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DERECHO CANONICO

LUMEN GENTIUM
INTRODUCCION

En el trabajo de la asignatura Evangelización Fundamental II se presenta una investigación a


profundidad sobre la constitución Lumen Gentium con sus respectivas causas, acontecimientos
internos, consecuencias; datos que arrojaran incalculables informaciones desconocidas en ciertos
momentos de la vida eclesiástica.

Por ese motivo, Lumen Gentium, Constitución dogmática en la iglesia, es uno de los documentos
principales del Concilio Vaticano II. No obstante tiene sus orígenes cómo surgió la idea de un
documento que daría un giro a la vida de la Iglesia, tal como se había trabajado en ese instante.
La constitución fue promulgada cerca Papa Pablo VI en 21 de noviembre, 1964, aprobación de
siguiente de los obispos montados por un voto de 2.151 a 5, aunque para llegar a este paso
internamente en las sesiones hubo fricciones al interior del Concilio.

Después de aprobada la Constitución dogmática se dio muchas reacciones por parte de sacerdotes,
religiosos, laicos y demás personas tanto en América Latina como en Europa y el resto del mundo.

Estos tópicos se desarrollan en las siguientes paginas, profundizando cada uno de los puntos antes
mencionados, aspectos que en la actualidad surgen para recordar el valor que tiene el Documento
dogmático en la vida de la Iglesia, y específicamente en el conocimiento de esta historia por parte de
los futuros presbíteros.

Antecedentes

Antecedentes y contexto histórico de la Lumen Gentium La Iglesia, sociedad humana y divina


establecida por Jesucristo para realizar a través de ella la obra de la salvación de los hombres, en el
devenir histórico ha buscado ser expresión viva del amor y comunión que brota de la Santísima
Trinidad (LG4).

Este devenir ha estado marcado claramente por una dualidad que resta crédito a la Misión y vida de
la Iglesia. Es decir que, mientras Jesús y sus discípulos antiguos y modernos hablan de la Iglesia como
el Pueblo de Dios y comunidad fraterna, la vida de los fieles en la realidad concreta ha pregonado un
paradigma de Iglesia muy distante de ese; esto es, que la Iglesia en su actuar en el mundo en diversos
momentos espacio-temporales se ha manifestado más como una sociedad perfecta y jerárquica que
como comunidad de hermanos”. (Cf. La recepción de la Lumen Gentium en América Latina, 1). Así,
pues, en medio de esta clara dualidad, y con el Evangelio de Jesús clamando coherencia entre vida y
obra ha surgido la Constitución Dogmática Lumen Gentium.
Algunos de los antecedentes más relevantes a la aparición de la LG son:

El Concilio Vaticano I

Como un antecedente histórico del CV II está el Concilio Vaticano I, convocado por el Papa Pio IX en
1869-1870, famoso por su solemne definición de la Primacía Jurisdiccional y la Infalibilidad papal
cuando habla “ex cathedra”.

Este concilio interno de la Iglesia estuvo dominado por la teología y pensamiento europeo de ese
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tiempo, y se desarrollo en un ambiente belicoso, en que las disputas verbales y físicas sobre asuntos
territoriales romanos estaban a la orden del día.

A pesar del ambiente poco amigable, en el CV I se logró llegar a la conclusión sobre las discusiones
sobre las relaciones entre la razón y la fe y frente a los errores: racionalismo, panteísmo y fideísmo,
que estaban latentes en el contexto socio-teológico.

Sin embargo muchas de las conclusiones y las declaraciones del CVI aumentaron las ya tensas
relaciones entre la sociedad política y la Iglesia.

Trento
De igual manera, se cuenta el Concilio Tridentino (1542-1563) como uno de los acontecimientos más
importantes de la Iglesia que son anteceden el CVII.

En Trento el diálogo entre la naciente Iglesia Protestante y la Iglesia Católica fue desatendido
totalmente, lo que significo la escisión decisiva de la corriente protestante de la Iglesia Católica.
El Concilio tridentino se caracteriza, sobre todo, por su aspecto institucional y juridiscita, es decir,
que se buscó simplemente promulgar leyes dogmaticas que debían ser acatadas so pena de
excomunión, sin buscar llegar al origen del problema que en verdad acuciaba y era el detonante de la
escisión.

Algunos de los rasgos eclesiológicos de Trento son: una Iglesia vista como una sociedad desigual y
clerical, separada del mundo y totalmente jerarquizada de forma piramidal (valga la redundancia).
Trento, también, ve con absoluto desprecio el mundo moderno por considerarlo amoral.

Juan XXIII

Un gran hito en la vida y presencia de la Iglesia en el mundo lo marco Juan XXII. El deseaba poner al
día la Iglesia en una relación más vital con la sociedad moderna. Convocó el CVII esperando que a
través de este la Iglesia renovara su relación con su fundador, con el Evangelio y con la sociedad
moderna. Su perspectiva de la Iglesia en el mundo fue controversial para su tiempo, pues reclamaba
una cambio drástico en la estructura interna y en el ser de la Iglesia.

CAUSAS
La Lumen Gentium (LG), incluida en el Concilio Vaticano II (CVII), es una constitución dogmatica un
documento sistemático que expone de manera orgánica la doctrina de la Iglesia sobre un asunto
determinado sobre la Iglesia vista por ella misma, es como su autorretrato, pero para llegar a ello se
dieron varias causas.

Una de las primeras surge a partir de los errores en dogma y moral elaborados para imponer la
profesión de fe y fulminar las herejías con el clásico “anatema sit”. Otra es presentar al hombre
moderno una nueva faz y una renovada visión de la Iglesia, que busca estar del lado del hombre,
acompañándolo en su caminar en la historia.
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Este documento eclesiológico establece otra de sus orígenes para dar la respuesta de la Iglesia a las
urgencias de la humanidad de su tiempo, una humanidad critica y reacia a los dictámenes
dogmáticas, que exige razones y hechos, y señales que testifiquen las palabras.

Otras de las causas fue la experiencia de dos guerras mundiales que todavía estaba fresca y que
Europa estaba dividida por el Telón de Acero. La precariedad de la paz interpelaba a la Iglesia como
institución procuradora de la armonía y concordia mundial.

Otra causa fue la necesidad de enriquecer nuestra apreciación de la misión de los laicos, también lo
es el fortalecimiento del lugar del obispo, así como la definición de su rol como sucesor de los
apóstoles. Y también lo fue esbozar una completa teología del episcopado, como colegio donde sus
constituyentes están en continua relación y armonía y poseen autoridad divina.
La postura profética El Papa contra la guerra tiene una base teológica y eclesiológica que es
especialmente importante en la situación internacional actual; en Lumen Gentium, se nos pide ser
una Iglesia nueva que se renueve a partir de las profundidades insondables del misterio Trinitario
que nos forma.

Finalmente, otra de las causas que se muestra es recordar y aclarar la naturaleza, condición actual y
misión de la Iglesia.

HECHOS
En la primera sesión (1962) específicamente el 23 de noviembre se entregó a los padres conciliares el
esquema para su estudio antes de la discusión de la constitución dogmática Lumen Gentium. En este
proceso se mantuvo el Papa Juan XXIII.

A partir de este instante se dan diferentes acontecimientos al interior del concilio, debate,
discusiones acaloradas entre obispos, laicos, especialistas, es decir todos los que participaban en el
Concilio Vaticano II.

Mientras, y ya desde el 7 de octubre, se había comenzado a estudiar el documento sobre el


apostolado de los laicos. Las opiniones eran variadas y las críticas al texto venían de todas las
sensibilidades. El 20 de octubre otro texto complejo, el llamado esquema XIII fue presentado en aula.
La mayoría de las críticas lo consideraban un esquema aceptable pero poco fundado teológicamente.
Las discusiones sobre los problemas particulares tratados en el esquema (el ateísmo, la guerra, la
familia, el matrimonio) fueron más ásperas.

Ese mes de octubre se trataron los esquemas más breves que habían sido reducidos a proposiciones
a votar. Así, por ejemplo, los que trataban de los presbíteros, la formación sacerdotal, las iglesias de
rito oriental, las misiones, los religiosos, la educación cristiana y el matrimonio. Este último fue
convertido en una serie de observaciones que se hicieron llegar al Papa para que él decidiera qué
hacer.

Acontecimiento dentro de la realización del documento.

Desde el primer proyecto iniciaron las fricciones, es decir cuando se presentó para su discusión por
los Padres del Concilio en la primera Congregación General el 1 de diciembre de 1962, los altavoces
no tardaron en quejarse de su preocupación por la autoridad y con su perspectiva jurídica
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El día después de que el proyecto fue presentado el 30 de septiembre de 1963, se sometió a votación
si el proyecto era aceptable en su conjunto como base para el debate. El resultado fue el siguiente un
apoyo rotundo con 2231 votos, pero antes se había dejado estipulado que debía un incluirse un
nuevo capitulo que tratase sobre la Virgen, esta propuesta fue hecha por los Padres de lengua
alemana, encabezada por el cardenal Frings.

I. El misterio de la Iglesia
II El pueblo de Dios
III La Iglesia es jerárquica
IV Los laicos
V La llamada universal a la santidad
VI religiosas
VII Iglesia
VIII Nuestra Señora

Durante muchas sesiones de los diferentes capítulos se examinaron de forma sistemática

Fricción en aspecto religioso

El 23 de septiembre se presentó un esquema nuevo sobre la libertad religiosa. Aunque todos estaban
de acuerdo en el principio, el texto dividía a la asamblea conciliar por la forma de presentar la
doctrina y las consecuencias que podía tener (por ejemplo, en los países donde por concordato la
Iglesia católica tenía privilegios).

El mes de noviembre vio el renacer del problema de la colegialidad. Las discusiones en la comisión no
llegaban a puerto por lo que se encargó a Mons. Gérard Philips que redactara una nota explicativa
que aclarara los elementos empleados en la redacción propuesta, que era una solución que buscaba
contentar a todas las partes. El Papa pensaba introducir esta nota como explicación del capítulo III de
la Lumen Gentium y tras hacer algunas modificaciones al texto la mandó al concilio. Esta se presentó
el 14 de noviembre y causó perplejidad por lo que implicaba de intervención pontificia en el concilio.
Tras la lectura del texto y las votaciones el texto de la Lumen gentium se aprobó.

Sin embargo, el 19 de noviembre se presentaba el texto de la declaración sobre la libertad religiosa


que en vez de ser corregido según las intervenciones anteriores, había sido casi completamente
rehecho. Se solicitó entonces que fuera votado de nuevo pero la presidencia del concilio anunció que
no se votaría el nuevo texto hasta la siguiente sesión. Esto causó molestia en varios padres
conciliares que intentaron por todos los medios de persuadir a Pablo VI de que se procediese a la
votación, pero el Papa no cedió.

El descontento creció cuando se informó a la asamblea que el Papa había introducido 19


modificaciones al esquema sobre el ecumenismo que ya había sido votado y aprobado por los padres
(aunque todavía no había sido oficialmente promulgado).

Estos hechos no cambiaron lo indicado en el texto final de la Lumen gentium, el mayor tiempo de
elaboración del esquema sobre la libertad religiosa permitió perfilarlo mejor y las modificaciones
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incluidas en el esquema sobre el ecumenismo eran de mera forma, se creó un clima de descontento
y desilusión en los obispos y expertos de la así llamada «mayoría» conciliar.

La sesión pública conclusiva vio la aprobación de nuevos documentos (la Lumen gentium, los dos
decretos sobre el ecumenismo y el de las Iglesias orientales). Además el Papa proclamó a María
como Madre de la Iglesia.

HECHOS POLITICOS

En el primer lustro del decenio de 1960, el régimen implantado en Cuba por Fidel Castro y el Che
Guevara, entre otros, orientó la política de su país hacia la URSS, de la cual paso a ser un
incondicional aliado en detrimento de los intereses geoestratégicos de EE UU.

Francia desarrolló su propia arma atómica en 1960 y China en 1964.

1962 -“Crisis de los Misiles” Cuba al ser expulsado de la OEA, declara el total enfrentamiento contra
el imperialismo de EUA, a su vez el gobierno soviético aprovecha esta situación para mandar misiles
de largo alcance en embarcaciones desde Rusia a Cuba, para colocarlos en posiciones estratégicas
Cubanas para realizar un ataque a los EUA. Conflicto donde pudo terminar en una guerra nuclear.
Termina con la colaboración de los 2 presidentes al hacer un acuerdo donde Kruschev promete
retirar tales misiles mientras que EUA promete no atacar a Cuba.
Avance de los bloque de poder URSS y EE.UU.

HECHOS ECONOMICOS

La situación tuvo su punto más dramático en la "Crisis de los misiles de 1962" que llevó a la
humanidad a estar más cerca que nunca de una tercera guerra mundial, pero que pudo evitarse
gracias a la voluntad de Nikita Jruschov y John F. Kennedy.

Recuperación de la II Guerra Mundial por parte de Europa, Los vibrantes años 60 una etapa de
crecimiento económico.

En los años 60 surge la cultura joven, avivada por grupos musicales como los Beatles que atraen a
muchedumbres de adolescentes dondequiera que vayan, contribuyen a estimular una revolución
cultural y agrandan la brecha generacional. Es un buen momento para la economía, favorecido, entre
otras cosas, porque los países de la UE dejan de percibir derechos de aduana por las transacciones
comerciales entre sí.

Impulsos y desarrollo del Sistema Capitalista en Europa y Latinoamérica.

Gastos económicos por la guerra fría.

HECHOS RELIGIOSOS
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Desarrollo de las diferentes sesiones para estructurar los documentos que contendría el Concilio
Vaticano II.

El 3 de enero de 1962 excomulgó a Fidel Castro, iniciativa amparada en condenas expresadas por el
papa Pío XII en 1949
el papa Juan XIII el 1 de julio de 1962 publico la séptima encíclica Paenitentiam agere (latín: Haced
penitencia). En ella invita a los cristianos a hacer penitencia para el buen éxito del Concilio Vaticano
II.

Un año después la Pacem in terris (latín: Paz en la Tierra), es la última encíclica de las ocho escritas
por el Papa Juan XXIII. Publicada el día 11 de abril de 1963, 53 días antes de fallecer el pontífice,
coincidiendo con la celebración del Jueves Santo. En ella hace una profunda reflexión sobre las
condiciones que han de imperar para que haya una verdadera paz en el mundo. Pretende hacer ver
la común pertenencia a la familia humana e iluminar respecto a la aspiración de la gente de todos los
lugares de la tierra a vivir en seguridad, justicia y esperanza ante el futuro.

El 23 de mayo de 1963 se anunciaba públicamente la enfermedad del papa (cáncer de estómago).


Murió en Roma el 3 de junio de 1963. El Papa no quiso dejarse operar temiendo que el rumbo del
Concilio se desviara de lo estipulado, de esta forma el mismo Papa estaba firmando su sentencia de
muerte. Al fin después de una grave enfermedad, hacia las dos y cincuenta de ese día, el Papa Juan
XXIII muere sin ver concluida su obra, a la que él mismo consideraba "La Puesta al día de la Iglesia".
En la memoria de muchos, el Papa Juan XXIII ha quedado como "el Papa bueno" o como "el Papa más
amado de la historia".

Después de la muerte de Juan XXIII, en1963 Pablo VI sucede a Juan XXIII.

Ecclesiam Suam (latín: Su Iglesia) es la primera encíclica del papa Pablo VI. Fue promulgada el 6 de
agosto de 1964 y trata sobre el mandato de la Iglesia en el mundo contemporáneo.

Efectos
Contexto socio-cultural de recepción de la Lumen Gentium en América Latina
Cuando se efectuó la publicación de la LG habían transcurrido mas de 400 años en América Latina de
empobrecimiento, debido a las sangrientas manifestaciones entre los nativos que defendían sus vida,
cultura, creencias y sociedad y los colonizadores: debido también a los encuentros nefastos que
acabaron con la vida de miles de indígenas y de sus culturas, lenguas, tradiciones y creencias.

Entre la asimilación de una nueva fe y un nuevo modo de ver la vida y la resistencia a la explotación y
al irrespeto de la vida, nuestros pueblos indígenas sufrían un ambiente de violencia ocasionado por la
conquista con su sistema de despojo, de explotación, y de exclusión.
En el tema religioso, de la fe y la cultura -elementos que no podemos separar- el pueblo nativo se vió
entre la espada y la pared: olvidar su fe y cultura social, profesar la fe de los blancos y ser sus
esclavos, o perecer. El sufrimiento del pueblo latinoamericano, ocasionado por el nuevo orden
político y la casi imposición de la fe a los indígenas de manera más o menos violenta, traumatizó al
pueblo política, social y espiritualmente.

El pueblo estaba profundamente marcado por los gobiernos coloniales, esclavistas, y clasistas,
dominado por elites, más o menos católico-tridentinas o “ilustradas. La Iglesia latinoamericana, al
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igual que la institución política imperante, hacía sentir su poder de sometimiento y jerarquización a
todo el mestizaje. Por ello, la llegada del la LG significó un duro golpe para quienes haciendo uso de
su puesto se servían del pueblo, y para aquellos acostumbrados a los privilegios.
Es de suponer que el pueblo que no llego al conocimiento de la LG, no gozó de la renovada visión de
la Iglesia, que pretendía unir a todos sus hijos como a iguales en dignidad y derechos ante Dios.

Algunos de las innovaciones en la eclesiología de la Lumen Gentium son:


· La idea de la Iglesia como Pueblo Dios.
· La colegialidad de los obispos como revaloración del ministerio episcopal frente al primado del
Papa.
· La revaloración de las iglesias locales frente a la Iglesia universal.
· La apertura ecuménica del concepto de Iglesia.
· La apertura a las demás religiones.
· La cuestión del estado especifico de la Iglesia católica, según la cual, como decimos en el Credo la
Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica.
· La Iglesia es ante todo una expresión de la gracia de Dios, es decir, una expresión del misterio del
amor de Dios trabajo en la vida humana.

LG a través del tiempo ha venido creando conciencia, de que como hijos de Dios y miembros de su
iglesia, deben de dar razones de su fe, es así como se observan a muchos fieles entre ellos jóvenes
que tienen el sueño de ver un mundo y una iglesia diferente. LG ha creado conciencia, en que todos
debemos de percibir y crear una iglesia que esta arraigada al evangelio y a Cristo. La LG ha sido una
de las bases para la creación de los documentos del CELAM.

CONCLUSION

Después de haber reflexionado y profundizado sobre datos que poco se profundizar sobre el
Documento dogmático Lumen Gentium llegamos a la conclusión.

Los desafíos para los católicos (obispos, presbíteros, religiosos, seminaristas, laicos) de la actualidad
son grandes y diversos, puesto que muchos son poco históricos, no se estudia sobre la historia de la
Iglesia, no leen la realidad que se vive al interior de la Iglesia a partir de fuera.
En este sentido, se trata de profundizar sobre los documentos de la Santa Madre Iglesia, es decir
como laicos, sacerdote, religioso concebir una reflexión en el Vaticano II, pero con nuevas
herramientas del lenguaje del hombre de los últimos días.

Por esa razón, el Documento dogmático Lumen Gentium se convierte en un instrumento y pieza
fundamental para actuar en la sociedad como luz del mundo, como pueblo de Dios que es la misma
Iglesia y que lucha por llevar el amor de Jesucristo y vivir con luz en el mundo.
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DECRETO APOSTOLICAM ACTUOSITATEM


SOBRE EL APOSTOLADO DE LOS LAICOS

1. Nuestros tiempos han extendido hasta lo infinito los campos inmensos del apostolado de los
laicos, en parte abiertos solamente a ellos.

2. Siendo propio del estado de los laicos el vivir en medio del mundo y de los negocios temporales,
ellos son llamados por Dios para que, fervientes en el espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el
mundo a manera de fermento.

3. Para ejercer este apostolado, el Espíritu Santo concede también dones peculiares a los fieles (1
Cor., 12,7). De la recepción de estos carismas, incluso de los más sencillos, procede a cada uno de los
creyentes el derecho y la obligación de ejercitarlos para bien de los hombres, ya en la Iglesia misma,
ya en el mundo.

4. la caridad de Dios que "se ha derramado en nuestros corazones por virtud del Espíritu Santo, que
nos ha sido dado" (Rom., 5,5) hace a los seglares capaces de expresar realmente en su vida el espíritu
de las Bienaventuranzas. Los laicos no descuiden, pues, el cultivo asiduo de las cualidades y dotes
que se les ha dado. Aprecien también como es debido la pericia profesional, el sentimiento familiar y
cívico y esas virtudes que exigen las costumbres sociales, como la honradez, el espíritu de justicia, la
sinceridad, la delicadeza, la fortaleza de alma, sin las que no puede darse verdadera vida cristiana.

El modelo perfecto de esa vida espiritual y apostólica es la Santísima Virgen María, Reina de los
Apóstoles, la cual, mientras llevaba en este mundo una vida igual que la de los demás, llena de
preocupaciones familiares y de trabajos, estaba constantemente unida con su Hijo, cooperó de un
modo singularísimo a la obra del Salvador.

6. Este Sagrado Concilio exhorta cordialísimamente a los laicos, a cada uno según las dotes de su
ingenio y según su saber. "Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que viendo vuestras
buenas obras glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt., 5,16).

7. Todo lo que constituye el orden temporal, a saber, los bienes de la vida y de la familia, la cultura, la
economía, las artes y profesiones, las instituciones de la comunidad política, las relaciones
internacionales, y otras cosas semejantes, y su evolución y progreso, no solamente son subsidios
para el último fin del hombre, sino que tienen un valor propio, que Dios les ha dado, considerados en
sí mismos, o como partes del orden temporal: "Y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno"
(Gén., 1,31). Esta bondad natural de las cosas recibe una cierta dignidad especial de su relación con la
persona humana, para cuyo servicio fueron creadas. los laicos tomen como obligación suya la
restauración del orden temporal, y que, conducidos por la luz del Evangelio y por la mente de la
Iglesia, y movidos por la caridad cristiana, obren directamente y en forma concreta en dicho orden;
que cooperen unos ciudadanos con otros, con sus conocimientos especiales y su responsabilidad
propia; y que busquen en todas partes y en todo la justicia del reino de Dios. Entre las obras de este
apostolado sobresale la acción social de los cristianos, que desea el Santo Concilio se extienda hoy a
todo el ámbito temporal, incluso a la cultura.
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8. Los laicos y ayuden en la medida de sus posibilidades las obras de caridad y las organizaciones de
asistencia social, sean privadas o públicas, o incluso internacionales, por las que se hace llegar a
todos los hombres y pueblos necesitados un auxilio eficaz, cooperando en esto con todos los
hombres de buena voluntad. Se satisfaga ante todo a las exigencias de la justicia, y no se brinde
como ofrenda de caridad lo que ya se debe por título de justicia; se quiten las causas de los males, no
sólo los defectos, y se ordene el auxilio de forma que quienes lo reciben se vayan liberando poco a
poco de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismos.

10. Los laicos tienen su papel activo en la vida y en la acción de la Iglesia. Su acción dentro de las
comunidades de la Iglesia es tan necesaria que sin ella el mismo apostolado de los pastores muchas
veces no puede conseguir plenamente su efecto. La parroquia presenta el modelo clarísimo del
apostolado comunitario. Acostúmbrense los laicos a presentar a la comunidad de la Iglesia los
problemas propios y los del mundo, los asuntos que se refieren a la salvación de los hombres, para
examinarlos y solucionarlos por medio de una discusión racional.

13. El apostolado en el medio social, es decir, el esfuerzo por llenar de espíritu cristiano el
pensamiento y las costumbres, las leyes, y las estructuras de la comunidad en que uno vive, hasta tal
punto es deber y carga de los laicos, que nunca lo pueden realizar convenientemente otros. En este
campo, los laicos pueden ejercer perfectamente el apostolado de igual a igual. En él cumplen el
testimonio de la vida por el testimonio de la palabra.

En el campo del trabajo, o de la profesión, o del estudio, o de la vivienda, o del descanso, o de la


convivencia son muy aptos los laicos para ayudar a los hermanos. Los laicos cumplen esta misión de
la Iglesia en el mundo, ante todo, por aquella coherencia de la vida con la fe por la que se convierten
en la luz del mundo; por su honradez en cualquier negocio, que atrae a todos hacia el amor de la
verdad y del bien; por la caridad fraterna, por la que participan de las condiciones de la vida de los
trabajos y de los sufrimientos y aspiraciones de los hermanos; con la plena conciencia de su papel en
la edificación de la sociedad, por la que se esfuerzan en saturar sus preocupaciones domésticas,
sociales y profesionales de magnanimidad. De esta forma ese modo de proceder va penetrando poco
a poco en el ambiente de la vida del trabajo. Pero los verdaderos apóstoles, lejos de contentarse con
esta actividad, ponen todo su empeño en anunciar a Cristo a sus prójimos, incluso de palabra. Porque
muchos hombres no pueden escuchar el Evangelio ni conocer a Cristo más que por sus vecinos
seglares.

14. Procuren los católicos cooperar con todos los hombres de buena voluntad en promover cuanto
hay de verdadero, de justo, de santo, de amable (Cf. Fil., 4,8). Dialoguen con ellos, superándolos en
prudencia y humanidad, e investiguen acerca de las instituciones sociales y públicas, para
perfeccionarlas según el espíritu del Evangelio. Entre las características de nuestro tiempo hay que
contar, especialmente, con el creciente e inevitable sentimiento de solidaridad de todos los pueblos:
el promoverlo solícitamente y convertirlo en sincero y verdadero afecto de fraternidad es deber del
apostolado de los laicos. Los laicos, además, deben conocer el nuevo campo internacional y los
problemas y soluciones ya doctrinales, ya prácticas que en él se originan, sobre todo respecto a los
pueblos en vías de desarrollo.
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18. Como los cristianos son llamados a ejercitar el apostolado individual en diversas circunstancias de
la vida, no olviden, sin embargo, que el hombre es social por naturaleza y agrada a Dios el que los
creyentes en Cristo se reúnan en Pueblo de Dios (Cf. 1 Pe., 2,5-10) y en un cuerpo (Cf. 1 Cor., 12,12).
Por consiguiente, el apostolado asociado de los fieles responde muy bien a las exigencias humanas y
cristianas, siendo el mismo tiempo expresión de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo,
que dijo: "Pues donde estén dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos"
(Mt., 18,20). 19. Entre estas asociaciones hay que considerar primeramente las que favorecen y
alientan una unidad más íntima entre la vida práctica de los miembros y su fe.

24. Es deber de la Jerarquía promover el apostolado de los laicos. Ninguna obra, sin embargo, puede
arrogarse el nombre de católica sin el asentimiento de la legítima autoridad eclesiástica.

25. Tengan presente los Obispos, los párrocos y demás sacerdotes de uno y otro clero que el derecho
y la obligación de ejercer el apostolado es común a todos los fieles, sean clérigos o seglares, y que
éstos tienen también su cometido en la edificación de la Iglesia. Trabajen, pues, fraternalmente con
los laicos en la Iglesia y por la Iglesia y tengan especial cuidado de los laicos en sus obras apostólicas.
Elíjanse cuidadosamente sacerdotes idóneos y bien formados para ayudar a las formas especiales del
apostolado de los laicos.

29. Como los laicos participan, a su modo, de la misión de la Iglesia, su formación apostólica recibe
una característica especial por su misma índole secular y propia del laicado y por el carácter espiritual
de su vida. La formación para el apostolado supone una cierta formación humana, íntegra,
acomodada al ingenio y a las cualidades de cada uno. Porque el seglar, conociendo bien el mundo
contemporáneo, debe ser un miembro acomodado a la sociedad de su tiempo y a la cultura de su
condición. Ante todo, el seglar ha de aprender a amar a Dios Padre, al mundo y a los hombres por El.
Esta formación debe considerarse como fundamento y condición de todo apostolado fructuoso.
Además de la formación espiritual, se requiere una sólida instrucción doctrinal, No se olvide tampoco
la importancia de la cultura general, juntamente con la formación práctica y técnica; el arte de la
convivencia fraterna, de la cooperación y del diálogo. Pero ya que la formación para el apostolado no
puede consistir en la mera instrucción teórica, hay que tener siempre presente la unidad y la
integridad de la persona humana, de forma que quede a salvo y se acreciente su armonía y su
equilibrio.

31. Las diversas formas de apostolado requieren también una formación conveniente. a) Con relación
al apostolado de evangelizar y santificar a los hombres, los laicos han de formarse especialmente
para entablar diálogo con los otros, creyentes o no creyentes, para manifestar directamente a todos
el mensaje de Cristo. b) En cuanto a la instauración cristiana del orden temporal, instrúyanse los
laicos acerca del verdadero sentido y valor de los bienes materiales, tanto en sí mismos como en
cuanto se refiere a todos los fines de la persona humana; ejercítense en el uso conveniente de los
bienes y en la organización de las instituciones, atendiendo siempre al bien común, según los
principios de la doctrina moral y social de la Iglesia. Aprendan los laicos, sobre todo, los principios y
conclusiones de la doctrinal social, de forma que sean capaces de ayudar, por su parte, en el
progreso de la doctrina y de aplicarla rectamente en cada caso particular.
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32. blézcanse, además, centros de documentación y de estudios, no sólo teológicos, sino también
antropológicos, psicológicos, sociológicos y metodológicos, para fomentar más y mejor las facultades
intelectuales de los laicos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, para todos los campos del
apostolado.

33. El Sagrado Concilio ruega encarecidamente en el Señor a todos los laicos, que respondan con
gozo, con generosidad y corazón dispuesto a la voz de Cristo; que en esta hora invita con más
insistencia. El mismo Señor invita de nuevo a todos los laicos, por medio de este Santo Concilio, a que
se unan cada vez más estrechamente, y sintiendo sus cosas como propias (Cf. Fil., 2,5), se asocien a
su misión salvadora.
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“GAUDIUM ET SPES”

Capítulo 1º “Dignidad del matrimonio y de la familia” (nos 47-52)

Este capítulo ha sabido enfocar el tema familiar y matrimonial de una manera clara y corta. Está
dividido en 5 números:

El nº 47 tiene como título: “El matrimonio y la familia en el mundo actual”. Me ha aparecido


interesante el encontrar como una definición de la comunidad conyugal como comunidad de amor. Y
la importancia del bienestar de la persona para poder llevar a cabo una verdadera prosperidad en el
matrimonio. Importante me parece que se pueda llevar a cabo la dignidad matrimonial y familiar y
en el segundo párrafo de este número presenta algunos que impiden que esta se pueda llevar a cabo
y que están en boca hoy en día: la poligamia, el divorcio, el amor libre, el egoísmo, el hedonismo y
otros que lo impiden. Y para terminar expresa cual es su misión: iluminar y fortalecer a los cristianos
y a todos los hombres que se esfuerzan en garantizar y promover el valor y la dignidad del estado
matrimonial.

El nº 48 se titula: “El carácter sagrado del matrimonio y de la familia”. Un punto importante es la


semejanza entre el amor de los esposos entre sí y el amor de Cristo a la Iglesia, ya que esta
semejanza marca un amor tremendo entre los esposos, un amor que lleva a dar la vida del uno por el
otro. Este es el único vinculo de unión el verdadero amor que les lleva por el sacramento a una unión
intima de tal rango que ya no son dos sino una sola carne (Mt 19,6) que lleva a una indisoluble
unidad y a una plena fidelidad, estos dos fines en mi opinión son esenciales. El papel de los hijos
también aparece hacia el final de este número: contribuir a la santificación de sus padres.

El nº 49 se titula: “Del amor conyugal”. ¿Cómo debería de ser este amor? Debe ser un amor que este
asociado a la vez a lo humano y a lo divino, un amor que supera lo erótico, y que lleva a los esposos a
un don libre y mutuo por parte de ellos demostrado por sentimientos y actos de ternura que
impregnan a toda su vida.

El nº 50 habla de: “La fecundidad en el matrimonio”. El amor matrimonial tiene un fruto: los hijos
nacen fruto del amor conyugal. Esa es una de las preguntas que se hace a los novios al interrogarles
en la celebración del sacramento, ya que la no-aceptación de los hijos declararía nulo el matrimonio.
Porque el matrimonio esta ordenado a la procreación y a la educación de la prole. Es importante
también que los esposos se rijan, la cual les debe llevar a una paternidad responsable.

El nº 51 se titula: “El amor conyugal debe compaginarse con el respeto a la vida humana” El respeto a
la vida y a la propia persona es algo muy importante en la relación de toda pareja, ya que la falta del
respeto a la propia persona lo podríamos considerar una violación a ella misma. Habla primero de la
paternidad responsable, es decir el tener la conciencia clara de la situación del matrimonio y de la
familia, y de la conveniencia o no del aumento con nuevo hijos, ya que no se trata de tener hijos
solamente sino de mantenerlos y cuidarlos y habrá momentos en que el matrimonio no estará en
condiciones de hacerlo. Esto por otra parte no tiene que llevar al campo de la infidelidad
matrimonial, sino que debe de crear un mayor cultivo del amor mutuo a pesar de sufrir la ausencia
de relaciones sexuales, es decir vivir la castidad matrimonial. Por supuesto el matrimonio cristiano
debe de luchar por la vida, por tanto se abstendrá de caer en crímenes como es el aborto y el
infanticidio. Los famosos métodos anticonceptivos, que tanto se promueven hoy en día, excusándose
DERECHO CANONICO

de que pueden protegernos de determinadas enfermedades de transmisión vía sexual provocan la


perdida de una de las finalidades principales del acto sexual: la procreación, y en consecuencia se da
un no a la nueva vida que podía haberse dado a partir de este acto.

El nº 52 se titula: “El progreso del matrimonio y de la familia, obra de todos”. Para que la familia vaya
adelante tiene que haber un crecimiento mutuo por parte de todos, para ello es necesario la
comunicación y la unión de propósitos entre los cónyuges, además de una mutua cooperación a la
hora de educar a los hijos. La familia tradicional es una pieza clave en nuestra sociedad, se construye
sobre ella, pues todos los que formamos esta sociedad tenemos un compromiso común: luchar por
darle la valoración que se merece, y no dejarnos llevar por las posibles corrientes que vallan saliendo.
También por parte del mundo de la ciencia tiene que haber una honesta ordenación de la
procreación humana. No deben de quedarse detrás tampoco los sacerdotes que deberán estar bien
preparados en el tema familiar, ya que como buenos pastores deben cuidar del rebaño que les ha
sido encomendado, por eso junto con las diversas asociaciones familiares pondrán el empeño en
instruir a los jóvenes debidamente y a todo el que se acerque con tales inquietudes.

Esto son las conclusiones que he sacado de cada uno de los puntos del documento. Como final decir
que me ha parecido muy provechoso todo lo que dice, y muy coherente: una defensa clara de la
unidad familiar y matrimonial a través de un amor mutuo y verdadero, fundado en la donación de si
respecto del otro.

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