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La Historia del Teatro Paraguayo

Teatro en la Colonia:
Durante la colonia, fuera del ámbito jesuítico, las manifestaciones teatrales fueron escasas
y pobres. Las profanas consistían principalmente en las "rúas", desfiles más o menos
alegóricos de personajes disfrazados que pueden haber sido el origen de nuestros
"cambara'anga".- actos alegóricos, pantomimas, declamaciones y hasta diálogos
dramáticos que se ofrecían en circunstancias especiales como cambio de gobernador,
visita de virreyes etc.
Sólo a fines del siglo XVIII comienzan a tener importancia las manifestaciones teatrales
en Asunción y elencos de jóvenes en los que actúan hasta señoritas de buena sociedad
representan obras de peso como "Las vida es sueño" de Calderón de la Barca, o
"Trancedo" de Voltaire. Este florecimiento no llegó a dar frutos en la dramaturgia local y
por otro lado la dictadura de Francia se encargó de liquidarlo después de la
Independencia.

Teatro en las Misiones:


El Teatro Misionero se dividía en dos categorías:
*El ofrecido en fechas religiosas solemnes (semana santa, corpus, navidad) , que se
trataba de danzas alegóricas, procesiones y autos sacramentales
*El representado en circunstancias especiales como la visita de un superior donde se daba
cabida a las formas profanas: Comedia, entremeses y ópera.
Los intérpretes eran en todos los casos indígenas.
Las piezas originales se perdieron después de la expulsión de los jesuitas.
El único texto que llegó a nosotros fue transmitido de forma oral y recogido de un
campesino paraguayo por el doctor Manuel Gondra a principios de este siglo.

El surgimiento del teatro paraguayo:


Según Josefina Plá, el año 1915 señala una verdadera iniciación de la literatura teatral
paraguaya contemporánea. Ese año Rafael Rodríguez Rojas publicó en El Liberal de
Asunción su comedia titulada Flor del Valle y J. Demetrio Morínigo el 14 de mayo
estrenó con la compañía Meca su drama "Martirios de una madre o venganza del
coronel". Dos años más tarde la compañía Chico de la Peña puso en escena "El Intruso"
de Leopoldo Centurión. Más tarde el mismo autor presentó "El Huracán" y "El final de
un cuento" "La cena de los románticos. Eusebio A. Lugo llevó a las tablas "La chala",
"Camino de la fuente" y " La epopeya del Mariscal".
Otros dramaturgos surgidos en la época son Pedro Juan Caballero (El pasado, El Imán, El
Vencido, El cínico y Los buitres, todas ellas perdidas); José María de Nestosa (Over-all
asunceno, y Se rifa un marido), Leopoldo Ramos Giménez, cultor del teatro social en la
línea anarquista de Rafael Barret (La inquisición del oro y La herencia); Francisco Martín
Barrios ( La chispa robada y Mariscal López); Manuel Ortiz Guerrero (Eireté, El crimen
de Tintalila y la Conquista).

A partir del año 1924 surgen Luis Ruffinello, Miguel Pecci Saavedra, Facundo Recalde,
Arturo Alsina, Roque Centurión Miranda, Josefina Plá, Pedro Juan Caballero y Benigno
Villa entre otros. Esta es la generación que introduce el teatro de ideas o de tesis y el
simbolismo de manera orgánica en su obra. El modelo de la obra sigue siendo el drama o
el melodrama en tres actos básicamente realista al que se introduce la discusión de ideas
o tesis o la ejemplificación aleccionadora acerca del problema que se está planteando.
En 1933 aparece por primera vez Julio Correa, quien toma el costumbrismo y sus moldes
para escribir dramas y comedias en guaraní en los que parecen caber toda la fuerza y la
emoción de la vida real que le rodeaba. Con un lenguaje realista y poderoso plantea los
problemas más inmediatos y vitales del pueblo.

Correa reavivó el interés en el teatro en un momento en el que el público y las


autoridades tenían su atención puesta en la guerra del chaco ( 1932-1935). En 1933
estrenó Sandia Yvyguy, Guerra aj, Tereho jevy frentepe y Péicha guarante. Julio Correa
además de escribir obras de teatro dirigía y actuaba. Formó un elenco de actores
populares, sin trayectoria previa y los transformó en los máximos intérpretes de nuestras
tablas. Para citar algunos nombres: su propia esposa, Georgina de Corres, Ernesto Báez,
Mirna Veneroso, Harmondio Soler Núñez, Carlos Gómez, Teodoro Mongelós, Espartaco
Martínez, Aníbal Romero, Elizarda Cazal de Rodas, su sobrino Enrique Correa.

En 1941 se crea el elenco teatral del Ateneo Paraguayo. Una serie de nombres van
apareciendo y se van constituyendo en lo que hoy puede calificarse de "dramaturgia
moderna paraguaya": Ezequiel González Alsina, quien estrena La quijotesca rubia y El
gran rival; Jaime Bestard, quien presente Arévalo y Los gorriones de la loma; Augusto
Roa Bastos que con la colaboración de Fernando Oca del Valle estrena Mientras llega el
día; y ya en los años 50 se suman las obras de Mario Halley Mora, Néstor Romero
Valdovinos, José María Rivarola Matto, la propia Josefina Plá en otra etapa de su
producción dramática (El edificio, Alcestes, La cocina de las sombras, Las ocho sobre el
mar) para citar los nombres más resaltantes.

En 1956, se inica en el teatro el prolífico escritor Mario Halley Mora (1927) con la
comedia dramática "En busca de María" . Algunas de sus obras son: " El Impala", "Un
paraguayo en España", "Un paraguayo en arabia", "El camaleón", "El último caudillo",
"El poncho de Timoteo", "El billete de cien dólares", "El sacristán", "La madama", "La
noticia", "Testigo falso", "Magdalena Servín", "Interrogante" y "La mano del hombre".
También escribió obras en guaraní: "El comisario de Valle lorito", "El sargento de
compañía", y “Plata yvyguy rekavo”.

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