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CÓMO SE DESARROLLARON LOS ATAQUES DEL 11-S Y QUÉ

CONSECUENCIAS TUVIERON

El 11 de septiembre de 2001 el mundo cambió. 19 atacantes secuestraron 4 aviones de


forma coordinada y los lanzaron contra algunos de los edificios más simbólicos e
importantes de Estados Unidos. La primera potencia mundial estaba siendo atacada en el
corazón, por sorpresa y sin poder defenderse y el mundo entero lo estaba viendo en vivo
por televisión. Esa mañana soleada de finales de verano quedó marcada para siempre en la
historia y sus consecuencias todavía perduran.

Pero primero ¿Cómo se desarrolló el 11 de septiembre? El relato de ese fatídico martes


empieza aquí, en el aeropuerto internacional Logan de Boston. Son las 7:59 y el vuelo 11
de América Airlines acaba de despegar con destino a los Ángeles. En él viajan 11
miembros de la tripulación y 81 pasajeros. Entre ellos 5 secuestradores encabezados por
este hombre: Mohamed Atta, el líder de la operación. Tan solo 15 minutos después de
despegar, a las 8:14, Atta y sus hombres se hacen con el control del Boeing 767. Después
de desviarse hacia el norte ponen la nave en dirección a Nueva York. Mientras se produce
el secuestro del vuelo 11 de American, en el mismo aeropuerto de Boston despega otro
avión: el 175 de United Airles. El mismo modelo, un Boeing 767, y el mismo destino: Los
Ángeles. Dentro van 9 miembros de la tripulación y 56 pasajeros; 5 de ellos secuestradores.

Sólo 6 minutos más tarde despega el tercer avión de esta historia, esta vez desde
Washington. Es el vuelo 77 de American Airlines. Un Boeing 757 con 6 tripulantes a
bordo y 58 pasajeros, entre ellos 5 secuestradores más. ¿Con qué destino? Los Ángeles.

Los atacantes eligieron vuelos con destino a la costa oeste, al otro lado del país, por lo que
iban a tener los tanques llenos de combustible para un viaje largo. Son las 8: 24, hay tres
aviones en el aire con 5 secuestradores en cada uno, pero sólo el primero está en manos de
los atacantes. Mohamed Atta, a los mandos del aparato, trata de mandar un mensaje a los
pasajeros, pero se equivoca de botón y manda un mensaje por radio que queda grabado.

´´Tenemos algunos aviones. Quédense callados y estaremos bien. Estamos regresando al


aeropuerto. ¡Qué nadie se mueva! Todo va a estar bien.´´

Mientras los secuestradores del primer vuelo tratan de calmar a los pasajeros con una
mentira, ´´ Estamos volviendo al aeropuerto´´, despega el cuarto avión desde Newark.

Otro Boeing 757, el vuelo 93 de United Airlines, con destino a San Francisco. Con 7
tripulantes y 37 pasajeros incluidos 4 secuestradores. Justo en ese momento se produce el
segundo secuestro. Los atacantes toman el vuelo 175 de United y lo dirigen a Nueva York,
donde segundos después ocurre el primer impacto.
Son las 8:46 minutos del 11 de septiembre de 2001. El vuelo 11 de American pilotado por
Mohamed Atta, se estrella en la torre Norte del World Trade Center. El avión penetró por la
cara norte del edificio entre los pisos 93 y 99. La confusión en esos momentos es total,
nadie entiende que ha podido pasar, las televisiones de todo el mundo empiezan a conectar
en vivo con esta imagen: una de las Torres Gemelas un símbolo global en llamas.

Pero todavía faltan muchas cosas por ocurrir. A los pocos minutos los atacantes del vuelo
77 de American, el que salió de Washington, secuestran el avión, dan media vuelta y lo
dirigen otra vez hacia la capital.

Han pasado 17 minutos desde el impacto del primer avión. Son las 9:03 minutos, cuando
todo el mundo ve por televisión cómo un segundo avión choca contra la otra torre. El 175
de United, se interna por la cara sur entre los pisos 77 y 85. En ese momento el presidente
George Bush se encontraba en una visita a una escuela de Florida. Justo antes de entrar se
le había informado de que una avioneta se había estrellado en el Wall Trade Center. Pero 2
minutos después, se produjo esta famosa imagen: su jefe de gabinete, Andy Card, informó
al presidente del ataque con estas palabras: “un segundo avión impactó la segunda torre".
"Estados Unidos está siendo atacado."

Bush tardó 24 minutos en hablarle a la población en un discurso televisado. En el habló del


impacto de dos aviones en las Torres Gemelas en un "aparente ataque terrorista". Lo que no
sabía, es que tan solo un minuto antes, a las 9:28, el cuarto avión acababa de ser
secuestrado. Ni que tan solo 9 minutos después, a las 9:37, un tercer avión iba a estrellarse
contra otro ícono estadounidense. Esta vez, el Pentágono. La sede del Departamento de
Defensa. El símbolo del poder militar del país. No había ninguna duda de que Estados
Unidos estaba bajo un ataque coordinado, y que cualquier avión era susceptible de ser
usado con ese fin. Así que se decretó el cierre del espacio aéreo y se dio la orden de
aterrizar a todas las aeronaves. Mientras, en Nueva York ambas torres siguen en llamas. La
la Torre Sur, la segunda en ser impactada, no puede soportar el daño provocado por el
fuego y se desploma completamente, solo 56 minutos después del choque del avión.

Mientras una nube gigante de escombros se expande por el bajo Manhattan, en Pensilvania
el vuelo 93 de United, el último de los cuatro que quedaban en el aire, se estrella en un
campo del municipio de Stonycreek, Pensilvania. Según las investigaciones, el objetivo de
los atacantes era atentar contra el Capitolio, pero según se supo más tarde los pasajeros del
avión recibieron llamadas sobre lo que había ocurrido en Nueva York, y se amotinaron
contra los secuestradores. Por último, una media hora más tarde, a las 10:28 minutos, la
Torre Norte, la primera en ser atacada también colapsa, media hora después de que lo
hiciese la otra y poco más de dos horas después del inicio de toda la operación.
En los ataques del 11 de septiembre de 2001 murieron 2.996 personas, incluidos los 19
secuestradores, pero el impacto que tuvieron fue mucho más allá del número de fallecidos.
Un ataque coordinado acababa de golpear el corazón de Estados Unidos sin que este
pudiera reaccionar, y el mundo entero lo vio en vivo por televisión. Lo que vino luego,
supuso un antes y un después en muchísimos aspectos políticos, económicos y sociales.

La primera consecuencia casi inmediata fue el repunte de popularidad del presidente Bush,
que pasó de rondar el 55% de aprobación de los ciudadanos, a superar el 90% en los días
posteriores. Bush prometió una respuesta contundente. Dijo que no iban a hacer
distinciones entre quienes organizaron el ataque y quienes les daban cobijo. Y así, a las
pocas semanas, declaró la llamada guerra contra el terrorismo e invadió Afganistán, para
derrocar a los talibanes que gobernaban el país y acogían a los miembros de la organización
al Qaeda, responsable del ataque.

Pero 20 años después, Afganistán vive uno de sus momentos más convulsos. Aprovechando
la retirada completa de las tropas estadounidenses, que habían prometido el presidente Joe
Biden, los talibanes recuperaron el control del país. Y tras dos décadas de intervención de
Estados Unidos, y sus aliados, Afganistán ha vuelto a manos del talibán y muchos temen
que sirva de nuevo como base para grupos radicales como al Qaeda. Esta guerra, iniciada
en 2001, es el conflicto más largo en el que haya participado Estados Unidos. Se calcula
que en esta guerra han muertos 240.000 personas, de las cuales 78.000 eran civiles, y 3,500
soldados estadounidenses o aliados. Además, guerras cómo esta, y la posterior invasión de
Irak, justificada por la supuesta existencia de unas armas de destrucción masiva, que
amenazaban la paz mundial, y que jamás se encontraron, sirvieron de pretexto para grupos
como al Qaeda para atentar en los países que participaron en ellas.

Un ejemplo son los atentados del 11 de marzo del 2004 en Madrid, España. Por otra parte,
se estima que la llamada guerra contra el terrorismo ha costado más de 5, 6 billones de
dólares, esto es 5,6 millones de millones. Este dinero se ha usado para financiar
operaciones militares y antiterroristas, pero también en sistemas y protocolos de monitoreo
de información. Y eso nos lleva a la siguiente consecuencia: un aumento del control y de la
vigilancia. Según muchos expertos gobiernos de todo el mundo han usado el terrorismo y
las medidas de seguridad nacional, como argumento para limitar las libertades de sus
ciudadanos, y especialmente en Estados Unidos, donde agencias como la NSA, la Agencia
de Seguridad Nacional, llegaron a recopilar ilegalmente hasta 56,000 emails cada año de
personas que no tenían nada que ver con el terrorismo. Otras medidas de seguridad más
obvias, las vemos día a día, son las que se aplicaron en los aeropuertos y los aviones. Se
endurecieron los controles en las terminales, y se establecieron protocolos más estrictos en
las aeronaves.

Por último, otro efecto importante del 11-s y de todo lo que ocurrió después, es un aumento
en la islamofobia y la estigmatización de los ciudadanos árabes en occidente. Según datos
del FBI los crímenes de odio contra musulmanes en Estados Unidos, se dispararon en los
años posteriores al atentado. El propio ex presidente Donald Trump, en sus primeros días
en la casa blanca, ordenó prohibir la entrada al país de ciudadanos procedentes de varios
países de mayoría musulmana. Una orden que Biden derogó al ser investido. Los atentados
del 11 de septiembre de 2001 cambiaron muchas cosas, hasta ese día muy poca gente había
oído hablar de al Qaeda, el grupo islamista radical que planificó el ataque y que ya todos
recordamos. Y ninguna de las personas que hace 20 años vieron arder las Torres Gemelas
por televisión, va a olvidar qué estaba haciendo ese día, cómo se enteró, y sobretodo cómo
se sintió.

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