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LUIS ARAGONÉS:

TODA UNA VIDA

DE

FÚTBOL
1

TRAYECTORIA
Foto: Atlético de Madrid
COMIENZOS Y DEBUT EN PRIMERA
DIVISIÓN

Como dice la canción, toda una vida, si, pero


dedicada al fútbol que era su pasión y lo que le
gustaba hacer a Luis Aragonés, este madrileño del
distrito de Hortaleza que naciera allá por el año
1938 (28 de julio) y que daría sus primeros
puntapiés a un balón, como cualquier chaval que
se precie, en el patio del colegio de los jesuitas de
Chamartín.

Desde el principio tuvo claro lo que quería,


caminar en el mundo del fútbol, pero había que
convencer a ese “mundo” de que también lo
quisiera a él. Así, logra meter la cabeza y
permanecer en el Club Getafe Deportivo (actual
Getafe) hasta el año 58 que ficha por el Real
Madrid, el que a la larga y posteriormente sería su
eterno rival para siempre, aunque entonces aún ni
lo imaginaba.
Pero ya estaba dentro, si señor. Ya tenía los dos
pies dentro del césped, pero eso no lo era todo.
Había que destacar si se quería permanecer, y él
quería quedarse para siempre.
Foto: Atlético de Madrid
Sin embargo, el equipo blanco (con el que nunca
debutaría en partido oficial) no le va a ofrecer la
oportunidad que él quería de demostrar que valía
para esto y que quería hacerlo con los grandes. Le
mandan cedido. Primero al Recreativo de Huelva,
luego al Hércules y finalmente la Plus Ultra (actual
Real Madrid Castilla).

Pero la temporada 60-61 iba a marcar un hito en su


carrera profesional. A mediados de esa temporada
iba a jugar, en calidad de cedido, en el Real
Oviedo. Con ese club jugaría hasta final de
temporada, pero su primer partido en el Oviedo
(11 de diciembre del 60; Mallorca 1- 0 Oviedo)
iba a significar su debut en la Primera División
Española.
Pero habrían de llegar más equipos a su vida. De
hecho, en la siguiente temporada, ya desvinculado
del Real Madrid, ficha por el Real Betis Balompié
para los siguientes tres años. En el equipo
sevillano disputó 82 partidos en los cuales
marcaría en total 33 goles.

Eso ya iba teniendo otro color. Pero para color,


color, los que marcarían su corazón de por vida
serían los del Atlético de Madrid, club que le
ficha en 1964 como interior derecho y en el que
vivirá sus mejores años como jugador de fútbol y
mucho más. También en el que colgaría las botas
para dedicarse a entrenar.
Diez años estaría como jugador en las filas del
club “colchonero”, casi nada, y casi todo, porque
sería en el equipo de la orilla del Manzanares
donde conseguiría, madurando su juego año tras
año y convirtiéndose así en el cerebro del ataque
rojiblanco, especializándose en tiros de falta y
penaltis: una Copa del Rey y un Subcampeonato de
Liga, en su primera temporada con el club; su
primera Liga en su segundo año; y posteriormente
otras dos Ligas y otras dos Copas del Rey.

Pero no sólo en el equipo le iban bien las cosas,


individualmente también, no en vano en la
temporada 69-70 obtendría el Trofeo Pichichi al
máximo goleador de la Liga con 16 tantos
marcados, honor que compartiría ese año con un
“rival”, el madridista Amancio Amaro, y con un
compañero, José Eulogio Gárate.

Pero habría de haber un partido que Luis


recordaría toda su vida como jugador, al igual que
muchos veteranos aficionados rojiblancos,
aquella final de la Copa de Europa que el Atlético
de Madrid disputó contra el Bayernn de Munich en
el Estadio Heysel de Bruselas (actual Estadio Rey
Balduino) el 15 de mayo de 1974.
Foto: Atlético de Madrid
Foto: Marca
¡Aquella final, ay aquella final!, en la que Luis
adelantó a su equipo en el marcador con un tiro de
falta directa. Tal fue el trallazo que el “8”
rojiblanco ni miró como entraba el balón en la
portería, se dirigió como un rayo al centro del
campo con la mano derecha levantada en señal de
victoria. Sin embargo, y a pesar de su gol, el
equipo alemán empató el partido. Pero lo triste y
amargo vendría dos días después, en el partido de
desempate. El Bayern ganó al Atlético de Madrid
por un contundente 4-0.

Adiós ilusión de ganar una final europea, y adiós


para siempre, porque sería la última oportunidad
que Luis Aragonés tendría de hacerlo como
jugador ya que en la temporada siguiente, la 74-75,
el Club le ofrece ser el entrenador del equipo, a
pesar de que ya había disputado seis partido de
esa Liga.

Como jugador había conseguido ganar tres Ligas


con el Atlético de Madrid (1966, 1970 y 1973) y
dos Copas de España (1965 y 1972), también con
el equipo rojiblanco de Madrid.
Luis Aragonés también fue internacional con la
Selección de Fútbol de España en 11 ocasiones.
Su debut internacional fue el 8 de mayo de 1964 en
el partid Escocia 0-0 España. En total marcó tres
goles con su selección.
UN JOVEN ENTRENADOR

Se lo piensa. Interiormente tenía alguna que otra


reticencia por aquello de dirigir a los que habían
sido sus compañeros, algunos incluso durante
muchos años, pero se lo piensa poco. Decide
aceptar el reto, “era una forma más de servir al
club”, diría más tarde. Y con 36 años inicia su
carrera como entrenador en el banquillo rojiblanco
sustituyendo a Juan Carlos Lorenzo en la jornada
10, el 26 de noviembre de 1974, con Joaquín Peiró
como ayudante.
Foto: Atlético de Madrid
Pero el destino es caprichoso, y como tal nos da
una de cal y otra de arena. Si un año antes, como
jugador del Atlético de Madrid, Luis perdería la
final de la Copa de Europa ante el Bayern
mediante una derrota que escocía, bien se iba a
resarcir Aragonés como entrenador al año
siguiente pues el club rojiblanco disputaría la final
de la Copa Intercontinental ante los argentinos del
Club Atlético Independiente debido a que el
Bayern no quiso presentarse a esta competición
por los problemas políticos en los que estaba
inmersa Argentina en esos momentos.

Y si, esta vez si. El Atlético de Madrid ganaría esa


final de la Copa Intercontinental de 1975 con goles
de Irureta y Ayala, siendo el único equipo europeo
que ha ganado este torneo sin haber sido Campeón
de Europa con Luis Aragonés recién estrenado
como entrenador. Vamos, que fue aquello de
“llegar y besar el santo”.
Pero todo tiene un comienzo y un final y su etapa
en el Atlético de Madrid, por lo menos de
momento, llegó a su fin. Había cumplido un ciclo
exitoso en el club rojiblanco, como jugador y
como entrenador, y quizás pensó que debía dejar
distancia, soltar un poco de lastre, o vaya usted a
saber qué, el caso es que al finalizar la temporada
77-78 abandona el club de sus desvelos. Pero hete
aquí que
Foto: Atlético de Madrid
a pesar de los pesares no sería por mucho tiempo
ya que entrena al equipo durante unas pocas
jornadas (de la 6 a la 9) en la temporada siguiente
y aún lo haría en la 79-80 desde la primera
jornada, pero esta vez los malos resultados no le
permitirían finalizar la temporada.

Pero nada estaba perdido, esos eran los “gajes”


del oficio, un oficio al que había decidido
dedicarse con ahínco y devoción.

Pero no iba a ser su única victoria de campanillas


como entrenador con el Atlético de Madrid. En la
temporada siguiente, la del 76, gana la Copa del
Rey, y un año más tarde su única Liga de Primera
División como entrenador.

Y fuera de “casa” la primera oportunidad la tiene


en el banquillo del Betis Balompié en 1981...,
pero sólo la primera jornada. El club verdiblanco
prescinde de él tras la derrota por dos goles a uno
ante el Racing. Y así es como iba a dar comienzo
una etapa llena de idas y venidas, subidas y
bajadas, éxitos y fracasos por los banquillos de
los terrenos de juego españoles. Toda una
experiencia.
La temporada siguiente vuelve al Atlético de
Madrid donde iba a permanecer cuatro temporadas
y ganar una Copa del Rey y una Supercopa de
España (la primera del equipo rojiblanco) en la
campaña 85-86. Se marcha del club en la
siguiente, pero a mitad de liga volverá a sustituir a
Martinez Jayo en el banquillo.

Ya comenzada la temporada 87-88, en la quinta


jornada, cambia de “casa” y aterriza en Barcelona
para sustituir a Terry Venables que había sido
destituido tras cosechar tres derrotas consecutivas.
Y ese año no sólo aupa al equipo culé hasta los
primeros puestos de la tabla, sino que le hace
campeón de la Copa del Rey.
2

GENIO Y FIGURA
EL "ZAPATONES"

Pero la triste realidad del entrenador de fútbol, o


alegre según quien lo mire, es andar siempre sobre
la cuerda floja y dependen en todo momento de los
resultados del equipo. Si se gana, todos contentos,
si se pierde el dedo siempre señala hacia una
parte: el entrenador.

Aragonés continuará una temporada más con el


F.C. Barcelona, donde lo que más se recuerda
como entrenador culé no fue la Copa del Rey
ganada, sino su implicación y participación junto a
la plantilla barcelonista en lo que se
denominó como “Motín del Hesperia” hotel de la
Ciudad Condal al que acompañó a sus jugadores
mientras leían un comunicado en contra del
presidente, Josep Lluis Núñez, por negarse el club
a asumir los impuestos y las multas en las
inspecciones de Hacienda. Aquel hecho supuso su
salida de la entidad, pero otros le esperaban con
los brazos abiertos.

Lo siguiente, sin abandona la ciudad de Barcelona,


fue recalar en el Real Club Deportivo Español,
antes de volver nuevamente al banquillo
rojiblanco al año siguiente donde consigue hacerse
con otra Copa del Rey y una Copa Ibérica.
Foto: Marca
En esta ocasión permanece dos años en el club de
la orilla del Manzanares pero tras ese periodo
ficha por el Sevilla por las siguientes dos
campañas. Allí obtendrá buenos resultados que le
valdrán el reconocimiento y el respeto como
entrenador a nivel nacional además de su
incorporación al Valencia CF tras finalizar su
contrato.

Con el equipo “che” estaría otros dos años, pero


ya nada más llegar le alzaría hasta el
subcampeonato de la Liga de Primera División.
Pero en su segundo año como técnico
“valencianista” no le fue tan bien por lo que se
prescinde de sus servicios con los cuales se
vuelve a hacer el Betis para la 97-98 y la
siguiente.

Con la espada de Damocles siempre pendiendo de


su cabeza (como todos sus compañeros de
profesión), los cuatro próximos años iban a ser
frenéticos con una serie de carambolas que iban a
ser muy curiosas.

Después del equipo “verdiblanco”, el Real


Oviedo seria el siguiente en la lista de Luis
Aragonés que con el empate a cero en el Carlos
Tartiere en el último partido de la temporada ante
el Atlético de Madrid mandaría a este a Segunda
Foto: Marca
División por primera vez en su historia. ¡Caramba,
caramba, lo que son las cosas!.

Pero no sólo se dio esa circunstancia, sino que una


temporada más tarde, entrenando esta vez al Club
Deportivo Mallorca, donde realiza un buen trabajo
ya que el equipo consigue quedar tercero en la
Liga (mejor puesto en la historia del club
igualando el último puesto conseguido dos
temporadas atrás, consiguiendo el récord de
puntuación del equipo balear en toda su historia en
la máxima categoría), en el último partido de Luis
Aragonés en el banquillo del Mallorca este jugará
ante el Oviedo, su anterior equipo, al que
derrotarán por 4 a
2 y le descenderán así a la Segunda División ese
año.
Después regresará otra vez como técnico del
Atlético de Madrid en la 2001-02 logrando su
ascenso nuevamente a la categoría de oro después
de los dos añitos rojiblancos en el “infierno” de la
Segunda División.

Sigue un año más con el equipo “colchonero”,


pero en la siguiente campaña fichará otra vez por
el Mallorca (2003-04), equipo este que sería el
último en entrenar en la liga española, en la que
dirigió un total de 757 partidos, antes de
iniciar su etapa como seleccionador nacional de
España.

Como entrenador siempre dio el nivel y así


consiguió: 1 Liga con el Atlético de Madrid
(1977); 4 Copas del Rey, tres con el Atlético de
Madrid (1976, 1985 y 1992) y una con el Fútbol
Club Barcelona (1988); 1 Supercopa de España
con el Atlético de Madrid (1985) y 1 Campeonato
de Segunda División también con el Atlético de
Madrid (2002. Pero todavía quedaba lo mejor.
Foto: Marca

DANDO LA VUELTA AL FÚTBOL

Dirigir a la Selección Española de Fútbol, en


sustitución de Iñaki Sáez, era un reto prometedor
para el que ya sin duda nadie cuestionaba como
entrenador. El “sabio de Hortaleza” o “zapatones”,
algunos de sus apodos cariñosos con los que se le
conocía, iba a culminar con el equipo nacional
toda una vida dedicada al fútbol, y por tanto, sería
una forma de reconocimiento y respeto hacia su
trabajo de toda una vida, algo que el destino le
reservó para el final de su carrera.
Foto: Marca
De 2004 a 2008 iban a llegar una serie de éxitos
deportivos, tanto a nivel de Selección como
personales, que harán historia. Pero el honor de
dirigir al equipo de su país se mezcló con críticas
feroces en su primera etapa.

El debut en el banquillo español de Luis Aragonés


empezó con victoria ante Venezuela por 3 a 2 en
partido amistoso, pero la Selección volvía por sus
fueros en el Mundial de Alemania en 2006,
cayendo eliminada en octavos de final ante Francia
(que sería ese año subcampeona).
Foto: Marca
Los primeros momentos al frente de “la Roja” iban
a transcurrir con los consabidos resultados que la
Selección Española tenía acostumbrada a la
hinchada, con “una de cal y otra de arena”. Aunque
fracasó en el Mundial de Alemania, Luis Aragonés
fue renovado, no sin fuertes críticas. No se le
perdonaba la decisión de no convocar a Raúl
González. Sobre esto recibió presiones
inimaginables, aguantó gritos de ‘Raúl selección’
en cada aeropuerto y en cada entrenamiento, pero
no se amilanó. No era de esos.

Y es que tenía claro que el combinado nacional


exigía cambios a gritos. El eterno ’7′ del Madrid y
de la selección no
Foto: Marca
vivía ya su mejor momento, pero dejar de llamar a
un mito no es fácil, pero lo hizo.

Comenzó a mover los cimientos de la Selección en


una segunda etapa, tras su renovación, y se notaba,
se percibía en el ambiente. El “sabio” era mucho
sabio y estaba dispuesto a hacer algo grande, lo
intuía.

Y llegó. Lo que nadie esperaba, llegó: España se


proclamó campeona de Europa de Selecciones en
julio de 2008, a pesar de haberse clasificado para
el campeonato en la repesca por sus malos
resultados.
Pero Luis Aragonés siguió firme con sus ideas.
Apostó el talento, por jugadores que tocaran el
balón sin descanso hasta que apareciera el gol.
Revolucionó del medio del campo para arriba con
Senna, Xavi, Cesc, Iniesta, Silva y Villa o Torres.
Y funcionó.
El 22 de junio de 2008 consiguió clasificar a
España para las semifinales de la Eurocopa
(gracias al mejor acierto en la tanda de penaltis
ante Italia), rompiendo la maldición de no pasar de
cuartos que la Selección arrastraba desde 1984.
Esa clasificación permitió disputar la semifinal
contra Rusia a la que ganó y dominó con buen
fútbol, lo que le permitió el pase a la gran final
frente a
Alemania a la que también acabaría batiendo sin
darle opción y logrando así el título continental en
la inolvidable final del Prater de Viena. Durante
el campeonato se proclamó como mejor
seleccionador español en número de victorias,
superando a Javier Clemente.
Objetivo cumplido. Y Luis se fue al concluir
etorneo. Esta vez sí, a pesar que ya antes había
anunciado su salida en varias ocasiones quizás
motivado por una sonada polémica en la Selección
al no convocar a Raúl González para la Eurocopa
de 2008, pues fue la primera vez en 10 años que el
madridista, y capitán del equipo nacional, no
acudió a una gran cita con la Selección Española
de Fútbol. O quizás no se hizo el esfuerzo
necesario para que siguiera. Daba igual, la gloria
ya era suya.

Dejó el banquillo de la Selección al poco de


conseguir el título para marcharse al Fenenbahçe
SK de Turquía para las temporadas 2008-09 y
2009-10. Pero el combinado español ya no iba a
ser nunca más el mismo. Algo muy importante
había cambiado en el espíritu de ese equipo, y
para bien. No en vano impregnó de tal forma a ese
equipo que sería, en esencia, el que dos años
después se alzaría con el Campeonato del Mundo y
nuevamente, dos años
después otra vez con el Campeonato de Europa.
Esta Selección ya no iba a ser
nunca la misma. Le sucedería Vicente del Bosque
que a la postre llevaría a la Selección a ser
campeona del Mundo.

Aragonés consagró y devolvió a España a la élite


mundial, tal vez por eso siempre se le considerará
el padre de “la Roja” y de su estilo de juego. Con
él comenzó la Selección enderezó su rumbo y
tendría en adelante la mejor etapa del fútbol
español a nivel de Selección porque, más allá del
trabajo y la constancia, que lo hubo, él demostró
que se podía, y España dejó de ser una posibilidad
para convertirse en una realidad.

RECONOCIMIENTOS
A estas alturas, Luis Aragonés ya era todo un
veterano exitoso de esta “guerra”, y eso también le
sería reconocido. En enero de 2009, el que había
sido el técnico de mayor edad en ganar una Copa
de Europa de Naciones, es elegido mejor
seleccionador nacional del año 2008 por la IFFHS
(Federación Internacional de Historia y Estadística
del Fútbol) avalado por la FIFA, siendo el primer
español en obtener dicho galardón.

A pesar de ser poco amigo de la celebraciones, a


nadie le amarga un ducle, y Luis recibió en vida
otros
Foto: El País
reconocimientos que como era de esperar
agradeció y no rechazó: Trofeo Pichichi en la
temporada 1969-70; Premio Don Balón al mejor
entrenador de la Liga Española 1976-77; Medalla
de la Real Orden del Mérito Deportivo en 2001;
Premio Nacional del Deporte en 2009 y Premio
Principe de Asturias de los Deportes en 2010
(compartido con Vicente del Bosque y la
Selección Nacional).

Con el equipo turco no terminaría de cumplir su


contrato que rescinde en junio de 2009. Todavía en
2011 le ofrecerían la oportunidad de volver a
entrenar, en esta ocasión nuevamente al Mallorca,
pero declinó la oferta.
En diciembre de 2013 anuncia su retirada
definitiva de los terrenos de juego. "Me retira la
edad. Y no me ha costado mucho decidirme. Antes
de retirarme, cuando salí de Turquía, ya sabía que
iba a ser difícil seguir en esto. Y hoy sé que es
definitivo. Son muchas circunstancias. La edad,
dónde puedes entrenar, cómo puedes entrenar...
Son muchas cosas las que te llevan a decir, pues se
acabó, se terminó", dijo. Dos meses después, el 1
de febrero de 2014 fallecería en una clínica
madrileña víctima de una leucemia.

TODO UN CARÁCTER

Fue la suya una vida dedicada al fútbol, con un


sentimiento muy especial por los colores
rojiblancos del Atlético de Madrid. Pero este
hombre, que según él mismo se definía decía más
veces “vete a tomar por culo que buenos días”, no
le era indiferente a nadie.

Sagaz, concienzudo, carismático, con


personalidad......... y polémico. Muchas de sus
decisiones al igual que sus palabras, sobre todo de
los últimos tiempos, levantaron ampollas, pero a
él
Foto: El Economista
Foto: Marca

no le importó. Él tenía una meta, él tenía un


sistema.

Él era él, con sus defectos y sus virtudes, y al que


le gustase bien y al que no ahí se quedaba.
Auténtico. De hecho, manifestaría que “No me
hace daño la crítica. Me molesta el insulto “.

Era todo un carácter como lo acreditan sus


famosas frases repetidas hasta la saciedad en los
medios de comunicación
deportivos. Posiblemente, lo más sonado fuera su
famoso “affaire” con la no convocatoria de Raúl.
Al respecto, lo zanjó diciendo: “Tengo respeto
por uno de los mejores jugadores de España de
casi todos los tiempos, pero el tiempo pasa . Si le
llamo y piensa que le he llamado por presión
mediática se equivoca”. El “7” no volvió a
vestir la camiseta nunca más.
Cortarse no se cortaba, y decir, decía lo que quería
decir, como aquello de: “Los futbolistas son
como actores de cine, quieren que les
aplaudan “, “He tenido salidas de tono sobre
todo cuando tengo la razón “, o “Al linier hay
que llamarle por su nombre, yo me sé los
nombres de todos los linieres “.
Foto: Mundo Deportivo
No le bailó nunca el agua a nadie, ni siquiera a
figuras internacionales consagradas, o si no, que se
lo pregunten a jugadores como Schuster, Futre,
Romario o Eto'o, con todos ellos tuvo sus más y
sus menos porque Luis no consentía distracciones,
ni malos gestos ni mal comportamiento de ninguno
de sus jugadores.

Pero a veces sus palabras escocían hasta más allá


de nuestras fronteras como cuando, intentando en
un entrenamiento motivar a José Antonio Reyes, le
espetó mirándole provocadoramente a los
ojos: “Dígale de mi parte a ese negro que
usted es mejor que él”, refiriéndose a Thierry
Henry. Naturalmente, en algunos círculos, lo más
fino que le dijeron fue racista, aunque él matizaría
más tarde que su intención no era meterse con el
color de piel del jugador puesto que,
aseguró, “Yo he convivido con negros, a uno le
molesta más que le llamen de color que
negro. Eso se ha superado con facilidad “.
Y es que sobre el fútbol lo tenía claro: “Y ganar,
y ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y
ganar, y ganar, y eso es el fútbol, señores “, o
“Del subcampeón no se acuerda nadie. Hemos
venido aquí a ganar la copa de Europa ” (en
2008). Pues ahí estaba su filosofía.
Foto: Mundo Deportivo
Foto: Mundo Deportivo
Y a su Atleti ni tocarlo, faltaría más: “Si el
Atlético es el pupas, el resto, ¿qué son, el
costras?; “Eso que está usted pisando es el
escudo del Atlético de Madrid ” (a un cuarto
árbitro en el Vicente Calderó; o su famosa
arenga a los jugadores rojiblancos en el vestuario
antes de la final de la Copa del Rey de 1992 ante
el Real Madrid en el Bernabeu:“¿Lo han
entendido? ¿Sí? Pues esto no vale para nada. Lo
que vale es que sois mejores y que estoy hasta
los huevos de perder con estos , de perder en este
campo. Lo que vale es que sois el Atlético de
Madrid y hay 50.000 que van a morir por
vosotros. Hay que morir por ellos, hay que salir y
decir en el campo que sólo hay un campeón y va
de rojo y blanco”. El
Atlético de Madrid doblegó a su eterno rival.

También tuvo momentos especialmente tensos con


la prensa por defender sus ideas.
3

UN "SABIO" DE LEYENDA
EL MUNDO DEL FÚTBOL LE LLORA

Falleció a los 75 años de edad, pero ya nadie le


podía arrebatar una vida repleta de éxitos
deportivos, y alguna que otra polémica, pero ya
leyenda. Sin embargo, el último adiós lo quiso
pronunciar en silencio. No quiso que nadie,
excepto sus más allegados, supiesen de su
enfermedad. Y se fue en silencio, sin quejarse.
Según el doctor Guillén, su amigos de tanto años,
había tenido recaídas y había ingresado enn los
últimos dos meses previos a su muerte en varias
ocasiones debilitándose. Se fue tranquilo, dijo el
doctor, aunque “ha sufrido poco porque no ha sido
muy largo, pero ha sufrido. Sin embargo,
Foto: Atlético de Madrid
añadió que en sus últimos segundos de vida el
'Sabio de Hortaleza' miraba con una gran tristeza,
que no decía nada, pero se entendía todo. "Ha
fallecido como un campeón", diría su amigo
Guillén.

El Atlético de Madrid fue el primero en enviar por


las redes sociales su mensaje de condolencia, pero
numerosos jugadores, de la selección o no,
manifestaron su pésame en sus cuentas de Twitter.

Los reyes y los príncipes de Asturias han enviado


telegramas de pésame a la familia de Luis
Aragonés, en los que
Foto: El Economista
destacan su amplia trayectoria como entrenador y
seleccionador, así como su contribución al fútbol
español.

Su sucesor, Vicente del Bosque, lamentó también


el fallecimiento del que consideró que fue
"hombre clave" en la historia del deporte nacional.

El Atlético de Madrid decidió, como no era para


menos, homenajear al exentrenador y exjugador
del club ese domingo en su partido en el Calderón.
Fue una despedida emotiva, con los jugadores
portando brazaletes negros, guardándose un minuto
de silencio en su
Foto: El Mundo
memoria por parte de los dos equipos y el trío
arbitral más ocho minutos de propina (el número
que llevó Luis Aragonés en su camiseta como
jugador del Atleti) por parte del público y con sus
antiguos compañeros portando su imagen en una
gran pancarta.

Pero también se guardó silencio en otros terrenos


de juego y se disponen homenajes por parte de la
Selección Española en su memoria. Enseguida
también se anunciaron calles con su nombre y que
el nuevo estadio rojiblanco de la Peineta lleve el
nombre de Luis Aragonés.

Habían sido más de 50 años de Luis al servicio de


nuestro fútbol y para agradecérselo no faltaron ni
jugadores de ayer y ni de hoy, ni autoridades
políticas y deportivas ni por supuesto amigos y
público en general. Todos ellos coincidían en que
se despedían del técnico que había hecho historia
en el fútbol español.
El también dijo en alguno ocasión: “Me gusta
más de mote ‘Zapatones’ que ‘Sabio’, porque sólo
sé que no se nada ”, pues sea, hasta siempre
“Zapatones”.
4

PALMARÉS

Clubes

Como jugador

Club Getafe Deportivo — España — 1957-


1958
Real Madrid CF — España — 1958
Real Club Recreativo de Huelva — España
— 1958-1959
Hércules Club de Fútbol — España —
1959-1960
Úbeda Club de Fútbol — España — 1960-
1961
Real Oviedo — España — 1961
Real Betis Balompié — España — 1961-
1964
Club Atlético de Madrid — España —
1964-1974
Como entrenador
Club Atlético de Madrid — España —
1974-1980
Real Betis Balompié — España — 1981-
1982
Club Atlético de Madrid — España —
1982-1987
Fútbol Club Barcelona — España — 1987-
1988
Real Club Deportivo Espanyol — España
— 1990-1991
Club Atlético de Madrid — España —
1991-1993
Sevilla Fútbol Club — España — 1993-
1995
Valencia Club de Fútbol — España —
1995-1997
Real Betis Balompié — España — 1997-
1998
Real Oviedo — España — 1999-2000
Real Club Deportivo Mallorca — España
— 2000-2001
Club Atlético de Madrid — España —
2001-2003
Real Club Deportivo Mallorca — España
— 2003-2004
Selección de España — España — 2004-
2008
Fenerbahçe Spor Kulübü — Turquía —
2008-2009
Campeonatos nacionales
Como jugador

3 Ligas (Club Atlético de Madrid, 1966,


1970 y 1973)
2 Copas (Club Atlético de Madrid, 1965 y
1972)

Como entrenador

1 Liga (Club Atlético de Madrid, 1977)


4 Copas del Rey (tres con el Atlético de
Madrid, 1976, 1985 y 1992, y una con el
Barcelona, 1988)
1 Supercopa de España (Club Atlético de
Madrid, 1985)
1 Segunda División (Club Atlético de
Madrid, 2002)
Copas Internacionales
Como entrenador

1 Copa Intercontinental (Club Atlético de


Madrid, 1974)
1 Copa Ibérica (Club Atlético de Madrid,
1991)
1 Eurocopa (Selección Española, 2008)

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