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Las tres partes del sermón deben mantener una simetría equilibrada. Se recomienda el esquema 20, 60, 20.
El sermón es como una flecha que tiene que dar en el blanco preciso. Para ello, la flecha tiene que tener el
equilibrio perfecto. El peso debe ser repartido equitativamente para que la flecha dé en el blanco deseado.
1. 6 minutos a la introducción,
2. 18 minutos al cuerpo y
3. 6 minutos a la conclusión.
LA INTRODUCCIÓN
3. Hay introducciones que giran alrededor de una anécdota o una buena ilustración. Esto es bueno, siempre y
cuando:
La introducción es lo primero que se predica pero no es lo primero que se hace al hacer un bosquejo de sermón,
sino lo último. Lo primero que se hace es elegir el texto bíblico, lo segundo es dividirlo en las partes del cuerpo
con la ayuda de la proposición y la palabra clave.
Por lo tanto, antes de hacer la introducción, primero se debe tener escrito el tema, y cuando esté terminado,
recién ahora se debe hacer la introducción.
Es lógico que se haga al último la introducción porque es imposible hacerla primero si todavía no se sabe sobre
qué se va introducir. Pero cuando se predica, por supuesto que es la introducción lo primero que se presenta.
a) El Título
c) La proposición
d) La palabra clave
b. Por ejemplo, si va hablar del "hijo pródigo" puede ponerle el título de "El beso de Dios".
a. Es bueno resaltar el título, o decirlo al comenzar el sermón, pero si no encontró un buen nombre para el
título, no está obligado a anunciarlo.
1. Títulos largos. Alguna veces son tan largos que ya no dan lugar al suspenso o al interés, como los siguientes
títulos:
c. "El cristiano tiene que seguir luchando y luchando para estar con Cristo en la eternidad".
2. Titular la historia bíblica pero no el tema, asunto que no tiene ninguna relevancia para los oyentes. Por
ejemplo si el tema sale de San Juan 4 y usted lo titula:
a. "El encuentro de la mujer samaritana con Jesús", el público puede decir: "Qué me interesa a mí, eso ya
pasó, y yo tengo otros problemas".
b. Pero es muy positivo si usted lo titula: "Cómo Jesús puede marcar la diferencia" o "El día más grande de
tu vida" Entonces el público se interesa porque todos quieren ser diferentes o quieren experimentar algo
maravilloso.
El texto bíblico clave es aquella porción bíblica de donde se ha extraído el tema, o es el pasaje bíblico que más
se identifica con el tema.
El texto bíblico debe estar citado en la parte inmediata inferior del título. Debe ser leído en lo mejor de los casos
al principio, inmediatamente después de los saludos.
Los oyentes deben ser invitados a buscar el pasaje también en su Biblias. El título del tema puede anunciarse
antes o después del pasaje leído, o puede ser omitido si se lo prefiere.
Texto: Juan 3: 16
La proposición
La proposición es la parte básica de la estructura de un sermón. Es el corazón del sermón. Es la propuesta clave
para dar unidad de pensamiento y fortaleza a todas las partes del sermón.
¿Qué es la proposición?
Por lo tanto, la proposición constituye la parte más importante de la elaboración del sermón. Promueve la
estabilidad y la unidad del tema. La formulación de la proposición no es fácil, se requiere mucha reflexión,
cuidadosa expresión y un sentido amplio del contenido del sermón.
Se puede predicar sin una proposición y, lo que es peor, la mayoría de los sermones que llegan envasados no
tienen proposición; pero, por consecuencia, son débiles y no dan en el blanco aunque estén llenos de
argumentos.
Para ayudar a hacer proposiciones bien formuladas existen normas o criterios por las cuales se pueden hacer
propuestas claras, concisas y atrayentes como la utilización de:
2. La palabra clave
a. La palabra clave es aquella palabra que se encuentra en la proposición y es la que ayuda a dividir el
cuerpo del sermón.
c. La palabra clave es una herramienta homilética de mayor valor práctico para caminar dentro del sermón.
d. Con la palabra clave cada división se relaciona con la otra, de tal manera que da progresión lógica al
mensaje.
"En esta oportunidad vamos a ver los remedios bíblicos para una conciencia culpable".
"Con el presente tema nos propones mostrar que la cruz tiene un mensaje para todos los seres humanos,
sean creyentes o incrédulos".
"En esta ocasión nos proponemos analizar los aspectos de la seguridad humana basados en la pregunta
del aquel carcelero: '¿qué debo hacer para ser salvo?".
"La experiencia en Cades Barnea nos invita a meditar sobre los efectos desastrosos de la incredulidad".
"Basados en la experiencia de Lot, meditemos sobre el terrible precio que se debe pagar por seguir a este
mundo".
"Veamos tres razones por las cuales el pueblo de Dios debe ser un pueblo fiel al Señor".
"En esta oportunidad, basados en 2 Pedro 3: 18, vamos a ver los requisitos para cumplir el sueño de Dios
para nuestras vidas".
3. La oración de transición.
b. Por ello, algunos sermones tienen la oración de transición, y como notarán está inmediatamente al lado de
proposición.
EL CUERPO
El cuerpo o las divisiones principales deben ser respuestas a la proposición. Por ejemplo, a la proposición "tres
razones por la cual debemos aceptar el amor de Dios", las divisiones podrían ser:
Tres razones:
Aplicar el principio del paralelismo. Las divisiones principales deben tener formas paralelas.
Debe tener buena coordinación en la coherencia y fluidez, para así formar una unidad lógica
Una vez que se tiene con claridad las divisiones principales, se procede a desarrollar las subdivisión o las
divisiones secundarias.
Al contrario de las divisiones principales, las divisiones secundarias no deben ser anunciadas o se creará una
confusión en la mente de la congregación.
Cómo subdividir
Interrogación,
Exposición,
Argumentación,
Ampliación,
Ilustración,
Exhortación o
Conversación imaginaria, etc.
A. Dios es real
a) Fue Dios.
b) No fue el azar.
a) La nada no existe.
1) La incredulidad es locura
B. Dios es Amor.
Al escribir un tema se debe hacer en forma de bosquejo, con oraciones cortas y con subdivisiones. No se debe
escribir todo lo que se va ha predicar, sino las ideas, los títulos, palabras y otros ganchos para ayudar a la
memoria.
LA CONCLUSIÓN
2. El llamado: La apelación
La recapitulación
El propósito de la recapitulación es fijar en la mente y en el corazón del oyente las verdades del sermón. Se
debe hacer mención de la propuesta y de las divisiones principales, remarcando en el oyente el compromiso que
tiene con dicha verdad.
La apelación
Es la aplicación de las verdades al caso particular de cada oyente. Es mover la voluntad hacia una decisión
mediante un llamado o invitación.
La apelación incluye la persuasión y la exhortación. Es la principal parte del sermón, ya que mediante la
apelación el mensaje llega al oyente. Si no se hace una aplicación de esa verdad es como recetar y no comprar la
medicina, o comprar la medicina y no tomarla.
"Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres..." (2Cor. 5:11)
Móviles de persuasión
Móviles de Felicidad
Móviles de Seguridad
Móviles de paz
Móviles de salud
Móviles de libertad
Hay que apelar a la mente (razón) y a los sentimientos o emociones (al corazón), porque de ello está compuesto
el ser humano.
El propósito específico
Antes de empezar a predicar, se debe preguntar qué se quiere lograr con el mensaje, qué se desea que los
oyentes hagan, qué quiere Dios que ellos acepten. La conclusión debe llevar al oyente al propósito específico.
El propósito debe ser uno sólo. Recuerde que el sermón es como una flecha. La flecha tiene una sola punta y
mientras más fila ésta sea, más penetrará. Así también el sermón, mientras más definido sea el propósito del
sermón, más profundamente se clavará en el corazón humano.
LA ILUSTRACIÓN
Etimológicamente ilustrar es arrojar luz o lustre sobre un asunto. Por lo tanto la ilustración debe aclarar y
embellecer un discurso.
Cristo usó ampliamente las ilustraciones para dejar impresiones imborrables en las mentes de aquellas personas
a las cuales él quería salvar.
El uso principal de una ilustración es ejemplificar, explicar, probar, impresionar antes de una apelación.
Fuentes de Ilustraciones
1. La observación en la naturaleza,
2. Experiencias de la vida humana personal y de otros,
3. Invenciones o ciencia,
4. historia,
5. literatura o arte,
6. objetos,
7. Relatos de la Biblia, etc.
No use todas las ilustraciones sino las que sean apropiadas al tema y al punto. Que no sean largas, ni
inverosímiles o fantasiosas, que causen irreverencia.
CLASES DE SERMONES
1. Por su propósito:
a) Evangelizadores
b) Doctrinales
c) Devocionales
d) De aliento y fortaleza
e) Ético Morales
f) De consagración
2. Por su estructura:
La argumentación se usará en la predicación en forma coherente y consistente; y no como ataque a los errores
de la gente.
“Es importante que al defender las doctrinas que consideramos artículos de fe, no nos permitamos
nunca emplear argumentos que no son del todo consistentes. Estos pueden servir para silenciar a un
opositor pero no harán la verdad. Debemos presentar argumentos sólidos que no solamente silenciaran
a nuestros opositores sino que soportarán las investigaciones más completas y profundas”. (Ev, 121)
No es suficiente decir a la gente que guarde la ley, hay que mostrarles que esa ley está todavía en
vigencia.
2. La Palabra de Dios fue preparada para presentar la verdad y no para combatir los errores de la gente.
“ La mejor manera de tratar con el error es presentar la verdad, y dejar que las ideas extravagantes
mueran por falta de mención” (Ev, 121).
“No es el mejor método ser muy explícito y decir acerca de un punto todo lo que se puede decir, cuando
unos pocos argumentos cubrirían el terreno, y bastarían para todos los propósitos prácticos, para
convencer o callar a los oponentes”(Ev, 318).
3. La argumentación sirve para probar algo. No presente lo que no se puede probar, o lo que no va ha poder
probar correctamente.