de las niñeces y adolescencias. El sesgo ideológico cishete-
ronormativo que atraviesa las instituciones escolares está directamente
vinculado a los procesos de exclusión que sufren las infancias y adoles-
cencias trans y no binaries. Así, cuando ciertas dimensiones de la identi-
dad escapan a las formas hegemónicas de masculinidad y de feminidad,
comienzan a aparecer procesos de segregación, y marginación, que mu-
chas veces terminan conduciendo a la deserción escolar (Cánepa, 2018).
Evidentemente, los procesos de exclusión educativos son complejos e
implican la combinación de una diversidad de factores.

Esa apreciación coincide plenamente con el relato de las personas trans


adultas, que describen situaciones de rechazo y hostilidad, junto a una
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 225

gran dificultad para completar sus estudios primarios y secundarios.8


La deserción escolar es otra vía de vulnerabilidad que se suma a las
distintas violencias sufridas y constituye una realidad en la biografía de
muchas personas travestis y trans, debido a ello las trayectorias escola-
res están signadas por continuas interrupciones. Para poder completar
el ciclo primario, pero sobre todo el secundario, suelen repetir y volver
a iniciar los estudios de manera intermitente en diferentes escuelas,
dando lugar a recorridos escolares con un alto grado de fragmentación.
Los motivos de esas interrupciones están principalmente asociados a
la violencia ejercida por sus propixs compañerxs, lxs docentes y las au-
toridades de las instituciones educativas (Ábalo, 2018). El hecho de que
gran parte de las trayectorias escolares de las personas trans estén atra-
vesadas por situaciones de cambios de escuelas, repeticiones de año o
deserciones (más ligadas a exclusiones), pone de relieve la dificultad de
la institución para tolerar todo aquello que excede o no es reconocido
por la norma, y la resistencia que presenta al reconocimiento de la iden-
tidad de género autopercibida.9 Por otro lado, cuando se comparan las

8 De acuerdo a los datos más recientes del Primer relevamiento sobre las condi-
ciones de vida de la población trans/travesti de la Provincia de Buenos Aires (Secre-
taría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, 2019), el 53,10%
de las personas travestis, trans y no binaries consultadas no completó la
escolaridad obligatoria (secundario completo) que establece la Ley de Edu-
cación Nacional (2006). A su vez, se aprecian marcadas diferencias entre
masculinidades trans (en ese caso el 63% sí logró completar el secundario)
y feminidades trans. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el 59,8% de las
mujeres travestis y trans no completó la escolaridad obligatoria, en compa-
ración con la población en general de la Ciudad mayor de 25 años que es del
29%. Al incorporar la variable edad al análisis del nivel educativo alcanzado
por mujeres travestis y trans, la franja etaria peor posicionada es la de las
personas mayores de 41 años. En el caso de los hombres trans, la situación
es muy diferente y mucho más favorable, el 72,8% cuenta con el nivel secun-
dario completo o más (La revolución de las mariposas, Ministerio de Defensa de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2017).
9 Las instituciones escolares privadas muestran un mayor número de situa-
ciones de exclusión de las niñeces trans, en comparación con las institucio-
nes de índole pública (Informe sobre la situación actual de las experiencias
de niñeces trans, Asociación Civil Infancias Libres, julio de 2019).
226 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

experiencias y las trayectorias escolares del colectivo trans entre distin-


tas generaciones se advierten marcadas diferencias en lo que respecta
al acceso, permanencia y terminalidad.

En este sentido, es importante considerar que como producto de la lu-


cha y la organización de los colectivos travestis y trans se han confor-
mado espacios educativos en diferentes partes del país.10 En la mayoría
de los casos se trata de instancias autogestionadas que retoman la tra-
dición pedagógica de los bachilleratos populares y que buscan favorecer
la finalización de los estudios secundarios y primarios, siendo adultxs
travestis y trans los que concurren11 generalmente, aunque dichos espa-
cios estén abiertos a toda la comunidad.

Las familias

La relación biología-sociedad, naturaleza-cultura, constituye uno de los


principales nudos problemáticos de la teoría antropológica que trascen-
dió las fronteras disciplinares otorgándole protagonismo en los debates
sobre raza, sexualidad y construcción biomédica del cuerpo (Roca, 2013a).

El dualismo estructuralista llevó a suponer la evidencia “real” y univer-


sal de lo biológico (naturaleza) disponiendo la autonomía de la “cultura”

10 Uno de los espacios pioneros es el Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha


Celis (Unidad de Gestión Educativa Experimental N° 16), que se fundó en el
año 2011 con el fin de promover la inclusión de personas trans en la edu-
cación formal. También funciona en Tucumán el CETRANS: centro educativo
trans de puertas abiertas. Por otro lado, en la Universidad Nacional de Avella-
neda (UNDAV) funciona el Programa de Inclusión Educativa dependiente de la
Secretaría de Extensión Universitaria, que brinda la posibilidad de terminar
los estudios primarios y secundarios a integrantes del colectivo trans. Ade-
más, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) junto con la organización
OTRANS desarrolla un trabajo de acompañamiento que favorece la inclusión
y permanencia de las personas trans que se inscriben en esa universidad.
11 También existen otros medios que contribuyen a la formación educativa y de
los que pueden hacer uso las personas trans que no hayan podido completar
los ciclos educativos, como lo son el plan FinEs o el programa Prog.R.Es.Ar.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 227

como artificio superpuesto (simbólico) y como legítimo objeto de estudio


de la antropología (Roca, 2013b). Durante más de cuarenta años la dico-
tomía naturaleza-cultura ha sido un dogma central de la antropología,
proporcionando una serie de instrumentos analíticos para programas
de investigación, y también un marcador de identidad para la discipli-
na en su conjunto. En estos contextos, muchxs antropólogxs asumieron
un rol ecuánime, contrarrestando argumentos a partir de la “desnatu-
ralización” y la “culturización” de conductas. En las últimas décadas los
dogmas anclados en los dualismos ontológicos modernos (cuerpo-men-
te, femenino-masculino, sujeto-objeto, vivo-muerto, entre otros) fueron
interpelados a partir de una renovación teórica surgida de enfoques y
articulaciones provenientes de diversos campos empíricos.

La antropología clásica entendió el sistema de parentesco como la arti-


culación entre lazos de sangre y lazos sociales. Los estudios de género
y parentesco participaron de un fundamento común que daba por sen-
tado el estatus concedido a los hechos biológicos. Entre otros, Collier y
Yanagasiko (1989) y Stolcke (2010) elaboraron una lectura desnaturaliza-
dora de la familia “universal y nuclear”, que produjo una apertura hacia
los nuevos estudios de parentesco.

En un sentido similar, una de las instituciones más cuestionadas por los


feminismos y los colectivos de la diversidad en las últimas décadas ha
sido la familia nuclear, en tanto “orden natural” y exponente del modelo
cisheteronormativo que promueve, a la vez, una serie de valores capita-
listas asociados al “hombre blanco cishétero patriarcal” (Hester, 2018).12

12 Lo dicho conecta con la idea de un patrón de ciudadanía y ámbito público


propio de las democracias occidentales que tiende a universalizar la figura
del hombre, adulto, heterosexual y blanco como aquella que cuenta con las
capacidades para discutir las cuestiones públicas, al tiempo que excluye a
diversos “grupos minoritarios” (mujeres, niños, afrodescendientes, homo-
sexuales, etc.), caracterizados por las pasiones, la irracionalidad y la depen-
dencia (Fraser, 1997; Young, 2000).
228 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

La crítica se centra en la concepción imperante en las sociedades occi-


dentales de la familia nuclear como el orden que articula la monogamia,
la reproducción heterosexual, el rol de la crianza como responsabilidad
exclusiva de las mujeres, la producción económica y el trabajo a cargo
de los varones, un disciplinamiento de los varones sobre las mujeres y
lxs niñxs, y de las mujeres/madres sobre lxs niñxs (Jaramillo, 2008). Tal
como sugirió Rapp (2000), los problemas vinculados a la reproducción
aparecen conectados entre lo individual y lo colectivo, lo tecnológico y
lo político, lo legal y lo ético; dado que este espacio, es el espacio biopo-
lítico por excelencia.

La heteronormatividad como principio organizador del orden de las re-


laciones sociales, política, institucional y culturalmente reproducido,
que hace de la heterosexualidad reproductiva el parámetro desde el
cual juzgar (aceptar, condenar) la inmensa variedad de prácticas, iden-
tidades y relaciones sexuales, afectivas y amorosas existentes (Pecheny,
2008:14). Así, la heteronormatividad impuesta sirve como matriz para la
estigmatización, la exclusión, la invisibilización y, en muchos casos, la
criminalización de las identidades disidentes.

Tal como sostiene Lohana Berkins (2008), la familia suele ser el primer
gran obstáculo que enfrentan las personas travestis, transexuales y
transgénero para el libre desarrollo de su identidad. Al relatar sus in-
fancias, muchas personas trans adultas hacen referencia al abandono,
la desaprobación, el castigo y diversas situaciones de violencia fami-
liar, producto del rechazo hacías sus maneras de ser y estar en el mun-
do (principalmente en las experiencias de feminidades trans, no tanto
así en las masculinidades trans).13 Esta situación se vuelve una carac-
terística común en la mayoría de lxs adultxs trans, que crecieron en
un contexto social de discriminación, persecución y violencia hacia las

13 Ministerio de Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2017). La


revolución de las mariposas: A diez años de La Gesta del Nombre Propio (p. 168).
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 229

personas travestis, trans y no binaries. En los años setenta, aún en ple-


na dictadura, y en los ochenta, a pesar del inicio de la democracia, era
impensable abrir el debate sobre la diversidad, la heteronormatividad y
los derechos de las personas no cisgénero.

Para muchxs personas trans y no binaries, las situaciones de violencia


y exclusión comienzan en el seno mismo de sus familias, llegando en
algunos casos a sufrir desamparo afectivo y material, produciendo des-
arraigo. Detrás de ello, muchas veces se suceden otras vulneraciones:
la mencionada expulsión del sistema educativo, las dificultades para el
acceso a la salud, la imposibilidad de acceder y/o sostener un trabajo
formal, la precariedad habitacional, etc. En este sentido, resulta funda-
mental visibilizar la situación de las niñeces y adolescencias trans y no
binaries, en tanto el orden patriarcal, heteronormativo y adultocéntrico
las pone en condición de inferioridad y les impone un “deber ser” que
violenta su sentir, su deseo y su identidad.

Si bien en muchos casos el primer lugar de vulneración de los derechos de


las infancias trans y no binaries continúa siendo la familia, con la vigen-
cia de la Ley de Identidad de Género y la visibilidad de las diversidades, en
los últimos años puede apreciarse un cambio en el modo de accionar por
parte de algunas familias. Actualmente, muchxs adultxs responsables de
esas niñeces realizan un gran trabajo de acompañamiento y contención,
privilegiando los deseos, las voces y las decisiones de lxs niñxs, por sobre
otros discursos que se presentan como “autorizados”.

Cuando un adulto toma la decisión de acompañar la experiencia de su


hijx, comprendiendo e intentando no reprimirla, muchas veces puede
tener un efecto no previsto: el rechazo social. Existen diversos tipos de
rechazos: puede ser el distanciamiento de determinados grupos, como
la familia, amistades y personas del ámbito laboral, pero también debe
repararse en situaciones de desaprobación y exclusión que se dan en el
ámbito institucional, como las violencias recibidas en los espacios de
educación y esparcimiento o en los de atención de la salud.
230 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Los cambios que pueden apreciarse en los últimos años respecto de las
estrategias desplegadas por la familia incluyen, además, una búsqueda
por intercambiar experiencias, conocimientos y trayectorias con otrxs
pares, así como con personas travestis y trans adultas, dando lugar a
espacios de gestión y organización común en torno a las demandas.
En este sentido, se ha dado un proceso de colectivización de las expe-
riencias de las familias de niñxs y adolescentes trans, que en distintas
partes del mundo se organizan frente a la ausencia de respuestas insti-
tucionales y estatales. En relación con estos espacios, también han sur-
gido distintas instancias de encuentro, organización e intercambio que
reúnen a lxs propixs niñxs y adolescentes.

Existen diversas organizaciones sociales en Argentina (Munay, Infancias


Libres, Kidz, Mamachula, entre otras) que se proponen acompañar de
distintos modos las experiencias de madres y padres de niñeces y ado-
lescencias trans y no binaries. Estas organizaciones no gubernamenta-
les suelen estar conformadas por familiares, profesionales e integrantes
de la comunidad LGTBIQ+, que intentan compartir las incertidumbres y
necesidades de las distintas familias.

Para comprender dicho proceso de cambio, resulta ineludible considerar


la visibilización que cobraron las infancias trans y no binaries a través
de ciertas experiencias que se volvieron de público conocimiento y que
nos interpelan a todxs. Luana fue la primera menor de edad que rectifi-
có su nombre de pila y la categoría sexo en su Documento Nacional de
Identidad (DNI), sin necesidad de recurrir a un procedimiento judicial ni
a una pericia psiquiátrica. La visibilización de esta situación en nuestro
país14 marcó otro hito similar al de la misma ley, ya que por primera vez
en el mundo un Estado reconocía la identidad de género asumida por
una niña pequeña. La publicación del libro de Gabriela Mansilla, Yo nena,

14 Así como la experiencia de Luana en 2014, se dieron a conocer e hicieron


públicas otras experiencias como la de Facha, o Tiziana.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 231

yo princesa. La niña que eligió su propio nombre (2014), ha tenido el respaldo


institucional de la Universidad de General Sarmiento y se ha convertido
en un antecedente que permitió visibilizar las experiencias de las infan-
cias trans y sus trayectorias familiares. El libro

corrió los límites de los saberes y las prácticas profesionales, y tam-


bién de las políticas que se despliegan sobre la infancia. Porque el
relato muestra los efectos indisociablemente subjetivos y políticos de
toda lucha identitaria. Y por encima de todo, porque esas luchas se
siguen librando aquí y ahora (Diker y Bonaldi, 2014: 9).

Algunas reflexiones preliminares

Tal como hemos mencionado al comienzo de este libro, la intención


de las “I Jornadas sobre Experiencias Travestis y Trans: diálogos entre
la organización colectiva, el territorio y la universidad” era justamente
habilitar espacios de intercambio entre las personas trans, las organiza-
ciones y las universidades. Entendemos que constituyen instancias fun-
damentales para la ampliación de derechos y para la instrumentación
de políticas públicas que apunten a la inclusión.

En relación con ello, sostenemos que también resulta ineludible desan-


dar e interpelar ciertas prácticas y conocimientos que se producen en las
universidades y que muchas veces implican la enunciación de verdades y
certezas que afectan la formación y se traducen en intervenciones profe-
sionales, normativas y regulaciones que tienen fuertes implicancias polí-
ticas. En este sentido, planteamos la necesidad de construir conocimien-
tos críticos que permitan desnaturalizar la familia, la identidad, el género,
el patriarcado, la heterosexualidad, los cuerpos, para que lxs estudiantes
que se formen en la universidad pública puedan desarrollar otras prácti-
cas profesionales y educativas, construir otras dinámicas institucionales
y dar lugar a políticas públicas inclusivas e innovadoras.
232 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

Los procesos institucionales vinculados a la ampliación de derechos


de personas trans evidencian la emergencia de nuevos colectivos que
revierten los tradicionales esquemas de poder y producción de cono-
cimiento, lo que nos interpela a contemplar su participación activa, la
recuperación de sus saberes y el diseño de estrategias sobre la base de
sus propuestas (Dellacasa, 2018). Estas instancias habilitan espacios de
negociación, coproducción y cogestión que disputan el “control cogniti-
vo” por parte de los diferentes sujetos-colectivos, quebrando las clásicas
dicotomías interno/externo, experto/lego (Jassanof, 2004).

En este sentido, otro de los desafíos que enfrentamos tiene que ver
con alcanzar una presencia mayor de personas travestis y trans en la
educación superior. Para ello, se vuelve imprescindible cambiar el en-
foque y, en vez de preguntar qué tienen que hacer las personas trans
para ingresar y adaptarse a la universidad, debemos repensar qué ha-
cer desde las universidades (y el resto de las instituciones educativas)
para garantizar el acceso pleno e igualitario de las personas trans a es-
tos espacios. Sin duda, considerando las repercusiones y convocatoria
que han tenido las jornadas, hemos dado un pequeño pero importante
primer paso en esa dirección.

Tal como reflexionó Lohana Berkins: “Cuando una trava va a la universi-


dad, cambia la vida de ella; cuando muchas travas van a la universidad,
cambia la institución”.

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5.2 LO QUE LAS JORNADAS NOS DEJARON:


SABERES, CUERPOS Y TERRITORIOS EN TENSIÓN
Martín Boy, María Florencia Rodríguez,
Anahí Farji Neer y Camila Newton*

La realización de las “I Jornadas sobre Experiencias Travestis y Trans:


diálogos entre la organización colectiva, el territorio y la universidad”
nos permitió reflexionar acerca del rol de la academia y el papel de la
universidad en relación con la comunidad. La UNPAZ comenzó a funcio-
nar a partir de 2009, en la localidad de José C. Paz (segundo cordón del
Conurbano Bonaerense), en el marco de un proyecto político y educativo
más amplio de creación de las Universidades del Bicentenario. La dife-
rencia con las universidades tradicionales no solo es cronológica, pues
estas nuevas instituciones además de haber sido creadas en el siglo XXI
tienen la particularidad de localizarse por fuera de las “capitales” de las

* Integrantes del proyecto de investigación “Población trans y acceso a la salud


post ley identidad de género: avances y limitaciones en el Conurbano Bonae-
rense, 2018-2020”, radicado en el Instituto de Estudios Sociales en Contextos
de Desigualdades (IESCODE) de la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ).
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 237

provincias y de la Ciudad de Buenos Aires. El emplazamiento de estas


nuevas universidades en lugares del Conurbano Bonaerense –con des-
igualdades estructurales, precariedades e inacceso a derechos básicos–
reforzaron el ideario fundacional de promover y “desarrollar prácticas
educativas, producción de conocimiento y vinculaciones con el territo-
rio” (Andrade, Calzoni, Perczyk, Thea y Villanueva, 2018: 8). Se propone
de este modo salir del centralismo urbano e intelectual para abrir nue-
vos espacios universitarios “situados”.

El proyecto de estas universidades en general, y de la UNPAZ en par-


ticular, es el compromiso con la inclusión social y la democratización
del conocimiento a través del desarrollo articulado de las funciones de
docencia, investigación y transferencia en íntima relación con las ne-
cesidades y realidades del territorio. La investigación y la pertinencia
social son aspectos centrales en los objetivos estratégicos de la univer-
sidad. Entre ellos se mencionan la promoción interna de las actividades
de ciencia, tecnología e innovación dentro de la comunidad académica;
la profundización de los vínculos de la UNPAZ con instituciones de su
región de influencia y de articulación con la comunidad (municipios de
la zona, asociaciones, organizaciones, cooperativas, pymes) (Roca, Sch-
neider, Sánchez, Pedrosa y Chiappe, 2018).

La realización de estas Jornadas en la UNPAZ permitió abrir un espacio


interesante de intercambio y articulación entre nuestras indagaciones
teórico-metodológicas que desarrollamos como equipo de investigación
en la Universidad y las necesidades de los colectivos de la diversidad
residentes en el Conurbano Bonaerense. La relevancia temática atrajo
incluso a profesionales, especialistas y funcionarixs porteñxs que se
acercaron a José C. Paz. Esta vez era una universidad del conurbano la
que traccionaba desde el centro hacia la periferia y no a la inversa. Asi-
mismo, la masividad del público –con una marcada presencia de estu-
diantes, docentes, trabajadores administrativxs de la Universidad, tra-
vestis y trans y colectivos de la diversidad de zonas aledañas– permitió
238 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

vislumbrar varias cosas; por un lado, la importancia y la potencialidad


de pensar estas cuestiones desde y hacia el conurbano en función de las
demandas de los grupos sociales postergados; y por otro lado, compren-
der que la universidad no aborda un territorio llano-vacío, sino que ese
territorio tiene vida, actores y voces. Muchas de las personas que par-
ticiparon como panelistas habían sido entrevistadxs en nuestro trabajo
de campo e incluso eran estudiantes de la Universidad.

En este sentido, no solo hay un perfil distinto de las Universidades del


Bicentenario con respecto a las instituciones tradicionales sino que nos
encontramos frente a una nueva comunidad estudiantil, en la que se
vislumbra la llegada de lxs primerxs trans a la educación superior y con
ellxs nuevas demandas a las instituciones. Tal como expresó Michelle
Bordón en las Jornadas, es valioso contar con una universidad inclusiva
en el conurbano pero, a la vez, consideró necesario seguir trabajando en
la adaptación de las condiciones de cursada según la situación económi-
ca y social, ya que a veces no llegan a rendir un examen al ser demoradas
en la comisaría por ofertar sexo en la calle. Al mismo tiempo, la presen-
cia de travestis y trans pone a discusión los contenidos curriculares ci-
sheteronormativos. Estas cuestiones se amalgaman con otras iniciativas
que apuntan a la transformación de la Universidad, como el lanzamiento
del cupo laboral trans y de baños desgenerizados, así como capacitacio-
nes de género organizadas por el gremio no-docente de UNPAZ.

Tal como fue explicitado y remarcado por integrantes de los paneles y


por comentaristas invitadxs a participar de esta publicación, lo cis y lo
trans constituyen lugares de enunciación atravesados por una distri-
bución desigual de privilegios y precariedades. Consideramos que pro-
fundizar sobre la tensión entre lo cis y lo trans resulta pertinente en
dos sentidos. Por un lado, para revisitar los debates desarrollados en las
jornadas y, por otro, para construir una mirada reflexiva sobre las im-
plicancias de nuestras posiciones, acciones e intenciones en tanto per-
sonas cis integrantes de uno de los equipos que organizó las jornadas.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 239

El término cisgénero define a las personas que se identifican con el géne-


ro que les fue asignado al nacer y, por ende, no son trans. Fue elaborado
por la comunidad travesti y trans y tomó un lugar central como categoría
analítica al interior de los Transgender Studies (Fernández Romero, 2019).
Se forjó con el fin de visibilizar y denunciar la injusticia epistémica que
recae sobre la comunidad trans. Como afirma Blas Radi, detrás del con-
cepto cisgénero se ubica el gesto subversivo de ejercer activamente el
“poder de nombrar y, en particular, de nombrar a quien tradicionalmen-
te ha nombrado, esto es: las personas cis” (Radi, 2019: 38). Este concep-
to permite mencionar aquello que históricamente se ungió como lo no
marcado y dar cuenta del proceso de borradura de esa marca.

De la mano del concepto cisgénero se ubica la definición del cisexismo


como régimen específico de opresión que tiene como eslabón central el
privilegio cisexual. Tal como sostiene Julia Serano, se trata del “doble es-
tándar que promueve la idea de que los géneros de las personas transe-
xuales son distintos y menos legítimos que los géneros de las personas
cisexuales” (Serano, 2007). Este fenómeno tiene como consecuencia di-
recta la desautorización de las voces de las travestis y trans para hablar
sobre sus propias vidas. Un aspecto mencionado en las Jornadas sobre
este punto fue el modo en el que el campo médico se ha ubicado his-
tóricamente como un lugar prototípico de desautorización de travestis
y trans a través del sostenimiento de lógicas signadas por el morbo y
el desinterés por cómo viven su tránsito por el sistema de salud. Otro
punto nodal en la trama de desautorización epistémica de la población
trans es su inacceso a las instituciones educativas, siendo estas las pro-
ductoras del conocimiento socialmente validado. Su expulsión de estos
ámbitos se efectúa a través de miradas y comentarios discriminatorios y
estigmatizantes, la generización y malgenerización compulsiva, la infle-
xibilidad de los regímenes de asistencia. También se produce mediante
la ausencia de contenidos que permitan dar sentido a las vidas travestis
y trans y la producción y circulación de saberes que lxs colocan en lu-
240 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

gares instrumentales u objetualizantes. Una pista potente que propone


la categoría cisgénero para desmontar esta dinámica es visibilizar las
lógicas cisexistas que nos llevan a naturalizar que no contemos con co-
legas trans en nuestros proyectos de investigación, en nuestras cátedras
y equipos de trabajo, o que la bibliografía de las materias y seminarios
que dictamos no contenga autorxs trans.

Como personas cisgénero que ubicamos espacios académicos analizan-


do las desigualdades estructurales que afectan a la población travesti
y trans, tenemos la responsabilidad de mirar reflexivamente nuestras
prácticas y los lugares que ocupamos en el sostenimiento del cisexismo.
Podemos decir que la organización de las Jornadas cuyo contenido se
sistematizó en esta publicación estuvo motivada por intereses intelec-
tuales y académicos pero también por compromisos políticos y éticos en
la búsqueda por desmontar la sistemática, histórica y estructural vul-
neración de derechos de la población travesti y trans. Lo cierto es que
ni las mejores intenciones nos eximen de reproducir lógicas cisexistas.
Desde el momento que ocupamos casilleros en el tablero de la desigual
distribución de privilegios y precariedades del “cis-tema”, somos parte
del problema que solemos abordar exclusivamente en términos analíti-
cos. Tomar el guante de los planteos que hicieron las personas travestis
y trans que invitamos a participar en estas Jornadas –y que aceptaron el
convite cálidamente– requiere habitar la incomodidad de reconocernos
como objeto de crítica e indagación en tanto personas cis y preguntar-
nos: ¿Cómo habitar posiciones cisgenéricas responsables, cuidadosas,
conscientes, reflexivas y que escapen de lugares autocomplacientes?

¿Qué cuerpos son mostrables? ¿Qué cuerpos detentan el saber? ¿Cómo


generamos conocimiento? Estas son algunas preguntas que nos han
quedado como eco de las Jornadas.

En las distintas mesas se han relatado experiencias que daban cuenta


de que los cuerpos travestis-trans ocupan un lugar subalterno en la ge-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 241

neración de conocimiento y saber científico. Escuchamos a una docente


y madre reclamar que en la escuela de su hija, su cuerpo trans no forma
parte de la currícula programática y que no es mostrado en los libros de
biología. Hemos presenciado un interesante intercambio entre Nicolás
Reynolds y Rocío Majul en torno a la medición del clítoris en los trans
en las consultas médicas para generar datos estadísticos inexistentes
hasta el momento en pos de la mejora de los tratamientos hormonales.
¿Cómo se llevan a cabo y qué lugar se le da al deseo en esos procesos?

El modelo médico hegemónico, saber occidental, blanco y heterocisnor-


mativo desde sus tradiciones, jerarquiza el saber académico, el conoci-
miento científico por sobre el conocimiento experiencial, aquel saber
obtenido a través de la vivencia.

Por siglos hemos naturalizado una visión de mundo cartesiana que se-
para el cuerpo de la mente, la mente “arriba”, el cuerpo “abajo” como
mero soporte de la razón. Desde un enfoque feminista, Donna Haraway
(1995) se pregunta por la manera en que miramos al investigar y critica la
“objetividad” de la ciencia, la manera en que el hombre la ha dominado.
Frente a esta crítica, propone una nueva manera de mirar, una objetivi-
dad feminista. Lejos de borrar del tablero las aspiraciones de neutralidad,
Haraway pone sus esfuerzos en pensar una objetividad situada, involu-
crada, capaz de enunciar desde donde se está mirando. Y esta objetividad
es una ética feminista en tanto, habilitadxs por nuestro ejercicio de cues-
tionamiento de una lógica patriarcal, blanca, europea y cisheterosexual,
podemos habilitar(nos) otra mirada situada: explicitar dónde estamos y
dónde no al momento de pensar el mundo. Esto implica la ruptura con
una aspiración universalizante, imparcial, distante, higiénica.

Moira Pérez (2019) reflexiona en torno a la violencia epistémica, per-


petuada en la generación de conocimiento. Esta violencia –lenta e in-
visible– puede devenir en la represión o no reconocimiento de ciertas
perspectivas sobre individuos, conceptos, cosmovisiones. Encuentra su
242 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

soporte en la división internacional del trabajo intelectual que designa


ciertos roles como agentes epistémicos y otros como objetos del conoci-
miento en función del género, la etnia, la clase y la nacionalidad.

Como integrantes de la academia, consideramos que tenemos una


apuesta por delante: reflexionar críticamente sobre nuestras prácticas
y contribuir desde distintos espacios –las aulas, jornadas, discusión de
planes de estudio, selección de contenidos– a generar un conocimiento
crítico que recupere el cuerpo, el deseo y las diversas experiencias vi-
venciales de la comunidad travesti trans.

Otro de los ejes que nos interesa recuperar de las Jornadas es la dimen-
sión temporal y cómo el paso del tiempo, la espera, genera tensiones en-
tre las instituciones y las personas. Tal como sostiene Auyero, “la espe-
ra funciona como un mecanismo de dominación. Es una estrategia sin
un estratega, no es que hay alguien que a propósito, intencionalmente,
hace esperar a los subordinados o desposeídos” (Auyero en Damín, 2014:
408). Según Auyero, la administración de la espera por parte del Estado
es una de las formas de regular la pobreza, a los relegados y a los despo-
seídos. En línea con este autor, Camilo Braz señala que “la tensión entre
el tiempo institucional u oficial y el tiempo vivido o subjetivo es [...] una
clave interpretativa central” (Braz, 2017: 160) para analizar el acceso a
derechos de la población travesti y trans.

Todo nuevo reconocimiento de derechos que pone en jaque ciertas for-


mas de pensar la complejidad de la realidad genera una distancia entre
el tiempo que las instituciones necesitan para acomodarse y las nece-
sidades urgentes de las personas concretas que desean mejorar su cali-
dad de vida. La aprobación de la Ley de Identidad de Género (LIG) es un
buen ejemplo para problematizar cómo se concreta el acceso a derechos
de la población travesti y trans.

La LIG fue aprobada en 2012 en Argentina. Sin embargo, las Jornadas


de debate organizadas en 2019 dieron cuenta de cómo los derechos ga-
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 243

rantizados en esta normativa dependen muchas veces de una buena


voluntad y no de instituciones comprometidas que conocen e imple-
mentan las normativas que atraviesan sus funciones. Tal como se vino
trabajando en este equipo de investigación, la heterocisnormatividad
presente en la mirada y formación de los equipos de salud suele crista-
lizarse como una barrera de acceso para travestis y trans a su derecho
a la salud (Boy y Rodríguez, 2019; Farji y Newton, 2019; Farji Neer, 2018;
Newton y Moreyra, 2018). La ligazón entre pene-varón y vulva-mujer si-
gue aún muy presente en la mirada del personal de salud y en su for-
mación académica. El quiebre de esta norma encarnada en travestis y
trans suele traducirse en tratar a una trans en masculino, sin respetar
su autopercepción promovida en el artículo 12 de la LIG, o en cómo los
trans deben dar explicaciones incómodas cuando necesitan atenderse
en los servicios de ginecología, entre otros ejemplos posibles.

Si bien es cierto que el reconocimiento formal de derechos implica


un punto de partida para problematizar las barreras de acceso, la an-
tropóloga Mariana Chaves nos invita a pensar cómo la extensión de
derechos no implica necesariamente un acceso automático. La autora
sostiene que hay que diferenciar la ciudadanía abstracta de la concreta
(Chaves, 2012) para así distinguir el plano legal del acceso efectivo a los
derechos. Chaves identifica cómo en la micropolítica, en las escenas
cotidianas, se concreta el derecho o se perpetúa la posición de des-
igualdad. Tal como la autora señala,

se trata de las situaciones donde “lo administrativo” se convierte en


una cadena de imposibilidades, idas y vueltas, rebotes y rechazos
que concluyen en un alejamiento del intento del acceso al derecho,
o en una obstaculización del aparato estatal fragmentario y quizás
contradictorio, o en una forma clara de enunciar sin poder cumplir
(Chaves, 2012: 60).
244 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

En diferentes pasajes del debate en las Jornadas, de alguna manera o de


otra, travestis y trans que se encontraban como panelistas o como público
dieron a entender que sus derechos no podían esperar más. Que la Ley de
Educación Sexual Integral solo será integral cuando estén ellxs en los con-
tenidos curriculares; que solo cuando la salud esté garantizada podrán
tener la misma expectativa de vida que el resto de la población; que solo
cuando se implemente el cupo laboral trans en la provincia de Buenos
Aires podrán acceder a obras sociales en la juventud, a la jubilación en la
vejez y a puestos laborales alejados de “la ruta”; que solo cuando se lxs
incluya en las políticas de vivienda podrán dejar atrás el hacinamiento
y la precarización habitacional; que solo cuando se deje de exotizar las
corporalidades travestis y trans podrán ejercer sus derechos ciudadanos.

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Conocimiento. Avellaneda: Undav Ediciones; José C. Paz: EDUNPAZ;
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www.akntiendz.com/?p=6315.
INTEGRANTES DE LOS
EQUIPOS DE INVESTIGACIÓN

MARTÍN BOY. Doctor de la Universidad de Buenos en Ciencias Sociales.


Sociólogo. Investigador adjunto del CONICET, del Instituto de Estudios
Sociales en Contextos de Desigualdades de la Universidad Nacional de
José C. Paz (UNPAZ) y del Instituto de Investigaciones Gino Germani de
la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se desempeña como docente en
la carrera de Sociología de la UBA, en la carrera de Trabajo Social de la
UNPAZ y en diferentes posgrados.

MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ. Socióloga y doctora en Ciencias Sociales


por la Universidad de Buenos Aires. Investigadora adjunta del CONICET
con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (FCS-UBA). Es
profesora regular adjunta de la UNPAZ e investigadora del IESCODE de
248 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

dicha universidad donde codirige el proyecto “Población trans y acceso


a la salud post ley de identidad de género: avances y limitaciones en el
Conurbano Bonaerense, 2018-2020”.

MARÍA ALEJANDRA DELLACASA. Doctora de la Universidad de Buenos Ai-


res, con mención en Antropología, magíster y profesora en Ciencias An-
tropológicas (FFyL, UBA). Especialista en Metodología de la Investigación
por la Universidad Nacional de Lanús. Es investigadora asistente del CO-
NICET en el Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS)
y en el Instituto de Ciencias Antropológicas (UBA). Se desempeña como
profesora adjunta en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia
de Buenos Aires y en distintos posgrados.

ESTEFANÍA VICTORIA AYALA. Profesora en Ciencias Antropológicas por


la Universidad de Buenos Aires (FFyL, UBA), es integrante del Proyecto
UBACyT: “Tecnología, identidad y política: de la intervención tecnológi-
ca en los cuerpos a las políticas públicas en Ciencia y Tecnología. Suje-
tos, instituciones y saberes”.

SOLANGE BASUALDO. Licenciada en Trabajo Social de la Universidad Na-


cional de José C. Paz. Orientadora social de la Escuela Primaria N° 34 y
del Jardín de Infantes N° 931 de Villa Rosa del partido de Pilar. Investi-
gadora del proyecto “Población trans y acceso a la salud post ley iden-
tidad de género: avances y limitaciones en el Conurbano Bonaerense,
2018-2020”, radicado en el IESCODE. Estudiante de la Diplomatura en
Inclusión Escolar con orientación en TES (UNTREF).

ANAHÍ FARJI NEER. Doctora de la Universidad de Buenos Aires en Cien-


cias Sociales. Magíster en Investigación en Ciencias Sociales y licenciada
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 249

en Sociología. Becaria de formación en investigaciones estratégicas de


la Universidad de Buenos Aires. Integrante del proyecto de investiga-
ción científica y tecnológica “Población trans y acceso a la salud post ley
identidad de género: avances y limitaciones en el Conurbano Bonaeren-
se, 2018-2020” (IESCODE-UNPAZ).

JOSÉ CARLOS LEANZA. Abogado de la Universidad de Buenos Aires y li-


cenciado en Ciencias Antropológicas (FFyL), por la misma universidad.
Capacitador en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas
de la CABA en identidad de género y reproducción humana asistida. In-
tegrante del Proyecto UBACyT: “Tecnología, identidad y política: de la in-
tervención tecnológica en los cuerpos a las políticas públicas en Ciencia
y Tecnología. Sujetos, instituciones y saberes”, del Instituto de Ciencias
Antropológicas (FFyL, UBA).

CAMILA NEWTON. Licenciada en Trabajo Social. Becaria doctoral CONI-


CET, IESCODE-UNPAZ. Maestranda en Sociología de la Cultura y Análisis
Cultural, Universidad Nacional de San Martín. Integrante del proyecto
de investigación “Población trans y acceso a la salud post ley identidad
de género: avances y limitaciones en el Conurbano Bonaerense, 2018-
2020)”. Docente en la carrera de Trabajo Social de la UNPAZ.

ALEJANDRA PEDRANI. Estudiante de la carrera de Licenciatura en Tra-


bajo Social de la UNPAZ. Profesora de enseñanza preescolar. Directo-
ra de la Escuela Infantil y Sala de Juegos Multiedad UP C N° 1 de la
Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). Investigadora del
proyecto “Población trans y acceso a la salud post ley identidad de gé-
nero: avances y limitaciones en el Conurbano Bonaerense, 2018-2020”,
radicado en el IESCODE.
250 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

ALEJANDRA ROCA. Doctora en Antropología (UBA) y magíster en Políti-


cas y Gestión de la Ciencia y la Tecnología (UBA). Se desempeña como
profesora titular en la materia Ciencia, Tecnología y Salud de la UNPAZ y
como profesora asociada en la carrera de Ciencias Antropológicas (FFyL-
UBA); además dicta seminarios en distintos posgrados. Es directora del
Proyecto UBACyT: “Tecnología, identidad y política: de la intervención
tecnológica en los cuerpos a las políticas públicas en Ciencia y Tecnolo-
gía. Sujetos, instituciones y saberes”. Se ha desempeñado como secreta-
ria de Ciencia y Tecnología de la UNPAZ.

SEBASTIÁN SPOSARO. Licenciado en Ciencias Antropológicas (FFyL,


UBA), es integrante del Proyecto UBACyT: “Tecnología, identidad y políti-
ca: de la intervención tecnológica en los cuerpos a las políticas públicas
en Ciencia y Tecnología. Sujetos, instituciones y saberes”. Se desempeña
como jefe de Trabajos Prácticos en la materia Trabajo Integrador Final y
es parte del equipo docente de las carreras de Licenciatura de Bioimáge-
nes e Instrumentación Quirúrgica de la UNPAZ.
AGRADECIMIENTOS

Queremos agradecer a nuestra querida UNPAZ, lugar donde forja-


mos la idea de organizar las “I Jornadas sobre Experiencias Travestis
y Trans” y a partir de la cual fue posible materializar la elaboración de
esta publicación.

A las autoridades de la Universidad. A Federico Thea, quien fuera rector


de la UNPAZ, y a Darío Kusinsky, actual rector de esta casa de estudios.
A Alejandra Roca, quien fuera directora de la Secretaría de Ciencia y Téc-
nica de la UNPAZ. A Nora Goren y Paula Isacovich, directora y coordina-
dora académica respectivamente del IESCODE-UNPAZ. A Javier Nascone,
quien fue director de la carrera de Trabajo Social. A Mabel Grimberg, di-
rectora del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filo-
252 MARÍA FLORENCIA RODRÍGUEZ, MARTÍN BOY Y MARÍA ALEJANDRA DELLACASA

sofía y Letras de la UBA, y a Alejandro Otamendi, secretario académico,


que nos acompañó en la mesa de apertura de las Jornadas.

A cada unx de lxs compañerxs trabajadorxs de la Universidad que es-


tuvieron codo a codo acompañando y trabajando en la organización de
las Jornadas. Queremos mencionar especialmente a Ornella Páez y a
Rosalyn Ruiz por su dedicación, energía y afecto volcados en la realiza-
ción de estas Jornadas de debate, intercambio y aprendizaje. Y al Área
de Prensa de la UNPAZ, por sus diseños y difusiones tan importantes en
los tiempos que corren.

Al público, por llenar el Auditorio desde las nueve de la mañana hasta


las siete de la tarde y, así, hacernos dar cuenta que algo importante iba
a pasar.

A lxs integrantes de los dos equipos de investigación que gestamos,


acompañamos y disfrutamos este evento que no olvidaremos.

A lxs invitadxs expositorxs de los paneles, por poner la voz, socializar


sus experiencias propias, por ayudarnos a pensar e intercambiar de ma-
nera emotiva lo transitado y lo que queda pendiente. Para nosotrxs ha
sido muy potente la articulación con el público, y los puentes generados
de cara al futuro.

A lxs invitadxs comentaristas que se sumaron a participar, contribu-


yendo con sus aportes a analizar los debates desarrollados a lo largo de
las Jornadas. Sus experiencias académicas, profesionales y militantes
enriquecieron las miradas.

A Mario Pecheny y Nora Goren por sus palabras volcadas en los prólogos.

A Daniel Tau por haber organizado y gestionado la logística de la per-


formance, y que contó con la participación de Andrés Andino, Beltrán
Horisberger y María Pía Matignoni durante la jornada. A ellxs tres les
agradecemos también por la posibilidad de entrevistarlxs y adentrarnos
en la experiencia del ballroom en el barrio.
EXPERIENCIAS TRAVESTIS Y TRANS 253

A Andrea Laura Pasut por su obra de arte, que constituye de manera


sublime la tapa.

Al equipo editorial EDUNPAZ por acompañar este proyecto; por su labor


y celeridad para avanzar con la publicación.

No debemos olvidar que este libro emerge en un contexto muy com-


plejo atravesado por la pandemia. En este sentido, el trabajo en equipo,
además de provechoso, devino en una red de contención imprescindible
para dar aire al contexto adverso por el que atravesábamos.

¡A todxs, profundamente gracias!


INSTITUTO DE ESTUDIOS SOCIALES EN CONTEXTOS DE DESIGUALDADES

El propósito del libro ha sido poner en diálogo las tensiones,


dilemas y cuestiones que atraviesan las experiencias de la po-
blación trans pudiendo dar voz a ellas, ellos, ellxs, desde una
mirada situada, territorial. Lxs lectores podrán transitar a lo
largo de estas páginas las intervenciones, aportes y reflexiones
en primera persona de feminidades y masculinidades trans que
residen, habitan y transitan el Conurbano Bonaerense. Asimis-
mo, podrán adentrarse en los enfoques de lxs especialistas,
trabajadorxs de la salud y equipos técnicos sobre los desafíos
y obstáculos a los que deben enfrentarse en los municipios. Y,
por último, el rol de la academia: la lectura analítica y expe-
riencial que se cruza en lxs investigadores trans y en quienes
no lo son pero también abordan e indagan sobre problemáticas
centrales en torno a los derechos y a la diversidad.

[Extracto de la Introducción]

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