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1. Introducción
El desarrollo pos embrionario de cualquier especie vegetal implica que durante
su ciclo de vida, en algún momento comenzaran a diferenciarse órganos reproductivos.
Primero ocurre una fase esporofitica o juvenil y posteriormente una fase gametofitica o
reproductiva. La diferenciación del gineceo y el androceo permitirán la formación de
gametos que luego de su fecundación formaran el embrión dentro de la semilla. De esta
manera, se cierra el ciclo de vida y se asegura la descendencia. Una planta en flor ha
diferenciado los cuatro verticilos florales, sépalos, pétalos, estambres y carpelos. Sin
embargo, este es un proceso complejo, que tiene varios escalones genéticos y
condiciones fisiológicas, previos a la observación visual de la flor. Barnier (1981) la
define como un “proceso multiestado compuesto por una secuencia de eventos
temporalmente y espacialmente ordenados”.
Dentro del ciclo de vida (Figura 1), cada especie presenta una fase de desarrollo
vegetativo, fase durante la cual solo se diferencian estructuras vegetativas, es decir
hojas, tallos, raíces y yemas, e independientemente de las condiciones ambientales
presentes, el individuo no podrá diferenciar flores. Esta se define como fase juvenil. Otra
forma de definir esta etapa es: una fase durante la cual los meristemos caulinares no se
encuentran competentes para expresar el programa reproductivo, sus meristemas son
juveniles. El pasaje de la fase juvenil a la fase reproductiva requiere de una etapa que
llamamos transición floral, periodo en el cual los meristemos de la planta en respuesta
a cambios del ambiente y señales fisiológicas internas adquieren la competencia para
diferenciar flores. Debe atenderse la diferencia muy grande que hay entre las especies
en tiempo calendario para que ocurra el cambio de fase. Hay especies que cumplen su
fase juvenil en la etapa de embrión dentro de la semilla mientras otras especies pueden
necesitar más de 30 años de crecimiento vegetativo para alcanzar una fase adulta y
diferenciar flores.
4. Concepto de Florigen
Florigen es una señal endógena sistémica de las plantas para inducir floración,
con un impacto clave en el ciclo de vida de las especies y por lo tanto de fuerte interés
en los objetivos del mejoramiento genético de los cultivos. Los primeros estudios de la
regulación fotoperiodica de la floración al inicio del siglo pasado dieron lugar al concepto
de florigen. Se probó con técnicas muy simples de injertación de hojas (Figura 6), que
existía un compuesto que se sintetizaba en la hojas en respuesta a la señal ambiental
inductiva, que se translocaba hacia el ápice y solo así ese meristema florecía. En
principio, se pensó que alguna de las hormonas realizaba esa función, sin embargo, no
se encontraba el grupo hormonal que en forma conservada poseyera el mismo efecto
en todas las especies vegetales. En la actualidad se conoce una proteína codificada
por el gen FLOWERING LOCUS T (FT), que se sintetiza en la hoja y se traslada vía
floema hacia el vértice del brote. La característica sobresaliente de esta pequeña
proteína globular es que está altamente conservada entre las angiospermas.
Figura 6: Concepto de Florigen, Chailakian 1936.
La expresión del FT es inducido por el factor de transcripción CONSTANS (CO)
que está regulado por el reloj circadiano y las señales de los fitocromos, en respuesta a
las variaciones fotoperiódicas. Factores ambientales distintos del fotoperíodo también
modulan la expresión de FT, como el frio. En el meristemo, FT se une al factor de
transcripción FD para formar un complejo que regula los genes de identidad del
meristema, lo que resulta en la inducción de la floración. Los genes de identidad
meristem inducidos por el complejo FT-FD, que incluyen APETALA 1 (AP1) y LEAFY
(LFY), reprograman los primordios para producir órganos reproductivos en lugar de
vegetativos (Figura 7 y 9).
Las plantas han desarrollado una red de interacciones que controlan la expresión
de FT en respuesta a diversas señales ambientales, lo que lo transforma en un
cronometro estacional. De hecho existe evidencia que la expresión del FT no solo regula
la floración sino también el ciclo anual de especies leñosas policárpicas mediante su
regulación de la dormición de yemas durante el invierno en especies de hoja caduca.
Adicionalmente, a nivel de meristetma apical, actuando sobre los genes de identidad del
meristema floral modula procesos como filotaxia y ramificación, participando en la
arquitectura de la planta. Los efectos pleitrópicos de esta proteína explican su ubicuidad
en las especies vegetales y por lo tanto el interés de la investigación.
Figura 7: Florigen, Proteina FT. Philip A. Wigge, 2011 Current Biology.