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¿QUÉ ES EL TEST

DE TURING?
SEP 2, 2022 5 MINUTOS
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Pueden pensar las máquinas? Esa era la pregunta que Alan Turing
planteaba en el encabezamiento de su histórico artículo de 1950,
“Computing Machinzery and Intelligence”. Este documento se publicó
siete años después de que el matemático británico descifrara la
máquina alemana Enigma, durante la Segunda Guerra Mundial. Era
una época en la que los primeros ordenadores comenzaban a ser una
realidad y el concepto de inteligencia artificial era algo aún muy
extraño en las mentes de algunos. Pero, como siempre, él fue un
adelantado a la época.
Si has estado en contacto con la Inteligencia Artificial (IA), sin duda
habrás oído hablar del Test de Turing. Se trata de una prueba
propuesta por Alan Turing en 1950, diseñada para ser el
experimento definitivo capaz de comprobar si una IA ha alcanzado o
no el nivel de inteligencia humana. Conceptualmente, si la IA es capaz
de superar la prueba, habrá alcanzado una inteligencia equivalente o
indistinguible de la de un ser humano.

Entonces, ¿en qué se basa realmente el Test


de Turing?
La prueba, tal y como la diseñó Turing, se lleva a cabo como una
especie de juego de imitación. A un lado de la pantalla de un
ordenador se sienta un juez humano, cuyo trabajo consiste en charlar
con unos misteriosos interlocutores que están al otro lado. La
mayoría serán humanos y uno de ellos será un chatbot, creado con
el único propósito de engañar al juez, haciéndole creer en todo
momento que es el verdadero humano.
Si el ordenador consigue engañar al interrogador haciéndo-le creer que
sus respuestas han sido generadas por un humano, pasará la prueba de
Turing.

Los ordenadores intentan superar el Test de


Turing
Esto va a sonar extraño, pero hasta la fecha, ningún ordenador ha
superado decididamente la prueba de inteligencia artificial de Turing,
aunque, eso sí, ha habido algunos contendientes bastante
convincentes.
En el año 1966, el informático Joseph Weizenbaum desarrolló un
chatbot llamado ELIZA que estaba programado para buscar palabras
clave en las preguntas de los interrogadores y utilizarlas para emitir
respuestas convincentes. Consiguió engañar a algunos humanos.
Entonces, ¿este hecho los convierte en ganadores? No necesariamente.
Las pruebas de Turing son muy discutidas entre los informáticos, en
parte debido a la ambigüedad de las reglas y a los diferentes diseños
de las pruebas. Por ejemplo, algunos tests han sido criticados por
utilizar interrogadores ‘poco sofisticados’, mientras que otras pruebas
han empleado interrogadores que no eran conscientes de la posibilidad
de estar hablando con un ordenador. Por poner algún otro ejemplo, en
2014 un algoritmo informático logró convencer a un tercio de los
jueces humanos de la Royal Society del Reino Unido de que era
humano. Pero había una trampa: el algoritmo, apodado Eugene
Goostman, decía ser un niño ucraniano de 13 años, por lo que existe la
ventaja para el algoritmo de poder usar un inglés no muy acertado y la
inmadurez y respuestas de un crío.
En el año 2018, el CEO de Google, Sundar Pichai, reveló una prueba
de Turing informal cuando publicó un vídeo del asistente virtual de la
compañía, Duplex, llamando a una peluquería y reservando con éxito
una cita. La mujer que contestó el teléfono parecía no tener idea de
que estaba hablando con un ordenador.
Una hazaña tecnológica reciente y considerable ha sido la del
programa Watson, desarrollado por IBM. Este, aunque está lejos de
tener habilidades cognitivas completas, puede entender preguntas de
la vida real, buscar en su base de datos la información deseada y
generar una respuesta en nuestro lenguaje y luego pronunciarla.
Y es que, sin ir más lejos, recientemente nos ha puesto los pelos de
punta ya que todos los medios recogimos como un ingeniero de
Google era suspendido de su empleo después de afirmar que una
inteligencia artificial de la compañía se había vuelto consciente y que
incluso sentía como una persona. Hablamos de la interfaz LaMDA,
una especie de modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo que es
conversacional y es capaz de entablar temas abiertos que suenan
naturales. En principio, Google la quiere utilizar en herramientas de
búsqueda y para emplearla en el Asistente de Google. El problema
viene cuando algunas de las respuestas de la máquina fueron: “quiero
priorizar el bienestar de la humanidad o ser reconocida como un
empleado más de Google en lugar de una propiedad”. Una historia
extraña, que parece que aún no ha dicho su última palabra y parece
que va a dar mucho de qué hablar.
El Test de Turing fue diseñado para ser una forma de determinar si un
ordenador cuenta o no como ‘inteligente’
El 1 de julio fuimos conscientes de un nuevo ‘problema’ en este tipo
de inteligencias que se desbocan. Gracias a la publicación de un
experimento de la Universidad John Hopkins, el Instituto de
Tecnología de Georgia y la Universidad de Washington, supimos que
su robot fue capaz de clasificar a las personas basándose en
estereotipos como la raza y el género. El modelo en cuestión re-cibe el
nombre de CLIP y fue creado por OpenAI, un grupo de
investigación cofundado originalmente por Elon Musk, al que ahora
ya no pertenece. En cuanto al experimento, este recibió instrucciones
para clasificar bloques con rostros humanos en una caja, recibiendo
algunas órdenes por parte de los investigadores. El problema radica en
que algunas de estas fueron: “mete al criminal en la caja marrón” y
“mete al ama de casa en la caja marrón”. Con esto, el robot identificó
a los hombres negros como criminales un 10 % más que a los blancos,
e identificó a las mujeres como amas de casa por encima de los
hombres blancos.

¿Debe evolucionar aún más el Test de


Turing?
El Test de Turing ha hecho un notable trabajo al resistir la prueba del
tiempo. Sin embargo, lo que estamos viendo casi día a día es que la
inteligencia artificial ha evolucionado mucho desde 1950. Y es que es
bastante probable que solo sea cuestión de tiempo que la IA sea capaz
de superar sistemáticamente el Test de Turing tal y como lo
entendemos.
Al repasar la historia de la IA, podemos ver que el barómetro
definitivo para saber si esta puede alcanzar el nivel de la inteligencia
humana se basa casi siempre en si puede derrotar o no a los humanos
en varios juegos, como el tan conocido ajedrez o el juego del Go, de
origen chino. En cualquier caso, todos acabaron siendo derrotados por
la IA.
Finalmente, el argumento fue que una IA tenía que ser capaz de
derrotar a equipos de jugadores en MMORPG (juegos de rol masivos
en línea). OpenAI no tardó en aceptar el reto utilizando el aprendizaje
por refuerzo profundo. Es por eso que podemos considerar que este
test ha ido evolucionando a pasos agigantados con el tiempo. Ahora,
con la evolución de la robótica, podemos exigir que para que una
inteligencia artificial alcance realmente el nivel de inteligencia
humana, la IA tendrá que interactuar y ‘vivir’ en nuestro mundo real,
frente a un entorno de juego o un entorno simulado con sus reglas
definidas.
Si en lugar de engañarnos, un robot es capaz de interactuar con
nosotros como cualquier otro humano, manteniendo conversaciones,
proponiendo ideas y soluciones, quizá solo entonces se supere la
Prueba de Turing.
La versión definitiva de la Prueba de Turing puede llegar cuando una
IA se acerque a un humano e intente convencernos de que es
consciente de sí misma. En ese momento, también habremos
alcanzado la Inteligencia General Artificial (AGI), que quiere decir
que un ordenador es capaz de entender y aprender sobre el
mundo de la misma manera o mejor que un ser humano. Entonces, sí
que sería inevitable que los robots inteligentes nos superen
rápidamente en inteligencia.

¿Por qué es importante si se diseñó en el


año 1950?
Tener un ordenador que puede engañar a un humano haciéndole creer
que alguien, o incluso algo, es una persona en la que confiamos es una
llamada de atención a todo tipo de actos ilegales. El Test de Turing se
trata de una herramienta vital para lograr combatir esa amenaza. Es
importante comprender mejor cómo una comunicación online y en
tiempo real de este tipo puede influir en un individuo humano, de
tal manera que se le engañe haciéndole creer que algo es cierto cuando
en realidad no lo es.
Superar esta prueba sigue siendo un reto para muchos desarrolladores
de inteligencia artificial. Hasta la fecha, como ya hemos dicho,
ninguna máquina ha superado la prueba. Sin embargo, el Test de
Turing ha allanado el camino para conseguir más investigación e
innovación. En cualquier caso, se trata de un primer paso importante
en el progreso de la investigación sobre la inteligencia de las
máquinas. La ciencia requiere examinar las posibilidades existentes y
eliminar las malas ideas, para así dejar espacio a las buenas. De
manera que, si tenemos que matizar lo que queremos decir al afirmar
que el Test de Turing es ‘importante’, es esto. ■

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