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La germinación de una planta

La germinación de las semillas es uno de esos procesos que sigue


resultando una pequeña maravilla de la naturaleza sin importar cuántas
veces la presenciemos. Se trata de algo muy sencillo, pero que a su vez
depende de varios factores y, por tanto, puede verse afectado de muchas
formas.
Si quieres aprender cómo germinar una semilla en casa, ya sea de
tomate, lenteja, haba, etc., y lograrlo de la forma más rápida y efectiva
posible, sigue leyéndonos en este práctico e interesante artículo de
Ecología Verde.

Qué se necesita para germinar una semilla


Antes de pasar a hablar de cómo germinar semillas en casa, hay
que aclarar que hay unas pocas condiciones generales a tener en
cuenta para que las semillas germinen. Esto es lo que necesitas
para germinar una semilla:
Época
Algunas semillas pueden plantarse en prácticamente cualquier
época del año, especialmente si lo hacemos en interior, pero
otras, en cambio, no pueden ser plantadas en cualquier momento.
Presta atención a la especie de planta que vas a cultivar y a su
época de siembra óptima. Busca la información en Internet, libros
o bien pregunta directamente al profesional del lugar en el que
adquieres las semillas y los materiales para trabajar con las
plantas.
Esto es especialmente importante en plantas de exterior o zonas
expuestas al clima local: no querrás que tus semillas no germinen,
o peor aún, que lo hagan y mueran poco después por el exceso
de frío o calor.

Germinadores
La gran mayoría de semillas pueden germinarse sin problemas
con un pequeño semillero o incluso un simple tarro. Sin embargo,
hay semillas que producen una especie de gel o mucosidad al
germinar: son las llamadas mucilaginosas. Este mucílago retiene
mucha humedad y, si la semilla no se airea adecuadamente,
provocará que acaben pudriéndose. Algunos ejemplos de
semillas mucilaginosas son la albahaca, la mostaza, la rúcala y la
chía.
Para germinar este tipo de semillas necesitaremos germinadores,
que podemos hacer nosotros mismos o adquirir. Aquí puedes
aprender más sobre
Cómo crear un germinador.
Contenedor o sustrato
Germinar semillas en un germinador o maceta, así como en un
semillero, es muy sencillo. Pero en estos últimos casos, la mezcla
de sustrato que usemos será vital. Una vez más, depende de
cada tipo de semilla, pero podemos recomendar una mezcla que
funcionará de forma excelente en la inmensa mayoría de casos.
Para prepararla, mezcla una parte de fibra de coco, otra parte
de humus de lombriz y una última parte de turba. Mézclalas hasta
conseguir un sustrato homogéneo, que será ligero y muy rico en
nutrientes. Luego, esparce algo de vermiculita y perlita para
acabar de optimizar sus propiedades.
Si vas a germinar las semillas en un bote, escoge uno de cristal
de tamaño adecuado que te permita ver el estado de las semillas,
como en la imagen de abajo.
Riego y humedad
Las semillas necesitan habitualmente de una humedad abundante
para germinar. Sin embargo, un exceso de esta será tan fatal
como la sequía, ya que las semillas pueden pudrirse o verse
atacadas por hongos. Es necesario que controles los niveles de
humedad en tus semilleros, tarros o macetas y que no dejes que
se encharquen.

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