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Speaker1: [00:00:26] La ciencia no es cultura. Afirmar que las lenguas son tecnologías
implica disociar ciencia y cultura. Algo que la tradición idealista alemana, la orteguiana
en España y la posmodernidad europea y americana presentan unido, disuelto e
indistinto. El idealismo funde y confunde ciencia y cultura. El materialismo filosófico, tal
como se expone en la Crítica de la razón literaria, diferencia rigurosamente estas dos
realidades. Siguiendo a Gustavo Bueno, desde el materialismo filosófico se entiende
por ciencia partir de Gustavo Bueno y de su teoría del cierre categorial una
construcción más que una interpretación operatoria racional y categorial. Una
construcción que es resultante de una interpretación, ahora sí causal, objetiva y
sistemática de la materia. La interpretación es resultado de la ciencia, no causa de ella.
La ciencia es una construcción antes que una interpretación, porque lo operatorio es
previo a lo inteligible. Construimos un puente porque necesitamos cruzar un río, porque
necesitamos operar en la otra orilla, no porque queramos conocer o saber cómo se
construye un puente. Eso vendrá después, cuando nos pongamos manos a la obra,
esto es, a operar con los materiales de construcción y vayamos conociendo al operar,
al construir cuáles son mejores o peores materiales, etcétera. La cultura es un mito,
como ha escrito Bueno, en 1997 en el libro que lleva este título. Más precisamente, es
una ideología. Y más precisamente aún la cultura es la gremial ización del individuo. Es
la forma en que el individuo puede integrarse en un gremio, sea este gremio, la
sociedad, la secta, el partido político, la ONG de turno, la religión, la sociedad
protectora de animales o de bobos, el Estado, la universidad, la endogamia o incluso el
matrimonio en todas sus variantes poligamia, andro, bigamia, gino, agamia por Higinia,
poliandria y las que se puedan inventar.