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E
La nube atómica y su viaje por el mundo
El polvo radiactivo empezó a expendirse desde el reactor de la central
nuclear destruido y ardiente y contaminó el medio ambiente no solo en sus
alrededores, sino también llegó a lugares más lejanos. El primer paso de la
liquidación del accidente nuclear fue extinguir el incendio en la sala del reactor
ardiente y en el techo de la sala central de la maquinaria. Los primeros en llegar
fueron el departamento especial de bomberos de la central nuclear, junto con
los bomberos de las ciudades vecinas de Prípiat y Chernóbil. Ellos apagaron
el fuego en 3 horas después del accidente. Aunque, en el corazón del reactor,
había una mezcla de masas nucleares que contenían comustible que aún estaba
ardiendo.
Los bomberos que trabajaban en la zona del accidente no sabían qué había
causado el incendio y seguían echando agua a las ruinas del reactor. Esto
empeoró la situación y provocó varias explosiones menores y una grave
contaminación radiactiva. Para evitar la dispersión de la radiactividad al medio
ambiente, llenaron el reactor de 5.000 toneladas de boro, dolomita, arena, barro
y de un compuesto de plomo, lanzándolo desde lo alto de unos helicópteros
que estaban volando sobre el reactor los días después del accidente. Estas
materias llegaron a extinguir el grafito ardiente y absorber los aerosoles
radioactivos. Dos semanas después de la avería los organismos oficiales
soviéticos decidieron conservar el bloque colapsado dentro de un sarcófago
especial – hecho de hormigón con su propio sistema de refrigeración.
Según el informe oficial (una vez cerrada la investigación) fueron los empleados
los que no habían seguido las normas de seguridad necesarias. El director de la
central nuclear V.P. Bryukhanov y el ingeniero jefe N.M. Fomin
fueron condenados a 10 años de prisión, el ingeniero jefe adjunto A.S. Dyatlov a
5 años , el jefe de la sala del reactor A.P.Kovalenco y el responsible del turno B.V.
Rogozhkin a 3 años, y el inspector del Estado Y.A. Laushkin a 2 años de prisión.
Paradójicamente, el juicio tuvo lugar en la Casa Cultural de Chernóbil, que antes
era una sinagoga. Los eventos de la central nuclear de V.I. Lenin solo han sido el
comienzo de las secuelas que después cambiarían no solamente las normas de
seguridad de la energía nuclear, sino también la historia de la humanidad.
Ciudad fantasma
Prípiat era la ciudad modelo del gobierno soviético y fue construida en 1970
para el personal de la central y sus familias. El promedio de edad de los
habitantes en el tiempo del accidente era de 25 años. Prípiat contaba con todos
los lujos de una ciudad moderna: estación de trenes, puerto, hospital y también
un parque de atracciones.
¿Qué es el futuro?
La zona de exclusión de Chernóbil es el sinónimo de tragedia y del accidente de
energía nuclear más grande del mundo. Después de casi 30 años se está
convitiendo en un lugar de esperanza. Es el único lugar del mundo donde se
puede ver como la madre naturaleza se enfrenta a las construcciones
humanas. Es una de las razones por la que la zona de 30 kilómetros se ha
convertido en una reserva natural en 2016. Hay muchos animales que
normalmente no se ven en Europa y que viven juntos: lobos, ciervos, jabalíes
pero también tortugas, castores y caballos salvajes. No hay mutaciones en estos
animales, al contrario, tienen un buen rango de natalidad. Vosotros, los
turistas, sois los que dais vida a la Zona y especialmente a Prípiat. Como la
mayor atracción de Ucrania, la zona de exlculsión de Chernóbil es la destinación
URBEX más visitada del planeta Tierra, con más de 50.000 visitantes cada año. El
tourismo de Chernóbil tiene un impacto muy importante en la economía local.
No esperes un hotel de lujo ni tiendas de recuerdos, Chernóbil es una zona con
sus propias reglas y condiciones vigilada por militares . Aparte del turismo, es la
energía que ocupa un lugar muy importante. La central nuclear de Chernóbil
sirve para distribuir energía entre Ucrania y Belarús. Además, los investores
Chinos piensan construir una de las centrales nucleares más grandes, en el
territorio de la zona de Chernóbil por la existente infrastructura de la línea
eléctrica. También hay un proyecto para construir una central nuclear para
almacenar el comustible usado de Europa en la zona de Chernóbil. Hoy, el
nuevo sarcófago seguro nos dará otros 10 años de seguridad, y Ucrania
junto con la Unión Europea tendrán tiempo para encontrar maneras de
desmantelar y limpiar el sarcófago viejo y todos los restos del reactor 4. Ucrania
pretende quedarse con el patrimonio de Chernóbil y convertirlo en una zona
turística abierta para todo el mundo. Chernóbil y Prípiat se están convirtiendo
en museos de la Guerra Fría al aire libre. CHERNOBYLwel.come empezó su
misión para enseñar el ambiente de Chernóbil al mundo, desde 2008.
Mito 1: monstruos
mutantes
El mito dice que la radiación en las zonas
de exclusión causó mutaciones en los
animales, creando monstruos de una fuerza
increíble, con extremidades de más o bien
sin ellas.
La realidad: No hay evidencia científica de nada de esto.
Una inmensa cantidad de pájaros y animales murieron a causa de la radiación poco
después de las explosiones de aquel 26
de abril, pero solo se han registrado
unos pocos efectos duraderos de la
radiación, que han hecho que aparezcan
árboles atrofiados y animales con niveles
altos de cesio-137.
Mito 2: la radiación no
fue en absoluto peligrosa
Puesto que la zona de exclusión alberga una floreciente población de animales
como lobos, venados, castores o jabalíes, algunos creen que la radiación causada
por el accidente no era perjudicial para la salud.
La realidad: las investigaciones científicas muestra que -de hecho- la zona se ha
convertido en un refugio de vida silvestre.
Pero la razón por la que los animales abundan
allí es porque no hay humanos.
Los efectos de la ocupación humana, como la caza,
la agricultura y la recolección, pueden a veces
tener un peor impacto en la vida silvestre que la
radiación.
Desastre histórico
El mundo se dio cuenta enseguida de que estaba presenciando un evento histórico.
Hasta el 30 por ciento de las 190 toneladas métricas de uranio de Chernóbil se
encontraba ahora en la atmósfera, y la URSS finalmente evacuó a 335.000
personas, y fijó una “zona de exclusión” de 30 kilómetros alrededor del reactor.
En principio, hubo 28 muertos tras el accidente, mientras que más de 100 resultaron
heridos. El Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos
de las Radiaciones Atómicas ha informado que más de 6000 niños y adolescentes
desarrollaron cáncer de tiroides tras la exposición a la radiación por el incidente; sin
embargo, algunos expertos han cuestionado esta afirmación.
Hoy en día, los restos del reactor se encuentran dentro de una enorme estructura de
contención de acero, instalada a fines de 2016. Los esfuerzos de contención y la
supervisión continúan y se cree que la limpieza
seguirá teniendo lugar hasta 2065.
Chernóbil hoy es un atractivo turístico para aquellos que están intrigados por sus
historia y su peligro. Pero, aunque Chernóbil simboliza la posible devastación de la
energía nuclear, Rusia nunca dejó atrás su legado (ni su tecnología). En 2019, aún
quedan 11 reactores operativos RBMK en Rusia.
Ecos de Chernóbil
El 26 de abril de 1986, el
reactor 4 de la central nuclear
Vladimir Ilich Lenin explotó.
Durante las siguientes horas,
días y semanas en aquella zona
del norte de Ucrania se
liberaron 500 veces más
material radiactivo del usado
en la bomba de Hiroshima en
1945. Chernóbil no solo fue el
accidente nuclear más grande de
la historia, sino uno de los desastres
medioambientales más graves de los que tenemos conocimiento.
Tras el accidente, las autoridades soviéticas, primero, y ucranianas,
después, trazaron una zona de alienación de 30 kilómetros alrededor de la
central para evitar que la contaminación radiológica se diseminara. Era prioritario
contenerla, Chernóbil estaba a dos horas en coche de Kiev y a pocos kilómetros del
Dniéper, la arteria fluvial de Ucrania.
Alguien encendió las luces de Pripyat y fotografió su bella decadencia a 31 años de la catástrofe de
Chernóbil
Esto ha cambiado en los últimos años cuando las cifras se han vuelto mucho más
problemáticas. El conflicto y la guerra civil ucraniana parecen haber hecho que
muchos refugiados busquen en Chernóbil un lugar donde vivir. No es sencillo
porque los inviernos de la zona pueden llegar a los -20º en invierno y muchos de los
suministros básicos no están disponibles (ni gas, ni electricidad, ni agua no
contaminada, ni teléfono)), pero la población sigue creciendo pese a la
oposición del Gobierno ucraniano que quiere seguir el ejemplo bielorruso y
declarar la zona reserva de la biosfera.
EN MAGNET
Pero eso fue hace 30 años. Sin seres humanos, la Zona ha protagonizado un
progresivo crecimiento de las poblaciones de ciervos, lobos, osos y perros.
Aunque es cierto que el número de mamíferos ha crecido en toda Europa en estas
décadas, el fenómeno ha sido inusitadamente poderoso en la región una vez que la
actividad económica humana desapareció.
No hay humanos, pero sí radiación. Y lo que parecen señalar los estudios es que los
altos niveles de esta están teniendo un impacto sutil pero significativo en la
fauna de la región. Como señala Timothy Mousseau, un biólogo que lleva años
estudiando a los animales de la Zona y ha desarrollado una amplia actividad
antinuclear, muchas especies (como las arañas) tienen un comportamiento errático y
poco adaptativo.
Aerobo
Gran parte del material radiactivo liberado por la central eléctrica de Chernobyl se
desintegró y ya no representa una amenaza. El principal peligro ahora proviene
de un isótopo, el cesio-137, que persiste por más tiempo, acumulándose en la
vegetación que consumen las vacas.
El problema es el costo. Labunska dijo que reducir la radiación a niveles aceptables
sólo en los pueblos estudiados, donde viven apenas 800 personas, costaría unos 80
mil dólares al año.
El primer sarcófago debía durar 30 años pero que ya en 1999 tuvo que ser
reforzado y necesitó más reparaciones en 2001, 2005 y 2006. Su construcción llevó
206 días, se usaron 7.300 toneladas de metal y 400.000 metros cúbicos de
cemento. Unas 90.000 personas trabajaron a destajo, muchas murieron poco
después o desarrollaron enfermedades oncológicas.
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Desastre nuclear
El sarcófago tiene forma de arco y mide 108 metros de alto y 162 de largo con un
arco de 275 metros, suficiente para cubrir por ejemplo un gran estadio de fútbol.
Pesa 36.000 toneladas y fue construido por el consorcio Novarka, bajo cuyo
paraguas aparecen las empresas francesas BTP Vinci y Bouygues. Las placas
metálicas que forman el arco se construyeron en Italia.