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154 SOCIOLOGIA DEL DERECHO nio republicano de los notables. Por otra parte, este dominio no fue ne- cesariamente favorable @ una educacién profesional propiamente jur dica de los funcionarios politicos distinguidos, electos para un corto pe- riodo. El conocimiento de las Doce Tablas fue siempre tema de la enseiianza escolar. Pero, en lo esencial, el funcionario romano de la época republicana edquiria el conocimiento de las leyes de manera ex clusivamente préctica, Sus consultores le ayudaban en lo demés. En cam- bio, la necesidad de un estudio jurdico sistematico fue intensament reclamada por la administracién imperial, con sus fancionarios de nom- bramiento, su racionalizacién y burocratizacién, sobre todo en el servi- cio provincial, Mas tarde podremos comprender, en conexién con su tema de mayor importancia, esta consecuencia general de la burocrati- zacién de la autoridad, Por haber faltado en Inglaterra, fa racionatiza- ‘ign sisternética del derecho se qued6 muy atrés en este pais. Mientras Jos consultores, como honoratiores jurfdicos, dominaron ia 2dministracién de justicia romana, el impulso sistemético también fue débil en Roma sy sobre todo, falté la intervenciGn codificadora y sistematica de los po- eres politicos. El derrumbamiento de la nobleza romana bajo los Se- ‘veros sefiala al propio tiempo la declinacién de ta clase de los responden:es y corre de manera paralela al répido yereciente aumento Gc Ja importancia de los rescriptos imperiales para la préctica de los tuibunales. La educacién juridica, ofrecida en la iltima época en escue- las reconocidas por ef Estado, Ilegé a ser mera instrucclén literaria basada en las obtas de los jutistas. La préctica judicial trabajaba con ellos como fuentes autorizadas y los emperadores establecieron con toda precisidn, 2 través de las lamadas «leyes de citas», le decision mayoritaria para los casos de discrepancia y el orden jerdrquico de las obras juridicas. Las colecciones de respuestas desempefiaban aqui el papel de las colecciones de precedentes en cl Common Law. Este hecho etermin6 la forma de las Pandectas y la conservacién de una parte de Ja literature juridica elésica, We bee, Wax, Orvéialogie del Deveche on: Eeoneais y Sociedad § 5. RACIONALIZACION FORMAL Y MATERIAL DEL DERECHO. Signieaciin 5 condiciones generals del formalione juriice, Recionaliacn mae ial det derecho: el dara saoo. Derecho islimice, Demcho judi, Deco canénica, Después de las consideraciones anteriores hemos llegado al importan- te problema, rozado ya de manera ocasional, de la infiuencia que ¢jer cen las formas politcas de dominacién sobre las cualiades formales del derecho, Su discusidn definitiva supone indudablemente el andlisis de las formas de dominacién, al cual nos referimos més tarde. Pero hay qixe hacer desde luego algunas observaciones de cardcter general. La vieja administracién de justicia por e] pueblo, originariamente un procedi- miento expiatorio entre 1os clanes, ¢s en todas partes despojaca de su primisiva ieracionalidad formalista gracias al influjo del poder de los principes y les magistrados (el germénico bann, el latino, imperium) y, en iertas cicunstancias, del poder secerdotal organizado, al tismo tiem- o que sufre la influencia persiste en su contenido juridico por parte de ‘esos poderes. Esta influencia varia de acuerdo con el cardcter de la do- tminacién. Mientras més racional era el aparato autoritario de los pri cipes y jerarcas 2 través de ciertos «fuuncionarios», tanto més di influencia (en el jus honorarium y los medios procesales pretorios en la Antigiedad, en las Capitulares de los reyes francos, en las ereaciones procesales de los monarcas ingleses y cl Lord Cancilles, y en el proce- 156 sociotocia DEL DERECHO lwniento eclesiéstco inquisitorial) a dara la administracién de justicia en cuanto a forma y contenide— un cardeter racional —indudable- mente extendido éste en diverso sentido—; a climinar los medios pro- cesales de tipo irracional, y sistematizar ol derecho material, fo que sig- nificaba siempre, al mismo tiempo, racionalizarlo, Esos poderes s6lo revelaban de manera inequivoca tales tendencias racionales cuando, 0 bien los intereses de su misma administraciGn sacional seéalaban tal jad papal de Ia ig ban unidos 2 grupos poderosos de particu camino (como la autori 1s que teniaa un fuerte in terés en el caréczer racional del derecho y del procedimiento. como ocurri6 con las clases burguesas en Roma, en fa época modema, Allf donde fattd este derecho y la formacién de un pensamiento juridico estrictam fnalizar Ia Edad Media y xo, la secularizacién del ate for ima! se extinguieron en sus comicnizos 0 s¢ convirtieron ex todo ttario. Ello obedece, desde un punto de vista general, a que tanto cl «re cionalismo» de los jerarcas, como de los principes patrimoniales, icacn ‘un cardcter material. Jo que sc tiende no esa la vinculacién juriéico- formal més preciosa y favorable para el céleulo de las probabilidades, o ala sistematica racional dei derecho y el procedimiento, sino alo que mejor satisface, desde el punto de vista del contenido, las exigencias pricticas, utilitarias y éticas, de esas autoridades, La distincién entre cética» y «derecho» no existe en ia intenciéa de esos factores de la fore macién del derecho, que permanecen, como ya vimos, totalmente ale- Jados de todo tratamiento autSnomo y en el caso del molinero Arnold. Toda Ia esencia de la justicia teocratica esté en el predominio § >. RAGIONALIZACION FORMALY MATERIAL DEL DERECHO 161 de puntos de vista concretos de equidad, cuya tendencia no formal y antiformal sélo encuentra sus limites en un derecho sagrado fijado ex: presamente. Cuando las normas de éste intervienen, dan en cambio na ‘imiento a uaa casuistica desmesuradamente formalista, tendiente a la adaptacién del mismo a las necesidades de las partes interesadas. La jus ticia laica patrimonial y autoritaria sc halla colocada esencialmente, por su clasticidad siempre grande, en una posicién mas libre, incluso euan- do tiene por su parte que ligarse a la tradicién, Por diltimo, la justicia tipica de los notables muestra algunas veces un doble aspecto,segtin se trate de los interesados tfpicos de la misma capa de los notables 0 de las capas dominadas por ellos. Tratandose, por ejemplo, de todos o tos que Hegaban a los tribunales det reino, la justicia inglesa era una jus- ticia estrictamente formal. Pero Ia de los jueces de paz, relativamente al tréfico cotidiano y alos delitos de las masas, era en cierto grado no for maly de un modo directo «justicia de Cadir, en forma completamente desconocida por nosotros en el Continente. ¥ lo costaso de la adminis- traciin de justicia en que intervenfan los abogados significaba por otra parte para los desposeidos, lo mismo que ocurria—aunque por otras causas— con la justicia republicana en Roma, una denegacién.real de Justicia, que en gran medida favorecta los intereses de las capas posee- doras ¢ incluso de los capitalistas. Donde no era posible lograr tal duae lismo de Ia préctica juridica: justcia formal para los conflictos nternos de la propia capa, arbitrariedad o-denegacidn de justicia relativamente a los econémicamente débiles, los capitalistas preferian naturalmente tuna administracién de justicia de cardcter estrictamente formal, univer salmente realizada sobre la base de la instancia de parte. Ycomo la ad- tministraciOn de justicia de los honorations, con su préctica juridica esen- cial ¢ inevitablemente empirica, su complicado sistema de recursos procesalesy su alto costo, podia también presentar fuertes obsticulos a sus intereses —inglaterra obtuvo el primado capitalista no a consecuen cia, sin en parte a pesar de la estructura de su derecho— las capas bur (guesas solfan hallarse por regla general interesadas en wna préctica jur ridica racional y, a wavés de ella, en un derecho formal, sistematizado, inequivoco, creado de manera teleolégica racional, que excluyese tan- to la vineulacién 2 la tradicién como la arbitrariedad y, por ende, aceptase el derecho subjetivo tinfcamente como derivacién 0 manifes 220 SOCIOLOGIA DEL DERECHO sualmente relaciones ideol6gicas tipicas con los poderes sociales, es tanto en comparacién con los inclina con mayor fuerza que nunca ‘laépoca de la Hustracién, incluso en al ambito de los despotismos Pin Gpssceparimoriles, de os laments js corperacones comin Jes hasta llegar al prusiano «parlamento de los jueces de distrito» celaio 0- al lado del «orden», lo que précticamente significaba hacia el lad dc los poderes politicos autoritarios y «legitimos» dominantes. $8. Las cuatioaves FoRwates DEL DeRECHO MODERNO 1as partculoréeds: jurtdicas one dracho moder, Las tendowias antjormales & dmadern desenoliniet jerite. E ecual deel engoain, Jui lacey ‘endenciasetamentles ds lee juritas medernos {as pecullaridades formates fundamen ales del tipo occidental espect Scamente modero de la administracién de justicia, nacidas sobre la base de estas creaciones juridicas racionales yssteméticas no son, pre- Gsamente & consecvencia ce la evoliciSn més reciente, en modo algae no inequivocas.—-. .- Los viejos principios que determinaban la confusién del derecho ssubjetivor y el derecho «objetivon, a saber: la idea de gue el derecho representa uns cualidad «vida» de los miembros de una asocacién per. sonal, cualidad que es monopolizada por elle, el principio de fa perso- nalidad estamental o de linge y su particularismo usurpado o legalizx 4° por la corporacién de los interesatos o por privilegio, desaparecen, 7 con ellos se extinguen también los procedimientos estamentales y de otras asoclaciones particulares y las jurisdicciones estamentales. Pero con e520 no queda hecho a un lado todo derecho particular y personal ni tampoco resulta eliminada toda jurisdiccién especial. Por el contrario, Precisamente el mis reciente desenvolvimiento juridico ha provocado ‘un particularismo creciente del derecho, Lo tinico que se ha transfor @ 202 S0CIOLOCIA DEL DERECHO .ciém de las mado caracteristicamente ha sido el principio de la delimi esferas de vigencia. Tipico en este respecto es uno de los casos mis im portantes del particularismo jurfdico moderne: e! derecho mercanttl Por ejemplo, de acuerdo con el Cédigo de Comercio alemén, a este de- recho especial se hallan sometidas, por una parte, ciertas clases de con Inalas, de los cuales el 124s moderno, a saber: fa adquisicién con el pro- pésito de una enajenacién posterior capaz de produci una ganancia, es Gefinido, enteramente con el sentido de un derecho racionalizado, no cen funcién de cualidades formales, sino por referencia al sentido racio- Stos en el acto contractual concreto: la «gee , ademds, some: nal eon arregio a fines im nanciar derivada de otra acto contractual feturo. Est tidas a ese derecho ciertas especies de personas, cuya caracteristica esencial consiste en que celebran «profesionalmente» esa clase de con tratos. Lo decisivo para la delimitacién de la esfera de vigencia de tal derecho es el concepto de «empresay, al que si no sealude literalmen- te sf por lo menos técnicamente. Pues una empresa que tiene como ele mentos constitutivos esos actos contractuales es empresa mercantil y los negocios juridicos que abjativaments, es decir, de acuerdo con el sentido que encierran, worrespondenn a una empresa mercantil concreta, sea ‘eval fuere su cardcter, perteriecen, segiin lo establece la ley, a la catego- rfa de actos juridicos mercantiles». Pertenecen, ademis, a ese derecho especial los negocios juridicos constitutives del ejercicio del comercio ‘cuando son concluides ocasionalmente por no comerciantes, Asi, pues, Jo que decide la delimitacin de las esferas de vigencia es por una par- te la cualidad objetiva (especialmente el «sentido» racional con arreglo a fines) del negocio juridico de que se trate ¥, por otra, Ia pertenencia objetiva (también en el mismo sentido) a la profesién mercantily no, como ocurrfa normalmente en el pasado, la pertenencia a un estarmen- to constituido juridicamente por unién o privilegio. En cuanto se balla personalmente delimitado, el derecho mercantil es derecho de clase, no derecho estamental. Esta oposicién frente al pasado ¢s indiscutiblemen- te relativa, Precisamente para este derecho del comercio y de las otras eprofesiones» puramente econdmicas, el principio de la delimitacién ostenta en todo momento un carécter puramente objetivo, variable 2 memudo por su forma, pero constante en el fondo. Alado de ‘fan con significacién sobresaliente, tanto cuantitativa como cualitativa $5. LAS CUALIDADES FORMALES DEL DERECHO MODERNO = 223, ciertos particularismos jurfdicos establecidos de manera purament ‘stamental. La delimitacién de las esferas de vigencia de los derecho* profesionales particulares se efectu6 casi siempre —cuando no se reso via en el ingreso en una unién— de modo puramente formal, por 24° quisici6n de una licencia o un privilegio, En la calidad de comerciante de cada uno de los insscritos en c] Registro mercanti cstablecido pot él nuevo Cédigo de Comercio alemén, la esfera personal del derecho 120 cant] se halla delimitada de acuerdo con caracteristicas puramente [OF tales y, ademas, de acuerdo con el sentido eeonSimico de la actividad mereantil. Los derechos particuiares para otras eases profesionalcs 0% limitados principalmente en fimcién de notas abjesvas, Sjadas, en cic tas circunstancias, de manera formal. A los modemos derechos partie™™ lares especificos corresponden numerosos tribunales de cardcter =p? lal, Los fundamentos de la aparicién de tales particulaismos son €P esencia de-dos clases. Primeramente, representan ¢ resultado de la de ferenciacién profesional y de la atencién creciente que los interesados cen el tréfico y en la produccién industrial de bienes han acabado por imponer. Dichos interesados esperan de tales particolarismos la sluci6® técnica y profesional de sus negocios. A Tado de esto, precisamente & la época més reciente, otro caso de particularizacién ha jugado un pt pel creciente: el deseo de cludir las formalidades del procedimiento j* ridico comin en interés de una administraciGn de justcia més répida ¥ mejor ajustada al caso concreto. Esto significa précticamente un debil* tamiento del formalismo juridico, motivado por intereses materiales Cuando este es el caso, el fendmeno a que aludimos queda englobado en un cireulo més amplio de procesos modernos semejantes E] desenvolvimiento general del derecio y del procedimiento, ¢* tructurado en etapas tedricas» de desarrollo, conduct de la revelacidn carismatica a través de profetas juridices, ala creaci6n y aplicacién em Piriea del derecho por notables (creaci6n cautelar de acuerdo con los precedentes); después al otorgamiento» del derecho por el imperium profano y los podetes teoerdticoss, por tltimo, al «derecho sistemnatice mente estatuidor ya la «aplicacién» del mismo por jurisas especializa” dos, sobre la base de una educacién letrada de tipo l6gicoformal Las cxalidades formales del derecho se desarrollan partiendo de una com binacién del formatismo magicamente condicionad y de a irracion™ sociotocia DERECHO lidad, condicionada por la revelacién, del procedimiento jurfdico prt mitivo, eventualmente a través de una racionalidad material y antiformalista racional con arregio a fines condicionada teocratica y patrimonialmente, hacia la sistematizaci6n y creciente racionalidad Juridica especializada y, por tanto, hégica x, con ello —primeremente desde un punto de vista puramente extesior— hacia una mayor sublimnaciGn légica y una cteciente fuerza deductiva del derecho, lo mis- mo que hacia una técnica crecientemente racional del procedimiento Jridico. El que fos estadios de racionalidad construidos por nosotros de ‘un modo puramente te6rico no se sucedan en la realidad histérica pre- cisemente en el mismo orden de racionalided creciente, ni se den todos, ni siquiera en Occidente, asf como ia circunstancia de que los motivos del modo y grado de racionalizacién del derecho fueran —como lo ha revelado nuestio breve esbozo— de indole muy diversa, son hechos que aqui deben: permanecer ignorados ad fog, ya que s6lo se tata de fijar los asgos mas importantes de un desenvoivimiento. Recordemos simple- mente que las grandes diferencias del desarrollo a que venimos refirién- donos se hallaban y se hallan condicionadas en lo esencial: 1) por la di- versidad de lasrelaciones politicas de poder —e] imperium alcanzé frente 2 los poderes del clan, de las asambleas y de los estamentos, tna poten- ialicad muy diversa, 1o cual obedecié a razones que serdn més tarde examinadas por nosotros—; 2) por las relaciones de poder entre las au toridades teocréticas.y profanas;-3) por Ia diversidad de estructura, codeterminada en gran medida por constelaciones de motivos poli ticos, de los honorations juridicos que mds decisivamente influfan en la formacién del derecho. Sdlo ei Occidente conocié en pleno dess- rollo la administraci6n popular de la justicia (dinggemossenschafliche Justiz)y la estereotipacion estamental del patrimonisalismo; sélo él cono- i6 también la aparicisn de la economia racional, cuyo portador se unis primeramente con el poder principesco para ¢] desmembramiento de los poderes estamentales, a fin de volverse luego, en actitud revoluclo- naria, contra dl; por ello s6lo el Occidente conocié el «derecho natural» asi como la total eliminacién del principio de la personalidad del dere- cho y del prineipio «el privilegio prevalece sobre el derecho del pais; sélo el Occidente vio nacer un producto del tipo del derecho romano ¥ vivid un proceso camo el de la recepeién de tal derecho. Todos éstos 88, LAS CUALIDADES FoRMatEs :CHO MODERNO = 25 fueron en lo exencial acontecimientos provocados por razones politicas concreias,ys6lo tenfan, en el mundo de entonces, analogias muy remo- tas, Por esto, seguin anteriormente vimos, e] estadio del derecho de fos oristas «profesionaies» especializados s6lo en Occidente fue aleazido en plenitud. En este fenémieno inffuyeron poderosamente, como heat Podido comprobarlo siempre, factores de arden econdmico, Pero tl it Auencia nunca fue decisiva, egiin habremos de comprobatlo al dsc Ur Ta dominaciéa politica. En cuanto tuvieron participacién en la for maci6n de los rasgos especificamente modernos del actual derecho occidental la direccién de su influencia consistié en la recionalizaciéa Y sistematizacién de! derecho, lo que en generat signified para los inte- esados en el mercado, con la reserva de una limitacién posterior, uma creciente posibilidad de eélculo del fmeionamiento de la administra ida de justcia, que es una de las mas importantes condiciones previas de las explotaciones econdmicas de cardeter permanente, especialmente ‘aquellas de tipo capitalista que han menester de la «seguridad del wi cor. Formas especizies de negocios juridicos y de procedimientos espe jenica, csta degradacién es naturalmente conibatida con creciente ener- gia por los juristas. Colocar una ordenanza puramente técnica, como la de que pasado cierto limite debe pagarse un impuesto por ciertos bie- res, al mismo nivel de los preceptos jurfdicos sobre el matrimonio y la patria potestad o, también, sobre el derecho de propiedad, es algo que Fepugna al sentimiento del jurista préctico, por lo cual més alld del de- echo positivo, al que se considera como un derecho mudable yen gran medida «técnico» resurge la nostdlgica idea de un derecho ultrapositivo. Es vertiad que cl viejo «derecho natural» aparece desacreditado por la critica histérica yjuridico-positvista, Como sucedéneo se ofrece en parte 231 LAS CUALIDADES FORMALES DEL DERECHO MODERNO el derecho natural de los dogméticos del catolicismo, en parte el ensa- yo tendiente a obtener en forma deductiva criterias objetivos de valor, partiendo de la «esencian del derecho, ¥ esto, ya sea por un camino aprioristico, orientado hacia el neokantismo, por postulacién de un sderecho justo» como ordenacién de una «sociedad de hombres librevolentes» que sirva de criterio legislative para la ereacién racional del derecho, y de fuente de la actividad jurisdicctonal. en aquellos ca 0s en que la ley remite al juez a elementos en apariencia no formales: ‘en ambas direcciones se trata eseneialmente de una promesa que que- a incumplida en la realidad. O bien, empirieamente, de acuerdo con has ideas de Comte, por referencia a Ia investigaci6n de las sexpectath vas» que los particulares pueden fundamentalmente abrigar de acuer do con la concepcién media de las obligaciones de los demds, como norma tilima y soberana de decision, que debe reemplazar el concep- to ma o menos oscuramente intuido de la wequidads y otros semejan- tes y que vale incluso frente a la ley. La discusién especial y sobre todo la wcritican de estos movimientos que, como acabamés de mestrarlo, ‘desembocan en resultados contradictorios, hallarianse aqui fuera de lu- sgar-La existencia de todas estas tendencias es internacional; pero en ‘Alemania y Francia es donde con mayor fuerza se dejan sentir Esencial- mente s6lo-coinciden en la repudiacién de la tradicional y hasta hace poco dominante petitio principii de Ia sinexistencia de lagunas» en el derecho. Por lo demés, se vielen Gétitra muy diferente’ adversarios: en Francia, por ejemplo, contra la escuela de los intérpretes del Cade, en. Alemania contra los procedimientos metédieos de los pandectistas. De acuerdo con la peculiaridad de los portadores del movimiento llegan en sus resultados a conclusiones que a veces son favorables al prestigio de la wciencias, es decir, de los te6ricos, otras mas bien al de los juristas précticos. A través del constante aumento del derecho legislativamente formulado y, sobre todo, de las codificaciones sisteméticas, los juristas académicos se sienten fuertemente amenazados en su significacién y también en las probabilidades de libertad de movimiento del pens rmiento cientifico, y el répido desarrollo de los movimientos antilégicos y antihist6ricos en Alemania, en donde se teme por la suerte de la cien cia juridica francesa después del Codey de Ia prusiana a partir del Allgemeines Londrecht, resulta de este modo fécilmente explicable ¥ apa- 232 soctotoci pst DERECKO Fece como el producto de una constelacién histérica de intereses de capas intelectuales. Todas las especies, precisamente también las isracionalistas, de repudiacidn de la sistemtica juridica puramente I6- gica desarrollada’en la ciencia del derecho comin son, por otra parte, consecuencias de la racionalizacién cientifica y de la autorreflexidn, li bre de supuestos, del pensamiento juridico. Pues en cuanto no tiene por rmismas cardcter racionalista son. sin embargo, como formas dela fuga hacia ia irracionai, un resultado de ia racionalizacién creciente dela tée meno paraiclo al de a irracionalizacién de lo religion £0. Pero ante todo —y sobre esto no hay que pasar por alto— lo ante- rior se halla condicionado por la aspiracién de los juristas pricticos modernos, que de manera creciente se agrupan en comunidades de in- ‘ereses, hacia la elevacién del sentimiento de la dignidad estamental por l fortalecimiento de la conciencia de poder. Como ejemplo se puede citar en Alemania ia referencia frecuente ala «distinguidar posicion del _juez inglés,.no ligado a un derecho racional Esta diversidad del derecho continental frente al anglosajén tiene indudablemente su principal razén de ser en eircunstancias que se ha- lan en conesién con las diferencias de la estructura general de domi. nacién y con las formas de distribucién de los honores sociales, deriva- das de tal estructura. De esto ya hablamos parcialmente y habremos de ‘watar todavia. De todos modos, incluso cuando intervienen determinan- tes econdmicas, x trata de circunstancias condicionadas fuertemente en lo intetior por relaciones y condiciones de existencia del estamento de Jjuristas y, ademés, de causas que residen en la diversidad de las conste- laciones histéricas. Existe entre nosotros el hecho—que es el que aqui os interesa—~ de que el eapitalismo modero se desarollaiguinen= te y presenta los mismos rasgos en lo econémico, no sélo bajo ordenamientos juridicos que, desde el punto de vista del derecho, po- seen normas ¢ instituciones radicalmente diferentes ~en el derecho anglosajén falta todavia hoy un concepto aparentemente tan fundamen- tal como el de «propicdads en el sentido de la instivucién continental— sino watindose de ordenamientos juridicos que differen radicalmente ‘en su estructura formal. A pesar de todos los influjos derivados de las exigencias cada vez més rigurosas de una educacién cientifica, el pen- samiento juridico inglés es todavfa en gran parte, en la actwalidad, un nia juridica, fen 4 LAS CUALIDADES FORMALES DEL DERECHO MoDERNO 233 arte de tipo wempitico», El «precedente» ha conservado su antigua im- portancia, pero s¢ considera unjairapoyarse en prececientes demasiado vigjos que se remonten, por ejemplo, a més de un siglo. Especialmente en los nuevos paises, sobre todo, segtin parece, en los Estados Unidos, se ha conservado todavia el genuino carécter scarismaticor de la adm nistracién de justicia. Los precedentes tienen en la practica una impor tancia aliamente diferenciada, no s6lo, como ocurre en todas partes, de acuerdo con Ia posicién jerérquica de la instancia, sino también de acuerdo con la autoridad personal de cada juez, Esto vale para muy im- portantes nuevas creaciones de medios juridicas como, por ejemplo, las de Lord Mansfield en el derecho angiosajén. Pero de acuerdo con la concepeién norteamericana, la sentencia s una creacién personal de tun juez concreio, 2 quien se designa por su nombre, a diferencia de lo gue ocurre en el caso de los «Tribunales del Rey» del enguaje burocré- tico dei Continente europeo. También el juez inglés pretend tener tal sicuacién, Con todo lo anterior tiene relacién el hecho de que el grado de racionalizacién del derecho es esencialimente merior y el tipo del mismo enteramente diverso que el del derecho europeo continental Hasta fecha reciente y, a no dudarlo, hasta Austin, no distia en modo alguno una jurisprudencia inglesa que mereciese, de acuerdo con el concepto continental, el nombre de ucienciz», Esto hacia cas imposible una codificacién del tipo de la reclamada por Bentham. Este rasgo ¢s precisamente el.que.condicioné.de manera principal fa capacidad de adaptacién del derecho inglés y su cardcter «prctico», en relacién con Jos interesados. El pensamiento jurfdico del elego» se halla por una par te ligado por las palabras. Cuando cree argumentar sjuridicamente» suele convertirse en un rébula verbalista. Ademés, naturalmente trata de inferir de lo pariculara lo particular, La abstracidn juridica del wespe- Calista» le es afena. En ambos respectas tlene parentesco, segin vimos, con el arte de la jurisprudencia empitica,y puede ser que este arte le arezca antipatico: ningsin pais del mundo conoce mayor niimero de uejas y sitiras contra cl gjercicio profesional de los abogados que In- slaterra, Puede ser también que las formas constructivas del jurista cautelar le resulten enteramente incomprensibles, lo que también ocu- rre en Inglaterra en alto grado. Pero su peculiaridad esencial es para él inteligible: puede «cxperimentarla» y conformarse con ella en cuanto 234 soctoLocta DEL ost lo que hace todo hombre de negocios inglés— busca y paga para to- as-sus relaclones de vida un asesor jurféico permanente. No pone, pues, cexigencias ni esperanzas en el derecho que pudieran desvanecerse por medio de construcciones légico juridicas. ¥ también para el formalisme Jjuridico hay valvulas de escape. Es cierto que en el Ambito del derecho Privado €] Common Law y generalmente también !a equity son en gran medida, a consecuencia de su conexién com los precedentes, wformalis tas» cn su mangjo préctico. El respeto a la tradicién del ejercicio abogadil cuida de ello. Pero ya la institucidn del Ci jury impone cier- tos limites de la racionalidad que, como tales, no sélo son aceptados como algo inevitable, sino que precisamente, a causa de la sujecién del Juez a los precedentes, son muy apreciados, debido a la preocupacién de que un precedente pueda crear una regla formalmente obligatoria (una bad law) en campos en donde se prefiere dejar abierta la posibili- dad.de la ponderacién estimativa-concreta, La exposicién de la forma ' cen que funciona précticamente estadivisiOn entre un campo de sujecién alos precedentes y otto de estimaciones concretas no corresponde a este lugar. De todos modos, significa un debilitamiento de la racionalidad de laadministracién de justicia. Al lado de ello figura la forma enteramente sumaria, todavia hoy fuertemente patriarcal ¢ inracional de tratamien- 10 de todas las bagatelas cotidianas, en le jurisdiccién de paz de Ingla- tera, Ia cual, como puede uno advertirlo fcilmente 2 través de la ex- posicidn de Mendelsohn, conserva, en forma para nosotros desconocida, el caricter de qusticia de Cadiv. En resumen, una administracién de jus- ticia que en Ia esencial peculiaridad formal del derecho material y del procedimiento, que, en la medida posible dentro del ambito de una s administracién de justicia mundana, liberada Ge la sujecién teocrdtica ~~ y de los poderes patrimoniales, se aparte de la estructura del derecho Continental. Pues en todo caso la administracién inglesa de Ia justicia no es en Jo esencial, como la del Continente, «aplicacin» de «preceptos Juridicos» sublimades con ayuda de la légica, partiendo del contenido de las prescripciones legales. También en lo econdmico y social estas variantes han tenido consecuencias muy senstbles, pero casi siempre consecuencias aisladas, no de aquellas caoaces de inuiren a estructura 7 total de la economia, Para el desenvolvimiento del capitalismo inubo dos circunstancias favorables: por una parte el hecho de que la educacién 5 455. LAS CUALIDADES FORMALES DEL DEREGHO MoDERNO 235 Juridica se hallaba principalmente en manos de los abogadios, de c¥yo ‘grupo salfan los jueces; es decir, en manos de una capa que ejerce actividad al servicio de los particulares que tienen bienes de forwena. especialmente los capitalistas, y que viven materialmente de ellos. Ade mas, en conexién con lo anterior, le circunstancia de que la concent cidn de la administracién de justicia en los tibunales imperiales de Loo Gres y su cnorme costo, constituia casi, para los desprovistos de recursos una denegacién de justia. De todos modos,el desarrollo esencialimente igual del capitalismo no ha podido suprimir estos contrastes extraordh nariamente bruscas de la pecubiasidad del derecho, Tampoco existe it~ tives de guna tendencia visible orientada hacia la modificacién, por motives 4 economia capitalista. dela estructura del derecho y de la administracién de justicia, en el mismo sentido de la stuacién continental. Alli donde, or el contrario, ambos tipos de administracién de justicia entran ©? competencia —como en el Canad— la forma anglosajona se ha mos trado superior y ha desplazads con relativa repideza la que nos 68 PrO™ pla. Asf pues, no hay en cl capitalismo, como tal, ningin motivo decist- vvo dé esa forma de racionalizacién det derecho que desde Ia époce de a-educacién romanistica universizaria de la Bdad Media es caracteristi- cadel Occidente continental. Por el contrasio, el desenvolvimiento social moderno ha deserrolle” do, ademés de los motivos politicos que fueron mencionados y dé las razones internas juridico-estamentales que acabamos.de. ver, 0808 mo tivos de indole general que debilitan el racionalismo formal del dere cho. Una sjusticia de Cadi» directamente iacionzl es actualmente prac ticada en gran medida por la administracién popular de justicia del jurado «popular». Responde al sentimiento de los legos no educados jjuridicamente, a quienes ofende siempre en el caso concreto e! form lismo del derecho, asf como al instinto de las clases no privilegiadas que reclaman una justicia del tipo material. Pero precisamente contra est peculiaridad del jurado, con su carfcter relativo de justicia popular: © levantan ataques que vienen de dos lados. Primeramente, 2 causa de 12 conesiéa de los jurados con ciertos intereses frente 2 a objetividad co” rrespondiente al habito interno del docto. Ast como en Roma la lista de Jos jurados era objeto de la lucha de clases, le actual scleecién de los ju" rados, fuerte ¢ inevitablemente influida por razones politica, suele he 236 Soctotocia pet DeREcHo certe entre las capas «disponibles» de notables, an cuando sean pri cipalmente del tipo plebeyo, y favorece asa la justicia de clase, pero es combatida por los trabajedores 0, cuando éstos ocupan los bancos del Jurado, por las clases poseedoras. Por lo demas, no sé las «clases» son kas interesadas. En Alemania, en donde sin duida alguna el honor sexal dela mujer es apreciado de manera mis baja, cs casi imposible convene cer a los hombres del jurado de que deben considerar culpable, por ciemplo, por violaci6n. a oro hombre, al menos euando la condueee de Ja muchacha les parece scensurable», Por ota parte, la edueacién jar! ica escolar reacciona contra la justcia de los legos con la pretensién de que éstos —cuya decisiGn, impugnable a menudo en alto grado des- de cl punto de vista juridico-formal, pero sin fundamento ni susceptible de impugaacién material, por lo cual se halla en el mismo plano de wn oréculo irracional— queden subordinados en la funcién jurisdiecional al control de 168 técnicos, es decir, instituir colegios mixtos en los cu Tes los legos ast lo revela la experiencia estarfan sometidos al infia. Jo de los Juristas profesionales, lo que no significaria més que la publi Cidad obligatoria de las deliberaciones de los especialistas, como se ha ‘ratado de hacer en Suiza con la publicidad de las discusiones de los ui. bunales, En el terreno del derecho penal, el jurista profesional pierde or su parte su responsabilidad al abandonar crecientemente al psiqula: tra la decision de hechos delictivos, especialmente graves, tarea que el racionalismo impone al mismo psiquiatra y que éste,valiéndose de los medios de la auténtica ciencia natural, en modo alguno eseé en condi. ciones de realizar, Pero estos conilictos se allan indiscutble, pero sélo ‘muy indirectamente condicionados por el desarrollo téenico y econdmi- 0 favorable al intelectualismo y por regla general son consceuencia, die recta de la insoportable oposieién del principio formal y el principio material de la administracién de justicia, que entran en coniicto incl So tratindose de iguales situaciones de case. Por lo demas, no es seg © que las clases negativamente privilegiadas en la actualidad , especial mente los trabajadores, puedan esperar de una administracion de Justicia no formal lo que supone la ideologia de los juristas, Una adm 2 os pirates fueron exrtoe anes da primera Gus 4 @. LAS CUALIDADES FORMALES DEL DEREGHO MODERNO. 37 nistraciGn de justicia de tipo burocrético reclitada, de acuerdo con un laa, por lo que toca los puestos més importantes entre log miembros Gc la judicatura, dependiente ademés, en lo que atafica los ascensos, de los poderes polficos dominantes, no pude equiparse ala suina o a fA inglesa y menos sina la nortcamericana. Cuando se le priva de la creem- a cn la santidad del formalismo jurtdico ye Ye pide que emita guicios dle valor, el resultado suele ser completamente diverso del que se o> ene a los paises aludidos. Pero este tema rebasa los limites del pre- sente estudio, Unicamente trataremos de rectificar algunos errores his (ricos. En una actividad verdadeamentewereadoras, es deci, portadora de nucto derecho, s6lo se han colocado los juristas de tipo profético, Por {o demis, cosa que desde c! punto de vista abjetive es necesario subrayar Sempre, aun los efectivamente creadores se consideran suljetivemente ‘como portavoces de las normas en vigor —eventualmente latentes—, ef decir, como intérpretes y aplicadores, no como ecreadoress de tales normas; y este fenémeno no es especificamente modemo. E] que aetual- mente se oponga a tal creencia subjetiva de la mayoria de los juristas la realidad de la creacién efectivay se tate de inferir de eld a norma para | conducta subjetiva, es un resultado de una decepcién intelectualist, sea cual fuera la postura que se adopte ante tal pretensin, La antigua posicién del juez inglés se vio fuertemente conmovida por cl progreso de la burocratizacin y de la foFRmulacién de normas juridieas de tipo formal, No ¢s seguro que en pafses de derecho cosificado se pueda com vertlr a un juez burdcrata en profeta juridico con sélo cefisle la coro" na del ecreador». De todos modos, la precisidn jutidica del trabajo es Tebajada cuando en lugar de conceptos jurfdicos se hacen intervenir en tos considerandos de las sentencias consideraciones socioldgicas, éticas © econdmicas. El movimiento es, en resumen, una de las reacciones ca Tacteristicas contra el dominio de la wespecializacién» y del racionalis- ‘Mo, que indudablemente es ¢l verdadero padre de aquélla. De todos mo- dios, ¢1 desarrollo de las cualidades formales del derecho revela rasgos caracteristicamente contradictorios, Rigurosamente formal y anclado, hrasta donde lo exige la seguridad juridica de los negocios, en lo pate te y mani interpreta to, ese desarrollo adapta un cardcter no formal gracias a la logica de la voluntad de las partes ya los «buenos usos \ 238 SOCIOLOGIA DEL DERECHO mercantiles», entendidos como un «minimun ético»; y tal cardcter ha sido provocado por el interés en Ia lealtad de las relaciones de! comer cio. Ademés, el desarrollo en cuestign os llevado por caminos antiformax Jes bajo la influencia de aquellos poderes que ostenta frente a la pricti- ca juridica la pretensién de que sean algo més que un simple medio para Ja pacifica lucha de intereses. Se trata de exigencias de justicia material de cierias clases ¢ ideologies, xsi como de Ia naturaleza todavia actuan- te de algunas formas politicas de autoridad, especialmente autocraticas y democriticas, 1o mismo que de esas concepeiones sobre los fines de} derecho que resultan adccuadas a tales formas y de la exigencia de los legos tendiente a obtener una administracién de justicia que les resu- te inteligible, El desarrollo de que hablamos es también orientado en vn sentido antiformal por preiensiones de poder, ideoldgicamente mo- tivada, de Jos mismos juristas/Sea cual fuere la forma en que bajo tales Gircunstancias puedan esiructurarse el derecho y la préctica jusfdica, lo cierto es que el resultado inevitable, condicionado por el desenvolvi- miento técnico y econémico, tendré que ser, a pesar de cualquier judi ature laica, el desconocimiento creciente, por parte de los legos, de un de- echo cuyo contenido de orden téenico es cada vez mayor, es decir, la | especializaci6n del mismo y la creciente consideracién del(ieregho 2) Gente como un aparaio raciona)esprovisio de toda santidad y, por tan 16, modificable en cualquier momento de acuerdo con fines racionales.| te destino puede ser ocultado por la creciente sumisiOn, determina da por consideraciones génerales, al derecho en vigos, mas no puede en realidad ser cludido. Todas las exposiciones de tipo socioldgicojuridi- £9 0 filoséfico;juridico mencionadas brevemente por nosotros, a menu do altamente valiosas, fortalecerdn siempre esta impresion, ya se trate de ieorfas sobre la naturaleza del derecho o sobre la posicién del juez y sea cual fuere el contenido de tales teorfas. PARTE II SOCIOLOGIA DEL ESTADO 2584 soctoLociA DEL DERECHO fuencia de Paterson y los de su calaia va perdiendo terreno frente a la influencia de la categoria racionalista de los miembros del Banco, que ‘eran todos directa o indirectamente de origen puritano o estaban bajo Ia influencia de la manera de ser puritana. ; E] mercantilismo signié ademés jugando ¢l papel conocido en la historia de la economia. En Inglaterra, slo dejé definisivamente de ser sambio, realizacién de los puri- inién con intereses industria- ‘operante con Ia introduccién del libre 10s Dissenters (Cobden y Bright} v de s is, que ya podian prescindir ahora del apoyo mercantilista, §.2. EL ESTADO RACIONAL COMO ASOCIAGION DE DOMINIO INSTITUCIONAL, ‘CON EL MONOPOLIO DEL PODER LEGITINO” Desde el punto de vista de Ia consideraci6n sociol6gica, una asociacién «politica» y en particular un «Estado» no se pueden definir por el con- twario de lo que hacen. En efecto, no existe apenas tarea alguna que una asociaci6n politica no haya tomado alguna vex en sus manos, ni tampo- co puede decirse de ninguna, por otra parte, que Ia politica haya sido siempre exclusivamente propia de aquellas zsociaciones que se designan como politica, y hoy como Fstades, 0 que fueron histSricamente las pre- cursoras del Estado modemo. Antes bien feocioldgicamente elfEstad) {fiodernd slo puede definise eh Ultima instancia a partir de un medio Jespecifico que, lo mismo que a toda asociacién politica, le ¢s propio, a Isaber: el de la coaccién fsica “Todo Estado se basa en la fuerza», dijo “chrau dia Trotsly en BrestLitowsk:¥ esto es efectivamente ast, Sis6lo subsistieran’ construcciones sociales que ignoraran Ia coacciéa como medio, el concepto de Estado hubiera desaparecido; entonces se hubiera producido lo que se designar, con este sentido particular de! vocablo, como sanarquias, Por supuesio, la coaccién no es en modo alguno el * Reproduccisn de Palith als raf La politica como profesin»), pp. 340 (Ge Police Ssbjen [Obras poiiasreeniés], Menieh, 1921, pp. 396-402. 256 SOCIOLOGIA DEL DERECHO medio normal o tinico del Estado —nada de esto— pero sf su medio es- pecifico. En el pasado, las asociaciones mas diversas —empezando por la familia— emplearon la coaccién fisica como medio perfectamente normal, Hoy, en cambio, habremos de-decinfell ‘hidad Rumania que en el interior de uh determinado territorio —el con- cept del «cerricorio» es esencial a la definicién— reclama para sf (con | é%t0) el monopolio de la coaccién fisica legitima. Porque lo especifico | de la actualidad es que a las demés asociaciones 0 personas individua- | les sélo se les concede cl derecho de Ja coaccién fisica en la medida en. que el Estado lo permite, Este se considera, pues, como fuente tinica del «dlerechov de coaccidn Ta spolitica» serfa, zi, para nosotros aspiracién a la participacién en el poder, 02 la influencia sobre la disuibucién det poder, ya sea on- tre Estados o, en el interior de un Estado, entre los grupos humanos que ‘comprende, lo cual corresponde también esenciaimente al uso lingiis tico, Guando se dice de una cuestiOn que es una cuestiGn «politicar,o de un ministro 0 un funcionario que es us funcionatio «politico», o de una decisién que tiene cardcter «politicos, entonces se entiende siem- pre con ello que los intereses de la distribucién, la conscrvacién o el desplazamiento del poder'son determinantes de la respuesta a aquella ‘cuestiGn, 0 condicionan aquella decision, o determinan la esfera de 2c- tuacign del funcionario en cuesti6n. El que hace politica aspira a poder: poder, ya sea como medio al servicio de otros fines —ideales 0 egoistas—, © poder «por el poder mismo», 0 sea para gozar del sentimiento de pres. tigio que confiere. j TEIESEESYIo mismo que las demas asociaciones poitticas que lo han { [precedido, es una relacién de dominio de hombres sobre hombres Basa da en el medio de la coacci6n legitima (es decir: considerada legitima). Ast, pues, para que subsista ¢s menester que los hombres dominados se sometan @ ia autoridad de los que dominan en cada caso, Cuéndo y por qué lo hagan, slo puede comprenderse cuando se conocen los motivos internos Ge justificacién y los medios extemnos en los que la dominacién, \se apoya. /Mouvos de wtficacion interior 0 sea mothos de fogitmiladlde une dominacién —para empezar con ellos— hay tres en principio, Primero, Ja autoridad cel «pasado», de la cosiumbre consagraca por una validez, 34, ELESTADO RACIONAL COMO ASOCIACION DE DOMINIO... 257 ‘inmemorial y por Ia actitud habitual de su observancia: es ésta la domi nacién «tradicional» tal como la han ejercido el patriarea y el principe patrimonial de todos los tipos. Luego, la autoridad del don de gracia per sonal extraordinario (carisma), o sea la devocién totalmente personal la confianza personal cn revelaciones, herofsmo y otras cualidades €e caudillaje del individuo: dominacién «earismaticar. tal como lo ejercen cl profeta o—en cl terreno politico— el principe guerrero escogido 0 el conductor plebiscitado, el gran demagogo y jele politico de un | do. ¥, fnalmente, la dominacién en virtud de degalidads, 0 sea en vit \td de la creencia en la validez de un estatuto legal y de la «competen- cig» objetiva fundada en reglas racionalmente creadas, es decir: JEisposicion de obediencia en el cumplimiento de deberes conforme estatuto; ésta es la dominacién tal como la ejercen el modemo «servi |dqr del Estado» y todos aquellos otros inves der gle en este aspecto se le asemejanfSe comprende que, en realidad, con- icionai el sometimiento motivos muy podérosos de miedo y esperan- zat temor de la venganza de poderes migicos o del duefio del podes, 0 esperanza de una recompensa en el otro mundo o én éste, al lado de ouos intezeses de la indole mds diversa. De ello hablaremos en segul- da, Sin embargo, si se pregunta por los motivos de-dlegitimidad» de di- cho sometimiento, entonces nos encontramos con ¢308 tres Hipos «pu: ros. Yestis zepresentaciones de la legitimidad y su motivacién interna son para la estructura de la dominacién-de muy considerable importan- cia, Sin duda, los tipos puros sélo se encuentran raramente en la real dad. Pero no nos proponemos entrar aqui en el detalle de las modifi caciones; las tansiciones y las combinaciones sumamente complicadas e dichos tipos puros: en efecto, esto pertenece a la esfera de los pro- blemas de la «teoria general del Estado», Aqui nos interesa ante todo el segundo de los tipos en cuestida, © seala dominacién en virtud de devocién de los dominados al «carisma» puramente personal del «caudillo». Tiene aqui sus raices la idea de la Yocacin en su expresién suprema. La devocién al carisma del profeta del caudillo en la guerra o del gran demagogo en la asamblea (dlesia) © el parlamento, significa que éte pasa por el conductor interiormen- te «llamado» de los hombres, que éstos no se Je someten en virtud de Costumbre o ¢statuto, sino porque creen en él. Sin duda, é mismo, si 258 soctotocia DEL vERECHO es algo mds que ua vano y limitado advenedizo, vive su propia causa «persigue su misi6n», Pero la devocién de su séquito —de sus apéxto- les, sus secuaces o sus partidarios— se dirige a su persona y sus cualida- es. En las dos mayores figuras del pasado, la dei mago y profeia por un ‘ado y la del principe guerrero escogido, del jefe de banda y condotic: 0 por ¢l otro, el caudillaje ha aparecido en todos los terrenos y en to- das las épocas histéricas, Sin embargo, es peculiar de! Oceidente: el cau dillaje potitico primero en 12 figura del «demagogo» libre, que s6lo se desarrolié en el terreno de la ciudad-estado, propio exclusiamente de la chilizacién occidental y ante todo mediterrinea, y luego del «jefe de partido» parlamentario, que también slo crceié en cl dmbito del Esta- do constitucional oecider Sin embargo, esos politicos de «profesién», en el sentido mis estrie- to del vorablo, no son en absoluto las solas figuras decisivas en el len Suajerde la Jucha poiitica por el poder. Decisva es, antes bien, la clase de fos medios ausiliares de que disponen. La cuestiSn: ze6mo hacen los Poderes polfticamente dominantes para mantenerse en su dominio? se aplica a toda modalidad de dominacién politica en cualquiera de sus formas, 0 sea tanto a la tradicional como a ta legal y lacacismatica, ‘Toda.empresa de dominio que requiere una administracién conti ‘nua necesita por una parte ia actitud de obediencia en la actuacién hu- mana con respecto a aquellos que se dan por portadores del poder le- sgitimo y, por otra parte, por medio de dicha obediencia, la disposicién de aquellos elementos materiales eventualmente necesarios para el em pleo fisico de la coaccién, es decir: el cuerpo administrativo personal y Jos medios materiales de administracién, El cuerpo administativo, que representa extemnamente ala empresa politica de dominio lo mismo que a cualquier otra, no se halla ligado a Je obediencia frente al detentador del poder por aquella sola represen tacién de la legitimidad de que hablabamos hace un momento, sino ademés por otros dos medios que apelan directamente al interés perso- nal: retribucién material y honor social. Los feudos de los vasallos, las Prebendas de los funcionarios patrimoniales y el sueldo de los moder- nos servidores del Estado —el honor de la nobleza, los privilegios de clase y el honor del funcionario— constituyen la paga, y el temor de Perderla constituye el fundamenio iiltimo y decisivo de la solidaridad del ELESTADO RACIONAL COMO ASOGIACION DE DOMINIO... 259 cvierpo de la adiministracion con el soberano. Esto se aplica asimismo al caudillje carismatico, a saber: honor military botin para el séquito gue zero. y Jos spoils, o sean la explotacién de los stbditos por el smon0pe 10 de los cargos, benedcios politicamente condicionados y primas I= vanidad, para el séquito demagégico Para el mantenimieno de td dominio por la fuerza se neeesan nos, exactament dems detertninados elementos materiales exter mismo que en la empresa econémica, Todos fos ordenamientos eta les se pueden clasiticar en dos grupos, sogin que se funden en el pri cpio de que las personas que constituyen el cuerpo con cuya cbediicn- cia cl soberano ha de contar, ya scan funeionaties o Jo que fuereDs oseen en propiedad ios medios de administracidn, ya se wate de dine- "edifice, atrial béicoltes de aucomévies,cabalos 010 que = ©-que, por € contratio, el cuerpo adminisrativ esté«separadon de los medios de administracién, en ei sentido en que actualmente ¢l cmpiee do y el propietario estin «separados», en el empresa capitalist, de sedis materiales de produccién, O sea, pes, sogin que e soberan0 tenga organizada la administcci6n por cuenta propia ya haga funcio~ har por medio de servidores, empleados, favoritos o personas a fianza que no son propietaros, esto es, poseedores por derecho propio A fos meds materials de la empresa, sino que es el sefor el queen leiercicio de os mismos ls aig, o que ocura lo contavo, Esta d+ ferencia se encuentra por doquiera en todaslas organizaciones admin trativas del pasado. : Ta asoclacién pola en que fos medios materials de a adzii= traign se encuentran total o parsalnenteenel poder propio de] caer po administrativo dependiente la designaremos como articulada la politica, 0 sea que no wate de aprovechar su dominio politico en beneficio de sus intereses econdmi- 08 privados. Nada de eso. No bz habido cape alguna que no lo haya hhecho en una forma v otra. Sélo significa, pues lo siguiente: que los politicos profesionales no se ven directamente obligados a buscar para su actividad politica una retribucién, como ha de hacerlo obviamente cl. que carece de bieries de fortuna propics. ¥ por otra parte tampoco significa, por ejemplo, que los politicos carentes de tales bienes tengan s6lo 0 preponderantemente en vista sus intereses privados en Ja polit «2, 0 que no piensen, o no piensen principalmente, «en la causa». An~ tes bien, para el-hombre acaudalado,-la preocupacién por su ssegurt dad> econdmica constituye consciente o inconscientemente, segtin lo revela la experiencia, un punto cardinal de orientacién vital, En cam bio, el idealismo totalmente desinteresado y sin prevenciones se encues ta, si no exclusiva sf por lo menos precisamente, en las capas que, d¢- bido a la falta de bienes de fortuna, estén por completo al margen de Jos effeulos interesados en el mantenimiento del orden econdmico de una sociedad determinada, siendo esto asf, en particular, en las épocas excepeionales, es decir: revolucionarias. Sélo significa que el reciute riento no plutocratico de los paliticamente interesados, del caudilaje y de su séquito, se halla igedo al supuesto obvio de que dichos intere- sados reciban del ejercicio de la politica ingresos regulares y seguros. La politica puede ser honorifica, y practcarse en este caso por personas de Jas que suelen designarse como «independientes», 0 ea pudientes, rem- 216 SOCIOLOGIA DEL DERECHO tistas ante todo, o’bien hacer su direccién asequible a los que no dispo- nen de medios, y entonces ha de ser retribuida. El politico profesional que vive «de» ia politica puede ser o un punto «prebendario» o un «ft- Gionatio» a sueldo, Obtiene entonces ingresos de derechos y tasas por determinadas actividades, o recibe una cantidad fija cn especie 0 en di- nero o ambas cosas 2 la vez, Puede adopiar el eardcter de un «empresa- rion, como el condotiero o el arrendatario o comprador de cargos del pasado, como el bossnorteamericano, que considera sus costos como una inversion de capital de la que saea provecho mediante el empleo de su influencia. O puede pereibir un sueldo fijo, como un redactor, un secre- tario de partido, un ministro o un funcionario politico. En et pasado, Jos feuds, regalos de tierras, prebendas de toda clase y, con el desarrollo de la economia monetaria, ante todo prebendas en forma de espértulas constitufan [a retribucién tipica de los principes, los conquistadores vie~ toriosos.o los jefes de partido triunfantes, a su séquito, en tanto que ésta comsiste hoy ante:todo en cargos de toda clase en los partidos, peri cos, cooperativas, cajas de seguros de enfermedad, en los municipios o el Estado, otorgados por los jefes de partido por servicios especiales. Frente a esto se siti ahora el desarrollo del funcionarismo moder no en un cuerpo de trabajadores intelectuales altamente calificades y capacitados profesionalmente por medio de un prolongado entrena- miento especializado, con wn honor de cuerpo altamente desarrollado ‘en interés de la integridad, sin el cual gravitarfa sobre nosotros ¢l peli- gro de una terible corrupeién o de una medioctidad vulgar, que ame~ nazarfa al propio tempo el foncionamiento puramente técnico del apa rato estatal, cuya importancia, mayormeate con una socializacién reciente, ha ido aumentando sin cesar y seguiré haciéndolo, La admi- nistracién de tipo diletante por politicos de presa, que segiin el resul- tado de la eleccién presidencial dejaba cesantes en Jos Estados Unidos a centenares de miles de funcionarios, hasta los carteros, y no conocia al funcionario profesional de por vida, hace ya mucho que ha sido que- brantada por medio de la Givil Service Reform, Determinan esa evolu- én las necesidades puramente técnicas, ineludibles, de la administra: ‘in. En Europa, e! funcionanismo profesional basado en la divisién del trabajo ha surgido gradualmente de una evolucién de medio milenio. Empezaron con ello las ciudades y las signori italianas, y entre las mo- fs. LA EMPRESA BSTATAL DE DOMINIO COMO ADMINISTRACION 275, natquias los Estados conquistadores de los normandos. El paso decisi- vo se efectus en las finanzas de los principes, En las refocmas adminis. trativas del emperador Maximiliano I puede apreciarse cudn diffcilmente inclusive bajo la presiGn de la necesidad exirems y del dominio tar ‘co lograran los funcionarios cn ese terreno, que ¢s el que menos s0- portaba e! diletantismo del soberano, que entonces ora todavia ante todo uun sefior feudal, desposeer al principe. El desarrollo de la técnica mili tar requerfa el oficial especializado, yl afinamento det proceso jurfdico cl jusista cultivado. En esos tres terrenos e! funcionarismo profesional iriunf6 definitivamente, en los Estados més avanzados, en ¢l siglo XVI Gon ello habfase iniciado al propio tiempo, con el ascenso del absolu- tismo del principe frente a los estamentos, le dimisién paulatina de su dominio independiente en favor de los funcionarios profesionales, que habian empezado por hacer posible su victoria sobre aquéllos. ‘Simultdneamente con el ascenso del funcionarismo de formacién profesional tuvo lugar asimismo —aunque en tansiciones mucho me nos perceptibles— e] desarrollo del «jefe politico». Desde siempre y en todas partes habja habido tales consejeros realmente eficaces de los pi cipes. En el Oriente, la necesidad de descargar en lo-posible al sult de Ja responsabilidad personal por el éxito del gobierno habia creado Ja figura del «Gran Visit». En el Occidente, bajo la influencia ante todo de los informes de la embajada verieciana en tiempos de'Carlos V —la Gpoca de Maquiavelo—, que se Jefan en los circulos diplométicos con pasién, la diplomacia se convirtié primero en un arte deliberadamente cultivado, cuyos adeptos, de formacién humanista porlo regulas Se tratae ban mutuamente como una capa cultivada de iniciados, de modo ana logo a los estadistas humanistas'chinos de simos tiempos de los Esta- dos parciales, La necesidad de una direccién formalmente unitaria de Ja politica conjunta, inclusive la interior, por medio de un estadista do- minante slo surgié definitiva € imperativamente con el desarrollo constitucional Hasta ahi habfa sin duda habido siempre semejantes per- sonalidades individuales como consejeros 0, mejor dicho —més concre- tamente—, como gufas de los principes. Pero la organizaci6n de las au- toridades habfa seguido de momento, aun en los Estados ms avanzados, otros caminos. Se habfan formado autoridades administratives sxpremas colegiadas. En teoria, y en grado paulatinamente decreciemte también 216 SOCIOLOGIA DEL DERECHO de echo, dichos cuerpos se reunfan bajo la presidencia del principe, que formulaba la decisién. Por medio de ese sistema colegiado, que daba lugar a informes, contrainformes y votos motivades de la mayoria y la ‘minorfa, y rodedndose ademas de personas de su confienza —ei «gabi- ete-— por cuya mediacién pronunciaba sus decisiones sobre los acuer- dos dei consejo de Estado o como quiera que se llamara la autoridad suprema-, el principe, que cada vez quedaba més relegado a la posi- cin de un diletante, trataba de sustracrse al peso inevitablemente cre- iente de la formacién profesional de los funcionarios y de conservar ia direccién suprema cn sus manos: esta lucha latente entre el funciona Fisino profesional y la autocracia se daba en todas partes. La situacién, s6lo cambié frente 2 los Partamientos ya las aspiraciones al poder de los Jjefes de los paztidos. Condiciones muy diversas condujeron con todo al mismo resultado externo, aunque sin duda con algunas diferencias Donde quiera que las dinastias retuvieron un poder efectivo en manos como, por ejemplo, en Alemania— los intereses del principe se hae llaban en adelante solidariamente enlazados con los del funcionarismo contra cl Pariamento y sus ambiciones de poder. Los funcionarios tenfan interés en que también los puestos directivos, los ministerios, se prove- yeran de sus filas, convirtiéndose ast en oportunidad-de ascenso para «poltic™ 06 J misma Ja tarea, ante todo, del mantenimiento del oven en 26 + Reproducido de Posi als Bora (La politica como profesion),pp- 1015, 164 (Pals Senin Obras politica, pp. #0215). wd

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