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ti.
La tentación solo se convierte en pecado si estás de acuerdo con ella, así que el camino de la
resistencia es la manera de escapar. ¡Resiste en la tentación y serás un vencedor!
"Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo
consumado, da a luz la muerte." Santiago 1:14-15.
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la
tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios 10:13.
Utiliza el poder del Espíritu Santo. Esa es la fuerza que necesitas para resistir la tentación hasta
el final:
“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas,” 2 Corintios 10:4.
Pon la Palabra de Dios en tu corazón antes de que seas tentado para que la tengas cuando la
necesites:
“En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” Salmos 119:11.
“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.” Salmos 119:9.
Recuerda tu pacto con Dios:
“Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” Génesis 39:9.
“Hice pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?” Job 31:1.
“Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento
de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para
ganar a Cristo.” Filipenses 3:8.
Ama la justicia:
“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la
paciencia, la mansedumbre.” 1 Timoteo 6:11.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” Mateo
5:6.
“Cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.” Colosenses 3:6.
“Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; el guarda las almas de sus santos; de mano de los
impíos los libra.” Salmos 97:10.
Resiste a Satanás en el momento de tentación. Jesús nos enseña cómo hacerlo: Usando la
Palabra de Dios
“Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él
sólo servirás.” Mateo 4:10.
Mantente cerca de Jesús:
“… Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son
tentados.” Hebreos 2:14-18.
¡Recuerda que es Cristo quien vive en ti, y que ya estás muerto al pecado! El pecado no tiene
dominio sobre ti:
“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias.” Romanos 6:11-12.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por
mí.” Gálatas 2:20.
“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros,
que el que está en el mundo.” 1 Juan 4:4.
¡Ora! Ve al trono de gracia para recibir ayuda (poder para vencer) en el oportuno socorro –
cuando eres tentado:
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia” Romanos 6:14.
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al
que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo,
por lo que padeció aprendió la obediencia.” Hebreos 5:7-8.
La batalla ya está ganada, si solamente te mantienes firme y resistes en la tentación hasta el
final:
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6.
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” Santiago 1:12.
Recuerda que vencer te lleva a una comunión más profunda con los otros creyentes. Luchamos
los unos por los otros para que el cuerpo de Cristo pueda ser construido:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” 1 Pedro 5:8-9.
“…escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites
temporales del pecado.” Hebreos 11:25.