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EL EMPODERAMIENTO

DE LA MUJER A
TRAVÉS DE LA
MIGRACIÓN.

Cecilia Creta, Adriana Diz Conde, Julia


García Martínez y Mario González Gallardo
Género y Migraciones. Máster Internacional
en Migraciones (MIM)
ÍNDICE

1. Introducción
2. Marco teórico
2.1 Feminización de las migraciones. Contexto histórico-político
2.2 Evolución del proyecto migratorio de género
2.3 Empoderamiento de la mujer como proceso por etapas
2.4 Las migraciones como desafíos identitarios
3. Hipótesis y metodología
4. Análisis
4.1 Perfil sociodemográfico
4.2 Proyecto de salida y relación con el país de origen
4.3 Trayectoria social y profesional
4.4 Integración social
4.5 Cuestiones identitarias
5. Conclusiones
6. Referencias

Anexo: Análisis individual de las entrevistas

E1- Cecilia Creta; E2- Adriana Diz Conde; E3- Mario González Gallardo; E4- Julia
García Martínez
1. Introducción
Este trabajo de investigación pretende demostrar el vínculo entre el empoderamiento de
la mujer y las migraciones. Esta relación se extraerá de los datos obtenidos a través de la
realización de entrevistas a cuatro mujeres latinoamericanas de distintas edades.

El concepto de empoderamiento se ha convertido en los últimos años en habitual dentro


de las estrategias por la igualdad de género. Este proceso se entiende como el “proceso
por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo
como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven"
(Murguialday y otros, como se citó en Orsini, 2012)

Cómo explica Orsini (2012), el término de empoderamiento comenzó a ganar fuerza en


los años setenta con las aportaciones de Freire, pero no se hizo popular hasta el año 1995
en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Pekín, donde afirmaban que
“el empoderamiento del papel de la mujer y la plena participación de la mujer en
condiciones de igualdad en todas las esferas de la sociedad, incluidos la participación en
los procesos de adopción de decisiones y el acceso al poder, son fundamentales para el
logro de la igualdad, el desarrollo y la paz” (Naciones Unidas, 1995, como se citó en
Orsini, 2012).

Desde Naciones Unidas se divide este proceso en cinco elementos fundamentales:


“el sentido de autoestima de las mujeres; su derecho a ejercer y determinar opciones; su
derecho a tener acceso a oportunidades y recursos; su derecho a poder controlar sus
propias vidas, tanto dentro del hogar como fuera de este; y su capacidad para determinar
la orientación del cambio social para crear un orden económico y social más justo a nivel
nacional e internacional”. (ONU, 2016)

En cuanto al interés por el tema, en la actualidad existe una atracción por la investigación
sobre las desigualdades estructurales existentes en la sociedad hacia minorías o sectores
de la sociedad que se encuentran en una posición desfavorecida. Por lo tanto, esta
investigación intenta sacar a la luz la relación causal entre empoderamiento y migración,
que muchas veces está invisibilizada, por una serie de estudios que vinculan al migrante
a otras cuestiones (económicas, laborales, domésticas, etc.).

Este trabajo se enfoca tanto en la perspectiva sociológica, es decir, intentar entender las
razones del proceso migratorio de las mujeres en su totalidad, como en la psicológica más
orientada a la construcción de la identidad individual. Por tanto, la estructura del trabajo
se encuentra dividida en los siguientes apartados: el marco teórico sobre el tema, la
metodología utilizada, los resultados y el análisis del estudio. Por último, se enumeran las
principales conclusiones de la investigación.
2. MARCO TEÓRICO

2.1 Feminización de las migraciones. Contexto histórico-político


Cuando hablamos de feminización de las migraciones hay que tomar en cuenta todo los
elementos, económicos, políticos y culturales que explican las complejidad del proceso.
En el contexto actual, globalizado económicamente, se desarrollan circuitos globales
alternativos de supervivencia, que incluyen migraciones transfronterizas dirigidas al
mercado laboral externo y al tráfico ilegal de personas. Estos procesos nacen con el
objetivo de crear alternativas para alcanzar un medio de subsistencia y una fuente de
remesas para los países emisores. El grupo central de esta dinámica son las mujeres,
protagonistas centrales en la industria del sexo (parte de la trata de personas) y cada vez
más presentes en las migraciones económicas.
Sin duda, hace falta focalizar la atención no solo en los motivos económicos, sino también
en las relaciones de género. Concretamente, las migraciones latinoamericanas constituyen
"una forma de exclusión social en el contexto de origen" que impulsa a las mujeres a
migrar (Wagner, 2004, p. 4)

El hecho de que haya aumentado la migración de las mujeres es una característica muy
importante desde el punto de vista identitario y como consecuencia de los cambios
jerárquicos en las relaciones sociales. A la hora de explicar los motivos por los que las
mujeres migran, se ha destacado en diversos estudios la importancia de los estereotipos,
las desigualdades de género, las redes migratorias, la inserción laboral y social en el país
de acogida y el significado que tenga la experiencia para cada persona. Además, como
apunta Godoy (2017) las migraciones tienen efecto en las relaciones de género, ya sea
desafiando las desigualdades y roles tradicionales o reforzándolos.
Para comprender los fenómenos migratorios y su efecto en las personas, es necesario tener
en cuenta la influencia de las características del migrante, su identidad de género, los
efectos que su autopercepción tiene en su conducta y su manera de pensar y la desigualdad
de género en la estructura social. Por lo tanto, se puede intuir que el proceso migratorio
va a tener un peso importante en el desarrollo de la identidad de la mujer migrante. Por
un lado, gracias al cuestionamiento de estereotipos y roles femeninos por el contacto con
otros grupos culturales, la mujer puede llegar a descubrir una libertad y autonomía
personal en su propia identidad. Por otro lado, hay ocasiones en las que la cultura de
acogida confirma esos estereotipos, guiando a las mujeres hacia un mercado de trabajo
ya segmentado por razones de género (Godoy, 2017).
En relación a los estudios de investigación sobre el tema, como afirma Pavón (2014),
hasta ahora se han caracterizado por una ceguera de género, es decir, que no han tenido
en cuenta la visión androcéntrica que ha impregnado tanto la generación del conocimiento
como su divulgación. Como consecuencia, el papel de las mujeres en las migraciones ha
sido invisibilizado, obviando las diferencias con respecto a los desplazamientos de
hombres.
A través de la literatura sobre migraciones se ha tomado como protagonista al hombre,
considerando a la mujer como la sombra del hombre, sin tener en cuenta sus
motivaciones. En los años 80, con el surgimiento de las investigaciones feministas se
rompió con esa línea de análisis. A continuación, se desarrollan algunas de las teorías
clásicas de la migración, intentando realizar una crítica a esta visión androcéntrica para
resaltar el papel de la mujer.

En primer lugar, la teoría de la modernización afirma que las migraciones son producto
de razones económicas, movidas por la toma de decisiones individuales y racionales de
los individuos. Considera que el migrante se encuentra en un tránsito de una sociedad
tradicional a una sociedad moderna. En este enfoque no se hacen distinciones entre las
razones que empujan a las mujeres y a los hombres a migrar, ya que se considera que es
un hecho meramente racional. (Gregorio, 1997)
Estudios como el de Morokvasic (1984) quieren sacar a la luz a la mujer y la especificidad
de su migración. Por eso, en base a la existencia de la dicotomía que existe en la ocupación
de espacios privado/público entre mujeres y hombres, explica que las razones por las que
las mujeres emigran están más relacionadas al ámbito privado, a diferencia de las de los
hombres que están en el ámbito público. Las migraciones para las mujeres tendrían la
función de extender su papel reproductivo y no se consideraría como migración laboral
(Gregorio, 1997).

En segundo lugar, siguiendo con Gregorio (1997) la teoría de la dependencia surgió en la


década de los 70 ya tiene un enfoque histórico-estructural. En ella se afirma que la
división global del trabajo crea unas desigualdades, las cuales se reflejan entre el centro
y la periferia. Según esta lógica, el centro tendría una falta de mano de obra barata que
llegaría directamente de las zonas periféricas.
En este caso los protagonistas no son los individuos en sí, sino los grupos sociales
definidos por su acceso a los medios de producción. Consecuentemente, la migración de
la mujer estaría basada en su posición en la estructura social y en el sistema económico
internacional. La mujer participa en las migraciones laborales por el importante rol de
género que cubre en la fuerza de trabajo mal pagada, producto del sistema capitalista
internacional. Por lo tanto, la variable fundamental para comprender las migraciones sería
la estructura de clase, de manera que el sistema capitalista pueda aprovechar las
desigualdades de clase y género para generar más capital. Aunque todos estos estudios se
consideran un avance al incluir el género como una variable de análisis, esta cuestión
seguiría subordinada al análisis de clase. (Gregorio, 1997)
Por otro lado, la teoría de la articulación enmienda los errores de las dos teorías anteriores,
poniendo énfasis en las relaciones que hay en el núcleo doméstico y cómo se articulan
dentro del sistema capitalista. El núcleo doméstico tendría una posición estratégica por
dos motivos:
“porque en su interior se da la producción y la reproducción y es partícipe de los dos
modos de producción, el doméstico y el capitalista. Desde este punto de vista, las
migraciones internacionales surgen como una estrategia del grupo doméstico dentro del
contexto internacional”. (Gregorio, 1997)

Las mujeres emigran porque pretenden el mantenimiento y la reproducción de los grupos


domésticos. Por grupos domésticos se entiende como “un grupo de personas que asegura
su mantenimiento y reproducción por la generación y disposición de un ingreso colectivo”
(Gregorio, 1997).

Por otro lado, en el momento en el que se empezó a aplicar el filtro de género en la


investigación sobre las migraciones, se descubrió que además de las razones económicas,
las redes sociales representaban una razón muy importante por la que migrar (Marin,
2019). La teoría de las redes destaca la importancia de la dimensión meso-social para
entender los movimientos migratorios. Una red migratoria consiste en un conjunto de
relaciones interpersonales que conectan a los emigrados, a los retornados y a sus
parientes, con sus amigos y a sus compatriotas que se quedaron en el país.

La principal función de la red es facilitar la migración, proporcionar información, reducir


los costos y las incertidumbres y mejorar el proceso de integración. Los migrantes parten
porque saben que contarán con la ayuda de conocidos que los van a apoyar y guiar a su
llegada a un nuevo contexto. Sin esa ayuda, quizás no se arriesgarían a partir hacia otra
sociedad, por lo tanto, la red es un medio para reducir los riesgos ligados a las
incertidumbres futuras. (Arango, 2003)

Por otro lado, se encuentran las estrategias de justificación y de reducción del riesgo de
la migración para las mujeres. Esto se refiere a todo el trabajo psicológico que una mujer
hace para justificar su migración. Parece que para los hombres migrar es un riesgo de
vida, así como para las mujeres, además de un riesgo de vida es también, un riesgo de
reputación. Los hombres son vistos como héroes que se sacrifican por su familia. Sin
embargo, las mujeres son vistas como las que han abandonado a su familia. Este hecho
ha destacado en diversos estudios, en los que muchas mujeres migrantes de distintas
nacionalidades tenían un profundo sentimiento de culpabilidad (Marin, 2019).
Por último, en cuanto a las investigaciones sobre los trabajos de reproducción (care,
cuidados domésticos, enfermería, educación, salud, casa, familia), en este sector es
destacable que todos estos trabajos no están vistos como tal, sino como actividades
accesorias. Significa que son empleos que se suelen hacer dentro de la economía informal
y sin un contrato en regla. Por lo tanto, si no existe un contrato laboral, tampoco pueden
acceder a la regularización de su situación, ya que resulta muy difícil demostrar que han
trabajado para obtener el permiso de residencia.

Además, otra de las dificultades que se añade al sector del “care”, es que tiene horarios
muy flexibles. En el pasado quien hacía los trabajos domésticos en la familia eran los
esclavos. Las trabajadoras migrantes han reemplazado a los esclavos en muchos países,
pero las condiciones siguen siendo cercanas a la esclavitud, y en algunos países supone
un peligro de vida. Concretamente, Rachel Parreñas Salazar llama a todas estas
trabajadoras “las esclavas de la mundialización”. (Marin, 2019).
2.2 Evolución del proyecto migratorio de género
La migración ha alterado la posición de la mujer en la sociedad. Las migraciones son un
factor de cambio en las sociedades actuales, por lo que cabe la posibilidad que este
proceso sea una variable transformadora de la mujer, realizando un proceso remodelador
de la posición social y las oportunidades de cambio de estas (Curtis, 1986). Dentro de la
dimensión del rol de la mujer en la sociedad, se ha observado un cambio a lo largo de la
historia hasta el momento actual.

Para definir la posición de la mujer, encontramos que el género es una categoría


construida socialmente, según Beneria y Roldan (1987), ha sido un proceso histórico en
el que han entrado creencias, valores sociales, actividad, comportamientos o escalas de
poder. Por ello, el género ha creado asimetrías en estos contextos, generando un privilegio
de los hombres y una subordinación de las mujeres.
Según Curtis (1986), estas asimetrías están causadas por el entorno familiar y no el sexual,
produciendo desequilibrios y perpetuando jerarquías o estereotipos desde el hogar
familiar. Por ello, la figura de la mujer subordinada se ha mantenido hasta el momento en
el que dentro del hogar familiar ha habido una irregularidad en las asimetrías y se ha
podido cambiar el estatus de poder, pudiendo tomar decisiones en el núcleo familiar,
ejercer un mayor rango de responsabilidades o introducirse en ciertos sectores del
mercado laboral.

La redistribución geográfica de la migración ha consolidado este cambio (Morokvasic


1984), promoción de una movilidad social ascendente, calibrando la posición entre la
sociedad de origen y la sociedad de acogida, la figura de la mujer ha podido ser
independiente y autónoma creando su propio proyecto de vida, sin depender de nadie. Se
creía que en un tiempo remoto el hombre era el único que emigraba por ser el cabeza de
familia y la mujer se reagrupaba con él cuando la situación estaba estabilizada en la
sociedad de acogida. Por ello, la mujer en las migraciones de la primera mitad del siglo
XX se encontraba subordinada a la situación de la pareja y a su dependencia económica
en la mayoría de los casos, viendo limitado su margen de actuación (Tienda y Booth,
1991).

2.3 Empoderamiento de la mujer como proceso por etapas


En palabras de la OIM (2017) “la migración representa una oportunidad de empoderar a
las mujeres e impulsar su autonomía”, por lo que tanto las condiciones, como las
situaciones personales de las mujeres son factores determinantes a la hora de formar sus
vidas tanto en los países de origen como en los de destino, sin olvidar los de tránsito. De
hecho, afirman que el verdadero empoderamiento de la mujer solo será posible si a las
mujeres se les brinda la oportunidad de migrar a través de canales regulares, el acceso a
empleos dignos, en general, sí pueden beneficiarse de las disposiciones de admisión de
las políticas de inmigración del país receptor. De esta manera, cuando las mujeres están
obligadas a migrar de manera irregular, se ven sujetas a diferentes vulnerabilidades,
abusos y violaciones de sus derechos humanos.
Además, hay visiones positivas que dicen que la migración es un medio de emancipación
femenina, en tres aspectos: primero, porque están fuera del control de la pareja y se auto
determinan; segundo, porque ganan dinero a través de su trabajo; y tercero, porque salen
de una sociedad patriarcal para encontrarse en un país que se define como no patriarcal o
igualitario, descubriendo otra dimensión donde la mujer es más libre (Marin, 2019).

Siguiendo con lo publicado por la OIM (2017), la migración y el empoderamiento de la


mujer tienen una relación distinta en cada etapa del proyecto migratorio, antes de la
migración, durante la emigración, a la llegada al país de destino y en la integración en
una nueva sociedad.

La situación antes de la migración está supeditada a las condiciones estructurales que


definen los roles sociales, económicos y políticos previos a la migración, de esta manera
la motivación de los individuos será diferente a la hora de configurar un proyecto
migratorio. En concreto, en la región de América Latina la presencia de mujeres en el
mercado laboral es relativamente fuerte, pero se encuentran en gran medida en el extremo
inferior de la jerarquía, lo que les impide ser plenamente conscientes de su alto potencial
y por consiguiente frena su capacidad de empoderamiento.

En cuanto a los hogares encabezados por mujeres, desde la OIM afirman que es más
probable que se vuelvan susceptibles a la pobreza, es más probable que haya mayor
numero y por lo tanto que los índices de dependencia sean más altos que en los hogares
encabezados por varones, aunque esto varía entre los distintos países. Sin embargo,
Douglas Massey afirma que las mujeres que no tienen marido (matrifocales) se
emancipan más (Marin, 2019). Además, es necesario señalar que la mayor vulnerabilidad
y los menores recursos de las mujeres para emprender el viaje, es posible que lleven a una
situación de inmovilidad. Por otro lado, las situaciones de discriminación y violencia
tanto en la esfera privada como en la pública pueden actuar como una importante
motivación para que las mujeres migren.

Durante la migración, la segmentación laboral vuelve a hacer mella en las trayectorias de


las mujeres migrantes. Cómo señala la OIM (2017): “En los canales de inmigración
menos calificados, la selección y admisión de migrantes de facto perpetúa la percepción
de género de diferentes ocupaciones como “masculinas (construcción, agricultura) y
“femeninas” (cuidado, trabajo doméstico).”

Por otro lado, en sectores laborales como el de la agricultura, la competitividad del


entorno lleva a las mujeres a aceptar condiciones de trabajo precarias. Además, durante
el transporte las mujeres es más probable que experimenten violencia, contribuyendo a
su vulnerabilidad e influyendo en su proceso migratorio.

Una vez en el país de destino, las experiencias vividas antes y durante la migración
influyen en las perspectivas de las mujeres. Cuando ambos tienen trabajo es probable que
las decisiones de migración se tomen para apoyar las necesidades profesionales de los
compañeros masculinos. En otros casos, las profesiones en las que predominan las
mujeres tienden a ser menos priorizadas por los sistemas de admisión que aquellas en las
que los hombres dominan. En el caso de las trabajadoras del care su trabajo se subestima,
se invisibiliza y las instituciones públicas raramente asumen el cuidado como
responsabilidad social (ONU, 2013)
Cuando los migrantes tienen una baja cualificación, a menudo carecen de ciudadanía o
permiso de residencia en el país de acogida, lo que conlleva una serie de dificultades a la
hora de ejercer sus derechos, acceder a una serie de servicios o incluso para integrarse. Si
los migrantes son regulares, es posible que tengan dificultades para extender los permisos
de residencia al estar vinculados a un empleador. (CEDAW 2008, ya citado en OIM,
2017). En cuanto a la integración de las mujeres migrantes, “las estrategias y los
programas de integración de la comunidad de acogida a menudo están diseñados para los
trabajadores migrantes hombres” (Grez, 2011).

Cuando los migrantes se quedan en el país de destino se encuentran diferencias


considerables en cuanto a las remesas. En primer lugar, las mujeres migrantes suelen
mandar la misma cantidad de remesas financieras que los migrantes hombres, pero las
diferencias las encontramos al mirar estas cantidades en términos relativos: dado que las
mujeres ganan menos, enviar la misma cantidad de dinero supone una mayor proporción
de sus ingresos, además de una disminución de su capacidad de ahorro. Por otro lado, las
remesas de las mujeres tienden a ser más regulares y durante un periodo mayor de tiempo.
(IOM et al 2007, ya citado en OIM, 2017). Además, los migrantes internacionales a
menudo actúan como canales de transferencia de capital humano y financiero capaces de
llevar a casa nuevos valores, crear oportunidades favorables, reformular actitudes o crear
nuevos roles para las mujeres en los países de origen.

Por lo tanto, la migración podría empoderar a las mujeres y aumentar su autonomía,


reduciendo las desigualdades y la asimetría de género en ciertas circunstancias, pero no
como una norma, la variación de situaciones, países e historias de vida hacen cada
proyecto migratorio distinto a todos los demás.

2.4 Las migraciones como desafíos identitarios


Además de todas las cuestiones ya señaladas, es necesario destacar la importancia que
tienen los procesos migratorios en la identidad de las personas, tanto individual como
cultural, especialmente en los cambios que puede generar en nuestra propia imagen. De
hecho, desde la psicología transcultural, se ha estudiado que el proceso de aculturación
(que empieza al llegar al nuevo país), es tanto un fenómeno colectivo como individual
que afecta tanto a la cultura de un grupo como a la psicología del individuo (aculturación
psicológica). Algunos autores, como Grinberg y Grinberg (1996) (desde una perspectiva
más psicoanalítica) afirman que los cambios provocados por las migraciones pueden ser
tan intensos que pongan en evidencia e incluso en riesgo la identidad personal del
migrante.
Partiendo de estas premisas, los cambios tan radicales en el entorno tendrán un impacto
en las identidades personales; siendo el género un aspecto fundamental del auto concepto,
estos cambios afectarán también las identidades de género. Son muchos los factores que
explican los efectos emancipatorios que puede tener el proceso migratorio en las
identidades de género de las mujeres: la confrontación con una cultura de acogida que
ofrece mayores posibilidades de autonomía personal, la falta de control social directo de
las familias de origen, el sentirse como sujetos en tránsito y la autonomía económica.
Existen muchos más factores que influyen en el proceso, pero es importante destacar que
en estos procesos individuales (de aculturación psicológica), inciden tanto factores
personales como sociales, de la sociedad de acogida.

Por ello, se puede sostener que los efectos de las migraciones en las identidades de género
de las mujeres son paradoxales, por un lado se pueden reproducir los estereotipos
femeninos debido al contacto con grupos culturales diferentes, por otro lado pueden
ofrecer a las mujeres posibilidades de autonomía y realización personal. En la misma
óptica, migraciones que tienen como objetivo exclusivamente la búsqueda de recursos
para la subsistencia familiar, pueden producir procesos de descubrimiento y
emancipación individual impensados.

El proceso de aculturación psicológica de las mujeres está caracterizado por la tensión


que las migraciones producen entre las aspiraciones personales de las mismas y los
mandatos culturales. Por esas razones, el proceso migratorio parece actuar de doble
forma, reforzando y desafiando los estereotipos de género. Por lo tanto la identidad de
género se remodela, en cuanto a que cada una de las áreas importantes en la vida de las
mujeres siguen teniendo un peso central para dar sentido a sus experiencias, pero gracias
al cuestionamiento de los modelos de género se produce una resignificación en las formas
de hacer familia y de ser mujer. (Godoy, 2017)
3. HIPÓTESIS Y METODOLOGÍA
Por un lado, las hipótesis de investigación planteadas son las siguientes:
- H1: El proceso migratorio facilita el empoderamiento de las mujeres.
- H2: Las mujeres que realizan actividades del servicio doméstico van a encontrar
más obstáculos a la hora de alcanzar su realización personal.
- H3: Los motivos económicos a la hora de migrar dificultan el empoderamiento de
las mujeres.
- H4: La brecha generacional influye en que las mujeres jóvenes tengan
aspiraciones y expectativas más ambiciosas.

La metodología utilizada para realizar este estudio es de tipo cualitativo, se extraerán los
resultados a través de la realización de cuatro entrevistas semiabiertas, realizadas entre
los meses de mayo y junio de 2019 en la ciudad de Valencia. El guión de las entrevistas
se ha extraído de una batería de preguntas facilitado por el profesor Emmanuel Jovellin
para un estudio centrado en el retorno, estas preguntas fueron modificadas para centrarse
en las cuestiones identitarias, de empoderamiento y autorrealización.

La muestra está formada por cuatro mujeres de origen latinoamericano, se escogió este
colectivo por ser uno de los mayoritarios en el contexto de la inmigración en España y
por la facilidad que proporciona el uso de la misma lengua. Las mujeres tienen una edad
comprendida entre los 22 y los 68 años, y cada una de ellas representa una etapa vital
diferente. Una en el periodo de la juventud (22 años), otra en el periodo de madurez (38
años), periodo de la adultez (56 años) y periodo de la vejez (68 años). El contacto con las
entrevistadas se realizó de diversa manera, e1 y e4 a través de otras personas que
facilitaron el acercamiento, mientras que la relación con e2 y e3 se estableció a pie de
calle.
A lo largo de la investigación se han encontrado algunas limitaciones. Por un lado, con el
objetivo de obtener resultados mejor contrastados y adaptados a la realidad estudiada,
sería conveniente ampliar el tamaño de la muestra y los orígenes de las personas
entrevistadas. Por otro lado, podrían utilizarse otros instrumentos de recogida de
información para comparar los resultados obtenidos.
4. ANÁLISIS
Según las directrices de Naciones Unidas (2016) sobre el empoderamiento de la mujer,
este se puede dividir en cinco componentes fundamentales, siendo estos: el sentido de
autoestima de las mujeres; su derecho a ejercer y determinar opciones; su derecho a tener
acceso a oportunidades y recursos; su derecho a poder controlar sus propias vidas, tanto
dentro del hogar como fuera de este; y su capacidad para determinar la orientación del
cambio social para crear un orden económico y social más justo a nivel nacional e
internacional.

Perfil sociodemográfico
La muestra contiene cuatro mujeres de procedencia latinoamericana: dos ecuatorianas (e2
y e3), una argentina (e1) y una venezolana (e4). Dos de ellas tienen doble nacionalidad,
de su país de origen y española (e2 y e4), y a e3 le denegaron la doble nacionalidad en
2013.
Sus edades son bastante heterogéneas: 22 años (e1), 38 años (e2), 56 años (e3) y 68 años
(e4).
En cuanto al nivel educativo de las mujeres, una de ellas tiene el nivel básico (e3), una
tiene el nivel medio (e2), otra está estudiando actualmente en la universidad el grado en
sociología (e1) y otra tiene estudios de postgrado (e4).
En relación a su profesión, dos de ellas están trabajando en el servicio doméstico (e2 y
e3), otra ejerce de abogada especializada en migración y extranjería (e4) y otra es
estudiante que no trabaja en la actualidad (e1).

Por lo tanto, se observa que el nivel educativo de las entrevistadas influye directamente
en el sector económico en el que se encuentran.

El estado civil de una de ellas es soltera (e1), una está casada (e4), otra está divorciada y
en pareja (e3) y tiene pareja (e2).
Por otro lado, los hijos que tiene cada una son:

- E1: no tiene hijos.


- E2: una hija en España.
- E3: cinco hijos, uno en Ecuador y cuatro en España.
- E4: una hija que está en Venezuela.
Por último, en cuanto a la vivienda, tres de ellas tienen un piso en propiedad (e2, e3 y e4)
y una vive de alquiler en un piso compartido (e1).

Proyecto de salida y relación con el país de origen


Todas las entrevistadas guardaban un proyecto en común de relaciones familiares en la
sociedad de acogida gracias a las redes familiares que hicieron posible la puesta en
marcha del proyecto migratorio, teniendo familiares en España residiendo de forma
estable y regular. En especial, e3 se vio condicionada por la situación de emergencia que
sufría en el país por maltrato de su exmarido.
Este hecho se puede contrastar con la teoría de las redes, ya que todas las mujeres se
vieron condicionadas por el apoyo familiar con el que contaban en la sociedad de acogida,
que fue un facilitador a la hora de tomar la decisión. Sin embargo, también influyeron
otros factores como la situación económica, los problemas personales y familiares, o la
preferencia de envejecer en España:
E4: “Teníamos la convicción mi marido y yo de que Estados Unidos no era el país en el
que queríamos estar”

Se puede deducir que a la hora de emprender el proceso migratorio, las cuatro mujeres
veían la migración como una vía de liberación y emancipación, creando una salida hacia
la realización personal y el empoderamiento. Más adelante, en el apartado de cuestiones
identitarias veremos si su objetivo se ha cumplido.

Respecto a los años que llevan aquí en España, la media de las cinco mujeres es de 15
años, en cuanto la más joven (e1) lleva 7 años, 19 años las otras dos (e2, e3), mientras la
última y más mayor (e4) lleva 14 años.

En cuanto a la razón por la que se instalaron en Valencia, las cuatro mujeres eligieron
esta ciudad porque ya tenían familia allí. En el caso de dos de las mujeres el viaje fue
autofinanciado (e3 y e4) y en los otros dos casos, se lo pagó su madre (e1) y sus primos
(e2).

Aquí vemos cómo la edad es un factor determinante a la hora de financiar el viaje, ya que
las dos que se lo pudieron autofinanciar fue porque ya habían comenzado una trayectoria
profesional y esto les había permitido ahorrar.

Las relaciones con su familia en su país de origen son muy frecuentes para dos de las
entrevistadas (e2 y e3), para otra no son frecuentes (e1) y la familia de la última (e4) está
en España y tiene contacto con ellos, pero la familia de su marido está en Venezuela
“atrapada”. Solo una de ellas se siente responsable por la situación de su familia en la
sociedad de origen:
E3:”Le envío mucho dinero a mis papás, un mes si y otro no, pero siempre los llevo en
mi conciencia, me siento responsable por ellos. Cada vez que puedo mando regalos para
todos”

E4:“Lo que uno más extraña del país que deja no es el país en sí, es su gente, tus amigos
de toda la vida, tu familia, tu entorno social y en Venezuela no queda ya nadie”

En relación a las remesas, dos de las mujeres envían mucho dinero (e3 y e4), incluso
alimentos no perecederos y medicamentos (e4). Otra de las mujeres envía dinero para
ayudar a su sobrina a pagar la universidad (e2) y otra no envía nada de dinero (e1).
E2: “No suelo enviar dinero porque allí todos están bien… Aunque a mi sobrina si que
le envío dinero para ayudarla a pagar los estudios de la universidad”.
Se observa que todas las mujeres que trabajan y tienen autonomía económica envían
dinero a sus respectivos países para ayudar a sus familiares.
Además, las investigaciones sobre las remesas respaldan estos resultados de que las
mujeres contribuyen no solo de manera financiera, sino también a través del capital
humano y social, lo que crea mejores oportunidades y nuevos roles para las mujeres en
los países de origen. Este aspecto se ve reflejado en que una de las entrevistadas (e2) el
dinero que envía a Ecuador es para que su sobrina pueda estudiar en la universidad, ya
que para ella la educación es algo muy importante.

En lo referido a si regresan frecuentemente a su país, tres de ellas dicen que casi nunca lo
hacen (e1, e3 y e4), e3 dice que solo ha vuelto una vez pero que le gustaría hacerlo más
asiduamente, y e4 dice que antes iba más a menudo pero que actualmente no puede
hacerlo por la situación de inseguridad en la que está Venezuela, además afirma que cada
vez que volvía a Venezuela quedaban menos de sus amigos y familiares. Por su parte, e2
dice que cada dos años va de vacaciones a Ecuador para visitar a su familia y amigos.
E4: “Fuera de Venezuela consideran que somos opositores al régimen, entonces nos
hacen la vida imposible”

Trayectoria social y profesional


Los primeros contactos con la sociedad española fueron buenos en general para las cuatro
entrevistadas. El hecho de tener familia ya en España, y las redes migratorias facilitaron
la llegada y la instalación, además, una de ellas comenzó a trabajar de interna con una
familia (e3) y otra había realizado un viaje de inspección antes de la migración (e4) para
conocer cómo eran las cosas en Valencia. Además, cuando llegaron a Valencia, a todas
las entrevistadas las recogieron sus familiares.

En cuanto a las dificultades con las que se encontraron son distintas por las diferentes
trayectorias vitales que traían. Una de ellas (e2) cuenta que al principio tuvo dificultades
para hacer amistades, otra (e4) considera que su mayor dificultad fue la edad. En el caso
de e1 la mayor dificultad fue el valenciano, y e3 tuvo que sacar adelante a toda su familia
y empezar de cero, considerando que la llegada a Valencia fue uno de los peores años de
su vida.

Las mujeres de procedencia ecuatoriana se centraron en el sector del care (e2, e3),
trabajando en los servicios domésticos y de limpieza desde su llegada, sector en el que la
comunidad ecuatoriana mantiene a la mayoría de su proporción migrante dentro del
ámbito no cualificado (INE, 2007). En cambio, e1 su prioridad fueron los estudios desde
que llegó a los 16 años y trabajo de forma esporádica en la restauración y hostelería. E4,
al tener que homologar su título y comenzar a ejercer su profesión tuvo que pasar un
tiempo, acepto trabajos fuera de su contexto laboral para mantenerse.

En lo que se refiere a la movilidad social para dos de nuestras entrevistadas más jóvenes
ha sido ascendente, viendo como su estatus ha mejorado a través de la migración. Para la
más mayor (e4) no ha obtenido movilidad social puesto que se ha desarrollado en las
mismas esferas profesionales que en los lugares en los que ya había residido. Por último,
el caso de e3 ha sido condicionado por su estado de emergencia, a nivel social, su
movilidad es descendente, pero su situación personal ha mejorado.
E4: “Estoy estudiando pero mientras tanto ¿Qué hago? ¿De qué vivo? Entonces hice de
todo y trabajé de todo. Alternativamente trabajé en otras cosas para hacer unos ingresos
fijos. (…) Lo conseguí quitándole horas al sueño, con litros y litros de café para poder
estudiar. Trabajé a tiempo parcial y cuando salía de trabajar me pasaba las tardes y las
noches estudiando.”

Por lo que se refiere a las aspiraciones laborales al llegar, vemos como los cuatros perfiles
son bastante heterogéneos. De hecho la más joven (e1) no tenía ninguna aspiración, en
cuanto no necesitaba ayudas económica y además su trayectoria está más vinculada a los
estudios; otra (e2) sí que tenía las ideas bastante claras y quería centrarse en el trabajo
doméstico, en el sector del care; las aspiraciones del tercer perfil (e3) no estaban muy
relacionadas a tener un trabajo en concreto, sino al “salir adelante”, mientras la última
(e4) empezó homologando su título de abogacía, con la aspiración de trabajar en dicho
sector.
La trayectoria profesional ha sido totalmente distinta para las cuatro entrevistadas, la más
joven (e1) solo ha trabajado en el sector de la hostelería y la restauración para poder tener
unos ahorros, mientras que la mayor de ellas (e4) al llegar a España comenzó a trabajar a
tiempo parcial, lo que le permitía poder compaginar esto con los estudios de
homologación de su título. Las otras dos entrevistadas (e2 y e3) han desarrollado su
trayectoria profesional en el sector del care.

De esta manera vemos como las aspiraciones laborales de las cuatro entrevistadas se han
visto satisfechas. Por lo tanto, migraciones que en un primer momento no tienen ningún
objetivo laboral pueden producir igualmente procesos de descubrimiento y emancipación
impensados.

Estos roles se han visto modificados a lo largo de la experiencia profesional, ya que


aunque sigan teniendo un peso importante, gracias al proceso migratorio se puede llegar
a configurar una nueva identidad en la sociedad de acogida.

Integración social
Todas las entrevistadas piensan que en la actualidad están bien integradas en la sociedad
española. Concretamente, e1, e2 y e3 dicen que al principio fue duro, pero e2 ahora se
siente muy bien por el hecho de tener un piso de su propiedad y e3 dice que su familia la
apoyó mucho para luchar por un bienestar. E4 considera que la anterior experiencia
migratoria le facilitó la integración en este nuevo proceso migratorio.
Las entrevistadas ecuatorianas (e2, e3) cerraron sus círculos en torno a la comunidad
ecuatoriana, creando círculos de confianza poco más allá de la comunidad autóctona. E1
y E4 crearon círculos de confianza e hicieron nuevas amistades más allá de las redes
familiares y autóctonas, pudiendo crear una dimensión ampliamente más integradora en
la comunidad y sociedad civil.
Por lo tanto, las dos mujeres de nacionalidad ecuatoriana (e2 y e3), presentan tanto en
relaciones sociales como de pareja una tendencia endogámica. Se podría deducir que estas
personas tienen menos predisposición a transformar su identidad cultural y por ello, están
menos dispuestas a salir de sus círculos sociales de confianza.

Además, las estadísticas dicen que, respecto al género las mujeres tienen mayor tendencia
a la endogamia, y en cuanto a la nacionalidad, los ecuatorianos tienen menos tendencia a
tener parejas españolas (Sánchez, 2010)

Por su parte, e4 y e1 mantienen una perspectiva exogámica, mostrándose abiertas a


descubrir nuevos entornos culturales o sociales, viendo esta apertura como un factor del
crecimiento personal.
E4:“Mi marido y yo cuando llegamos a un sitio lo primero que queremos hacer es
conocer gente e integrarte con la gente del sitio, porque eso de establecer guetos y estar
solamente con los tuyos, no te da amplitud ni te edifica como persona”

Las mayores dificultades a la hora de integrarse cambian en función de la edad con la que
llegaron a España, mientras que e1 llegó con 16 años y encontró que los grupos en el
pueblo eran más cerrados, las dificultades de e2 y e3 están más relacionadas con la
inserción al mercado laboral y el comienzo de una nueva etapa vital. En general, ninguna
de ellas encuentra ninguna dificultad destacable, ni a nivel social ni a nivel institucional.

En cuanto a las diferencias entre las expectativas que tenían y su situación actual en
España, dos de las mujeres (e1 y e2) alegan que la realidad superó sus expectativas, y
concretamente e2 dice que nunca se hubiera imaginado que se compraría un piso. Por su
parte, e4 dice que hicieron un viaje de inspección antes de emigrar, por lo que ya sabía
cómo serían las cosas en España. Por último, e3 dice que no se imagina la vida en Ecuador
porque estaba en una situación de emergencia en la que su vida estaba en peligro.
E3: “ay si yo me hubiera quedado allí en Ibarra estaría muerta, no puedo imaginarme la
vida allí de otra manera que no fuera una pesadilla diaria”

Respecto a cómo creen que serían sus vidas si se hubieran quedado en el país de origen
las cuatro coinciden en que hubieran tenido una vida completamente diferente. De hecho
e1 afirma que no se podría identificar con la mujer que es ahora, porque formó parte de
su identidad sociocultural aquí, e2 se ve con mucha menos estabilidad, a lo mejor sin un
hogar fijo, con más hijos etc; e3 afirma muchas veces que en Ecuador se encontraba en
peligro de muerte; e4 ni se imagina en Venezuela, por la situación política económica
actual y sobre todo por ser disidente política.

En este apartado se considera que las entrevistadas, al establecer contacto con la sociedad
española han iniciado un proceso de deconstrucción personal, donde se han ido
moldeando sus límites, prejuicios, valores sociales, códigos culturales, etc. Por lo tanto,
aunque cada una de las áreas importantes de la vida de estas mujeres sigue siendo
centrales, se ha producido una reconfiguración de su identidad de género a la hora de
desarrollar su proyecto de vida en el país de acogida y formar una familia.

Cuestiones identitarias
En primer lugar, todas las entrevistadas dicen que el proceso migratorio las cambió a nivel
personal. Una de ellas (e1), dice que cambió desde el punto de vista social y cultural, ya
que pudo politizarse y formar su identidad personal. Por su parte, e2 dice que le costó
mucho el hecho de no tener amistades, y e3 afirma que es la mejor decisión que ha tomado
en su vida, ya que la situación de la mujer en Ecuador es objetivada y esclavista. Por
último, e4 dice que el proceso migratorio la ayudó a su realización personal y a darse
cuenta de la importancia de ayudar a los demás, concretamente dice que:
E1: “El proceso migratorio me cambio mucho pero no se es muy difícil. Perdí todo el
arraigo nacionalista, también me formó mucho más como mujer y me acerco al
feminismo, me reforzó del punto de vista feminista. Empecé a politizarme más, fue una
época de cultivarme mucho y decidir quién soy. [...]”

E4: “Para mí ha sido un proceso absolutamente enriquecedor, edificante y con


contenido”

“Por supuesto que me ha cambiado, me ha hecho ser mejor persona, ser más humana,
me ha hecho entender más la situación del que tengo al lado, me ha hecho ser más
solidaria con los que van llegando, me ha permitido laborar en cosas que yo nunca había
hecho,

“El proceso migratorio me ha dado más independencia y poder porque me ha permitido


reconducir mi vida, resetearme y cambiar el chip, no solamente centrarte en lo que eres
sino buscar otras vías. Te tienes que reinventar la vida día a día en un proceso que no es
el tuyo”

Según Maslow, (Aruj, 2008) “el ser humano está objetivamente orientado hacia la
búsqueda de metas y objetivos para la satisfacción de sus necesidades, tanto biológicas
como cognitivas, y en los países expulsores, las condiciones para lograr esos objetivos”.
De hecho, todas las entrevistadas emprendieron su proyecto migratorio teniendo en cierta
manera sus necesidades básicas cubiertas, lo que serían los primeros escalones de la
pirámide de Maslow. Sin embargo, han visto la migración como una oportunidad para
satisfacer el resto de sus necesidades.

Por ejemplo, e3 al encontrarse en una situación de inseguridad y emergencia, vio el


proyecto migratorio como una vía para lograr la seguridad, reconocimiento y
autorrealización que le faltaba en su país de origen. Por otro lado, e4 ya tenía todas estas
necesidades cubiertas pero consideró que en España las cubriría mejor.

Al comparar el papel de la mujer en el país de origen y en España, dos de las entrevistadas


no encuentran muchas diferencias (e1 y e2) puesto que ambas sociedades son patriarcales,
aunque sí consideran que en España es algo mejor. Por otro lado, las experiencias
personales de e3 marcan su visión de la mujer en Ecuador, donde asegura que la mujer
está degradada, no tiene libertad y las posibilidades de desarrollarse son menores. Por
último, la entrevistada venezolana (e4) hace una diferencia entre la situación actual y la
trayectoria histórica, mientras que durante muchos años la mujer venezolana ha estado en
una posición de liderazgo, en la actualidad esto no es posible dado la crisis humanitaria
que se está viviendo.

Estos resultados se vinculan con la feminización de las migraciones, ya que aunque aún
exista una sociedad patriarcal a nivel global, el aumento de las migraciones de las mujeres
rompe con la jerarquía en las relaciones sociales de género porque la mujer es la
protagonista individual de su proyecto migratorio.

Por otro lado, es relevante el contacto con otros grupos culturales en los que la mujer
puede descubrir una libertad y autonomía personal en su identidad. Además, en muchas
ocasiones la sociedad de acogida guía a las mujeres hacia el mercado de trabajo
segmentado por razones de género, como es el caso de e2 y e3 que realizan su profesión
en el sector del care.
En general, hay unanimidad en cuanto a que los españoles no mantienen en la actualidad
prejuicios hacia las mujeres latinoamericanas, pero que siempre existen casos
excepcionales que confirman dicho avance que les ha proporcionado una oportunidad de
progreso de integración fuera del desconocimiento y la ignorancia hacia su comunidad.

A la hora de hablar de discriminación o diferencia de trato por ser mujer en España, la


más joven (e1) y la más mayor (e4) coinciden con que, realmente, ellas mismas no han
sufrido discriminación por ser mujeres sino por ser migrantes; e2 dice que en el trabajo sí
que los hombres suelen impartir orden sobre lo que tiene o no tiene que hacer; mientras
e3 piensa que en España no suelen discriminar ni ser racistas, pero sí que en el trabajo
recibió comentarios pesados por ser mujeres.

De esta manera, se confirma la doble discriminación a la que se enfrenta la mujer


migrante, puesto que a la situación de discriminación de género que se vive en las
sociedades patriarcales se le suma una discriminación por su estatus de migrante. Por otro
lado, el estudio 3161 elaborado por el CIS (2016) muestra que en la sociedad española en
el trato a los migrantes lo que más pesa es su nacionalidad, y que los inmigrantes de origen
latinoamericano son los que más simpatía despiertan.

Cuando a las entrevistadas se les pregunta cuál es la prioridad del feminismo en sus vidas,
dos de ellas no saben responder al principio porque no saben lo que es (e2 y e3), aunque
cuando se les explica dicen que es importante que haya una igualdad entre hombres y
mujeres. Por su parte, e4 dice que es altamente feminista, que el activismo es una forma
de vida y que va a seguir luchando tenga la edad que tenga. Por último, e1 dice que el
feminismo es lo más importante porque es un transversal:
E1: “El feminismo es lo más importante. No hay una escala, es transversal, ocupa todo
los ámbitos.
E4: “Yo soy apasionada, yo no me conformo con mediocridades, soy una ciudadana
activa en los espacios políticos”

Respecto a la cuestión feminista entre las entrevistadas, e1 y e4 conocen las principales


dimensiones conceptuales del feminismo y sus diferentes ramas, de hecho, e1 se siente
representada con la rama más libertaria y anarquista, moviéndose en espacios menos
institucionales, tanto que, e4 prefiere construir su reivindicación en el marco institucional
y pertenecer a colectivos y asociaciones. Por otro lado, e2 y e3 no son conscientes de la
realidad feminista actual y mantienen una apreciación de la realidad básica de igualdad
de oportunidades y progreso de la mujer en la sociedad patriarcal.
E4: “Yo creo que el feminismo mientras esté luchando en la dirección correcta de lograr
igualdad y ayudar a la mujer que por su entorno o por las realidades que ha vivido se
sienta subvaluada, nosotras quienes estamos un poco más reforzadas en esto tenemos un
ámbito de acción interesante y bonito. (…) El feminismo va en la buena dirección, la de
incluir, no excluir, empoderar y luchar por la igualdad”

Haciendo referencia nuevamente a la pirámide de Maslow, se podría afirmar que para e1


y e4 el feminismo es una prioridad, quizás porque llegaron con las necesidades cubiertas
y más oportunidades educativas y culturales, lo que les permitió adquirir un mayor
conocimiento sobre el feminismo. Además esto les permitió afirmarse en la idea de que
esta corriente es muy importante en sus vidas, sobre todo desde el punto de vista de la
construcción de la identidad personal.

Sin embargo, e2 y e3, al haber llegado con una situación más precaria, se ocuparon antes
de cubrir sus necesidades primarias, por lo que aún no han llegado a tener un
conocimiento completo de la lucha feminista y sus implicaciones.

Conectando todas estas ideas con el pensamiento feminista moderno, se puede decir que
su principio central es que “todas las mujeres están oprimidas” (Maldonado, 2010). Con
esto se quiere afirmar que todas las mujeres son oprimidas por la misma razón,
independientemente de sus características individuales. Desde un principio el feminismo
quiso denunciar la posición de inferioridad de las mujeres respecto al hombre,
reivindicando las desigualdades estructurales. Con respecto a nuestras entrevistadas, se
observa que al hablar de su experiencia denotan dichos síntomas de sometimiento de la
mujer en todas sus dimensiones. En concreto en la entrevistada e3 esta opresión hacia la
mujer es explícita y en su nivel más extremo, el de la violencia de género.

Se puede deducir que el feminismo opera de dos formas. Por un lado, uniendo a las
mujeres en su lucha contra las desigualdades estructurales de la sociedad patriarcal, en la
que están oprimidas por la posición social de los hombres. Por otro lado, funciona como
instrumento para que cada mujer se sienta libre de ser quien es y expresar su esencia desde
el punto de vista más introspectivo.

El movimiento feminista es heterogéneo, formado por mujeres muy diferentes y por lo


tanto hay diferentes puntos de vista en su interior. Esta fragmentación ha sido un punto
de crítica cuando realmente es necesaria para representar las singularidades de cada
mujer. Por eso juega un papel fundamental en la construcción de la identidad personal,
porque por un lado permite a la mujer no sentirse sola en una sociedad que la limita en la
construcción de los roles sociales, por otro lado le proporciona un nivel de libertad
personal para descubrirse, aceptarse, amarse, cuidarse y romper con los esquemas sociales
que configuran una imagen de la mujer como débil e incapaz de vivir de su mismo poder
y su fuerza personal.

Esta fragmentación puede verse reflejada en la diversidad que presentan las cuatro
entrevistadas, ya que aunque tengan diferentes características y objetivos vitales, todas
están a favor de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

La toma de conciencia de esta desigualdad a nivel general se refleja también a nivel


individual, que es donde opera el proceso de crecimiento personal por el que la mujer
llega a entender su situación tras el proceso psicológico de “insight”, que consiste en darse
cuenta o comprender una realidad interior que hasta entonces había permanecido
inconsciente.

La comprensión e interiorización de esta realidad lleva al fortalecimiento de sus


capacidades, su confianza, su visión y protagonismo como grupo social para impulsar
cambios positivos de las situaciones que viven, lo que Murguialday et al. (2001, como ya
se citó en Orsini, 2012) entiende por empoderamiento.
5. CONCLUSIONES
A continuación se analizará si las hipótesis de investigación planteadas se han
corroborado o se han refutado en base a los resultados presentados.

Según las directrices de Naciones Unidas (2016) sobre el empoderamiento de la mujer


este proceso se divide en cinco componentes fundamentales: “el sentido de autoestima de
las mujeres; su derecho a ejercer y determinar opciones; su derecho a tener acceso a
oportunidades y recursos; su derecho a poder controlar sus propias vidas, tanto dentro del
hogar como fuera de este; y su capacidad para determinar la orientación del cambio social
para crear un orden económico y social más justo a nivel nacional e internacional”.

A partir de estos cinco elementos propuestos por la ONU se analizará si se ha corroborado


la primera de las hipótesis (H1) de este trabajo: “el proceso migratorio facilita el
empoderamiento de las mujeres”. A lo largo del análisis se ha constatado que aunque los
cuatro procesos migratorios sean muy diferentes entre sí, la migración les ha permitido
satisfacer estos cinco componentes. Por lo tanto H1 se confirma porque la migración ha
facilitado el empoderamiento de las mujeres.
Respecto a las dos siguientes hipótesis planteadas (H2 y H3): “las mujeres que realizan
actividades del servicio doméstico van a encontrar más obstáculos a la hora de alcanzar
su realización personal” y “los motivos económicos a la hora de migrar dificultan el
empoderamiento de las mujeres”, estás se ven explicadas mediante los mismos
argumentos. Cómo se ha visto, la entrevistada e2 es migrante económica, y tanto e2 como
e3 realizan su trabajo en el sector del care, son quienes han tenido más dificultades y
menos recursos a la hora de hacerle frente. Todo esto ha influido en que tengan menores
oportunidades de tomar contacto con ciertos sectores sociales a los que las otras dos
entrevistas si han tenido acceso, lo que ha supuesto mayores esfuerzos para alcanzar la
realización personal y el empoderamiento. Por lo tanto, se confirma que las mujeres que
realizan actividades en el servicio doméstico y que realizaron la migración por motivos
económicos.

Por último, respecto a la hipótesis (H4) “la brecha generacional influye en que las mujeres
jóvenes tengan aspiraciones y expectativas más ambiciosas”. Por un lado, podría haberse
confirmado si solo se tuviese en cuenta a e1, e2 y e3, ya que se ve que es la más jóven la
que tiene más aspiraciones y expectativas de las tres. Sin embargo, al contrastarlo con los
resultados de e4 que es la mujer más mayor la hipótesis se refuta, porque demuestra que
la edad no influye en las ambiciones que se puedan tener:
E4: “Si lucho por ello es que considero que hay mucho por hacer, y cuando hay mucho
por hacer no me permito sentarme en el sofá y hacer ganchillo con los nietos. Lucho,
tenga la edad que tenga. (…) Yo quiero un mundo en el que la mujer, por ser mujer, no
esté privada de cosas que debe tener y que se lo gane mediante la lucha. Y si puedo
ayudar para que eso suceda y cambie pues aquí estoy”

En conclusión, son muchas las razones por las que una mujer se puede empoderar, dentro
de estas, la migración juega un papel fundamental, puesto que abre un abanico de
posibilidades que a su vez aumenta las vías hacia el empoderamiento. El empoderamiento
individual es muy importante para romper con los esquemas de género que cubren todos
los ámbitos de la vida, la vía hacia el empoderamiento ha de ir del nivel micro al macro.
Cómo ya se ha señalado anteriormente, la mujer migrante se enfrenta a una doble
discriminación, la de género y las derivadas de su proceso migratorio. Por lo tanto, romper
con estas barreras va a contribuir a su reforzamiento como persona.
Finalmente, para no caer en los mismos errores androcentristas, el feminismo debe ser
transversal y tener en cuenta las especificidades y diversidades de cada una de las mujeres,
sin imponer una superioridad moral en ningún ámbito de la sociedad.
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8906200700020000600074&lng=es&pid=S1665-89062007000200006
ANEXO

Análisis de la entrevista 1 (E1)- Cecilia Creta


El sujeto de la siguiente entrevista es Marilina, chica argentina de 22 años, que se mostró
muy disponible a la colaboración. Se realizó en el CSOA l’Horta en Benimaclet
(Valencia), el 25 de Mayo de 2019. Se articula a través de preguntas semi-abiertas con la
finalidad de recoger resultados acerca de cinco apartados de análisis: perfil
sociodemográfico, proyecto de salida y relación con el país de origen, trayectoria social
y profesional, integración y cuestiones identitarias.

Perfil sociodemográfico
Estamos ante Marilina mujer argentina de 22 años. Tiene la nacionalidad argentina y está
tramitando la nacionalidad española. Estudia sociología en Valencia y vive en un piso de
alquiler.

Proyecto de salida y relación con el país de origen


La migración para ella fue más un proyecto familiar que individual, la madre llevaba ya
11 años aquí mientras ella estaba sola con el padre en Argentina, no se llevaban bien y se
marchó para España. Ella misma afirma que realmente fue una migración casi forzada
porque quería huir del padre.
Lleva siete años en España, llegó en 2012. Eligió Valencia porque empezó la universidad
pero realmente llegó a un pueblo, Xativa, donde vivía su madre también, que la ayudó
con el viaje y con los temas económicos:
“Mi madre vivía en Xativa, pueblo de a lado, yo me fui a estudiar a Valencia, lo elegí yo
porque quería irme a la ciudad y era la más cercana.
Mi madre me pagó el viaje y me ayudó cuando vine (del punto de vista económico)...”.
Respecto a su familia ahí, tiene su padre pero realmente no se podría decir que mantienen
una verdadera relación estable ni constante con el:
“Pues tengo mi padre ahí, pero no se; tampoco la llamaría relación, porque es más algo
de lazos familiares, de saber que está ahí. Aunque estemos mucho tiempo sin hablar se
que el sigue ahí. Pero eso… no nos llamamos ni nada de eso, no es una relación
constante.”
Hasta ahora no regresó mucho porque no se siente particularmente ligada a Argentina, en
cuanto tuvo que desapegarse a la hora de irse de ahí sin quererlo:
“No regreso mucho, porque como vine con 16 años;, con ese dolor porque no quería
irme, mi manera de adaptarme aquí fue romper totalmente con todo lo que era pasado
entonces no echo de menos nada y no tengo ganas de volver.”

Trayectoria social y profesional


Al llegar a Valencia realmente ya conocía a gente, porque en los años que la madre estuvo
aquí se vino bastante a visitarle, mientras resulta que en el instituto fue más difícil la
adaptación:
“A ver, las veces que yo había venido de visita, a ver mi mamá, había ya conocido una
chica que se llama Lorena y a sus amigas, entonces nos habíamos hecho coleguitas así
que cuando llegué iba con ellas, hablaban en valenciano (risas) yo no entendía nada,
pero por los menos estaba con ellas y la verdad que bien.
Luego en el instituto me costó un montón adaptarme en el pueblo nunca me llegué a
adaptar.”
A nivel económico no tuvo muchos problemas porque la madre, al casarse, estaba
económicamente estable y la ayudó. Dificultades encontradas han sido el valenciano,
porque al haber llegado en un pueblo es el idioma más hablado y el construir vínculos
con las personas del pueblo:
“[...] Entonces dificultades económicas cero, eso hizo que el proceso migratorio fuese
más simple respecto a otros no regulares. El idioma fue un problema porque en el pueblo
hablaban valenciano, en el instituto igual todo valenciano, pero mis compis me ayudaron
mucho en eso. Más dificultades en el pueblo: no encontraba las personas guay, la comida
también…”
Por lo que se refiere al mercado del trabajo, curró de camarera en restaurantes y pubs.

Integración
Ahora mismo se siente muy integrada, con un grupo de amigas muy íntimas, se siente
muy a gusto en los espacios donde se suele mover. Aunque los primeros años de
integración fueron bastante duro en el pueblo:
“Los primeros tres años fueron muy duros, además mis amigas tenian pareja y en
Argentina no se suele tener pareja tan jovencitas. Aunque estuviera aquí mi mama yo me
sentía bastante sola porque era una adolescente, necesitaba salir, entonces eso… la
soledad del proceso migratorio. Cuando vine a Valencia cambiaron mucho las cosas.”
Frecuenta gente de aquí, española y autóctona, centros sociales, colectivos auto
gestionados. Por eso cree plenamente que, por los menos ahora, Valencia es su lugar,
afirmando que encontró mucho más de lo que se esperaba:
“Creo que este es mi lugar, en verdad no sé; ahora mismo quiero estar aquí pero no se
cuánto tiempo más. Al principio pensaba venir aquí acabar el instituto y volver a
argentina, sobre todo por el tema de la educación pública porque ahí es gratis. Pero no
pude (risas), estaba y estoy muy bien aquí. La realidad ha superado mucho mis
expectativas.”
Gracias al proceso migratorio pudo aculturarse del punto de vista personal, dejar algunos
ideales que había adoptado más por imposición social que por voluntad personal:
“Yo llegue súper arraigada de Argentina, muy nacionalista y todo; el proceso migratorio
me llevo mucho hacia el anarquismo (risas), por darme cuenta de toda la mierda que te
meten el cabeza… eso es tu lugar, esa es tu gente etc. cuando en realidad son todos
constructos sociales.”
Si se hubiera quedado ahí en Argentina, no podría identificarse con la mujer que es ahora
mismo:
“Seguramente sería diferente como persona porque al haber crecido aquí, me he
formado como mujer gracias a estos ambientes.”

Cuestiones identitarias
El proceso migratorio la cambió mucho, sobre todo del punto de vista social y cultural:
“El proceso migratorio me cambio mucho pero no se es muy difícil. Perdí todo el arraigo
nacionalista, también me formó mucho más como mujer y me acerco al feminismo, me
reforzó del punto de vista feminista. Empecé a politizarme más, fue una época de
cultivarme mucho y decidir quién soy. Empecé a leer mucho de feminismo, de comunismo,
anarquismo etc. Lo hacía más por mí y para mí, para formarme del punto de vista
individual y luego pase más a lo colectivo, en plan centros sociales, colectivos feministas,
actividades etc.”
Por lo que se refiere al papel de la mujer, no cree que sea tan diferente en cuanto estamos
en una sociedad patriarcal, pero sí que piensa haya más seguridad (en moverse solas por
las calles) en España respecto a Argentina:
“El papel de la mujer… tampoco cambia mucho. Estamos en una sociedad patriarcal.
En Argentina tienes mucho más riesgo de no volver a casa si vas sola por las calles, aquí
pues.. parece más seguro pero siempre depende de los contextos y las situaciones en las
que estes. En Argentina es más peligroso por los desconocidos, mientras aquí son más
cuestiones familiares.”
Hablando de prejuicios cree que no hay mucha discriminación hacia las inmigrantes
argentinas, pero si hacia otras de Sudamérica, como colombianas ecuatorianas etc:
“Creo que hay prejuicios siempre hacia lo diferente, pero hacia mi la verdad que no.
También porque soy blanca de ojos claros etc. Eso para decir que de primera no parezco
argentina. Siento que hay como una jerarquía en los inmigrantes latinoamericanos y los
argentinos están bastante arriba, con los uruguayos. Pero es verdad que hay mucha
discriminación hacia las mujeres colombianas, ecuatorianas, brasileñas etc.”
Añade que notas más diferencias de trato por ser migrantes que por ser mujer:
“La discriminación por ser mujer no sé pero por ser migrantes si, ya en aeropuerto los
de la unión europea pasan por un lado y nosotros por otro. En la sanidad pública sí que
he tenido tratos diferentes creo. Cuando viene la policía siempre tengo que tener más
cuidado y eso… cabe la posibilidad que lo que me pase puede ser más difícil. Sobre todo
porque me muevo en espacios ocupados también y si me pillan voy a tener problemas con
los trámites de la nacionalidad y eso… es ahí cuando noto más ser migrante.”
Respecto al feminismo opina que es algo transversal, muy central en su vida y un tema
en el que está muy implicada:
“El feminismo es lo más importante. No hay una escala, es transversal, ocupa todo los
ámbitos. Ha sido muy importante para mi integración, porque cuando llegué me metí en
colectivos de mujeres. Creamos FEM SONORITAT que era un colectivo muy guay de
ayuda mutua pero no hacíamos mucho a nivel político así que lo dejamos. Ahora hace
un año creamos un grupo de afinidad, que no es un colectivo en sí, pero sí que nos
movemos mucho del punto de vista político, tenemos kafetas y tocamos temas actuales.”
Afirma también que hay muchos tipos de feminismo y que en su fragmentación sí que
hay una rama en la que se siente representada, la más libertaria y anarquista:
“Hay muchos feminismos, hay mucha fragmentación aunque sea normal, no nos podemos
sentir representadas todas dentro del mismo feminismo. Por ejemplo yo soy feminista
pero no me siento representada en la coordinadora feministas de valencias porque no
tenemos los mismos intereses, por ejemplo el tema de la prostitución etc.
Me siento representada en mi feminismo, más libertarios, de trabajadoras sexuales, de
migrantes, antirracistas y eso…”
Análisis de la entrevista 2 (E2)- Adriana Diz Conde
La entrevistada (e2) es una mujer de 38 años, cuya nacionalidad de origen es ecuador,
aunque actualmente tiene doble nacionalidad (ecuatoriana y española). Su estado civil es
soltera y con una hija, aunque actualmente vive con su pareja en Valencia. Su nivel de
estudios es hasta tercero de secundaria, y su profesión actual es de mantenimiento.
Anteriormente y desde que llegó a España ha estado trabajando como auxiliar en centros
y residencias de personas mayores, pero actualmente la despidieron del centro donde
estaba y tuvo que recurrir al trabajo de mantenimiento como limpiadora en edificios
residenciales (escaleras, oficinas, patios, etc.). Vive en un piso de su propiedad, que está
pagando con su pareja actual.

La idea de emigrar surgió a raíz de que personas de su entorno se fueron viniendo, y


cuando cumplió los 19 años se vino a España. Actualmente lleva 19 años en España, y se
instaló en Valencia porque ya tenía aquí unos primos que tenían aquí a toda la familia.
Sus primos la ayudaron a financiar su viaje y también le dieron alojamiento cuando llegó
a Valencia. Su proyecto principal era trabajar de lo que pudiera. En un principio no tenía
aspiraciones laborales concretas, sino que iba a trabajar en lo que encontrara, aunque
dentro de las opciones que tenía lo que más le gustaba era de auxiliar.

Actualmente tiene relaciones con su familia en su país, concretamente con sus tres
hermanos y sus padres, y habla con ellos frecuentemente. Además, cada dos años regresa
a su país a visitar a su familia.

En cuanto a las remesas, dice que no envía dinero muy frecuentemente, porque su familia
allí está bien y no tienen necesidades destacables. Sin embargo, alega que a una de sus
sobrinas la está ayudando a pagar la universidad.

Sus primeros contactos con la sociedad española no fueron difíciles, gracias a que tenía
el apoyo de sus primos, que la ayudaron a encontrar alojamiento y trabajo. Le dieron el
contacto de una señora mayor que estaba en el hospital y que necesitaba a alguien que la
acompañara por las noches, entonces comenzó a trabajar allí con ella. Después entabló
muy buena relación con la señora, ya que pasaba mucho tiempo con ella. Cuando salió
del hospital y fue a su casa ella siguió con ella cuidándola, y aprendió rápido a cocinar y
a realizar otras tareas del hogar.
En un momento dado, la señora con la que trabajaba le dio la idea de empezar a estudiar
y de sacarse el carnet de conducir en el tiempo que tenía libre, y entonces empezó un
curso de auxiliar a distancia y con las prácticas presenciales, que las hizo en una
residencia de personas mayores en Valencia. Después también se sacó el carnet de
conducir y siguió haciendo cursos relacionados con lo que había estudiado, sobre todo de
cocina, pero también de inglés.

Después de terminar el curso de auxiliar, entró en una bolsa de trabajo y la empezaron a


llamar para trabajar en diferentes residencias, primero cubriendo bajas y vacaciones, y
después ya aprendió a moverse por ese mundo.
Por último, cuando la despidieron de su último trabajo de auxiliar, tuvo que entrar a
trabajar en mantenimiento porque no volvió a encontrar trabajo de lo que ella quería. El
trabajo de mantenimiento dice que es más sacrificado y cansado, y los productos de
limpieza te acaban deteriorando las manos.

La entrevistada dice que no tuvo dificultad para integrarse en Valencia, porque ya tenía
un apoyo cuando llegó.

Dice que le gusta su vida en Valencia, que está ahora pagando el piso que se ha comprado
con su pareja. Dice que la gente la ha acogido muy bien, sobre todo la señora con la que
estuvo trabajando, que la apoyó desde el primer momento y la incitó a que estudiara.

Se suele relacionar mayoritariamente con latinoamericanos, porque su pareja también es


de Ecuador. Él juega en un equipo de fútbol y quedan todos con sus mujeres y sus hijos
para hacer diferentes actividades.

Ella se siente orgullosa de cómo está, ya que su hermana que está también aquí está de
alquiler y tiene que mudarse muy a menudo. Ella al tener un piso de su propiedad tiene
mayor estabilidad, se siente más segura y tranquila, bajo un techo en el que poder criar a
su hija con su espacio personal. Su piso además puede decorarlo como quiere y pintarlo
cuando se cansa.

Ella en un principio no pensó en comprar un piso, pero ahora mismo se encuentra


contenta, y cree que ha sido una buena inversión el comprarlo por la seguridad y
tranquilidad que tiene ahora, ya que el dinero que pagaría por un alquiler lo está
depositando en la hipoteca.

En el hipotético caso de que se hubiera quedado en Ecuador y no hubiera decidido venir


a España, cree que su situación seria muy mala. Se compara con sus amigas y ve que no
tienen una vida estable, ya que tienen que ir cambiando de lugar según las circunstancias,
y sus hijos también lo sufren porque tienen que ir cambiando de casa, colegio y amigos.
Si ella se hubiera quedado allí cree que estaría viviendo con sus padres o de alquiler,
cambiando de casa frecuentemente y seguramente con más hijos. Aquí en España dice
que si uno tiene hijos es porque quiere, porque hay muchos más métodos para cuidarse.
Sin embargo, ahora mismo su hija está en el colegio, tiene a sus amigas desde los 3 años,
y cree que de esta forma es mucho más feliz.

El proceso migratorio dice que la cambió a nivel personal, en el hecho de que cuando
llegas no conoces a nadie y te sientes como en la calle porque no conoces a nadie. Cuando
ella llegó, sus primos vivían en Cheste pero ella vivía en Valencia y no tenía amistades
para salir a tomar café. Eso es lo que más extrañaba al principio cuando vino de Ecuador,
ya que le costó mucho hacer amigos.

Más tarde llegaron sus otras dos hermanas de Ecuador y se empezó a sentir más arropada.
Ahora tiene aquí a sus sobrinas, su hija, su pareja y sus hermanas, por lo que tiene una
red de apoyo más consistente.
En cuanto al papel de la mujer en la sociedad, cree que no hay diferencias reseñables en
el rol de la mujer entre Ecuador y España. Dice que hay muchas mujeres españolas que
trabajan, pero que muchas otras solo son amas de casa, y que se casan y solo se encargan
de las tareas domésticas, del cuidado de los hijos, y ese es su único trabajo. Y en Ecuador
las mujeres cuando se casan se hacen cargo de la casa y los niños.

Por otro lado, afirma que en España no le han dado un trato diferente por ser mujer. Dice
que no se ha sentido discriminada ni por ser mujer ni por ser latina, aunque no niega que
haya personas a las que si les ha pasado.

En cuanto al feminismo, aunque al principio no sabía bien lo que significaba, alega que
ella se suma a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, dice que se siente
frustrada cuando sus compañeros están conversando y fumando y le dicen a la mujer que
se marche y siga trabajando, solo por el hecho de ser hombre y sentirse superior.

Por lo tanto, aunque al principio diga que no ha sufrido discriminación de género, después
al poner ejemplos dice que los hombres la han rechazado en el trabajo, manifestando
conductas de superioridad hacia ella.

Análisis de la entrevista 3 (E3)- Mario González Gallardo


Perfil sociodemográfico
La presente entrevista fue realizada a una mujer de 56 años, procedente de Ecuador,
habiendo cursado estudios hasta la secundaria. Divorciada de su marido en el momento
de la migración por razones de violencia de género y también la razón de su migración
hacia España con 4 de sus 5 hijos, 3 hijas y dos hijos, actualmente vive con su pareja y
con su hijo más pequeño en un piso en valencia. Intento conseguir la nacionalidad
presentándose a las pruebas en 2013, se la denegaron y ella alega que endurecieron los
requisitos hacia la complejidad de conseguir la nacionalidad. Se ha dedicado desde que
llego a los servicios domésticos y de limpieza en la provincia de Valencia.

Proyecto de salida y relación con el país de origen


La entrevistada sufría violencia de género por parte de su exmarido en Ecuador y
emprendió el camino a España gracias a que su hermana se encontraba allí, alejándose
del creador de sus problemas y buscando una vida mejor. En Ecuador, tenía un negocio y
le iban bien las cosas hasta que tuvo que emigrar por las razones expuestas cuando su
hermana se lo propuso. Lleva 19 años en España, llego a valencia donde la esperaban una
de sus hijas que vino un poco antes y su hermana que estaba a punto de dar a luz. Vendió
su propiedad y su negocio para financiarse el proyecto migratorio a ella y sus hijos,
teniendo los recursos suficientes pero limitados para iniciar una vida como cabeza de una
familia numerosa. Mantiene un vínculo muy fuerte con la familia de su ciudad natal, tanto
con el hijo mayor que se quedó allí como con los padres y familiares más cercanos, envía
dinero muy frecuentemente una vez cada dos meses sin ser una cantidad fija. Solo ha
regresado una vez en estos 19 años y no específica la razón.
Trayectoria social y profesional
Empezó trabajando de cuidadora interna en la casa de una mujer española a la que conocía
su hermano cuando llego a España, tuvo algún problema para cuidar de su familia y tuvo
que cambiar a otro trabajo que le ofreciera posibilidad de compaginar, pero siempre
trabajo de cara al servicio doméstico, conoció gracias a su hermana compatriotas que la
ayudaron a encontrar su sitio en Valencia. Le recibieron su hermana y su hija, pero tuvo
que hacerse cargo desde el primer día que llego a España pues su hermana estaba a punto
de dar a luz. El primer año dice que paso el peor año de su vida, muchas dificultades y
que nadie podía ayudarla pues sus redes eran muy limitadas en recursos y tuvo que sacar
adelante a sus 4 hijos y muchas dificultades y problemas en el nuevo entorno. En cuanto
a los objetivos y aspiraciones que tenía al llega a España era empezar una nueva vida y
alejarse de lo que tanto daño le hizo, podría haber trabajado de lo que se le pusiera delante
suya.

Integración/inserción
La entrevistada dice encontrarse muy bien en España, dice que fe una de las mejores
decisiones de su vida, su integración le costó mucho ya que dice que el cambio es muy
drástico pero que era normal que fuera un proceso largo y que le sirvió para que la familia
se uniera aún más. Casi todos los amigos que frecuenta son ecuatorianos, pero tiene
algunos buenos amigos españoles que la han ayudado, hacen torrada en el parque los fines
de semana y todos sus hijos se encuentran muy bien adaptados y les va muy bien en
España. A veces se encuentra dificultades como la de su prueba de nacionalización y
algunas anécdotas que guarda de su trabajo, pero cree que es lo normal, cree que el
resultado de su trabajo y su sacrificio es la prueba de que esas dificultades se superan.
Vive muy bien en España, pero quizás vuelva algún día a Ecuador. Piensa en lo peor si
se hubiera quedado en Ecuador, quizás estaría muerta.

Cuestiones identitarias
Como decía la entrevistada, la migración le cambio la vida, si lo tuviera que definir con
3 palabras diría “lo mejor hecho” como forma de máxima a su situación en Ecuador donde
la mujer sufre de manera esclavista y machista la violencia y consecuencias de una
sociedad machista, sin oportunidades de progreso para la mujer. En España, dice que hay
mucha más libertad e igualdad que en su país, encontró liberación y esperanzas. Cree que
la sociedad española sigue teniendo prejuicios hacia mujeres migrantes como ella, pero
razona que por falta de información y por ignorancia de las problemáticas globales, pero
que no por ello todos en España son así. En ningún momento ha sufrido episodios
discriminatorios y dice haber sido considerada en la vida en España como ciudadana, a
pesar de que no entiende las corrientes feministas y la importancia que le dedica a la lucha
por la igualdad y feminismo es poco, cree que la mujer debe liberarse ella mismo de todos
los roles y estereotipos. Dentro del feminismo cree que deben luchar por sus derechos,
pero sin dejar de trabajar.
Análisis de la entrevista 4 (E4)- Julia García Martínez

El contacto con la entrevistada se realizó a través de otra persona, quien nos proporcionó
su número asegurando que seguro que estaría dispuesta para formar parte de este trabajo
de investigación. El día, el lugar y la hora de la entrevista fueron a elección suya,
decidiendo realizarla el día 28 de mayo, en una cafetería tranquila del centro de Valencia.
Durante toda la entrevista se mostró en una posición de confianza, utilizando un lenguaje
verbal cuidado, y en ciertos momentos técnico.

El análisis de la entrevista se dividirá en cinco apartados distintos, los mismos en los que
la entrevista estaba estructurada, siendo estos: perfil sociodemográfico, proyecto de salida
y relación con el país de origen, trayectoria social y profesional, integración e inserción
en la sociedad de acogida, y un último bloque dedicado a las cuestiones identitarias.

Perfil sociodemográfico
Se trata de una mujer de 68 años, nacida en Caracas (Venezuela) pero de familia española,
por lo que posee la doble nacionalidad. Está casada con un hombre venezolano y tiene
una hija solicitante de asilo en Estados Unidos. Llevan en Valencia quince años, la ciudad
de origen de su familia, hecho determinante en la elección de esta para migrar.
“Tenemos la doble nacionalidad lo que aporta una serie de beneficios”

Su nivel de estudios es superior, siendo titulada universitaria en Derecho por su país de


origen, y con el título homologado en España, en la especialidad de inmigración y
extranjería, en la que actualmente se encuentra ejerciendo.

Proyecto de salida y relación con el país de origen


En el año 2000 tomaron la decisión de migrar a Estados Unidos, donde residieron durante
cinco años en Miami. Allí no ejerció como abogada pero si pudo abrir una oficina de
trámites de extranjería. Posteriormente decidieron migrar a Valencia, la tierra de su
familia, tras la migración de otros familiares también a Valencia. De esta manera vieron
la oportunidad de reunir de nuevo a la familia.
“Consideramos que España es un país mucho más humano que Estados Unidos, en donde
se puede tener una calidad de vida distinta al ritmo vertiginoso de Estados Unidos, y aquí
estamos”

Cuenta que el hecho de haber migrado una vez les aportó la perspectiva suficiente como
para realizar una nueva migración de forma ordenada. Para financiar esta segunda
migración tenían ahorros fruto de su trabajo y lo sacado de la venta de la casa en Estados
Unidos. Además, cuenta que antes de tomar la decisión de venir a España hicieron un
viaje de inspección para ver la viabilidad de su proyecto migratorio, lo que les ayudó en
la toma de decisión final.
“Hicimos previamente a tomar la decisión un viaje de inspección rápido, de escaneo,
entonces ya nos fuimos a Estados Unidos sabiendo lo que costaba rentar un piso, en qué
zona me gustaría, cuánto se paga por alimentación, traslado, la capacidad de reposición
cual era… Eso nos ayudó a tomar la decisión”

A su llegada a España ya contaban con recursos suficientes para poder comenzar una
nueva vida, pero además este estatus migratorio ayudó a su marido a encontrar trabajo en
la Copa América. Ella por su parte comenzó con los trámites de homologación de su
título, además, al llegar contaba con el subsidio de emigrante retornada, lo que aportaba
una ayuda mensual para comenzar en España.

Toda su familia está ya residiendo en España, pero de la familia de su marido aún están
en Venezuela su hermano, su madre, muy mayor ya, y algunos sobrinos en la isla de
Margarita. Afirma que ellos han pensado la posibilidad de emigrar también a España pero
no tendrían las mismas facilidades que tuvo su familia al no contar con la doble
nacionalidad.
“Es difícil tomar la decisión de emigrar cuando tu situación legal no es cierta, porque
ellos tendrían que solicitar asilo político en España si quiere reagruparse aquí con el
hijo que tienen, o no sé cómo sería la historia, entonces están esperando”

Esta migración se hace imposible debido principalmente a la edad avanzada de su suegra


y a las dificultades institucionales para la migración venezolana
“Hay otro componente dramático, que es que aquí en España están negando los asilos
políticos y la protección internacional al colectivo nuestro, los venezolanos”

A la familia del país de origen no solamente les envían dinero todos los meses, también
envían medicinas, útiles de aseo, alimentos básicos y no perecederos porque en Venezuela
se han convertido en artículos de lujo.
“Nos recortamos un poquito los que estamos aquí para poder subsidiar a los que
quedaron al otro lado por la situación en la que está Venezuela”

Desde que viven en España si han regresado al país de origen, aunque señala que pasó de
ser algo que hacían todos los años, a no poder viajar desde hace unos cuatro años por
razones de inseguridad y el miedo a la corrupción de las instituciones. Asegura que al
haber emigrado son considerados como opositores al régimen, lo que hace imposible
regresar para visitar a sus familiares como lo hacían antes.
“Fuera de Venezuela consideran que somos opositores al régimen, entonces nos hacen
la vida imposible”

Por otro lado, afirma que cada año que iban la cantidad de amigos y familiares que
también habían emigrado era mayor, por lo que ya casi no les quedan razones para querer
volver.
“Lo que uno más extraña del país que deja no es el país en sí, es su gente, tus amigos de toda
la vida, tu familia, tu entorno social”
Trayectoria social y profesional
Los primeros contactos con la sociedad española fueron fáciles, puesto que su familia ya
llevaba un año en Valencia. Además, como se ha comentado anteriormente, antes de
tomar la decisión de emigrar a España hicieron un viaje para explorar esta migración y
llegar a España ya con las ideas claras.
“No fue difícil porque yo ya tenía familia aquí”

Hace también alusión a la globalización y a las comodidades que nos ha aportado internet
y las comunicaciones en nuestra vida diaria. Cuenta que al llegar podía buscar toda la
información sobre cómo llegar a un lugar, cómo realizar los trámites de la seguridad
social, cómo homologar su título…
El alojamiento ya lo dejaron apalabrado en el primer viaje de inspección que realizaron,
pero asegura que el tema del trabajo se volvió algo más complicado por el tema de la
edad.
“Encontrar trabajo y eso no es nada fácil con la edad”

Afirma que con la facilidad del idioma no hay mayores obstáculos en el proceso
migratorio que uno no pueda vencer.

Respecto a la homologación de su título comenta que fue algo confrontante, no por el


contenido, ya que la base era la misma, pero además de esta homologación que consiguió
en tan solo ocho meses, tuvo que hacer un posgrado a mayores para poderse colegiar y
ejercer. Durante todo este proceso fue trabajando en distintos sectores ajenos a la abogacía
para poder generar ingresos.
“El posgrado me permitió hacer prácticas de todo tipo, en juzgados, en tribunales, en la
cárceles, en fin, fue muy bonito porque fue la práctica y eso me puso en situación. (…)
Después no fue difícil porque me fui relacionando y me ofrecieron hacer pasantías en
gabinetes jurídicos… Y ya me colegié”

“Estoy estudiando pero mientras tanto ¿Qué hago? ¿De qué vivo? Entonces hice de todo y
trabajé de todo. Alternativamente trabajé en otras cosas para hacer unos ingresos fijos. (…)
Lo conseguí quitándole horas al sueño, con litros y litros de café para poder estudiar.
Trabaja a tiempo parcial y cuando salía de trabajar me pasada las tardes y las noches
estudiando.”

Al llegar a España su primera meta no era conseguir colegiarse puesto que sabía que era
un proceso difícil, pero afirma que al preguntar en el Ministerio de Educación le dijeron
que era un proceso difícil que nadie conseguía finalizar, lo que le dio fuerzas para seguir
adelante y conseguirlo.
“Me dijeron que nadie lo lograba, y sí se logra. Yo soy una mujer de retos y de desafíos, yo
soy un tren que va adelante siempre, atrás ni para coger impulso”

Las trabas instituciones la empujaron a conseguir algo que en un principio no era un


objetivo tan claro, lo que denota una fuerte personalidad y un empoderamiento frente a la
adversidad. Se puede asumir que la entrevistada ha visto sus aspiraciones satisfechas por
lo que ha logrado realizarse personalmente. Por otra parte, el hecho de no contar con
cargas familiares le permitió poder estudiar y trabajar al mismo tiempo.

Integración e inserción en la sociedad de acogida


La entrevistada afirma que su vida en España es idílica, haciendo la comparación con la
situación en Venezuela y los años vividos en Miami. Considera que el hecho de haber
tenido una experiencia migratoria anterior facilitó la llegada e integración en un nuevo
lugar.
”Pero habiendo tenido la experiencia anterior fue fácil integrarnos. España fue para
nosotros amor a primera vista, esto era lo más parecido a nuestra Venezuela”

Los lazos familiares que tenía con la ciudad, su playa, su clima y, especialmente la
comparación con su experiencia anterior en Estados Unidos, hacen de Valencia la ciudad
perfecta para desarrollar su vida.
“Vine al sitio en el que tenía que estar, vine al sitio idóneo, en el momento idóneo, y con
una experiencia muy enriquecedora de haber pasado cinco años como migrante en
Estados Unidos, entonces al llegar aquí todo fue más fácil.”

La entrevistada pone el énfasis en la planificación urbana de las ciudades españolas como


factor clave en el proceso de integración, según ella los barrios estructurados en los que
encuentras todo tipo de comercios al lado de casa son claves para el desarrollo de la
ciudad y sus gentes.
“Me encanta este concepto que encuentras en estas ciudades del barrio estructurado,
donde tienes el bar, la panadería, el banco, el ambulatorio… lo tienes todo, y eso te
permite socializar con la gente, con tus vecinos, y te ayuda en tu proceso de integración.
Esa es la gran maravilla que encuentro aquí.”

Considera que la emigración española en los años cuarenta y cincuenta a Venezuela logró
una fusión de las culturas que facilita en gran medida la migración de los
latinoamericanos, y en espacial de la comunidad venezolana a España.
“España para nosotros fue un destino amable, fue un destino humano, y fue muy fácil
arraigarnos a lo que llegamos, por todo. El mismo idioma, costumbres, la misma cultura,
y hasta la comida”

Respecto a las relaciones sociales que tiene, asegura que para poder realizarte como
persona no te puedes encerrar en lo conocido, sino que tienes que ampliar horizontes. Aun
así remarca que no olvida a Venezuela, y que es una activista por los derechos del pueblo
venezolano.
“Mi marido y yo cuando llegamos a un sitio lo primero que queremos hacer es conocer
gente e integrarte con la gente del sitio, porque eso de establecer guetos y estar solamente
con los tuyos, no te da amplitud ni te edifica como persona”

“La parte venezolana no la descuido, actualmente estoy en una asociación que se llama
Frente Amplio de Venezuela Libre en donde nos agrupamos todos los venezolanos y
hacemos cosas para lograr restaurar la libertad, la soberanía y la democracia en nuestro
país”

Al preguntarle por las diferencias entre las expectativas al llegar y la realidad asegura que
el mayor error ante el cambio es generarse expectativas puesto que el incumplimiento de
las mismas puede conllevar la frustración. Sabiendo esto, y que realizaron un viaje de
inspección anterior a la migración, vemos que los riesgos asumidos en el proceso
migratorio estaban muy controlados, lo que redujo la inseguridad a la llegada y la
generación de expectativas.
“No nos creamos expectativas altas, pisamos muy bien la realidad, supimos valorar y
aprovechar lo bueno”

Finalmente, considera que aunque de joven nunca se propuso emigrar, cuando las
dificultades en Venezuela comenzaron no dudó en emigrar, lo que le ha proporcionado
conocimientos y experiencias que no hubiese tenido de otra forma, por lo que no se
pregunta cómo sería su vida en Venezuela.
“Hoy en día con las dos experiencias migratorias que tengo, una en Estados Unidos y otra
en Europa, digo que soy una afortunada porque esto te permite fusionar culturas, crecer
como persona, deslastrarte de cantidad de cosas que si no migras no te das cuenta de que las
llevas. Al migrar vas viviendo con lo elemental y con lo básico y eres feliz igual”

“Que el viento me lleve donde sea que ya yo ajusto las velas”

La crisis política, social e institucional que tiene lugar en Venezuela hace su caso especial
puesto que las condiciones no son las idóneas para un regreso, entre otras cosas por lo
comentado anteriormente de ser considerados como opositores al régimen.

Cuestiones identitarias
La entrevistada si considera que el proceso migratorio la ha cambiado a nivel personal,
sobre todo en el ámbito de la realización personal y de la ayuda al prójimo. Considera que
una vez que ya has vivido la migración en primera persona, eso te aporta una sensibilidad
especial con la que puedes facilitarles la vida a los demás.
“Por supuesto que me ha cambiado, me ha hecho ser mejor persona, ser más humana,
me ha hecho entender más la situación del que tengo al lado, me ha hecho ser más
solidaria con los que van llegando, me ha permitido laborar en cosas que yo nunca había
hecho, por ejemplo, yo soy voluntaria de Cruz Roja y trabajé con el Aquarius cuando
vino. (…) Esas cosas, es una sensibilidad especial que te da sentir que valoras la tierra
que te acoge y que quieres ayudar al que llega porque ya tú has vivido eso, puedes
facilitarle la vida a los que llega”

De estas palabras deducimos de nuevo que el hecho de vivir en primera persona el proceso
migratorio le ha cambiado hacia la sensibilidad con los más necesitados, el activismo y
la lucha de los derechos, en especial de los derechos de las personas migradas, campo en
el que ha desarrollado tanto su vida profesional como su vida personal, siendo voluntaria
en asociaciones.
Para definir este cambio personal cree que las palabras que mejor lo representan son:
“Para mí ha sido un proceso absolutamente enriquecedor, edificante y con contenido”

Respecto al papel de la mujer en el país de origen hace una separación entre la situación
actual y la trayectoria histórica, mientras que a lo largo de muchos años la mujer en
Venezuela ha tenido una posición de liderazgo, en la actualidad esto no es posible dado
la crisis humanitaria que se está viviendo. Para ella, la mujer en España está empoderada,
aunque considera que aún es necesario seguir luchando por la consecución de la igualdad.
“En la Venezuela actual de crisis humanitaria es muy difícil, es muy complicado ser
mujer, ser madre... porque no hay el entorno ideal para poder compaginar todo esto, eso
en la actualidad. Siempre en mi país la mujer tuvo una posición de liderazgo, de estudios,
de preparación, de incorporarse al mercado laboral, de ser madre…”

“Yo creo que a España me he venido en una época en la que la mujer ocupa su espacio.
Soy feminista, altamente feminista, y considero que es necesario lograr más igualdad
sobre todo a la hora de los salarios, a la hora de las entrevistas en las empresas, que si
tú estás en edad fértil, y en esa opción de trabajo”

Asegura que no existen prejuicios hacia la mujer latinoamericana por ser latinoamericana,
sino por ser mujer y esto es algo sobre lo que hay que trabajar. Habla de la violencia de
género y la educación de la mujer, dos temas en los que considera que aún queda mucho
por trabajar, tanto a nivel individual como a nivel institucional en forma de políticas.
Asegura también que nunca ha sufrido ningún acto discriminatorio por ser mujer en
España puesto que es una mujer luchadora
“Ser una mujer alfa depende de cada una de nosotras”

Sobre discriminación por ser inmigrante si recuerda una situación con un profesor
universitario a la hora de homologar su título. Tras sufrir xenofobia por parte del profesor
consiguió que ser evaluada por otro corrector y que al profesor lo echasen de la
universidad.
“El hombre me dijo ¿Sabes por qué conmigo no vas a aprobar esta materia? Porque no
estoy dispuesto a que una sudaca le quite un espacio laboral a un español, me tienes que
volver a hacer el examen, y aunque me lo hagas en letras gótica vas a pasar”

Se considera feminista, cree que un mundo más justo es posible e intenta colaborar para
que esto suceda. Cómo ha demostrado a lo largo de la entrevista, es una mujer de
convicciones, activista por los derechos de los inmigrantes en España, por la igualdad y
la democracia en su país de origen, y también por los derechos de la mujer.
“Si lucho por ello es que considero que hay mucho por hacer, y cuando hay mucho por
hacer no me permito sentarme en el sofá y hacer ganchillo con los nietos. Lucho, tenga
la edad que tenga. (…) Yo quiero un mundo en el que la mujer, por ser mujer, no esté
privada de cosas que debe tener y que se lo gane mediante la lucha. Y si puedo ayudar
para que eso suceda y cambie pues aquí estoy”
Para ella el activismo es una forma de vida aunque esta actitud piensa que va en función
de la formación de las personas, sus convicciones y su pasión por la consecución de los
objetivos personales de cada uno.
“Yo soy apasionada, yo no me conformo con mediocridades, soy una ciudadana activa
en los espacios políticos”

Por último, si se considera representada dentro del movimiento feminista en España.


Como mujer y migrante se ve representada en distintas plataformas cuyas acciones le
parecen interesantes. Además, dentro del partido político al que pertenece cree que han
integrado la lucha feminista de la mejor manera que podía.
“Yo creo que el feminismo mientras esté luchando en la dirección correcta de lograr
igualdad y ayudar a la mujer que por su entorno o por las realidades que ha vivido se
sienta subvaluada, nosotras quienes estamos un poco más reforzadas en esto tenemos un
ámbito de acción interesante y bonito. (…) El feminismo va en la buena dirección, la de
incluir, no excluir, empoderar y luchar por la igualdad”

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