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Empezaré definiendo dos estados de un gen: activo e inactivo.

Recuérdese
que un gen es un fragmento de ADN que normalmente incluye una región
que codifica una proteína. Todas las células de un organismo tienen esen-
cialmente el mismo conjunto de genes en su ADN. Para hacer una proteína,
la región codificadora de un gen se transcribe primero en unas copias de
ARN que son luego traducidas para hacer una proteína de un tipo particu-
lar: la información pasa del ADN al ARN a la proteína. En la medida en que
este proceso de fabricar ARN y proteínas a partir de un gen está en marcha
en una célula, podemos decir que el gen está activo o que se está expresando.
Cuando un gen está activo, el ARN y la proteína correspondientes se acu-
mulan en la célula. En algunas células, sin embargo, la transcripción de la
región codificadora de un gen en ARN puede no tener lugar, de modo que no
se producen moléculas de ARN o proteínas a partir de este gen. El gen sigue
estando ahí, en el núcleo de la célula, pero en este caso se dice que está
inactivo o que no se expresa. El hecho de que un gen esté activo o inactivo en
una célula no es una cuestión aleatoria, sino algo perfectamente regulado.
En cualquier momento durante el desarrollo de un organismo, un gen puede
estar activo en algunas células y ese mismo gen estar inactivo en otras.
Puede haber células en una parte del organismo, digamos por ejemplo en el
hígado, en las que un gen en particular se esté expresando, y células en
otras partes, por ejemplo en el cerebro, en el que este mismo gen no se esté
expresando. Podernos referirnos a esta pauta regional de la actividad de los
genes como la pauta de expresión del gen. Este es un concepto fundamental
al que me referiré muchas veces, así que es importante recordar que la
pauta de expresión de un gen se refiere a en qué lugares del organismo este
gen está activo o inactivo en un momento dado.

La forma más fácil de determinar si un gen está activo o inactivo en una


célula es averiguar si las moléculas de ARN o de proteína derivadas de este
gen están presentes en la célula o no. Si el gen está activo, el ARN y la
proteína correspondientes tienen que estar presentes en la célula; mientras
que si está inactivo, estos productos estarán ausentes. Identificar los
productos de un gen concreto es una tarea complicada porque hay decenas
de miles de genes en el ADN de cada célula y cada uno de ellos codifica una
proteína diferente. ¿Cómo podemos distinguir el ARN o la proteína
producidos por un gen concreto de los derivados de todos los demás genes
que hay en la célula?

Este problema puede resolverse usando una sonda molecular específica


capaz de distinguir los productos de un gen de los de todos los demás; esta
sonda proporciona el equivalente a un filtro de luz específico de una cámara,
separando una contribución cualquiera de todas las demás. Pueden usarse
dos tipos de sondas: las que reconocen unas moléculas particulares de ARN
y las que reconocen unas proteínas particulares. Ambas funcionan
ajustándose precisamente a la forma de las moléculas de ARN o proteína
que hay en la célula. La forma molecular de la sonda es complementaria a la
del ARN o proteína que está diseñada para detectar, y por consiguiente
solamente se ajusta a su complemento correspondiente, distinguiéndolo así

Manuel Ruiz
de todos los demás -de modo parecido a cómo el príncipe usó un zapato para
identificar a Cenicienta. Preparando una muestra de tejido con una sonda
en las condiciones adecuadas, la sonda se unirá exclusivamente a aquellas
células que contengan el ARN o la proteína que encajen con ella y la
complementen. La localización de la sonda puede entonces ponerse de
manifiesto porque habrá sido diseñada de modo que sea posible detectarla
visualmente vaya donde vaya.

Una sonda proporciona efectivamente una mancha visual muy específica,


poniendo de manifiesto a aquellas células que contienen un tipo particular
de ARN o proteína. Podemos comparar esto con el hecho de desvelar un
mensaje escrito con tinta invisible en un trozo de papel. Tratando el trozo de
papel con una sustancia química especial (la sonda) que se una o que
reaccione con la tinta invisible, el mensaje se hace visible. La sustancia
química ha manchado el papel solamente allí donde estaba la tinta invisible.

Pueden existir varios tipos de tinta invisible, cada uno de los cuales requiera
una sustancia química diferente que la haga visible. Del mismo modo, cada
gen necesita una sonda diferente para detectar el ARN o la proteína que
produce. Esto significa que para cada gen se necesita una sonda diferente
que haga visible su pauta de expresión.

La parte más difícil de todo este procedimiento es preparar la sonda. Una


vez que tenemos la sonda capaz de detectar un tipo particular de molécula
de ARN o proteína, el resto es coser y cantar: basta mezclar las dos cosas en
las condiciones adecuadas. Un avance decisivo en la obtención de sondas se
produjo con la técnica de la clonación genética en las décadas de los setenta
y los ochenta. Una vez que un gen determinado ha sido aislado (el fragmento
específico de ADN que incluye el gen ha sido multiplicado por una bacteria)
no es nada difícil preparar una sonda que pueda detectar los productos en
forma de ARN o proteína de dicho gen. No hace falta que nos enredemos en
los tecnicismos de cómo se hace esto, pero sólo para evitar que las sondas
parezcan algo misterioso diré que de hecho una sonda es algo con lo que ya
estamos familiarizados: moléculas de ARN o proteína. Las sondas para
detectar ARN son ellas mismas moléculas de ARN (la secuencia de bases en
la sonda es complementaria a la del ARN a detectar). Igualmente, las
sondas para detectar proteínas son ellas mismas proteínas (se generan
inyectando una proteína a un ratón o a un conejo y esperando que el sistema
inmunológico del animal produzca un anticuerpo -una proteína que encaja
con la inyectada). Un gen es el conjunto de una secuencia determinada de
nucleótidos de uno de los lados de la escalera del cromosoma referenciado.
La secuencia puede llegar a formar proteínas, o serán inhibidas,
dependiendo del programa asignado para la célula que aporte los
cromosomas.1

Manuel Ruiz

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