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PREGUNTAS PARA EL CONTROL DE LECTURA No.

1/OP/CICLO 2022-1

A continuación, se formulan seis preguntas sobre un fragmento del libro de Luis Arroyo
‘La política en escena’. De ellas, debe responder cuatro. Se tendrán en cuenta la
información, el rigor, la redacción, la ortografía y sobre todo el criterio propio. OJO, es un
control de lectura, de modo que responde teniendo en cuenta lo que dice el texto o
citándolo. Suerte, fuerza, atención, inteligencia y acción.

1. ¿De acuerdo a lo que explica Arroyo en el capítulo ‘Corrientes de opinión’, ¿está


surtiendo efectos para el presidente Castillo los consejos de ministros descentralizados?
2. En otra parte del texto se habla de la manera cómo, muchas veces, los conservadores
siguen a los líderes conservadores y a sus discursos mediáticos, ¿cómo relacionaría
eso con el surgimiento de una corriente que, hasta ahora, cree que hubo fraude
electoral?
Según Zaller (citado en Arroyo, 2012), todo cambio en la opinión pública de una
sociedad está significativamente influenciada por la élite presente dentro de ella. Es decir,
funcionarios, expertos, activistas, entre otros. De acuerdo a sus opiniones, la ciudadanía
se posicionará a favor de los argumentos que provengan de sus respectivos grupos de
referencia (Arroyo, 2012). Sin embargo, estas afirmaciones no son necesariamente
verídicas, puesto que, según Arroyo (2012), la élite expresa únicamente una porción de la
realidad que se adecua a la perspectiva o posición que quiera evocar, por lo que, incluso,
se ha descubierto varias veces que la opinión de estos pseudo expertos estaba, en
realidad, equivocada. Por ello, se considera que, a veces, las corrientes de opinión pública
de la sociedad, formadas en función de la opinión de la élite, tienden a ser ilógicas o
absurdas.

Así, por ejemplo, sucedió durante las elecciones presidenciales del año pasado, cuando,
tras la victoria de Pedro Castillo, los simpatizantes de la derecha conservadora acusaron
públicamente a Perú Libre, partido del actual mandatario, de haber cometido fraude
electoral. Si bien era un reclamo válido, estas acusaciones fueron denegadas después de
que el Jurando Nacional de Elecciones (JNE) verificara las actas electorales. No obstante,
pese a ello, estos grupos no simpatizantes de Castillo, impulsados por la candidata de
oposición, Keiko Fujimori, y otras figuras políticas -como Rafael López Aliaga y Mario
Vargas Llosa-, continuaron insistiendo e, incluso, recurrieron a la organización de
marchas para exigir justicia electoral, según ellos. Esto demuestra cuán influenciable fue
la presencia de personajes de gran estima político y social en la formación de esta
corriente de opinión sobre las elecciones presidenciales. Cabe resaltar que, si bien
anteriormente los mismos simpatizantes de derecha cuestionaban la victoria de Pedro
Castillo en primera vuelta, la continua insistencia sobre esta acusación tras su segunda
victoria -incluso tras la desestimación de sus reclamos por la JNE- fue producto del
mismo empecinamiento que mostraban las figuras políticas que ellos seguían a fin de
revertir los resultados finales de las elecciones. En conclusión, es posible confirmar, tal
como lo explicamos en un inicio, que la influencia que dispone la élite sobre los grupos
sociales afines a sus ideales es determinante para la formación de sus corrientes de
opinión y los cambios que puedan surgir dentro de él, tal como sucedió en las elecciones
presidenciales.

3. ¿Por qué Arroyo dice que la revolución no se hace en Twitter? Explíquelo a través
de un ejemplo reciente de la escena política nacional.
De acuerdo a Arroyo (2012), la aparición del Internet propició el surgimiento de un
fenómeno denominado ´ciberutopía´, el cual anuncia que el activismo en las redes
sociales puede motivar el surgimiento de movimientos revolucionarios. Precisamente,
para promover cambios de tal magnitud, es necesaria la existencia de lo que Durkheim y
Tonnies (Arroyo, 2012) denominaron ´vínculos fuertes´, término que se refiere a los lazos
de unión entre pequeños grupos sociales que comparten tradiciones, costumbres y
valores. Sin embargo, el activismo de redes no cuenta con este tipo de vínculos, sino con
los débiles; es decir, vínculos entre sujetos con perfiles diferenciados que se asocian entre
sí por una causa en común (Durkheim y Tonnies, citado en Arroyo, 2012). Según Arroyo
(2012), este tipo de vínculos puede ser útil para fines individuales, mas no para
colectivos, como la organización de una revolución en Twitter o Facebook. Esto se debe
a que los vínculos débiles no disponen de esa fortaleza que une a los grupos de personas
con vínculos fuertes. Asimismo, tampoco disponen de la “disciplina y jerarquía” que se
requiere y, menos aún, de líderes que se comprometan con la causa. La virtualidad y las
redes no proporcionan estos elementos. Además, si bien su uso permitió proporcionar a
los usuarios una comunicación más directa que les posibilitar informarse e invocarse para
estos fines, ello no significa que, efectivamente, los usuarios se movilizaran para llevar a
cabo estas causas (Arroyo, 2012). La mayoría de veces, los usuarios se “limitan a
observar” estas interacciones y a movilizarse únicamente en la virtualidad (Arroyo,
2012). Finalmente también es necesario mencionar que afirmar que es posible organizar
una revolución desde las redes sociales implica creer que los oponentes de estos
movimientos son sistemas o líderes de oposición débiles cuando, en realidad, es todo lo
contrario (Arroyo, 2012). Se tratan de contrapartes lo suficientemente capaces de oprimir
cualquier manifestación en su contra y controlar los medios de información que se alíen a
estas causas (Arroyo, 2012).

Un ejemplo de la ineficiencia del activismo político es lo que está sucediendo


actualmente con los usuarios no simpatizantes de Pedro Castillo en Twitter. Tras los
últimos escándalos en los que ha estado involucrado el actual presidente de la República,
los usuarios se han manifestado para exigir su renuncia a través de hashtags -tales como
#FueraCastilloFuera y #CastilloRenunciaYa- y convocatoria de marchas. Sin embargo,
pese al fervor mostrado por esta causa, la falta de líderes que apoyen este movimiento y
la escasa organización de los manifestantes ha provocado que poca gente asista a las
protestas y que sus reclamos no sean atendidos por los medios de comunicación ni por los
entes políticos de alto rango. En tal sentido, así como lo mencioné anteriormente, es
posible denotar que la intención de lograr un cambio significativo -tal como la renuncia
de un presidente- mediante las redes sociales no suele ser efectiva puesto que la
virtualidad no cuenta con los elementos que se necesitan para llevar a cabo una
revolución en el presente social: vínculos fuertes, movilización de los usuarios, capacidad
de organización y el apoyo de líderes sociales.

4. De acuerdo a lo leído, ¿ves alguna posibilidad de que, en el actual contexto político


que vivimos, irrumpa un liderazgo a partir de una ‘causa’ que vaya ganando
fuerza?
Antes de responder la pregunta, es necesario explicar ciertos aspectos de las corrientes de
opinión y su difusión. En 1976, Dawkins (citado en Arroyo, 2012) denominó “memes” a
las ideas que son replicadas y circuladas alrededor de una sociedad. De acuerdo a cuán
difundido, longevo y constante sea, un meme será capaz de permanecer durante más
tiempo en una corriente de opinión (Arroyo, 2012). Por estas características requeridas,
las opiniones y las creencias no cambian inmediatamente, sino que varían y alteran la
estabilidad de una situación en particular dependiendo de cuánto “ruido” haya en el
ambiente; es decir, cuánta discrepancia haya acerca de un tema en el “clima de opinión”.
En tal sentido, la opinión de una población cambiará de acuerdo a cuánto se debilite la
corriente de opinión dominante y cuánta fuerza gane el ruido ocasionado por otra
corriente contraria a la principal (Arroyo, 2012).

De hecho, esto es lo que está sucediendo en el actual contexto político peruano. Si bien,
durante las elecciones presidenciales del 2021, Pedro Castillo contaba con una variedad
de oponentes políticos y votantes no simpatizantes de su persona, el mandatario también
contaba con el apoyo de la izquierda peruana y personas de provincia que estaba a favor
de su candidatura. Sin embargo, actualmente, a raíz de su cuestionable gestión como
presidente de la República y los escándalos en los que se ha visto involucrado, la red de
apoyo de Pedro Castillo ha ido cambiando su opinión respecto a él e, incluso, se ha aliado
con este sector de ciudadanos que nunca aprobó su postulación. En otras palabras, tal
como se explicó, el constante ruido de opinión por parte de los oponentes de Castillo se
fue acrecentando hasta difundirse entre una significativa cantidad de sus seguidores,
quienes, tras evidenciar sus constantes equivocaciones, percibieron que sus expectativas
sobre su gobierno y persona no se cumplirían. Por lo tanto, dado este panorama político,
considero que sí es posible que, por parte de los oponentes de Castillo, surja un liderazgo
que busque desprestigiar -aún más- el actual gobierno y llevar a cabo su propósito inicial,
la vacancia del mandatario.
5. Encuentre un caso, político o social contemporáneo (del Perú o el mundo), donde se
haga evidente la existencia de una ‘claque’. Explique cómo funciona.
La ´claque´ era el término referente a aquel conjunto de “aplaudidores profesionales”,
cuya función era incitar a que, mediante el inicio de aplausos, los espectadores de un
discurso replicaran este símbolo corporal y mostraran aprobación al acto que estaban
presenciando (Arroyo, 2012). El poder persuasivo de la claque era tal que, incluso, eran
capaces de sabotear una presentación si es que les disgustaba alguna actitud de un autor
respecto a ellos (Arroyo, 2012). Según Arroyo (2012), el éxito de estos personajes se
debía a que el instinto social del ser humano tiende a actuar de acuerdo a cómo lo hace su
comunidad, por lo que, la influencia de su entorno, impulsará a que replique cualquier
expresión o signo que contemplen con insistencia. Según Arroyo (2012), esta es la “base
del funcionamiento de la opinión pública y del comportamiento político”. Por tal motivo,
en función de este rasgo social, los líderes de opinión, particularmente los políticos, se
empeñan en lograr que sus discursos inciten el aplauso de sus “claques profesionales” -su
red de apoyo- y este, a su vez, incite a que el público imite este signo de aprobación,
incluso si aún no han evaluado el acto en sí (Arroyo, 2012). De acuerdo a Arroyo (2012),
esto crea una “virtual sensación de consenso”.

Así, por ejemplo, sucede durante los mítines de campaña de los candidatos a un puesto
político del Estado durante elecciones, como las presidenciales o para la alcaldía. Durante
estas concentraciones, los postulantes suelen reiterarle al público sus propuestas políticas
y, asimismo, disipar las dudas de los electores que aún no han decidido su voto. Por lo
tanto, para reforzar este acto, el partido político del candidato(a) suele empezar a aplaudir
y vociferar expresiones de apoyo -como “Bravo!” o “(el nombre del candidato)
presidente!”- después de cada expresión contundente. Esto sirve para incitar a que el
público replique las mismas acciones y, de esta manera, se sugiera que existe un ambiente
de aprobación al discurso del postulante. En este sentido, se podría decir que la claque de
estos mítines está conformada por la red de apoyo del candidato, la cual, tal como lo
mencioné anteriormente, se empeñará en crear una sensación de consenso y aceptación
entre el público presente, quienes, a su vez, se verán influenciados por su instinto innato
de imitación a los miembros de su comunidad.

6. Se afirma en el libro que, con frecuencia, aunque un gobierno haga las cosas bien, basta
que en un campo falle para que las críticas se vuelvan enormes. Si siguiéramos lo que
parece ser el sentir actual mayoritario de la OP respecto del gobierno y viéramos las
cosas en el sentido inverso, ¿hay algo que sí se puede reconocer como eficaz en el actual
Ejecutivo? ¿Qué es y cómo se podría comunicar?

Lima, mayo del 2022

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