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Uno de los motivos por los cuales he decidió hacer acá en Colombia este 1er taller de
San José, es que necesitamos de la paternidad espiritual de san José para que nos
ayude a proteger el matrimonio y la familia. El Matrimonio y familia siempre han
estado bajo ataque, pero en los tiempos modernos las amenazas han alcanzado
niveles extraordinarios… Para combatir y derrotar los engaños de Satanás, la Iglesia
necesita a san José. Su ejemplo y su protección son la única salida en la situación de
confusión en que nos encontramos.
San José es un poderoso intercesor a favor de las familias, y por tanto es perfecto
desde este punto de vista .Muchos santos, tal como hemos visto en el taller, han
subrayado la devoción a san José como manera de acercarse a Jesús y a Mamita
María.
Por eso queridos hermanos y hermanas, la consagración total a san José significa
que se lleva a cabo un acto de confianza filial a este espiritual para que pueda cuidar
de nuestro bienestar espiritual y llevarnos a Dios. La persona que se consagra a san
José quiere estar lo más cerca posible a su padre espiritual, hasta el punto de
parecerse en virtud y santidad.
Igual que quien se acerca a la Virgen María es llevado más cerca a Jesús, el que se
dedica a san José podrá tener una relación más profunda con Dios.
El objetivo final, obviamente, no es la adoración a san José – dado que la adoración
se reserva sólo a Dios –, sino la imitación de su virtud y de su ejemplo, que nos lleva
más cerca de Dios.
Si quieres cambiar tu vida, prueba a consagrarte a san José y a permitirle que te
conduzca a Dios.
Santa Teresa de Ávila dijo: “Parecería que Dios haya concedido a otros santos el
poder de ayudarnos solo en un tipo de necesidad, pero la experiencia muestra que
san José puede ayudarnos frente a cualquier necesidad”.
CONSAGRACION A SAN JOSÉ.
ORACION INICIAL
Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias cristianas: Te ruego protejas a la
mía.
Haz reinar en ella el espíritu de fe y de religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la
Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los
asuntos del cielo.
Dígnate velar sobre todos nuestros intereses.
Ruega al Señor que bendiga nuestra casa.
Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la elección de estado.
Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas las familias de la tierra, la gracia de
vivir y morir en el amor de Jesús y de María. Amén.
ORACION DE CONSAGRACION.
Poderoso San José, padre amantísimo de Jesús y esposo de la Santísima Virgen María,
YO_____________. Te escojo como mi muy especial patrón, y como Dios te ha establecido
como Jefe de su Sagrada Familia en la tierra, me favorezca con su protección y obtenga para mí
amar a Jesús y María siempre. Ayúdame en el momento de la muerte. Enséñame a venerar a
María como una Reina, y a apreciarla como mi madre. Enséñame a imitar a Jesús a través de la
paciencia en el dolor y la resignación a la voluntad divina, para que al final de esta vida pueda ir
contigo a disfrutar de su presencia para siempre.
Yo me consagro a Ti, querido San José, a fin de que seas para mí un padre, un protector y un
guía en el camino de la vida. Deseo que conserves mi alma limpia de toda mancha de pecado,
para que sea toda hermosa y pura para Jesús.
De este modo, viviendo siempre en sus Tres Sagrados Corazones, pueda yo vivir cumpliendo la
voluntad de Dios y al final me obtengas una santa muerte.
Por eso Glorioso San José, amabilísimo padre de Jesús, virginal esposo de María, dígnate a
recibirme en este día Santo consagrado a ti, en el número de tus hijos (as), por eso yo te elijo por
mi padre, mi protector y mi guía en el camino de la salvación, y me pongo en tus brazos. ¡Oh tú
que has tenido la dicha de ser el guardián de Jesús y de María, y has tenido presentes a sus ojos
los divinos ejemplos de nuestro dulcísimo Salvador, que has vivido y conversado con él y muerto
entre sus brazos, alcánzame las virtudes de que tengo mayor necesidad, enséñame, amantísimo
padre, a hablar a Jesús en la oración, a vivir con él y por él, haciendo todas mis acciones por
puro amor; y que así la más pequeña como la más grande sea un acto de este amor! Que sea
manso (a), humilde y casto (a) como Jesús; en una palabra, que me asemeje a Él en todas las
cosas; enséñame a amar los trabajos y humillaciones, y haz, amado protector mío, que no
encuentre alegría ni contento alguno sino en el cumplimiento de la voluntad de mi Dios; y con
esto espero que, mediante tu intercesión, llegaré a ver a mi Jesús.
Por eso oh amado Sagrado Corazón de Jesús!, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único
del Padre Eterno y de María, siempre Virgen! Te adoro en la gloria del Padre, durante la
eternidad y en el seno virginal de María, tu Madre, en el tiempo de tu Encarnación.
Te doy gracias porque, anonadándote, has venido al mundo, hombre entre los hombres y
servidor del Padre, para librarme de la esclavitud del pecado.
Te alabo y glorifico Señor, porque has vivido en obediencia amorosa a María y José para
hacerme fiel discípulo(a) suyo(a). Desgraciadamente, no he guardado los votos y promesas de mi
bautismo y no soy digno(a) de llamarme hijo(a) de Dios. Por ello, acudo a la misericordiosa
intercesión de tu Madre y de tu amado padre terrenal San José, esperando obtener por sus
ayudas el perdón de mis pecados y una continua comunión contigo, Oh, Sagrado Corazón de
Jesús.
Te saludo pues, oh glorioso San José, padre bueno, fiel y amantísimo de Jesús: en ti ha puesto sus
ojos el padre eterno, escogiéndote como padre terrenal de su amado hijo y como guardián de
María Santísima quien es la verdadera morada de la Sabiduría Eterna. Te saludo, a ti también
oh Reina del cielo y de la tierra: a ti están sometidas todas las criaturas. Te saludo, refugio
seguro de los pecadores: todos experimentan tu gran misericordia. Acepta los anhelos que tengo
de la Divina Sabiduría y mi consagración total a tu amado esposo y guardián San José.
Padre terrenal del Señor, acepta esta pequeña ofrenda de mi vida y preséntala a tu Hijo; si Él me
redimió́ con tu colaboración, debe también ahora recibir de tu mano, el don total de mí
mismo(a). En adelante, deseo honrarte y obedecerte en todo como verdadero(a) esclavo(a)
tuyo(a).
¡Oh, Corazón de San José!, que yo viva plenamente esta consagración para prolongar en mí la
amorosa obediencia de tu Hijo y dar respuesta a la misión trascendental que Dios te ha confiado
en la historia de la salvación. ¡Padre terrenal del Señor de la Misericordia!, alcánzame la
verdadera Sabiduría de Dios, y hazme plenamente disponible a tu acción paternal. Colócame
así́́, entre los que tú amas, enseñas, guías, alimentas y proteges como hijos tuyos. ¡Oh, hombre
santo, justo y fiel!, haz de mí un(a) auténtico(a) discípulo(a) e imitador(a) de tu Hijo, el Sagrado
Corazón de Jesús. Contigo, padre y modelo de mi vida, llegaré a la perfecta madurez de
Jesucristo en la tierra y a la gloria del cielo. Amén.