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UNIVERSIDAD EVANGÉLICA DE LAS AMÉRICAS

Maestría en Ciencias de la Religión con Mención en Orientación a la Familia


PD 610 Educación y Orientación Familiar
Daniel Villalobos Alfaro
05/07/2020
Informe de lectura: EDUCACIÓN DE LA FAMILIA PARA LA SEXUALIDAD

Introducción: El objetivo de este informe es resumir la lectura realizada con el fin de


rescatar sus ideas principales, y darles una apreciación.

Justificación: Este resumen es importante porque presenta las partes más importantes
de la lectura “Educación de la sexualidad en el contexto familiar y escolar” de Verónica
del Carmen Luisi Frinco (Luisi Frinco, 2013) y permite un análisis más sintetizado de la
misma. Se compone de varios apartados en los cuales aborda algunos de los desafíos
y oportunidades que tiene la familia en su contribución a la educación de la sexualidad
en medio de la postmodernidad que vivimos.

Desarrollo:

La autora comienza su escrito considerando que a la familia es la base de la sociedad y


que la sexualidad es intrínseca al ser humano, ambas temáticas tienen gran
trascendencia. Todos los seres humanos nacemos en familia y con ello se crea un
vínculo indisoluble. La familia es un hecho natural y universal, combina una realidad
biológica que está en el origen de toda existencia humana, con una realidad social y
jurídica, lo cual hace que sea considerado como persona. La familia, es la primera
escuela de sociabilidad, debe tener un clima de respeto, justicia, diálogo y amor, que
otorgue seguridad y apego positivo para formarnos como un ser único e insustituible,
que brinde los rasgos del carácter y de la identidad personal, los hábitos y las
diferencias del comportamiento sexual. La familia es el lugar que se identifica con el
hogar, la protección y el amor desinteresado.

Luego la autora luego explica el enfoque sistémico, cuando dice que hay un desarrollo
circular y permanente de influencia recíproca, que transforma a la familia en un contexto
estable, donde la flexibilidad y la posibilidad de cambio son puertas abiertas
permanentemente. También se comparten una serie de normas y compromisos,
señales y códigos que se transforman en mecanismos de regulación de la convivencia.
Esto nos lleva al plano cultura. En lo cultural, la autora expresa que cada generación
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hace un aporte a la cultura del sistema, a la ramificación familiar, comunica modelos y


recursos vinculados a la educación de sus hijos, pautas de vida que están
estrechamente ligadas al dominio cultural de cada uno de los miembros de la pareja, de
manera que las lealtades, las costumbres y las tradiciones, van tejiendo un entramado
de identidad que identifica a este contexto familia.

Luego la autora expresa algunas amenazas que la familia enfrenta en la actualidad. Por
ejemplo el desarrollo importante de los medios masivos de comunicación, la tendencia
a la nuclearización de la familia que es resultante de la modernidad. El doble trabajo
que realiza la mujer por una parte, el papel de esposa y madre, y por la otra, su
desarrollo profesional. Estos cambios donde el hombre y la mujer se realizan en sus
profesiones, dejando un poco de lado su papel contenedor, se confirma que se están
generando acrecentamientos de situaciones de sexualidad precoz, alcoholismo,
drogadicción y violencia, que afectan a niños/as y jóvenes, gestándose en ellos
modelos mentales de relaciones familiares que se perpetúan de una generación a otra.

Después la autora expresa que aun así hay razones por las cuales la familia representa
una esperanza para la sociedad y la cultura ya que es una realidad permanente y
constante, donde se adquieren los rasgos fundamentales del carácter y de la
personalidad. La manera de enfrentar las problemáticas derivadas de estas
transformaciones de la sociedad es conociéndolas en profundidad y buscar las formas
más eficaces, humanas y reales para enfrentarlas.

Después de este análisis de contexto la autora aborda el tema de la sexualidad. Explica


que es en la familia donde primero aprendemos que ésta es inherente a nuestro ser, y
que es algo que nos compromete integralmente. En este sentido, los padres son los
primeros responsables para llevar a cabo la educación de la sexualidad. Tienen que
ofrecer a sus hijos en un marco de confianza, las explicaciones adecuadas a su edad
para que adquieran el conocimiento y respeto de la propia sexualidad en un camino de
personalización. Es necesaria una explicación más que una prohibición, de lo contrario,
los niños y niñas crecen desorientados, con dudas que resolverán con la persona
menos indicada y con una información no del todo correcta.
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El daño generado en hogares que hablan del tema indirectamente y dejan que los niños
y niñas se enteraran por otros, desligándose así por completo del asunto, es una gran
ignorancia o tergiversación respecto de la realidad de la sexualidad humana. Esta es
una de las razones que hizo indispensable que la institución educacional asumiera esta
responsabilidad, porque se considera que es la única entidad, además de la familia,
capaz de entregar conocimientos basados en un conjunto de valores positivos.

La autora explica que en la política educacional actual se trata el tema de la sexualidad


como un contenido transversal en todo el currículum académico, debido a su
importancia y trascendencia para la sociedad. Lo positivo para la autora es que se ha
implementado esta enseñanza vinculada con la afectividad. Lo malo es que esta
educación debe ir en enlazada con su origen: como un ser que proviene de una familia.
Pero si se da solo desde la institución educativa, no produce cambios de actitudes y
comportamientos en los niños/as y jóvenes. Sobre todo porque los docentes no trabajan
en conjunto con la familia y no poseen un conocimiento profundo acerca de estos
temas, como tampoco acerca de las emociones y como conducirlas.

Es un hecho que el debate actual ya no es si se debe o no enseñar en el aula temas de


sexualidad, sino cómo debe enseñarse. Cualquier programa cuyo fundamento sea
solamente proveer de información pertinente a preceptos morales y sexuales está
condenado de antemano al fracaso. Se debe usar un enfoque de cambio de
comportamiento en los jóvenes, a través de identificación de sentimientos, descripción
de los mismos, fortalecimiento de los procesos de socialización, cultivo de las
relaciones interpersonales, abren un horizonte de optimismo.

La autora da una serie de estadísticas acerca del embarazo adolescente y general, las
prácticas sexuales de los jóvenes actualmente sin el claro reconocimiento y
compromiso que esta acción conlleva. Los jóvenes viven en una cierta indeterminación
ante la elección del tipo de vida que quieren. Esto debido a la crisis de valores, de la
sociedad materialista, hedonista, pragmática y superficial. Por otra parte, los seres
humanos somos biológicamente amorosos como un rasgo de nuestra historia evolutiva.
Esto significa dos cosas: la primera es que, el amor es la emoción central conservada
en la historia evolutiva; la segunda es que nos enfermamos cuando se nos priva del
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amor como emoción fundamental en la que transcurre nuestra existencia relacional con
otros y con nosotros mismos. La experiencia de amar da sentido a la persona como ser
único en la creación. Estamos hechos para amar, sin embargo, el amor implica una
entrega que requiere integración.

Se necesita entonces vincular la sexualidad con el compromiso voluntario del amor, es


decir, una educación que intente desarrollar la aptitud que la persona tiene de amar. El
ser humano no vive bien sin amor, el permanece para sí mismo un ser equívoco, su
vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no lo experimenta y lo hace
propio, si no participa en el vitalmente. La importancia de educar a los estudiantes en el
significado de su persona, ser en familia, con la visión adecuada de su sexualidad, es
un proceso educativo de carácter formativo, que no sólo se detiene a trabajar la
dimensión biológica de la sexualidad, sino que colabora con el desarrollo de sus
dimensiones

Un programa en sexualidad tiene que ser accesible en el sentido que pueda responder
a las preguntas de cualquier grupo de niños/as y adolescentes, independientemente del
nivel cultural, económico y/o religioso. Debe ser un programa de educación orientado
hacia la afectividad en la sexualidad, lo que presupone una antropología muy definida,
que en este tiempo se ve desechada por la cultura dominante en la que estamos
inmersos Un plan que contemple educar a los niños y niñas a percibir la sexualidad
como una totalidad orgánica que implique todas las dimensiones de la propia
experiencia humana: razón, libertad, afectividad, superando la corriente que separa la
dimensión afectiva de las exigencias de la corporeidad, y corrigiendo la idea errónea de
que las acciones de un sujeto sólo pueden tener una resonancia externa, y que no
acarrean consecuencias para la dimensión psíquico-afectiva.

Conclusión

- La familia debería ser la primera responsable al momento de educar y formar a


sus hijos en todos los aspectos de su vida, incluyendo la sexualidad. Pero los
niños/as están más en contacto con los actores del sistema educacional que con
sus propias familias.
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- Es necesario diseñar políticas de enseñanza acerca de estas temáticas que


complementen su formación integral tendientes al fortalecimiento de la familia, al
ejercicio de una sexualidad responsable y la importancia del amor y la afectividad
en la pareja.
- Se debe fortalecer y actualizar el conocimiento de estos temas en los profesores
y en los padres para que su ayuda sea eficaz.
- Actualmente la educación sexual es una urgencia en nuestra sociedad, así lo
demuestran los índices de embarazos en adolescentes, los abortos y sus
consecuencias, las enfermedades de transmisión sexual, la falta de compromiso,
o el comprometerse con otro u otra de manera inadecuada.
- El sistema educativo quiere integrar las materias de familia y sexualidad al
currículum de manera transversal, pero debería implementarse dentro de la
malla curricular, y en trabajo conjunto con las familias.
- También deberían hacerlo las Instituciones de educación superior,
especialmente donde se forma a los futuros profesores de niños, niñas y
jóvenes, los cuales al momento de ejercer su profesión en establecimientos
educacionales, se verán enfrentados a conflictos de sus estudiantes.

Referencia bibliográfica:

Luisi Frinco, V. d. (2013). Educación de la sexualidad en el contexto familiar y escolar.


Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Santiago Chile.

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