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José Escobar Castañeda

The Imitation Game: contra el solipsismo

Dos filmes han marcado la cultura popular contemporánea sobre los riesgos de la
Inteligencia Artificial, a saber, Terminator (1984) y Matrix (1999). Ambas poseen
inteligencias artificiales que han destruido o esclavizado a la raza humana –sus creadores.
Ambos filmes ponen en juego la relación parricida/deicida que caracteriza al pensar
moderno. Ambas representan una carrera darwinista por la sobrevivencia. En definitiva, los
dos filmes muestran cómo extrapolamos nuestros patrones de conducta en la Inteligencia
Artificial, sin dejar la posibilidad de que ésta se desarrolle como una inteligencia otra capaz
de desenmarcarse de la inteligencia de sus creadores. En resumidas cuentas, el solipsismo
en su más alto fulgor.

“¿Pueden las máquinas pensar?”, es la pregunta introductoria del ensayo


Computing Machinery and Intelligence 1
(1950) del matemático británico Alan Turing
(1912-1954). La pregunta es muy sugerente, debido a que, las dos nociones que contiene la
pregunta han sido sumamente debatidas en todos los niveles del saber humano; y por sobre
todo, la problemática del pensamiento y su variante moderno-contemporánea como lo es la
inteligencia –en tanto como algo medible.

Ahora bien, ¿es acaso la pregunta antes planteada de fácil resolución? En lo


absoluto, puesto que, uno de los términos de la pregunta de por sí, es sumamente ambiguo y
de difícil resolución. Nadie en la historia del pensamiento, ha logrado dar una definición
satisfactoria a la problemática del pensar, por ende, Turing concluye que ese no es la vía a
seguir.

Es por ello que, su propuesta es replantear la pregunta.

No obstante, el ejercicio que hace para replantear la pregunta, se encuentra


directamente relacionado con la propuesta del ensayo, a saber, la de plantear un test o
prueba que sirva para evaluar la capacidad de una máquina/computadora, para poder
engañar por sí misma y sin intervención de terceros a un interrogador humano, es decir, si
ésta puede hacerse pasar por un ser humano en el juego de preguntas y respuestas. De este
modo, es que Turing propone utilizar el “The Imitation Game” para deducir si una
1
A. M. Turing (1950) Computing Machinery and Intelligence. Mind 49: 433-460.
José Escobar Castañeda

computadora digital posee la capacidad de la inteligencia. De esto se deduce que, el


ejercicio de mimesis es un eje posible sobre el que se puede mover la inteligencia.

Entonces, la pregunta ya no es si “¿Pueden las máquinas pensar?”, sino que, si la


máquina puede pasar el juego planteado por Turing, es decir, si puede engañar a un
interrogador humano.

E definitiva, sugiere que la máquina debe poseer la capacidad de mimetizarse.

Empero, durante el ensayo la cuestión del pensar y de la inteligencia son


sumamente problemáticos y son reducidos a aspectos lógico/matemáticos, lo que da como
resultado que, el Test de Turing (The Imitation Game) sea bastante fácil de superar hoy en
día; y, esto se debe a que, la inteligencia humana es bastante falible, es bastante fácil de
engañar a un ser humano, basta con ir a cualquier espectáculo de prestidigitación. Sin
embargo, esto no implica que el Test de Turing no haya sido un gran avance en la
reformulación de la pregunta del pensar de la máquina, y esto se debe a que, básicamente,
arranca el solipsismo de cuajo. La cuestión ya no es si la máquina tiene la capacidad de
sentir, o de elaborar un soneto y emocionarse con la pieza creada; se trata de plantear lo
más objetivamente posible –con todos los problemas que ello implica– la posibilidad de
una inteligencia otra, que no sea reducida a los parámetros del ego.

Ante lo mencionado, el mismo Turing, consciente de la problemática solipsista a la


hora de plantear el tema del pensar en las máquinas, cita la disertación del Profesor
Jefferson para la medalla de Lister de 1949; en la que, resumidamente, plantea las
incapacidades de la máquina de estar consciente de lo que hace, debido a que, a una
máquina se la puede programar para ser la más creativa del mundo, más creativa que
cualquiera de sus creadores, empero, jamás logrará estar consciente de lo que hizo. Y es ahí
donde Turing ve lo equívoco que ha sido la manera de plantear el tema de la inteligencia,
siempre se reduce a ésta al yo.

Finalizando, para cualquier académico o pensador de la Inteligencia Artificial, es


sumamente necesario leer y trabajar este ensayo de Alan Turing, más allá de si es o no
actual, más allá de si hay o no otro test más adecuado para las IA actuales, el ejercicio que
José Escobar Castañeda

el matemático británico hace para ir más allá del solipsismo en la problemática del pensar,
lo hace un texto obligatorio para aquellos académicos o pensadores de la IA.

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