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BIENES FAMILIARES

La Ley N°19.335 creó la institución de los llamados bienes familiares.


La experiencia demuestra que son muchos los casos en que una familia, por conflictos
conyugales, se ve forzada a disgregarse como consecuencia de la pérdida del inmueble que les
sirve de centro de sus actividades y de habitación. Los grandes perjudicados con este tipo de
trastornos son los hijos comunes, que, de la noche a la mañana, ven tan severamente afectado
su entorno natural. En las desavenencias conyugales, por desgracia, los cónyuges
(generalmente el marido) recurren a todo tipo de hostilidades, razón por la cual son frecuentes
los actos sorpresivos por medio de los cuales se priva a la familia del hogar en que habitan. Los
recursos judiciales suelen ser lentos, engorrosos y las soluciones o no llegan o llegan
tardíamente. De aquí la opinión de muchos francamente favorable a este nuevo instituto, que
opera como un buen antídoto para evitar actos motivados por pasiones descontroladas y
revanchismo conyugales, cuestión no infrecuente en las rupturas familiares.

Esta institución alcanza a bienes corporales y a derechos y acciones. Trataremos


primero de los bienes corporales.

DEFINICION DE BIENES FAMILIARES CORPORALES

Son bienes familiares el inmueble de propiedad de ambos cónyuges o de uno de


ellos, que sirva de residencia principal a la familia, y los muebles que guarnecen el hogar,
y que han sido objeto de una declaración judicial en tal sentido (afectación). Esta
definición se desprende de lo previsto en el artículo 141 inciso 1 del Código Civil: "El inmueble
de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal de la familia, y los
muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares y se regirán por las normas
de este párrafo, cualquiera sea el régimen de bienes del matrimonio".

De esta definición se sigue que este instituto supone la concurrencia de dos elementos
diversos: uno material y uno normativo. El primero dice relación con la naturaleza de los bienes
que pueden ser afectados y el segundo con la existencia de una sentencia judicial que
reconozca la calidad señalada.

1. ELEMENTO MATERIAL

Los bienes familiares son de naturaleza inmueble (uno) y de naturaleza mueble (unidad
de cosas que integran el ajuar de una casa habitación). Respecto de una misma familia, no
puede afectarse más que un inmueble (el que le sirva de residencia principal), y una
universalidad de muebles unidos por un destino común (estar dedicados a las necesidades
domésticas del hogar). Lo que interesa destacar es el hecho de que entre todos ellos hay una
relación unitaria, en función de la misma destinación (el inmueble y los muebles que lo
guarnecen se hallan integrados sobre la base del mismo objetivo, cual es servir las necesidades
domésticas del grupo familiar).

2. ELEMENTO NORMATIVO

Para que el bien familiar tenga carácter de tal, es necesario que concurra un elemento
normativo, que, a su vez, puede operar o temporal o permanentemente. Ocurrirá lo primero
(afectación temporal) cuando este rango lo atribuya la ley, como consecuencia de la simple
presentación de la demanda. El artículo 141 inciso tercero establece que, "con todo, la sola
interposición de la demanda transformará provisionalmente en familiar el bien de que se trate".
De suerte que la propia ley, con fines cautelares, ha establecido la provisionalidad de la calidad
de bien familiar, sin más requisito que demandarlo judicialmente. Ocurrirá lo segundo
(afectación permanente) cuando la declaración respectiva sea hecha por el juez en
procedimiento ordinario (establecido en la Ley de Tribunales de Familia), según dispone el
inciso segundo del artículo 141: "El juez citará a los interesados a la audiencia preparatoria. Si
no se dedujese oposición, el juez resolverá en la misma audiencia. En caso contrario, o si el
juez considerase que faltan antecedentes para resolver, citará a la audiencia de juicio”.

¿Desde cuándo el bien debe ser considerado familiar, respecto del cónyuge y de los terceros?

A. Gormaz R.
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El artículo 141 inciso 3 señala: " En su primera resolución el juez dispondrá que se anote
al margen de la inscripción respectiva la precedente circunstancia. El Conservador practicará la
subinscripción con el sólo mérito del decreto que, de oficio, le notificará el tribunal.
Para los efectos previstos en este artículo, los cónyuges gozarán de privilegio de
pobreza".

De lo anterior se desprende que este efecto sólo será oponible a terceros desde que se
practique la subinscripción de que trata la misma norma, puesto que, con antelación, no puede
alegarse dicha calidad, que alcanzará a todo acto o contrato relativo a este bien pudiendo
privarlo de validez. Por otra parte, respecto del cónyuge, la calidad de "familiar" de los bienes le
será plenamente oponible a partir de la inscripción mencionada o de la notificación de la
demanda.

Finalmente, la misma ley ha resuelto el problema que se presenta si el cónyuge


demandante obrara fraudulentamente (con el sólo ánimo de perjudicar al cónyuge propietario).
En tal caso, como sucede con las medidas prejudiciales precautorias obtenidas dolosamente,
se deberán indemnizar los perjuicios (inciso final del artículo 141).

CONCEPTO DE FAMILIA

Como puede apreciarse, este instituto está establecido atendiendo a la protección de la


familia, a la cual alude el artículo 141 del Código Civil. Sin embargo, este concepto no está
definido expresamente en la ley, lo que ha permitido que se preste a varias interpretaciones
disímiles.

De diversas disposiciones del Código Civil, se desprende que la familia es el grupo de


personas unidas por matrimonio o parentesco y que comprende a los descendientes, los
ascendientes, sus colaterales y hermanos, el cónyuge y el adoptado en su caso.

Por consiguiente, el artículo 141 está referido al inmueble que sirve de residencia
principal a un grupo de personas en la que se hallarán todas o algunas de las indicadas
precedentemente.

En la jurisprudencia el concepto de familia no es tan claro y ha evolucionado con el


transcurso del tiempo, según se puede observar en las siguientes sentencias:

Tribunal: Corte de Apelaciones de Santiago


Fecha: 10/10/2001
Rol: 7.818-99
“Las circunstancias consistentes en que los cónyuges viven separados de hecho, que la
cónyuge tiene derecho a recibir del marido una pensión alimenticia fijada judicialmente y que los
hijos comunes, que viven con la madre, son mayores de edad y tienen ingresos propios,
impiden calificar el inmueble en que ellos viven como "residencia principal de la familia" y, en
consecuencia, no procede la petición de declararlo bien familiar.

Tribunal: Corte Suprema


Fecha: 31/05/2004
Rol: 2800-2003
“Familia de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española "es grupo de personas
emparentadas entre sí que viven juntas". Concepto que difiere del que ha tenido en cuenta el
legislador al regular tal institución, puesto que ella nace desde que hay un vínculo matrimonial y
éste se mantiene inalterable sin ser disuelto, independientemente de la existencia de hijos o no,
pues interpretar lo contrario sería dejar fuera de la norma a todos aquellos matrimonios que no
tienen hijos, lo que atentaría contra el derecho constitucional de igualdad ante la ley. Por ello
esta Corte estima que se entiende que hay familia desde que se contrae el matrimonio,
manteniéndose tal condición mientras el vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para
mantener su existencia como figura legal requiera el nacimiento de hijos”.

Tribunal: Corte Suprema


Fecha: 24/05/2006
Rol: 386-2006

A. Gormaz R.
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“La circunstancia que el hijo que vive con la actora ya sea mayor de edad no obsta a que
el bien inmueble, de propiedad del otro cónyuge, se declare bien familiar puesto que el
legislador no ha exigido la existencia de hijos menores para tales efectos, ni de hijos de
cualquier edad”.

CARACTERÍSCAS

Las principales características de esta institución son las siguientes:

1. Procede cualquiera que sea el régimen de bienes que exista en el matrimonio. En


consecuencia, pueden los cónyuges estar casados en sociedad conyugal, participación
en los gananciales o separación de bienes. Parece evidente que en el primer caso
carecen de importancia los bienes familiares respecto del inmueble, ya que éste no
podrá ser gravado ni enajenado, ni prometerse ninguno de estos actos sin el
consentimiento de la mujer. Pero sí tiene importancia para los efectos de los bienes
muebles que guarnecen el inmueble, ya que el marido en sociedad conyugal puede
disponer libremente y sin restricción alguna de dichas especies. En caso de que el
inmueble integre el patrimonio reservado de la mujer casada, tiene también esta
afectación enorme importancia, porque, por su intermedio, puede impedirse el derecho
de la mujer a enajenarlo, lo propio sucederá con los bienes muebles referidos. Lo dicho
es igualmente aplicable en caso de que los bienes mencionados estén incorporados, en
conformidad a los artículos 166 y 167, a una separación parcial de bienes establecida a
favor de la mujer. En los demás regímenes, es obvia su importancia.

2. Los bienes sobre que recae la afectación (inmueble y muebles que lo guarnecen)
pueden pertenecer a cualquiera de los cónyuges o ser comunes de ambos.

3. La afectación, como dijimos, puede ser legal, en cuyo caso será temporal y se extenderá
durante la secuela del juicio a partir de la interposición (no la notificación) de la
demanda; la afectación permanente es judicial y emana de una sentencia judicial
ejecutoriada.

4. La afectación impide ejecutar los actos señalados e el artículo 142, esto es, no podrá
enajenarse o gravarse voluntariamente, ni prometerse gravar o enajenar los bienes
familiares sin que concurra la voluntad de ambos cónyuges. Lo propio, agrega la ley,
regirá para la celebración de contratos que concedan derechos personales de uso o de
goce sobre algún bien familiar.

5. La declaración de que trata el artículo 141 sólo puede hacerse a solicitud de uno de los
cónyuges.

6. La desafectación de los bienes debe ser declarada por el juez o acordarse por los
cónyuges.

7. El juez puede suplir la autorización del otro cónyuge, cuando éste se encuentre
imposibilitado de manifestar su voluntad o cuando su negativa no se funde en el interés
de la familia.

8. Extinguido el matrimonio- sea por muerte de uno de los cónyuges o por declaración de
nulidad o de divorcio- debe pedirse la desafectación de los bienes por el cónyuge
propietario o por los causahabientes del cónyuge fallecido.

9. Puede solicitarse al juez la desafectación si los bienes no están actualmente destinados


a los fines previstos en el artículo 141.

10. Los bienes familiares pueden constituirse, durante el matrimonio, en usufructo, uso o
habitación a favor del cónyuge no propietario; pero la constitución de estos derechos no
perjudicará a los acreedores que el cónyuge propietario tenía a la fecha de su
constitución ni aprovechará a los acreedores que el cónyuge no propietario tuviere en
cualquier momento.

11. Adolece de nulidad cualquier estipulación que contravenga el párrafo 2° del Título VI del
Libro I del Código Civil, lo cual implica que se trata de una institución de orden público.

A. Gormaz R.
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FORMA EN QUE SE AFECTAN LOS BIENES FAMILIARES CORPORALES

La afectación de bienes familiares corporales opera en la siguiente forma:

1. Debe interponerse demanda ante el tribunal de familia respectivo por parte del cónyuge
no propietario, en contra del cónyuge propietario, individualizándose los bienes
corporales (inmueble y muebles que guarnecen el hogar).

2. La sola interposición de la demanda afecta provisionalmente los bienes de que se trata,


debiendo el juez en la primera resolución que dicte disponer que se anote al margen de
la inscripción de dominio. El Conservador debe practicar la subinscripción con el sólo
mérito del decreto que, de oficio, le notificará el tribunal.

3. El juicio respectivo se tramitará conforme las reglas del procedimiento ordinario


establecido en la ley de Tribunales de Familia. De esta manera, una vez interpuesta la
demanda, el juez citará a los interesados a la audiencia preparatoria. Si en la audiencia
preparatoria no se dedujese oposición por parte del cónyuge propietario, el juez fallará
en la misma audiencia. En caso contrario, o si el juez considerase que faltan
antecedentes para resolver, citará a la audiencia de juicio.

4. El solicitante sólo está obligado a probar que el inmueble de que se trata es de dominio
del otro cónyuge o común de ambos cónyuges, que éste sirve de residencia principal a
la familia, y que los muebles que lo guarnecen constituyen el ajuar del hogar.

5. Al término de la audiencia de juicio, el juez pronunciará sentencia, sea acogiendo lo


pedido o denegándolo. Conforme las reglas generales, esta sentencia será apelable.

6. Acogida la demanda, aun cuando la ley no lo dice, deberá tomarse nota de ella al
margen de la inscripción de dominio del inmueble.

Estos son los trámites que se siguen para declarar familiares los bienes corporales a que
se refiere el artículo 141.

EFECTOS DE LA AFECTACIÓN DE LOS BIENES CORPORALES

Declarados familiares los bienes corporales indicados, dichos bienes no se podrán


gravar o enajenar voluntariamente, ni prometer gravar o enajenar, sino con la concurrencia de
la voluntad de ambos cónyuges. La misma exigencia deberá concurrir respecto de los
contratos que confieran derechos de uso o goce sobre un bien familiar. Cualquier acto en
contravención a este mandato adolecerá de rescisión, esto es, nulidad relativa, aplicándose el
estatuto jurídico de este tipo de sanción sin modificación alguna.

AUTORIZACIÓN DEL CÓNYUGE O DEL JUEZ EN SUBSIDIO

Para la validez del acto de enajenación o gravamen o promesa de lo uno o lo otro, o la


constitución de un derecho de uso o goce sobre estos bienes, deberá concurrir la voluntad del
otro cónyuge. Dicha autorización deberá ser específica y expresarse:
1. Interviniendo expresa y directamente en el acto
2. Constar por escrito o por escritura pública si el acto que se ejecuta exigiere esta
solemnidad
3. Prestarse por medio de mandato especial que conste por escrito o por escritura pública
si el acto o contrato exigiere esta solemnidad.

AUTORIZACIÓN DEL JUEZ EN SUBSIDIO

Puede la voluntad del cónyuge no propietario ser suplida por el juez en los siguientes
casos:

A. Gormaz R.
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1. Imposibilidad del cónyuge no propietario (tal como ausencia prolongada,


desaparición ignorándose su paradero, interdicción sobreviniente, etc.)
2. Negativa injustificada. Se entiende como tal aquella que no se funda en el interés de la
familia, vale decir, de las personas que la componen, tales como cónyuges,
ascendientes, descendientes, colaterales, etc.

El juez ante quien se solicita la autorización referida resolverá previa audiencia a la que
será citado el cónyuge en caso de negativa de éste (artículo 144).

EFECTOS DE LA AFECTACIÓN DE BIENES FAMILIARES RESPECTO DE TERCEROS


ACREEDORES

La ley establece dos reglas en relación a los efectos que la declaración de bienes
familiares provoca en los terceros acreedores del cónyuge propietario o de ambos en su caso.

1. Beneficio de Excusión. Si uno de los cónyuges o ambos son reconvenidos por un


tercero que persigue la responsabilidad en alguno de los bienes declarados familiares, ellos
gozarán de beneficio de excusión, "en consecuencia, cualquiera de ellos podrá exigir que antes
de proceder contra los bienes familiares se persiga el crédito en otros bienes del deudor"
(artículo 148). La misma disposición precisa que "las disposiciones del Título XXXVI del Libro
Cuarto sobre la fianza se aplicarán al ejercicio de la excusión a que se refiere este artículo, en
cuanto corresponda". Recordemos que el beneficio de excusión debe alegarse como
excepción dilatoria y dado que el cónyuge no propietario goza del beneficio de excusión resulta
forzoso concluir que en toda demanda ordinaria en que se persiga algún bien familiar deberá
procederse a la notificación de ambos cónyuges, so pena de nulidad procesal por falta de
emplazamiento.

2. Tratándose de un juicio ejecutivo, la ley dispone expresamente que "cada vez que en
virtud de una acción ejecutiva deducida por un tercero acreedor, se disponga el embargo de
algún bien familiar de propiedad del cónyuge deudor, el juez dispondrá (que) se notifique
personalmente el mandamiento correspondiente al cónyuge no propietario. Esta notificación no
afectará los derechos y acciones del cónyuge no propietario sobre dichos bienes". Lo anterior,
se explica en razón de que en los procedimientos ejecutivos el beneficio de excusión también
debe alegarse como excepción.

DESAFECTACIÓN DE LOS BIENES FAMILIARES CORPORALES

La desafectación de los bienes familiares corporales puede producirse por dos vías
distintas: por acuerdo de los cónyuges y por sentencia judicial.

1. Desafectación de común acuerdo por los cónyuges

La desafectación de común acuerdo por los cónyuges no requiere de formalidad


ninguna, pero si se refiere a un inmueble, "deberá constar por escritura pública anotada al
margen de la inscripción respectiva" (artículo 145 inciso primero).

2. Desafectación por sentencia judicial

La desafectación por sentencia judicial puede producirse por varias razones:

a) A petición del cónyuge propietario fundado en que uno o más bienes familiares "no están
actualmente destinados a los fines que indica el artículo 141". La ley impone la prueba al que
alega la desafectación, conforme a las reglas generales (artículo 145 inciso segundo).

b) Si muere uno de los cónyuges, los causahabientes del cónyuge propietario puede pedir
la desafectación. Aunque la ley no lo dice, este derecho le corresponde a cualquiera de los
herederos, atendido el derecho que a éstos confiere el artículo 2305 en relación al artículo 2081
del Código Civil. Lo propio puede decirse del legatario de especie o cuerpo cierto, ya que en él
se radicará el dominio del bien.

c) Cuando el matrimonio ha sido declarado nulo, el cónyuge propietario nulo deberá pedir
la desafectación. En caso de que el bien familiar sea común, podrá pedirlo cualquiera de ellos.

A. Gormaz R.
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d) Cuando el matrimonio ha terminado por sentencia de divorcio, el cónyuge propietario


deberá pedir desafectación. En caso de que el bien familiar sea común, podrá pedirlo
cualquiera de ellos.

Estas hipótesis están recogidas en el artículo 145 incisos segundo y tercero, que somete
esta pretensión a los mismos trámites requeridos para la afectación, remitiéndonos a lo
dispuesto en el inciso segundo del artículo 141.

NORMAS ESPECIALES SOBRE RESPONSABILIDAD

La ley contiene dos normas especiales sobre responsabilidad:

1. El artículo 141 inciso final expresa que "el cónyuge que hiciere fraudulentamente la
declaración a que se refiere este artículo, deberá indemnizar los perjuicios causados".
Desde luego, digamos que no existe de por medio "declaración" alguna, sino la presentación de
una demanda, en la cual se atribuye a los bienes que se pretende declarar familiares las
funciones que se señalan en el inciso primero de la misma disposición. Si esta demanda se
funda en hechos falsos alegados a sabiendas, el cónyuge deberá responder civilmente ante el
otro cónyuge y los terceros perjudicados. Esta disposición es consecuencia, según algunos, de
la circunstancia de que por la sola presentación de la demanda surge un derecho cautelar y los
bienes demandados quedan provisionalmente afectados como bienes familiares.

2. El artículo 143 inciso segundo dispone que "los adquirentes de derechos sobre un
inmueble que es bien familiar, estarán de mala fe a los efectos de las obligaciones
restitutorias que la declaración de nulidad origine". Desde ya, cabe señalar que se trata de
una presunción de derecho, por la forma imperativa en que ella está expresada. Por otra parte,
la misma se funda en la subinscripción que se practica al iniciarse el juicio respectivo. En
consecuencia, si el acto de enajenación, gravamen o promesa de una u otra cosa se ejecuta
antes de que esta subinscripción se practique, la presunción no surtirá efecto, y el tercero no
será alcanzado por la nulidad, puesto que le será inoponible la declaración provisional de
afectación que conlleva la sola presentación de la demanda. La presunción indicada, por
consiguiente, altera la regla general contenida en el artículo 707 y configura una de las
excepciones que allí se anuncian, y tiene una enorme importancia para los efectos de las
prestaciones mutuas de que trata el párrafo cuarto del Título XII del Libro I del Código Civil.
Tratándose de bienes muebles, la mala fe del adquirente deberá acreditarse conforme a
las reglas generales, sin perjuicio de presumirse a partir de la subinscripción de que trata el
artículo 141 inciso tercero.

AFECTACIÓN DE LOS DERECHOS O ACCIONES DE LOS CÓNYUGES

Los bienes familiares que son afectados pueden ser corporales o incorporales, según
dispone el artículo 146.

La afectación de estos derechos y acciones queda limitada únicamente, a los que los
cónyuges tengan en bienes inmuebles, quedando excluidos los muebles. La ley expresa a este
respecto que "lo previsto en este párrafo se aplica a los derechos o acciones que los
cónyuges tengan en sociedades propietarias de un inmueble que sea residencia principal
de la familia". Se ha pretendido con ello evitar que los bienes raíces de que son dueñas
sociedades pertenecientes o en que tienen interés los cónyuges, queden al margen de esta
normativa, situación explicable si se tiene en consideración que muchos inmuebles familiares
aparecen, por las más diversas razones, en el patrimonio de una sociedad en que tienen
derechos en que tienen derechos uno o ambos cónyuges.

La ley omitió toda referencia a la situación de los bienes raíces que pertenecen a uno de
los cónyuges en comunidad con terceros. ¿En qué situación quedan estos derechos? Se
estima que ellos no pueden afectarse, puesto que la ley los ha dejado marginados de toda
regulación. Por otra parte, hay que recordar que en este caso, al operar la partición y con ello el
efecto declarativo de las adjudicaciones (artículo 1344), podría burlarse la afectación, salvo
sacrificando estos principios, lo que ha debido parecer exagerado al legislador. Como quiera
que se intente forzar el sentido de la ley, los derechos en comunidades con terceros no pueden
quedar sujetos a la declaración de bienes familiares, ya que el artículo 141 se refiere "al

A. Gormaz R.
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inmueble de propiedad de ambos cónyuges o de alguno de ellos...", y el artículo 146 a "los


derechos y acciones que los cónyuges tengan en sociedades propietarias de un inmueble que
sea residencia principal de la familia".

Esta normativa no distingue de qué tipo de sociedad debe tratarse, razón por la cual
quedan comprendidas todas ellas, cualquiera que sea su naturaleza.

Lo que sí interesa señalar es que la declaración de afectación sólo alcanzará a estas


acciones y derechos y no al bien en su integridad, de modo que ella en nada alterará los
derechos de los demás socios o accionistas, los cuales no verán lesionado su patrimonio por
efecto de esta afectación. El efecto fundamental de esta afectación es impedir que el cónyuge
propietario de estos derechos pueda enajenarlos o gravarlos o prometer lo uno o lo otro, sin la
concurrencia del otro cónyuge.

AFECTACIÓN POR VOLUNTAD UNILATERAL

La afectación de los derechos y acciones referidos se realiza por voluntad unilateral del
cónyuge no titular de los mismos. El artículo 146 inciso tercero expresa que "la afectación de
derechos se hará por declaración de cualquiera de los cónyuges contenida en escritura
pública". Cabe señalar que esta disposición rompe la orientación general de la ley, al prescindir,
en esta hipótesis, de la intervención de los tribunales de justicia y entregar a la voluntad
soberana de uno de los cónyuges la determinación. Con todo, no puede olvidarse que rige en
esta materia lo previsto en el artículo 141 inciso final, que le impone responsabilidad al cónyuge
que hace esta declaración fraudulentamente. La afectación analizada es solemne, puesto que
ella debe ser hecha, para que surta efectos, en escritura pública. Además, la ley establece
requisitos de publicidad, lo que lleva a pensar que esta declaración será inoponible al otro
cónyuge y a terceros en caso de que estas formalidades no se cumplan.

Las formalidades de publicidad exigidas en la ley consisten, tratándose de una sociedad


de personas, en tomarse nota (anotarse dice la ley) al margen de la inscripción social
respectiva, si la hubiera. Si la sociedad es anónima, ella debe inscribirse en el registro de
accionistas. Reiterando que se trata de formalidades de publicidad, se presenta el problema de
establecer qué ocurre si la sociedad no requiere inscripción (sociedades colectivas civiles). Se
señala que en este evento, el acto de afectación, para hacerlo oponible al otro cónyuge, puede
serle notificado. Respecto de los demás deberá acreditarse, en cada caso, que éste estaba en
conocimiento de la afectación. En consecuencia, ningún problema surge si se trata de
sociedades comerciales, de responsabilidad limitada o anónimas; en los demás casos deberán
aplicarse los principios generales.

EFECTOS DE LA AFECTACIÓN

Los efectos que se siguen de la afectación están referidos en el inciso segundo del
artículo 146, que dice "producida la afectación de derechos o acciones, se requerirá asimismo
la voluntad de ambos cónyuges para realizar cualquier acto como socio o accionista de la
sociedad respectiva, que tenga relación con el bien familiar".

De la disposición transcrita se sigue que los efectos de esta afectación son de dos
clases:
1. Efecto general. El cónyuge propietario no puede disponer de las acciones o derechos
sin que concurra la voluntad del otro cónyuge (artículo 142). Por lo tanto, no podrá enajenar las
acciones, gravarlas o prometer lo uno o lo otro sin la concurrencia o autorización del otro
cónyuge.

2. Efecto especial. El cónyuge propietario de los derechos o acciones afectados, requerirá


la voluntad del otro cónyuge para realizar cualquier acto como socio o accionista de la sociedad
respectiva, que tenga relación con el bien familiar. Sin embargo, este efecto generará una
situación precaria para el cónyuge que ha formulado la declaración de afectación. Así, por vía
de ejemplo, si con la concurrencia de los órganos administrativos de una sociedad anónima se
enajena la casa habitación que sirve de residencia principal a la familia y en dichos órganos no
interviene el cónyuge alcanzado por la afectación, o interviene dejando constancia de su
oposición a la celebración del acto, nada podrá hacerse para evitar la transferencia del bien. Lo
propio ocurrirá en una sociedad de personas si en el pacto social se confieren facultades a un

A. Gormaz R.
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administrador distinto del cónyuge afectado para celebrar actos de esta naturaleza. Esta
hipótesis no implica una crítica al sistema, ya que la intención de la ley más bien parece
encaminada a regular lo que ocurre en aquellas sociedades "familiares" en que uno o ambos
cónyuges detentan gran parte o la totalidad del interés social.

DESAFECTACIÓN DE DERECHOS Y ACCIONES

Aun cuando la ley nada dice al respecto, es indudable que para los efectos de la
desafectación se aplican las mismas reglas antes analizadas respecto de la desafectación de
bienes familiares corporales. En consecuencia, deberá ocurrirse ante el tribunal competente, en
juicio ordinario ante los tribunales de familia, e invocarse alguna de las causales antes
analizadas.

DEMÁS REGLAS APLICABLES

En todo lo demás deberán aplicarse las mismas reglas antes estudiadas, en lo


concerniente a la autorización del cónyuge o del juez en subsidio, en lo que dice relación a los
efectos respecto de terceros, a la desafectación de común acuerdo, a las normas especiales
sobre responsabilidad.
Conviene precisar que la afectación de derechos y acciones en sociedades sólo puede
operar cuando dichas sociedades sean propietarias del inmueble calificado de bien familiar.
Por lo tanto, si se trata de sociedades propietarias de bienes muebles, esta disposición no
permite su afectación.

CONSTITUCIÓN DE DERECHOS DE USUFRUCTO, USO O HABITACIÓN SOBRE LOS


BIENES FAMILIARES

El artículo 147 establece que "durante el matrimonio, el juez podrá constituir,


prudencialmente, a favor del cónyuge no propietario, derechos de usufructo, uso o habitación
sobre los bienes familiares. En la constitución de esos derechos y en la fijación del plazo que
les pone término, el juez tomará especialmente en cuenta el interés de los hijos, cuando los
haya, y las fuerzas patrimoniales de los cónyuges. El tribunal podrá, en estos casos, fijar otras
obligaciones o modalidades, si así pareciere equitativo".

De esta norma se desprende que los bienes familiares, antes de su desafectación,


pueden ser constituidos en usufructo, uso o habitación a favor del cónyuge no propietario, lo
cual ya estaba contemplado en el artículo 11 de la Ley N° 14.908 sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias en términos más completos.

El artículo que comentamos contiene un inciso segundo que dispone que "la declaración
judicial a que se refiere el inciso anterior servirá como título para todos los efectos legales"

Finalmente, el inciso tercero agrega que "la constitución de los mencionados derechos
sobre bienes familiares no perjudicará a los acreedores que el cónyuge propietario tenía a la
fecha de su constitución, ni aprovechará a los acreedores que el cónyuge no propietario tuviere
en cualquier momento".

Esta atribución de derechos, como la llama la ley N° 19.335 en su artículo 23, tiene
características especiales:

1. Se constituyen por sentencia judicial, al igual que en el caso del artículo 11 de la Ley
N°14.908.

2. La resolución judicial determina el plazo dentro del cual se extinguirá, lo cual no obsta a
que, por tratarse de un derecho de usufructo, uso o habitación, éste se extinga antes por
la muerte del usufructuario, usuario o habitador.

3. Para los efectos de la constitución de estos derechos el juez debe obrar


prudencialmente, tomando en cuenta especialmente el interés de los hijos y las fuerzas
de los patrimonios de los cónyuges.

A. Gormaz R.
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4. El tribunal puede, también, fijar otras obligaciones o modalidades si le parecieren


equitativas.

5. Los bienes sobre que se constituyen estos derechos no pierden su calidad de bienes
familiares.

6. Estos derechos son inoponibles a los acreedores que el cónyuge propietario tenía al
momento de su constitución y no aprovechan de manera alguna a los acreedores del
usufructuario, usuario o habitador.

7. La declaración judicial es título suficiente para todos los efectos legales.

8. Estos derechos tienen un carácter alimenticio, sea respecto del cónyuge titular o de los
hijos comunes.

9. Deben constituirse durante el matrimonio.

10. Se rigen por las reglas generales, pero preferentemente por lo previsto en la Ley
N°14.908, atendida su naturaleza alimenticia.

11. Estos derechos se extinguen por la llegada del plazo establecido en la sentencia y por
las causales consignadas en los artículos 806, 807 y 809 del Código Civil.

A. Gormaz R.

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