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Una forma de entender la consejería es como si esta estuviera abarcada dentro de la instrucción
bíblica, y la verdad es que, leyendo este artículo, esta forma parece ser muy adecuada, pues al
evaluar las 4 preguntas que propone el autor para madurar y crecer en el discernimiento bíblico
podemos notar que estas no son más que un llamado a tener concepciones y convicciones
bíblicas sobre aspectos que ya podemos encontrar dentro de las doctrinas cristianas. En otras
palabras, lo que quiero decir es que estas 4 preguntas que realiza el autor podemos encontrarlas,
por ejemplo, en la teología sistemática, y si tenemos una teología sistemática bíblica y correcta,
entonces nuestras respuestas a estas 4 preguntas ya nos llevaran por buen camino. La primer
pregunta, nos llama a tener siempre presente que nuestro Dios tiene siempre la primacía, que es
el centro de todo, que es todo poderoso y tiene el control providencial de todo, es decir, la primer
pregunta debería poner al hombre en el lugar que le corresponde como criatura para que Dios
ocupe el centro de todo. La segunda pregunta nos lleva a tener una concepción bíblica del
hombre caído, es decir, deberíamos saber que el hombre esta muerto espiritualmente, que es
esclavo al pecado y que no percibe las cosas de Dios. La tercer pregunta, teniendo las dos
anteriores clara, nos lleva a saber que las circunstancias de la vida es un contexto controlado por
Dios, pero no la causa de nuestra acciones pecaminosas. Y la ultima pregunta nos ayuda a tener
los objetivos bíblicos a la hora de asesorar: la gloria de Dios y la salvación o restauración del
aconsejado.
Este es un corto pero maravilloso artículo, pues nos muestra con muy buenos argumentos y bien
sustentados, como la psicología no es competente para solución a ningún aspecto espiritual,
pues ¿Cómo podrá esta falsa ciencia proveer a alma el alimento que solo Dios puede dar? Esta
es un falsa ciencia pues no puede dar solución científica a problemas espirituales, ni tampoco
soluciones espirituales a problemas físicos, pues con solo opiniones y teorías no podrán nunca
usurpar la función de un médico ni de un consejero bíblico. Pero lo mas terrible de todo, es que
esta logro colarse en la iglesia y termino sustituyendo la instrucción bíblica para aconsejar a los
creyentes que necesiten consuelo, corrección y orientación en este trasegar cristiano. Es muy
necesario, por mi salud mental, no confundir para nada a los psicólogos con los psiquiatras, pues
nosotros como consejeros di debemos echar mano de los médicos y psiquiatras cuando se ha
demostrado que el aconsejado tiene algún desorden químico, fisiológico o físico. Fue bastante
buena la aclaración de que la expresión enfermedad mental es falsa pues estas dos palabras con
mutuamente excluyentes, ya que la palabra enfermedad hace referencia a la parte biológica o
corporal, mientras que la palabra mente hace referencia a la parte espiritual. Una de las cosas
que mas me molestaba de la iglesia donde me congregaba antes era el hecho de que
precisamente decían que eran lo psicólogos los que debían aconsejar, o que todo creyente debía
hacer cursos de psicología si quería especializarse en la consejería, lo cual ya nos muestra que
esta aberrante creencia se encuentra ahora en lo mas profundo de la iglesia contemporánea pues
le vemos, sin exagerar, en casi todas las iglesias actuales.
3. Concepto - ¿Somos espíritu, alma, y cuerpo? Tricotomía o dicotomía - David Barceló
Consejería bíblica en el siglo veinte: este tercer capitulo no ha hecho más que ahondar, apuntalar
y confirmar un anhelo y deseo profundo en mi persona para capacitarme en aconsejar. Siempre
que vuelvo y estudio ésta área me llena una especie de fuego para aprender a aconsejar
bíblicamente y deseo fuertemente poder capacitarme más y especializarme en esta área. Hace
más de un año, mi hijo tuvo fuertes problemas en el colegio, tanto académicos como de actitud, y
era un poco frustrante querer aconsejar a otros pero ver en mi familia un problema de esta índole.
Empecé a tratar conmigo mismo y con mi hijo y aplicar en esta situación todo “mi Arsenal” como
consejero, sin embargo, era obligatorio que mi hijo pasara por las manos del psicólogo del
colegio. Accedí, pero solo si yo estaba presente. Esa reunión fue terrible; la psicóloga decía
cosas para alivianar la culpa que ya había creado la Escritura en mi hijo, pero inmediatamente, yo
contrapunteaba y apuntalaba el corazón de mi hijo con la honra y el Honor de Cristo. Fue nefasta
es reunión , pero al final la psicóloga terminaría dándome la razón en mi diagnóstico. Seguí
entonces con el trabajo arduo y lento de aconsejar y corregir a mi propio hijo usando las mejores
herramientas: la Escrituras, el amor y la disciplina. Hoy por hoy, y solo por la obra de Cristo, veo
el fruto de tanto esfuerzo: mi hijo justo el día de hoy acaba de terminar su año lectivo con
mención de honor por responsabilidad, con un promedio académico de más de 4.0 y con un
corazón que sabe que todo lo hacemos para la gloria de Dios. Cuento esto porque no ha sido
fácil, y también porque el único que pudo haber hecho esto fue Dios, quien puso en nuestro
corazón el anhelo de estudiar en familia todos los días las escrituras en nuestro devociónal
familiar, leer toda la biblia diariamente en familia y ver que el mejor consejero no es Freud, sino la
sangre preciosa de nuestro amado salvador y su bendito y glorioso evangelio, pues, si la obra de
Cristo no nos motiva a hacer todo mejor, ¿Qué más podría hacerlo?
Esta lectura me recuerda lo plagada que está la iglesia contemporánea de Humanismo y muy
seguramente esa es la razón por la que l iglesia de hoy va de la mano con la psicología, pues, el
psicólogo le quita la culpa a pecador para echársela a los traumas de su pasado, y paralelamente la
iglesia actual le quita la culpa al pecador para echársela a los demonios. Es como si la iglesia actual
quisiera fundamentar esa tendencia de que otros tienen la culpa en la psicologia, mientras que la
psicología quiere sentirse útil en un área en lo que no tiene mucho que hacer. Esta semana fue
estupenda pues nos mostró la falsedad de la psicología y cómo está debe ser desechada de la
iglesia para dar lugar al consejo bíblico que adquiere todo su poder del precioso Epsiritu Santo que
Mora en el creyente.