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San José fue un hombre ejemplar lleno de virtudes como la humildad, obediencia y sabiduría. Aceptó la voluntad de Dios de cuidar a María y a Jesús a pesar de los problemas, enseñándonos a confiar en el plan de Dios. Su obediencia y decir "sí" al plan divino a pesar de las dificultades lo convierten en un modelo a seguir.
San José fue un hombre ejemplar lleno de virtudes como la humildad, obediencia y sabiduría. Aceptó la voluntad de Dios de cuidar a María y a Jesús a pesar de los problemas, enseñándonos a confiar en el plan de Dios. Su obediencia y decir "sí" al plan divino a pesar de las dificultades lo convierten en un modelo a seguir.
San José fue un hombre ejemplar lleno de virtudes como la humildad, obediencia y sabiduría. Aceptó la voluntad de Dios de cuidar a María y a Jesús a pesar de los problemas, enseñándonos a confiar en el plan de Dios. Su obediencia y decir "sí" al plan divino a pesar de las dificultades lo convierten en un modelo a seguir.
«Todos deben saber que, después de la Madre de Dios, San José, de todos los santos, es el más querido a Dios». San José fue muy ejemplar y una persona llena de virtudes entre ellas, la humildad, la obediencia, la sabiduría, la justicia y la piedad. San José me enseña a atender la llamada de Dios, a meditarla en el corazón, a aceptar la voluntad divina, a ser partícipe del plan que Dios tiene pensado para mi pese a los problemas o adversidades, en mi caminar. Sabemos que San José también tuvo su «hágase» ante Dios. Dijo «sí» al plan de Dios. Con ese «hágase» cumplió la voluntad del Padre y, sin cuestionar el por qué, tomó a María como esposa.
La obediencia de San José es ejemplar,
digna de imitación, modelo para todo aquél que quiere seguir al Señor. De cómo hay que vivir, actuar y pensar conforme a los designios de Dios. San José, esposo y padre elegido por Dios para conducir la Sagrada Familia de Nazareth protege nuestras familias.