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EV01.

ESCRITO TIPO SINTESIS

JOHANN SEBASTIAN ESPINOSA BARBOSA

PRESENTADO A:

EDWIN FORERO SARAVIA

SERVICIO DE APRENDISAJE

REGIONAL NORTE DE SANTANDER CENTRO PARA EL DESARROLLO RURAL

Y MINERO

CUMARAL 2021
Ganadería extensiva, cultivos improductivos, deforestación acelerada, grandes subsidios

ineficientes, dietas que no son saludables y aumento de importaciones: estos son algunos de los

problemas que enfrenta Colombia cuando se habla sobre agricultura y cambio climático. El

campo ha sido base fundamental de la economía colombiana y en especial del departamento del

Meta, es evidente el atraso en materia económica y social, el cual ha frenado el desarrollo y la

competitividad de este; El campo ha sido base fundamental de la economía colombiana y en

especial del departamento del Meta, es evidente el atraso en materia económica y social, el cual

ha frenado el desarrollo y la competitividad de este En primer lugar, el último Censo Nacional

Agropecuario, realizado por el Dane, reveló una cifra que por más de 40 años fue incierta: en el

país hay cultivadas 7,1 millones de hectáreas. Es más, de lo que se creía (5 millones), pero mucho

menos de lo que podría ser, considerando que el Instituto Geográfico Agustín Codazzi calcula

que hay 22 millones de hectáreas con vocación agrícola (19% del territorio nacional).

Los nuevos datos nos dan un diagnóstico real y se ajustan a la meta de sembrar un millón de

hectáreas más. Es la oportunidad de tener 42,3 millones de hectáreas aptas para la actividad,

aseguró el ministro de Agricultura. No hay que ir hasta una finca para detectar la crisis del sector

agropecuario. Se ve en las calles de las ciudades e incluso en los pueblos. Los problemas del agro

vienen en un kilo de plátano, papa o arroz y hasta en el cilantro que se comercializa en los

supermercados y en las tiendas de barrio. Cualquier producto de la pequeña agricultura es un

espejo de lo que le sucede al campo colombiano.

La crisis tiene un eje central. Cada vez que sale una cosecha, los precios caen y los ingresos de

muchos cultivadores, especialmente de los más pequeños, no alcanzan para cubrir los costos de

producción. Eso significa que miles de campesinos trabajan a pérdida o apenas para sobrevivir.
a situación se complica aún más para los productores que no tienen acceso a crédito bancario,

bien sea porque no tienen una historia crediticia sin enmiendas o porque no les gusta acudir a la

banca debido al exceso de trámites. Muchos prefieren acudir a la financiación dada por los

proveedores de insumos y semillas, y soportan la deuda con la cosecha. En estos casos, los

financiadores no solo les venden los fertilizantes y los plaguicidas a precios más altos, sino que

las tasas pueden llegar hasta la usura.

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