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1 Un manuscrito –lejos de ser un vehículo transparente o neutral– posee una identidad tipológica que afecta la forma
en que se leen y entienden los textos que presenta, según postula Siegfried WENZEL, “Introduction”, en The Whole
Book. Cultural Perspectives on the Medieval Miscellany, Ann Arbor, The University of Michigan Press, 1996, pp. 1-6.
2 La leyenda, sin embargo, excede estos testimonios, lo que se comprueba en numerosas citas de textos medievales
de, por ejemplo, Berceo (Milagros de Nuestra Señora, estrs. 521, 767, 783; Vida de Santo Domingo de Silos, estr. 57; Loores
de Nuestra Señora, estr. 201) y el rey Alfonso X el Sabio (Cantigas de Santa María, nº 98).
3 Este poema fue editado en fecha más o menos reciente por María Soledad de ANDRÉS CASTELLANOS, La Vida de
Santa María Egipciaca, traducida por un juglar anónimo hacia 1215, Madrid, Real Academia Española (Anejos del Boletín de la
Real Academia Española, 11), 1964, Manuel ALVAR, Vida de Santa María Egipciaca: Estudios, vocabulario, edición de los textos,
Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1970-72, 2 vols. y Michèle SCHIAVONNE DE CRUZ-SÁENZ, The
Life of Saint Mary of Egypt: An Edition and Study of Medieval French and Spanish Verse Renditions, Barcelona, Puvill, 1979.
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5548)4; y la Estoria (Esc. h-I-13), traducción fiel de una prosificación del poema francés5.
Sólo la Vida presente en el Ms. Esc. K-III-4 y la Estoria conservada en el Ms. Esc. h-I-
13 responden a la llamada versión occidental de la leyenda, caracterizada por el protagonismo
de María frente al monje que la descubre en el desierto. La comparación entre estos dos
testimonios ha resultado un trabajo atractivo para numerosos especialistas, que con sus aná-
lisis han permitido profundizar en las diferencias textuales que resultan de la vehiculización
de la historia en verso o en prosa. Alvar6 ha declarado, en este sentido, que mientras la prosa
se leía privadamente o a un auditorio de iniciados el verso se recitaba a un público hetero-
géneo frente al cual resultaban necesarios medios expresivos más variados. De modo simi-
lar, Roger Walker7 ha detallado las discrepancias entre la Vida en verso y la Estoria en prosa,
dependientes en última instancia de la fidelidad a sus respectivas fuentes próximas; por este
motivo, en particular los inicios y los finales de los textos hispánicos serían muy distintos.
Las consideraciones sobre la transmisión literaria, que hacen que la crítica especializada
distinga una versión de otra en función del público diferente de las vitae según si estaban
compuestas en verso o en prosa, deberían extenderse teniendo en cuenta no sólo el con-
texto de recepción, que claramente influye en las dinámicas de la edificación propias de
estos relatos hagiográficos, sino también analizando el contexto de producción manuscrita
que efectivamente ligaba unos textos con otros en un conjunto que circularía probable-
mente como unidad.
No es sólo la diferencia entre el verso y la prosa la que permite distinguir ambas ver-
siones occidentales de la leyenda de esta pecadora arrepentida. Centrándonos en la con-
figuración de la muerte del santo, podemos estimar que tanto la inclusión de la Vida en
el Ms. Esc. K-III-4 junto con el Libro de Apolonio y el Libro dels tres reys d’Orient –otros
dos poemas donde la muerte también se representa de manera singularmente poética–
como la asociación de la Estoria con otros ocho textos prosísticos donde el tema de la
muerte asume asimismo características específicas delimitan universos narrativos disími-
les que ayudan a individualizar y a la vez contextualizar ambas versiones.
En la Vida la narración de la muerte de la santa se concentra en su cuerpo, al que se
describe detalladamente en la disposición previa que remite a los preparativos de un viaje:
Quando en tierra fue echada,
a Dios se acomendava.
Premió los ojos bien convinientes,
çerró su boca, cubrió sus dientes;
enbolviós en sus cabellos,
echó sus braços sobre sus pechos (vv. 1328-33)8
4 Algunas de estas traducciones en prosa fueron editadas por John K. WALSH y B. BUSSELL THOMPSON, La vida de
Santa María Egipcíaca: A Fourteenth-Century Translation of a Work by Paul the Deacon (Ms. Biblioteca Nacional BN 780),
Exeter, University of Exeter, 1977, Connie L. SCARBOROUGH, “Two Versions of the Life of St. Mary the Egyptian:
Lázaro Galdiano Ms 419 and Menéndez Pelayo Ms 8”, en Anuario Medieval, 6 (1994), pp. 174-184 y Fernando BAÑOS
VALLEJO e Isabel URÍA MAQUA, La Leyenda de los Santos (Flos Sanctorum del ms. 8 de la Biblioteca de Menéndez Pelayo),
Santander, Sociedad Menéndez Pelayo, 2000, pp. 121-123.
5 Connie L. SCARBOROUGH, “Santa María de Egipto: la vitalidad de la leyenda en castellano”, en Actas del XII Con-
greso de la Asociación Internacional de Hispanistas (21-26 de agosto de 1995, Birmingham), Birmingham, Dept. of Hispanic
Studies, University of Birmingham, 1995, vol. I, pp. 302-310, da cuenta detallada de estas diferentes versiones que testi-
monian la vitalidad de la leyenda de Santa María Egipciaca en castellano.
6 Manuel ALVAR, “Prosa y verso en antiguos textos hagiográficos”, en Hispanic Medieval Studies in Honor of Samuel G.
Armistead, Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1992, pp. 37-50.
7 Roger WALKER, Estoria de Santa María Egiçiaca, Exeter, University of Exeter, 1972, pp. XXI-XXXIX.
8 Sigo mi propia transcripción de la Vida presente en el Ms. Esc. K-III-4.
Consideración del contexto manuscrito en la edición de textos hagiográficos medievales
9 Según ha establecido ALVAR, Vida cit., p. 39: «una sistemática comparación permite ver cómo el acortamiento
aumenta, crecientemente, a partir del verso 1219».
10 ALVAR, “Prosa y verso” cit., p. 45.
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contra oriente, sus manos en cruz sobre su pecho, así como convién a muerto. E el ome bono fue
luego allá e començole de lavar sus pies con las lágrimas, ca ninguno de los otros mienbros non le
osó tañer; e començó a encomendarla e rezar sobr’ella su ofiçio, como conviene a muerto (p. 53)11
Como puede apreciarse, el interés central de la narración está fijado en los signos
exteriores del fallecimiento, en la disposición conveniente del cuerpo como representa-
ción de la muerte.
Ya en el último capítulo del relato, el XIV, Zózimas ve unas letras escritas al lado de
María que funcionan como una exhortación milagrosa de la penitente de que su cuer-
po sea enterrado: «Padre Zózimas, mete so tierra el cativo cuerpo de María. Da a la tie-
rra lo que es suyo, e ruega por mí» (p. 54). La presencia de la santa se concentra en su
escritura, ya que a diferencia de la versión poética de la leyenda el mensaje no ha sido
escrito a través de la intervención divina sino específicamente por María Egipciaca, a
pesar de no saber escribir (primer eje, en este caso, de la acción milagrosa).
El milagro, centrado en la dinámica del entierro, se completa con el motivo del león
reverente que sigue las indicaciones del monje: «E el león començó tan toste a cavar con
sus uñas asý como le mandó Zózimas, e fizo la cueva en tal guisa asý como conviene para
soterrar cuerpo» (p. 54). «La justificación de la presencia del león tan llena de retórica»,
señala Alvar12, es uno de los motivos añadidos por la prosa. Ciertamente, a pesar de la pre-
sencia del milagro, su inserción se verosimiliza mediante la presentación de un monje debi-
litado por el ayuno y cansado del largo viaje que no puede cavar la tierra solo, ni siquiera
cuando encuentra un pequeño bastón en la tierra que podría serle de ayuda natural.
La reformulación prosística de la narración de la muerte de la pecadora arrepentida,
presente ya en sus particularidades en la fuente francesa de la versión española, además de
obviar todo detalle descriptivo concreto del momento de la muerte de María se reduce al
entierro del cuerpo de la santa, privilegiando la visión del testigo de un milagro que se
intenta explicar desde la óptica de su participación necesaria pero insuficiente en sí misma.
La traducción fidedigna de la versión en prosa francesa obedecería a los criterios de
compilación del Ms. Esc. h-I-13 en su conjunto, cuyos relatos probablemente fueran
traducidos a partir de la idea previa de su incorporación al contexto manuscrito que los
reúne. Otras historias del mismo códice manifiestan un grado mayor de innovación
frente a sus fuentes respectivas, justamente en función de su adecuación a un ideal de
imitatio Christi cifrado en la extrema debilidad de pecadores que requieren, en corres-
pondencia, una acción creciente de la gracia divina para redimirse.
El temprano protagonista pasa a ser en la tradición occidental de la leyenda de la
pecadora arrepentida un último testigo, representación acabada de un receptor que en
su mirada sigue la evolución de la santidad de María. La Vida y la Estoria presentarían,
según Walker13, sin embargo, y al igual que sus fuentes directas, una diferencia de énfasis;
mientras en la poesía española el centro de la historia sería María, en la prosa la atención
estaría en cambio focalizada en Zósimas.
No creo, por mi parte, que esta diferencia enfática que puede apreciarse de manera pri-
vilegiada en la narración de la muerte de María Egipciaca se centre en la focalización de
una u otra figura de la leyenda como plantea Walker, ni en el carácter más escueto y lineal
11 Cito según mi propia transcripción del texto que forma parte de la edición del Ms. Esc. h-I-13 (Carina ZUBILLAGA,
Antología castellana de relatos medievales (Ms. Esc. h-I-13), Buenos Aires, SECRIT, 2008), indicando a continuación de
cada cita el número de página correspondiente.
12 ALVAR, “Prosa y verso” cit., p. 44.
13 WALKER, Estoria cit., p. XXVIII.
Consideración del contexto manuscrito en la edición de textos hagiográficos medievales
de la prosa frente a la ornamentación lírica y los públicos disímiles que supondría una y otra
forma, sino que la distancia radica particularmente en cómo se refiere el milagro que impli-
ca la muerte de un santo. La multiplicación de los detalles descriptivos en la Vida, donde el
poeta amplifica su fuente incluso en medio de una abreviación generalizada de la escena,
concierne específicamente a la intervención milagrosa en la resurrección del alma de María;
la omisión concreta del momento de la muerte en la Estoria y la atenuación del milagro del
entierro por parte del león, al narrarlo desde una situación de verosimilitud que lo requiere,
naturalizan en cambio de alguna manera la muerte a través de la sucesión lógica de cada
hecho que la configura.
Este acercamiento diferente del poema y del texto en prosa al momento de la muer-
te de Santa María Egipciaca ha sido en general analizado teniendo en cuenta la corres-
pondencia de ambas versiones con sus respectivas fuentes francesas. Sin embargo, como
ha podido apreciarse, sobre todo el poeta hispánico no obedece fielmente a su modelo;
antes bien, abrevia, agrega, reformula, sintetiza, alterando esa fuente. La atención a esos
cambios permite concebirlos no como realidades autónomas que sólo tengan en cuenta
un contexto recepcional restringido; estas historias circulaban junto a otras historias que
sin dudas las iluminaban y que, a través del conjunto conformado, delimitaban una lec-
tura más amplia que la referida solamente a cada texto.
La muerte de Santa María Egipciaca en el contexto del Ms. Esc. K-III-4 se configura, a
través de la descripción del cuerpo de la santa, como materia en movimiento; un movi-
miento ascendente conducido por la presencia angélica. La preeminencia de este recurso
estructural que moviliza la acción bajo la forma de la intervención divina se ve reforzada por
su importancia en los otros relatos que integran el códice, donde las visiones angélicas tienen
la misma función de guiar el camino de perfeccionamiento espiritual de los protagonistas.
En el Libro de Apolonio, el héroe recibe una visión en sueños donde un ángel lo condu-
ce al lugar en el que encontrará a su esposa Luciana y se reunirá toda su familia, lo que
hará que la historia culmine con su muerte beatífica. Todas las muertes supuestas pero no
concretadas en el relato, además, se presentan a través de la imagen del viaje, particular-
mente un viaje por mar como el que deja a Luciana casi muerta luego de dar a luz, como
el que lleva a Tarsiana a Mitalena y como el naufragio del que es salvado Apolonio y posi-
bilita el reencuentro con su hija.
En el Libre dels tres reys d’Orient también es un ángel el que se aparece en sueños a José
y guía a la Sagrada Familia a Egipto en una primera instancia y luego, aunque esta segun-
da revelación no aparezca concretamente en el relato, a Israel tras la muerte de Herodes
(según el relato bíblico, Mateo 2, 20). El viaje textual culminará en la escena de la Crucifi-
xión, que cierra la historia y el manuscrito K-III-4 en su conjunto, donde la muerte de
Cristo asumirá el carácter triunfante de redención explícito en la figura del hijo del buen
ladrón que fue purificado en el agua del baño de Cristo Niño al ser sumergido allí por la
Virgen María.
La configuración de una muerte cada vez más santa, lograda a través de la continuidad
de los poemas que conforman el Ms. Esc. K-III-4, delimita finales textuales que pueden
percibirse como nuevos comienzos donde tanto un héroe letrado como Apolonio o una
pecadora arrepentida como María de Egipto pueden acercarse en el final de su existencia
terrena a la vida celestial instituida por la gracia redentora de Cristo en la cruz, a través de
la imagen de la muerte como un tránsito guiado y amparado por la divinidad.
En el Ms. Esc. h-I-13, en cambio, la secularización creciente que se percibe en el
códice en la progresión desde las vidas de santos iniciales hasta las historias piadosas pero
con ingredientes caballerescos que cierran el manuscrito también se registra en el inte-
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rior de los mismos relatos hagiográficos que, como sucede en la Estoria, focalizan antes
el carácter imitativo de la santidad que el despliegue milagroso.
La consideración del contexto manuscrito en el estudio y la edición de textos hagiográ-
ficos medievales, como la Vida y la Estoria, puede sin dudas iluminar el alcance de aspectos
textuales concretos al ubicarlos dentro de una consideración mayor a la del propio texto,
permitiendo al mismo tiempo un acercamiento más fiel a su forma de circulación entre un
público que en la variedad y la suma apreciaría relaciones que como estudiosos no nos per-
mitimos ver cuando evaluamos esas historias sólo como entidades descontextualizadas.
Tanto el Ms. Esc. K-III-4 como el Ms. Esc. h-I-13 ofrecen una perspectiva adicional de
interpretación de la Vida y la Estoria castellanas que no debemos desatender, pues ubican
esos textos no sólo como historias individuales sino también como escenas de una historia
más amplia que al contextualizarlas las resignifica. En este sentido, el análisis tipológico no
sólo de los textos que analizamos y editamos, sino particularmente de los manuscritos
donde se encuentran, puede ser un camino productivo a seguir transitando hacia el enten-
dimiento de su evolución literaria, pues su ubicación material compartida los lleva a inte-
grar una historia común cifrada en su reunión como parte de una unidad determinada. El
criterio de selección fortuita no puede seguir aplicándose a códices como el K-III-4 o el h-
I-13 donde los textos comparten principios formales y temáticos similares que ponen al
descubierto orientaciones y perspectivas fundamentales de la producción, transmisión y
recepción literaria medieval.
Resumen: El presente trabajo se inscribe en el estudio general de los códices misceláneos o antológicos (como los Ms.
Esc. K-III-4 y Esc. h-I-13), a partir del análisis temático del momento de la muerte de Santa María Egipciaca en ambos
manuscritos castellanos, según se manifiesta en la Vida de Santa María Egipçiaca (Ms. Esc. K-III-4), un poema castellano
del siglo XIII, y la Estoria de Santa María Egiçiaca (Ms. Esc. h-I-13), un relato hispánico en prosa del siglo XIV.
Palabras clave: Contexto manuscrito, hagiografía, muerte de Santa María Egipciaca.
Abstract: The present work is inserted in the general study of the miscellaneous manuscripts (for example K-III-4 and h-
I-13 of San Lorenzo de El Escorial), from the thematic analysis of Saint Mary of Egypt death in both Castilian manuscripts,
as it demonstrates in the Vida de Santa María Egipçiaca (codex K-III-4), a 13th century poem, and the Estoria de Santa
María Egiçiaca (codex h-I-13), a 14th century prose.
Keywords: Manuscript context, hagiography, Saint Mary of Egypt death.