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Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú

siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una
gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos
mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y
el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa
muerte. Amén.
Meditación del día, San José te habla:

Día 1: Voto de perpetua castidad

Hijo, no te extrañes de que te haya llamado y quiera narrarte algunos acontecimientos significativos de mi
vida. No te sorprendas que te haya traído a mi carpintería, para entregar en tus manos esta consagración
que será, para ti, fuente inagotable de todas las gracias y un manantial de todos los bienes.
Espero que tomes conciencia de este tesoro espiritual, que día a día te iré descubriendo, para que limpies
y purifiques tu corazón; porque este hallazgo divino transformará totalmente tu vida. Sé muy disciplinado y
no dejes para última hora cada meditación, solo quiero ser la prueba de que para ser buenos y auténticos
seguidores de Cristo no se necesitan grandes cosas, sino que se requieran las virtudes cristianas, decisión de
dejarlo todo para ganarlo todo, voluntad y firmeza para alcanzar el cambio, una verdadera conversión en
Dios.
Hoy quiero hablarte del voto de perpetua castidad que hice a Dios, deseaba pertenecerle totalmente; Él era
mi único pensamiento. Este era una pequeña ofrenda, un acto de amor; porque en su Divina Providencia lo
había recibido todo, su misericordia fue derramada sobre mí como lluvia copiosa. Por este voto perpetuo de
castidad, fui puro en pensamiento, palabras y obras; conservando mi virginidad y pureza, aun, dentro del
matrimonio.
Aprende a controlar tus pasiones, a dominar tus instintos; la castidad es una gracia sobrenatural, un
don que perfuma todo tu ser, una luz radiante descendida del cielo que te hace semejante a los santos
ángeles; la castidad atrae sobre ti la mirada pura y virginal de mi celestial esposa. Jesús cuidará de ti, dejará
que recuestes tu cabeza en su pecho sagrado, a imitación de su discípulo amado.
Dios hizo de mí el hombre más puro en virginidad, más profundo en humildad y más elevado en
contemplación.
Propósito del día:
Decide hoy mismo de manera firme confrontar los patrones de pensamientos, palabras y acciones
impuros y reemplázalos con la virtud de la castidad con la ayuda de San José.
Día 2: Vida santa en el tiempo de mi juventud

Hijo, espero que sientas gozo de nuestro encuentro de amor y sientas la necesidad de venir diariamente a mi
carpintería, porque estás cansado de una vida fácil y cómoda, buscas trascender y encontrarte con Dios.
Espero que esta consagración avive en ti la devoción al humilde carpintero de Nazaret; porque se me
concedió un poder de intercesión superior al de todos los santos y ángeles, porque nada puede negarme Jesús
y María.
Desde mi juventud me acerqué a Dios, le consagré mi vida, sentía temor de ofenderlo, abrí mi corazón a su
gracia y se lo ofrecí como humilde morada; sentía una gran necesidad de estar siempre a su lado; mi mente
permanecía ocupada pensando en Él; consideraba el pecado como la ruina y la causa de destrucción de los
hombres; obedecí a las leyes divinas, busqué la santidad y la perfección; no me dejé arrastrar por el mundo,
quería ser de Dios y para Dios.
Hoy, que has venido a mi carpintería déjame trabajar la madera rustica y agrietada de tu corazón, déjame
direccionar tu alma de manera prudente y sabia; porque no quiero que corras el peligro de perderte y de
ser desviado del camino que te lleva al cielo. Tristemente, muchos jóvenes se dejan seducir por el demonio,
el mundo y la carne; no miden las consecuencias que trae consigo el pecado, no piensan en la vida eterna; no
creen que Jesús, algún día, los llamará y les pedirá cuenta de sus actos.
Jamás desvíes tu mirada hacia los placeres efímeros, desconfía de ti mismo, considérate ávido y necesitado
del Señor; proponte vivir en santidad, dirigir tus pasos según los delineamientos del Evangelio. Si eres
santo heredarás el reino de los cielos, experimentarás mi abrazo paternal, percibirás la mirada pura y
amorosa de mi Hijo Jesús, te sentirás protegido y arropado bajo el manto de mi virginal esposa.
Propósito del día:
Identifica una manera en la que puedes ser la luz de Cristo para aquellas personas que veas y sirvas
hoy.
Día 3: Elección que hizo Dios para ser el esposo de la Virgen María

Hijo, recuerda siempre que mi humilde carpintería debe ser para ti lugar de descanso; en ella encontrarás la
paz que tanto ansías en tu corazón, en ella te sentirás amado y protegido por mí, en ella encontrarás solución
a todos tus problemas; siempre te estaré esperando para perfumar tu corazón del exquisito perfume que
brota de las santas llagas del Mártir del Gólgota.
Hoy, quiero hablarte de la elección que Dios hizo para ser el esposo de la Virgen María; elección que me llevó
a renunciar a mi propia voluntad, a aceptar con humildad los designios divinos, a considerarme indigno de
esta gran misión. Pero los misterios de Dios son insondables e inescrutables; Él hace su obra, cuando el
alma elegida es dócil a sus inspiraciones y se deja conducir por el eco paternal de su voz.
Acudí de inmediato, cuando fui llamado al templo; los sacerdotes pidieron a Dios como señal, que floreciera
la vara seca en las manos de quién sería el esposo de la Santísima Virgen María. Porque para Dios no hay
nada imposible, Él suele manifestar su poder y su gloria.
Este acontecimiento, en mi vida, marcó con un flechazo de amor mi corazón, desde aquel instante florecerían
en mí las virtudes que necesitaba para mi desposorio con la Reina del cielo; mis planes ya no eran mis planes,
primero estaba Dios, a Él debía serle fiel por toda la eternidad.
Esta meditación debe llevarte a una reflexión seria y profunda de si realmente estás haciendo la divina
voluntad, si eres merecedor de recibir las gracias provenientes del Corazón puro y misericordioso del Señor,
si eres dócil en dejarte pulir y tallar por el divino alfarero, si tienes fe y dejas que Dios realice en ti proezas.
Esta consagración cambiará tu historia personal, recibirás efluvios de gracias celestiales que te
renovarán y te transformarán interiormente.

Propósito del día:


Examina qué tan dispuesto estás para dejar a un lado tus propios planes y ambiciones y así, como San
José, busques de manera silenciosa atender primero las necesidades de los demás.
Día 4: Felicísimo día de mi desposorio con la Santísima Virgen

Hijo, vence obstáculos y continúa el camino de esta consagración, invócame en tus tentaciones; pues los
demonios temen mi nombre; acude a mí para que salgas más fácilmente del pecado y puedas alcanzarme
una sincera conversión a Dios. En primer lugar, confíame tus oraciones, soy el tesorero de las gracias del
Altísimo, las entregaré a la Virgen María para que ella se las entregue a Jesús; si deseas fortaleza en las
dudas, yo seré tu consejero; si deseas fortaleza en las tribulaciones, yo seré el confortador; si deseas
crecimiento en tu vida espiritual y acudes a mí, alcanzarás todas las virtudes.
Hoy quiero hablarte del felicísimo día de mi desposorio con la Santísima Virgen. Ese día, me embriagué de la
abundancia de la casa de Dios y bebí del torrente de sus delicias. Ese día, florecí como palmera y como cedro
del Líbano, extendí mi sombra bienhechora en la casa del Señor. Ese día, me hacía cooperador de la obra de
la redención. Ese día, la Mujer del Fiat venía a formar parte de mi vida; desde ese día, era el camino más
corto, más rápido y más seguro para llegar a María.
Desde hoy, proponte amar a la Santísima Virgen María; hazte su esclavo de amor, conságrate a su
Inmaculado Corazón y compórtate como el mejor de sus hijos. Ella es la dispensadora divina de los tesoros
de Dios, ella es la obra más perfecta de las manos del Omnipotente, ella es la estrella luminosa y
resplandeciente, ella es el astro más luminoso del firmamento, ella es la Madre más tierna y compasiva de
los hombres.
Reza, para que los esposos se amen con sinceridad, vivan en la fidelidad absoluta, haya honestidad en
sus acciones; para que imiten los valores de la Sagrada Familia de Nazaret.
Propósito del día:
Reflexiona en tu identidad glorificada como hijo de Dios Padre y cómo estás ayudando a que aquellos
que se te han confiado para su cuidado, estén más cerca de Dios.
Día 5: Dolor que me causó la ausencia de mi castísima esposa

Hijo mío, has de saber que esta consagración es el regalo que tengo para cada uno de mis
devotos. Porque quiero ser tu refugio, tu apoyo y esperanza, después de Jesús y María. Quiero ser tu guía,
para que marches con paso firme en el camino del bien y llegues al puerto seguro de la salvación. Quiero ser
el patrono de tu vida interior y enseñarte la ciencia de la perfección cristiana. Quiero defenderte de todos los
peligros, asechanzas y engaños de los enemigos visibles e invisibles. Quiero consolarte en las amarguras de
tu vida, especialmente en las agonías de la muerte.
Cuanto deseo que se produzca en ti un cambio y sientas la necesidad de acercarte a Jesús, de enderezar tus
caminos y de vivir de acuerdo a los preceptos de Dios. Cuanto deseo que te desapegues del mundo y vivas
en la fascinación de una vida espiritual, en la que el Señor sea el centro y el principio fundamental
de todas tus cosas.
Hoy quiero manifestarte el dolor que me causó la ausencia de mi castísima esposa en el tiempo que
permaneció asistiendo a su prima Isabel; porque era el compañero inseparable de la bienaventurada Virgen
María, era el custodio fiel de la Madre del Hijo de Dios; el Padre Eterno me había destinado para ser el esposo
de su hija Inmaculada. Cómo no extrañar su ausencia, si ella es el centro de las delicias y complacencia del
Altísimo; ella es el fiel espejo de sus perfecciones divinas; su vientre virginal fue el primer altar, en el que el
Verbo encarnado se ofreció como víctima del Altísimo.
No entiendo como algunas personas rechazan a la Madre de Dios, se resisten a su amor, la excluyen
totalmente de sus vidas; si ella es la intercesora de todos los hombres en el cielo, la dispensadora de todas las
gracias.
Propósito del día:
Acude a San José por su paternidad espiritual y por la gracia de tener su misma confianza absoluta en
Dios ante cada reto, presente y futuro, en el cuidado de tu familia y para imitar su profundo amor por
la Santísima Madre de Dios.
Día 6: Gozo y alegría en mi oficio de carpintero porque por medio de él
sustentaba a la Reina del Cielo

Hijo, proponte vivir esta consagración para que alcances todas las virtudes: pureza de cuerpo y de alma,
humildad, constancia, fortaleza, perseverancia; virtudes que te harán victorioso de tus enemigos y te
merecerán la gracia de ir a gozar de la recompensa eterna.
Quise ser semejante en costumbres y virtudes a la Santísima Virgen, de quien por voluntad de Dios fui
escogido para ser su esposo; por eso, mi corazón se inundaba de gozo y de alegría por mi oficio de carpintero.
Porque me servía para sustentar a la Reina de Cielo, ante cuya presencia se inclinan los serafines; en quien
los hombres centran su esperanza, después de Jesús. Este humilde trabajo me llevaba a alabar a Dios y a
glorificarle por sus proezas, buscaba trabajar con perfección la madera y ganarme el pan diario con el sudor
de mi frente; tenía la firme convicción de que trabajaba para Dios y no para buscar elogio de los hombres.
Hacía del trabajo oración y continuamente deba gracias al Altísimo; porque mis manos podían trabajar
laboriosamente, podían hacer una obra agradable a los ojos de las criaturas.
Hoy, que has venido a mi carpintería, déjame pasar sobre tu corazón la garlopa de mi amor, hasta dejarlo
liso, sin asperezas, para que la luz celestial penetre en tu interior con todo su resplandor.
Hoy quiero enseñarte a valorar tu trabajo, por humilde que sea; das gloria y honra a Dios. El trabajo
ha de ser para ti una bendición descendida de lo alto; te saca del ocio y te hace diligente, responsable, puedes
aportar a tu familia, a la sociedad; el trabajo te dignifica, te hace persona. Mi oficio de carpintero era
también un medio para llegar al corazón de muchos mis hijos, necesitados del amor de Dios, de una palabra
de consuelo, una voz de esperanza en el sufrimiento, una luz en el camino incierto.
Propósito del día:
Piensa en una manera de morir a ti mismo” y pon como prioridad las necesidades de tu familia (o las
necesidades de las familias de tu parroquia) sobre las tuyas. Comprométete con esta forma de actuar
por lo menos por una semana.
Día 7: Turbación que me causó el ver en cinta a mi purísima esposa

Hijo mío, a través de esta consagración, te preparo para que salgas airoso en el combate espiritual y no te
dejes derrumbar ante la tentación e insidia del enemigo. Fortalezco tu fe para que camines, aun sobre brasas
ardiendo; te arranco de las trivialidades del mundo y te llevo a una vida interior profunda. Te haré vivir una
experiencia de amor en la que sentirás un gran deseo de servirles solo a Jesús y a mi Santísima esposa.
Mi corazón jamás se pudo resistir a los atractivos de la Virgen María; ella era el embeleso de mis ojos, el
consuelo en mis tristezas, el sostén en mis dificultades, mi refugio en las persecuciones, mi protección en
todos los peligros; ella era la amada de Dios y colmada de todos los dones. Interiormente la veneraba porque
fue puesta en un lugar eminente, para hacerme compañía y ayudarme en las batallas de la vida. Su
abnegación, su silencio, su pureza angelical, su humildad, su mirada cándida, sus dulces palabras causaban
en mí admiración, asombro, por el enorme privilegio de tenerla a mi lado.
Hoy quiero hablarte de la turbación que me causó, el ver en cinta a mi purísima esposa. Esto fue como un
huracán violento que arrasó con la paz de mi corazón; los días y las noches se me hacían largos divagando
en la duda e incertidumbre; mi mente no podía dilucidar este misterio que transformaría la historia de la
humanidad, dejaría huellas indelebles por generaciones. Este dolor se cambió en un gran gozo, cuando el
ángel me reveló en sueños el misterio de la Encarnación y me dijo que no temiera, que lo engendrado en
María era obra del Espíritu Santo.
Hoy te invito a meditar en este misterio: el Hijo de Dios, hacía del vientre virginal de mi esposa un hermoso
jardín. Estos Sagrados Corazones serían como dos árboles de olivo que derramarían su aceite, para sanar y
curar las heridas y enfermedades de los hombres. Estos Sagrados Corazones serían como dos estrellas, que
desprendían sus fulgurantes rayos de la luz para iluminar el camino de la humanidad.
No dejes que la turbación entre en tu corazón, busca la paz que el Señor te la concederá en
abundancia. No te dejes inquietar ante las circunstancias de la vida, ofrece tus sufrimientos a Dios y
repara por tus pecados.
Propósito del día:
Reflexiona en la realidad y en el poder de Jesús al estar plenamente presente en la Sagrada Eucaristía,
y si no lo has hecho todavía, haz que la Misa dominical sea una actividad no negociable para tu
familia.
Día 8: Gozo que tuve cuando el ángel me reveló el misterio de la
encarnación

Hijo, ven que el humilde carpintero de Nazaret te llama; desde muy temprano te estaba esperando; sé que
fácilmente te olvidas de muchas cosas; pero nuestro encuentro diario de amor lo llevas muy grabado en tu
mente, en tu corazón; ansias que llegue nuestra hora convenida porque nuestros diálogos te edifican, sacas
el máximo provecho para tu vida.
Hoy no tengas en cuenta el tiempo; mientras cumpla con mis deberes diarios, te iré hablando, te iré
instruyendo; porque no quiero que sufras o des un paso en falso que te lleve a la derrota, a la perdida de la
fe o la frustración. Proponte meditar en mis consejos y ven a mí, cada vez que te sientas triste, enfermo
o desolado; ven a mí, cuando tengas cualquier necesidad; te ayudaré a confiar más en Jesús, a no
desesperarte, a abandonarte por entero a su Divina Misericordia. De mi parte, intercederé por ti para que
mi Hijo escuche tus ruegos, te libere de tu aflicción y te sientas sostenido de sus manos santísimas.
Hoy quiero unirte al gozo que tuve cuando el ángel me reveló el misterio de la Encarnación; misterio que
cambiaría el curso de la humanidad y haría historia en todas las generaciones. Misterio que disipó mis dudas
porque mi corazón fue inflamado de una paz celestial; tenía la certeza de su veracidad y esperaba con alegría
el nacimiento del Hijo de Dios. Comprende hijo mío que los misterios de Dios son insondables e inescrutables;
hay que creer en ellos, sin hacer uso de la razón.
Hoy quiero hacer florecer en ti la fe. El gran misterio de la Encarnación debe adherirte, aun mas a Jesús y
a mi virginal esposa María; Sus Sagrados Corazones siempre estarán unidos; porque donde está Jesús, está
María; y donde está María está Jesús. Sé un gran amante de estos dos Corazones, así como lo fui yo en la
tierra y lo sigo siendo ahora en el cielo.
Propósito del día:
Decide ser completamente honesto y justo en cada interacción que tengas durante este día.
Día 9: Aflicción y tristeza que sentí por la orden de César Augusto que
me obligó a emprender el camino a Belén

Hijo, si vives con radicalidad esta consagración, perfeccionaré tu vida interior y te llevaré a recorrer las
sendas de la virtud y de la santidad; recibirás las gracias de renunciar a las cosas del mundo y huir del
pecado; te considerarás débil y necesitado de la misericordia; brotada del corazón de mi Hijo Jesús;
aprenderás a descubrir los grandes misterios que te acercarán, cada vez más, a Dios. Trabajaré en ti hasta
dejar tu alma sin perforaciones o grietas que se roben las gracias celestiales que el Señor suele conceder
a los corazones limpios.
Cuidaba y protegía a mi virginal esposa. Ella era todo en mi vida, después de Dios, ella era mi guía en los
caminos difíciles; de su Inmaculado Corazón brotaban torrentes de amor. Ella era el cristal más puro y el
rubí más precioso. Ella era la soberana Emperatriz de los ángeles y de los hombres; en su vientre virginal
florecía un lirio purísimo y perfumado que atraería la mirada de toda la humanidad.
Hoy quiero llevarte a meditar en la aflicción y tristeza que sentí, por la orden de César Augusto, que me obligó
a emprender el camino a Belén; porque debíamos empadronarnos en nuestro lugar de origen. Entré en un
profundo dilema de tener que ausentarme de mi esposa, cuando estaba próximo el alumbramiento del Hijo
de Dios. Ante esta situación, oramos y nos abandonamos a los designios divinos. Emprendimos el viaje y, a
pesar de las luchas y dificultades, sentíamos alegría, paz de obrar según el santo querer de Dios.
Hoy te invito a caminar por el sendero que Jesús te tiene señalado; no andes en contravía a su santa
voluntad, cumple a cabalidad su Evangelio y sé un buen cristiano que predica con su testimonio de vida. Te
llamo al cumplimiento de las leyes civiles y religiosas; toma conciencia que sólo en Dios y viviendo para Dios,
serás feliz.
Propósito del día:
De manera honesta y en oración, confronta y deja al descubierto todos los pensamientos y acciones
inmorales que albergas o en las que participas en la actualidad, aunque parezcan inofensivas,
insignificantes o habituales. Decide llevarlas al sacramento de la Reconciliación.
Día 10: Sufrimientos y molestias que padecí durante el viaje, siendo
despedido de las posadas

Hijo, déjame transformar tu vida a través de esta consagración; déjame dejar en ti un bello recuerdo que
nada ni nadie lo borre de tu mente o de tu corazón. Pon una pequeña dosis de tu esfuerzo personal y ven
a mi carpintería durante estos 33 días, para yo trabajar en ti y pulirte en virtud, acrecentar tu devoción por
la Santísima Virgen María. Porque ella es la que reparte los tesoros de Dios a manos llenas. Ella es Madre
misericordiosa que se compadece de las debilidades de sus hijos y jamás rechaza a ningún pecador que le
pide su ayuda. Ella es la paloma de la paz, que trae al Príncipe de la paz. Ella es la celestial Señora, que
consigue todos los auxilios de Dios.
Tristeza y aflicción experimenté durante el viaje a Belén; pero también la confianza que me infundía mi
virginal esposa, me llevaba a sentir alegría y una excesiva confianza en el plan que Dios había trazado en
nuestras vidas. Llegamos a Belén, en altas horas de la noche; busqué posada para la Reina de los cielos y
tierra, pero fue infructuoso mi esfuerzo: los hombres cerraron la puerta a la Hija predilecta del Padre Eterno.
Este rechazo inundó mi corazón de amargura, no pude contener el llanto. Pero la Virgen María me consolaba,
me llamaba a aceptar este acontecimiento como un acto permitido por Dios, a no desesperarme. Después de
tanto buscar un lugar digno para descansar de nuestro fatigoso viaje, decidimos salir a las afueras del
pueblo, y allí encontramos un establo desocupado para pasar la noche.
Hoy quiero enseñarte a que permanezcas gozoso en medio de la cruz y las dificultades, a que confíes en el
Señor y te acojas a sus promesas; Él cuidará de ti como a la niña de sus ojos, te prestará su Sagrado
Corazón como refugio y hospedería de todas las almas.
Propósito del día:
¿Hay situaciones en mi vida en este momento que requieran de gran sabiduría y prudencia para saber
qué es lo correcto? Si es así, identifícalas y decide buscar la sabiduría de Dios por medio del consejo
y de la oración para prepararte a actuar con prudencia.
Día 11: Gozo y alegría que sentí, al ver nacido al Niño Jesús en los brazos
de Su Santísima Madre

De nuevo llegaste a mí, ávido de conocer un poco más de mi vida. Esta consagración, que estás haciendo al
castísimo esposo de la Inmaculada Virgen María, producirá en ti frutos abundantes, buscarás el ejercicio
sólido de las virtudes celestiales y la santificación de tu alma. Es importante que, seas muy puntual en
nuestro encuentro diario, superes obstáculos y dificultades, y te propongas como meta: terminar estos 33
días de preparación.
Hoy, que has venido a mi carpintería, quiero que aprendas de mí: la humildad profunda, la oración continua,
el amor al trabajo; porque debes ganarte el pan de cada día con el sudor de tu frente, debes construir un
proyecto sólido en el que puedas alcanzar tu máxima realización: la felicidad, aun, en las cosas pequeñas.
Hoy quiero compartirte la alegría que sentí, al ver nacido al Niño Jesús en los brazos de su Santísima Madre.
Esta preciosa escena me llenó de gozo y de admiración, nunca pude borrar este recuerdo de mi mente: la
siempre Virgen María arrullando al recién nacido, prodigándole amor, ternura, abrigándolo con sus caricias
maternales. Este episodio, en mi vida, me llevó a contemplar la grandeza de Dios hecho hombre, la
extraordinaria misión de la Santísima Virgen, el privilegio de ser el custodio y protector de estos Sagrados
Corazones.
Jesús y la Virgen María deben significar el todo para ti. Tu devoción por mí sería imperfecta si no los
tuvieras a ellos en primer lugar. Pronuncia en tus tribulaciones los nombres de Jesús, María y José; pues, te
servirán de consuelo; la llama de la esperanza arderá en ti con vehemencia, sentirás alivio en tu sufrimiento
y desahogo en tus penas.
Acude a mí en tus dificultades, puedo alcanzar de Dios muchos favores; pues, estoy muy cerca del
Redentor y de su divina Madre.
Propósito del día:
Identifica una circunstancia en tu vida en donde necesites más valor. Pide la gracia de la valentía y la
ayuda de San José para tomar los pasos necesarios y enfrentar tu dificultad.
Día 12: Dolor que sentí, al ver al Niño Jesús recién nacido en tanta
desnudez y pobreza

Hijo, déjame escribir, con letras de oro en tu corazón, cada una de las lecciones de esta consagración, para
que medites en ellas y contagies al mundo entero en la devoción del castísimo esposo de la Madre de Dios. Así
como fui el tutor de Jesús, lo quiero hacer con todos aquellos que se acerquen a mi carpintería, para
despertarlos: en la prudencia, fidelidad, pureza, humildad, caridad y silencio; virtudes que son
importantes para el crecimiento en la vida interior.
Hoy quiero compartirte el dolor que sentí, al ver al Niño Jesús recién nacido en tanta desnudez y pobreza;
me sentía impotente al no poder remediar esta situación, quería suplir esta necesidad. Pero,
lamentablemente, carecía de los recursos económicos para hacerlo. Mi Corazón se partía de dolor, al ver al
Divino Niño casi desnudo, tiritando de frío; quería tomarlo entre mis brazos para arroparlo con mi amor y
mi ternura de padre. En esa noche, un perfume celestial se esparció por todo el lugar, inundando mi Corazón
de una paz divina que me llevó a contemplar la hermosura del Hijo de Dios, a entrar en un éxtasis ante su
mirada pura: mi Corazón había sido herido de amor por el Amor de los amores. Claramente se escuchaba el
canto armonioso y perfecto de los santos ángeles; el establo se encontraba iluminado por una luz descendida
del cielo; que nos permitía apreciar la belleza y el encanto del Niño Jesús.
Deja que el Divino Niño nazca en tu corazón, caliéntalo con el fuego de tu oración, adóralo como a tu
Dios y Señor, acéptalo como al Rey de tu vida y sométete al reinado de su Sagrado Corazón.
Propósito del día:
Identifica un área en tu vida en donde te resistas a obedecer la voluntad de Dios. Ora a San José para
que tu confianza aumente y puedas experimentar la verdadera libertad que proviene de la obediencia
a Dios.
Día 13: Gozo y alegría que recibí, al ver que los pastores vinieron al
portal de Belén a conocer y a adorar al Niño Jesús

Hijo, gracias te doy por haber venido a mi humilde carpintería; te estaba esperando; sabía que no me dejarías
solo. El deseo que tienes de consagrarte al esposo de la Madre de Dios, te lo ha puesto Jesús; porque Él me
ha encomendado la misión de protegerte, de llevarte a una vida interior profunda y de conducir tu
alma por las sendas de la santidad; de sembrar en tu corazón lirios perfumados; para que florezcan en ti
las virtudes y cada día te asemejes más al Señor; porque Él es el camino, la verdad y la vida; en Él hallarás la
salvación.
Hoy quiero manifestarte el gozo y la alegría que sentí; al ver que los pastores vinieron al portal de Belén a
conocer y a adorar al Niño Jesús. Dichosos, ellos, que pudieron apreciar con sus ojos al Rey de reyes y Señor
de señores; dichosos, ellos, que se postraron ante el Hijo de Dios para alabarlo y glorificarlo.
Hoy te pido, que vayas a adorar a Jesús en el sagrario; allí te encontrarás cara a cara con Él, te sentirás
abrasado en el fuego de su amor divino; tu alma será inundada de una paz celestial, te sentirás amado y
perdonado por Él. Porque, su Corazón sobreabunda en misericordia; experimentarás un gozo tan grande,
que no encontrarás palabras para describirlo.
El Hijo de Dios nace en un humilde portal de Belén a la intemperie, expuesto al frío, en la más extrema
pobreza. Los pastores dieron calor al Divino Niño con el fuego de una oración sentida, cargada de amor y
sinceridad, brotada desde lo más profundo de sus corazones; quedaban extasiados ante su hermosura,
perdiendo la noción del tiempo y del espacio. Algo grande y extraordinario sucedía en ese momento; en ese
instante, comprendía que atraería la mirada del mundo entero; multitudes de hombres lo adorarían y lo
aceptarían como el Señor de sus vidas.
Espero que, a través de esta consagración, se despierte en ti un vivo deseo de adorar a mi Divino Hijo
en el santísimo sacramento; porque la adoración eucarística es puerta del cielo; que transfigura toda tu
persona y te hace radiante como la luz del sol.
Propósito del día:
Escribe una pequeña oración a tu ángel de la guarda y pídele a Dios su ayuda para que estés consciente
de su presencia, de sus armas espirituales y de su ayuda celestial. Reflexiona el pasaje de Efesios 6,
10-17, La armadura de Dios para el cristiano”.
Día 14: El dolor que tuve en la circuncisión del Niño Jesús

Hijo, espero que sientas en tu corazón el deseo de encontrarte a solas conmigo en mi carpintería; ya te he
perdonado el abandono en que me has tenido por muchos años, te he justificado porque nadie te había
hablado de mí; de niño no te infundieron esta devoción; cómo censurarte si no tienes culpa alguna, no sabías
de mi misión en la Iglesia.
Considérate afortunado porque tarde o temprano te acercaste a mí, te mostraron el gran poder de
intercesión que me ha otorgado el cielo; motivado por la curiosidad; empezaste a pedir mi auxilio; me
confiaste tus problemas, algunos secretos que te han llevado a la tristeza y hasta a veces a la desesperación.
Me entregaste tus enfermedades, me pediste por tu familia, por tu trabajo; y, yo, no me hice esperar; de
inmediato abogué por ti ante mi Divino Hijo, le supliqué que tuviera misericordia contigo y te asistiera en
tus necesidades. Ahora te toca esperar con paciencia, deja que el Señor actúe en tu vida; no seas
inmediatista, dale tiempo, vive en la divina voluntad y aguarda con paz; ten el convencimiento que tus
oraciones serán escuchadas.
Hoy, te quiero manifestar el dolor que tuve en la circuncisión del Niño Jesús; quería estar en su lugar; al verlo
tan tierno e indefenso derretía de amor mi Corazón; su llanto me hizo sollozar. Pero, mi fidelidad a las leyes
me mantuvo firme, a pesar del sufrimiento que este hecho me causaba. Guarda en tu corazón mis palabras y
aplícalas en tu vida diaria; cumple a la perfección con las leyes de Dios y, de esta manera, serás feliz; las
bendiciones llegarán a ti como torrenciales de lluvias impetuosas.
Recuerda que, en mi carpintería, siempre me encontrarás como padre y hermano tuyo para
alegrarte en tus tristezas y fortalecerte en tu debilidad.
Propósito del día:
Pídele al Espíritu Santo que te sugiera una persona o situación en donde puedas demostrar más
paciencia. Pídele a José, Espejo de paciencia, que te enseñe la manera práctica de hacerlo.
Día 15: Gozo y alegría al saber que el Niño debía llamarse Jesús”, que
significa salvador”

Hijo, de nuevo, has venido a mí motivado por el deseo de encontrar la paz y una plena realización de tu vida;
de nada debes preocuparte, ya has abierto tu corazón para que Jesús entre en ti y haga contigo su obra de
arte. Sé tan dócil como un barro blando en las manos del alfarero o como las hojas de los árboles que se
mueven al compás del viento; enamórate cada día más de Él; síguelo con total libertad, no dejes que nadie
se interponga en tu amor. Él debe ocupar el primer lugar, lo demás es añadidura. Comprende que la
felicidad la encontrarás sólo en el Señor. Él ha de ser tu máxima riqueza; los bienes materiales no
perduran, mientras que los bienes espirituales permanecen.
Tuve gran gozo y alegría al saber que el Niño debía llamarse Jesús”, que significa Salvador”; nombre que
atraería a muchos hombres a seguirle, haría eco en el corazón de toda la humanidad; nombre que estaría
por encima de todo nombre y al cual toda rodilla se habría de doblar y toda cabeza inclinar.
Quiero, en este día escribir con letras de oro el nombre de Jesús”, en tu corazón, para que ni el mundo,
ni el paso del tiempo, intenten borrarlo; para que sometas tu vida al dulce imperio de su amor, para que
tus ojos siempre estén puestos en Él y jamás se desvíen de las cosas que puedan perjudicarte. Quiero que el
nombre de Jesús, también lo lleves impreso en tus labios y en tus pensamientos; que tu sangre hierva de amor
por Él, que tu misma respiración sea acto de sujeción a su divina voluntad, que tengas la convicción que el
nombre de Jesús sana y libera.
Propósito del día:
Pídele al Espíritu Santo que te muestre un área en tu vida en donde la excesiva dependencia a los
bienes materiales te impida desarrollar la virtud de la pobreza y confiar en la providencia de Dios.
Encomienda estas áreas a Dios mediante una oración sencilla.
Día 16: Misterios que se obraron, en los días que permaneció el Niño
Jesús en el portal santo de Belén

Hijo, aprovecha cada momento de nuestro encuentro, no dejes escapar ni una sola de mis palabras; los
consejos que te estoy dando; a través de esta consagración, son para que los pongas en práctica en
tu vida diaria. No busco ocupar el puesto de Jesús o el de la Santísima Virgen María; a ellos les debes profesar
gran devoción y amor, antes que a mí; solo quiero ser el puente para que te acerques a ellos y vivas felizmente
a su lado.
Jesús es la luz potente que ilumina tu vida, es la puerta angosta por la que debes entrar, es el camino que
debes andar, es el gran tesoro que te hace rico una vez que lo encuentres. La Virgen María es tu gran
intercesora en el cielo y la dispensadora de todas las gracias; es la humilde esclava del Señor; que te invita a
ser su esclavo y a vivir según los designios que Dios tenga establecidos para ti; es prototipo de vida que debes
imitar para que seas santo.
Ocurrieron grandes misterios en los días en los que permaneció el Niño Jesús en el portal santo de Belén. Una
paz celestial llenaba mi corazón, mi alma experimentaba un gozo indescriptible; un perfume sobrenatural
sumergía mis sentidos en un éxtasis de amor divino; el tiempo me parecía como si se detuviese, pues, al final
de cuentas estaba con el dueño y dador del tiempo; su divina presencia eclipsaba de amor todo mi ser.
En el portal de Belén se hallaba el gran misterio, que pronto sería revelado al mundo entero; misterio
de amor que, también, se encuentra en todos los sagrarios de la Tierra; corre presuroso y descúbrelo,
te sentirás abrasado en su fuego de amor; espiritualmente, serás transportado al cielo; no podrás contener
tanto gozo en tu corazón, se desparramará para contagiar a otros de esta locura de amor.
Propósito del día:
Toma unos momentos para examinar tu equilibrio entre la vida y el trabajo y pídele al Espíritu Santo
y a San José que inspire tus pensamientos, deseos y decisiones sobre lo que tal vez debas modificar
para reflejar las prioridades de Dios. Pídele a Dios la gracia para reajustarte.
Día 17: Jornada que hice a Jerusalén con mi esposa María y el Divino
Infante, para cumplir con la ley de la purificación y presentación del
Niño Dios en el templo

Hijo, espero que sientas alegría de encontrarte conmigo en mi carpintería; porque, en la medida que avances
en tu caminar espiritual, una obra majestuosa se irá gestando en ti. Tus rasgos adquirirán mayor perfección,
tu alma obtendrá el resplandor de la luz de Dios; cada vez que vengas a mi carpintería: renovaré todo tu ser,
taparé grietas en tu corazón e impediré que el demonio entre y cause daños irreversibles en ti. Aprende a
abandonarte en las manos del Señor, a descubrir su divina voluntad y a dirigir tus pasos por el
camino que te tenga señalado.
En sueños, un ángel me revela que ya es el momento de emprender la jornada a Jerusalén, con mi esposa
María y el Divino Infante, para cumplir con la ley de la purificación y presentación del Niño Dios en el templo.
Jornada en la que nos sentimos acompañados y protegidos por los santos ángeles. En nuestro viaje
cantábamos alabanzas a Dios, hablábamos de su misericordia, nos entreteníamos en santas conversaciones;
admiraba, de mi virginal esposa, su humildad en ella, siendo tan santa y sin mancha alguna, iba a purificarse
como las demás mujeres; también quedaba perplejo de amor ante el Niño Jesús; porque era presentado como
los demás niños.
Al llegar al templo, nos encontramos con el anciano Simeón y la profetiza Ana. Una vez realizada la
ceremonia, Simeón tomó en brazos al Divino Niño y bendijo a Dios diciendo: ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante
todos los pueblos, luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”. Luego Simeón nos bendijo y
dijo a María su Madre: este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten, y será como un
signo de contradicción; y a ti una espada te atravesará el alma, para que se pongan de manifiesto los
pensamientos de muchos corazones”.
Propósito del día:
Pregúntale a Dios qué le parece la forma en que estás distribuyendo tu tiempo, actividades y recursos
para formar a tu familia en Iglesia doméstica; platica con tu esposa, esposo o padres sobre lo que
escuchaste en tu oración.
Día 18: Dolor que sentí al oír profetizar a Simeón los sufrimientos de Mi
Hijo, y la espada de dolor que habría de atravesar el corazón de Su Madre

Hijo, quiero que encuentres, en mi carpintería, la paz que tanto ansías en tu corazón, la fortaleza para
soportar las pruebas con amor, resignación y abandono absoluto en la divina voluntad. Quiero que
encuentres, en mi humilde carpintería, el dominio que necesitas para no dejarte vencer ante la
adversidad, y encuentres en el sufrimiento un tesoro escondido que te lleva al crecimiento a aumentar tu fe
y a confiar en el poder de Dios. Porque todo pasa, nada perdura, así sientas que el peso de tu cruz supera tus
fuerzas.
Presta atención a mis palabras y medita en el dolor que sentí al oír profetizar a Simeón los sufrimientos de
mi hijo, y la espada de dolor que habría de atravesar el corazón de su Madre. Estas palabras, me causaron
un terrible dolor, una herida se produjo en mi alma al pensar en el sufrimiento que le esperaría al Divino
Niño. Pero, acepté los planes de Dios, me abandoné por entero a sus santos designios; comprendí que sus
planes celestiales traerían numerosas bendiciones a toda la humanidad; el mundo sería redimido, liberado
del pecado.
En este día, quiero que aprendas a no cuestionar los misterios divinos, a saber, afrontar las situaciones
difíciles e inciertas, a armarte de paciencia y de valor; porque el Señor todo lo permite para el bien de los que
lo aman. En este día, haz una seria reflexión de tu vida, saca tus propias conclusiones e identifica tus
fortalezas y debilidades; proponte un cambio, con la ayuda de Jesús lo lograrás. Recuerda que está llamado
a la santidad, a la práctica de las virtudes, a amar a Dios sobre todas las cosas.
Propósito del día:
¿Qué cruces pesadas estás cargando? Únelas a Jesús. Invita a los miembros de tu familia a que hagan
lo mismo. Tómate el tiempo necesario para preguntarles y para orar con ellos hoy para que aprendan
cómo buscar la voluntad de Dios y Su fuerza para cargar su cruz. Recibe Su paz.
Día 19: Gozo y alegría que tuve al oír de Simeón que este niño sería
remedio, salud y resurrección de muchos

Hijo, quiero que mi carpintería sea un refugio de amor para ti, un lugar muy especial en tu vida; porque
siempre me encontrarás, siempre estaré disponible para escucharte; tomar en mis manos tus necesidades e
interceder por ti ante el trono de mi Divino Hijo. Conserva siempre la paz en tu corazón, confía siempre en
la misericordia de Dios; discierne, bajo la luz del Espíritu Santo, cuál es el camino que debes andar; jamás
tomes decisiones precipitadas; no puedes cometer errores que te lleven al fracaso, a la tristeza. Ora y pídele
a Jesús que te ilumine, que te muestre el sendero de su divina voluntad; los pecados que hieren su Sagrado
Corazón. Prométele no volver a ofenderle, has recibido tanto de Él.
Te ha llegado el momento de demostrarle tu amor; sé agradecido, por todas las gracias que te ha concedido;
búscalo con mucha frecuencia en el sagrario; sagrario que es el Tabor en el que tu ser será transfigurado, tu
alma será iluminada con la luz de Dios; algo nuevo ocurrirá en ti, un gran milagro que te llevará a ver con
otros ojos la vida, a pensar de manera diferente a los demás; a añorar la patria celestial para reposar por
toda la eternidad, bajo los pies de Jesús y María.
Tuve gran gozo y alegría, al oír de Simeón que este Niño sería remedio, salud y resurrección de muchos. Estas
mismas palabras van dirigidas para ti; suéltate del yugo que te oprime y corre tras las huellas de Jesús,
no postergues tu decisión, arriésgate y sírvele a Él únicamente; el mundo cambiará el día que los
hombres se arrodillen ante Dios, le reconozcan su soberanía y realeza. Opta por Jesús, experimenta su
amor y su misericordia, reconoce que sin Él eres nada; tu proyecto de vida se verá truncado, no prosperarás
porque las bendiciones solo provienen de Él y Él las distribuye a todos los que le aman.
Propósito del día:
Reúnete a orar con una persona en la que puedas confiar y hablar francamente si tienes dificultad en
alguna de estas áreas de pureza para obtener libertad. Decide entregar cualquier tentación en contra
de la pureza a San José y a María cuando estas sucedan.
Día 20: Aflicción que sentí cuando el ángel me dijo, en un sueño, que
huyera con el Niño y Su Madre a Egipto; porque Herodes buscaría al
Niño para quitarle la vida

Hijo, que privilegiado eres, Jesús te ha llamado, ha pronunciado tu nombre, ha tocado tu corazón y ha
despertado en ti un deseo de cambio, una búsqueda insaciable de alcanzar el cielo. Si quieres una vida
interior profunda: mantente en oración, con tu espíritu en vela; porque el demonio espera el momento
más propicio para tentarte y llevarte al pecado; apartarte del camino de la salvación para, después,
destruirte, acabar contigo, dominar tu mente y tu voluntad.
Aprende a desconfiar de ti mismo; aún, no estás lo suficientemente maduro en tu vida espiritual; aún, sientes
apegos que te impiden el perfecto desprendimiento de las cosas y de las criaturas; aún, debes sanar tus
recuerdos porque algunas veces permaneces anclado a tu pasado. Ya es la hora de despertar, ordena tu vida
según los principios del Evangelio, identifícate con la Iglesia y huye de las filosofías llamativas y extrañas que
te pueden desviar de la verdad.
Hoy quiero hacerte partícipe de la aflicción que sentí, cuando el ángel me dijo, en un sueño, que huyera con
el niño y su Madre a Egipto; porque Herodes buscaría al Niño para quitarle la vida. En medio de la inquietud
y de la tristeza emprendimos el viaje; nos pusimos bajo la protección de Dios, confiamos en su infinito poder;
convencidos de que nada nos sucedería, iniciamos la marcha. Teníamos la firme convicción de que sus planes
no serían truncados, todo estaba en orden a su perfecta y divina voluntad.
Hoy quiero decirte, hijo mío, que cuando un alma se abandona totalmente en Dios: Él la guía y la
protege, la cuida como a las niñas de sus ojos. No te desesperes ante las situaciones aparentemente
inciertas, no pierdas la ruta del camino que Dios te tiene señalado, recórrelo sin temor a sufrir ningún
daño; Dios cuidará de ti porque le perteneces.
Propósito del día:
Después de haber identificado las cruces que tú y tu familia cargan, tómate un momento y pídele a
Jesús que te de Su corazón de compasión y misericordia para que puedas estar junto a tus seres
queridos y aligerar su carga.
Día 21: Dolor que padecí al saber de la crueldad que Herodes usó
matando a los niños inocentes de Belén y toda su comarca

Hijo, cada vez que vienes a mi carpintería, tu corazón es renovado y tu pensamiento transformado. Porque
mis palabras son como címbalos tocados armoniosamente que hacen eco en todo tu ser. Cuánto he deseado
que entregues tu vida a Jesús; que te consagres a su Sagrado Corazón para que recibas muchas bendiciones
y llueva sobre ti pétalos de rosas que simbolizan todas las gracias que el Señor concede a quien se ha dejado
seducir por Él, a quien ha tomado la férrea decisión de seguirlo, a quien se ha propuesto un cambio y una
renovación de mente y de corazón. Debes amar exageradamente a Jesús, sin importar dar tu vida por
la salvación de las almas; no temas amar a la Virgen María, no la podrás amar más que a mi Divino Hijo.
Suéltate de tu pasado, no sufras más por tus errores y caídas; te ha llegado la hora de levantarte con dignidad
porque Dios te ha perdonado, no desaproveches esta oportunidad para que seas feliz; lava tu conciencia y
purifica tu corazón con una buena confesión. Porque esta es la hora de la misericordia, esta es la hora de la
reconciliación.
Hoy te quiero compartir el dolor que padecí, al saber de la crueldad que Herodes usó matando a los niños
inocentes de Belén y toda su comarca; el poder y la ambición lo llevaron a cometer el acto más abominable
ante los ojos de Dios. Satanás lo tenía subyugado; lo hizo su esclavo, sembró en su corazón la avaricia y
maldad, lo encegueció totalmente, hizo que ardiera en cólera. Qué orgullo y prepotencia la de Herodes, al
pretender cambiar los planes divinos; creía que, con el derramamiento de sangre de los primeros mártires
inocentes; cambiaría el transcurso de la historia, daría fin al Hijo de Dios, al Verbo Encarnado. Padecí gran
tristeza porque era señalado, criticado; las familias de estos niños inocentes, en medio de su dolor,
descargaban sobre mí su angustia, su impotencia de no haber podido hacer algo para salvar la vida de sus
hijos.
Jamás vayas en dirección opuesta a la voluntad de Dios, acepta los designios que Él tenga trazados en tu
vida, nunca te desvíes del camino ni permitas que se anide en tu corazón el deseo de fama y de
prestigio. Herodes se consideró más que Dios; por eso, su proyecto de vida se derrumbó como un castillo de
arena; no pudo ser feliz porque puso su mirada en las cosas que no perduran; nada pudo haberse llevado
consigo el día de su muerte, sus manos estaban teñidas de sangre inocente; su conciencia oscura, por su
altivez e ignominia.
Propósito del día:
Reza el rosario con tu familia durante el día y ofrece cada misterio por la sanación de aquellos que tú
sepas que están enfermos de cuerpo, mente o espíritu. Invita a San José a orar contigo. Tal vez puedas
llamar a un ser querido que está enfermo para decirle que está en tus oraciones.
Día 22: Gran gozo y consuelo sentía cuando tomaba en mis brazos al
Niño Jesús para alivio de mis trabajos y cansancio

Hijo, cuánto me agrada tu compañía; la carpintería la he arreglado para ti; la he embellecido con algunos
lirios blancos y perfumados; sabía que no me dejarías esperándote porque tu corazón vibra de amor
por mí; por eso, has tomado la decisión de consagrarte al humilde carpintero de Nazareth e imitar mis
virtudes.
Añoras alcanzar el cielo, unirte a la adoración y alabanza de los santos ángeles; sientes la necesidad de
propagar la devoción josefina en todas las partes del mundo; y por este acto de amor: suplicaré a Jesús que
te bendiga, que rebose tu corazón con sus divinas gracias, que deje una huella imborrable en ti. Has de saber
que, como patrono de la vida interior, elevaré tu alma a los niveles más altos de la santidad, pero, si te
dispones, si eres receptivo a mis consejos, si eres dócil y te dejas conducir por los caminos de la perfección.
Gran gozo y consuelo sentía, cuando tomaba en mis brazos al Niño Jesús para alivio de mis trabajos y
cansancio; sentía una gran paz, el tiempo se deslizaba de mis manos, entraba en un clima de contemplación
profunda, perdía la noción de todas las cosas que ocurrían a mi alrededor. Desde mi humilde taller, te
invito a descansar solo en el Señor; entrégale tus dificultades y verás como muy pronto obtendrás la
solución a tus problemas. Entrégale tu cansancio para que seas revestido de fortaleza y puedas cumplir con
tu misión; puedas realizar tu trabajo y deberes de estado, glorificando a Dios con tus acciones; mostrándole
al mundo que cuando se tiene a Jesús en el corazón se es completamente feliz; porque se tiene todo, se ha
encontrado la perla de gran valor, el gran tesoro que hace rico a quien lo posee.
Propósito del día:
La vida está llena de actividades y no siempre nos detenemos a contemplar las cosas finales como la
muerte. Date un tiempo de silencio hoy para contemplar tu propia mortalidad y muerte. Invita a José,
a María y a la Santísima Trinidad a que estén contigo y te ayuden a prepararte durante esta vida para
unirte a ellos en la eternidad.
Día 23: Gran gozo que me causaba, al mirar la hermosura del Niño Jesús

Hijo, tengo mucho derroche de amor para darte; por eso, te he llamado en este día a mi carpintería. Espero
que no tengas prisa y sientas, en tu corazón, el deseo de quedarte un buen tiempo a mi lado, compartiendo
parte de mi trabajo y entreteniéndonos con nuestras conversaciones espirituales; porque busco en ti un
cambio, una transformación que te lleve a una nueva vida, a acercarte más a Jesús, a no querer volverte
a separar de Él, a ansiar el cielo que se te tiene prometido, a imitar las virtudes de mi santísima esposa y a
buscar en todo la gloria de Dios.
Siéntate a mi lado y descansa, y presta mucha atención a mis palabras. Veo que has sido puntual en nuestra
cita y tienes el anhelo de crecer en santidad, de apartarte totalmente del pecado y comenzar una vida de
acuerdo a la Palabra de Dios y a las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia.
Hoy quiero compartirte el gran gozo que me causaba, al mirar la hermosura del Niño Jesús; mis ojos
quedaban abismados de amor y de admiración: la perfección de su rostro, su mirada pura, su sonrisa
angelical; quedaba en una especie de éxtasis, cada vez que contemplaba la belleza de este Niño descendido
del cielo: el color de sus ojos, la perfección de su nariz y de su boca; todo en Él era armonía, paz; percibía su
perfume sobrenatural que me obligaba a exhalar suspiros de amor, ansiaba permanecer en un acto continuo
de adoración. Porque el Rey de reyes estaba frente a mí; el Hijo de Dios era motivo de admiración, de
atracción, para todos los que le veían.
Espero que tú, también, aprecies la hermosura sin igual del Niño Jesús y quedes estupefacto y
perplejo de amor; que su presencia eclipse tus sentidos e infunda en tu alma el inquebrantable deseo
de adorarlo y de amarlo por toda la eternidad.
Propósito del día:
Escribe el versículo de Isaías 41,10 y ponlo en un lugar que sirva como recordatorio diario para que
no olvides invitar a San José a orar por ti en los momentos de miedo profundo, para que no caigas en
la desesperación, sino que, con confianza plena, te pongas en las manos de Dios.
Día 24: Gozo y alegría que sentí, al ordenarme el ángel que, con Jesús y
María, regresara de Egipto para la tierra de Israel

Hijo, espero que mis palabras las guardes en tu corazón y atiendas a los consejos del carpintero de Nazaret.
Espero que sientas la necesidad de encontrarte conmigo y beber de la sabiduría divina que brota de mis
labios. Espero que estas enseñanzas en tu vida y te hagan más espiritual. Afortunadamente, ya has
comprendido que en el mundo no encontrarás nada bueno; has entendido que la verdadera felicidad
la hallarás sólo en Jesús; que Él es el camino, la verdad y la vida; que su Sagrado Corazón es la fuente
inagotable de misericordia, que sólo en Él encontrarás la salvación.
En este día, quiero que me entregues tus problemas y tus preocupaciones. Ten la certeza que abogaré por
ti, clamaré al Señor Para que derrame sobre ti todas las gracias y bendiciones que necesitas, para
que seas completamente feliz y lo tengas todo; le pediré que te sane de tus enfermedades, que llene la
despensa de tu casa, para que tengas las cosas que son importantes en tu diario vivir. Intercederé para que
haga florecer tu empresa, te conceda un trabajo digno y estable, y haga de tu familia un segundo hogar de
Nazaret.
Hoy quiero unirte al gozo y alegría que sentí, al ordenarme el ángel que, con Jesús y María, regresara de
Egipto para la tierra de Israel. Mi Corazón fue rebosado de una paz celestial, me sentí inundado de una fuerza
divina que me impulsó a emprender la marcha; no me detuve a pensar en los peligros que podíamos
encontrar en el camino, nos pusimos en las manos de Dios confiando interiormente en su poder. Durante el
viaje pudimos sentir su presencia, en ningún instante nos sentimos solos. Jesús iba con nosotros, Él era
nuestro escudo, nuestro refugio.
Aprende a vivir en la divina voluntad, discierne cuál es el camino que el Señor te tiene señalado y no
tengas dudas en recorrerlo; nada te sucederá, sentirás regocijo porque estás haciendo lo que Dios quiere;
tu máxima aspiración es llegar a la meta, al destino final, que es el cielo.
Propósito del día:
Reza por un sacerdote que haya sido importante en tu camino de fe y en el de tu familia. Reza por él
con su nombre, agradécele a Dios por su vocación y su papel en tu vida de fe. Pídele a San José y a
María que intercedan por todos los sacerdotes, por su perseverancia y fidelidad, y a la Santísima
Trinidad que los confirme en santidad con todos los dones del Espíritu Santo para que estos los
sostengan en su llamado.
Día 25: Dolor que sentí, al oír que en Judea reinaba Arquelao, hijo de
Herodes, perseguidor de Jesús

Qué alegría siento, cada vez que vienes a mi carpintería; porque veo en ti el firme propósito de santidad, la
lucha de apartarte de todas las cosas que te separan de Dios, el deseo de amar a Jesús y a la Santísima Virgen
María.
Ya has empezado a dar tus primeros pasos en tu vida espiritual; por eso, quiero estar muy cerca de
ti para infundir en tu corazón el santo temor de Dios, adiestrarte para la guerra; porque no te puedes dejar
vencer por el demonio, el mundo y la carne. Si en verdad eres devoto del padre adoptivo de Jesús: pon tu
mirada sólo en Dios, esfuérzate en no pecar, imita las virtudes del Santo de los santos y ámalo hasta dar tu
vida por Él.
Hoy quiero que medites en el dolor que sentí, al oír que en Judea reinaba Arquelao, hijo de Herodes,
perseguidor de Jesús. En mi naturaleza humana llegué a pensar podía descargar su soberbia y maldad en el
Divino Niño; porque su corazón rebosaba en ansias de poder, quería mantenerse en su trono porque esto le
daba seguridad.
Ante esta situación, mi celestial esposa y yo oramos con mayor intensidad; nos pusimos bajo el amparo del
que todo lo puede y nunca dudé de su misericordia; la Santísima Virgen me infundió confianza de que nada
malo le sucedería a nuestro Hijo. Este episodio de mi vida te debe servir, a ti, para que no desfallezcas ante
la aparente derrota; con la oración asidua y confiada: tus plegarias serán escuchadas, subirán como
incienso ante la presencia del Padre Eterno.
No te antepongas al fracaso, ármate de coraje y camina hacia adelante; Jesús es tu escudo, el León de
Judá que te defenderá cuando estés en alto riesgo de perderte.
Propósito del día:
¿Puedes identificar las enseñanzas falsas del mundo secular de hoy en día que nos alejan de las
verdades de Dios? Reconoce una que tal vez se haya infiltrado en tu pensamiento o en el de algún
familiar. Pide la sabiduría para ver de nuevo a través de los ojos de la fe, busca recursos en una fuente
católica confiable para equiparte con una respuesta de fe y así decir la verdad en amor.
Día 26: Virtudes y gracias que recibí del Altísimo para hacerme digno
esposo de la Santísima Virgen

Hijo, eres la causa de mi gran alegría porque viniste nuevamente a mi carpintería; espero que tu corazón
arda en el fuego de amor ante mis palabras y sientas el deseo de amar a Jesús y de seguirle. Te ha llegado
la hora del cambio; saca de tu corazón todas las cosas que son impedimento para la vida de santidad; el
pecado no puede convivir contigo, lucha por tu salvación, la virtud debe brillar en ti como el sol desprende
sus rayos de luz durante el día; no puedes cojear en tu caminar. Levántate, si has caído y corre presuroso en
búsqueda del perdón divino; el Señor jamás rechaza a nadie, sus brazos siempre están abiertos a la espera
de recibir al hijo pródigo; su Sagrado Corazón sobreabunda en misericordia.
Te ha llegado la hora de demostrar con hechos, el amor que dices sentir por Jesús; si tanto lo amas,
búscalo en el sagrario y repara por todas las profanaciones Eucarísticas y comuniones sacrílegas. Vive el
Evangelio con radicalidad, conviértete en un propagador de la devoción a su Sagrado Corazón; porque es un
medio, para que muchos pecadores se conviertan.
Para hacerme digno de ser el esposo de la Santísima Virgen, Dios me concedió muchas gracias y virtudes que
acepté con humildad, sin merecerlas; mi Corazón se consumía en el gran deseo de vivir de acuerdo a la divina
voluntad, y ¿cómo rehusarme a este proyecto de amor? Me puse en sus benditas manos y me dejé guiar por
las sendas que conducen al cielo, a nada puse resistencia; porque sus obras son perfectas y siempre las lleva
a feliz término, cuando se le abre el corazón y se es dócil como barro blando en las manos del alfarero. Pídele
a Jesús que colme tu vida espiritual de todas las virtudes y gracias que son necesarias para tu estado;
a Él se le sirve con entereza, sin vacilación; a Él se le debe entregar lo mejor.
Propósito del día:
¿Cuáles son algunos de los carismas o dones espirituales que Dios te ha dado? Reflexiona en cómo
estás usando estos dones para embellecer nuestro mundo. ¿Hay alguna forma en la que puedas usar
tus dones para canalizar mejor el amor y la presencia de Dios? Pide la gracia y la oportunidad para
hacerlo.
Día 27: Dolor y amargura que padecí cuando en una de mis jornadas
estuvo perdido el Niño Jesús por tres días

Hijo, quiero que mi carpintería sea un refugio de amor para ti, un lugar de delicias en el que encuentres paz,
seguridad y quietud a tu alma. Búscame, cuando te sientas asediado por el espíritu del mal; como terror
de los demonios, te defenderé, te haré fuerte en la tentación. Búscame, cuando te sientas triste; recuerda que
soy consuelo de los atribulados y rogaré a Dios que derrame en tu corazón gotas de alegría.
Búscame, cuando te sientas enfermo; clamaré a Jesús para que sane todas tus dolencias y seas
adornado con un sinnúmero de gracias; porque necesitas cumplir a perfección tu misión. Búscame, cuando
sientas que has perdido la ilusión de vivir, para despertar en ti amor por las cosas que haces, espíritu de
agradecimiento a Dios; porque, aún, respiras y te mueves de un lado para otro. No te olvides de mis
consejos, solo quiero llevarte a una vida interior profunda, sacarte del superficialismo, del hedonismo y del
materialismo.
Quiero compartirte el dolor y amargura que padecí, cuando en una de mis jornadas estuvo perdido el Niño
Jesús por tres días. Una gran tristeza invadió mi Corazón, sentía un vacío por su ausencia, creía no haber
cumplido fielmente con la misión de proteger al Hijo de Dios. Ante la ausencia del Niño Jesús, me sentía sin
fuerzas, el sol había perdido su brillo. Este sentimiento de nostalgia y de fracaso perduró por tres días.
Hoy te invito a permanecer siempre al lado de Jesús, jamás te separes de Él; no te dejes arrebatar este
gran tesoro, eres el más afortunado de todos los seres humanos, has encontrado la perla que no tiene precio;
a su lado nada te faltará, te sentirás feliz, protegido, tu corazón rebosará de paz; su amor sana tus heridas,
remienda tu corazón roto, despedazado por las experiencias que han marcado tu vida negativamente; su
perfume celestial avivará, en ti, el deseo que tienes de alcanzar la santidad. En mi carpintería podrás
encontrarte con Él, deleitarte ante su divina presencia. No entiendo como tantas personas pueden vivir sin
Jesús.
Propósito del día:
Invocando la intercesión de San José, Patrón de los niños no nacidos, oremos hoy por todas las madres
que esperan un hijo y por las que han perdido alguno por causa del pecado y la muerte.
Día 28: Gozo y alegría que tuve, cuando hallé al Niño Jesús enseñando a
los doctores en el templo

Hoy, quiero darte la bienvenida a mi carpintería; desde muy temprano te estaba esperando; porque siento
el deber de formarte en tu vida interior y de arrancar, dentro de ti, algunas cosas que te hacen
imperfecto a los ojos de Dios. Esfuérzate, día a día, en superar tus debilidades; no puedes seguir cometiendo
pecados; aun, las pequeñas faltas son ofensas al adorable Corazón de Jesús; por eso, te pido que seas muy
meticuloso en el cumplimiento de tu deber; que siempre tengas en cuenta que, para salvarte, no puedes faltar
a ninguno de los mandamientos; que tu vida debe encajar perfectamente con el Evangelio, que debes
permanecer siempre unido a la Iglesia e identificarte de lleno con sus enseñanzas.
Ven, siéntate a mi lado, y por un momento piensa: cómo estas llevando tu vida, qué situaciones puede haber
en ti que opaquen la luz de Cristo e interfieran en tu conversión verdadera, si amas a Jesús con sinceridad de
corazón; porque el amor se demuestra con hechos más que con palabras.
Hoy quiero manifestarte el gozo y la alegría que tuve, cuando hallé al Niño Jesús enseñando a los doctores
en el templo; quedé estupefacto ante su gran sabiduría; me impresionó la propiedad con que hablaba, sus
palabras eran como flechas incendiarias de amor que penetraban en mi Corazón y lo inflamaban de una paz
celestial que me obligaba a derramar unas lágrimas. Mi alegría era inexplicable; sentía una felicidad que
brotaba por los poros de mi piel al regresar a Nazaret, acompañado de Jesús como si fuera mi verdadero
hijo; no comprendo cómo los hombres pueden vivir apartados del Señor; y no sienten la necesidad de
buscarlo, de reconciliarse con Él.
Tú que dices ser un gran devoto de San José, te aconsejo que ames a Jesús hasta dar tu propia vida
por Él; que estés siempre a su lado: amando, adorando y reparando su Corazón; que no sientas vergüenza
de profesar públicamente tu fe. Muéstrate al mundo como un fiel apóstol del Sagrado Corazón de Jesús y un
verdadero hijo y esclavo de María.
Propósito del día:
¿Quién es el pobre y vulnerable en mi vida? ¿Cómo hablo de ellos y respondo a sus necesidades?
Examina si estás viviendo una vida ética y en línea con el plan de justicia de Dios y ten la disposición
de hacer las enmiendas que sean necesarias.
Día 29: Dolores y enfermedades que padecí en los últimos años de mi
vida

Hijo, mantén tu corazón dispuesto a mis consejos, temo que algún día te dejes vencer por la tentación y caigas
en el pecado. Cuando te sientas asediado por el demonio, llámame que de inmediato llegaré a ti para
defenderte; porque no quiero que tu alma se pierda.
Te aconsejo que saques el máximo provecho de cada uno de nuestros encuentros; recuerda siempre,
que mi carpintería ha de ser para ti escuela del saber, porque, busco adoctrinarte en la fe, encaminarte por
la senda del bien, desaferrarte de las cosas del mundo y hacerte cada día más espiritual; no pierdas el
impulso que tienes de llegar a la meta, aprende a superar obstáculos, sé fuerte en las vicisitudes y confía
plenamente en el poder de Dios; la tormenta algún día pasará, de nuevo el sol brillará para ti y el viento
soplará suavemente, la paz volverá a tu corazón y sentirás muy cerca de ti a Jesús; podrás aspirar su perfume
sobrenatural, te eclipsarás de amor ante su hermosura.
Durante los últimos años de mi vida, padecí algunos dolores y enfermedades; estos sufrimientos los ofrecía,
por la salvación de las almas y la conversión de los pecadores; en ningún momento me desesperé, todo esto
lo acepté como una prueba fidedigna del amor que tenía por Jesús y por la Santísima Virgen María. Como
mi gran devoto, te llamo a aceptar la cruz de la enfermedad con paz y resignación, a unir tus
padecimientos a la Pasión de Cristo; porque el sufrimiento trae un tesoro escondido de gracia y de
misericordia divina; es un medio para purificar tu alma y la oportunidad para que te acerques más a Jesús y
experimentes su amor; es la llave de oro que te abre las puertas del cielo.
Ten cuidado de no cuestionar la voluntad de Dios, aférrate a Él cuando te sientas probado; invócame
que, como esperanza de los enfermos, te animaré a caminar por la calle de la amargura y a permanecer a
los pies del Crucificado: amando, adorando y reparando su Divino Corazón.
Propósito del día:
Haz una llamada a algún familiar o amigo enfermo, escúchale y hazle sentir que estás con él o ella.
Día 30: Preciosa y felicísima muerte, consolado y recreado con la
presencia de Jesús y de María

Hijo, hoy quiero felicitarte porque has sido fiel durante ya 30 días, en que te preparas para consagrarte al
humilde carpintero de Nazaret; no podías dar este paso sin conocer un poco más de mí, no puedes
enamorarte de lo que no conoces. Debes estar seguro de lo que piensas hacer, no puedes tomar
decisiones a la ligera porque una consagración trae sus compromisos. Espero que estos 33 días de
nuestro encuentro, marquen tu vida espiritual y te decidas a promover este tesoro de la que hará mucho bien
a las almas y destruirá las fuerzas del mal.
Un gran devoto de San José ama con predilección a Jesús y a la Virgen María, su vida la desgasta en
unción de ellos, ama y repara sus Sagrados Corazones, evita pecar para no apartarse de su adorable
compañía, se propone imitar las virtudes de estos dos amantísimos Corazones. Un gran devoto de San José
nutre su alma con la oración asidua, permanece en vela como las vírgenes prudentes; porque no sabe a qué
horas puede ser invitado a las bodas del Cordero; su corazón siempre está dispuesto a la divina voluntad, su
pensamiento está fijo sólo en las cosas del cielo. Un gran devoto de San José es muy cuidadoso en su
proceder, lleva una vida recta; sus principios morales, religiosos los lleva arraigados en su corazón; su
máxima aspiración es alcanzar su salvación.
Hoy quiero hablarte de mi preciosa y felicísima muerte, en la presencia de Jesús y de María. Ellos eran aliento
para este importante acontecimiento en mi vida, ellos eran la única razón de mi existir, me sentí abrasado
en las llamas de amor de sus Sagrados Corazones. La tierna mirada de Jesús penetraba en mi alma e
inundaba mi Corazón de paz, el suave perfume de María me extasiaba de amor. Qué gran privilegio el mío:
partir para la patria celestial en brazos de Jesús y de María; no temas a este gran acontecimiento, nunca te
dejes seducir por el demonio, el mundo y la carne.
Mantente unido a Jesús y a María, conságrate a sus Sagrados Corazones y demuéstrales que
verdaderamente los amas, cumpliendo a cabalidad con las leyes de Dios y con las enseñanzas de la Santa
Madre Iglesia. La muerte es un eterno vivir en la presencia del Padre Celestial, de Jesús y de María.
Propósito del día:
Ora a San José y a la Virgen María para que intercedan por las almas del purgatorio, especialmente
por las más necesitadas de la Misericordia de Dios Padre y de tus familiares y amigos difuntos.
Día 31: La Sagrada Familia como modelo de vida cotidiana y santa

Querido San José: Después de María, tú eres el intercesor más poderoso ante Dios. De alguna manera, Jesús
te sigue siendo obediente y te escuchará cuando le lleves mis intenciones. Por esta razón, yo, de manera
especial quiero encomendarme a tu cuidado paternal de la misma forma en que Jesús lo hizo. Y aunque en el
pasado te haya entregado algunas de mis intenciones aquí y allá, esta vez quiero hacer algo nuevo. Esta vez,
quiero dártelo todo. En otras palabras, San José, no estoy aquí para ofrecerte una novena” regular por una
de mis intenciones, sino que, quiero para siempre encomendarte a ti todas mis necesidades y preocupaciones
con la confianza en que se las llevarás, con María, a tu Hijo, Jesús.
Querido José, como el mejor de los padres, como el elegido para ser el padre virginal de Jesús, creo que tú
sabes lo que necesito mejor que yo mismo. Así que, adelante, San José. Te doy mi permiso para cuidar de mí
como a tu hijo. Al hacerlo, confío en que harás todo lo que esté en tu poder para hacer de mi vida algo
hermoso para Dios. Confío en que me cuidarás y en que tus oraciones me guiarán, bendecirán y protegerán.
Confío en que ahora me cuidarás con el mismo amor y ternura con que cuidaste de Jesús. Confirmaré esta
relación especial contigo en nueve días, cuando realice mi oración de consagración. San José, Intercesor
poderoso, por favor, ora por mí y todas mis intenciones. Amén.
Propósito del día:
Tómate un momento para hacer una lista de las intenciones personales que se te vengan a la mente
y termina con las palabras y por todas las demás intenciones de mi corazón, San José, te las entrego
en mi consagración”.
Día 32: San José, hombre de paz y alegría

Querido San José,


Yo sé que la Biblia no habla directamente de tu alegría, pero ¿cómo podrías no haber estado lleno de alegría?
Estoy seguro que sí. Viviste en la presencia de Jesús y de María. Pues bien, San José, por favor, ora por mí para
que yo también pueda encontrar mi alegría al vivir también en su presencia. Al tú haber vivido en su
presencia, debiste de haber sido un hombre de mucha paz. San José, por favor, ora por mí para que pueda
mantener mi alegría y no ceda a la tristeza, a la pereza o al desánimo. También, ora para que mantenga la
paz del alma y no me aferre a la ira y a la amargura en mi corazón. Ayúdame a ser misericordioso con todos
al ofrecer mi perdón para que pueda también, como tú, ser una persona de verdadera paz y alegría.
Propósito del día:
¿Qué esperas como fruto de esta consagración? ¿Qué intención tienes para depositar confiadamente
en manos de tu padre, San José? Entrega tus preocupaciones más profundas, tus inquietudes y
miedos. Confíaselas a Dios al mismo tiempo que pides el regalo de la paz y de la alegría de Cristo que
sobrepasa todo entendimiento.
Día 33: Consagración a San José

San José fue un hombre de paz y alegría. Debió de haber sido una gracia inimaginable vivir en la
presencia del Hijo de Dios y de la Madre de Dios y de participar en el plan de salvación de Dios. Por
medio de esta oración a San José, nos preparamos para el día de consagración que sucederá mañana
y le pedimos que nos haga partícipes de la paz y de la alegría que él experimentó en su vida terrenal
y ahora experimenta en la eterna felicidad del cielo.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre
seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de
corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la
gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte.
Amén.

¡Felicidades! ¡Lo lograste!


Hoy, te consagrarás a San José. La Santísima Trinidad quiere que se le conozca y ame más a San José.
Tú has sido invitado a imitar las virtudes y la santidad del corazón puro de San José. Con San José a
tu lado, las virtudes y la santidad aumentarán en tu vida. Con el manto de San José sobre ti, estarás
protegido de todo daño espiritual. ¡No tengas miedo! Tu padre espiritual es el padre de Jesús, el
esposo de la Madre de Dios y el Terror de los demonios.
Letanías de San José :
V. Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
V. Cristo, ten piedad. R Cristo, ten piedad.
V. Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
V. Cristo, óyenos. R Cristo, óyenos.
V. Cristo, escúchanos. R Cristo, escúchanos.
V. Dios, Padre celestial R.Ten misericordia de nosotros.
V. Dios, Hijo, Redentor del mundo. R.Ten misericordia de nosotros.
V. Dios, Espíritu Santo. R.Ten misericordia de nosotros.
V. Santísima Trinidad, un solo Dios. R.Ten misericordia de nosotros.
V. Santa María, R. Ruega por nosotros.
V. San José, R. Ruega por nosotros.

R. Ruega por nosotros.


Ilustre descendiente de David Espejo de paciencia
Luz de los patriarcas Amante de la pobreza
Esposo de la Madre de Dios Modelo de trabajador Modelo de la vida
Custodio del Redentor doméstica
Custodio purísimo de la Virgen, Custodio de vírgenes
Nutricio del Hijo de Dios Apoyo en las dificultades
Diligente defensor de Cristo Columna de las familias
Servidor de Cristo Consuelo de los desdichados
ministro de la salvación Esperanza de los enfermos
Cabeza de la Sagrada Familia Patrono de los exiliados
José, justísimo Patrono de los afligidos
José, castísimo Patrono de los pobres
José, prudentísimo Patrono de los moribundos
José, varón fuerte Terror de los demonios
José, obediente Protector de la santa Iglesia.
José, fidelísimo,

V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


R. Perdónanos, Señor.

V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


R. Escúchanos, Señor.

V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


R. Ten misericordia de nosotros.

V. Lo nombró administrador de su casa.


R. Y señor de todas sus posesiones.
Rosario a San José (contemplemos los misterios)
1er: "El anunci o del ángel, de que lo concebido en María es obra del
Espíritu Santo."

2o: La búsqueda de posada en Belén.

3o: El nacimient o del Niño Jesús en Belén.

4o: La presentaci ón del Niño Jesús en el templo, ofr eciendo un par d e


tórtolas o d os pal omas.

5o: La huida a Egipto con Jesús y con María

6o: El regres o de la Sagrada Familia a Nazaret.

7o: Jesús perdido y hallado en el templo.

8o: La glor iosa muerte de San José en brazos de Jesús y de María.

Se dice 7 veces:

V: San José, custodio y protector de los Corazones Unidos y traspasados de Jesús y de María...

R: Inflama mi corazón para que en él sólo reine, mi Dios, Jesús, como reinó en Tu santo
corazón

Al final de cada misterio se dice:

V: Jesús, José y María,

R: Les doy el corazón y el alma mía

Cuando haya acabado los 8 misterios se repite 3 VECES:

V: San José, modelo y patrono de los amantes del Sagrado Corazón de Jesús

R: Ruega por nosotros AMEN


Oración final diaria:
¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que
tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi
director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para
que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

Oremos:
Oh Dios, que, en tu amorosa providencia, elegiste a San José para ser el esposo de tu
Santísima Madre, concédenos el favor de tenerlo como nuestro intercesor en el cielo y al
que veneramos como nuestro protector en la Tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén

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