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PRÓCERES Y PERSONAJES DE LA REGIÓN

JOSÉ ANTONIO PÁEZ (PRÓCER)

Nació en Curpa, estado Portuguesa, el 13 de junio de 1790, en el seno de una familia muy humilde
y numerosa de origen canario en una casa muy modesta al costado del río. Fue el penúltimo de los
hijos y el único sobreviviente de ocho hermanos nacidos de la pareja formada por Juan Victorio
Páez y Maria Violante Herrera. Fue un militar y político venezolano, presidente de la República en
tres ocasiones (1830-1835; 1839-1843; 1861-1863). A la edad de 20 años estaba casado con
Dominga Ortiz. Páez se dedicó al comercio de ganado, como dueño de un hato en Canaguá, donde
trabajaba junto a su cuñado. En el hato aprendió las faenas de un llanero y se convirtió en un
experto jinete, diestro con el lazo y la lanza, y desarrolló un físico formidable.

A finales de 1810 se unió como soldado a un escuadrón de caballería. Luchó en la campaña de


Barinas de 1810 a 1813, donde a mediados de año ya ostentaba el grado de sargento primero. En
1816 ocupa el cargo de jefe supremo, Páez asumió el cargo junto con el ascenso a general de
brigada. El 22 de febrero de 1818 es nombrado gobernador de Barinas. Las Queseras fue el mayor
triunfo de la carrera militar del general Páez: en reconocimiento a su brillante acción, Bolívar lo
condecoró con la Orden de los Libertadores al día siguiente.

El último reducto de los españoles en territorio venezolano fue expulsado por Páez en 1823. El 1
de enero de 1827 es nombrado Jefe Civil y Militar de Venezuela. Hasta La Cosiata, Páez fue muy
respetado como guerrero gracias a sus rotundos éxitos militares. Pero a partir de entonces
empezó a ser visto como un político, con el poder e ingenio necesarios para seguir y defender
cualquier cambio, o la falta de los mismos, hechos bajo el orden constitucional. El 11 de abril de
1831, el General José Antonio Páez prestó juramento legal como Presidente Constitucional de
Venezuela, gobernó con una paz relativa durante su período, y logró una leve recuperación de la
economía devastada por la guerra.

Páez es elegido Presidente por segunda vez en las elecciones de 1838. Durante su período Páez se
ocupa de asuntos de defensa, transporte, así como se empiezan a sentir los efectos de la crisis
económica internacional de 1838 y la creciente oposición del Partido Liberal. El 10 de marzo es
derrotado por el coronel Muñoz en la Batalla de Los Araguatos. Derrota que le obliga a huir hacia
Nueva Granada, remite a Caracas. Monagas ordena que lo encierren en el castillo de Cumaná
donde lo visita su familia. Allí permanece encerrado hasta el 23 de mayo de 1850 cuando es
liberado. Ese día aborda un barco en Cumaná tras una solemne despedida de los habitantes de la
ciudad.

En 1858 recibe noticias del derrocamiento de los Monagas por la Revolución de Marzo. El nuevo
gobierno restablece a Páez todos sus títulos y honores y le levanta la pena del destierro,
invitándolo a volver al país para encargarse del ejército y la pacificación. El 13 de julio de 1867, el
gobierno de Venezuela le expidió el diploma que lo acreditaba como Ilustre Prócer de la
Independencia Suramericana y el 6 de mayo de 1873 murió en Nueva York. Sus restos fueron
repatriados y sepultados en el Panteón Nacional, el 19 de abril de 1888.
Fue uno de los más destacados próceres de la emancipación de Venezuela y se le considera entre
los principales representantes del caudillismo americano. Fue protagonista del nacimiento de la
república y colaboró en la creación de los símbolos patrios, de la iconografía procera y territorial
de Venezuela y de Colombia. Fue uno de los ideólogos de la consolidación del Estado de
Venezuela.

MANUEL JESÚS GRATEROL SANTANDER (PERSONAJE)

Manuel Jesús Graterol Santander (Municipio Turén, 6 de abril de 1935 - Caracas, 11 de junio de
2010), popularmente conocido como Graterolacho, fue un humorista, periodista, poeta, escritor y
publicista venezolano. Fue fundador del periódico humorístico venezolano "El Camaleón" junto a
Luis Muñoz-Tébar (Lumute), un semanario donde participó una amplia gama de artistas, escritores
y dibujantes en la década de los 80 y 90 en Venezuela.

Fue también conocido por sus canciones "Romance", "El Negro y El Catire", "Pajarillo", "Aire
Oriental", entre otras. Inició su carrera en la radio siendo apenas un adolescente, en el programa
"La hora del liceo", transmitido en Radio Acarigua. También hizo en Radio Capital 710AM "La hora
del Camaleón", junto a Juan Manuel La Guardia, Lumute y Adelita. Luego ese programa pasó tres
años a la televisión en Televen, donde ocasionalmente invitaba a su amigo, el compositor
Aldemaro Romero. En televisión tuvo una destacada trayectoria humorística como libretista de
Simón Díaz y su hermano Joselo en el programa "Media hora con Joselo y Simón", y luego en
"Julián y Chuchín, dos vivanes de postín". Participó en televisión junto al humorista e imitador
Rolando Salazar en el segmento "Humor en tiempos de crisis", en el programa de Napoleón Bravo
"24 Horas".
MANUEL EZEQUIEL BRUZUAL (PRÓCER)

Manuel Ezequiel Bruzual Veloz (1830, Santa Marta—Willemstad, 14 de agosto de 1868) fue un
militar adscrito a las ideas liberales quien desempeñó el cargo de Ministro de Guerra y Marina
durante el año 1864 y posteriormente, en el 1868 fue Presidente de Venezuela de forma
provisional. Fue conocido con el sobrenombre de «El soldado sin miedo».

Nacido en Santa Marta (Colombia) -hijo de padres venezolanos en el exilio- realizó estudios
náuticos e ingresó en la Marina de Guerra venezolana durante el inicio de la administración del
presidente José Tadeo Monagas. Joven fogoso de ideas liberales, con el grado de Capitán se
incorporó al ejército, el 24 de julio de 1859. Como militar adscrito a las ideas liberales, participa
activamente en la Guerra Federal y combate en Santa Inés, Purereche, Buchivacoa, Barquisimeto y
Portuguesa. En la batalla de Santa Inés (1859) es ascendido a general. Tras la muerte del general
Ezequiel Zamora en el asedio de San Carlos asume la dirección militar de la Revolución Federal,
convirtiéndose en Jefe de los Ejércitos del general Falcón, sustituyendo al general Zamora tanto en
el mando oficial como en la relación afectiva con la tropa. Su valentía en el campo de batalla le
ganó el apodo del “Soldado sin Miedo”.

Finalizada la Guerra Federal ascendió a Mayor General. Una vez instaurado el Gobierno Federalista
presidido por el Mariscal Falcón es nombrado (en 1864) Ministro de Guerra y Marina, cargo al cual
renuncia poco después, al enfrentarse a Falcón para rescatar la memoria del general Zamora. Dos
años más tarde es sacado de la cárcel donde lo había confinado el mismo Falcón y es designado
Jefe del Estado Mayor del Ejército. En el ínterin, y como parte de los acuerdos de paz, renuncia el
Mariscal Falcón y Bruzual se encarga interinamente de la Presidencia de la República el 25 de abril
de 1868. Más tarde, el 19 de junio, se encuentra con el general José Tadeo Monagas, nuevo Jefe
de la Revolución Azul, pero no logra un acuerdo con este y las fuerzas del gobierno son derrotadas
el 28 de junio de 1868: triunfa la Revolución Azul.

El presidente no pudo defender Caracas y, perdiendo el poder, huyó con 300 hombres hacia
Puerto Cabello donde buscó proseguir con la contienda. Allí se proclama en ejercicio de la
Presidencia de la República y alista tropas para enfrentar el ejército enviado desde Caracas. José
Ruperto Monagas inició el asedio a la ciudad el 6 de agosto de 1868 y, el 12, Bruzual fue herido
gravemente por un francotirador enemigo. Derrotado logra huir a Curazao donde muere el 14 de
agosto después de agonizar a causa de una gangrena. En Willemstad es mandado a ser enterrado
por Falcón en una fosa común sin honores, acompañado por un hermano masón. En 1876 el
general Antonio Guzmán Blanco ordena el traslado de sus restos a Venezuela para ser enterrados
en el Panteón Nacional, nombrando una comisión presidida por su pariente Blas Bruzual.

Un municipio del estado Anzoátegui y otro del estado Yaracuy llevan su nombre, así como un
pueblo del estado Apure (Bruzual) y una villa en el estado Portuguesa (Villa Bruzual).

JOSÉ RAMÓN VELOZ, MAMAJÚA (PERSONAJE)


Nació el 19 de enero de 1918, en plena era Gomecista. Hijo de Julia Veloz y de un caletero y
sepulturero de nombre Carlos Carrillo, apodado "El Capitán del diablo", labores que también
desempeñó nuestro inolvidable y popular personaje. Nació con problemas de aprendizaje. Lo
cierto que su apodo se generó cuando al crecer y al querer llamar a su mamá Julia solo lograba
articular “Mamajúa”.

En 1933, con tan solo 15 años, pierde a su madre, al sepultarla en el Cementerio, fue difícil
hacerle entender que tenía que abandonar el lugar, debido a que no quería dejar la tumba,
quedando solo y desprotegido, sin embargo se desempeñó en diferente oficios, caletero,
sepulturero, también con un carretilla de madera cargaba leña para cocinar y las repartía en las
casa por unas monedas, igualmente con esa carretilla votaba la basura, de una u otra forma se
supo ganar el dinero para su subsistencia.

Por más de 70 años Acarigua lo vio transitar con sus pies hinchados y su bastón, apenas se le
entendía las palabras tales como: Mamajúa o plata, por fin no pudo más por su edad y
enfermedad. Terminando en el asilo de anciano en el año 1993. Hasta que por fin paso a un plano
superior. Pero irónicamente alguien que no dejo descendencia, ni dijo ni hizo nada de
transcendencia inspiro, poemas y una Gaita compuesta por Calixto Diaz. Convirtiéndose en un
icono de la ciudad.
JOSÉ VICENTE DE UNDA (PRÓCER)

José Vicente De Unda y García (Guanare, Capitanía General de Venezuela, 30 de enero de 1777 -
Mérida, Estado de Venezuela, 19 de julio de 1840), fue uno de los más eminentes prelados de todo
el obispado venezolano. Hijo de José Francisco de Unda, un importante funcionario del gobierno
español colonial, y de María Francisca García.

Desde muy tierna edad se distingue por una precoz inteligencia, piedad, obediencia y amor por el
estudio. Fueron sus propios padres quienes le enseñaron a leer, y José Alvarado y el presbítero
Francisco Alvarado, completaron los primeros rudimentos recibidos en el hogar. Su
aprovechamiento por los estudios, le merece en 1787, la beca que correspondía a la Ciudad de
Guanare, para entrar en el "Real Colegio Seminario de Caracas" y a la "Universidad de Caracas". En
la capital de la provincia, José Vicente fue asiduo al estudio y modelo de condiscípulos por su amor
al trabajo, su buen comportamiento y su conducta intachable. Sus buenos procederes y trato
amistoso le captaron la benevolencia de todos, de tal manera, que al terminar sus estudios, le
costearon el grado de "Maestro en Artes" y "Doctor en Filosofía".

En el año de 1800 retorna a Guanare, con el beneficio de "Sacristan Mayor de la Iglesia


Parroquial", de la ciudad. En 1806 fue nombrado "Cura Coadjutor" de la misma sede. Desde 1807
desempeña con mucho acierto el importante cargo de "Vicario del Partido de Guanare".

En abril de 1810, estalla la Revolución Emancipadora de Venezuela, con la expulsión del Capitán
General Vicente Emparan y Orbe; un año después los guanareños, le eligen como su
Representante al Congreso Nacional de 1811, y en calidad de miembro de esta asamblea dio su
voto de adhesión al Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela, el 5 de julio de ese
mismo año.

Cuando el 1 de julio de 1813 Simón Bolívar llega a Guanare, en su Campaña Admirable y poco
después de haber Proclamado su Decreto de Guerra a Muerte , el Doctor Unda procuró impedir la
matanza de algunos honorables españoles establecidos desde años atrás en la ciudad de Guanare;
es así como salva la vida de Don Luis Gonzalo, empleado de la "Real Hacienda de Guanare",
escondiéndolo por muchos días detrás del retablo del altar mayor de la Iglesia Parroquial.

Cuatro meses después Guanare caía nuevamente en poder de los realistas quienes apresaron al
Doctor Unda y a su hermano, el también sacerdote José Antonio Unda, y a otros patriotas que
habían manifestado su franca adhesión a la Independencia de Venezuela. En noviembre de ese
mismo año, el sanguinario Coronel Antonio Puig, antes de abandonar la Ciudad, ordenó la
ejecución de los apresados. Los Hermanos Unda se salvan de una muerte inminente gracias a la
ayuda de una esclava que atrancó la puerta del cuarto donde estaban los dos sacerdotes.

La obra importante del Presbítero José Vicente de Unda, fue la fundación del primer Liceo
establecido en Venezuela, el Colegio San Luis Gonzaga , de la Ciudad de Guanare. A este fin se
destinaron, el Local y las rentas del Convento de los Franciscanos de Guanare, acción erigida por
un Rescripto Papal, de su Santidad Gregorio XVI . Muchos fueron los guanareños que aportaron
sus bienes al establecimiento de este Colegio, donde se contó inmediatamente con más de 100
alumnos, procedentes de distintas partes del occidente del país. La fama y nombradía de que gozo
tan respetada institución debe atribuirse no solamente a la disciplina y buena marcha que el
Doctor Unda supo darle a sus estudios, sino también a la buena reputación y grande aprecio que
gozaba aún fuera de Guanare; no es de extrañar que en 1831 la Ciudad de Barinas le eligiera como
su representante al Senado del Congreso de Venezuela, puesto que desempeñó en esa cámara de
manera honorable, hasta haberle escogido como su presidente.

En 1835, la Iglesia Venezolana, necesitaba nuevamente de sus servicios, para ocupar la sede
vacante de la Diócesis de Mérida, recibiendo su Consagración epicopal de manos del Arzobispo de
Caracas Ramón Ignacio Méndez, en la Iglesia Catedral de San Francisco de Caracas, el 27 de
noviembre de 1836.

Mérida, lo recibe con júbilo y vivas de complacencia; pero su episcopado fue demasiado corto,
pues apenas duró 4 años, Monseñor Unda fallece el 19 de julio de 1840. Fuerte de constitución
física y gozando de buena salud; su naturaleza no pudo, sin embargo, adaptarse a la temperatura
fría y húmeda de los Andes de Venezuela.

Quiso y ordenó que después de su muerte su Corazón fuese llevado a Guanare, y se conservara en
medio de sus conciudadanos y hermanos. El Corazón de Monseñor Unda está guardado en el altar
izquierdo de la Basílica de Nuestra Señora de Coromoto.

ZOBEYDA JIMÉNEZ, LA MUÑEQUERA DE PIRITU (PERSONAJE)

Zobeyda Candelaria Jiménez de Ochoa, más conocida como Zobeyda, La Muñequera, nace en
Píritu, el 2 de febrero de 1942, Día de la Candelaria. Su padre, Nicolás Jiménez, fue un perseguido
político y en varias oportunidades fue detenido. Cuando no estaba preso andaba huyendo. De allí
que Zobeyda desde niña convirtió su corazón en una guarida de perseguidos. En esas andanzas
estuvo también en Maracay donde estudió en la Escuela Trino Celis Ríos, y después en Valencia en
la Normal Simón Rodríguez, de donde egresó como maestra de escuela. Después volvió a Píritu y
trabajó como maestra donde se había iniciado, en la escuela Antonio Ignacio Rodríguez Picón,
hasta que fue pensionada. Hoy en día se dedica por completo a la atención del Museo de Muñecas
de Píritu, edo. Portuguesa, ocupada en las múltiples tareas que hay que realizar.

Alí Primera es un capítulo especial en la vida de Zobeyda. Fue Alí quien la universalizó con su
canción. Fue Alí quien le dijo al mundo que era hermosa la locura de Zobeyda, y fue a través de esa
canción que la conocimos. Fue ganadora del Premio Nacional de Cultura Popular.

El Museo de las Muñecas es un museo muy particular. En realidad se trata de una casa tradicional
venezolana, hecha por manos de obreros campesinos, artesanos. El Museo es un proyecto que
tiene más de treinta años porque empezó en la casa que está en el casco central de Píritu. La
nueva casa-museo tiene unos 20 años, pero haciéndola duraron como cinco.

En este Museo hay cientos de muñecas de todas partes de Venezuela y del mundo, donde
comparten armoniosamente el Museo de Muñecas, el Club UNESCO de Muñecas y el Bosque
Encantado de las Muñecas. El objetivo fundamental es el de buscar un poco de felicidad para
todos, y de manera muy especial para los niños.

Fue una mujer de amplia trayectoria nacional e internacional, elevada a Patrimonio Cultural del
país por su dedicación al recrear el mundo imaginario de los niños, sus juegos, sueños y fantasías,
rescatando una hermosa tradición de la familia venezolana en la cual se formaron generaciones de
venezolanos.

Su trabajo manual lo concluía con retazos de tela y trapos y sus exposiciones andaban
acompañadas de ilustraciones literarias y manifiestos, incluso, estimulaba a quienes participaban
en sus eventos para que escribieran sobre su obra y su infancia.

Justo el día que cumplía 70 años de edad, se despidió de sus muñecas. Un infarto inesperado
interrumpió sus más de cuatro décadas de lucha contra la muñequería industrial y dejó un legado
invaluable al tradicional arte manual.

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