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LO QUE MÁS IMPORTA 1ra parte

TEXTO CLAVE: 1º Corintios 13:3, 2º Juan 1:6 (NVI)

La vida consiste en amar.


Como Dios es amor, la lección más importante que quiere que aprendamos en
esta tierra es cómo amar. El amor es el fundamento de todos los mandamientos
que nos ha dado, porque cuando amamos, más semejantes somos a Él:
“Porque la ley se resume en este mandamiento: “Amarás a tu prójimo
como a ti mismo”” gálatas 5:14.
Aprender a amar desinteresadamente no es una tarea sencilla. Es contraria a
nuestra naturaleza egocéntrica. Por eso contamos con toda una vida para
aprender a amar. Por supuesto, Dios quiere que amemos a todos, pero está
particularmente interesado en que aprendamos a amar a los miembros de su
familia. Como ya hemos visto, este es el segundo propósito para tu vida. Pedro
nos dice que “debemos mostrar un amor especial por el pueblo de Dios”. Pablo
hace eco de este sentimiento: “Por lo tanto, siempre que tengamos la
oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe”.
¿Por qué insiste Dios en que demos un amor especial y prestemos atención a
otros creyentes? ¿Por qué ellos tienen prioridad en el amor? Porque Dios quiere
que su familia sea fundamentalmente conocida por el amor que manifiesten
entre sí. Jesús dijo que el amor de los unos a los otros, y no nuestras creencias
doctrinales, sería nuestro mayor testimonio al mundo. Dijo: “De este modo
todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”.

En el cielo disfrutaremos de la familia de Dios para siempre, pero primero


tenemos que realizar un trabajo difícil en la tierra, como preparación para una
eternidad de amor. Dios nos entrena dándonos “responsabilidades familiares” y
la principal es que practiquemos amarnos unos a otros.

Él quiere que tengas una comunión estrecha y regular con otros creyentes para
desarrollar la práctica del amor. El amor no puede aprenderse en aislamiento.
Necesitas estar rodeado de personas: insoportables, imperfectas y molestas.
Gracias a la comunión podemos aprender tres verdades importantes.

EL MEJOR USO DE LA VIDA ES AMAR

El amor debe ser tu prioridad, tu objetivo y tu mayor ambición. El amor no es


una buena parte de la vida; es la parte más importante. La Palabra de Dios
declara: “¡Que el amor sea para ustedes la más alta meta!”.

No basta con decir: “Una de las cosas que quiero en esta vida es amar”, como si
el amor fuera uno de los diez objetivos principales que tenemos. Las relaciones
tienen prioridad sobre todo lo demás. ¿Por qué?
La Vida Sin Amor No Tiene Sentido. Pablo dice: “No importa lo que diga, lo que
crea o lo que haga, sin amor estoy en quiebra”.

En ocasiones nos conducimos como si las relaciones fueran algo que


conseguimos introducir en nuestros planes. Hablamos de hallar tiempo para
nuestros hijos o de hacer tiempo para las personas en nuestra vida. Damos la
impresión de que las relaciones son apenas una parte de nuestra vida, junto con
tantas otras ocupaciones. Pero Dios dice que lo esencial de la vida consiste en
nuestras relaciones con los demás.

Cuatro de los Diez Mandamientos se refieren a nuestra relación con Dios,


mientras que los seis restantes tratan de nuestra relación con las personas. Pero
¡los diez tienen que ver con relaciones! Posteriormente, Jesús resumió lo que
más le importa a Dios en dos afirmaciones: amar a Dios y amar a los demás.
Dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo su corazón…” Éste es el primero y el más
importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: “Ama a tu
prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y
los profetas”. Después de aprender a amar a Dios, que es la adoración, aprender
a amar a los demás debería ser el segundo propósito de la vida.

Lo que más importa en mi existencia son las relaciones y no los logros o la


adquisición de bienes. Entonces, ¿por qué le prestamos tan poca atención a las
relaciones? Cuando estamos muy ocupados, afectamos el tiempo que dedicamos
a las relaciones, quitándoles la energía y atención necesarias. Lo urgente
desplaza lo más importante para Dios. La ocupación en múltiples actividades
compite con las relaciones. Nos preocupamos en ganarnos la vida, en realizar
nuestro trabajo, en pagar las cuentas y en lograr metas, como si vivir consistiera
en cumplir esas tareas. No es así. El sentido de la vida es aprender a amar: a
dios y a las personas. El resultado de la resta “vida menos amor” es cero.

EL AMOR DURARÁ POR SIEMPRE. Otra razón por la que Dios nos manda hacer
del amor una prioridad es que es eterno: “Ahora, pues, permanecen estas tres
virtudes: la fe, la esperanza y el amor: Pero la más excelente de ellas es el
amor”.

EL AMOR DEJA UN LEGADO. El impacto más perdurable que puedes dejar en la


tierra es el trato que tuviste con las personas, no tu riqueza o tus logros. Como
lo expresó la Madre Teresa: “Lo que importa no es tanto lo que uno hace sino
cuánto amor pone en hacerlo”. El amor es el secreto de un legado duradero.
Si reparto entre los pobres todo lo que
poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo
consuman las llamas, pero no tengo amor,
nada gano con eso.1 Corintios 13:3

En esto consiste el amor: en que pongamos


en práctica sus mandamientos. Y este es el
mandamiento: que vivan en este amor, tal
como ustedes lo han escuchado desde el
principio. 2º Juan 1:6

En efecto, toda la ley se resume en un solo


mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti
mismo Gálatas 5:14

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