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13 1 Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como
una campana que resuena o un platillo que retiñe. 2 Aunque tuviera el don de la profecía y conociera
todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si
no tengo amor, no soy nada. 3 Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y
entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
8 El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia
desaparecerá; 9 porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. 10 Cuando llegue
lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Múy segúramente ya te has formado úna idea o manera de expresar el amor y de sú inflújo en la vida de las
personas. De este modo te púedes dar cúenta de qúe, aúnqúe es maravilloso, es úno de los valores maú s
maltratados y banalizados.
La realidad nos ensenñ a qúe, la forma como ún gran núú mero de personas enfrenta la vida en la actúalidad, ha
hecho qúe el concepto de amor sea desfigúrado, a tal púnto, qúe este se entiende como algo qúe prescinde
de los demaú s y se orienta maú s bien a satisfacer la condicioú n egoíústa del ser húmano. El amor entendido
como entrega y generosidad, es algo qúe estaú en crisis.
¿Crees posible que en un mundo en el que prevalecen los intereses materiales, sea posible asumir una
propuesta de amor desinteresado como la que nos hace Jesús? ¿Cómo?
31 Despúeú s qúe Júdas salioú , Jesúú s dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios
ha sido glorificado en eú l. 32 Si Dios ha sido glorificado en eú l, tambieú n lo glorificaraú en síú
mismo, y lo haraú múy pronto. 33 Hijos míúos, ya no estareú múcho tiempo con ústedes.
Ustedes me búscaraú n, pero yo les digo ahora lo mismo qúe dije a los júdíúos: "A donde yo
voy, ústedes no púeden venir". El mandamiento núevo 34 Les doy ún mandamiento núevo:
aú mense los únos a los otros. Asíú como yo los he amado, aú mense tambieú n ústedes los únos
a los otros. 35 En esto todos reconoceraú n qúe ústedes son mis discíúpúlos:
en el amor qúe se tengan los únos a los otros".
REFLEXIONA.
La misioú n de Jesúú s es la de facilitar la comúnioú n de las personas con Dios, y a la vez, promover la comúnioú n
de las personas entre síú en úna dimensioú n horizontal, es decir, de igúaldad. En este plano, en donde el
primero de la comúnidad es qúien sirve, la comúnidad eleva sú corazoú n
a Dios y transmite a sús miembros el frúto de ese encúentro: el amor.
En otras palabras, la razoú n de ser de la iglesia consiste en manifestar el amor de Dios, hacerlo alcanzable y
posible en medio de la comúnidad y en todas las circúnstancias. La iglesia, Maestra, debe interpretar el
mensaje de Jesúú s y consecúentemente constrúir comúnidades qúe únidas por la oracioú n hagan real el amor
a Dios y a los demaú s. De esta manera, acompanñ a a las sociedades en sú discernimiento, en sús angústias y
alegríúas, invitando a cada cristiano a optar por el amor desde los distintos estilos de vida.
ACTIVIDAD.
Enúmera cinco acciones qúe te propones para constrúir la civilizacioú n del amor.