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GENERAL DE DIVISIÓN

JESÚS GONZÁLEZ ORTEGA

(1822-1881)

Nació el 19 de enero de 1822, en la Hacienda de San Mateo Valparaiso, en Fresnillo, Zacatecas,

sus padres fueron los señores Laureano Filomeno González y María Francisca Ortega,

pertenecientes a la clase media con definidos ideales liberales. Realizó sus primeros estudios en

las Ciudades de Zacatecas y Guadalajara, inició estudios en literatura, la lectura de autores

progresistas, le hicieron comprender de mejor manera la problemática del país, llevándole a la

concepción de que la adopción de las ideas liberales y republicanas eran lo mejor para enfrentar

las adversidades que sufría la nación.

Desarrolló grandes aptitudes en el ámbito literario, lo cual lo llevó a publicar artículos de

tendencia liberal en diversos periódicos como “La sombra de García”, el “Pobre Diablo”, “El

Espectro”, “El Guardia Nacional”, entre otros.

En el año de 1852, se unió a las fuerzas del Coronel José María Sánchez Román, que se oponían

a que el General Antonio López de Santa Anna volviera a México; en esa ocasión mantuvo un

enfrentamiento contra una fuerza procedente de Durango logrando desarmarlos.


En 1857, fue designado para formar parte de la Legislatura del Estado de Zacatecas, y

aprovechó la tribuna para protestar en contra del gobierno del estado, haciéndolo responsable de

la inestabilidad y confrontación política y social por la que atravesaba.

Jesús González Ortega ocupó el cargo de Gobernador de Zacatecas, y de inmediato emitió

decretos congruentes con la Constitución Federal de 1857, asimismo, organizó una fuerza para

defender sus preceptos junto al General Santos Degollado.

La Carta Magna fue desconocida por la facción política de los conservadores a través del

Plan de Tacubaya, pronunciamiento mediante el que dio inicio la guerra civil mejor conocida

como la Guerra de Reforma.

González Ortega, ferviente liberal, se adhirió en defensa de la República en junio de 1860,

con el Ejército de Operaciones en la Hacienda de Pañuelas en San Luis Potosí, derrotando al

General Silvestre Ramírez.

El 15 de junio de 1860, el Presidente Benito Juárez lo reconoció otorgándole el grado de

General de Brigada Efectivo.


Manuel Serrano, Retrato ecuestre del General Jesús González Ortega, óleo sobre tela, colección privada, ca. 1861-1863.

El 10 de agosto de 1860, participó en el combate de Silao, Gto., al lado del General

Ignacio Zaragoza, Jefe de las fuerzas constitucionalistas; juntos derrotaron al General Miguel

Miramón, y confirmaron su victoria al haber capturado su tren de artillería, las banderas de sus

cuerpos, armas y centenares de prisioneros. Esta derrota se considera clave para el debilitamiento

del Ejército Conservador, triunfo que permitió a los constitucionalistas ocupar la plaza de

Guanajuato y toda la región del Bajío.


Francisco Alatorre, Batalla de Silao, pintura de caballete, Museo Regional de Guadalajara, sin año.

El 22 de diciembre de 1860, en el Estado de México, González Ortega con el apoyo del

General José Justo Álvarez planearon la batalla de Calpulalpan, y con ella la derrota definitiva

del Ejército Conservador. Tal empresa le mereció el ascenso a General de División.

El General González, expresó en su parte rendido al término de la batalla lo siguiente:

“El día de hoy y después de un combate reñido han sido completamente derrotados por las fuerzas
de mi mando, las tropas enemigas que en número de ocho mil hombres y treinta piezas de artillería
acaudillaban D[on] Miguel Miramón, Marquez, Velez, Negrete, Ayestarán, Cobos, Valle y
Miramón (D[on]. Joaquin, […] El combate comenso (sic.) a las ocho de la mañana en las lomas de
S[an]. Miguel de Calpulalpan, y concluyó un poco despues de las diez. Lo dieron por nuestra parte
las Divisiones de Zacatecas, San Luis, Morelia, Guanajuato y una brigada de Guadalajara a cuyo
valor es debido este importante triunfo con el que es ya indudable que está conseguida la paz de la
República”.
Casimiro Castro, Batalla de Calpulalpan, litografía en blanco y negro, siglo XIX.

Finalmente, El 1 de enero de 1861, el Ejército Liberal hizo su entrada triunfal a la Ciudad

de México consumando la victoria y el fin de la Guerra de Reforma, ocasión en la que el General

González Ortega fue objeto de ovaciones y de toda clase de reconocimientos y homenajes.

Una vez restaurada la paz, el Presidente de Benito Juárez reorganizó su gobierno, así

como su gabinete y nombró al General González Ortega Secretario de Guerra y Marina, el 16 de

enero de 1861, no obstante, renunció a dicho cargo el 6 de abril del mismo año para volver al

mando de sus tropas y continuar la persecución de las fuerzas conservadoras.


El General Ignacio Zaragoza, en función de Secretario de Guerra y Marina, lo nombró

General en Jefe del Ejército de Oriente, inició su campaña el 21 de agosto de 1861, en Jalatlaco,

Méx., derroando a los Generales Leonardo Márquez y Félix Zuluaga.

Ante la invasión del Ejército Francés a nuestro territorio, el General Ignacio Zaragoza a

cargo del Ejército de Oriente, defendió a la nación aquel glorioso 5 de mayo de 1862, sin

embargo, su repentino fallecimiento el 8 de septiembre de ese año, provocó que el General

González Ortega fuera nombrado General en Jefe del Ejército de Oriente, con quienes sufrió una

derrota en batalla del Cerro del Borrego al ser sorprendidos por el enemigo.

El 22 de diciembre del mismo año, llegaron los refuerzos del Ejército Francés a Veracruz

con el propósito de avanzar hacia la Capital del país. González Ortega decidió detenerlos en la

ciudad de Puebla, como los había logrado el General Zaragoza en mayo de 1862.

Mando fortificar la plaza ante más de 20 mil extranjeros que impusieron un sitio que duró

62 días, desde el 16 de marzo y hasta el 8 de mayo de 1863, en el que heroicamente resistieron

los ataques de los invasores, ergo, los esfuerzos no fueron suficientes, pasados dos meses de

asedio, se terminaron las municiones y los víveres, los heridos estaban mal atendidos y no se

veían llegar los refuerzos, por lo que Ortega no tuvo más opción que rendir la plaza, con tal de

evitar más sufrimiento escribe al General Forey:

“No siéndome ya posible seguir defendiendo esta plaza por falta de municiones y víveres, he
disuelto el ejército que estaba a mis órdenes y roto su armamento, incluso toda la artillería.
Queda, pues, la plaza a las órdenes de V. E. y puede mandarla ocupar, tomando, si así lo estima
por conveniente, las medidas que dicta la prudencia para evitar los males que traería consigo
una ocupación violenta, cuando ya no hay motivo para ello […]”.
Los invasores lo hicieron prisionero, al igual que sus mandos; mientras era trasladado a

Francia, se negó a firmar compromiso alguno de no volver a tomar las armas en contra de los

franceses y finalmente logra escapa al pasar por Orizaba.

Acompañado por Ignacio de la Llave, llegó a Guanajuato en donde el gobernador

Doblado les ofreció una escolta que los acompañase a San Luís Potosí, en el trayecto,

aparentemente la escolta los quiere asaltar e Ignacio de la Llave le salva la vida a costa de la

suya.

González Ortega logró finalmente reunirse con el Gobierno de Juárez, y en julio de 1863

se trasladó a Zacatecas a emplazarse como Gobernador Interino del estado.

El periodo presidencial del Presidente Benito Juárez concluyó el 30 de noviembre de

1865, sin embargo, la instauración del Imperio de Maximiliano de Habsburgo, el estado de guerra

y la ocupación de la mayor parte del territorio nacional por las tropas invasoras, no permitieron

que el Estado Republicano convocara a elecciones, por lo que decidió prolongar su mandato, con

el argumento de conseguir la estabilidad política, cuestión que inconformó al General González

Ortega.

En ese momento, la Constitución dictaba que, al terminar el ejercicio del presidente, si no

existía un sustituto legal, quedaría cubierto por el presidente de la Suprema Corte de Justicia,

cargo que ocupaba Ortega desde 1861, sin embargo, en diciembre de 1864 se le había dado

autorización para trasladarse a combatir, de tal suerte que en 1865 se encontraba fuera del país,

en los Estado Unidos de América.

Al tiempo que Juárez prorrogaba su estancia en la presidencia, y como una medida en

contra de las acusaciones de Ortega, declaró al General responsable del delito de abandono
voluntario del cargo de Presidente de la Suprema Corte, con lo también se ordenó su detención

cuando penetrara a territorio nacional.

Ante tal situación, incrementaron sus cuestionamientos ante los criterios de las decisiones

de Juárez, y sus inconformidades fueron vertidas en el manifiesto de Paso del Águila, el 21 de

diciembre de 1865.

Años más tarde, el 8 de enero de 1867, el General González Ortega se proclamó como

Presidente Interino Constitucional; sin embargo, el General Miguel Auza, quien había sido su

subalterno en la defensa de Puebla, le comunicó que:

“En virtud de las órdenes libradas por el Supremo Gobierno de la República, se reducirán
ustedes a la prisión que le señalarán los portadores de esta orden, esperando que no darán
ustedes lugar a providencias desagradables de parte del mismo gobierno”.

Fue encarcelado por 18 meses, enterrando con ello sus aspiraciones políticas.

Al Obtener su libertad pasó sus últimos años en la Ciudad de Saltillo, donde falleció el 20

de febrero de 1881, sus restos fueron trasladados a Zacatecas en donde se realizaron homenajes

de cuerpo presente.

Finalmente, sus restos fueron inhumados en la Rotonda de los Hombres Ilustres (hoy de

las Personas Ilustres) del Panteón de Dolores de la Ciudad de México.


S.A., Jesús González Ortega, Pintura de caballete óleo sobre cartón, Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, ca. Siglo XIX.

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