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FICHA DE TRABAJO

APELLIDOS Y NOMBRES:
FECHA: AÑO Y SECCIÓN:
DESIGN THINKING. DESCUBRE LA METODOLOGÍA MÁS POTENTE DE INNOVACIÓN

El Design Thinking o «Pensamiento de Diseño» es la metodología de innovación más popular actualmente.

¿Qué es Design Thinking?

El Design Thinking es una metodología orientada a la generación de soluciones


dentro de un marco propuesto. Se divide en una serie de etapas, a las que se
puede volver de forma iterativa. Pero por las que siempre ha de pasarse al menos
una vez.

Una de las características más importantes de esta herramienta es que


está plenamente orientada al usuario. Por eso, los productos y servicios generados de forma adecuada a través del
Design Thinking aportan valor a las personas. Ya que han sido diseñados con este fin.

El Design Thinking es una metodología centrada en el usuario. Y orientada a la acción. Cuyo objetivo es
generar soluciones de acuerdo a problemas detectados en un determinado marco de trabajo.

El auge y popularidad actual del Design Thinking viene por su capacidad para generar en muy poco tiempo
soluciones innovadoras. Ofrecer a emprendedores y Startups una metodología con la que avanzar y testar
rápidamente sus hipótesis y crear una cultura creativa e innovadora dentro de las empresas y las aulas.

Etapas en un proceso de Design Thinking

Empatizar: Es la primera etapa del proceso, y la base del mismo. En la fase de Empatizar, definimos el arquetipo de
usuario al que vamos a dirigirnos, establecemos nuestros objetivos de investigación y, a partir de ellos, decidimos qué
técnicas de recopilación de información utilizaremos. El objetivo de esta fase es identificar deseos y necesidades
relevantes para el usuario.

Técnicas propias de la fase de Empatizar son la entrevista en profundidad, la observación y el Focus Group, entre otras.

Definir. Segunda etapa del proceso. En ella, organizamos toda la información recopilada para identificar todas las
áreas de oportunidad desde la que podemos ofrecer soluciones relevantes para los deseos y necesidades para el
usuario.

La técnica más habitual en esta parte del proceso es el Clusterizado,  que consiste en primer lugar en el volcado de la
información que hemos recopilado en post its. En segundo, en la agrupación de esos post its de acuerdo a su
contenido. Y, en tercero y último, en encontrar una frase que sintetice la información de cada uno de los grupos.

La frase de la síntesis, que debes construir con una oración autoexplicativa que contenga un sujeto y un predicado,
será la que dará lugar al reto. El reto se formula a través de una pregunta y siempre empieza por la tiene la
construcción: «cómo podríamos hacer para + frase de la síntesis.

Idear: Una vez establecido el reto (que puede ser también reformulado o refinado) pasamos a la parte de diseño de la
solución. En esta parte del proceso, la primera fase por la que pasaremos será la de idear.

En la fase de Idear, o Ideación, se trata de dar el mayor número de ideas posibles que respondan al reto planteado. Es
el momento del brainstorming, y de otras herramientas que nos impulsen hacia el encuentro del mayor número de
ideas posibles.

Prototipar: A partir de las ideas generadas, se lleva a cabo una selección, y éstas pasan a prototiparse. La fase de
prototipado es aquella en la que damos forma a las ideas, las tangibilizamos. De esa forma, se las podremos mostrar al
usuario, quien podrá darnos feedback y decir en qué medida la solución que estamos diseñando para él se ajusta a
sus necesidades o deseos.

Dependiendo del momento en el que nos encontremos, el prototipado será más o menos básico. Existen muchas
formas de prototipar, como la prueba de concepto, el Storyboard o la Maqueta física.

Prototipamos para fallar rápido y barato, buscando que el usuario, cuanto antes, nos indique si el camino que estamos
tomando en el diseño de la solución es adecuado o no.

Validación o test. Es el momento en el que mostramos nuestro prototipo de solución al arquetipo para el que
estamos diseñando. La fase de validación exige preparación. Tendremos que establecer los objetivos, construir la guía
y, por último, mostrar al usuario nuestra solución.

En esta fase, es importante que entendamos que no estamos vendiendo. Se trata de aprender del feedback del
usuario para hacer posteriormente una nueva versión mejorada de nuestra solución.

Te mostramos a continuación de forma gráfica cómo es el proceso:

Las flechas marcan el orden. Una vez completado y llegado a la validación


o test, la flecha viene acompañada de una interrogación. El motivo es
que, dependiendo del feedback que nos de el usuario, decidiremos a
qué punto del circuito debemos volver. A través de un proceso
iterativo que nos acerque cada vez más hacia aquello que satisface sus
necesidades y deseos.

Como comentábamos anteriormente, el proceso ha de pasar por todas


las fases al menos en una ocasión. Sin embargo, podremos sentirnos
libres de volver a una de ellas si consideramos que es importante hacerlo.
Siempre y cuando eso no nos paralice o ralentice demasiado el proceso.

Un proceso de Design Thinking se divide en un total de cinco fases. Terminado el recorrido, la solución
encontrada y validada con el usuario puede enriquecerse en una nueva iteración.

El facilitador en un proceso de Design Thinking

Un proceso de Design Thinking está dirigido a la generación de una solución dentro de un marco concreto. Dada su
versatilidad y capacidad para llevar rápidamente a la acción ideas, puede ser utilizado por cualquier grupo de
personas que quieran afrontar un reto.

Cuando se tiene experiencia, el rol de facilitador puede llevarlo a cabo cualquier persona del grupo de trabajo. Pero
cuando no se tiene, el proceso no resulta tan sencillo. Ser facilitador implica tener una comprensión profunda de
los fundamentos del Design Thinking y guiar a las personas durante el proceso.

Un facilitador está al servicio del grupo. Tratando de ayudarle a sacar lo mejor de sus componentes a través de
la metodología

El rol del facilitador no es el mismo que el de un participante activo del grupo de trabajo.  Su función es la de sacar el
máximo de este último, ayudándolo en los momentos en los que puede quedar enquistado. Es importante subrayar
que el facilitador no está para elegir qué idea es la mejor de las propuestas. Tampoco para definir el foco de
acción. Su labor es la de hacer posible que el grupo indague, trabaje con ganas y con los cinco sentidos. Para que
así, desde la comprensión y la inspiración, genere soluciones potentes que posteriormente serán prototipadas. Un
proceso muy habitual en compañías que quieren generar innovación es salir del edificio. Cambiar el entorno de
trabajo para cambiar también la perspectiva. Esta dinámica, aconsejada en los procesos de innovación, suele venida
compañada por una sesión de Design Thinking. Se establecen unos tiempos, se define un reto. Y el facilitador es el
encargado de cumplir con ellos y de hacer que al final del proceso existan soluciones esperando a ser validadas.

Algunas características del buen facilitador


Facilitar una sesión de Design Thinking no es sencillo. Para ello es necesario generar mucha confianza en el grupo. Y
disponer de habilidades para potenciarlo. Las características de todo buen facilitador son, entre otras, las siguientes:

 Capacidad de escucha: Un buen facilitador es capaz de ver qué está pasando en el grupo y, a partir de ahí,
actuar. En unas ocasiones puede necesitar un ambiente más sosegado. En otras uno más dinámico. El
facilitador está ahí para medir los tiempos y aportar desde lo que percibe que el grupo necesita para funcionar
mejor.
 Desapego por sus propias opiniones: El trabajo del facilitador no es dar soluciones. Tampoco decantarse
claramente por unas u otras dentro del grupo. Su labor es la de potenciarlo y crear las condiciones para que
éste trabaje mejor. Dar sus propias opiniones contribuye precisamente a lo contrario. Por un lado, porque
sesga las de los participantes. Y por otro, porque puede generar inseguridades entre los miembros del grupo
de trabajo, anulando su iniciativa.
 Amabilidad y buena disposición: Las sesiones de Design Thinking pueden ser complejas, pero también
extremadamente divertidas. La labor del facilitador es ayudar a crear un buen clima de trabajo. También la
de hacer que todos los participantes se sientan escuchados e importantes. Por eso es fundamental que se
muestre atento e implicado. Como una referencia que tranquilice y genere confianza en el grupo para que se
suelte y de lo mejor de sí.

Historia del design thinking

La historia más conocida del Design Thinking tiene pocos años. Sin embargo, podríamos decir que los inicios de esta
metodología tienen lugar antes de 1960. Y aparecen ya en cuestiones relativas al diseño industrial.

Durante los años sesenta en Estados Unidos se dan unos tímidos intentos de crear una ciencia en torno al diseño.
También de empezar a vincularlo de un modo más profundo con las necesidades de las personas. El arquitecto e
inventor Richard Buckminster Fuller fue uno de los más activos en esta iniciativa. Y empezó a crear metodologías
con las que diseñar y evaluar soluciones a problemas. En Escandinavia, por su parte, empezaron a crearse grupos de
diseño cooperativo.

Entre esta década y la de los ochenta, las nuevas concepciones y prácticas empiezan a cobrar fuerza. También
aparecen nuevos nombres propios, como Herbert A. Simon, Victor Papanek o Horst Rittel. Términos como
innovación, creatividad y multidisciplinareidad empiezan a utilizarse en torno al diseño. La idea de que este debe
adaptarse a las necesidades de las personas y el entorno cobra cada vez más fuerza.

El Design Thinking alcanza con IDEO el reconocimiento y la puesta en marcha como metodología para innovar
de gran calado.

Pero es en los noventa cuando el Design Thinking se convierte definitivamente en lo que hoy conocemos.  En 1991
nace, la consultora que revoluciona el mundo del diseño. Y convierte esta metodología en la más utilizada para
generar innovación. Muy pronto pasaron por IDEO empresas de la talla de Apple, cuyo ratón fue diseñado desde los
principios del Design Thinking.

Ya en 2005, la Universidad de Standford incluye el Design Thinking entre su oferta de estudios. Tim Brown, actual
CEO de IDEO empieza a dar allí las clases. Al tiempo que IDEO sigue creciendo. En 2009, se publica uno de los libros
que se consideran hoy más importantes del Design Thinking: Change By Design, también de Tim Brown.

Emprendimiento y design thinking

El Design Thinking es una potente herramienta en el diseño de productos  y servicios. Por eso, puedes utilizarla como
emprendedor para avanzar rápidamente en tu proyecto. De hecho, guarda importantes similitudes con la
metodología Lean Startup. El propio Tim Brown y Eric Ries hablan sobre ello en una conversación moderada y  subida a
Youtube en la que también participa Jake Knapp, de Google Ventures.

Otra de las ventajas que te aportará será la de generar rápidamente propuestas que conectan con el usuario. En
una segunda fase, podrás darles forma y convertirlas en modelos de negocio, basados en el producto o servicio que
estés diseñando. Para ello, podrás servirte de recursos de los que también te hablaremos aquí, como el  Bussiness
Model Canvas y el Arquetipo de cliente.

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