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Capiruto IT ORIGEN Y DESARROLLO DEL DERECHO COMPARADO EI Derecho comparado, en el sentido en que nosotros em- pleamos tal expresion, es sencillamente modemo, aunque se hayan realizado muchos esfuerzos para investigar sus orige- nes en la niebla del pasado. Se ha hecho la suposicién ~pues- fo que no pasa de una mera hipotesis— de que el método comparativo en el estudio del Derecho deriva del espiritu de curiosidad hacia el Derecho extranjero que animaba ya a los juristas dela antigiiedad!, Pero aunque los resultados de tal investigacion puedan interesar alos historiadores del Derecho, no resuelven el pro- blema de la naturaleza y funciones del Derecho comparado en nuestros dias. Nuesiro conocimiento de los medios por Jos cuales en los paises primitivos y en una fecha remota las leyes de un sistema Ilegaban al conocimiento de los juristas 1 Le droit comparé est une discipline qui a des parchemins: Come, La complerité des sources du droit comparé, €Reeweil Lambert, vo. I, 1.358. La historia de los origenes de! Derecho comparado se trac {a detalladamente en las obras de los autores siguientes: Posiock, History of Comparative Lae, «Journal of Comparative Law (N. 8), vol, V (1903), p. 74; Vicon, A Panorams ofthe world’s legal systems; cs, Fstry of comparative iw, «Hlarvand L, R.», vol. XLV, p. 1027; Laver, La fonction dc drt coil compar; Sausex-Ha, Fonction et méthode du doit cmparé Sasexra, ntroducione ait studio del dit comparate; véanse, asimismo, Keven, en la vor: Rechiscergleichung, encel RecisvergleichendesHiandusrterbuci, vol. VI, p. 20, y numero 805 articulos en el «Recueil Lamberts 25 Hasoup Cooke Gurrernce de otros, sera siempre deficiente. La aureola de prestigi6 que rodeaba al Derecho romano predisponia poco al estudio de Jos Derechos extranjeros e incluso los elementos mas impor- tantes del jus genfiura eran esencialmente romanos y no eran resultado de procedimiento comparativo alguno con el Dere- cho extranjero”. En la Edad Media, cuando fue necesario recu- rir a las leyes extranjeras, el Derecho romano —plenamente desarrollado— constituyé un instrumento de primer orden. ‘Todas las lagunas existentes pudieron ser salvadas con el De- echo romano y el factor dominante en el desenvolvimien- to del Derecho medieval fue “la omnimoda corriente de in- fluencia romanistica que emanaba de las escuelas de Derecho italianas”?, En el periodo del primitivo postrenacimiento, la influencia del humanismo-despert6 un deseo de investigar Jos Derechos de otros sistemas, pero, el apego exclusivo de los juristas del Continente a la tradicién del Derecho roma- no, fue hostil a cualquier intento de estudio comparativ Inglaterra, con su sistema del common law, ofrecia un terreno mas prometedor para el comparatista y es en este pais donde encontramos Jos primeros sintomas de un interés por los De- rechos extranjeros, pero ef recelo de los juristas ingleses, pre- ‘ocupados por toda usurpacién del common law por parte de Jos romanistas y de los canonisias, creo una atmésfera en la que no podtrian esperarse muchos avances para la investiga ion comparativa. No es hasta una fecha mas tardia cuando va ganando adeptos la creencia de que los estudios del Dere- cho comparado tienen una funcién a desempefiar dentro de Buckzand y Me. Nas, Romar law au common tam, pina 18-19. 3. Hazetnee, The Renaissance and the laws of Europe, en «Cambridge “Legal Essays», p. 139. La Collatio Mosaioranm et Romanarunt legs, ‘obra del siglo cuarto que contiene comparaciones interesantes entre Jos Derecho romano y judaico, es quiza la primera investigacion ‘comparatista, en el sentido modemo de la palabra. Véase Vourenea, CCollatio et Mosaicarum et Romanarurn legem; Hos, obra citada, 4 Hazes, loc. cit 26 EL eRecio coMParADo la organizacion general de la Ciencia del Derecho. Lieens1z, en 1667, proyecto un panotama completo de los Derechos del mundo civilizado, pero este plan no Hleg6 a concretarse®. El siglo dicciocho marca una etapa mas activa y adelantada en el desarrollo del método comparativo de investigacién, Vico Y Montesquieu fueron Jos que lanzarcn la idea, hoy general- ‘mente aceptada, de que los principios juricicos y las institu- ciones legales del mundo pueden ser objeto, en conjunto, de un estudio provechoso. Monvisquieu, especialmente, puede ser considerado como el fundador del Derecho comparado, ya que fue él quien se percat6 de que una ley no debe consi- derarse como una abstraccién, sino que ha de estudiarse en relacién con su historia y el ambiente en que tiene que actuar’ En su obra De lesperit des los intento un examen detallada y cientifico de los Derechos del mundo, aplicando las ideas que fueron primeramente concebidas por LaeNrrz, pero el proyecto era demasiado ambicioso y, por esto, en su obra falta cohesion y sistema y contiene ciertas extravagancias A pesar de que De l’esprit des lois tuvo éxito, la investigacién joridico-comparativa no prosper6. El material empleado por Montesquieu era inaccesible a los autores y estudiantes de su tiempo y el impulso que él di6 indudablemente al es- tudio de Jos Derechos extranjeros no se contagié a la masa de estudiosos de st pais y del extranjero. El camino trazado no fue seguido; en realidad, los esfuerzos de los juristas con- tinentales de aquella época se encaminaron especialmente a la elaboraciin del Derecho de gentes sobre la base esta- blecida por Gsocio, tarea que precisa una actitud mental poco favorable a los estudios comparativos, puesto que los intentos para obtener el reconocimierto del Derecho natural 5 Nuon Methodus discendae docendaeque fursprudentia. Véase Pouocx, op. cit, p.83. 6 Vease Det Veccito, La comnrunicbiité du droit et les doctrines de G. B, Vieo, Recueil Lamberts, vol. Il, p. 591. 7 Sausee-Hau, op. cit, p35. 7 Haroun Coxe Gurrempce levaban aparejados una tendencia de salvar las diferencias nacionales del Derecho y disminuir su importancia’, Por tanto, debemos concluir, en Io que se refiere a su periodo activo, que la vida del Derecho comparado apenas sobrepasa los limites de la generacién actual y que, como ahora sabemos, data de los comienzos de la segunda mitad del siglo pasado. Su progreso estuvo, al principio, obstacu- lizado por ciertas influencias predominantes en el comien- zo de este siglo. La teoria de la Escuela historica de que el Derecho procede de la conciencia comtin de una nacién y que, por tanto, su evolucion no debe dificultarse por la intro- duccion de elementos forasteros, fue contraria al estudio del Derecho extranjero”. Este perfodo fue asimismo la Era de la codificaeién, y el temor de los codificadores de que su obra pudiese ser objeto de critica por parte de los comentatistas, cre una fuerte hostilidad hacia el estudio de los Derechos extranjeros. No obstante, a pesar de todos estos obstaculos, la noci6n de la importancia de la investigacién comparativa continad ganando terreno. En Alemania Feursack™, Gans y ‘Tisavt indicaron su valor para la Filosofia del Derecho, y en 1829 Mirrermaier y ZacHaRIAg fundaron la primera revista dedicada a estimular los estudios del Derecho extranjero". En Francia, los acontecimientos més notables fueron el esta- blecimiento de la ctedra de Derecho comparado en el Collége dde France, en 1832, y de otra de Derecho penal comparado en la Universidad de Paris, en 1846". En los Estados Unidos 8 Pouoc, op. ct, p. $5. Para una discusion sobre la influencia de la ‘escuela le Derecho natural sobre este particular, ef. KADEN, oP. cit, 23, y Sanrarny op. cit, p. 14 9 Véase, por ejemplo, Saviany, System des Rémischen Recis, vol. Ip. 14 30 Raosevcy, Anselm Feuerboch, précurser du droit comparé, «Recueil Lambert», vol. I, p. 284 U1 Zeitschrif fir Recswissenschaft and Gesetzgobung. 12. Mas tarde se crearon en la Universidad otras cétedras: en 1892, una de Droit iil apprajondi et comparéy otra de Droit coroner compar, 28 EL. DEREGHO COMPARADO de América el perioco formative de su Derecho se caracteri- 26 por una marcada hostilidad hacia cuanto era inglés y, en consectiencia, por una actitud favorable al Derecho natural gue se introdujo principalmente a través de los esctitos de Jos juristas franceses. De ello result6 “la concepeidn que el ideal del Derecho comparado era descubrir y proclamar los principios del Derecho natural, concepeién especialmente ‘manifiesta en las obras v sentencias de Ket y Sroxy"®. De todos modos, el progreso alcanzado hasta la mhitad del sigio diecinueve se debi6 a un grupo de hombres eminentes y, una vez éstos desaparecidos, siguis un periodo de estancamiento que duré hasta la aparicién de la doctrina evolucionista, que di6 un nuevo impulso a todas las ramas del saber. Es digno de ser subrayado que fue precisamente en In- glaterra, patria del aislacionismo juridico, donde surgieron los precursores del Derecho comparado, Houoswoxritha sefalado que, a pesar de que el primitive Derecko inglés era fundamen- talmente distinto del Derecho continental, estaba suficiente- ‘mente emparentado con éste para hacer factible la ciencia del Derecho comparado' Esevidente queel Derecho inglés ha su- frido influencia — por comparacién— de las leyes del Derecho romano y candnico, aunque sea discutible el grado de influen- cia experimentado®. Bracton utilizé doctrinas procedentes yen 1B, otra de Legislation civil compare (Levy-Uunax, Jouroal of the S. P.T. 1.5) 1925), p. 16 13. Pouno, Comparative Law inthe Formation of American Lam, «Acta Aca- demiae Universalis Jurispradentiae Comparativaes, vol I (1928), pp 183. Véase, asimismo, The influence of French Law in America, el ‘isto autor, en eflinois LR.» vo. HH, pagina 354, 14 History of English Law, vol. IV, p. 288 15. Todavia no se ha realizado ningan tra2ajo completo sobre lain. fuencia del Derecho romano y el eandnio en el desarrollo del De- echo inglés, pero est inluencia ha sidomucho mayor de lo que se hha creido. La obra de Bracton hizo queno fuera preciso recurrit a Js romanistas cuando el common iw presentaba alguna laguna. Al- unas de as bibliotecas inglesas, al menes, poselan los libros nece- 29 ‘Haroup Cooke Gurrerince de fuentes romanas, y la obra de Sr. Geewatn Doctor and Sti- dent es una exposicion comparada del Derecho canénico y del conmion law. Pero, en ningin momento, en la primitiva historia del Derecho inglés, hallamos estudio critico alguno de las le- yes extranjeras o intento serio de construccién de sintesis. Los pprincipios extranjero» pueden haber sido tomados y adapta- dos a las cincunstancia» inglesas, pero no ha habido ninguna recepcién en masa de un Derecho extranjero™. Se ha aludido repentinamente a la Lex Mereatoria come ejemplo de leyes basadlas en un proceso comparativo cuan- do se intenta determinar el origen y naturaleza de esta rama del Derecho medieval, pero no sabemos claramente si se trata de una amalgama de los usos metcantiles de Europa 0 un cuerpo de normas consuetudinarias de origen italiano impuesto a los comerciantes medievales por razon del pre- dominio que gozaban Jos italianas en el comercio europea de la Edad Media”. La primera referencia al Derecho comparado, en el senti- do moderno de la expresién, hecha por un autor inglés, pare- ce que se debe a Bacon, en los comienzos del siglo diecisiete. El rey Jacobo I queria aprovecharse del Acta de Unién para unificar las leyes de Inglaterra y Escocia y, por esto, busc6 el consejo de BACON, quien asesord con un espititu de prudencia que caracteriza muy bien la actitud de los jurista» ingleses respecto el Derecho comparado» BACON sugeria que los juris satios. Seawor, Roman law Mss. in England, sLaw Quarterly Review», ‘vol, XLVI (1931), p. 839, Véase, asimismo, Doctors’ Commons, del rmisino autor, y OLWER, Cambridge Legal Essays, p. 243, v mis abajo. 16 Hounswortn, History of English Law, wol.1V, p. 289. Vease, también, Las, Lud da droit comparéen Grande Bretagne, «Recueil Lambert», vol. I, p. 344 17 Vease MacDowneu, en la Introduecién ala obra de Swat, Mercan- file law (138 ed), p. 1, passim, y of. Bowes, The Romance of the lw ‘Merchant; Hounswonans, History of English Law, vol. V, p. 108, passim; PUscxnrs, A concise History of the Common Law, p. 587, passin. 30 EL pexecio cowParabo tas de Inglaterra y Escocia debian colaborar en Ja preparacion. de una compilaci6n en la que los Derechos de ambos paises “podrian examinarse y compararse de tal suerte que aparez~ can y se distingan sus diferencias”, Asimismo advirti6 al rey Jacobo que el jus privahim no debia, por lo general, fusionarse, ya que “los hombres quieren conservar su derecho en el futu- ro tal como lo han conservado” en el pasado. Pero para que el ‘monarca pudiese decidir sobre la conveniencia del proyecto, sugirié, en primer lugar, que los juristas de las dos naciones deberian recopilar un “libro a dos columnas” confiriendo los extractos de las leyes de ambos Derechos. Declarando, por otra parte, que en lo que se referia a su intervencién, la obra tendrfa que limitarse estrictamente al Derecho inglés, “Aun- que —dice— yo he leido y ciertamente con placer las leyes de Escocia y alguna que otra recopilacién de su Derecho”, “con placer —repito—, de una parte, porque he podido apreciar su concisién y propiedad de lenguaje y, de otra, porque he podido percatarme de como es afin a nuestro Derecho, pero ‘me repugna segar cosechas de otros, por lo que considero es mejor que deje tal tarea a los juristas de nacién escocesa, ya que me imagino que si un letrado escoeés, habiendo leido las, eyes inglesas u otros libros de Derecho inglés, quisiera con- eretar en articulos el Derecho inglés, seguramente incurriria en error ¥ yo igualmente podria cometer faltas si lo hiciese con respecto al Derecho escocés". Nadie podra discutir este punto de vista tan juicioso que, por desgracia, no es siempre compartido pot los comparatistas. No obstante, nada resulto de Ja propuesta de Bacon e incluso, actualmente, no existe tun estudio completo de las afinidades y divergencias entre el 18 Certain Articles or Considerations touching the Union of the Kingdoms of England and Scotland, «The works of Lord Bacon» (edicién Bohn), vol. fp. 157. Parece que es la primera acasisn en que se emaplea la palabra scomparaciéns en el sentido moderno. 19. A Preparation fr the Union of Laws, «The works of Lord Bacon (edi- cin Bohn, vol. 1, p- 642 31 Hanoi Cooke GUTTERIDGE Derecho inglés y el escocés y de la importancia que ha de ser atribuida a los mismos®. De todos modos, hasta el fin del siglo diecisiete “los in- tentos mas aproximados a la critica comparativa fueron rea- Jizados por ingleses"®. Respecto a este particular podrfan citarse los nombres de Fortsscus®, Sr. Geswatn®. FULNBCKE, Cowes, Seunen* y Sum”, Una de Tas primeras obras escri- tas en inglés en la que se emplea el método comparativo de investigacién juridica es la titulada New Institute of the Jmpe- rid or Civil Law de Thomas Woon publicada en 1704. El pro- posito del autor era demostrar que et Derecho inglés habia asimilado muchos preceptos del Derecho romano”. El siglo dieciocho, indudablemente, fue un perfodo de cierta activi- dad en determinadas ramas de la investigacin comparativa, Lord Mansris.p, el mas grande de los comparatistas briténi- cos, pudo poner los cimientos del Derecho mercantil inglés gracias a sus estudios de los Derechos de otros pafses”. John ‘Avurre, muerto en 1792, fue el autor de un solo volumen, aparecido péstumamente, de una ambiciosa obra titulada ‘The New Pandects ofthe Roman Civil Law que queria abarcar la 20- Los Studies in Rom Lao cith comparative views ofthe Laas of rance, Engiond and Seotland, de Loxn Macs, publicados en 1861, pa- xace sea tnica obra de este tipo, aunque solamente trata de unos ‘antes problemas de forma general 21 Pessoex, op cit, p-81.y 82 2 The Governance of England y De Laub Legum Angi 23. Dicor and Shen 2A Paralel or Canfreneof he Ciit Lo, th Canon Lao and the Common Inwof the Realm of Engl, 25 Irtutiones juris Anglican 2 Hisloryof Ties and Titles ofhonour y De Sucesionibusad legesEbrae- srs Bona Defcon: 2 DeRepiicn Anglo. 28 Ls op.ct 28. Vease Housnorm, Lord Mansfeld, «Law Quarterly Reviews, vol. LAL (987), p. 221; Foor, Lord Mansfeld 32 EL pexeaio comparapo comparacién entre e] Derecho inglés y el Derecho romano y elcanénico®. Las obras de jurisas extranjeros, especialmente las de Pomme, gozaron de una ampliadifusién en Inglaterra’™ ¥ ejercieron una influencia indudable en el desenvolvimiento de su Derecho. La primera mitad del siglo diecirueve no se caracteriz6 propiamente por un desarrollo de los estudios de Derecho ‘comparado, pero se hizo un inicio de ellos con la aplicacion del método comparativo a aspectos mas pricticos del Dere- cho, con la publicacién en 1838 de la obra de Bunce, Comtenen- {aries on Colonial and Foreign Laws, tratado planeado para ayu- dar al letrado en el ejercicio de su profesion, y mas tarde con elintento de Leone Livi de promover un movimiento interna- cional para la codificacién del Derecho mercantil®. John Avs- ny, aunque muy influfdo por las ideas que penetraron en é1 en el curso de sus estudios en Alemania, slo hace referencia de paso al Derecho comparado®. Sin duda, debemos admitir que los juristas ingleses, en est época, fueron, en conjunto, adversos al estudio del Derecho extranjero, pero no seria jus- to considerar Inglaterra cémo un pais totalmente apartado en la comtiente general de interés hacia e] Derecho comparado. El origen del Derecho comparado moderno no se debe a ningan esfuerzo por parte de los mismos juristas; mas bien ha sido un producto indirecto de la nueva escuela de pen- samiento desarrellada gracias al impulso dado por teorias ” 3 32 3 Laz op ct Puvcxsers op. et, p 245.266, Braise, que apenas puede con- siderarse tn comparatst,explic a institacim de Borough English refréndose a una costumbre de ls tatazox: Comm. Heap. 6. Leone Liv, The erent eof ret Briain a compart th Romie nw dhe Coe ad Las of59 ther countries (1850-52), Ero gue refer al papel desemperaco por Leone Levi en el movimiento de uniticacion, Fragen the uses of he study of urgradence. Vésse Pouteck, sjoaral of CL» (N.5), vol. V (1903, p. 6 33, ‘Haroun Cooks Gurtexioce evolucionistas. El Derecho comparado empez6 siguiendo las huellas de otras ciencias comparativas, como la anatomia comparada™, y su finalidad entonces era la de encontrar en el campo juridico un equivatente a los Grganos en anatomia, estos es, “organos andlogos, desempefiando funciones andlo- gas’. A partir de aquel momento, la investigacion compara- tista, tanto en el continente de Europa como en América, no consiste ya en una serie de inspirados, pero aislados esfuer- zs de unos cuantos hombres geniales. En la actualidad todos reconocen el importante papel que desempefia en el desen- volvimiento del Derecho. Enlo que serefiere, a Inglaterra, el momento decisiva esla publicacién, en 1861, de la obra de Marve, Ancient Lazo. En el Continente, la introduccién de los estudios de Derecho com- parado, en su forma moderna, puede decirse que comienza ‘con a fundacién, en Paris, dela Société de Législation Comparée en 1869". En 1876 el Gobierno francés establecié un Comité de legislacién extranjera dependiente del Ministerio de Jus- ticicia® y en el mismo afto un legado de sir Richard Quai, juez de la Queen's Bench Divisién hizo posible el estableci- iento, en 1894, de la Cétedra Quain ce Derecho comparaclo en el University College de Londres, Es interesante observar que este generoso bienhechor recibi6 parte de su educacién en la Universidad de Gottingen y esto explica, posiblemente, 34 An, Critica di wna scien delle legistaon’comparate (1857), parece hhaber sido el primero en indica la analogfa entre el Derecho com- parado y la anatomy a flologta comparadas. 35. Rawoati,sJoural of C. Lo ( see), vol. XIl (1930), pagina 399. 36 Maine fue asimismo ol primer titular de la Corpus Cher of Historia! and Comparatce Jurisprudence en Oxford. Fue nombraco en 1869; as, op cit, p. 5. 37 Poxxo0x, Procés-terbx du Congr ternational de droit compar, VoL Lp.258 38 Reorganizado por un Decreto de 21 de julio de 1910, «Journal of Le» (N.S), vol. XI (1911, p.175, 34 EL pettcHo comrarabo su deseo de fomentar el estudio y la investigacion del Dere- cho comparado. El Institut de Droit International, fundado en 1873, empezé desde sus primeros tiempos, bajo la w.veneis pe Asser, Rolin-Jaequemyns y Westlake, a emplear el método comparativo en la investigacién delos problemas de Derecho internacional privado que cafan dentro de su competencia. En 1895 se funds la English Society of Comparative Legislation, situando asi a los juristas briténicos al mismo nivel que los de’ Continente39. La contribucién de los juristas espanoles, portugueses e iberoamericanos a los estudios juridicos com- parativos ha tenido considerable importancia y debe tenerse enccuenta, Juan Bautista Vit.arovos, Magri ps Ouano® y PAgz vE Castaot fueron, entre otras, los precursores espatioles del Derecho comparado, y no debe olviderse que una de las pri- meras —si no la primera— cétedras de Derecho comparado se cre6 en 1851 en la Universidad de Madrid, Azcénare fue elautor del trabajo titulado Ensayo de introduccién al estudio de 1a legislacién comparada, que puede considerarse como el pri- mer libro modemo publicado en su género, En 1909 se cre6 en Madrid el Instituto Tberoamericane de legislacién compa- rada, que dirigi6 Rafael ALtavaea. Desgraciadamente, la cate- dra de Madrid fue suprimida en 1916 y el Instituto Iberoame- ricano ces6 de funcionar en 1932. Sin embargo, las activida- des juridico-comparativas han resurgido en Espafta gracias al Consejo Superior de Investigaciones Cientificas, que en 1953 39 Para los detalles referentes a la fundacién de la Sociedad, véase el ‘Journal of C.T.» (N.S), val. IX (1908), 9.14 40 Vease Hacecrins, The renaissance and the i of Europ, p.182,y F. de Casto, Derecho code Espaa, p. 152, AL Avtavama, Actor Academie Universalis, tJ, p-®. 42. Véase F. oe Sous Casucanes, ET Derecho somparado y los sistemas ju- riicas contemponinees, en eLa Ley», Buenos Aires, 4-3-1953; y Las ‘studios den Derecho comparado, «Revista de Dexecho privados, ju- Aio-agosto 1953, p. 167, 35. Haxow Cooke Gurreripce ha creado, en Barcelona, un Instituto de Derecho Comparado, bajo la activa direccion de So.A Cantzanes®. Puede decirse, pues, que durante la segunda mitad del siglo xix se reconocié definitivamente al Derecho comparado como una rama de los estudios juridicos. La manifestacion, externa de esta posicion adquitida se halla en una serie de publicaciones dedicadas, ya en su totalidad, ya parcialmente, al fomento de los estudios de Derecho comparado. En 1869, en Francia, a Socité de Législation Comparée empezé la edicion de un Boletin que, alo largo de su dilatada existencia, fia Ne- gado a ser considerado como una de las principales fuentes de conocimientos de esta especialidad. En 1872 la Sociedad adicion6 al boletin un Anuaire de Législation Comparée que contiene un breve sumario anual de las disposiciones pro- ‘mulgadas en todo el mundo civilizado*. Otras publicaciones del mismo tipo siguieron el ejemplo; en 1869 apareci6 el pri- mer némero de la Revue de Droit International ef de Législation Comparée, y en 1878 se publicé en Stilgart el Zeitscuift fir Vergleichende Rechtswissenschaft bajo la direccion de Korex®, mientras que la Rivista di Diritto Internazionale Comparato y la Ressegna di Diritto Commerciale e Straniero representan la aportacién italiana al desarrollo de la literatura juridica de tipo comparativo. Las diversas actividades a que nos hemos referido estaban animadas del entusiasmo que caracteriza toda innovacién en cualquier rama de} conocimiento, pero los promotores de la nueva ciencia no estaban acordes en Ja finalidad a aleanzar, ya que entre los mismos se manifesta- 43 Este Instituto publica la «Revista del Instituto de Derecho Compa- ado», «Cuademos de Derecho francés» y «Cuadernos de Derecho angloamericano». Gos, Le Société de Légisatin comparée, «Recueil Lamberts, vol. 1, 696. 45. Para la historia de los origeres del movimiento comparatista en ‘Alemania vease Ritanstan, Comperative Lew and Conflict of Laos in Germany, Chicago LR», vol (1935), p. 282, 36 EL DERECHO COMPARADO ban varias tendencias contrapuestas. Para algunos el valor de los estudios de Derecho comparato resida en su aspecto pYdctico, puesto que suponian que cada nacién puede apro- vecharse de un estudio concienzudo de la reciente legislacién promualgada en los paises extranjeros, y que la experiencia gue se deriva de aquellos puede utilzarse para la reforma y el progreso del Derecho propio. Esta posicion es la que se concreté en la denominacién “Legislacién comparada” como opuesta a la de “Derecho comparado”S, que es la misma que adopia la tinica sociedad inglesa creada para el fomento de Jos estudios comparativos y el titulo de la revista que publi ca. Otro punto de vista era el de que le investigacién juridica comparativa tenfa por objeto el descutrimiento de los princi- pios abstractos en que se fundamentan todos los sistemas de Derecho, y que pueden utilizarse para construir un sistema de jurisprudence, como Ja denominaria un jurista inglés o de “Filosofia del Derecho” — segin la concepci6n continental. Para otros, los estudios de Derecho comparado tenian tan s6lo un valor hist6rico, para revelar las tendencias que in- fluyeron en la evolucién del Derecho en cada sistema o para arrojar luz sobre el desarrollo de los sistemas nacionales en sus fases mas primitivas. No obstante, fue ganando adeptos la creencia de que todos Jos modernos sistemas de Derecho se basaban en ciertos principios comunes que constituye “la ley natural de contenido variable” de que hablan los fil6so- fos del Derecho. Por tanto, los comparatistas empezaron a Aitigir sus esfuerzos hacia el anélisis de las leyes de distintos sistemas que se hallan en contraposicion y a la construccion de sintesis que permitiesen elaborar un cédigo universal de derecho privado, aceptable para todos los paises, Sin duda, eran necesarios sacrifcios y la labor planeada implicaba al- ‘gunas dificultades insoslayables, pero se crey6 que, a base de un amplio enfoque del problema, se podria llegar, como timo resultado, a la unificacién del Derecho privado y la 46 Vease Gove, La Socité de Législetion compar, p. 697 37 Harow Cooke Gurrernce elaboracién, por esta forma, de una especie de Derecho in- ternacional comtin. Esta fue la tesis mantenida en el Primer ‘Congreso de Derecho Comparado celebrado en Paris en 1900, considerado por muchos como el acontecimiento en que se produjo el nacimiento del moderno Derecho comparado. EI principal exponente de este pensamiento fue el profesor Edouard Lamneat, de Lyén, cuyo magistral tratado La fonction alu Droit civil comparée di la maxima publicidad a esta ten- dencia, Sin embargo, los tiempos no estaban maduros para la realizacién de la idea del Derecho universal y la unificacién se releg6 —con Ia sola excepcién de ciertos aspectos de los Derechos maritimo, mercantil e internacional privado— al plano acaciémico, hasta que fue Hevada al terreno de la politi- ca aplicada por el espfritu internacionalista de la postguerra. El movimiento en pro de la unificacion, del que hablaremos detalladamente més adelante”, ha originado un gran ndimero de investigaciones juridicocomparativas con un fin prictico evidente, que fue Hlevado a cabo, en parte bajo el patrocinio de la Sociedad de las Naciones, en parte bajo los auspicios de los departamentos gubernamentales interesados en la ne- gociacién de convenios de Derecho privado y, también, en cierta proporcién, por sociedades cientificas y organizaciones comerciales. Gracias a las actividades derivadas de tal ten- dencia existe gran cantidad de documentacién, mucha de la cual ofrece un interés permanente para el comparatista, atin cen el caso de que los intentos de unificacién no hayan sido siempre fructiferas. La importancia de los estucios compara- ‘tivos se reconocié en Ia esfera internacional con la fundacién, en Roma, de un érgano filial de la Sociedad de las Naciones, el “Instituto Internacional para Ja Unificacién del Derecho Privado”, creado a iniciativa del Gobierno italiana, quien se hizo cargo de la instalacién y mantenimiento del Instituto". 47 Véase los capitulos XI y XIL 48. Id. Vense, también, SanrarT, Costitusime dell Istituto per L'wnifin- ione del Dinto Privat, «Rivista internazionale della Filosofia det 38 EL DaxECHO COMPARADO Otra obra digna de encomio que data de este periodo es la “Academia Internacional de Derecho Comparado” de La Haya. Este organismo, que debio su origen, muy principal- mente, al entusiasmo y a los incesantes desvelos del profesor Elemer Bavoch, inauguré la celebracin de una serie de con- gtesos internacionales de Derecho comparado que atrajeron gran ndmero de juristas de todas partes del mundo. La Aca- demia ha colocado la empresa de la unificacién en el lugar mds destacado de su programa, perc se dedica asimismo a otros aspectos de la comparacién juridica®. El creciente interés despertacio por estudios juridico- comparativos en la primera mitad de! siglo veinte no puede set explicado, exclusivamente, por la importancia del factor comparatista en el movimiento de unificacién del Derecho privado. Porzosamente entré en consideracion otro motivo; un cambio de actitud hacia el problema mas general, del va- lor de los estudios de Derecho extranjero por el hecho de ha- berse reconocido los peligros que implica la posicién del ais- lacionismo juridico que separa los juristas de distintos paises ¥ que predispone hacia un complacierte estado mental de es- ‘tancamiento con su consecuencia; una reticencia para adap- tar las leyes existentes a los constantes cambios operados en el mundo econémico y social, Los jusistas han empezado a percatarse del hecho que los Derechos extranjeras son dignos de estudio por las Jecciones que de ellos se derivan y que la comparacién es algo més que un artificio que permite intro- ducir subrepticiamente las leyes extranjeras en un sistema nacional de Derecho. Asimismo, las Facultades universitarias de Derecho se han dado cuenta que la investigacion compa- sativa puede contribuir mucho ala solacién del dificil proble- Disitto», anno V, fase. 1"; Davin, The International Institute of Rome for he Unification of Private Lo, «Tulane. R., vol. VIM, p. 406, 49. Los volmenes I y If de los Acta Academiae Universalis Jurispruden- fine Comparatioae constituyen ua informacion completa dela pol tica y de los fines de la Academia 39 Haroup Cooks Gurren: ma de hallar nuevas materias de estudio e investigacién de tipo superior que no estén circunscritas exclusivamente a la Historia del Derecho o a temas de Filosofia del Derecho. En algunos paises, especialmente en Francia, Alemania e Italia y, en mayor grado, en los de lengua inglesa, se han hecho algu- ‘nos progresos en el reconocimiento por las Universidades del valor e importancia del método comparativo. Ello se debe, en su mayor parte, a los esfuerzos de un pequefio grupo de hombres de ciencia que, afrontando la indiferencia y, algunas ‘veces, un cierto ambiente de hostilidad, han mantenido vivas las reivindicaciones del Derecho comparado. La experiencia ha demostrado que el Derecho compara- do, desde el punto de vista académico es, en la mayor parte de los casos, una materia para postuniversitarios o estudian- tes de Doctorado, y esto es lo que ha originado que Jos estu- dios comparativos sean especialidad de Institutos, como los de Ly6n, Paris, Estrasburgo y Toulouse, dependientes de las Universidades respectivas. Otros funcionan sobre una base independiente, como es el caso del Insfitut fiir auslandisches sud internationales Prioatrecht (Instituto de Derecho extranjero ¢ internacional privado) en Berlin, y el Istituto di studi legisla- tivi (nstituto de estudios legistativos) en Roma®, En los Es- tados Unidos, la Tulane University de Lousiana ha sida reco- nocida como centro de los estudios comparativo, y la Tulane Law Review estd, en su mayor parte, dedicada a la publicacién de articulos de interés para los comparatistas. Algunas otras Universidades americanas® han adoptado planes para fo- mentar Ja enseftanza jurfdica segtin el método comparativo, 50. Véase el cap. X ease el cap. X 52. En la Universidad de Chicago hay asimismo una cétedra de De- recho comparado (Pam Chair) que ocupa un distinguido compara tista, el Dr, Rustam, y la Universidad de Michigan es el centro de las investigaciones sobre el Derecho interamericano, Véase un articulo del profesor Hessel E, Yreaa en Ja «3 Michigan L. Rv (1944), p. 548 40 EL DeRECHO CoMPARADO pero parece que, en muchas de elas, no se ha realizado una labor suficiente hasta el momento presente. La American Bar Association ha desplegado una gran actividad en el campo de los estudios comparativos. En 1903 establecio un Buresu of comparative law que, por algunos aos, publicé un Boletin anual que después desaparecio, cuanco la Asociacién empe- 26 la edicién de su Journal. Durante aque! tiempo, el Bureau habia publicado traducciones del Csdigo civil argentino, del Breviario de Alarico y de las Siete Partidas. En 1992 la Asociacién, por iniciativa del decano WicMoRé, organizé una seccién especial de Derecho comporado e internacional, que celebra reuniones para la discusién depuntos de interés para los comparatistas. Asimismo, nacié la American Foreign Law Aszociation en 1925, que ha publicado una serie de bibliogra- fias sobre Derecho extranjero y monografias sobre materias de Derecho comparado, También se constituy6 un “Comité Especial de Derecho Privado Internacional” que coopera con los organismos mencionados. EI Departamento de Comercio de los Estados Unides publica las Comperative Law Series que contienen una relacién de los cambios operados en las legis- laciones extranjeras que afectan al comercio americano™. La Seecién de Derecho de la Biblioteca det Congreso de Was- hington ha publicado una serie util de bibliograftas sobre el Derecho de los paises extranjeros™. La Association of Atuerican Lae Schools ha aportado wna valiosa contribbuci6n a los estu- dios comparativos en forma de las Modern Crininal Science 53. Véase a «Columbia L. Ro, vol, XEI (183), p: 473; Pouno, The re oa of Comparative Lav, «Tulane L, Rv, vol. V, p 1; Hu e ELAN, The Progress of Comparative La, «Tulane, Rn, vol. VL p. 68. ‘Vease Comparative Law Series (1997), publcadas pore! Ministerio de Comercio, «Washington D.C», p. 2 Guides to te Law and eg! ltereture of Germany (1912), Spain (1915), Brasil 1917), France (1931), The Central American Republics (1957), Cub, The Dominican Republic and Haiti (1944) Argentina (1944), Colombia (1944), Mexico (1545), The Mexican States (1947), Botivia (1947), Chile (1947), Paraguay (1947) Venezuela (1947): 41 Havozp Cooke Gurrennee Series (Geries de Ciencia penal moderna), Continental Legal History Series Geries de Historia del Derecho continental), ‘Modern Legal Philosophy Series Geries de Filosofia del Dere- chao) y History of Continental Civil Procedure (Historia del pro- cedimiento civil continental). En la Gran Bretafa, la situacién no puede califcarse como satisfactoria, aungue se noten sintomas que revelan tun espiritu mas favorable respecto al Derecho extranjero En Oxford la Catedra de Historical and Comparative Jurispru- dence se destina todavia a la ensefianza de la Filosofia del Derecho, pero se ha creado una nueva cétedra de Derecho comtparado de la cual es titular el profesor F. Hi. Lawson, empezindose asimismo a constituit un fondo bibliogratico extranjero. En Cambridge se cred, en 1945, una cdtedra de Derecho comparado, pero sélo a titulo personal, de modo aque cuando su titular, sir Amold McNait, fue nombrado juez del Tribunal de Justicié Internacional, desapareci6. De todos ‘mods, no ham cesado los estudios de Derecho comparado en aguella Universidad, toda vez que se ha creado un Readership in Comparative Law desempeftado en la actualidad por Mr C. J. Hanson, En 1947 la Universidad de Londres fund6 un Institute of Advanced Legal Studies, uno de cuyos abjetivos € el fomento de los estudios juridicocomparativos. En cambio, la Catedra Quain de Derecho hist6rico y comparado (Quaint Professor ship of Cowspartive and Hisiorial Law) en el University College de Londres, cuyos titulares hablan sido eminentes com- paratistas, incluyendo sir John Mac Doweu. y sir Maurice ‘Awos, ha sido desviada hacia otras finalidades. La investiga- ion comparativa se leva a cabo en la Universidad de Man- chester bajo fa direccion del Dr. WorrLey, Escocia ha quedadlo algo rezagacla; fenémeno sorprendente sise tiene en cuenta st. afinidad com tos paises de Derecho romano, pero estén proyec- tados planes para la organizaci6n de cursos de conferencias sobre materias de Derecho comparado en la Universidad de Edimburgo. Existe una necesidad acuciante de libros, materia prima para el comparatista, que son inexistentes 0 de difi- 42 Ez, DERECHO COMPARADO. cil obtencién en este pais, pero se han adoptado ya medidas para remediar tal necesidad en un futuro proximo™. Sin embargo, la situacién general no debe considerarse desalentadora. El Derecho comparado, no solo ha legado a afirmar su existencia, sino que, indudablemente, no le ame- nazan4es peligros iniciales. La atmésfera de sospecha e indi- ferencia que le rodeaba se ha disipado, sino en todo, en gran parte, pero, de todos modos, el Derecho comparado es ya re- conocido como una especialidad de la técnica jurfdica y como un elemento necesario que ejerce una influencia decisiva en elestudio y desarrollo del Derecho, y esto no es un factor in- significante para una rama del conocimiento que todavia no ‘ha calebrada el centenario de su nacimiento. Actualmente, el comparatista n0 tiene necesidad de defender o justficar su especialidad. Los tragicos aconteci- ientos producidos a partir de 1900 han puesto de relieve la necesidad de una colaboracién més efectiva en la esfera in- temnacional y la conveniencia de poner en comtin Jos recurs del mundo en beneficio de toda la Humanidad, no meramente con respecio a las cosas materiales, sino incluso en el campo de la ciencia y del conocimiento; como ha dicho lord McMi- LAN, “no hay celda de anacoreta o ermita en la que wna nacion pueda aislarse del resto del mundo”. Las naciones tienen que convivir,y el mejor medio de vencer la desconfianza y el tecelo rmiutuos y franquear barreras y obstéculos es el de forjar los ins- trumentos que permitan nuestra colaboracién intelectual con cl projimo,Sise procediese de esta manera, muchas diferencias politicas y econdmicas tenderian a desaparecer en una atmss- fera de amistad y confianza. No es probable que discutamos con una persona si compartimos con ella fos mismos intereses espirituales, y no hay mejor fundamento que éste para inter- cambios de otro tipo, incluso de tipo material®. 56 Veasecap.X 57 Journal of C.1.» (2 sere), vol XVI (1556), p.8. 43

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