Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EMELEC
72
Alfonso Harb Viteri
que, por su actuación, contribuía con su equipo a salir por la puerta del
triunfo.
Se crecía de manera especial en los clásicos; era tan aguerrido que, en dos
ocasiones, sufrió serias lesiones en su cabeza; y sin embargo, no abandonó
el campo; apenas, una venda para evitar un mayor sangrado y seguía
defendiendo el arco del equipo millonario.
Hace pocos años, una encuesta realizada por Diario El Universo, entre
un significativo número de hinchas azules, lo proclamó como el mejor
jugador de la historia azul, distinción muy merecida, para alguien que
supo vestir con honor, calidad, entrega y exclusividad esa casaquilla.
Ramón “candado” Maggereger, fue la
figura defensiva, en el título conseguido
el año 1965; no era espectacular, volaba
muy poco, contrastando con el brasileño
Helihno. Pero muy seguro; tampoco,
era alto, pero corpulento, poseía
temperamento ganador, generador de
un liderazgo desde el arco, y aquello,
imponía seguridad y orden; se ubicaba
bien, tenía una actuación estelar y las
“agarraba” todas; cubría muy bien los
ángulos y era ganador.
Fue mundialista con la selección de
Paraguay en el año 1958. Todo un ícono
de la época en el equipo millonario.
Ramón Maggereger
Javier Baldriz fue el arquero en el
campeonato del año 1988. Recomendado por Eduardo García, de buena
talla, sin ser del todo alto, otorgaba seguridad y oficio.
Su mejor momento en esa temporada fue en el último clásico de la liguilla
en el Estadio Monumental, cuando, sobre la hora, le atajó un penal a
Tonihno Vieira; con lo que, el partido terminó igualado a un gol, originando
ese resultado el paso de EMELEC a la Copa Libertadores y la exclusión de
los toreros ,en ese evento.
Luego, en la final, contra Deportivo Quito tuvo una destacada actuación.
Permaneció en el club hasta el año 1990. Lo reemplazó un guardameta
argentino, que venía precedido de grandes ribetes, de la escuela de
73
Pasión por el fútbol
74
Alfonso Harb Viteri
75
Pasión por el fútbol
76
Alfonso Harb Viteri
77
Pasión por el fútbol
78
Alfonso Harb Viteri
79
Pasión por el fútbol
equipo en el año
1965, aplomado
y solvente en
el corte del
juego, llegaba
oportuno al
cierre e incluso
arriesgaba su
físico.
Siempre fue
muy vivo y ágil,
al comienzo era
muy decidido y
Jefferson Camacho y Jorge Valdéz (primero y quinto de
izquierda a derecha en la fila superior), fueron excelentes
hasta temerario,
defensas en la década del 70. sin temer al
puño o al juego
brusco; con el pasar de los años, se fue aplomando en el puesto. Integró la
Selección del año 1966, que enfrentó a Paraguay en el sudamericano.
Felipe Landázuri, un lateral derecho de poco peso y muy veloz, anticipaba
muy bien, lo que le evitaba ir al choque, donde llevaba desventaja, jugaba
80
Alfonso Harb Viteri
81
Pasión por el fútbol
82
Alfonso Harb Viteri
83
Pasión por el fútbol
84
Alfonso Harb Viteri
85
Pasión por el fútbol
86
Alfonso Harb Viteri
Jorge Bolaños
Galo Pulido, era un armador que gustaba del fútbol fácil, bien jugado;
tocaba de primera, sin tardanza, imperando el estilo técnico; poseía un
electrizante juego de cuerpo, con una maravillosa finta que muchas veces
dejaba “pagando” a quien lo marcaba.
Su principal problema era la falta de físico, no tenía potencia, para
arremeter ni para hacer cambios de frente o pases largos, siendo su
principal característica, el pase cortito; fue campeón en el año 1965.
Sin duda, el más emblemático de los medio campistas de ataque, que
ha tenido EMELEC, se llama Jorge Washington Bolaños Carrasco;
87
Pasión por el fútbol
88
Alfonso Harb Viteri
89
Pasión por el fútbol
90
Alfonso Harb Viteri
91
Pasión por el fútbol
92
Alfonso Harb Viteri
93
Pasión por el fútbol
94
Alfonso Harb Viteri
95
Pasión por el fútbol
96
Alfonso Harb Viteri
97
Pasión por el fútbol
Para esa época, los azules mostraban a Walter Ayoví Corozo, cosechado
de la escuela de Rocafuerte. Este jugador, tenía todo para ser un fuera de
lote: habilidad, inteligencia, disparo con las dos piernas; no logró llegar
a los niveles esperados, pero fue clave para aquel bicampeonato, jugando
de volante o lateral izquierdo.
En los últimos años, EMELEC incorporó a un par de colombianos, de
buena campaña con los azules: Martín Zapata, en el 2000 y Guillermo
Rivera, en el 2006. Este último fue uno de los pilares para la obtención del
subtítulo de esa temporada.
Al elegir el mejor medio campo azul, de todos los tiempos, tenemos
que hacer una preselección de jugadores nacionales y extranjeros: Entre
los primeros, debe considerarse a Carlos “trompudo” Pineda, Kléber
Fajardo, Moisés Candelario, Carlos Torres Garcés y Jorge Bolaños.
Entre los extranjeros: “cachito” Magri, “pepo” Morales, Pedro Prospitti,
Luis Lamberck, Ernesto Alvarez. Sin embargo, en la elección final, a
mi criterio, el medio campo de todos los tiempos lo conforman: Carlos
Pineda, Torres Garcés y Jorge Bolaños.
En la delantera, los eléctricos cuentan con un portaestandarte del gol, que
simboliza la eficacia ante el arco rival. Lo que es Chuchuca para Barcelona,
representa Carlos Alberto Raffo
para EMELEC. “El flaco del gol”; un
argentino, nacido en Buenos Aires,
el 10 de abril de 1926, surgido de los
potreros de Villa Urquiza, llega a las
inferiores de Platense, para emigrar a
nuestro país en 1952.
En Ecuador, se enroló en el
Argentina, que posteriormente, se
llamaría Deportivo Quito. Dos años
después, fue “raptado” por dirigentes
de EMELEC, encabezados por
el entonces Ministro de Defensa
del Ecuador, don Enrique Ponce
Luque, donde se convirtió en el gran
referente del “ballet azul”; con sus
132 goles en casi once años, para
Carlos Alberto Raffo
98
Alfonso Harb Viteri
quedarse siempre, no
solo en Guayaquil, sino
en el corazón de todos los
emelecistas.
Desde 1954, se convirtió
en el grito de gol azul,
tanto en los campeonatos
locales de 1956 a 1960,
anotando en 1959, la
cantidad de 21 goles,
como en los primeros
Carlos Raffo y toda su estampa goleadora. títulos nacionales de 1957
y 1961. Fue el piloto de ataque de esa maravillosa delantera, denominada
“Los Reyes magos”, constituída por Balseca, Raffo, Raymondi, Bolaños
y Ortega.
A pesar de no haber podido nacionalizarse, sino hasta hace pocos años,
jugó con la camiseta de Ecuador, gracias a ciertos trámites que según él,
los hizo el propio Presidente Velasco Ibarra.
Así, nos representó en los
sudamericanos de 1959 como de
1963 y las eliminatorias de 1961.
En esta última, anotó goles a su
país natal, mientras que, en la
Copa América de 1963, en Bolivia,
se consagró máximo goleador del
torneo. Así de importante, fue
Raffo, no solo para su equipo, sino
también, para el país.
Seis años antes de la incorporación Enrique Raymondi
del “flaco” Raffo al club, los hinchas
azules gritaban los goles de otro argentino, Atilio Tettamanti, un peligroso
ariete, que tenía el arco entre ceja y ceja, formando líneas de ataque, con el
manabita Júpiter Miranda, Victor Lindor y su compatriota Pizauri.
A mediados de la década del cincuenta, llega al balompié ecuatoriano un
excelente jugador argentino, proveniente de la escuela de Independiente
de Avellaneda, llamado Jorge “pibe” Larraz.
99
Pasión por el fútbol
100
Alfonso Harb Viteri
101
Pasión por el fútbol
102
Alfonso Harb Viteri
quien había pasado por Deportivo Cuenca; realmente, ninguno de los dos,
hizo historia en el cuadro eléctrico.
Otra gran figura del Independiente de Argentina: Óscar Pianetti; delantero
fuerte, hombre de área, se convirtió en la amenaza ofensiva para defensas
rivales en 1975; un año donde EMELEC pasó por muchos altibajos,
incluso con serios riesgos de perder la categoría.
En 1976, se incorpora un gran delantero uruguayo, Américo Paredes,
quien había actuado en Rampla, Bellavista, Fénix y en el famoso Cosmos
de Nueva York; alternando con Pelé. Paredes, había anotado en ese equipo,
26 goles, razón por la cual, el periodismo y la hinchada, lo identificaban
como “Cosmos” Paredes.
No tenía una gran talla; bigotes a lo Caszely, pero, era el típico cazador en
el área. Se convirtió en el grito de gol azul, durante dos temporadas.
Detrás de él, se formaba un corpulento jugador, Lupo Quiñónez, al tiempo
que una cruel lesión marginaba al “chino” Guime de la raya izquierda.
Había que buscarle un sustituto y no pudieron acertar mejor. Se incorpora
a EMELEC, el puntero argentino Carlos Horacio Miori, un frentón que
le daba a su cabeza un aspecto de bombillo. Comenzó muy mal, parecía
que iba a ser uno de los tantos paquetes que siempre vienen. Un buen día,
la dirigencia tomó la decisión de darle dos partidos más, como última
oportunidad y desde ahí se convirtió en el
“bombillo eléctrico”, que electrocutaba
a las defensas rivales.
A mi gusto, fue el mejor puntero
izquierdo, que vi en el fútbol ecuatoriano.
Tenía todo; era valiente y no se intimidó
jamás, ni siquiera a la recia marca de
Peláez en los clásicos, muy rápido,
desbordador, ganaba la raya de fondo y
poseía la facilidad de levantar centros
pasados al andar.
Miori, poseía un muy buen remate de
larga y corta distancia, buen cobrador
de tiros libres y penales. Muy buen
cabeceador, vivo, goleador; al punto de
ser el máximo anotador del torneo de Carlos Horacio Miori
103
Pasión por el fútbol
104
Alfonso Harb Viteri
105
Pasión por el fútbol
106
Alfonso Harb Viteri
107
Pasión por el fútbol
108
Alfonso Harb Viteri
109
Pasión por el fútbol
110
Alfonso Harb Viteri
delante de Leonardo
Escobar, Kaviedes, me
dijo que tenía tres grandes
metas: romper esa marca
de Liciardi, ser el primer
ecuatoriano en jugar en
un equipo de primera
división de Europa y
anotar el gol que nos lleve
al primer mundial.
Desde ese día, pasaron
Otilino Tenorio
apenas 3 años y unos
cuantos meses para cumplir, al pie de la letra esos sueños, que hasta ese
entonces, parecían imposibles. En ese mismo año 1998, logró 42 goles y
se convirtió en el goleador histórico del fútbol ecuatoriano; poco menos
de un año después, debutaba en la primera división de la liga italiana con
la camiseta del Peruggia, anotando goles a la Juventus y Milan.
Algo más de tres años, marcaba a Uruguay el gol que nos clasificaba a la
copa del mundo del 2002. Desde ahí, ha jugado dos mundiales; marcando
un gol en los mismos; ha participado en varios equipos del país y del
exterior, incluido el fútbol español e inglés, pero, así como pudo conseguir
esos tres objetivos muy difíciles para los demás; no ha logrado obtener las
otras dos cosas, que muchos si lo han hecho: culminar una temporada con
su equipo y quedar campeón.
En 1998, aparece como una ráfaga, de las calles y potreros del suburbio
guayaquileño, el gran Otilino Tenorio. Desde sus inicios, se mostró
como un mortero;
rápido, fuerte, poco
fino para la definición,
pero, a medida que iba
cogiendo experiencia,
fue convirtiéndose en
un gran goleador. En
el 2001, por problemas
disciplinarios, Omar
Quintana, lo despachó
al Santa Rita de Vinces,
111
Pasión por el fútbol
112
Alfonso Harb Viteri
113
Pasión por el fútbol
114