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LA ERA DEL VACÍO1 DE GILLES


LIPOVETSKY:
UNA VISIÓN DE NUESTRO TIEMPO UNA VERSIÓN DE
POSMODERNISMO

Contenido:
• Reseña biográfica de Gilles Lipovetsky2
• Introducción
• Contemporaneidad: Era del vacío, Era del Miedo
• Conceptos de Narciso como Estrategia de Vacío
• Modernismo y Posmodernismo Entre Lipovetsky y
Daniel Bell.
• Posmodernismo según Lipovetsky

Gilles Lipovetsky:
Nació en París en 1944. Filósofo y sociólogo,
profesor de la Universidad de Grenoble. Desde
una tradición filosófica-política posmoderna y
con una perspectiva sociológica, se ha
dedicado desde hace mucho tiempo a
reflexionar acerca de las transformaciones de
las sociedades individualistas contemporáneas.
A estudiado las modas, aspectos frívolos de
nuestros días y la nueva imagen de la mujer,
dentro de una temática más amplia, las
“nuevas formas de subjetividad”, que tienen
como habitad un nuevo momento histórico, que
se diferencia del mundo moderno, teniendo sus
propios sistemas de significado y de
legitimidad. Situando sus estudios
aproximadamente desde los años 70, analiza el
cómo las sociedades, están entrando en un
nuevo estadio, en el que predomina un
individualismo exacerbado al que él denomina
Narcisismo y el Hedonismo como el valor por

1 Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío: Ensayos sobre el Individualismo contemporáneo, Ed Agrama, Barcelona, 1985, Pág. 8.
2 Ver http://www.shcp.gob.mx servs/dgpcap/publica/bb0011b.html/ fecha de consulta: Martes 3 de Septiembre de 2002
2
excelencia de nuestro tiempo.

Lipovetsky es autor de La era del vacío, El imperio de lo efímero, El crepúsculo del


deber y La tercera mujer, es considerado como uno los pensadores más inquietantes y
controvertidos del siglo XX.

• Introducción:
El libro de la Era del Vacío: Ensayos sobre el Individualismo contemporáneo, desde una
perspectiva que prioriza la influencia de la cultura en la sociedad, da un diagnóstico de nuestro
tiempo, identificando y conceptualizando, un nuevo sujeto y una nueva colectividad, determinada
por nuevos valores, como el hedonismo y el narcisismo colectivo.

Además de ésta diagnosis crítica del presente, Lipovetsky establece los antecedentes del
individualismo, fenómeno sin el cual sería impensable el Narcisimo. En este punto el autor realiza
un esfuerzo teórico por definir y diferenciar la Modernidad de la Posmodernidad, estableciendo en
términos cronológicos una ruptura, a partir de la Segunda Guerra Mundial.

El presente artículo, como su título lo indica, pretende presentar una doble cara del libro que se
reseña, por un lado, la visión que Lipovetsky expone de una época: la contemporaneidad, y por otro,
los aportes teóricos de éste autor a lo que puede entenderse por posmodernismo, que no deja de ser
una versión, que puede enriquecer las discusiones sobre las diferenciaciones entre modernidad,
modernismo, posmodernidad y posmodernismo…

Los planteamientos de Lipovetsky, en algunos aspectos son bastante sicológicos para algunos
historiadores, sin embargo, pensando en la producción de un conocimiento transdisciplinar, la Era
del Vacío puede verse como una propuesta de cómo poder historiar el presente, que tiene en cuenta
aspectos sicológicos, culturales, históricos...

• Contemporaneidad: Era del vacío, Era del


Miedo
Lipovetsky identifica como los dos legados más importantes del siglo XX:

1) La consolidación de los sistemas democráticos y;

2) La dominación de los avances tecnológicos sobre la vida humana3.

Arguyendo el autor que al primero se le acusa, el haber deteriorado los valores éticos y
morales, a los segundos se los imputa el haber excluido a gran parte de la población. Dentro de este
doble proceso se ubicará el análisis de las hipótesis planteadas por este autor, que sin ser
apocalíptico ni prometéico, evidencia la necesidad de crear un nuevo integrador social.

3 http://www.comminit.com/la/lacth/sld-2399.html “Una Sociedad sin alma” por Lipovetsky Fecha de consulta 8 de Junio de 2004.
3
Lipovetsky sostiene que4 "era del vacío” es la "era del miedo", que será “la gran enfermedad del
futuro”, sin ser ésta una posición catastrófica, ya que muestra las dos caras del proceso de
“personalización global”5:

La primera es “Limpia” u Operativa: No constituyendo las democracias


posmodernas un desierto de valores, se generan diversas formas de protesta, sobretodo
de movimientos de izquierda, con la construcción de nuevos aparatos de poder
programados para estos fines. El sentido de la indignación moral no ha desaparecido
en nuestras sociedades, evidencia de su permanencia es la constante reorganización en
torno a un núcleo estable de valores compartidos, con programas de voluntariados, de
lucha contra la corrupción, de adhesión de las masas en favor de la tolerancia, la
reflexión bioética, los movimientos filantrópicos y las fuertes protestas que denuncian la violencia
sufrida por niños e inmigrantes.

La segunda es “Salvaje” o Paralela: Ésta es generada por voluntades de


autonomía y de particularización de grupos e individuos, como es el caso de los
neofeminismos, de movimientos de liberación de sexualidades y costumbres, de
reivindicación de minorías, de tecnologías psicológicas, de movimientos
“alternativos”,... Lipovetsky se referirá a este fenómeno como Narcisismo
colectivo, ya que la motivaciones no son altruistas ni sociales, son más bien
egoístas, respondiendo a la angustiosa búsqueda de “identidad propia”, en la que se
explotan “las singularidades individuales”6 se “explotan cínicamente los
sentimientos de otros” para satisfacer un interés propio”7.

De esta manera Lipovetsky nos presenta el proceso de personalización como engendrado en el final
de la edad moderna, dentro de una alianza de dos lógicas antinómicas, con un retroceso del proceso
disciplinario y el avance del posmodernismo, significando un cambio en el rumbo histórico, de los
objetivos y las modalidades de socialización, con la creación de nuevos dispositivos abiertos y
plurales, con un nuevo sistema de legitimación, basado en el individualismo hedonista y
personalizado, como el motor de una “nueva revolución”, de una segunda etapa del consumista, en
la que reina la indiferencia de las masas, como producto de su democratización, que banaliza la
innovación, que no se cuestiona lo privado como el espacio por excelencia, y en un proceso en el
que con los avances mass- mediáticos saturan de información, en un tiempo que se vive de manera
tan acelerada, que el individuo no alcanza a asimilar el pasado.

• Concepto de Narciso como Estrategia de Vacío:


El nuevo individuo, que surge en medio de “la muerte del optimismo tecnológico y científico”, de
la devastación del medio ambiente, de la desilusión frente a las utopías políticas, sin ídolos y sin
tabúes, sin una imagen sugestiva de sí mismo, surge con un vacío que no le representa tragedia

4 Ver http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/thesis/03/ponencias/pon20-3.html/ Fecha de consulta: 3 de Septiembre de 2002


5 Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 8.
6 Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 8.
7 Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 69.
4
alguna, ya que a este sujeto desencantado lo caracteriza la indiferencia, que lo hace apático a
cualquier ideología8.

Dentro de este contexto el individuo posmoderno, ha abandonado todo interés por los asuntos
sociales y/o nacionales, centrándose en sus preocupaciones personales, todo lo social le parece
banal. Este sujeto establece nuevas relaciones no solo con los demás, sino también con la vivencia
del tiempo, la que se reduce a una sucesión de presentes contingentes y desarticulados de toda
tradición9.

Esta fragmentación hace parte de su proceso de


dessubstalización, que ha sido generado a partir de la
democratización llevada a cabo en todos los ámbitos
de la vida contemporánea, con la diversificación, las
elecciones privadas e ilimitadas, con una mayor
flexibilidad, con un aumento en la reproducción de
singularidades, produciéndose en la confluencia de
todos estos nuevos elementos, una “nueva cultura”,
la posmoderna, como la “reestructuración del todo
social bajo la propia ley”10

En este sujeto hay una exacerbación de la sensibilidad psi (ego puro) que se expresa en el gran
entusiasmo existente por el conocimiento y la “realización personal”, la sensibilidad política deja
paso a una sensibilidad terapéutica, con una psicologización de la sociedad.

“el narcisimo encuentra su modelo en la psicologización de lo social, de lo político, de


la escena pública en general, subjetivación de todas las actividades antaño
impersonales u objetivas. La familia y múltiples organizaciones son ya [tan sólo]
medios de expresión, tecnologías analíticas y terapéuticas”11

En éste neonarcisismo el Yo es el centro de la atención pero al mismo tiempo se ha producido un


vaciamiento del Yo, que "se convierte en un espejo vacío a fuerza de informaciones, una pregunta
sin respuesta a fuerza de asociaciones y de análisis, una estructura abierta e indeterminada que
reclama más terapia"12 El Yo pierde su voluntad y su capacidad de ordenar y jerarquizar la
multiplicidad de impulsos del sujeto, el Yo pierde así su capacidad de sintetizar y de responder de
un modo unitario y no fragmentado.

Hay un vaciamiento del Yo, el surgimiento de una “nueva ética hedonista y permisiva”, y una
inversión narcisista del individuo en el cuerpo, pero, afirma Lipovetsky, "el narcisismo se define no
tanto por la explosión libre de las emociones, como por el encierro sobre si mismo."13

Lipovetsky se refiere al Narcisismo como un nuevo modo de control y estandarización social:

8 Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 9.

9 http://csociales.uchile.cl/publicaciones/thesis/03/ponencias/pon20-3.html consultada el 10 de Junio de 2004

10Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 11.


11Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p.14.
12Ver Guilles Lipovetskky La Era del Vacío, p. 56.
13Ver Guilles Lipovetskky La Era del Vacío, p. 67.
5
"el amaestramiento social ya no se realiza por imposición disciplinaria ni tan sólo por
sublimación, se efectúa ahora por autoseducción. El narcisismo, nueva tecnología de
control flexible y autogestionado, socializa dessocializando, pone de acuerdo a los
individuos con un sistema social pulverizado, mientras glorifica el reino de la
expansión del ego puro”14

Este nuevo sujeto habría desarrollado un Super Yo duro y punitivo, producto del decaimiento de la
sociedad disciplinaria- revolucionaria- convencional, que había prevalecido durante los año
cincuentas, produciéndose una desestabilización de las personalidades, con la sísmica ruptura de la
modernidad, de las sociedades democráticas, universalistas, rigoristas, ideológicas y coercitivas.

En este contexto, caracterizado por un desencantamiento frente a las promesas no cumplidas de la


Modernidad, la hipótesis que Lipovetsky plantea, es que se produce “una mutación sociológica
global, que está en curso, una creación histórica próxima a (...) [una] “significación imaginaria
central” combinación sinérgica de organizaciones y significados, de acciones y de valores, iniciada
a partir de los años veinte- sólo las esferas artísticas y psicoanalíticas se anticiparon unos
decenios- y que no cesa de ampliar sus efectos desde la segunda guerra mundial”15.

Lipovetsky señala que éste nuevo sujeto, que experimenta una constante sensación de vacío, de
malestar difuso que lo invade todo, con cierta incapacidad para sentir los seres y las cosas, sin
embargo no es que viva una enajenación total, simplemente hace parte de una nueva realidad
subjetiva, que se esta adaptando a la nueva realidad de la globalización de la contemporaneidad.

En ese sentido, señala que no es válido juzgarlo desde los tradicionales parámetros modernos. El
narcisismo no surge de un desencanto trágico, ya que de por sí ha abolido lo trágico, el Narcisismo
no obedecería entonces a una alienación, ni sería la respuesta a una crisis del sujeto trascendente,
sino que sería la emergencia de un nuevo tipo de subjetividad. "Más vale la apatía narcisista -
escribe Lipovetsky- un Yo lábil, el único capaz de funcionar
sincronizado con una experimentación sistemática y acelerada”16
“al liquidar las rigideces “intra- determinadas”17 incompatibles
con los sistemas flotantes, el narcisismo apunta a la disolución de
lo “extro- determinado”18”

El nuevo individuo se encuentra en una formación permanente, en


cooperación con la ciencia, que ejerce un dominio constante sobre
almas y cuerpos. En un proceso en el que se incorpora la propia
norma con los ideales de un cuerpo esbelto, dinámico y eternamente
joven, (cuando no anoréxico) se preconiza la salud mental, a la vez
que aumenta el número de consumidores de drogas y de personas
con crisis nerviosas. Al igual que con la exaltación de un cuerpo
reciclado, liberado de tabúes, se produce una inflación psi, la

14Ver Guilles Lipovetskky La Era del Vacío, p. 55.


15 Ver Guilles Lipovetskky La Era del Vacío, p. 6.
16Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 58.
17 El individuo “intradeterminado” es el disciplinario- voluntario.
18 El individuo “extrodeterminado” sería el que necesita la aprobación de otro la orientación externa, pero con el narcisismo, esta

dependencia se va reduciendo y desplazando hacia la singularidad, no hacia una homogenización y/o universalización, más bien
con pretensiones de originalidad y de exclusividad, de autenticidad dentro de las posibilidades combinatorias y de elección que da el
nuevo consumo dinámico, que produce un margen amplio de sensación de libertad.
6
conciencia, al igual que el cuerpo, se convierte en un espacio flotante, deslocalizado, en manos de la
“Movilidad social”19

Los nuevos sujetos surgen dentro de este marco contradictorio, lleno de autoexigencias en las que el
contexto promueve personalidades fragmentadas, con la difusión de valores ambiguos, hombres y
mujeres deben ser meticulosos y productivos en el día en sus trabajos profesionales, para conseguir
los “premios” a su esfuerzo: dinero, prestigio y/ o gloria, y en las noches deben ser a la vez
“juerguistas”, en espacios en los que conviven con música pop a volúmenes ensordecedores, drogas
y alcohol, se busca desinhibir, en el momento en que más o menos “todo está permitido” en medio
de un teatro al estilo cool, cálido y comunicativo. De esta manera el Hedonismo constituye, para
Lipovetsky, “la contradicción cultural del capitalismo”20.

Siendo el espacio cool de ambientes “simpáticos” el más apreciado por esta cultura hedonista, que
en una búsqueda interminable de placeres y emociones fuertes e inmediatas, entre más “calidad de
vida” tiene- menos tiene que trabajar, y que en la medida en que menos trabaja- menos le gusta
hacerlo. En este punto empieza a perfilarse, lo que Lipovetsky identifica como, una amenaza al
capitalismo, desde el interior mismo de sus dinámicas, dentro las que el placer se ha vuelto más que
otro producto de consumo, un estilo de vida.

En esa transformación de
la dimensión intersubjetiva,
visible tanto en la esfera pública
como en la privada, la lucha
por el reconocimiento
disminuye, hasta el punto en que
los individuos son menos
competitivos y más indiferentes
en la medida en que están más

dessubstancializados.

La proliferación de Fans y las imágenes de felicidad asociadas a las


grandes celeridades, generan angustias y dudas, en una sociedad
que favorece la denigración y el desprecio a uno mismo, produciéndose otra gran contradicción del
sistema, en la medida en que la sociedad hedonista, engendra muchos valores solo a nivel
superficial. Esa vida light, tolerante e indulgente, esconde una realidad de frustración y ansiedades,
que nutre al narcisismo más de odio que de adulación, creando sujetos compulsivos, obsesivos,
adictivos, ...fragmentados, que experimentan una sensación de absurdidad de la vida, proliferándose
los casos de insomnio, drogadicción, estrés y depresiones nerviosas .

19Ver Guilles Lipovetskky La Era del Vacío, Pp. 62-64.


20Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 126.
7
“La crispación neurótica ha sido substituida por la flotación narcisista. Imposibilidad de sentir,
vacío emotivo, aquí la desubstancialización ha llegado a su término, explicitando la verdad del
proceso narcisista, como estrategia de vacío”21

El individuo se siente tan vulnerable que para protegerse de las decepciones,


por las que se ve amenazado, construye su independencia afectiva, viviendo
solo, sin establecer relaciones de pareja estables, huyendo de sus propios
sentimientos, engendrándose, según Lipovetsky, el “fin de la cultura
sentimental”, del melodrama. Sin embargo ese encerramiento del Yo en sí
mismo esa autoabsorción e incapacidad de que le afecten otros, le termina
generando grandes contradicciones a ese individuo cool y liberado, ya que
sigue deseando una relación afectiva, aunque se lo niegue.

Este nuevo sujeto es cool en sus maneras de ser y hacer, libre de


culpa, cuidadoso de su salud, mientras a su vez “arriesga su vida en
autopistas”22, permeado aunque superficialmente por todos los
“gadgets del sentido”, esoterismo, parapsicología; siguiendo
mediums y gurús, aunque relajado ideológicamente, perfeccionista en
actividades deportivas o de bricolage, siendo “alérgico al esfuerzo”
en cuestiones laborales, pero a la vez exigente con rígidos regímenes
de adelgazamiento, obedeciendo a múltiples lógicas contradictorias
yuxtapuestas.

Dentro de éste nuevo momento histórico el narcisismo busca una forma de


expresión gratuita, que parece responder a una “mediabilidad pura”23 en la
que el acto de comunicación está por encima de la naturaleza de lo comunicado; la indiferencia por
los contenidos caracteriza una comunicación sin objetivos y sin público, el emisor es a la vez el
receptor. Expresar cualquier mensaje es un placer narcisista que responde a la
dessubstancialización, a la lógica del vacío, en la que el individuo “comunica por comunicar”,
estando no sólo interesado por “gozarse la vida”, sino también por estar informado y
responsabilizado, por ser “dispatcher constante de sí mismo”

• Modernismo y Posmodernismo: entre


Lipovetsky y D. Bell.
Lipovetsky toma una clara posición frente a la tesis de Daniel Bell,
reconociendo sus aciertos, pero también planteado sus desacuerdos
metodológicos y teóricos frente a la obra de este autor.

Lipovetsky indica el cómo para llegar al planteamiento de su hipótesis sobre


el Posmodernismo como fenómeno global, ha tenido que establecer el
contenido mismo del Modernismo, para realizar un árbol genealógico del
mismo, con el objetivo de poder aprehender los cambios progresivos en el

21Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p.76.


22Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p.112.
23 Aunque éste término no lo utiliza el autor. Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 15.
8
rumbo hacia el nuevo pensamiento del siglo XX, hacia la constitución de sistemas cada vez más
abiertos y flexibles.

En la búsqueda de sus objetivos, él acepta que tomó como “hilo de Ariadna” la obra de Daniel Bell,
en la que reconoce “tiene como mérito incomparable”24 en su “teoría general del funcionamiento a
la luz del modernismo”.

Sin embargo a la vez Lipovetsky se refiere a la obra de Bell, como un producto con “falta de
construcción,(y) rapidez en la argumentación”, con un “aspecto a veces caótico de sus análisis” lo
que “perjudica las ideas estimulantes, en muchos aspectos impalpables de esta obra”25

Sean cuales sean los puntos débiles que Lipovetsky encuentra en la obra de Bell, le elogia el hecho
de haberse cuestionado el papel de la cultura en relación con la economía, y el haber articulado una
teoría que estableciera correlaciones entre el arte y los diferentes modos de vida en las sociedades a
las que denominó posindustriales.

Es así como Lipovetsky examina las tesis de Bell, asumiendo su posición frente a cada una, por
ejemplo está de acuerdo en que, las vanguardias han perdido su poder creativo y han entrado en
“repeticiones rituales” en las que se limitan a llevar al extremo principios modernistas26, afirmando
que “El callejón sin salida de la vanguardia está en el modernismo”, la negación ha perdido su
poder creativo. También coincide en que los cambios tecnológicos no determinan transformaciones
culturales, por lo tanto el posmodernismo no es un reflejo de la sociedad posindustrial27.

Sin embargo Lipovetsky tiene una concepción más amplia del proceso, oponiéndose a la
aseveración de Daniel Bell de que: “El Consumo [es] el agente por excelencia de un neolibertinaje
desenfrenado e impulsivo”28 contraargumentando que “La sociedad de consumo
no puede reducirse a la estimulación de necesidades y al hedonismo, es
inseparable de la profusión de informaciones, de la cultura mass- mediática de la
solicitud comunicacional. Se consume a elevadas dosis y a modo de flash, los
telediarios, las emisiones médicas, históricas y tecnológicas la música (...) pop,
los consejos turísticos, culinarios o psi, las confesiones privadas, las películas: la
hipertrofia, la aceleración de los mensajes, de la cultura, de la comunicación
están al mismo nivel que la abundancia de mercancías, parte integrante de la
sociedad de consumo. El hedonismo por una parte la información por otra. La
sociedad de consumo es fundamentalmente un sistema de abertura y atención, un medio de
instrucción flexible, “digest” sin duda pero permanente”29.

El surgimiento del hedonismo dentro de un nuevo sistema de valores de consumo, es un fenómeno


que D. Bell observa como una verdadera “revolución de los valores”, que pone en crisis la unidad de
la clase burguesa desde los años 20, posición que Lipovetsky cuestiona como reduccionista, al
entender al consumo como el agente por excelencia de un neo- libertinaje desenfrenado e impulsivo;
contraargumentando que, en su opinión, ésta revolución del consumo llega a su plenitud tan sólo
hasta después de la Segunda guerra mundial, con la secularización, con el control sobre la vida, con

24Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 80.


25Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 80.
26Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 82.
27Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 83.
28Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 110.
29Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 110.
9
la liberación de la esfera privada por parte de los autoservicios, por la moda veloz, y por la
flexibilización de valores, de roles y de estatutos30.

Con ésta serie de transformaciones, más amplias, Lipovetsky argüye que la atomización o
desocialización del individuo, es mucho más radical que la que pudo llevarse a cabo con la
escolarización del XIX, planteando una “Revolución de lo Cotidiano”, que no sólo descalificó la
ética protestante, sino que desarraigó a los individuos incluso de su tierra natal y desestabilizó la
cotidianidad misma, en la que se limita a administrar el ocio de individuos despersonalizados.

A toda esta serie de cambios que marcan una nueva tendencia, el paralelo “que ha llevado a D. Bell
a hablar de sociedad posindustrial”, como una sociedad fundada sobre el predominio de un saber
teórico en el desarrollo técnico y económico, en el sector de servicios (información, investigación,
enseñanza, salud,..) sobre una clase especializada.

Con relación a este proceso de transformación hay dos conceptos relacionados pero diferentes, que
nos indican otra diferencia entre los dos autores. Los conceptos de Sociedad Posindustrial: esquema
de la nueva estructura socioprofesional, con una nueva economía racionalizada; y Sociedad
Posmoderna: que Bell reduce a cultura y Lipovestky, en cambio, extiende a un nuevo modo de
socialización con una personalización llevada a cabo en todos lo sectores sociales.

En lo referente al campo cultural moderno, Lipovetsky reconoce como gran acierto de D. Bell el
resaltar el papel preponderante que juega el hedonismo, sin embargo, considera como carencia en su
obra, el no haber ido más allá, para analizar las transformaciones que ese valor ha experimentado,
que es lo que Lipovetsky hace a través de su obra, mostrando que “el Hedonismo se personaliza
hasta volverse narsicismo psi”31, ubicando dentro de este proceso de transformación los años
sesenta, como la década “bisagra”, rematándose en estos años el valor hedonista, como lo afirma
Bell, en oposición virulenta del puritanismo a la autoridad, al trabajo alienado a la cultura
pornográfica masificada, con la irrupción psicodélica.

A su vez, Lipovetsky argumenta, que en este decenio el


individuo privilegia los valores cool, los mismos que se
impondrán reforzados después de los años contestatarios,
con un entusiasmo debilitado, en el que el deseo pasa de
moda; el culto espiritual y deportivo substituye a la
contracultura; el sentimiento al posicionamiento; el
materialismo se cambia por el ideal de una vida simple y
ecológica; la medicina alternativa a la convencional. Esta
serie de cambios evidencian para Gilles un hedonismo
menos Hot que el inicial, con una clara tendencia a estar en
la eterna búsqueda del equilibrio, del retorno a uno mismo
aunque en convivencia con un estilo de vida a la vez hard (Punk, Pop, drogas, terrorismo, porno...) y
cool, como un sincretismo que caracteriza la Posmodernidad.

Dentro de este orden de ideas Lipovetsky afirma que las contradicciones en


nuestras sociedades no proceden únicamente de la distancia entre cultura y
economía, como lo afirmaría Bell, sino también del proceso de

30Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 106.


31Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 116.
10
Personalización32, como un proceso sistemático de atomización, en el que en la medida en que la
sociedad se humaniza más mayor es el sentimiento de anonimato del individuo, entre mayor
indulgencia y tolerancia menor es la confianza en sí mismo, cuando mayor es la longevidad de vida,
mayor es el temor a la muerte, cuando es superior el grado de libertad también lo es el de vacío,
entre menos se trabaja menos se quiere hacerlo, cuando la calidad de vida es mejor más depresión
hay.

En este panorama dual, ambiguo y extremadamente contradictorio, Lipovetsky plantea la crisis del
sistema democrático, afirmando que “únicamente una acción política dedicada a restringir los
deseos ilimitados, a equilibrar el ámbito privado y público, a reintroducir las obligaciones legales,
(...) como la prohibición de la obscenidad, de la pornografía, de las perversiones es capaz de
reactivar la legitimidad de las instituciones democráticas”. Estando su propuesta muy en
concordancia con la de Bell que afirma que “la legitimidad puede reposar en los valores del
liberalismo político si se disocio del hedonismo burgués” aunque a su vez plantea una política
neoconservadora y moralizante como remedio para la senilidad capitalista33, desde su preocupación
por el hecho de que el hedonismo ha provocado una “crisis espiritual” que ha producido el
hundimiento de instituciones liberales, socavándose el civismo en la era del consumo

Lipovetsky reconoce en esos signos de “crisis” como el reforzamiento de masa de la legitimidad


democrática, en lugar de su declive, así afirma que a pesar de que los ciudadanos no utilicen sus
derechos políticos, aunque se reduzca la militancia y la política se vuelva un espectáculo, “eso no
afecta el apego a la Democracia”34Planteando la crisis del Estado, de alguna manera multiplica las
responsabilidades sociales, aumentado a su vez las flexibilidades de los individuos, como una forma
de adaptación a la condición posmoderna individualista, a la diversidad y
proximidad.

• El Posmodernismo35 según Lipovetsky

• Crítica de la obsesión de innovación y de la revolución a cualquier


precio
• Rehabilitación de lo rechazado por el Modernismo: la tradición, lo
local, la ornamentación.
• Ataque al concepto de Vanguardia, de su contenido elitista terrorista y austero.
• Inclusivo, diferenciándose del modernismo exclusivo y excluyente, ya no se trata de crear un
nuevo estilo sino de integrar todos los existentes. De esta manera el Posmodernismo no tiene la
intención de destruir las formas anteriores, ni pretende un resurgimiento del pasado, sino la
coexistencia de estilos en una antinomia local- internacional.
• Registro y la manifestación del proceso de personalización, como un “coctel” que da la opción
de la libre elección.
• Desde el arte “integra todo el museo imaginario, legitima la memoria”36, da igual valor al
presente y al pasado, permite la cohabitación pacífica de las diferencias de estilos.

32Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 128.


33Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 129.
34Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 130.
35Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, Pp. 121- 124.
36Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 124.
11
• Una “ola profunda y general a la escala del todo social, puesto que (...) vivimos en tiempos en
que oposiciones rígidas se borran, en que se difuminan las preponderancias”37

37 Ver Guilles Lipovetskky, La Era del Vacío, p. 80.

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