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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA


DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO

LA ANDRAGOGIA

Autor (a): José Amundaray


N° de Cedula: 18.386.491

Facilitador: Leslibeth Sucre

Delta Amacuro, Febrero, 2022


Mundialmente la educación está siendo considera- da como un proceso
global, dialógico, dirigido a generar cambios conductuales y procesos significativos
que comprenden el sentido de la vida del ser humano; cuya meta es formar al
hombre desde muy temprana edad a través de toda su existencia, atendiendo a
las etapas de su desarrollo evolutivo, considerando su naturaleza, motivaciones,
intereses, necesidades y potencialidades que lo identifican como individuo
gregario.

A este respecto, las características que indican los intereses, el desarrollo


intelectual y las experiencias son las que establecen marcadas diferencias entre
los jóvenes, adolescentes y adultos que ameritan tratamiento educativo adecuado
en cada eta- pa, por tal razón, la educación debe ser metodológica, adecuada al
nivel y modalidad educativa, en donde sus objetivos o competencias apunten al
desarrollo integral del individuo y a la formación de un hombre capaz de
involucrarse activa y conscientemente en la búsqueda de soluciones a los
problemas de la comunidad, de las instituciones y de la sociedad en general.

En la aprendizaje del adulto, éste debe ser asistido mediante un proceso que
facilite el propósito a través de la expresión de sus experiencias como un punto de
partida para entender y agilizar la transformación del individuo en su en- torno
social partiendo del entramado educativo como ser adulto, en búsqueda siempre
de ampliar sus conocimientos mejorando sus estrategias de aprendizaje que le
permita colaborar al desarrollo social y cultural de su comunidad, región y del país.

En ese sentido, la Andragogía representa el camino para lograr el desarrollo


exitoso de un proceso de enseñanza y aprendizaje del aprendiz adulto en el
contexto universitario, diferenciándolo del acto educativo en otros contextos donde
se emplean estrategias basadas en la pedagogía, donde, por supuesto, se
requiere de otros métodos de enseñanza y aprendizaje que considere los
intereses y capacidades de los participantes adultos como elementos generadores
de motivación hacia el aprendizaje continuo, y asumirla como una actitud de vida
que va más allá del hogar, la escuela y la sociedad.
En la actualidad, la práctica educativa a nivel universitario se realiza
utilizando estrategias inadecuadas por cuanto no respetan los intereses y
motivaciones propias de un individuo psicológica, social y biológicamente maduro,
las cuales lucen incongruentes para el logro de principios y objetivos de la
educación de adultos que se centra fundamentalmente en considerar al hombre
como un individuo que se desarrolla integrado a una comunidad, con
características propias, conductas diferenciadas con un caudal de actitudes que
heredan y se manifiestan objetivamente, donde el participante es reconocido como
un ente social, cuyos esfuerzos individuales benefician el conjunto del
conglomerado humano como unidad de la sociedad, el cual tiene capacidad de
aprender, desaprender y reaprender continuamente.

La Educacion de adultos esta ligada a los cambios de la sociedad. Ella


prepara a los individuos para enfrentarse a cambios, les permite adaptarse a los
nuevos ambientes y los habilita para comprender las exigencias de una economía
cada vez mas compleja. Por otra parte la educación de adultos esta sujeta a las
necesidades de los adultos en términos de ambicion, intereses y logros. Esta
facilita la obtención de metas concebidas por la experiencia personal o profesional
de cada invididuo, bien sea por las nuevas responsabilidades o por las actividades
generales que debe realizar en un mundo en constante cambio.

No obstante, para que un adulto en situación de aprendizaje obtenga el éxito


esperado debe contar con educador experto en andragogía que medie este
proceso, con el fin como lo señala Castro Pereira (2017) de profundizar “los
aspectos históricos, filosóficos, psicológicos y organizacionales de la educación de
adultos” (p.3). Siendo la andragogía el canal donde converge todas las actividades
educativas vinculadas en favor de los adultos que aprenden en las diferentes
instituciones educativas.

La andragogía como se ha venido señalando puede definirse como una


ciencia que busca tejer redes sobre la educación de los adultos. Esta
consideración se hace ya que los adultos no aprenden como los infantes, sus
prácticas formativas deben sostenerse sobre una organización que considere los
andamiajes y encuadres propios de las experiencias particulares previamente
adquiridas, es por ello que Capitillo Silva (2017) destaca:

…el facilitador debe utilizar procedimientos, métodos, recursos que


contengan la contextualización de los aprendizajes y por ende la adecuada
práctica educativa que conlleve a procesar el aprendizaje desde un enfoque de la
construcción del conocimiento, donde el participante a partir de sus experiencias
sume los nuevos saberes y sea creativo aportando a la producción del nuevo
conocimiento (p. 4).

Los adultos traen consigo un conjunto de vivencias, producto de su paso por


la vida, es decir cada adulto lleva consigo un arsenal de información, que le poder
ser útil, al momento de tener que construir su propio proceso de aprendizaje pero
también le puede suponer un obstáculo por ese mismo arsenal también
puede contener malas prácticas, prejuicios, vicios, y recuerdos no gratos. Lo que
decreta la importancia que tiene el desaprender para aprender. Pero el adulto que
facilita el aprendizaje también debe desaprender y respetar el proceso del adulto
que aprende, sobre esto se retoma a Capitillo Silva (Ob. Cit) cuando señala:

Cabe referir, el adulto no debe sentir que la interacción con los demás
participantes y con el o los facilitadores sea parte de un protocolo sino más bien
tomarlo de la manera más amigable posible… se puede decir, que ambos son
adultos con experiencias, igualados en el proceso dinámico de la sociedad. Acá el
tradicional concepto de uno que facilita conocimientos y otro que aprende, uno que
sabe y otro que ignora en algunos casos, pero posee experiencias y saberes se
transforman es una acción reciproca de aprendizaje (p.17).

En la etapa de la vida adulta, la mayoría de las personas han estado en


muchas posiciones de poder, bien sea como administradores de nuestras propias
familias o desempeñando cargos de responsabilidad en empresas o trabajos. Es
decir, han usufructuado el poder del adulto, debido a esto en muchas ocasiones
pudiese sentirse rechazo sobre las personas que le concierne ser corresponsables
en sus proceso de aprendizaje, sin estar conscientes pudiera desarrollarse
“problemas de autoridad” que realmente pudieran ser “problemas de confrontación
de ideas”, no obstante el facilitador según a Capitillo Silva debe:

…poseer una madurez psicológica y emocional, acompañada de una


formación humanística, científica, tecnológica y social, que le permita relacionarse
de manera adecuada con los participantes y con quienes le rodean, posibilitando
la transmisión de conocimientos a través de la motivación.

En el aprendizaje del adulto ocurren circunstancias que se deben considerar,


tales como que el adulto se inquieta seriamente por los resultados de los
procesos que emprende. Muestra responsabilidad, aceptado su grado de
compromiso en la consecución de las metas trazadas, estén o no logradas. Toman
las experiencias no satisfactorias de manera personal , lo que pudiera
desencadenar en el abandono de su objetiva o en baja estima personal.. Sin
embargo los adultos en situación de aprendizaje poseen regularmente un alto
nivel de compromiso.

Sobre la base de los planteamientos ya señalados, es necesario acotar que


cuando un adulto se incorpora a un proceso educativo, lo hace desde el
convencimiento de que necesita alcanzar nuevas experiencias y competencias,
que le permitirán mejorar su calidad de vida, desarrollara nuevas habilidades
sociales e interculturales y completara un conjunto de expectativas que lo llevaran
a ser mejor profesional y mejor ser humano. No obstante, un obstáculo en este
camino está determinado por la resistencia al cambio, lo que hace necesario que
el interesado procure ejercitar las cuatro virtudes del buen aprendiz descritas por
Andersen (2017): “Aspiraciones, conocimiento propio, curiosidad, vulnerabilidad”
(p. 4-5), con el fin de obtener ventajas competitivas, ante la velocidad que impone
la sociedad del conocimiento.

Al referirse a las aspiraciones, el adulto en situación de aprendizaje debe


elevar sus esperanzas como una clave-reto que necesita para aprender más allá
de lo que se le pretende enseñar. Debe romper con las barreras que pudiesen
representar la incorporación de nuevas experiencias de aprendizaje, se hace
necesario el enfocarse en un ganar-ganar, es decir plantearse los beneficios de
este nuevo conocimiento que se adquiere y con ello se podrán vencer las
adversidades.

Asimismo, es necesario aumentar el conocimiento propio, conocerse


asimismo, y no temer ante la evaluación que otros puedan hacer sobre nuestro
trabajo académico e intelectual, aprender a escuchar las críticas, aceptarlas
valorarlas e incorporar la autorregulación es proceso paulatino de crecimiento que
algunos profesionales reconocen como una elevación de la conciencia. Debido a
esto es necesario aprender a reflexionar y tomar conciencia de cómo se hace, con
el fin de dar valor a los aprendizajes y saberes que se obtienen a partir de estos
ejercicios.

Con respeto a la curiosidad, los adultos que aprenden deben ejercitarla


frecuentemente, ya que esto nos puede conducir a experimentar, crear y dar
nuevo sentido a los conocimientos que ya hemos adquirido. Hay que manejar la
técnica de la pregunta poderosa o generadora, redirigir las preguntas, entrenarnos
en el cuestionamiento, y esto potenciará la creatividad.

Actualmente son conocidos los Principios sobre el aprendizaje de los adultos:

1. La necesidad de «conocer» al participante adulto.


2. El concepto personal del participante, como un ser «autónomo»,
«autodirigido».
3. Su valiosa «experiencia « previa como recurso, así como sus modelos
mentales.
4. Su disposición para aprender, relacionada con la vida y el desarrollo.
5. Su inclinación al aprendizaje contextual y centrado en los problemas.
6. Motivación para aprender: valor intrínseco, beneficio personal.
De igual manera podemos encontrar etapas del proceso de planeación del
aprendizaje de Adultos, las cuales mencionamos:

1. NECESITAR: determinar qué aprendizaje se necesita para alcanzar las


metas personales.

2. CREAR: estrategias y recursos para alcanzar las metas de aprendizaje.

3. IMPLANTAR: las estrategias del aprendizaje y utilizar los recursos del


aprendizaje.

4. EVALUAR: la consecución de las metas de aprendizaje y el proceso


seguido para alcanzarlo.

Estas cuatro fases sirven como objetivos para buscar lo que se sabe sobre
los adultos que controlan su proceso de aprendizaje.

Finalmente, hay que reconocer nuestra vulnerabilidad y nuestra “incapacidad


para aprenderlo todo”, no debemos sentirnos culpables por necesitar ayuda, bien
sea para incorporar nuevo conocimiento, para completar una tarea o para iniciar
una nueva experiencia de aprendizaje. Por ello retomamos a Andersen, cuando
señala “cuando queremos aprender algo nuevo nos enfocamos en lo positivo y lo
que ganaremos de ese aprendizaje y esto nos estimula a actuar” (p.5). Es
conveniente, el auto estimulo constante al detectar inseguridades o frustraciones
que pudieran surgir en nuestro proceso de aprendizaje y trabajar la constancia
para mantenernos enfocados en las metas que nos hemos trazado.
Referencias

Andersen, E. (2017). Curso de Iniciación, Lectura N° 3, El Adulto y sus


características en situación de Aprendizaje. Caracas: Universidad Nacional
Abierta.

Capitillo Silva, J. (2017). Curso de Iniciación, Lectura N° 2, El Adulto y sus


características en situación de Aprendizaje. Caracas: Universidad Nacional
Abierta.

Castro, M. (2017). Curso de Iniciación, Lectura N° 1, El Adulto y su Aprendizaje.


Caracas: Universidad Nacional Abierta

Piña José, Rodríguez Belkis, Rodríguez Ybrahim (2016) Construcción del


Aprendizaje del Adulto. ARJÉ Revista de Postgrado FaCE-UC. Vol 10 N° 18.

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