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Los otros habitantes de la ciudad: una diminuta rana

cantante
José Luis Aguilar López y Eduardo Pineda  

Los centros urbanos, en términos


ecológicos, representan sitios generalmente con condiciones hostiles para la
mayoría de la flora y la fauna nativa, dada la notable transformación del ambiente
original. Si bien muchas especies se ven relegadas a vivir, o sobrevivir en
aquellos espacios donde existen condiciones ambientales que en algo se
asemejan al hábitat original, muchas otras desaparecen y muy pocas se habitúan
favorablemente al cambio.

Entre los animales vertebrados, las aves son el grupo menos afectado por la
modificación del hábitat original, mientras que los anfibios (ranas, sapos,
salamandras y cecilias) parecen ser el grupo más vulnerable. Sin embargo, entre
los mismos anfibios la respuesta a la urbanización es muy variable.

La mayoría de las especies de anfibios tiende a desaparecer o el tamaño de sus


poblacionales disminuye considerablemente en ambientes muy transformados; sin
embargo, existen algunas especies que se ven benefician por estos cambios
ambientales tan extremos, veamos por ejemplo el caso de un anfibio que habita
en Xalapa y sus alrededores. Se trata de una pequeña ranita, conocida
comúnmente como rana chirriadora mexicana y que lleva por nombre
científico Eleutherodactylus cystignathoides . El tamaño de este animalillo no pasa
de los 26 mm de longitud, desde la punta de su hocico hasta su cloaca (cavidad
corporal donde confluyen el aparato urinario y el reproductor) y apenas alcanza
los 2 g de peso. Se puede decir que cabe fácilmente en la punta de un dedo. Los
ejemplares de esta especie tienen grandes ojos, una figura esbelta y frágil y su
coloración es poco vistosa, con pequeñas manchas de color café o verde. No
obstante su apariencia, su presencia en un ambiente tan modificado como la
ciudad sugiere que no es una rana tan frágil, es capaz de habitar en terrenos
baldíos, patios, parques, jardines e inclusive en cementerios.

Pero entonces, ¿Por qué esta rana puede habitar en ambientes urbanos?

 
¿Un asunto de familia?
La ranita chirriadora  pertenece a un grupo de especies que también son capaces
de vivir en la ciudad, con una forma corporal, tamaño y hábitos similares, como
es el caso de Eleutherodactylus nitidus , la cual habita en la ciudad de Puebla, o
el de Eleutherodactylus grandis , capaz de vivir en la zona del pedregal en la
ciudad de México. En el ambiente de forma natural, la rana chirriadora no solo
habita en Xalapa y sus alrededores, de hecho, se le puede encontrar
naturalmente en varias localidades desde el estado de Texas, en los Estados
Unidos, hasta la porción central de Veracruz. Esto sugiere que la especie es
capaz de sobrevivir y explotar una amplia variedad de ambientes, teniendo cierta
tolerancia a temperaturas altas y a concentraciones de humedad más bajas que
otras especies, dos de los parámetros ambientales más importantes que
determinan o condicionan la supervivencia de los anfibios.

Una característica que representa una ventaja para esta rana es la capacidad de
ocupar espaciosmuy pequeños, como resquicios debajo o entre rocas, orificios en
paredes o en el suelo. Esta condición esta explicada, por un lado, por su
morfología, como lo reducido de su tamaño y la forma alargada y esbelta de su
cuerpo, y por otro lado, por su conducta, es decir, la mezcla de sus hábitos
arborícolas y terrestres.

Con charquito o sin charquito hay ranita

Otra posible ventaja de esta ranita para ocupar ambientes muy transformados es
su modo reproductivo, el cual se conoce como desarrollo directo. Esto se refiere
a que ha desaparecido la fase de renacuajo, las crías se desarrollan dentro de
los huevos depositados por la hembra y finalmente eclosiona con una apariencia
muy parecida a la de un adulto, pero de un tamaño diminuto. La ventaja de esta
estrategia reproductiva reside en que no necesitan de un cuerpo de agua para
reproducirse o cumplir su ciclo de vida, como sí lo necesita todas aquellas
especies de ranas, sapos y algunas salamandras que pasa por una fase como
renacuajos o ajolotes.

 
Cantando se entienden las ranas

A los sonidos emitidos por los anfibios se les conoce como cantos, de hecho,
entre los anfibios el canto es una habilidad exclusiva de los anuros (ranas y
sapos) y existe una variedad impresionante de tipos, casi tantos como especies
en el planeta. La variación en el canto puede ser en la intensidad del sonido,
existen cantos muy fuertes, audibles a varias decenas de metros de distancia,
mientras otros son muy tenues, apenas percibidos a unos pocos metros de donde
son emitidos. También varía la complejidad, existen cantos muy elaborados, con
varios tonos, mientras otros son muy simples. Se puede decir que el canto de la
rana chirriadora mexicana es bastante simple, casi unitonal, descrito como un
“beep” a manera de silbido. El canto en los anuros tiene relación con algunas
actividades importantes como la reproducción, por ejemplo, puede ser el principal
medio que tienen las hembras para ubicar a los machos, ayuda a las hembras a
estimar la condición de salud del macho, lo cual les permite decidir si es la mejor
opción, y también sirve para alejar a otros machos, recordemos que durante el
periodo reproductivo la competencia por la mejor pareja es fuerte.

 
Puesto que los ambientes citadinos son mucho más ruidosos que los ambientes
originales, es posible que la eficiencia del canto como medio de comunicación se
vea afectada o limitada, de hecho, algunos estudios han encontrado que las
ranas hacen el esfuerzo de cantar a tonos e intensidades mayores con el fin de
garantizar la comunicación. Sin embargo, la afectación del ruido citadino puede
variar dependiendo de la especie. En el caso de nuestra pequeña ranita la
limitación podría ser menos severa que en otras especies debido a la sencillez de
su canto y a una particularidad de esta especie: las hembras también cantan.
Esta peculiaridad podría representar una ventaja al asegurar la comunicación en
diferentes sentidos, tanto entre machos y hembras como entre individuos del
mismo sexo. Este fenómeno es bastante raro dentro de los anuros o por lo menos
poco conocido, pues sólo se ha registrado en poco más de 20 casos de entre las
6,200 especies de anuros descritas hasta el momento.

De ahora en adelante, cuando te encuentres en los diferentes espacios citadinos,


especialmente en alguna de las áreas verdes de la ciudad y durante la época
lluviosa, presta mucha atención, quizá puedas advertir el canto de la diminuta
rana chirriadora, una habitante más de nuestra ciudad.

 
Fotografías

Figura 1: Rana chirriadora mexicana ( Eleutherodactylus cystignathoides ),


cantando desde la hoja de un árbol, a 2 m de altura.

Figura 2: Tamaño relativo de la rana chirriadora mexicana.

Figura 3: Vista panorámica de una parte de la ciudad de Xalapa y espacios


verdes donde habita la rana chirriadora mexicana.

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