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Tema No.

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PRIMERA PARTE
TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO
CONTRATO. GENERALIDADES
1. OBLIGACIÓN, CONVENCIÓN Y CONTRATO.- La doctrina clásica francesa sostiene
que la obligación es la relación jurídica que une a dos o más personas para dar, hacer o
no hacer alguna cosa. Convención es el acto bilateral de acuerdo de voluntades para
crear, modificar, transmitir o extinguir un derecho. Y contrato es una variedad de la
convención cuya caracteristica es la de crear obligaciones. De este modo, tenemos que
la convención es un término genérico y el contrato sólo una variedad del género. O
sea, todo contrato es una convención, pero no toda convención es un contrato. Los
actos que buscan la modificación, transmisión o extinción del acto jurídico no son,
propiamente, contratos, sino convenciones.
El derecho moderno ha superado esta subordinación de género a especie y considera
que el contrato tiene la virtud de producir cualesquiera de los cuatro efectos
atribuidos a la convención, esto es, crear, transmitir, modificar y extinguir derechos y
obligaciones.

2.- NOCIÓN DEL ART. 450 DEL CÓDIGO CIVIL.- El art. 450 de nuestro vigente Código
Civil sostiene: "Hay contrato cuando dos o más personas se ponen de acuerdo para
constituir, modificar o extinguir entre si una relación jurídica". Este concepto de lo que
es el contrato, si bien se acomoda a la moderna concepción civilista, en cambio incurre
en un evidente error al estimar que el contrato es el convenio de dos o más personas
cuando, en realidad, se debia decir que el contrato es el convenio de dos o más
voluntades, suprimiendo o modificando la palabra persona. En efecto, la relación
jurídica obligacional nace del acuerdo de dos o más voluntades que no deviene de dos
o más personas cuando puede lograrse acordar dos voluntades con la intervención de
una sola persona, como se verá más adelante.

El Anteproyecto de Reforma del Código Civil Boliviano, actualmente en manos del


Poder Legislativo, dice en su art. 450: "El contrato es el acuerdo de voluntades de dos o
más partes para constituir, modificar o extinguir una relación jurídica de naturaleza
patrimonial". Se sustituye la palabra "personas" por la de "partes" sugerido por
consultorias a las que acudió la Comisión.

3. CONCEPTO DE CONTRATO.- Acomodándonos a la moderna corriente civilista


decimos que el contrato es un acto jurídico bilateral, constituido por el acuerdo de dos
o más voluntades sobre un objeto patrimonial de interés común, con el fin de crear,
modificar o extinguir derechos y obligaciones.
Este concepto encierra los elementos lógicos y jurídicos que corresponden a la
institución tales como la pluralidad de intervinientes, el acuerdo de voluntades y el
carácter patrimonial del negocio jurídico.
4. CONTRATO CONSIGO MISMO.- Tal como ya adelantamos, es posible la
contratación con la participación de una sola persona cuando el que interviene
representa dos voluntades distintas. Por ejemplo, el administrador de una empresa
constructora es propietario de un horno de ladrillos; si la empresa requiere de ladrillos
para sus construcciones, el administrador y propietario puede adquirir los ladrillos de
su horno, siempre que no exista conflicto de intereses. El art. 471 del Código Civil
admite una figura excepcional de contratar consigo mismo cuando la ley lo permite y
excluye por su naturaleza un conflicto de intereses. De no existir estas condiciones, el
contrato es anulable.

5. LA VOLUNTAD CONTRACTUAL.- Si el contrato es un acuerdo de voluntades por el


que una o varias personas se obligan hacia otra u otras a dar, hacer o no hacer alguna
cosa, encontramos que el elemento fundamental en la formación del contrato es el
acuerdo de voluntades, que jurídicamente se llama consentimiento. Una persona se
obliga por su propia voluntad, por su libre intención de contratar, pero la
intencionalidad y la voluntad expresada tienen caracteres jurídicos distintos por lo que
es necesario establecer la diferencia entre la intención de contratar y la expresión
externa de esa intención. Dos teorías se han presentado para explicar el efecto jurídico
de la voluntad contractual y ellas son:

a) TEORÍA DE LA VOLUNTAD REAL.- Esta teoría es de origen francés y sostiene que la


voluntad intema o psicológica es el principal elemento que da lugar al contrato. La
voluntad interna, el querer individual, debe ser protegida por el Estado porque
representa la libertad del individuo.
Sobre esta teoria se ha elaborado el sistema individualista de la legislación civil y sobre
ella se asienta el principio de la autonomia de la voluntad.
b) TEORÍA DE LA VOLUNTAD DECLARADA.- Nace esta teoria en la doctrina alemana y
sostiene que la ley no reconoce sino la voluntad manifestada en los términos literales
del contrato que son los únicos que pueden ser socialmente protegidos. La seguridad
que se debe dar a las relaciones jurídicas y el amparo a la buena fe de los terceros,
cxige respetar la voluntad contratada en los términos en que fue redactado el
documento contractual, puesto que de otro modo permanentemente existiría la
posibilidad de rechazar los términos acordados arguyendo razones psicológicas o
internas buscando destruir la tradición de respeto a las relaciones sociales y jurídicas.

c) SISTEMA QUE SIGUE NUESTRALEGISLACIÓN.- Nuestro Código Civil adopta la teoria


de la voluntad real, psicológica o interna, al establecer que "En la interpretación del
contrato se debe averiguar cuál ha sido la intención común de las partes y no limitarse
al sentido literal de las palabras". La ley civil boliviana se basa en el sentido
individualista de la autonomía de la voluntad, limitada únicamente en todo cuanto se
refiere a los intereses generales del orden público.

6.- LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD.- La autonomía de la voluntad supone la


libertad del particular de reglar sus propios asuntos e intereses, de ejercitar los
derechos subjetivos de que está investido, de concertar o no los disímiles negocios
jurídicos que puede protagonizar. La autonomia privada es también el poder del
individuo de autodeterminarse, incidiendo sobre la realidad física y económica con la
inmediatez de la realidad jurídica, lo que significa la creación de derechos y
obligaciones garantizados y sancionados por la ley.

La autonomía de la voluntad comprende y alcanza dos principios; libertad para


contratar y libertad contractual. La primera encierra la posibilidad de obligarse
contractualmente o no, con quién y cómo se quiera, o sea, que incluye la libertad para
concertar o no el contrato y para escoger la persona con quien se va a contratar. La
segunda, encierra la posibilidad de determinar hasta dónde se quiere obligar la
persona dentro de la esfera de la legalidad establecida por el legislador, por tanto,
comprende la facultad de fijar el contenido del contrato incluyendo la posibilidad de
concertar contratos atipicos o innominados. En consecuencia, por el principio de la
autonomía, la voluntad de los particulares reina como soberana, es élla la que
establece el derecho.
La libertad, en este orden, es absoluta y la única limitación que se reconoce es el
sometimiento a las leyes de orden público y a las buenas costumbres.

7. EL CONTRATO DIRIGIDO.- El principio de la autonomía de la voluntad se funda en la


idea de la igualdad económica de las partes contratantes. Supone que las partes
concurren al negocio jurídico en una equilibrada posición de intereses económicos y
que, por tanto, su participación es libre. Pero, la realidad social muestra un esquema
totalmente distinto y desequilibrado en cuanto a las posibilidades económicas de los
participantes. En gran parte de los contratos uno de los participantes es
económicamente más fuerte que el otro y, por su poder patrimonial, impone las reglas
del contrato al economicamente más débil. Por ejemplo, en el contrato de préstamo
de dinero las condiciones las impone el prestamista y el prestatario se ve obligado a
aceptar condiciones onerosas que desvirtúan todo concepto de autonomia o voluntad
libre. Estas desigualdades económicas llegan a desvirtuar el principio de la libertad
contractual, por lo que el Estado se ha visto en la necesidad de proteger a quienes se
hallan en situación económica débil. Se trata de un desplazamiento de los poderes
públicos que asumen la tutela de ciertos sectores de la colectividad a quienes tutelan
en el juego patrimonial del contrato. En realidad, el derecho se socializa y llega a tener
un concepto diferente del individualismo. El derecho ingresa en el campo de la función
social.

Este desequilibrio económico ha dado nacimiento al concepto del Contrato Dirigido


que no es sino el contrato reglamentado en su formación, ejecución y duración. La ley
por interés superior interpreta y establece la voluntad de las partes en normas
obligatorias que anulan las prerrogativas de los poderosos frente al sometimiento de
los menesterosos tal como sucede, por ejemplo, en el contrato de trabajo. Esta nueva
realidad se justifica plenamente. El sistema de la autonomia de la voluntad dió lugar a
innumerables abusos y el contrato dirigido, en el orden del desequilibrio económico,
constituye un positivo avance de protección social.

Al presente, el contrato dirigido se ha impuesto en una variedad de negocios jurídicos


como el contrato de trabajo, el arrendamiento de vivienda urbana, la regulación de la
tasa de interés en el mútuo de dinero, etc. Sin embargo, esta intervención no puede
comprender todo el campo de actividad jurídica, sino sólo lo que se relaciona con el
interés general de la sociedad. Las relaciones jurídicas individuales aún se norman por
el principio de la autonomia de la voluntad, salvas las restricciones mencionadas.

8. ESFERA DE DOMINIO DEL CONTRATO.- El campo de aplicación del contrato es el


derecho patrimonial. Se puede decir que forma su trama puesto que todos los
convenios contractuales tienen un fondo económico o pecuniario.

Ya decía el profesor Ascoli «El Derecho de las Obligaciones es el Derecho del cotidiano
comercio de la vida», y no nos referimos aqui al comercio en el sentido técnico, sino al
intercambio de todos los días, aquel intercambio que para el hombre constituye una
condición de su existencia. El contrato es el instrumento práctico que realiza las más
variadas finalidades de la vida económica, sirviendo para satisfacer las necesidades
humanas, cualesquiera que sean ellas. La voluntad en el contrato no se manifiesta sino
cuando existe un verdadero interés económico. Por ello, la esfera de dominio del
contrato es el derecho patrimonial.

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