Las relaciones humanas están basadas en la comunicación, sin
comunicación es imposible lograr ponerse de acuerdo o hacer entender lo que queremos expresar, dar a conocer lo que sentimos, pensamos, etc., por eso mínimo debe existir dos cosas en una comunicación: un emisor y un interceptor. Jesucristo está llamando (emisor) a todos los seres humanos (receptores) para que decidamos volver a establecer la mejor relación que cualquier persona puede llegar a tener: “mi relación con Dios” Apocalipsis 3:20 1. ¿Por qué el hombre no puede establecer esta comunicación con Dios? 1.1 El hombre está sordo espiritualmente, no puede escuchar a Dios porque está muerto espiritualmente. Efesios 2:1 1.2 El hombre habla un lenguaje diferente al de Dios, esto hace que no pueda entenderse con Dios. El hombre habla del odio, Dios habla del amor, el hombre habla de guerra, Dios habla de paz, el hombre habla de rencor y orgullo, Dios habla de perdón y humildad, el hombre habla de lo terrenal, Dios habla de lo celestial, etc. Marcos 9:7 y Efesios 2:2 1.3 El hombre está sintonizado con el diablo y no con Dios, y esto lo hace un ser desobediente. La desobediencia se produce cuando no escucho dirección sino mi propia voz. Efesios 2:2 1.4 El ser humano ha perdido sus valores y desconoce su propósito, esto es consecuencia de no tener comunión con Dios. ¿Cómo puedo entonces volver a relacionarme con Dios? 1.Prestar atención (poner todos nuestros sentidos) a la invitación que hace Jesús en Apocalipsis 3:20 2.Invitar a Jesucristo a mi vida como Señor y Salvador a través de una sencilla oración. APLICACIÓN: Hacer la oración para recibir a Cristo. Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Efesios 2:1 En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados Efesios 2:2 en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. Marcos 9:7 Entonces apareció una nube que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!»