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EL AMOR EN EL EVANGELIO
En el mundo San Valentín es el llamado "día de los enamorados". La vida cristiana también participa y es
vida de enamorado. Amor a Dios, al prójimo, a la esposa, a los hijos, a la Iglesia...al enemigo. La fuente
de los mensajes de amor de los cristianos se encuentra en la Palabra de Dios, en la Biblia.
El sacrificio de Jesús por amor a la humanidad como muestra del Amor de Dios, sus enseñanzas a los
apóstoles y gentes de todos los tiempos, las parábolas o los milagros son algunas de las pruebas que se
encuentran entre sus páginas. Como "enamorados", los cristianos disponemos de recordatorios
constantes en la Escritura de cómo es el amor de Dios y cómo debe ser el amor cristiano:
El Mandamiento del amor (San Juan 15, 12-17)
Tras la Resurrección, Jesús pasa algún tiempo más con los apóstoles. Sin embargo, en su Ascensión al
Cielo deja una última enseñanza: el Mandamiento del Amor. Este Mandamiento se convierte en el primero
de todos...y en seña de identidad del cristiano.
"Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más
grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya
no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque
todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy
yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que
lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros".
1. EL SIGNIFICADO DEL MATRIMONIO: "Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre" (San
Marcos 10, 1-12)
En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente
por el camino, y según costumbre les enseñaba. Se acercaron unos fariseos y le preguntaron
para ponerlo a prueba:
- ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?
Él les replicó:
- ¿Qué os ha mandado Moisés?
Contestaron:
-Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.
Jesús les dijo:
-Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los
creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su
mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que
Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo:
-Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella
se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.
aquello que da sentido a todo lo demás, a quiénes somos y en cómo amar al otro: un hombre a
su mujer, un hermano a sus hermanos, los hijos a los padres, los padres a los hijos, etc.
" Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy
como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque
tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las
llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,
no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal
recibido,
no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia
desaparecerá."
EL AMOR EN EL EVANGELIO
MISIÓN EVANGELICA SEGUIDORA DE CRISTO
El amor fraternal incluye profundos sentimientos, como: Cariño, Respeto, Confianza, Unidad,
Estima, Compasión, Lealtad.
Este amor permite a los creyentes crecer en madurez como comunidad y desarrollar una fe
firme, gozosa y perseverante, y se hace especialmente necesario en los tiempos de dificultad. El
apóstol Pedro alentó a los cristianos del primer siglo que sufrían por su fe: “En fin, vivan en
armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean
compasivos y humildes” (1 P 3.8). De esta manera ellos permanecerían constantes hasta el
triunfo final sobre todas las adversidades.
5. UNA EVIDENCIA DE LA SALVACIÓN
Ningún otro en toda la Biblia escribió tanto sobre el amor de Dios y entre los creyentes como lo
hizo el apóstol Juan. Este hecho bien le ha valido el título de “el apóstol del amor”. En su Primera
Carta podemos aprender muchísimas cosas sobre el amor fraternal que debe caracterizar a los
seguidores de Jesús, pero quizás lo más interesante en la argumentación de Juan sea que este
amor constituye una especie de evidencia de nuestro nuevo nacimiento.
Él escribió: “Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a
nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte” (1 Jn 3.14). ¿Cómo es esto? En la
teología de Juan, “el amor viene de Dios”, por lo cual solamente aquel que “ha nacido de él y lo
conoce” puede amar verdaderamente (4.7). Piense en las implicaciones: ¡el apóstol nos está
diciendo que únicamente los hijos de Dios están capacitados para amar de verdad!
Siguiendo este hilo argumentativo, Juan señala que el amor fraternal entre los cristianos
obedece a una dinámica de aprendizaje-imitación. Los creyentes hemos llegado a conocer lo
que es el amor al comprender el sacrificio de Jesucristo por nosotros, y esta comprensión a su
vez nos impulsa a imitar su ejemplo amando a nuestros hermanos hasta el punto del sacrificio
personal: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros.
Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos” (v. 3.16).
Y debido a que el amor es una cualidad particular de los hijos de Dios, Juan encuentra
inconcebible el que alguien se llame a sí mismo cristiano y al mismo tiempo carezca de esta
cualidad en su trato con los que se supone son sus hermanos. “Si alguien que posee bienes
materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se
puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de
labios para afuera, sino con hechos y de verdad” (vv. 17-18).
A menudo, muchos creyentes se preguntan: “¿Cómo puedo saber que realmente soy salvo?”
Como sabrá, se ha ofrecido todo tipo de respuestas a este importante cuestionamiento. Pero el
apóstol Juan seguramente nos respondería con otra pregunta: “¿Amas a tus hermanos?”
EL AMOR EN EL EVANGELIO