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RELIGIÓN, CULTURA Y

VALORES
Alberto Moreno Ranz

Comentario a la
encíclica Deus Caritas
Est de Benedicto XVI
Curso 2021/22

Grado en Maestro en
Educación Primaria
RELIGIÓN, CULTURA Y VALORES

Índice

1. Introducción............................................................................................................................ 3

2. Comentario personal y resumen............................................................................................. 3

3. Bibliografía ............................................................................................................................. 5

2 Alberto Moreno Ranz


RELIGIÓN, CULTURA Y VALORES

1. Introducción
En el siguiente trabajo se expondrá el comentario personal y resumen de la Encíclica
Deus Caritas Est, de Benedicto XVI. En las siguientes líneas se tratará de plasmar una
reflexión personal sintetizando el contenido de la Encíclica tomando como única fuente a
dicha Encíclica.

2. Comentario personal y resumen


La Encíclica Deus Caritas Est, presenta en primer lugar un título con carácter bien
llamativo, puesto que el significado literal es “Dios es amor”. El punto de partida e hilo
conductor que se presenta basado en que todo tipo de amor, considerado auténtico y real,
proviene de Dios siendo un regalo y una característica de Él.

Este hecho no es algo novedoso puesto que ya se ha tratado anteriormente, pero sí lo


es teniendo en cuenta los tiempos que corren al proclamar dicha idea, y sobre todo, la
metodología o mecanismo de transmisión que tiene lugar.

Hay dos partes bien diferenciadas dentro de esta Encíclica: una revisión acerca del
amor basada en un plano espiritual y teológico, y por otro lado, la definición de cómo tienen
lugar los actos caritativos de la Iglesia. El objetivo principal de la Encíclica es mostrar cómo
aparentemente esos dos aspectos que parece no tener relación entre sí, únicamente pueden
ser entendidos si se comprenden como un único hecho.

Benedicto XVI, partiendo de unos materiales previos elaborados para una Encíclica
previa de Juan Pablo II, desarrolla un estilo característico con el que muestra su cualidad
como docente. Trata de ser muy preciso con toda la terminología que emplea junto con uso
de la lógica que provoca que aquellos que nos exponemos a leer su obra, caigamos atrapados
fácilmente llegando a tratar asuntos con un carácter bastante complejo. Todo esto lo realiza
planteando preguntas realizadas por gente corriente en su día a día, además de responderlas
muy concretamente.

Partiendo desde este último aspecto mencionado al final de este párrafo, las
preguntas, podemos observar que en esta Encíclica se observan preguntas como si es factible
amar a Dios, o incluso si está justificado que exista un mandamiento basado en amar,
teniendo en cuenta que se pudiese llegar a obligar a alguien a amar a otro.

Teniendo en cuenta la primera pregunta mencionada anteriormente, se puede afirmar


claramente que es factible amar a Dios porque no es un ser que esté al margen de lo que
acontece en nuestro día a día; si no que trata de entrar constantemente en nuestras vidas.

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Respecto a la segunda pregunta se plantea algo más complicado, se ofrece el dilema


acerca de si seríamos capaces de amar a los demás incluso en las peores de las condiciones o
en condiciones desconocidas. Esto también puede afirmarse claramente siempre y cuando
guiemos nuestra visión junto con la de Él, evitando basarnos en nuestros propios criterios. Lo
cual, únicamente provocaría que nuestro trato y amor hacia el prójimo se viese alterado.

Una vez resueltas estas preguntas, aparecen unas cuantas más como las siguientes:
¿las tendencias e impulsos sexuales de la persona se ven influenciadas por la Iglesia? De ser
así, ¿podríamos afirmar que el cristianismo ha acabado o adulterado aquello conocido como
el “eros”? Y por último, ¿cómo debemos disfrutar y convivir en el amor para que éste pueda
llevarse a cabo de manera humana y divina a la vez?

Pues bien, las tendencias e impulsos sexuales de la persona no pueden llevar a la


felicidad plena, si estos hechos únicamente tienen lugar de manera puntual y basándose en
una especia de locura que produzca un ímpetu. Para que el amor sea pleno y completo ha de
prolongarse a lo largo del tiempo y madurado a través de éste, entendiendo que en la mayoría
de las ocasiones la felicidad del otro sea más relevante que la propia.

Siguiendo lo anterior, Benedicto XVI afirma que para que las tendencias e impulsos
sexuales que puedan producirse en una persona, puedan cumplirse adecuada y éticamente,
han de recorrer un camino basado en la pureza y en la madurez. Ese camino
tradicionalmente se ha basado en la castidad. Y este hecho no ha provocado que el “eros” se
haya destruido, si no que haya alcanzado una realización más llena y de carácter más
genuino.

A partir de aquí se habla sobre todo del gran servicio comunitario de la Iglesia, así
como de la vocación de servicio de Ésta y cómo se desarrolla en aquellas personas que tienen
necesidad de recibir amor porque sufren en cuerpo o sufren en el alma.

Por lo tanto, eso supone un punto de partida que plantea la siguiente reflexión: si tal
vez sería más positivo para el mundo el crear un sistema global en el que no existiesen
necesitados para así acabar con la caridad.

Benedicto XVI señala que el establecimiento de la justicia corresponde a la política, y


ésta ha de estar implementada a través de la paz. Por lo que la Iglesia imparte justicia desde
un segundo plano, puesto que no es labor suya la de hacer política, correspondiéndose con la
razón común. Por lo tanto, es misión de la Iglesia sanar la razón haciendo ver y decidir a la
política correctamente y reforzando la intención por hacer el bien.

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Habiendo resuelto este dilema, la Encíclica plantea cuáles son aquellos elementos que
forman parte de la auténtica esencia en cuanto a caridad cristiana y eclesial se refiere. Esto se
responde según lo expuesto en la Encíclica, echando un vistazo al Evangelio y observando
cómo la caridad cristiana se conforma como una respuesta a la necesidad en determinadas
situaciones.

En vista de todo esto, una vez expuestos todos los puntos clave de esta Encíclica
puedo afirmar que ahora entiendo por qué este documento fue tan esperado en el momento
de su publicación. Y es que bajo mi punto de vista, creo que ofreció unas características
bastante importantes de cómo sería su pontificado.

Benedicto XVI invita a toda la comunidad cristiana a echar un vistazo a su alrededor y


preocuparse de lo que más puedan necesitar ellos y todo el mundo, siendo esto el amor. Y
sorprendentemente lo hace citando a importantes filósofos, hecho que me ha gustado y
llamado la atención a partes iguales puesto que me ha sorprendido cómo el pontífice se ha
basado en grandes filósofos para explicar su mensaje. Provocando con ello, bajo mi punto de
vista, un acercamiento más que notable a las personas.

Personalmente he elegido esta opción para realizar el trabajo puesto que prefería
realizarlo sobre una Encíclica más actual y bien que trataba acerca del amor, como tema
principal, con más motivo aún. Y he de decir que no me he sentido en ningún momento
decepcionado por mi elección, quedando ampliamente satisfecho por todo lo que he podido
descubrir al leer esta Encíclica.

3. Bibliografía
- Benedicto XVI. (2006). Deus caritas est; sobre el amor cristiano. Carta Encíclica.
Librería Editrice Vaticana: https://www.vatican.va/content/benedict-
xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20051225_deus-caritas-est.html

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