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ROZAS

Personajes:

Juan Manuel de Rosas(R)

Buenos Aires(BA)

Interior(I)

Inglesa(E)

Autores: Tristán Casnati y Mariano Martínez.

tristancasnati@gmail.com

2616481664

Facebook: GRUPO TANTA TRAICIÓN

1. PRÓLOGO

Imagen mítica de Buenos Aires (puerto y ruido de agua) e imagen mítica


del Interior (desierto con viento).

Los personajes (dos hermanas, el Interior -I- y Buenos Aires, -BA-) están en
dos extremos del escenario. Nunca se mencionará el nombre de ellas. BA a
solas se vanagloria de sus joyas, vestidos y lujo mientras la otra observa
con resentimiento desde su pobreza, lo cual termina explotando en ira o
llanto.

I. Malparida! Ves que sos ventajera!

BA.(Haciéndose la que no comprende) Pero qué te pasa? No te entiendo.


Si estábamos tan bien…

I. Vos estabas bien, no me ves a mí? (andrajosa)

BA. Vos estás así porque querés!

I. Egoísta!

BA. Yo egoísta? Yo que tomo decisiones por las dos?


I. Y yo qué, ¿estoy pintada?

BA. Nunca te interesó…, vos de política no entendés nada.

I. (Se lo dice para hacerla enojar) Sí, no entenderé nada pero he logrado
que nos gobierne Dorrego, que nos tiene en cuenta a las dos.

BA. Dorrego, Dorrego, me tenés harta con Dorrego. Nunca me gustó ese
tipo, es un loco!

I. Vos lo decís por celos…

BA. Celosa yo?, (ríe, superada) por favor…

I. Y…, qué más puede ser, si él también se ocupa de mí, vos que estás
acostumbrada a ser la única…

BA. No te das cuenta que ese canalla te usó …

I. Me hace participar, que es muy distinto…

BA. (Cínica) Te hacía participar (remarcando la palabra “hacía”, mientras


desaparece)

I. (Turbada) Cómo me hacía…?(Se recompone y vuelve a su idea idílica). Él


me tiene en cuenta, se preocupa de cómo estoy, de lo que siento, siempre
está pendiente de mis necesidades, es tan detallista... Es un romántico...

BA. (La interrumpe con ira volviendo a escena con la cabeza de Dorrego en
sus manos) Mirá, me hartaron los dos. Acá lo tenés a tu Dorrego. (Ríe,
enloquecida poniendo la cabeza en la mesa). Ahora sí te quedaste sola
(ríe).Sola. Sabés qué fue lo último que me dijo: “Que su muerte no sea
causa de más derramamiento de sangre”. Qué ingenuo! (repita la frase
con sorna, enloquecida, riendo)

I.(Se espanta y comienza a gritar) Estás loca, te volviste loca. Asesina!

BA. (Ajena, cínica y solemne) La Historia juzgará imparcialmente si Dorrego

ha debido o no morir… (ríe)

I. Te has enfermado de poder…!


BA. (Irónica) La muerte de Dorrego ha sido para mí un gran sacrificio…(ríe)

Se sienten ruido de fusilamiento mientras BA sigue riendo como loca y el I


llora y grita desesperada. Aparece Juan Manuel de Rosas.

R. Qué son esos gritos!

Se abren y lo dejan en el medio. Él ve la cabeza de Dorrego y mientras va


dirigiéndose lentamente hacia ella para recogerla, suena una marcha
fúnebre. Agarra la cabeza y con profunda emoción y pronuncia el siguiente
discurso mientras ellas quedan petrificadas a ambos lados.

R. ¡Dorrego! víctima ilustre de la guerra civil: descansa en paz... La mancha


más negra en la historia de los argentinos ha sido ya lavada con lágrimas
de un pueblo justo, agradecido y sensible. Que la inocencia y el crimen no
sean confundidos... ¡Descansa en paz con los justos...! Adiós Dorrego,
adiós para siempre...

Ya en el centro de la escena, amenazante, cambiando de actitud y


haciendo sospechar que la emoción anterior ha sido simplemente una
pose, dice la siguiente frase dirigiéndose al público.

R. Ustedes empezaron. Ahora verán.

Apagón

2. ROMANCE CON BUENOS AIRES

R y BA están en los preparativos de una comida para recibir invitados. En la


cena la nueva pareja se va a presentar. Se escucha música alegre de
época.

BA. Pinté todo de rojo mi amor, porque el rojo nunca es poco. Servilletas
rojas, manteles rojos, cortinas rojas y mi vestido..., también va a ser rojo.
Rojo como los tomates mi amor, rojo como la amapola, rojo como el
fuego…

R. A mis colegas les va a encantar, ellos que creyeron me manejarían como


a un títere. (Risas) Qué equivocados estaban (ambos ríen).
Rosas se acerca y le da un beso.

R. Rojo como el amor…

BA. Rojo como la virilidad… (Lo mira y lo agarra sensual).

R. Rojo como el coraje…

BA. Rojo como la sangre.

R. Rojo como el poder.

BA. Rojo como el poder absoluto…

Oscurecimiento y ruido de batalla. Cuando se acaba la batalla Rosas


prende una vela y abatido, comienza a escribir una carta mientras BA,
enojada, le arma las maletas como una esposa que está echando a su
marido. Cuando termina de escribir la carta y las maletas ya están
armadas, BA se acerca, le saca la carta y mientras la lee, Rla dice,
haciendo todo lo posible por reponerse.

R. Mí estimada señora: Es llegado el caso de devolverle la investidura de


gobernador, las facultades extraordinarias y la suma del poder público con
que me habéis honrado. Creo haber llenado mi deber como todos mis
compañeros de armas. Si más no he hecho en el sostén sagrado de
nuestra integridad y nuestro honor es porque más no he podido. Os
reitero un profundo agradecimiento con que os abrazo tiernamente; y
ruego a Dios por la gloria vuestra. Herido en la mano derecha enla batalla
de Caseros, donde he sido vencido definitivamente, perdonad que os
escriba con lápiz esta nota de una letra trabajosa. Dios guarde a usted,
siempre tan hermosa, y reciba el cariñoso saludo de su amante
compañero.

BA lo mira en silencio y deja caer la carta.

BA. Solo eso me vas a decir… (Y sopla la vela)

Nuevamente se prende la luz. Mientras él va haciendo pasar invitados


imaginarios, su mujer se está vistiendo en el dormitorio.

R.(Exultante)Bienvenido, Don Estanislao López, el “Soldado de la


Independencia”, bienvenido. Adelante. Venga, póngase cómodo. Siéntese
por acá. Le gustan las amapolas, son rojas como nosotros dos (risas), las
hice poner por usted…

Luego hace entrar a otro invitado imaginario.

R. Mi gran amigo Facundo, “el Tigre de los Llanos”. Venga por acá, le he
preparado una comidita. Tomates rojos cocinados con ajo. Curación
segura para su reuma, qué le parece? Usted de acá se va curado y no sólo
devino(risas). Pero siéntese por favor, (y le acomoda la silla vacía)

R. Y ahora, para rematar, el Sr. Embajador y su señora. Venga por acá


Míster. Siéntese. Pensar que yo de joven, casi un niño, los combatí en las
invasiones inglesas, se acuerda, cuando les tirábamos aceite hirviendo,
qué locura(risa),qué tiempos aquellos, locuras juveniles. Pero señora,
venga por aquí, qué se va a quedar escuchando a hombres aburridos
como nosotros!

Y la acompaña hacia el vestidor donde está BA terminando de arreglarse


para que ambas puedan charlar.

R. Señores, la mesa está servida… (Inquietante pausa) Como ustedes


sabrán, la base de las relaciones es la sinceridad y la lealtad. Este será
nuestro compromiso. Un compromiso de amor, de respeto, de confianza,
porque a mí me gusta andar con la verdad…

En la otra parte de la escena BA y E(imaginaria) a solas.

BA. Y bueno, sí, no nos quedó otra que mentirle….Le dijimos a su madre
que estoy preñada para que autorice nuestra unión, porque no quería
saber nada, es una mujer tan autoritaria. Y nosotros somos tan jóvenes y
tenemos tanto porvenir…

R. Ustedes ya saben amigos, siempre fui un enamorado de la tierra. Por


eso manejo personalmente mis estancias, no como esos porteños quelas
manejan desde Buenos Aires, ajenos a su peonada y más atentos a las
modas europeas.

BA. Yo necesitaba un buen administrador para mis campos y Juan Manuel


es tan hábil en eso… Lo lamentable es que haya tanta envidia. Fijate que
justamente, por administrar tan bien las propiedades de su familia le han
desconfiado y ha terminado distanciado con su padres, qué locura… Y él
que es tan orgulloso hasta el nombre se ha cambiado… (Como diciendo un
secreto) Su apellido Rozas, que es con Z, ahora lo escribo con S, pobre...
Tomá, tomá, ponete vos también una cintita roja contra la envidia (risitas).

R. A mi parecer mis colegas ricachones cometen un error grande: se


conducen muy bien con las clases ilustradas pero desprecian al hombre de
clase baja. Y no saben lo que se pierden. Yo desde joven vengo
observando a mis gauchos y peones, tratando a toda costa de tener
influencia sobre ellos. Como un padre, o como un rey…. (Como develando
un secreto) Amar y gobernar, recompensar y castigar… Colegas, se los diré
sin rodeos: Todo eso debe ser nuestra gran base política en un pacto para
defendernos del nuestros enemigos…. Bueno, llenen sus copas, salud,
brindemos por ese pacto!

BA. Entre nosotras, sacando a tu marido, obviamente, yo no sé si los que


están ahí son realmente sus amigos. Y bueno, él sabrá…, que siempre
sabe. Facundo por ejemplo, me ha regalado un caballo, viste cómo es él,
tan seductor, tan licencioso…Yo no sé qué pensar.

R. Ahora, cuénteme López, cómo fueron sus experiencias a las órdenes del
General Belgrano, qué honor haber servido al mando del prócer. También
sé que conoció a Artigas, cuénteme, cómo era ese gran hombre?

BA.A López, así como lo ves, tan calladito, le tuvimos que dar 25000
cabezas de ganado, sólo así se quedó tranquilo. Y bueno, la política… Él
sabrá lo que hace y yo, como siempre, incondicional...

E sale de escena, cariñosa con BA.

BA. (Se dirige hacia Rosas) Mi amor, estuviste fantástico, cómo los
convenciste! (Lo agarra, apasionada) Nosotros dos juntos vamos a llegar
tan lejos. (Cómplice) Y vos lo sabías...

R. (Apasionado) Desde la primera vez que te vi...

BA. Entonces nos casamos...!

R. (Se aparta y se distrae. Ella queda ávida y expectante. Luego de un


inquietante silencio y algo de repentina frialdad) Vos sabés muy bien
cuáles son mis condiciones: ser mía absoluntamente...Tenés que estar
dispuesta a todo...

BA. Sí, ya sé, ya sé mi amor, vos querés "facultades extraordinarias" y yo te


las voy a dar. (Sugerente).Así podrás hacer conmigo lo que quieras…

R. (La abraza, complacido) Eso quería escuchar...

Apagón

3. CAMPAÑA DESIERTO: EL INTERIOR

Rosas está trabajando en su tienda de campaña.

Discusión imaginaria con un centinela.

I. Déjeme pasar, que quiero hablar con el General. Déjeme pasar le digo.

(…)

I. Qué pasa con ese General que no atiende a los pobres! Ha venido a
liberarnos o a conquistarnos!

Rosas que hasta ahora ha seguido trabajando sin levantar la mirada, se


distrae con el alboroto.

R. Por favor, dejen pasar a esa mujer!

Entra el I, humilde, con algo de india y algo de gaucha. R vuelve a sus


papeles, sin prestarle demasiada atención.

R. ¿En qué la puedo señora?

I. Vengo a exigirle que pare la masacre.

R. (Sin levantar la mirada) Qué masacre? Esto es una guerra señora…

I. Ah sí? Una guerra? Y se puede saber cuál es el motivo?

R. (La mira) Estamos vengando los crímenes y agravios de dos siglos. No


podemos permitir que nos sigan invadiendo con sus malones.
I. Pero si los dueños de la tierra son ellos y usted los está echando y
matando. Están desesperados y aterrorizados.

R. Señora, un gobernante no puede quedar bien con todo el mundo,


eso es imposible, siempre habrá alguno que se queje. Además, de qué
dueños me habla?

I. Ellos estaban acá antes que ustedes.

R. Por favor, acá lo que hay que poner es orden. Usted no ve todo lo que
hago por ellos, ni todo lo que les doy?

I. (Comienza a quebrarse) Lo poco que les da es por interés y muy


calculado. Usted es un egoísta!

R. (se incorpora) Egoísta? Con la cantidad de animales que les entrego


deben considerarse felices, porque eso es algo que ni un padre haría por
su hijo. Les doy harina, tejidos y alcohol para que no tengan que andar
robando. Ellos, los indios buenos, son mis amigos señora, fieles y
verdaderos amigos que me ayudan a defender las fronteras de los indios
malos.

I. (Desesperada) Los está enfrentando entre ellos. (Agarrándolo del brazo)


Usted es un monstruo!

R. (Sosteniéndola con fuerza, mirándola a los ojos) Señora, a ver si nos


entendemos. Están los indios buenos y los indios malos. Contra los malos,
pícaros y traidores que jamás me han ayudado, que roban y que mienten,
con esos no quiero saber nada de nada... Y le aviso, no tendré piedad.

I. (Claramente seducida) No, no, no, usted es un demonio…

R. Señora, ante dios somos todos iguales. Además, al que se portan mal,
dios lo castiga. (Arrimándose más aún)

I. No, no, no…

Rosas la toma y la besa con cierta violencia y resistencia de ella. Justo en


ese momento, se clava un flechazo en el interior de la tienda donde están.
Apagón, ruido de matanza de indios, imagen de cruz y lanzas con cabezas
de indios. Reaparece Rosas observando las cabezas, indiferente. En otro
lado de la escena, bajo un cenital, aparece BA, de pie y mirando hacia el
frente.

BA. Mi amigo y compañero: Sin ninguna carta tuya que contestar, tengo el
gusto de escribirte. Acá en Buenos Aires estamos en campaña para las
elecciones. No me parece que las hemos de perder, pues en caso que por
debilidad de los nuestros en alguna parroquia se empiece a perder, se
armaría bochinche y se llevaría todo el diablo. Las masas están cada día
más bien dispuestas, y lo estarían mejor si tu círculo no fuera tan cagado,
pues hay quien tiene más miedo que vergüenza. Igual yo les hago frente a
todos, y los que más me gustan son los de hacha y chuza (se apaga cenital)

R. (Sigue paseándose entre las cabezas) Guarda silencio sobre todo esto y
a nadie digas que te he escrito. Donde se presente la oportunidad, cuando
no se crea que sacás adrede la conversación, les decís a todos que temés
mucho que me vaya sin que puedan detenerme mis amigos. Que por todo
lo que notás, creés que mis intenciones son de retirarme de la política.

Rosas se sienta nuevamente en su escritorio. Desaparecen las cabezas de


indios. Reaparece el I.

I. Quiero hablar con el General!

R. (Entusiasmado por su llegada, se incorpora, queriendo abrazarla) Pasa


nomás, pasá que estoy solo…

I. Pará Juan, que vengo a tratar un par de temas pendientes. Acá hay
mucha gente que se muere de hambre mientras allá en Buenos Aires les
sobre la plata.

R. A qué te referís?

I. Al reparto Juan, al reparto. Hay que buscar la manera de repartir mejor.


Cómo es posible que un estanciero pague los mismos impuestos que un
tendero.

R. (Se le acerca) Pero si a vos no te va a faltar nada. Qué necesitás Chinita?

I. Pero qué decís Juan, si no tengo ni para vestirme.


R. Son tan hermosa que ni ropa te hace falta (seductor)

I. Pará, no te equivoqués. Vos que te creés, que soy una cualquiera?

R. Bueno, contame, qué querés entonces..

Ella lo besa

R. Eso querías?

I. No, Juan, eso ya lo tengo. Te repito que lo que yo estoy buscando es algo
grande. Que construyamos una gran familia.

R. Vos sabés cual es mi situación.

I. Sí, que estás comprometido con esa chirusa, cuando lo queyo te ofrezco
es una gran Nación.

R. No es tan fácil, primero hay que organizarse de a poco y sólo después


llegará una organización general(con cierta indiferencia, como
apartándose).

I. (Se aparta) Seguí nomás entonces, entretenido, contando toda la plata


de ella.

R. Pero qué plata?

I. La dela Aduana, Juan, no te hagas el sota. La de la Aduana de Buenos


Aires!

R. No te permito que te manejés en esos términos.

I. Pero Juan..., yo quiero que soñemos juntos, que fundemos una gran
nación, con provincias equilibradas donde podamos caminar los dos,
donde haya más equidad (lo toma de la mano) donde podamos ver crecer
con justicia a nuestros hijos, un lugar donde gane el amor… (Lo mira a la
cara y se besan apasionadamente)

R. (Se sientan, ella en sus piernas. Él la acaricia y sonríe) Sos tan pura y tan
joven.

I. Juan yo no quiero tan solo que me escuches…Quiero que sueñes


conmigo.
R. Soñar? Pero si apenas hay gente para gobernar cada provincia, de
dónde vamos a sacar gente para gobernar toda una nación…, que más
querés Chinita…

I. Quiero que concretes estas ideas. Quiero que nos organicemos, que
tengamos una
Constitución, me escuchaste: una constitución, eso quiero. Vos y Facundo
serian invencibles…

R. (Molesto) Qué tiene que ver Quirogae n todo esto…, porqué lo


mencionás?

I. (Orgulloso) Él es el único que lleva adelante estas ideas sin rodeos, sin
mezquindades, él es el nuevo baluarte de estas tierras…

R. (Celoso se levanta y la deja) Así que lo conocés de cerca y parece que


de bien cerquita…

I. No te pongas celoso Juan…

R. Celoso no…, me preocupo…, me preocupo por él…

I. Deja de preocuparte y mejor acompañalo.

R. (Enérgico e iracundo) Nunca pude comprender ese fetichismo por


constituciones que salen escritas del gabinete de los doctrinarios; textos
abstractos que no responden a la vida real de los pueblos y que son
inútiles. El grito de “constitución” es una palabra hueca...!

I. Pero Juan, entonces qué hacemos, yo no quiero renunciar a mis sueños.

R. (Hace un esfuerzo para sobreponerse) No seas zonza Chinita, nadie te


pide eso. Vení, vení conmigo… (La sienta en su falda y la acaricia) Ya habrá
tiempo para todo…

Apagón
4. BUENOS AIRES Y EL INTERIOR

Cuando se enciende la luz, Rosas sigue sentado pero ahora con BA en sus
piernas, que toda ensangrentada se para y comienza a retroceder,
enloquecida y como viendo a un demonio, mientras recita mirándolo a los
ojos. Rosas la mira consternado mientras ella le habla rodeándolo. Están
en Buenos Aires.

BA. En los infiernos he hundido

Ala unitaria facción.

¡Sálvame de este

aprieto,

Oh, Santa Federación!

Tendrás cuidado

Al tiempo de andar

De ver si esta santa

Te va por detrás.

Luego al público, siempre enloquecida.

BA. Viva la Mazorca!!

Saqueen todas las casas hasta que la peste se extinga!

Y los pasan todos a degüello! Pero antes le meten la mazorca por el culo!

Viva la Revolución de los Restauradores!

Y si no les gusta, que se vayan a Montevideo que acá no nos los queremos!

La divisa punzó la llevan todos y todas, y la que no quiera se la pegan con


alquitrán en la cabeza.

Tropieza y cae al piso, cada vez más enloquecida, entre llantos y risa.
Desde el piso, casi desvanecida.
BA ¡Viva la Federación! ¡Mueran los salvajes unitarios!

Luego, volviendo en sí, terminando el ambiente de locura, se incorpora


lentamente y comienza a decirle su carta a Rosas, mientras éste se dirige a
su escritorio de campaña.

BA. (Mirando al frente) Mi amante y compañero. Te cuento que acá en


Buenos Aires nos estamos concentrando en pulverizar a los enemigos de
una patria que no podrá ser feliz mientras viva una sola de estas fieras
sedientas de sangre y que en el furor de su perversidad de todo son
capaces. Desgraciadamente, sabemos lo que fueron y lo que son, y todo
debe temerse de este oprobio de la especie humana. Ojalá que puedas
convencerte de la necesidad de exterminarlos mi amor, para que de ese
modo se tranquilice el país y ya no queden estorbos para su prosperidad.

Ahora mirándolo.

Te extraño y no dejo de pensar en estar a tu lado, a punto tal que te


ofrezco dejar mis obligaciones de aquí para llegarme hasta el Río Colorado
y acompañarte en tu empresa. Con quién estarás pasando tus horas libres
es algo que verdaderamente me inquieta. Tuya, soy con todo afecto tu
amiga eterna.

R. (Se incorpora y le habla a BA) No vengas, esto ya está terminando y tu


presencia aquí en el desierto nos dejaría desguarnecidos en Buenos Aires
contra todo el oprobio de nuestros enemigos, a los que solo vos podés
manejar. Te extraño tanto que te veo en todos lados, es como si
estuvieras aquí(al escuchar esto el I., incómoda y decepcionada, se va de
la escena)

Él se acerca a BA y la abraza.

R. Estoy preparando todo para volver querida. Pero no quiero nada que no
sea la suma del poder público.

Apagón.

El I. está escribiendo una carta en el escritorio de campaña, luego se para y


sigue diciéndola. En ese mismo momento entra Rosas.
I. (Coqueta) No sea ansioso Facundo, ya nos vamos a ver... Estuve
hablando con Juan Manuel y me hadado su palabra de que nos
acompañará. Él está muy ocupado en tantos asuntos pero se va a hacer un
tiempo para lo nuestro. Es que él es tan duro y tan poco
demostrativo….Mire, yo le prometo que voy a ir a verlo en persona, usted
sabe bien que me encantan nuestros encuentros(risitas). Por supuesto
que estaremos solos, y nos vamos a divertir, es usted tan caballero, tan
detallista…, creo, aunque apresurada en lo que digo, me siento muy
cómoda junto a usted. Me despido por ahora…, siempre suya…
R. No te puedo dejar sola! Qué carajo estás tramando!?
I. Quée s lo que decís Juan!?

R. Que me estas traicionando carajo!

I. Estoy haciendo lo que vos…

R. (La interrumpe) Yo que trato de cumplirte en todo, que estoy pendiente


de cada detalle…, pero entenderme mierda…, los resultados se dan de a
poco… y vos me pagás con esto…

I. Estoy intentando dejar de sentirme tan sola… (humillada)

R. Sí, y te columpias con otro.

I. A que te réferis, a Facundo?

R. No, a Facundo no, a Quiroga mierda! (Se va enojado y la deja sola)

Apagón. La escena se traslada nuevamente a Bueno sAires. Ambiente de


trabajo. BA está trabajando sobre unos papeles en la mesa. Entra Rosas.

R. Bueno, bueno, cómo van las elecciones.

BA. Estamos bien, ganamos, pero para que arrasemos falta. (Como
repasando una lista de tareas) Ya has visto lo que vale la amistad de los
pobres y lo mucho que nos ha servido atraer y cultivar sus voluntades.

R. (Mientras revisa unos documentos) Qué bien hicimos en no cortar sus


correspondencias…

BA. También les mandé muchos regalos...


R. Manejate igual con las madres y mujeres de los pardos y morenos que
son fieles, hay que hacerlos participar a todos.

BA. Ah, otra cosa… A los amigos fieles que te hayan servido dejalos que
jueguen al billar en la casa y obsequialos con lo que puedas.

R. (Se detiene un momento, pensativo) Yqué es lo que estaría faltando?

BA. Bueno, no importa mi amor, que bastante hemos hecho. Estás muy
cansado y llevás muchas horas trabajando. Dejémoslo para mañana.
Ahora vamos a descansar (lo abraza)

R. Andá yendo, yo reviso unas últimas cositas y voy.

BA. (Mientras se va) Te espero...

BA se va y cuando Rosas vuelve a la mesa de trabajo, aparece el I. Ella


viene como perdida, como una aparición, arrastrando una bolsa.

R. Qué hacés!, cómo llegaste hasta acá?(sigiloso, en voz baja para que no
los descubran)

I. No daba más de ganas de verte, vengo a pedirte perdón.

R. No hace falta, además qué hacés acá…!?

I. Es que me sentía tan sola…

R. Dejame, cómo te atrevés a irrumpir en esta casa, sabés muy bien que
acá no podés estar.

I. Juan, no me dejés, vos sabés que yo soy capaz de hacer cualquier cosa
por vos.

R. Sí, hasta de engañarme sos capaz.

I. No mi amor, olvidate de eso, ya nada habrá entre nosotros (y le vacía la


bolsa arriba de la mesa, es la cabeza de Facundo)

R. Qué hiciste loca!! Mataste a Quiroga.

I. (Ella se va yendo mientras le dice) Te amo Juan, te amo(y ponela cabeza


en una pica y desaparece)
Él grita con bronca y llanto.

R. Quiroga, mi aliado, mi amigo! Qué le hicieron compadre! Qué le


hicieron…!!!

Poco a poco se va recomponiendo y su tristeza va mutando en odio.

R. (Al público) Ya lo verán ahora! El sacudimiento será espantoso y la


sangre argentina correrá en grandes porciones.

Entra BA, lo abraza y él se va tranquilizando. Luego él le pregunta con toda

frialdad y cálculo.

R. Bueno, qué pasó con las elecciones?

BA. (Confirmando una verdad) Y… con la muerte de Quiroga se


precipitaron los acontecimientos. Ya nadie duda que el único que puede
poner orden en el país sos vos.

R. Y la suma del poder público?

BA. (Orgullosa) Por supuesto, te la van a dar mi amor, lo logramos...

R. Y las elecciones?

BA. (Exultante) Se plebiscitó con todo el pueblo de Buenos Aires y


ganamos 9000 votos contra 8.

Él se transforma en un ser todopoderoso. Con calma pero amenazante y al


público.

R. Ahora sí. El que no está conmigo, está en mi contra.

Apagón.

5. BLOQUEO

Están Rosas y la inglesa en una reunión en Buenos Aires.


E. -¡Lástima Brigadier, que después de tantas luchas no hayan podido
organizarse como país y dictar una constitución!

R. (Seductor) No nos podemos organizar por decreto mi Lady, yo no soy


ingenuo como Rivadavia.

E. Pero después de tantos años en el poder, que no lo haya conseguido


Brigadier?

R. -Es que en verdad, nunca estuvo en mis planes…

E. -Y entonces, ¿por qué pelearon tanto?

R. –Estimada, entre nosotros, le confieso una cosa: sólo así se puede


gobernar a este país, haciéndolos pelear a unos con otros,
lamentablemente...

E. Pero Brigadier, usted me desconcierta,… y los ideales de Mayo?

R. Se fueron desvaneciendo en el camino. Despreciamos el orden y la


disciplina que nos daba la colonia y en su reemplazo no logramos más que
anarquía.

E. Pero de qué habla….?

R. De qué hablo?, de la realidad, la única verdad. De que esos ideales eran


puras abstracciones!

E. No es una mira demasiado corta para su pueblo.

R. Y… en todo caso la mirada corta no es mía, es del pueblo: yo solo soy el


intérprete…

E. Y qué interpreta?

R. Lo que ya le dije, sólo sabemos pelear nos entre nosotros...

E. Se refiere a unitarios y federales?

R. No por favor, eso es apenas la cáscara. Lo de unitarios y federales es


una abstracción teórica, la realidad es muy distinta, acá lo importante es
discutir y pelearse por egoísmos y mezquindades.
E. Pero entonces, por qué adhirió al federalismo?

R. Porque era más popular y porque necesitaba una causa común que
abrazara la mayoría. Le repito, fue solo una estrategia pero yo no soy
federal. Yo soy pragmático y me di cuenta que sólo el que supiera explotar
las disputas, organizarlas y ponerles nombre, llegaría a ser árbitro y
gobernante. Le digo más: antes y seguramente después de mí sólo habrá
eternas peleas mientras nos devoran los de afuera…

E. (Seducida) Usted es un artista de la política.

R. Gracias mi Lady, pero me parece que exagera… Quiere otro tecito…

Con juego de luces, se apaga E se prende BA.

BA. Así que una estrategia para gobernarnos?

R. Querida, vos sabés como son las cosas…

BA. Y lo de Mayo, así que eran puras abstracciones, para eso me

arriesgué tanto!

R. Por favor, vos siempre vas a ser una heroína.

BA. Vos siempre diciendo lo que uno quiere escuchar… Viste

cómo te miraba?

R. Quién?

BA. La inglesa, quién va ser. Estaba fascinada la gringa (molesta)

R. No digás eso… Esta señora viene a hacer negocios, por favor.

BA. Yo lo único que te digo es que tengás cuidado.

R. Siempre tengo cuidado.

BA. No, enserio te lo digo, tené cuidado...

R. Pero qué te pasa que estás tan misteriosa?

BA. Dicen que te van a traicionar.


R. Por Dios, te enojás y sos capaz de decir cualquier cosa…El odio y los
celos te ciegan. Dale, seguí, seguí, descárgate… (En tono de burla)

BA. En serio te digo, no te rías. Dicen que es acción santa matar a Rosas…
(Misteriosa)

R. Qué raro, porque siempre salgo solo y sin guardaespaldas, y nadie me


ha molestado…

BA. Quizá por ahora el miedo sea más grande que el odio, pero tené
cuidado te digo, que es así como se rumorea…

Se apaga BA y se prende E

R. Se toma otro tecito mi Lady?

E. Sí gracias, pero también me gustaría ir al grano…

R. Usted dirá…

E. Se lo voy a decir sin rodeos, mi gobierno exige la libre navegación de los


ríos interior es de su país.

R. Ah sí, no me diga.

E. Brigadier, nuestro comercio se encarece mucho teniendo que pagar


impuestos en la Aduana de Buenos Aires, queremos comerciar de modo
directo con las provincias del interior…Pasando por Buenos Aires nos sale
muy caro…

R. Lo siento señora, es el precio que hay que pagar para navegar nuestros
ríos, justamente porque son nuestros…

E. Es que sino, los números, mmmm, no nos dan...

R. Mire señora, yo también iré al grano. Usted sabe que yo siempre la dejé
monopolizar nuestro comercio exterior, en eso estamos de acuerdo, pero
de ahí a que le haga concesiones territoriales es otro cantar. (Con una
sonrisa) Sencillamente, no me conviene.

E. Mire que estamos hablando de mucho dinero…


R. (Ríe) No señora…, no se equivoque, yo ya tengo mucho dinero. Además
una cosa son los negocios y otra muy distinta es la soberanía. Usted me
pide demasiado…

E. No olvide que tengo como socios a los franceses y que somos las dos
potencias más grandes del mundo. Usted es consciente a lo que se
enfrentaría en caso de conflicto?

E se mantiene y ahora también se prende el I.

Rosas muta de actitud como si realmente viera lo que dice. Y se despliega


con gran dinamismo por todo el escenario. Suena el Himno Nacional. E
hostiga al I a través de la danza en la que habrá sangre.

I. (En inglés) Somos las dos fuerzas más poderosas del mundo, no
podemos dejar de vencer. Son las 8:00 de la mañana, tenemos que
golpear primero!

R. Mansilla, allí donde el río se angosta los vamos a esperar y sorprender,


tendamos tres gruesas cadenas de costa a costa, las ponemos arriba de
lanchones llenos de explosivos.

Mire que vienen con más de cien barcos blindados y a vapor y nosotros
apenas con seis barcos antiguos, carajo, (dando órdenes cada vez más
eufórico).

La artillería la montamos a la derecha del rio. Lleve los hombres armados


a las trincheras, los gauchos sin experiencia también tendrán que ir.

Que suene el Himno Nacional y que truenen los cañones, no dejemos que
toquen nuestra bandera carajo y muramos todos antes que verla bajar!

Ruidos de cañonazos y tiros. Mientras la inglesa mira vencida.

R. Ellos nos darán una guerra pero nosotros le daremos mil batallas hasta
cansarlos y una vez cansados, los echaremos.

Cañonazo. Metrallas. Habla para sí mismo exultante, exaltado,


ensangrentado.
R. Bueno, y si logran cortar las cadenas los perseguimos con lo poco que
nos quede, les ponemos la gente en contra y los seguiremos atacando
como sea, hasta que no tengan que comer!

Mientras E se apaga lentamente, también de modo lento se va prendiendo


una gran e imponente sombra sobre el fondo mientras Rosas es atraído
para finalmente hincarse ante la misma a recibir un sable. El I ha quedado
acurrucada en un rincón, atemorizada. La escena se apacigua. El I. ha
estado amedrentado por E que hablará sola antes de retirarse, insinuando
que ha sido vencida pero que volverá.

E. (Entre odio, llanto y amor) Pequeño genio tramposo, solo así podías
ganarme, haciendo trampa. Lo tuyo es puro ingenio porque yo..., yo
siempre fui más poderosa. Cómo te gustan esas mujerzuelas, yo que creí
eras un hombre inteligente. Pero te advierto, lo vas a pagar caro, podrás
vencerme en una batalla pero jamás en la guerra. Ingenuo hombrecito
de sur, no te equivoques de nuevo, algún día te darás cuenta que yo te
convengo más. Todo, todo lo tenías conmigo. Ya te van a dejar solo... y
ahí te quiero ver. Algún día vas a volver Brigadier y yo voy a estar ahí,
esperándote...

Una vez que E se retira el I se va sobreponiendo mientras Rosas se le


acerca y la ayuda a levantarse. Se abrazan.

R. Estás mejor ahora, Chinita?

I. Claro Juan, me salvaste…

R. Viste que yo también soy capaz de hacer cualquier cosa por vos?

I. Gracias Juan, te quiero… (pensativa)

R. Pero…?

I. No te puedo asegurar nada, te he esperado muchos años…

R. Y aquí estoy Chinita…


I. Pero no del todo.

R. El todo no existe...

I. Me refiero a tus promesas Juan…, lo de siempre.

R. Hablás de legalizar lo nuestro?

I. Ves que sabés de qué estoy hablando. Hace veinte años que te vengo
pidiendo que nos organicemos como una gran familia, con papeles y una
constitución, y vos siempre que más adelante, que por ahora no, que no
están dadas las condiciones...y así siempre te salís con la tuya. Hace
veinte años que me tenés en la clandestinidad.

R. Pero no tenés paz carajo! Acabo de hacer una hazaña por vos, de la que
el mundo entero ha quedado admirando. Mirá, vos sabés muy bien que
yo no soy de mandarme la parte, pero estos días soy más conocido que el
mismo Washington. Los diarios del mundo me nombran más a mí que a
Napoleón. Una hazaña que hice por vos Chinita, venciendo a las dos
potencias más poderosas de la tierra, y no estás conforme.

I. No Juan, no es eso, es que son muchos años de espera. Vos sabés que el
amor son hechos concretos.

R. Querés algo más concreto que esto?

I. Tenés razón, pero comprendé que yo también tengo mis razones…

R. Pero qué te pasa…Chinita?

I. Siempre te hice la vista gorda Juan, en muchas cosas que no voy a


nombrar y que puedo entender y hasta justificar…, pero que jamás seré
capaz de perdonar…

R. Pero Chinita... a qué te referís?

I. Juan, a buen entendedor pocas palabras.... Ya no soporto ser la


segunda.

Se apaga el I y se prende E que esta vez vuelve decidida a seducir a Rosas


sea como sea.
E. Yo me pregunto cómo puede ser Brigadier, que hayamos entrado en
conflicto nosotros dos, que hemos sido siempre aliados…

R. Y no lo dejaremos de ser mi Lady, pase lo que pase, la disputa no ha


sido entre usted y yo…

E. Pero por qué se obstinó tanto en defender a esas dos mujeres. Con todo
respeto, yo no sé si le convienen…

R. Y bueno, sabrá comprender señora, son muchos años juntos, quizá


costumbre nomás...

E. Pero un hombre como usted…, tan interesante…, tan apuesto, tan


exitoso. El mundo entero habla de Rosas (acercándose, insinuante).

Se apaga E y se prende BA.

BA. No te basta conmigo y la otra que ahora coqueteás con la gringa esa.
Te lo dije de entrada nomás, esta viene con malas intenciones.

R. Mirá, estoy cansado, no me traigás mas problemas.

BA. Además sabés muy bien que ya vengo bastante calentita. Por qué
tenías que empeñarte tanto en defender a esa chirusa de los ingleses y los
franceses.

R. No seas celosa. Pensá en tu interés: echando a los ingleses y a los


franceses les impedimos la libre navegación por los ríos interiores con lo
cual tienen que seguir pasando por tu Aduana y pagándote los impuestos
a vos. Y con la gringa dejate de joder por favor, que la relación que tengo
con ella es puro tire y afloje diplomático para defender tus negocios.

BA. No, no, acá hay gato encerrado, me cuesta creerte…, (en tono de
reproche) …, con todo lo que te he dado!

R. Con todo lo que me has dado… No…, esto es increíble, mirá, te voy a
poner los puntos sobre las íes a vos: bastante bien te vine. Conmigo
mantuviste tu autonomía y jamás compartiste con la otra (como le decís
vos) el dinero de tu Aduana.

BA. Pero si la Aduana siempre fue mía.


R. Pero la vas a tener que compartir...

BA. Pero qué es toda esa locura! Esta quiere la igualdad absoluta cuando
nosotras dos no somos iguales, somos distintas por naturaleza(remarca las
palabras “iguales” y “distintas”). Yo fui dotada con un puerto, soy la puerta
de la tierra, soy la más rica, soy la mayor, soy...

R. Pará!!,el mundo no empieza y termina en vos...

BA. Te das cuenta que note la podés sacar de la cabeza!

R. No te lo digo por mí, yo algún día no estaré y quedarán ustedes dos.


Tarde o temprano tendrán que llevarse bien.

BA. Basta! … (En tono de reproche) Quizá me equivoqué en darte tanto


poder.

R. No te estarás dando vuelta vos también no?! Es tan difícil lidiar con
ustedes dos.

BA. Ya dejá de nombrarla, sabés que la odio!, y vos insistís, insistís e

insistís…

R. Es quela necesitás.

BA. No la necesito, ya te dije: la odio…

R. El odio te ciega…

BA. No es para menos. Tengo méritos suficientes para ser una reina y vos
me ponés en pie de igualdad con esa chirusa!

R. Pero no es así, pará un poco con tantas ínfulas…

BA. Ínfulas? Yo fui la primera en interesarme por la libertad, primero eché


a los ingleses durante las invasiones y luego a los españoles. Te parece
poco? Mientras tanto ella fue fría, distante, desconfiada. Si no fuera por
mí, todavía seríamos una colonia.

Se apaga Rosas y se prende el I. BA sigue prendida.


I. (Rencorosa) Interesarte por la libertad…, sí, en parte tenés razón, porque
siempre fuiste una interesada.

BA. (Vanidosa) En todo caso interesada en participar, en protagonizar los


hechos, en ser la única actriz de la obra...

I. Mentirosa. Vos sabés muy bien que acá estamos las dos desde el
principio. Vos no me ves porque estás de espalda, siempre mirando hacia
Europa,embelesada, mientras yo, tierra adentro me cago de hambre.

BA. Mirá, no sé de qué hablás, acomplejada, con ese sentimiento de


inferioridad que tenés, resentida…

I. Pero quién te creés que sos, la Atenas del Plata! La hermana mayor…, sí,
puede ser, mayor en especulación, mayor en pretensiones, mayor en
ínfulas…

BA. Mayor en hazañas, la revolución de Mayo la hice solitanena, vos ni te


apareciste...

I. Porque viste la oportunidad de hacer negocios, te creés que no me di


cuenta, vos no das puntada sin hilo m´ hijita… en cambio para mí tu
revolución de Mayo solo trajo devastación.

BA. Ingrata...

I. Y encima te creíste la heredera del trono español, la única capaz de


mandar.

BA. Y bueno, si soy la mayor…

I. (Vanidosa) Sola nadie se hubieran fijado en vos porque la atracción en el


fondo era yo, con todo tipo de bellezas y riquezas, con mis enormes e
inabarcables atributos… (sugerente)

BA. Pero sos pobre y tus amantes siempre serán ignorantes, bárbaros,
cabecitas negras, grasitas, de esos que te gustan a vos…

I. Mirá, a tu maridito bastante le gusto.

BA. Mi marido te usa, todavía no te diste cuenta…, los dos te usamos…


I. Ah sí (se le va encima) y vos guacha…

Se prende Rosas que interviene y las divide, con ira.

R. Basta carajo! Orden! Ustedes dos no aprenden más. Con todo lo que les
di… Todo, todo les di. Las defendí, las eduqué, prácticamente las he
criado. Y no se les queda (señalándose la cabeza), harto me tienen! Jamás
están conformes, se pelean todo el tiempo y encima, cuando pueden,
tienen el tupé de desafiarme. No se dan cuenta que así no es la vida …
(fuera de sí) No se dan cuenta que ustedes dos ,sin mí, no valen nada...

Rosas queda exhausto y perturbado. BA y el I se miran sin comprender.

Apagón.

6. PRONUNCIAMIENTO DE URQUIZA

BA. y el I. se pasearán por los dos dispositivos escénicos: el que representa


al I. (campaña) y el que representa a BA (una mesa grande)

BA. y el I. (A coro y en tono burlesco) Sos un tirano…

R. Así que ahora soy un tirano, cuando hace treinta años estás conmigo
(les habla a las dos como si fueran una sola), treinta años durante los
cuales la Confederación jamás estuvo fuera de la ley. Pensás tirar todo por
la borda, así nomás? (se defiende tratando de conciliar)

BA. y el I. (A coro y en tono burlesco) Muchos países denuncian tus


atropellos…

R. De qué atropellos me hablás, parecés otra. Alguien te está llenando la


cabeza a vos. Las potencias extranjeras siempre trataron con nosotros de
igual a igual. A qué países te referís, decime (en tono conciliatorio)

BA. y el I. (A coro) No sé, no sé, estoy cansada, te lo vengo diciendo hace


mucho, jamás cumpliste tus promesas.

R. (Desafiante) Si te vas con otro estás perdida.

BA. y el I. (A coro y en tono burlesco) Nunca se sabe…


R. (Desafiante) Además lo tendrías que buscar afuera porque acá todos me
apoyan.

BA. y el I. (A coro y en tono burlesco) Nunca se sabe…

R. Sabés que sola no valés nada, me necesitás (ofendido y enojado).

BA. y el I. (A coro y en tono burlesco) Nunca se sabe…

R. (Con ira) Te puedo aniquilar…

BA. Nunca fuiste un genio militar. Genial político sí, eso está claro.

I. Y si me consigo un buen militar…

BA. Te dije que tuvieras cuidado…

R. Bueno, saquémonos las máscaras, de quién me tengo que cuidar, de


Urquiza…? Me dijeron que te vieron con él.

I. Hemos conversado, nada más. Pero no ha pasado nada…, somos amigos.

R. No puedo creer lo que estoy escuchando, pero qué te pasa “mi amor”?
(intenta nuevamente la conciliación disimulando su ira)

BA. y el I. (a coro) Me cansé, por qué no le decís “mi amor” a ella(ambas se


señalan mutuamente).

BA. Me engañaste durante treinta años...

I. Siempre me tuviste segundona...

R. (Dirigiéndose a las dos) Sabés que con ella no están bien las cosas. Justo
en el momento en que más te necesito me clavás el puñal… Más lo pienso
más me sorprendo, ese canalla… No van a poder, él es inferior en fuerzas…

I. Justo José ha estado hablando con el Brasil y una posible alianza...

BA. El que avisa no traiciona...

R. (Enloquecido) Traidora, traidor, traidores todos!! Ya lo dijeron los


hombres de Mayo: ni ebrio ni dormido se le debe ocurrir a un argentino
que un extranjero se meta en sus asuntos. Traidores, los voy a aniquilar…
(Sale, enloquecido, repitiendo la última frase)
BA. y el I. Nunca se sabe…(A coro y en tono burlesco)

Apagón.

7. EPÍLOGO

Sonidos de barco y mar (música). Aparece un Rosas anciano, aún erguido y


de buen talante, escribiendo una carta en una mesa modesta, en un
ambiente humilde, vistiendo ropa sencilla. Luego se levanta y caminando
lentamente, de un lado para otro, se dirige al público. La idea a transmitir
es que toda su vida (lo anterior) fue una actuación. Ahoraes un Rosas
descarnado. En una vitrina está su traje de gala iluminado.

R. Yo sólo fui un rebelde de la naturaleza. Quise ser rico y poderoso


porque el pobre la pasaba muy mal. Solo después, por obra de los sucesos
me dejé llevar por la política...

… Aquí en Inglaterra, desterrado, no tengo más que para una vida


modesta. No fumo, no tomo vino ni licor alguno, no hago visitas, no asisto
a comidas ni a diversiones. Mi ropa es la de un hombre común. Mis manos
y mi cara son bien quemadas y acreditan cuál y cómo es mi trabajo diario
incesante. Mi comida es un pedazo de carne asada y mi mate. No tengo
más nada...

...Allá por mis pagos dicen que se acabó la felicidad... Los gauchos, por
haberme sido fieles, son maltratados y perseguidos...

...Mientras estuve en el poder goberné según mi conciencia. Soy el único


responsable de todos mis actos, de los buenos y de los malos, de mis
errores y mis aciertos...

...Jamás toqué un peso público en provecho propio, viví sobrio y


modesto...

...Con mí caída no vino la civilización prometida, más bien recomenzó la


guerra civil con la que tanto me había costado terminar...

...En mi tiempo, supimos vencer a las potencias europeas y eso es algo que
si nos lo proponemos, podemos volver a lograr. Sin embargo, ahora, esas
las potencias están haciendo con ella lo que se les antoja...
Rosas se sienta, agotado. Aparece la inglesa de atrás vestida con aires

de Reina de Inglaterra.

E. (Cariñosa) Ya está Brigadier… Vamos? Es la hora de la cena… (Y se lo

lleva del brazo).

TELON FINAL

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