Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En los 212 años de vida independiente como República por primera vez se expresa con tal
nitidez el poder instituyente del pueblo en toda su diversidad política, social y cultural.
Contamos con un nuevo texto constitucional que se gestó en el contexto de la revuelta
social de 2019, redactado por una Convención Constitucional cuyos representantes fueron
elegidos/as/es democráticamente, considerando el criterio de paridad de género y
escaños reservados para los pueblos originarios. Cuestión inédita en la historia de Chile y
que proporciona enorme legitimidad a la nueva Constitución. En efecto, a pesar de los
momentos controvertidos que experimentó el proceso, este posee un incuestionable
carácter democrático. El nuevo texto constitucional reemplazará una Constitución
obsoleta que impedía proyectos políticos plurales y que carecía de legitimidad. Una
convención bastante plural y compuesta por un 60% de independientes consiguió redactar
un texto constitucional plausible y cuyo valor radica precisamente en la compleja tarea de
permitir la convivencia de una ciudadanía cada vez más diversa.
En cuanto al contenido del texto, valoramos que se declare a Chile como un “Estado social
y democrático de derechos”, lo que garantiza el derecho a la salud y a la educación
pública, a un ambiente libre de contaminación y a una vivienda digna, entre otros derechos
sociales. No excluye a los privados, sino que les pone estándares más altos y, en esa
misma línea, no atenta contra el derecho de propiedad. Creemos que el texto responde
además a la demanda por descentralización tanto tiempo incumplida y que
institucionaliza el diálogo centro-regiones. El giro desde una concepción economicista
hacia una más integral del ser humano hace posible que este deje de ser concebido como
mero instrumento al servicio de la economía y se lo ubique en el centro de las decisiones
con todas las legítimas diferencias que porta.
Finalmente, no creemos que la Nueva Constitución vaya a solucionar todos los problemas
de Chile. Eso dependerá de los criterios de exigibilidad de los derechos que se consagran
y del modo como los diversos actores sociales se apropien de estos. Queremos destacar
el compromiso que se asume con la democracia como sistema de gobierno, lo que
además se mejora, pues a la democracia representativa se suman acciones de
democracia directa como plebiscitos, referéndum, etc. No olvidemos, por último, el valor
que se da a los derechos fundamentales, pues eso liga este presente con el momento
crítico en que se dio una solución democrática a un problema político en que la
ciudadanía reclamó por dignidad, equidad e inclusión.
FIRMANTES: