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Presentado por:
DIEGO ANDERSON RANGEL CASTELLANOS
Presentado a:
WILSON GUEVARA MUÑOZ
1. El Concilio de Jerusalén (49 d.C.)
El ejemplo más paradigmático de estos concilios, puesto que allí se reunieron apóstoles y
presbíteros, cuyo resultado fue la liberación de la Iglesia cristiana naciente de las reglas
antiguas de la sinagoga y, por eso, marcó definitivamente la desvinculación
del cristianismo del judaísmo y confirmó para siempre el ingreso de los gentiles en
la cristiandad.
CONCILIOS GRIEGOS
Los concilios ecuménicos que tuvieron lugar en Oriente, fueron convocados por los
emperadores romanos con el acuerdo o aquiescencia del papa, que con frecuencia envió un
legado. Algunos concilios del mismo período, convocados por un emperador romano y
considerados por sí mismos y algunos otros como ecuménicos carecen del reconocimiento de
la Iglesia y en particular del papa.
6. Nicea I (325 d.C.)
Realizado desde el 20 de mayo al 25 de julio del año 325. Este fue convocado por
el emperador romano Constantino I, juntamente con el papa Silvestre I y presidido por el
mismo emperador y el obispo Osio de Córdoba, que actuó en representación del papa. En
este concilio se formuló la primera versión del Credo Niceno. Se definió la divinidad
de Cristo, condenando el arrianismo, y ordenó la celebración de la Pascua en una
determinada fecha.
En este concilio, se definió dos voluntades en Cristo: divina y humana, como dos principios
operativos, condenando así el monotelismo.
Los XXI concilios ecuménicos citados, son los reconocidos por la Iglesia católica.
B. LOS PRE-REFORMADORES
Los Pre-reformadores o “Precursores de la Reforma” fueron cuatro hombres que marcaron
algunas pautas muy importantes para la futura Reforma protestante. Estos cuatro personajes
fueron muy diferentes y provenían de diferentes lugares. Vivieron en tiempos y en contexto
distintos, pero tuvieron muchas cosas en común.
Lo que sí está claro es que, sin la inspiración, trabajo, entrega y legado de estos cuatro personajes,
quizá la Reforma protestante no se habría dado, o al menos no en las condiciones en las que se
dio.
El primero de los pre-reformadores es Pedro Valdo. Este en 1170, era un mercader muy rico y
conocido en la ciudad de Lyon, Francia. Era un hombre nada fuera de lo común, pues tenía un
hogar y muchas propiedades, pero algo pasó en su vida. Algunos dicen que fue testigo de la
muerte repentina de un amigo, otros dicen que escuchó un canto espiritual de un cantor
ambulante, lo que causó en Valdo una conmoción profunda sobre su estado espiritual.
Buscó consejo espiritual de un sacerdote, quien lo dirigió a la luz de la Palabra y mostrándole la
historia del joven rico presente en los Evangelios, este, procedió en hacer lo que el Señor le dijo a
aquel joven rico; dio todo lo que tenía a los pobres y desde entonces, determinó vivir en completa
dependencia de Dios.
Desde entonces, tomó su Biblia y comenzó a predicar en las calles de Lyon, especialmente a los
pobres. Muchos se convirtieron, y para el año 1175 ya contaba con un grupo de seguidores, que
también se deshicieron de sus posesiones y comenzaron a predicar.
Después de la muerte de Pedro Valdo en el año 1205, el movimiento Valdense continuó creciendo.
El segundo de los pre-reformadores es John Wycliffe, el cual nació en Inglaterra, en una granja de
ovejas a 200 millas de Londres. Ingresó a la Universidad de Oxford en 1346. Y a los pocos años ya
era considerado el principal filósofo y teólogo de la institución.
Mientras tanto, Roma había exigido apoyo financiero de Inglaterra. Wycliffe aconsejó que no se le
diera apoyo a la Iglesia, argumentando que la iglesia ya era demasiado rica y que Cristo llamó a sus
discípulos a la pobreza, no a la riqueza. Tales opiniones metieron a Wycliffe en problemas, y lo
obligaron a responder por cargos de herejía.
Wycliffe siguió estudiando las Escrituras y escribió más acerca de sus conflictos con la enseñanza
oficial de la iglesia. También empezó a traducir la Biblia al inglés.
Wycliffe murió en 1384, antes de que la traducción se completara y antes de que las autoridades
pudieran condenarlo por herejía.
El tercero de los pre-reformadores es Jan Hus, el cual nació en el reino de Bohemia cerca del año
1369. Nacido en una familia pobre, entró en el sacerdocio, buscando prestigio y una mejor vida.
Llegó a ser un reconocido predicador, pero pasó mucho de su tiempo sirviendo en la academia
como decano de la facultad de filosofía de Praga.
Prontamente, empezó a predicar “sermones violentos” en contra de la iniquidad rampante del
clero, lo que lo llevó a ser reportado al arzobispo. Su entendimiento de la autoridad final de las
Escrituras fue encendido en la medida que él leía las obras condenadas de John Wycliffe.
Su alianza a las enseñanzas de Wycliffe, le llevaron a ser excomulgado, a ser juzgado como hereje,
y a ser condenado a la hoguera en 1415.
El cuarto de ellos es Girolamo Savonarola. Este, nació en una familia adinerada en Ferrara, Italia,
en 1452. A los 23 años tomó la decisión de unirse a la orden dominicana.
Llegó a Florencia en 1490, ya reconocido por su gran conocimiento; sin embargo, fue su
predicación la que lo llevó al centro de la reforma y política florentina.
Frecuentemente, desde la catedral en Florencia, predicaría a miles en el idioma de las personas,
no en latín, sino usando poderosas imágenes y lenguaje sencillo de las escrituras.
Hacia la cúspide de estos cambios, organizó a los jóvenes de Florencia para modelar e incitar una
reforma, haciendo varias “Hogueras de Vanidades” en las que se quemaban objetos que se
consideraban pecaminosos.
Finalmente, Savonarola fue excomulgado por el papa Alejandro VI a quien tanto criticó. Fue
juzgado y quemado en la hoguera en 1498.