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PLATERO Y YO

En esta obra, Juan Ramón Jiménez cuenta la historia de su relación con un burro llamado
Platero. Hombre y animal son inseparables, entre ellos existe un vínculo muy fuerte. Juan
Ramón le cuenta al burro sus sentimientos, a veces con palabras alegres y otras con
palabras tristes, y le narra toda clase de noticias.

El diálogo constante del poeta con el burro, es visto con ojos extraños por los habitantes
del pueblo. Para ellos, el poeta es un hombre oscuro, solitario, al que solo se ve en
compañía de su burro.

Él mismo es consciente que su apariencia es un tanto extraña: vestido de negro, con


sombrero, y montado a lomos de Platero, se acostumbra a que los chicos del pueblo le
llamen el loco.

La mayor parte del tiempo, Juan Ramón y Platero lo pasan en los campos, paseando o
leyendo.

Al escritor y a su burro no les gustan la gente y el alboroto, prefieren la tranquilidad y el


silencio de la naturaleza.

En vacaciones llegan los niños, los sobrinos de Juan Ramón, y todos juntos salen al campo.
Al terminar el verano, los niños se marchan, y de nuevo en la casa quedan el poeta y su
burrillo, que añoran la presencia de los niños.

A veces en sus paseos, Platero y Juan Ramón se cruzan con alguien que necesita ayuda, en
esas ocasiones, allí está Platero, el burro de acero, para ayudar al que lo necesite.

Una mañana, Juan Ramón no oye la llamada de su burro, preocupado acude al establo, y
lo ve postrado en su cama de paja, sufriendo. Enseguida llega el médico Darbón, y le dice
al poeta que no hay nada que hacer. Platero parece que ha comido algo que le ha hecho
daño, tiene la barriga hinchada, y al poco muere.

Juan Ramón se ha quedado solo, su burro ya no está con él, lo entierra y  recuerda los
buenos momentos vividos juntos. Esto es lo que le queda al poeta, el recuerdo de su
querido Platero.
CUESTIONARIO DE PREGUNTAS

1. ¿Quiénes son los personajes más importantes de la obra?


 Juan Ramón
 Platero
2. ¿De que murió el burro?
Le cayó mal lo que comió y se hundió su barriga.
3. ¿Quiénes visitaron a Juan en vacaciones?
Sus sobrinos y al terminar el verano se marcharon.
4. ¿Dónde pasa Juan la mayor parte de su tiempo?
Juan y su burro no le gusta la gente y prefieren la tranquilidad y el silencio de la
naturaleza.
5. ¿Cómo se sintió Juan al morir su burro Platero?
Juan se sintió muy solo y triste, solo le quedan los recuerdos de su querido Platero.
PERSONAJES PRINCIPALES:

 JUAN RAMÓN JIMÉNEZ: es el poeta que narra la historia de su relación


con su burrillo. El escritor es un hombre sensible, introvertido, y solitario, quedisfr
uta con las pequeñas cosas de la vida.
 PLATERO: es el burro del poeta. Es pequeño, peludo, suave… de acero y plata. Es
tierno y a la vez fuerte y resistente.

SECUNDARIOS:

 DIANA: es la perra que duerme entre las patas de Platero. Una bella perrablanca,
que por las mañanas saluda a Juan Ramón echándosele encima, e intenta lamerle
la cara con su lengua rosa.
 VICTORIA, LOLA, BLANCA Y PEPE: son los sobrinos del poeta.
 DARBÓN: es el médico de Platero. Darbón es un hombre grande como un buey y
torpón, que se entiende bien con Platero y con los sobrinos del poeta. A pesar de
su apariencia ruda, es un hombre sensible que se enternece viendo una flor aun
pajarillo.
2. ¿De que trata la obra?
La narración trata de la vida de un asno llamado Platero, el cual era motivo de alegría y compañía
para los niños. Este animal pasa a ser de un simple burro a un compañero y amigo del autor, el
cual tras hacer perdido la confianza en la personas, por la muerte de sus familiares, decide
convertir a Platero en su único amigo y confidente.

Apreciación critica

2. A nosotros el libro de "Platero y Yo" nos deja un mensaje, el cual nos enseña el verdadero valor
de la amistad que puede haber entre dos seres aunque estos no sean iguales ante los ojos de la
sociedad.

3. Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no
lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal
negro [...] Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña".

6. Este libro me ha parecido interesante, es como si fuera el diario del autor desde 1907 hasta
1916. La única diferencia de éste diario es que el autor envés de escribirlo se lo explica todo a
Platero. Juan Ramón Jiménez está sólo, su único compañero es Platero, y puede explicarle lo que
opina de las cosas o personas con plena libertad. Me gusta la forma de hablar con Platero, porque
entiendo que para él no es un burro, en el significado que nosotros entendemos.

 Peludo: Con mucho pelo El algodón: fruto de una planta, blanco y suave, que seusa para
hacer ropa, en farmacia para limpiar heridas etc.
 El Azabache: Piedra dura y brillante de color negro que se usa para hacer  joyas.
 El escarabajo: insecto de tierra con forma ovalada. El más común es de color negro. 
 El prado: Tierra con hierba que se dedica a alimento de los animales.
 Tibiamente: adverbio de tibio. Templado, ni frío ni caliente
 Dulcemente: Con suavidad El trotecillo: Diminutivo de trote. Forma de caminar del caballo
o el burro, más rápida que el paso y más lenta que el galope
 El cascabeleo: Sonido del cascabel, que es una bola pequeña y hueca de metal, con un
trocito de hierro dentro que suena cuando se mueve. Se pone en el cuello de algunos
animales. 
 Moscatel: Clase de uva con la que se hace un vino dulce
 El ámbar: Resina (sustancia que sale de la corteza del árbol) fósil (que se ha puesto dura d
espués de miles de años) de color amarillo transparente, que seusa para hacer joyas.
 El higo: fruto de la higuera, blando, dulce, por dentro rojo o blanco, con semillas muy pequ
eñas y por fuera con una piel fina y lisa de color verde o negro.
 Cristalina: transparente como el cristal  
 Mimoso: Que le gustan los mimos (expresiones de cariño)
 El acero: Metal muy duro y brillante que se fabrica mezclando hierro y carbón. Se usa para
hacer objetos de cocina (cubiertos, ollas) y piezas de máquinas.
Nació el 23 de diciembre de 1881 en Moguer, Huelva, en el seno de una familia de ricos
comerciantes. De joven pensó en dedicarse a la pintura, pero cuando un periódico publicó
sus primeros versos, se decidió por la poesía. Cursó estudios en la Universidad de Sevilla. 

Profundamente conmovido por los poemas de Rubén Darío en su juventud, fue también un
apasionado por la lectura de los poetas del simbolismo francés. En 1900 llegó a Madrid, donde
fue amigo de Darío y Valle-Inclán. En ese mismo año murió su padre y sufre una gran depresión.
Después de pasar por diversos sanatorios regresó a Moguer, donde se dedicó a leer y a escribir.
También en 1900 se editaron sus dos primeros libros de poemas: Ninfeas y Almas de violeta. 

En los años veinte volvió a Madrid, alojándose en la Residencia de Estudiantes, donde los
miembros de la generación del 27 lo reconocieron como maestro. Realiza varios viajes a Francia y
más tarde a Estados Unidos, donde se casa con la que ya sería su compañera para toda la
vida, Zenobia Camprubí. 

Entre sus principales antologías se encuentran Poesías escogidas (1917), Segunda antología


poética (1922), Canción (1936) y Tercera antología (1957). La influencia del modernismo se
percibe en sus primeros libros, aunque su mundo poético apunta hacia lo inefable. Su obra se hace
independiente de cualquier escuela, aunque el simbolismo, ya totalmente asumido, siga
influenciando en su poesía casi hasta el final. Con el paso de los años su estilo se hace cada vez
más depurado, siempre en busca de la belleza absoluta sin dejar de ser al mismo
tiempo metafísico y abstracto, como se aprecia en Baladas de Primavera (1910) La soledad
sonora (1911) o Diario de un poeta recién casado (1917), escrito básicamente durante su viaje a
Estados Unidos. Siguen Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919) y uno de los puntos más altos de
su poesía, Estación total, un libro escrito entre 1923 y 1936, aunque no se publique hasta 1946. 

Los escritos en prosa que formarían posteriormente la vasta galería Españoles de tres


mundos (1942) empezaron a publicarse en diarios y revistas en los años inmediatamente
anteriores a su exilio. Otro libro suyo escrito en prosa poética es Platero y yo (1917), donde funde
fantasía y realismo en las relaciones de un hombre y su asno. Es el libro español traducido a más
lenguas del mundo, junto con Don Quijote de Miguel de Cervantes. Escribió además
los Romances de Coral Gables (1948) y Animal de fondo(1949). Con ellos y el poema 'Espacio',
alcanza lo que se ha llamado su "tercera plenitud" determinada por el contacto directo con el
mar. 

En 1936, al estallar la Guerra Civil española, se vio obligado a abandonar España. Estados


Unidos, Cubay Puerto Rico, fueron sus sucesivos lugares de residencia. Recibió ya casi moribundo,
la noticia de la concesión del Premio Nobel de 1956, Tres días después muere su mujer. 

Juan Ramón Jiménez falleció el 29 de mayo de 1958 en la Clínica Mimiya de Santurce (Puerto


Rico). Sus restos, juntos con los de Zenobia, reposan en el cementerio de Jesús en Moguer,
(España). 
Obras Laberinto, 1913
Almas de violeta, 1900 Platero y yo, 1914
Ninfeas, 1900 Estío, 1916
Rimas, 1902 Sonetos espirituales, 1917
Arias tristes, 1903 Diario de un poeta recién casado, 1917
Jardines lejanos, 1904 Platero y yo (edición completa), 1917
Elejías puras, 1908 Eternidades, 1918
Elejías intermedias, 1909 Piedra y cielo, 1919
Las hojas verdes, 1909 Segunda antolojía poética, 1922
Elejías lamentables, 1910 Poesía, 1923
Baladas de primavera, 1910 Belleza, 1923
La soledad sonora, 1911 Canción, 1935
Pastorales, 1911 Voces de mi copla, 1945
Poemas májicos y dolientes, 1911 La estación total, 1946
Melancolía, 1912 Romances de Coral Gables, 1948
Animal de fondo, 1949
Un día, el canario verde, no sé cómo ni por qué, voló de su jaula. Era un canario viejo, recuerdo
triste de una muerta, al que yo no había dado libertad por miedo de que se muriera de hambre o
de frío, o de que se lo comieran los gatos.
Anduvo toda la mañana entre los granados del huerto en el pino de la puerta, por las lilas. Los
niños estuvieron, toda la mañana también, sentados en la galería, absortos en los breves vuelos
del pajarillo amarillento. Libre, Platero, holgaba junto a los rosales, jugando con una mariposa.
A la tarde, el canario se vino al tejado de la casa grande, y allí se quedó largo tiempo, latiendo en el
tibio sol que declinaba.
De pronto, y sin saber nadie cómo ni por qué, apareció en la jaula, otra vez alegre.
¡ Qué alborozo en el jardín ! Los niños saltaban, tocando las palmas, arrebolados y rientes como
auroras; Diana, loca, los seguía, ladrándole a su propia y riente campanilla; Platero, contagiado, en
un oleaje de carnes de plata, igual que un chivillo, hacía corvetas, giraba sobre sus patas, en un
vals tosco, y poniéndose en las manos, daba coces  al aire claro y suave...
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no
lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal
negro [...] Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña".

"Cabalgando en la blandura gris de Platero" o simplemente en su compañía, el autor recorre el


pueblo, evoca algunos sucesos o platica familiarmente con el burrito: "No, Platero, no. Vente tú
conmigo. Yo te enseñaré las flores y las estrellas. Y no se reirán de ti como de un niño torpón",
dice en La miga.

"Platero trota, entra en el arroyo, pisa la luna y la hace pedazos", consigna en Escalofrío.

"Ahí tienes ya la golondrina, Platero, negrita y vivaracha, en su nido gris del cuadro de la Virgen de
Montemayor, nido respetado siempre", en Golondrinas.

"Cuando al mediodía voy a ver a Platero, un transparente rayo del sol de las doce enciende un
gran lunar de oro en la plata blanda de su lomo. Bajo su barriga, por el oscuro suelo, vagamente
verde, que todo lo contagia de esmeralda, el techo viejo llueve claras monedas de fuego", poetiza
en La cuadra, etcétera.

Al relatar sus frecuentes paseos, aparece recreada toda la vida del pueblo: los niños mendigos, el
loco del lugar, el niño tonto, la casa de enfrente, el loro, el cura don José, el perro sarnoso, la
novia, los gitanos, las tres viejas, la flor del camino, el pozo, los gallos, los gorriones, el arroyo, los
toros, el canto del grillo, la vendimia, el vergel, la tormenta, la luna, el pastor, la colina, la tortuga,
el cementerio viejo, el castillo, la fuente, la yegua blanca, el molino de viento, la torre...

Las descripciones tienen todo un toque altamente poético, y la atmósfera a menudo es


melancólica, de una suave tristeza o de una exquisita espiritualidad.

Aglae es otro ejemplo de la poesía y de los sentimientos que expresa el poeta en una de las
estampas de la obra: "¡Qué reguapo estás hoy, Platero! Ven aquí... Platero, avergonzado un poco
de verse así, viene á mí, lento, mojado aún de su baño, tan limpio que parece una muchacha
desnuda. La cara se le ha aclarado, igual que un alba, y en ella sus ojos grandes destellan vivos,
como si la más joven de las Gracias les hubiera prestado ardor y brillantez. Se lo digo, y en un
súbito entusiasmo fraternal, le cojo la cabeza, se la revuelvo en cariñoso apretón, le hago
cosquillas... Él, bajos los ojos, se defiende blandamente con las orejas, sin irse, o se libera, en breve
correr, para a pararse de nuevo en seco, como un perrillo juguetón. ¡Qué guapo estás, hombre!, le
repito. Y Platero, lo mismo que un niño pobre que estrenara un traje, corre tímido, hablándome,
mirándome en su huida con el regocijo de las orejas, y se queda haciendo que come unas
campanillas coloradas, en la puerta de la cuadra".Al final del libro aparecen los momentos de
angustia por la muerte repentina de Platero: "La barriguilla de algodón se le había hinchado como
el mundo, y sus patas, rígidas y descoloridas, se elevaban al cielo. Parecía su pelo rizoso a ese pelo
de estopa apolillada de las muñecas viejas, que se cae, al pasarle la mano, en una polvorienta
tristeza."
http://www.enciclopediadetareas.net/2010/07/analisis-de-la-obra-platero-y-yo.html

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