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María Cristina Martínez Pineda, Emilio Guachetá Gutiérrez

Escenarios. Territorios de formación y actuación

Pensar y proyectar escenarios que contribuyan a formar subjetivida-


des de praxis crítica emancipatoria en y para la acción en el territo-
rio requiere plantear algunas consideraciones:

La praxis crítica se construye y ejerce desde abajo y con los de abajo

Utilizamos el concepto “desde abajo” de manera afirmativa, no exclu-


yente, para referirnos, en primer lugar, a un “posicionamiento político-
social que ubica donde surge el poder (los poderes) y define desde donde
debe partir la disputa y la construcción de poder propio orientado a la
transformación de la sociedad, en el que ocupa un lugar central, prota-
gónico, la participación de ‘los de abajo’” (Rauber, 2016, p. 33).
“Desde abajo” va más allá de la posición geométrica y de una posi-
ción por clases sociales, indica ante todo una concepción —y una ló-
gica— acerca de “cómo contrarrestar, detener y minimizar el poder
hegemónico del capital y cómo construir el poder propio” (Rauber,
2006, p. 44). Es un posicionamiento político-social que busca dar voz
a las bases, a los hasta ahora invisibles, sujetos y naturaleza que es-
tán siendo objeto de vulneración por las lógicas economicistas y que
están en los contextos y escenarios potenciales de transformación.
En términos metodológicos, la expresión “desde abajo” actúa
como principio porque indica siempre la necesaria presencia de pro-
ceso, construcción, articulación, tendido de puentes, participación,
partir de lo cotidiano inmediato, avanzar de lo pequeño a lo grande.
Exige pensar en los territorios múltiples en los que se sitúan los su-
jetos directamente comprometidos: de un lado, aquellos que pueden
agenciar y dinamizar los cambios para que puedan ocupar su lugar
de productores y tengan espacio en la definición de las propuestas
o los programas que es necesario redefinir e instaurar; de otro, los
sujetos individuales y colectivos que sostienen, agencian, producen
y que benefician con los reposicionamientos políticos, aquellos que,

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Capítulo 6. Pensar actuando. Una apuesta desde el Sur y desde abajo

desde adentro y desde la cotidianidad logran identificar las raíces de


las problemáticas sectoriales y articularlas para construir las bases
del programa político de oposición y los lineamientos del proyecto
emancipatorio.
En la misma dirección, si la apuesta es construir poder desde una
lógica diferente a la instalada, es necesario enseñar a desentrañar
las formas como han sido abordados los problemas sociales para
comprender dónde se anclan los intereses que impiden las transfor-
maciones a fin de avizorar y arriesgar formas de construir una pro-
puesta emancipadora desde otras lógicas, otras rutas políticas y me-
todológicas; por ejemplo, se debe enseñar a construir otras lógicas de
organización no jerárquicas ni verticales, promover relaciones más
horizontales, enseñar a ser flexibles, a potenciar la esperanza, a re-
sistir y persistir, entre otros desafíos (Martínez y Cubides, 2012).
Esta mirada crítica, situada desde los sujetos y en los escenarios
constituyentes, necesariamente cuestiona la organización de la es-
cuela y los modos de la enseñanza. Convoca a reconocer la intencio-
nalidad en los procesos educativos, y a identificar el proyecto político
y de sociedad que se aspira a construir.

Construir colectivamente algunos principios y criterios de actuación para


una ética de emancipación

El trabajo colectivo exige realizar algunos acuerdos previos. Por


ejemplo, se requiere contar con ambientes educativos que provo-
quen interacciones en las que los sujetos educativos establezcan vín-
culos directos con las realidades y problemáticas sociales, primero
para comprenderlas, segundo, para construir las iniciativas emanci-
padoras. Hinkelammert propone como criterios de actuación el “soy
si tu eres”, el desarrollo de cada uno es el desarrollo de todos y “la
vida de cada uno es condición de la vida de todos”.
En este proceso, es importante que los sujetos colectivos compren-
dan que las agendas programáticas de las organizaciones críticas o

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alternativas no pueden ser a corto plazo ni mantener su desarticula-


ción; también que es necesario elegir los métodos y las herramien-
tas pertinentes a fin de reconocer los elementos de manipulación
ideológica instalados y naturalizados, que en muchas ocasiones se
tornan invisibles. Entre los criterios de actuación que se formulen,
conviene precisar, por ejemplo, cómo resolver conflictos, cómo dar
la voz a los silenciados, cómo priorizar las alternativas, entre otros.

Apostar por escenarios colectivos con formas de organización y


participación descentralizadas y autogestionadas

Actuar en colectivo es una acción urgente y necesaria. El trabajo en


redes y, de manera particular, las redes de maestros han mostrado
sus potencias en la creación y promoción de relaciones más horizon-
tales y en el trabajo conjunto que contribuye a romper el aislamiento
y la insularidad del maestro.
Coherentes con la noción de praxis, estos escenarios de forma-
ción y de trabajo exigen espacios de reflexión-acción en donde los
sujetos puedan experimentar, reflexionar, arriesgar y construir al-
ternativas, y esto sucede mejor cuando se trabaja con otros. Inicial-
mente puede pensarse en adelantar procesos experimentales de for-
mación con grupos organizados que compartan intereses comunes
para fortalecer vínculos, y potenciar y ampliar la visión y el trabajo
conjunto de las organizaciones.

Actuar en los espacios cotidianos, en la micropolítica, en las instancias y


escenarios creados y abrir oportunidades a la creación de otros

La apuesta es porque la formación de subjetividades de praxis


emancipatoria atraviese, afecte y permee los diferentes escenarios
de formación, cualquiera que sea el nivel o modalidad de educa-
ción, y que las instituciones formadoras y las aulas actúen como
nichos de micropolítica en tanto escenarios para la resistencia y la

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Capítulo 6. Pensar actuando. Una apuesta desde el Sur y desde abajo

construcción de alternativas basadas en los problemas y las nece-


sidades reales de los sujetos que la habitan, es decir, “desde abajo”.
Se analiza en lo micro, porque es allí donde se reciben las directrices
externas y se hacen visibles las distancias que tienen las políticas ex-
ternas con las realidades locales y con las necesidades de los sujetos
(Martínez, 2012). Ubicamos la escuela, el aula y los diferentes espa-
cios educativos como escenarios de micropolítica, como el lugar don-
de el maestro tiene la opción de promover espacios de subjetivación
por fuera de los escenarios de dominación (Garavito, 1999).

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