Estación Experimental Agroforestal Esquel
Impregnación artesanal de postes
Ing. Agr. José Ignacio Recalde (1)
(1) Profesional privado y docente del Nivel Medio
INTRODUCCIÓN
La impregnación de postes de maderas blandas
o de baja durabilidad natural para alargar su
vida útil en contacto con el suelo, es una
práctica habitual en muchos países. En el caso
de postes de alambrado, hay procedimientos
industriales de protección y otros adaptados
para su implementación a pequeña escala en los
establecimientos rurales. Entre éstos, y a pesar
de ser poco usado en la región patagónica por la
disponibilidad de maderas nativas resistentes, es
muy conocido el “sulfatado” por ascensión
salina o capilaridad. En el pasado ha sido puesto
en práctica tanto en el Campo Experimental
Agroforestal Trevelin del INTA con postes de
pino, como en la Escuela Agrotécnica Nº740 con
postes de álamo y sauce; en ambos casos los
resultados fueron satisfactorios.
El presente artículo se propone explicar una
técnica alternativa, a partir de una experiencia
local y de una búsqueda bibliográfica de
antecedentes.
HISTORIA Y ACTUALIDAD
Los primeros registros sobre el uso de sustancias
preservantes hidrosolubles como el sulfato de
cobre en la protección de maderas datan de
1767 y provienen de Francia. En 1838 en ese
mismo país, M.A. Boucherie desarrolló un
método para desplazar la savia de rollizos recién
cortados con una solución antiséptica inyectada
por presión hidrostática generada desde un
tanque elevado. Dicho procedimiento acortó los
tiempos de tratamiento y hasta hoy se lo
identifica con el nombre de su inventor. Hacia
1900 en Argentina se curaban con sulfato de
cobre postes de alambrados y viñedos con las
técnicas de ascensión salina (que también
implica la sustitución de la savia) o de difusión,
según fuese material verde o seco. Si bien
entonces iba creciendo globalmente la industria
de la preservación, con impregnantes y procesos
que aseguraban cada vez mejores resultados, en
1937 el Servicio Forestal del Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos comenzó a
difundir una innovación orientada a mantener
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con vida y facilitar el tratamiento de postes in
situ y a bajo costo, por parte de los productores
agropecuarios.
Consiste en una adecuación de la técnica de
Boucherie que llamarán “tire tube method” y
que en este artículo se nombrará como “método
de la cámara neumática”. Inicialmente
extendida para ser usada con sales simples de
acción fungicida como el sulfato de cobre y el
cloruro de zinc, dejó de recomendarse al
popularizarse compuestos hidrosolubles más
durables y de más amplio espectro de acción
pero, al mismo tiempo, de mayor riesgo
ambiental y peligrosidad para la salud humana.
No obstante, el “método de la cámara
neumática” aparece descripto a lo largo de seis
décadas como una técnica en uso o en
evaluación en numerosos boletines informativos
y reportes de ensayos comparativos, incluso en
nuestro país.
También el sulfato de cobre perdió importancia
para la protección de postes rurales debido a
dos grandes desventajas: en primer lugar, su
efecto corrosivo sobre los metales con los que
contacta y, en segunda instancia, su fácil
lixiviación o arrastre por el agua de lluvia. Es
precisamente su propensión al lavado la que
determina el límite temporal de la protección
que ofrece contra hongos del suelo causantes de
pudrición.
Un estudio sobre postes finos sulfatados
instalados bajo regímenes de precipitación muy
distintos (1.000 hasta 300 mm anuales, pero
seguramente con surcos de riego próximos)
mostró que, en promedio, un 30% del contenido
inicial de sal, se había perdido a los 5 años de
servicio. Con todo, hasta finales del siglo XX y
principios del nuevo está documentado el uso
de sulfato de cobre para preservación de postes
como práctica aún existente en Estados Unidos,
Canadá, México, Brasil, Argentina, Chile, Bolivia,
España, Italia, Francia, Japón, India. Al ser uno
de los pocos fungicidas de fabricación industrial
permitidos en agricultura orgánica, hoy en día
encuentra un campo de aplicación en la
impregnación de postes, rodrigones, puntales y
tutores empleados en conducción de viñas y
cultivos frutales manejados con criterios
estrictos de producción ecológica.
Octubre 2019 133
IMPREGNACIÓN ARTESANAL DE POSTES
DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA
Con el “método de la cámara neumática” pueden
tratarse sólo rollizos verdes sin descortezar, con no
más de 24 horas de apeados y cortados a la longitud
definitiva. Ha sido recomendado para trozas de
entre 10 y 20 cm de diámetro promedio. En el
extremo más grueso del poste debe quitarse una
franja de corteza de 5 a 10 cm de ancho, de modo
de generar una superficie lisa, sin irregularidades.
Sobre esa franja allanada se monta un tubo de
caucho de unos 60 cm de largo, - una sección de una
cámara de neumático de auto o camioneta- (Foto 1).
Foto 1: Proceso de impregnación de postes
El tubo debe cubrir apretadamente el extremo del
poste. Es mejor que haya una doble capa de goma
sobre la madera lo que puede lograrse plegando el
borde del tubo sobre sí (en forma de dobladillo) o
abrazando el tubo con un anillo de al menos 5 cm de
ancho cortado de la misma cámara. Con dos
ataduras de alambre bien ceñidas se asegura la
compresión entre ambas superficies. Conviene
disponer de cámaras de distintas medidas (usadas,
desechadas, rotas) para elegir una que ajuste
fuertemente con la pieza de madera.
El poste así preparado se apoya inclinado en un
bastidor o caballete, de manera que su punta gruesa
o base quede 50 cm más alta que la fina. Con su
extremo libre atado hacia arriba a un soporte, el
tubo de caucho queda convertido en un contenedor
en el que se volcará el producto preservante.
La revisión de 27 informes o textos provenientes de
11 países que refieren la utilización de sulfato de
cobre como sal única en procedimientos de
impregnación por desplazamiento de savia halla
valores de 1% a 14% de concentración de las
soluciones acuosas empleadas, ubicándose los
valores más usuales en torno al 4% (400 gramos de
sal en 10 litros de agua).
La solución de sulfato penetra y baja por gravedad
a lo largo del tronco, desalojando la savia, que
sale por el extremo inferior, escurriéndose en
forma líquida al pie del poste o evaporándose. La
aparición en la punta fina del color verde-azulado
característico de esta sal, indica el término del
tratamiento.
La duración del proceso depende de la facilidad de
impregnación propia de cada especie forestal y de
las dimensiones y estado de la pieza, más que de
las condiciones climáticas (humedad relativa,
temperatura, velocidad del viento). Los registros
varían entre 2 y 15 días, con un promedio de 7.
Por debajo de los 4ºC de temperatura ambiente el
movimiento de la solución es más lento, pero se
verificó circulación hasta con -6ºC.
Según datos de dos ensayos, el volumen de
solución absorbida por poste osciló entre 7 y 13
litros, para un tamaño de 2,20 m de largo y
diámetro medio de 13 a 17 cm.
La cantidad de sal que queda retenida en la
madera es el principal parámetro para evaluar la
calidad del tratamiento. Para el sulfato de cobre,
se han considerado adecuadas retenciones de 8 a
12 kg de sal seca o producto total por metro
cúbico de madera impregnada.
En algún ensayo fue calificada como excelente la
penetración de sustancias protectoras en toda la
longitud de postes cortos (al menos en su madera
joven o albura) conseguida con este método. Sin
embargo, es normal que la penetración del sulfato
de cobre sea más homogénea e intensa en la
parte basal del poste, cercana al punto de entrada
del preservante, y más irregular o incompleta
hacia el extremo opuesto.
En todo caso, si al cabo de un día de haber
aparecido, la mancha verde-azulada sigue muy
constreñida al sector inferior de la punta fina,
puede darse medio giro al poste y prolongarse un
poco el tratamiento, de forma tal que se empareje
el frente de avance del líquido.
Se está ante un tipo o patrón de penetración
denominado “parcial vascular” porque se realiza
siguiendo los elementos de conducción del leño
en dirección longitudinal y su expansión en
sentido transversal es discontinua.
Por otro lado, a diferencia de la madera más
exterior y joven (albura), el “corazón” o centro del
rollizo (duramen) suele ser muy difícil de
impregnar en la mayoría de las especies
forestales.
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 Estación Experimental Agroforestal Esquel
Aun con estas limitaciones, si el procedimiento se
efectúa concienzudamente, se logra una protección
suficiente.
En cortes transversales del poste tratado, la
presencia del sulfato de cobre no es muy evidente,
pero puede advertirse como un leve sombreado o
halo verdoso sobre los anillos vasculares (Foto 2).
Para hacerla más visible hay que usar reactivos
indicadores.
Foto 2: Corte transversal de los postes impregnados
Es probable que se produzcan pequeñas fugas de
solución salina entre el tubo de caucho y la madera
en algunos postes. Si no pueden anularse por
completo, habrá que colocar recipientes para
recoger el goteo generado y reutilizar el líquido.
Son estas pérdidas las que justifican advertencias
sobre riesgos de contaminación, especialmente
considerables cuando se aplican con el “método de
la cámara neumática” productos más tóxicos o
peligrosos que el sulfato de cobre. Una eventual
contaminación del suelo con cobre quedaría
localizada en los primeros 15 cm de profundidad,
ya que su movilidad es bastante limitada y se fija
rápidamente a la materia orgánica y a los
hidróxidos de hierro presentes. La Organización
Mundial de la Salud concluyó en 1996 que una
deficiencia de cobre sería más perjudicial que una
intoxicación por exceso. No se ha demostrado que
tenga efectos carcinogénicos, mutagénicos o
neurotóxicos en humanos, aunque la exposición
prolongada al cobre bajo su forma soluble puede
provocar daños al hígado y los riñones.
Tras su impregnación, los postes deben ser
estibados en posición horizontal y en camadas
cruzadas para su secado lento, en ambiente
ventilado, a la sombra (por lo menos parcial) y
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con sus extremos a resguardo del sol directo y la
lluvia.
Durante el período de estacionamiento, además
de promoverse una desecación gradual que
evite rajaduras, el preservante termina de
distribuirse y reaccionar con la madera. La
duración promedio de esta etapa, ronda los 2
meses aproximadamente. Recién entonces
estarán en condiciones óptimas para instalarse.
No se encontraron instrucciones de descortezar
los postes antes de plantarlos (excepto que
algún tratamiento complementario lo exija). Por
el contrario, hay autores que aconsejan
conservar la corteza porque hasta cierto punto,
retarda la lixiviación al actuar como aislante
entre la madera y el agua del suelo.
Medidas complementarias de protección
contribuyen a alargar la vida útil de las piezas;
algunas de costo mínimo son: cortar a bisel el
extremo superior; pintar con pintura asfáltica o
aceite de motor usado la superficie de los cortes
en ambas puntas; pintar con aceite de motor
usado la parte del poste que quedará bajo tierra
y hasta 20 cm por encima del nivel del terreno;
envolver con una faja de polietileno la “zona
crítica” (20 cm por debajo y 20 cm por encima
del nivel de tierra).
Se sabe que la inyección de sales simples como
el sulfato de cobre o el cloruro de zinc a través
del “método de la cámara neumática” o el de
ascensión salina confiere “moderados
incrementos de durabilidad” a los postes
tratados. ¿Qué significa concretamente eso para
las especies de madera blanda o semiblanda que
podrían destinarse a este fin en la región andino
patagónica: sauce, álamo, pino ponderosa, pino
oregón? La respuesta más segura provendría de
pruebas a campo o ensayos hechos con rigor
experimental y en condiciones ambientales
similares a las nuestras.
A falta de datos locales, cabe analizar
información procedente de otros lugares,
principalmente Estados Unidos y Canadá, donde
estas prácticas tienen mayor tradición. Así, de lo
consignado en 15 fuentes bibliográficas puede
concluirse que la vida útil probable será de 10 a
15 años (más cerca del límite inferior del rango,
las piezas de sauce y álamo; más cerca del valor
máximo, las de pino oregón), porque:
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IMPREGNACIÓN ARTESANAL DE POSTES
a) el 87% de los datos de durabilidad de
postes tratados de las cuatro especies
mencionadas queda incluido en dicho
rango o lo supera;
b) el 86% de los datos de durabilidad
adquirida que sobrepasan los 15 años (casi
todos correspondientes a pinos), tiene
origen en localidades bajo climas templado
fríos, con precipitaciones anuales de entre
875 y 1.200 mm, es decir, parecidos al
nuestro;
c) si de la medición de lixiviación del sulfato
en postes en servicio comunicada más
arriba pudiese deducirse una tasa de
lixiviación de aplicación general (cosa muy
discutible), el tope de 15 años resulta
consistente con ella.
UNA PRUEBA DE CAMPO
Durante los años 2018 y 2019 en un
establecimiento rural cercano a Trevelin, se
elaboraron postes a partir de rollizos finos de pino
oregón obtenidos del primer raleo de una
plantación de 11 años. La misma había sido
manejada con dos podas “anticipadas” y un leve
retraso de la primera entresaca para tener una
troza basal menos cónica y más gruesa.
Todos los trabajos se realizaron al aire libre, bajo
árboles. Se realizó la impregnación de los postes en
3 momentos: una a comienzos de primavera y dos a
fines de otoño (con las que se llegó a los últimos
días del mes de mayo, es decir, ya con sucesivas
heladas nocturnas).
Pino oregón está categorizada como especie de
baja tratabilidad o impregnabilidad por
procedimientos industriales (acentuadamente, su
duramen, pero en menor medida también su
albura, que sólo es “poco” a “moderadamente
impregnable”). Mucha de esa dificultad desaparece
en los métodos basados en la “penetración
vascular”, siempre que se impida la interferencia de
un excesivo flujo de resina hacia las superficies
expuestas con los cortes. Por eso es necesario
efectuar el tratamiento a pocas horas del apeo de
los árboles.
En la práctica se presentaron problemas con postes
puestos a impregnar a más de 24 horas de
cortados, que fueron resueltos rehaciendo los
cortes para ofrecer superficies frescas en ambos
extremos. De esta manera se activó la circulación
de preservante hasta en un poste de 3 m a una
semana de haberlo preparado.
Al principio se extraía el anillo de corteza en el
extremo basal de todos los postes, pero luego se
comprobó que, si el contorno natural es regular y
liso no hace falta quitarla, y sobre ella puede
montarse y ajustarse el tubo de caucho sin dar
lugar a pérdidas de líquido. La mayor parte de las
pequeñas fugas de solución que se presentaron,
pudieron anularse apretando la goma contra el
poste mediante parches de corteza y clavitos. Es
conveniente que el perímetro natural de la troza se
conserve completo en la base, pues si se
interrumpe por la “cuña de direccionamiento” o
“entalladura de apeo”, no comprimirá bien el tubo
de caucho y habrá pérdidas difíciles de controlar.
La solución de sulfato de cobre al 4% se reponía en
los tubos cada 24 o 48 hs.
Sobre cinco postes de tandas de otoño y primavera
se hizo una medición precisa de varios parámetros:
largo, diámetro mayor y menor, volumen de líquido
consumido, días de tratamiento (finalizado, en
general, a las 48 hs de aparecida la primer mancha
azul-verdosa en la punta fina); la solución salina
también se preparó con exactitud. Los postes, de
2,20 m de largo y entre 12 y 13,5 cm de diámetro
menor (15 a 17,7 cm de diámetro medio),
absorbieron de 9,5 a 14,8 litros de preservante por
unidad, en 5 a 8 días. Con estos datos se calcularon
las retenciones de sal seca por metro cúbico de
madera, que dieron entre 10 y 17 kg/m3
(promedio: 12,95 kg/m3). O sea, tanto el indicador
principal (retención) como indicadores secundarios
o indirectos (volumen de solución inyectado,
duración del proceso) fueron satisfactorios y
propios de un tratamiento efectivo.
Luego del estacionamiento, se separaron rodajas
de las dos puntas de cuatro postes para observar la
penetración transversal en cortes interiores. A
simple vista se estimó que, en las cuatro rodajas
basales, la penetración a través de los anillos
vasculares se extendía por el 100% de la superficie
de la albura; en las rodajas terminales, la
penetración abarcaba el 80% de la superficie de la
albura en tres casos y el 45% en otro.
Es de suponer que el carácter “muy” juvenil de su
madera tendrá influencia negativa en la vida útil de
estos postes, si bien en lo inmediato facilita su
impregnación.
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Por su presumible menor resistencia mecánica, no
deben ser muy finos. A la vez, hay que recordar que
la expectativa de servicio se limita a 15 años.
CONCLUSIONES
La técnica descripta permite elaborar de manera
artesanal postes moderadamente durables, que
pueden destinarse a:
 alambrados fijos convencionales, con
previsión de mantenimiento por reposteo a
mediano plazo (siempre con sistema de
varilla atada al poste, puesto que el
alambre no puede quedar en contacto con
la madera sulfatada);
 alambrados fijos de corta o mediana
duración, como los de clausuras para
plantación forestal o protección de
regeneración natural;
 alambrados eléctricos;
 estructuras de conducción de cultivos,
como espalderas;
 instalaciones productivas rústicas,
amortizables en un término máximo de 10
a 15 años, como invernáculos, gallineros,
cobertizos, parideras, silos-comederos, etc.
(siempre con sistemas de fijación, amarre o
encastre suplementarios a los clavos, que
serán rápidamente corroídos).
Entre las ventajas fundamentales de la
impregnación rural de postes, en general, y del
método de la cámara neumática, en particular, se
pueden mencionar las siguientes:
-Contribuye a la conservación de los bosques
nativos al proporcionar alternativas al consumo de
maderas duras o nobles para fines menores.
-Valoriza madera de calidad inferior compensando
o atenuando alguna de sus características negativas
y ampliando sus posibilidades de uso (mucho más
cuando proviene de intervenciones silvícolas que
normalmente se computan como operaciones a
pérdida o a desecho).
-Favorece la equidad social como una tecnología al
alcance de pequeños productores para
autoabastecerse de elementos siempre necesarios
o generar ingresos por comercialización a baja
escala de las piezas elaboradas.
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-Posibilita ahorrar en materiales de alambrado,
evitando costos de transporte, carga y descarga.
En comparación con el método de ascensión salina
o capilaridad:
-Es menos dependiente de las condiciones
climáticas y puede implementarse en un período
más amplio durante el año.
-No requiere descortezado previo. El
acondicionamiento individual de cada poste puede
resultar un trabajo tedioso pero insume menos
tiempo que su descascarado completo.
-La manipulación de postes pesados por su gran
contenido de agua es más aliviada, porque una vez
en el lugar de tratamiento, sólo se levanta una
punta y no es necesario cargar con todo su peso
para meterlos o sacarlos del tanque con
preservante. Se han impregnado postes largos y
gruesos corriéndolos apenas del lugar de caída del
árbol hasta otro en el que se apoyaba su base y se
sujetaba elevado el tubo de caucho.
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02945 45 1558 Intaesquel www.inta.gob.ar/esquel
Octubre 2019 138