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Yo soy Tales de Mileto

Soy Tales, “el Milesiano”, algunos insisten en llamarme: Tales de Mileto. Nací en el año
624 a.C., en Jonia, que me han dicho, es la actual Turquía.

Algunos me ubican como filósofo presocrático, porque nací antes de Sócrates. Y soy
considerado uno de los Siete Sabios de Grecia, el primero en introducir las matemáticas y
la astronomía orientales, fui llamado por algunos, como el “Sabio astrónomo”. Solo que me
agrada más, ser reconocido como: el primer filósofo, ya que fui el primero en iniciar la
indagación racional sobre el universo, dejando fuera de mi pensamiento la mitología,
supersticiones o religiones. Con esto, di el paso del mito a la razón.

¡Ah!, como he disfrutado de mis investigaciones sobre la naturaleza, en especial del agua.
Paradójicamente morí de calor y deshidratación, a mis 79 años, al estar observando una
competencia gimnastica, durante las olimpiadas. Oh, Dioses del Olimpo, olvide tomar
suficiente agua.

Déjenme contarles que, siendo muy joven, y perteneciente a una familia de comerciantes,
me trasladé a Egipto, donde estudié geometría con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis.
Ahí, conocí al mismísimo Pitágoras. Cierto día después de una larga jornada de estudio, se
me ocurrió medir la maravillosa pirámide que me tenían cautivado, la pirámide de Keops, y
utilizando solamente un bastón y por supuesto mi reciente aprendizaje de geometría, me
base en la sombra que proyectaba la gran pirámide, a la hora exacta en que la sombra tiene
la misma altura que la pirámide, para lograr conocer su medida exacta. También, demostré
que el círculo se divide por el diámetro en dos partes iguales. ¡Oh! ¡Dioses del Olimpo!,
¡que osadía la mía!

Más tarde, siguiendo mis impulsos racionales me trasladé a Babilonia, era el año 585 a.C.,
ahí aprendí astronomía. Y como gran estudioso, me apliqué de tal manera que logré
predecir, un eclipse solar. El cual sucedió, en el año sexto de la guerra que entre Medos y
Lidios, la cual se desarrollaba sin ventajas para uno ni para otro. Sucedió que, mientras
estaban combatiendo, el día se convirtió en noche. Lo que llevó a los contendientes a
detenerse y a llegar a un acuerdo de paz, por temor de que el evento fuera una advertencia
divina. Ese cambio del día, lo predije yo, fijándolo en el año exacto en que ocurrió. ¡Fue un
momento Eureka!

No todo fue perfecto, yo también sufrí de acoso en mi tiempo, ¿Como le llaman ahora?:
“bullying”, fui llamado tonto, por aquel insignificante incidente en el que una tarde,
observando el cielo, caí dentro de un pozo, y tuve que ser rescatado por una joven sirviente
llamada Tracia, quien se rió de mi hasta el hastío, diciendo que: ¿Cómo quería conocer las
cosas del cielo, y no era capaz de advertir lo que estaba delante de mis pies?. Ella,
convencida de la inutilidad práctica de mis especulaciones, lo contó a todo aquel que en la
plaza la quiso escuchar, a partir de ahí fui motivo de mofa callejera.

Otros, osaban burlarse de mí, por mi pobreza y la “inutilidad” de la filosofía. Así, que yo
quise darles una lección, aprovechando mis conocimientos de astrología, hice la predicción
de que la próxima recolección de aceitunas sería increíblemente abundante. Así, que
cuando aún era invierno, me procuré de una pequeña cantidad de dinero, con la cual, alquilé
todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos, en un momento en el que a nadie le
interesaban. Cuando llegó la gran cosecha de aceitunas, fueron muchos los que a la vez y
de repente deseaban las prensas para poder procesarlas, y me las iban subalquilando al
precio que yo quería, con esto reuní mucho dinero, y les demostré, lo fácil que es para los
filósofos, enriquecerse si quieren hacerlo. Es solo, que eso no era lo que a mí me
interesaba.

Yo, era el gran Sabio.

¡Ah, mi gran ego exaltado! El cual se derrumba cuando dicen que ¡no escribí nada!, y que
todo mi conocimiento lo trasmití a través de mis inspiradores discursos en el ágora. Más
les digo, dejé obra escrita, y para muestra, mi obra escrita titulada; “Astrología náutica”.

Y ahora recapitulando, ¡que insensato fui¡, cuando inspirado en la mitología oriental, funde
toda una escuela de pensamiento, creyendo que la Tierra era un disco que descansaba
sobre el agua, y creí en un Arjé o principio constitutivo que expresa que todo en el universo
se ha formado de una sola materia prima, porque para mí, el inicio de todas las cosas era
hydron “el agua”. Mi contemporáneo Anaxímenes creía que era el aire; Anaximandro creía
que era lo indefinido, lo infinito; pero para mí, todo era agua, todo está conformado por agua
y todo se disuelve en agua, la humedad es fundamental para el desarrollo de la vida, las
semillas de todas las cosas son húmedas por naturaleza; y el agua es la causante de toda
humedad. Ustedes me podrían dar crédito como el primero que buscó la respuesta en la
propia naturaleza, al igual que hace la ciencia en la actualidad.

Con frecuencia, veo a la constelación de la “Osa Menor” y le agradezco orientar hacia su


destino a los barcos en el vaivén de los mares, porque la “Osa menor” es importantísima
para la navegación.

¡Alabado los Dioses!, porque para mí, ¡todo está lleno de dioses¡

(pausa)

De pronto me doy cuenta que he hablado bastante, y una multitud de palabras, no es prueba
de una mente prudente. Las palabras han de ser medidas y correspondientes solo a la
necesidad.

Me encuentro feliz y agradecido por esta invocación y abro un espacio para poder resolver
algún interrogante que quieran expresar.

Si no las hay, entonces me despido.

FIN

(Texto adaptado para monologo de introducción a la Geometría, en educación Montessori, nivel


Taller.)

Guía: Dinorah Nayeli Oliva Ayala.

Diplomado Educación Montessori para Taller 1, por TIPAI- UABC.

Ensenada, Baja California, México, a 10 de Marzo de 2022.

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